El primer fármaco que protege el riñón

Investigadores españoles han presentado el primer fármaco que actúa como protector del riñón. Es la primera patente mundial de una molécula que protege a este órgano impidiendo que se extienda el fallo renal, una reacción que es mucho más habitual de lo que podemos pensar en pacientes ingresados que estaban siendo tratados de otras enfermedades. La molécula en cuestión se llama cilastatina,  y actúa como un protector del riñón frente a la toxicidad provocada por otros fármacos. Los investigadores del Hospital Gregorio Marañón confían en que en 2019 ya pueda comercializarse.

¿Por qué es importante este fármaco?

Muchos de los fármacos más potentes, más activos y más necesarios que en la medicina moderna y universal utilizamos se eliminan por el riñón. Y en esa eliminación por el riñón acaban siendo tóxicos para él. El problema de esa toxicidad es que es muy frecuente ―de cada 100 pacientes que ingresan en cualquier hospital, entre 3 y 7 van a desarrollar un fracaso renal agudo―, y el problema ya no es sólo el daño para el paciente, que lo es, y el tiempo que se alarga la estancia, es que no permite completar los tratamientos. Fármacos que complican la vida del enfermo, multiplican los gastos sanitarios y, lo que es peor, pueden impedir la curación.

Imaginemos un paciente que recibe un trasplante de corazón o de hígado que le salvan la vida, que necesita ese trasplante y que sin embargo los fármacos necesarios para evitar el rechazo le dañan el riñón y acaba entrando en diálisis, es una tragedia. O el paciente que si consiguiese terminar su tratamiento de quimioterapia tiene altas posibilidades de curación de un cáncer, y que por culpa de un fallo renal por ese mismo fármaco no puede completarlo.

Alberto Tejedor, Alberto Lázaro, Mª Ángeles González-Nicolás, Sonia Camaño y Blanca Humanes son investigadores del Laboratorio de Fisiopatología Renal del Hospital Gregorio Marañón. Ellos han presentado el primer fármaco en el mundo que, gracias a la acción de una molécula ―la cilastatina―, es capaz de proteger el riñón en más de un 80% de los casos de la toxicidad que provocan otros medicamentos que son muy utilizados y que resultan imprescindibles para combatir enfermedades graves.

Los investigadores del Laboratorio de Fisiopatología del Servicio de Nefrología del Gregorio Marañón, compuesto por Alberto Tejedor, Alberto Lázaro, María Ángeles González-Nicolás, Sonia Camaño y Blanca Humanes.

Los investigadores del Laboratorio de Fisiopatología del Servicio de Nefrología del Gregorio Marañón, compuesto por Alberto Tejedor, Alberto Lázaro, María Ángeles González-Nicolás, Sonia Camaño y Blanca Humanes.

¿Por qué los efectos secundarios de los medicamentos se concentran en el riñón?

Nuestro organismo no sabe que basuras podemos llegar a inyectarnos o a comer. Así que la forma en la que nos defiende de cualquier tóxico que recibamos es muy sencilla: coge y hace una filtración, una megafiltración de 60 litros diarios para fabricar un solo litro de orina. Estamos fabricando 180 litros de orina todos los días, y para eliminar sólo uno de los 180 recuperamos 179. Imaginemos una molécula de un tóxico dando vueltas por la sangre que es filtrada y reabsorbida… filtrada y reabsorbida más de 60 veces cada día. Acaba haciéndole daño al riñón.

¿Qué hace la cilastatina para proteger al riñón?

Básicamente lo que hace la cilastatina es inhibir o bloquear una proteína que se encuentra en el riñón, y por este efecto vamos a ver todos los efectos beneficiosos de la misma.

Cada tóxico es tóxico para el riñón de una forma distinta, de una forma peculiar. Los investigadores del Gregorio Marañón no podían creer en sus resultados que una sola molécula pudiese proteger no de uno, sino de todos los fármacos tóxicos para el riñón que iban encontrando. Lo que han descubierto es que cuando se produce una agresión tóxica sobre el riñón cada una de las moléculas que lo hacen, cada uno de los fármacos que lo hacen, tiene una forma de dañarlo. Pero una vez producida esa primera lesión inicial, que no es posible evitar, es el propio riñón el que amplifica y amplifica el daño en una fase de expansión. Esa expansión es común para todos los efectos tóxicos, tiene un mecanismo común y ese mecanismo común puede ser bloqueado. Y  es lo que han conseguido con la cilastatina, bloquearlo.

Composición de la cilastatina en 3D

Composición de la cilastatina en 3D

En este descubrimiento se viene trabajando desde hace muchos años

El equipo investigador lleva la friolera de 20 años trabajando en este tema, trabajando con diversos fármacos tóxicos para entender y comprender primero cómo se produce el fracaso renal, y segundo como este fármaco es capaz de inhibir o bloquear y proteger los riñones de estos ataques tóxicos. Veinte años son muchos, pero al fin se empieza a ver un poco la luz. Estamos ante un fármaco que puede revolucionar la medicina en cuanto a la nefrología se refiere en un futuro cercano.

Se ha patentado la cilastatina por su posible utilidad en este tema, pero los estudios realizados hasta ahora son in vitro. Ahora empieza el trabajo con pacientes, con enfermos, los grupos cero, dobles estudios…

¿Cuándo se podrá aplicar a pacientes?

El tiempo de investigación se ha prolongado tanto por dos motivos: uno era la necesidad de la patente. Se necesitaba una patente para poder protegerlo, porque era la única forma de poder hacerlo llegar a los pacientes, pero para poder hacer la patente se tenía que entender lo que pasaba, y los científicos no lo entendían. Los investigadores confiesan que han sido años y años hasta que han encontrado el mecanismo.

La ventaja es que todo el estudio preclínico está hecho, que han podido confirmar que este fármaco ―que aunque nunca se había usado con este objetivo ya había estado en circulación― es muy limpio, que está desprovisto de efectos secundarios. Por lo tanto lo que se espera es que la fase clínica, previa a la comercialización, pueda no ser superior a un año y medio.

Cómo es el proceso de patente de un nuevo fármaco

¿Qué pasos se siguen? ¿Descubrimos, patentamos y después buscamos la colaboración o se vende a una gran farmacéutica? ¿O es un encargo y se trabaja ya con el apoyo de una gran farmacéutica previa patente?

En este caso concreto explican los investigadores que nunca se les paso por la cabeza la necesidad de patentar. Hasta que un buen día se dieron cuenta de que podían quedarse sin el propio fármaco, y desde luego sin conseguir que llegase al mercado que era el objetivo que ellos tenían. Porque podían investigar en él, pero para lo que no tenían capacidad era para sintetizarlo, ponerlo en botellitas, ponerle las etiquetas, venderlo… era algo que estaba mucho más allá de su capacidad. Y para eso necesitaban un partner industrial. Han tenido la suerte de encontrar un excelente partner, Spherium Biomed, una industria española que cree en el descubrimiento y están yendo de su mano.

En este descubrimiento los investigadores se han preocupado por el mecanismo, por ver cómo funciona la cilastatina

Es curioso, porque hoy la medicina está mucho más basada en la evidencia: si una cosa sirve no hay que hacerse más preguntas, utilizarla y no preocuparse demasiado de cuál es el mecanismo de su actuación.

Es un tema muy médico. En muchas ocasiones el médico lo que quiere es curar al paciente, pero si el médico supiera ―además de curar al paciente― como está haciendo el fármaco en cuestión, como está curando al paciente, podría obtener muchos más resultados y conocimientos a la hora de poder aplicar como lo ha hecho hacía otras enfermedades, otras patologías u otras cuestiones médicas.

Es por esto que los biólogos y los bioquímicos son tan importantes en este campo de la medicina, porque van un poco más allá e intentan buscar el como lo hace, el porqué lo hace, para intentar buscar alternativas diferentes a ciertos tipos de patologías.

Fuente: La Ventana en Cadena Ser (2/08/2017) / Imagen: Hospital Gregorio Marañón