El frasco de la calma es un recurso ideal para fomentar la reflexión. La sola observación de la purpurina que se mueve lentamente ayuda a los niños y niñas a concentrarse y a relajar su mente tras momentos de gran activación.

Se trata de una técnica que permite que, a través de la atención focalizada y un ritmo respiratorio constante, el sistema nervioso de tu hijo o hija regrese al estado de calma y equilibrio. Está orientada tanto a la relajación como a la gestión de las emociones.

Cómo hacer el frasco de la calma Montessori

Qué es el frasco de la calma

El frasco de la calma es una técnica que diseño María Montessori. La pedagoga italiana lo desarrolló como una idea revolucionaria para calmar las pataletas y berrinches de los niños y niñas.

Si tienes hijos es bien seguro que en más de una ocasión has tenido que lidiar con situaciones en las que los pequeños se frustran y cogen rabietas, y quizás te has visto desbordado por desconocer cuál sería la forma más adecuada para gestionar situaciones así.

Cómo hacer el frasco de la calma Montessori

El frasco de la calma es un bote lleno de un líquido en el que hay partículas de purpurina que se mueven por su interior y que, a través de la atención enfocada y manteniendo un ritmo respiratorio constante, permiten que nuestro sistema nervioso retorne al estado de calma y equilibrio.

Consiste en que agites el frasco y le enseñes a tu hijo/a como la purpurina se mueve de forma descontrolada, al igual que lo hacen sus emociones y pensamientos cuando se enfada o se siente frustrado/a. Déjale que lo observe.

Si dejáis el frasco quieto la purpurina regresará lentamente al fondo, como nos ocurre a nosotros. Si nos damos un momento, si nos relajamos, la tormenta pasará y nos sentiremos mejor.

El frasco de la calma, además de servirte como modelo para que tu hijo/a se dé cuenta de una forma visual de lo que ocurre dentro de su mente, te sirve, con el estímulo que genera el ver la caída lenta de partículas brillantes, para hacer llegar una señal a su cerebro que permita la disminución de la agitación y que favorezca el equilibrio emocional.

Cómo hacer el frasco de la calma Montessori

Cuál es su objetivo

El objetivo del frasco de la calma es que los niños y niñas lo utilicen cuando estén alterados o incómodos porque no saben cómo manejar una emoción.

Observar la purpurina moviéndose en su interior les tranquilizará, por un momento se olvidarán de lo que ha causado su rabieta y podrán, posteriormente, hablar de ello con tranquilidad. El frasco de la calma capta su atención de tal forma que hace que se olviden de todo, que su mente se quede «en blanco».

Cómo hacer el frasco de la calma Montessori

¿Se puede considerar como un castigo?

El frasco de la calma es una técnica para conectar con el estado emocional de tu hijo/a, no es para nada una nueva forma de castigo.

Es posible que alguien pueda pensar que es una forma moderna de poner a un niño/a «mirando a la pared», como nos hacían a nosotros de pequeños cuando no nos portábamos bien, pero el frasco de la calma es algo bien distinto.

Mientras que enviar a un niño a «la silla de pensar» lo único que conseguía era que se retroalimentara en el sentimiento que le había llevado allí (era un tiempo muerto sin hacer nada más que pensar, pensar en algo que ni el pequeño sabía lo que era, ni entendía cómo se sentía y además se ponía profundamente triste o enfadado por haber sido encima castigado), el frasco de la calma tiene un claro objetivo: apartar la atención a la emoción o sentimiento que se nos ha despertado para darnos un tiempo y serenarnos.

El hecho en sí no termina con observar el frasco de la calma. Hay que hablar con los niños y ayudarles a que expresen lo que han sentido y qué ha sido lo que les ha despertado ese sentimiento:

  • ¿Qué has sentido?
  • ¿Cuál ha sido el motivo de tu enfado?
  • ¿Qué te ha llevado a sentirte tan furioso?

Cuando las emociones las tenemos a flor de piel no podemos pensar con claridad; sin embargo, cuando conseguimos tranquilizarnos podemos ver esa situación desde una perspectiva más clara y calmada. Y seguramente entonces, desde esa nueva perspectiva, nos daremos cuenta de que nuestra reacción ha sido desproporcionada.

Lo que buscamos que los niños y niñas desarrollen utilizando el frasco de la calma es SERENIDAD y PERSPECTIVA.

Gracias a esta técnica tendrán la capacidad de gestionar sus emociones de una manera eficaz, sin actuar con impulsividad. Se permitirán un tiempo para calmarse y, después, analizar qué es lo que ha ocurrido.

Para que el frasco de la calma sea efectivo deberás dedicar a tu hijo/a el tiempo suficiente para que pueda entender el para qué de esta técnica y la interiorice. Sentaos juntos y guíale durante la observación, reforzando el sentimiento de calma que ira surgiendo a medida que la purpurina empiece a caer. Una vez que el frasco vuelva a estar claro ayúdale a expresar lo que ha ocurrido.

Nunca le dejes solo haciendo este ejercicio; es importante que permanezcas a su lado para que el niño no lo viva como un modo de castigo.

Cómo hacer el frasco de la calma Montessori

Cómo hacer un frasco de la calma en casa

Tienes la opción de comprarlo o puedes fabricarlo con tu hijo o hija como una manualidad más:

Materiales que vais a necesitar:

  • Un frasco de plástico transparente (para evitar que se pueda romper con facilidad) de unos 500 cc.
  • Un bote pequeño de cola transparente o silicona líquida.
  • Purpurina del color favorito de tu hijo/a.
  • Agua caliente.
  • 4 cucharadas de champú o jabón líquido transparente.
  • Pegamento fuerte o silicona para sellar la tapa.

Las diferentes densidades del jabón y del pegamento harán que la purpurina se mueva de diversas formas y a diferentes velocidades.

Cómo hacerlo:

  • Mezclad el agua, la cola y el jabón dentro del frasco de plástico, dejando un dedo de aire para que haya movimiento.
  • Agitad bien mientras el agua aún está caliente para que todo se mezcle perfectamente.
  • Añadid la purpurina.
  • Por último pegad la tapa del frasco asegurándoos de que quede bien sellada, para que no pueda abrirse ni se derrame el contenido.

¿El frasco de la calma sirve también para adultos?

La respuesta es SÍ. El frasco de la calma es también una técnica válida para ti. No es sólo aplicable a los niños, sino que los padres y madres podemos beneficiarnos mucho de él.

A los adultos nos cuesta también lidiar con nuestras propias emociones, gestionarlas de forma adecuada, entenderlas y expresarlas. Por eso sería francamente beneficioso que todos pusiéramos esta técnica en práctica .

Úsalo, por supuesto, en esos momentos en los que tu hijo o hija te empieza a crispar, por un motivo u otro, para darte un instante de reflexión antes de tomar una decisión no demasiado acertada, imponer un castigo o simplemente alzarle la voz.