Afrontar la educación infantil desde la psicología es esencial
La importancia de esta etapa es clave para la salud mental posterior
La niñez es la mejor época para aprender a ser fuerte y saludable mentalmente. La etapa de educación infantil es un periodo educativo tremendamente fértil, sobre el que ha reflexionado el psicólogo Rafael Santandreu en el programa A punto con la 2.
Son cuatro los principios fundamentales: LIBERTAD, SEDUCCIÓN, PEDAGOGÍA y AUTORESPONSABILIDAD
Estos principios, en los que se basa la BUENA EDUCACIÓN, proceden de unas escuelas referentes, liberales: las escuelas Montessori, a principios del siglo XX, y la escuela Summerhill, que todavía existe y que fue una de las primeras escuelas de enseñanza en libertad.
Son principios basados en la PSICOLOGÍA COGNITIVA, que nos enseña las estrategias para que las personas puedan aprender y alcanzar su máximo potencial.
LA LIBERTAD:
¿Cómo trabajar la libertad en los más pequeños? ¿Dejándoles hacer todo lo que quieran?
SI y NO. Algo fundamental del aprendizaje es que las cosas solo se aprenden si hay LIBERTAD. Si una persona está obligada a hacer algo, en realidad no está aprendiendo ese algo. Por eso en las familias en las que madres y padres gritan a los niños para que obedezcan, y lo repiten mil veces, es una actitud que se irá repitiendo sin conseguir resultados. Si OBLIGAMOS al niño, si le CHILLAMOS, el niño no hace suyo el cambio. Las personas solo incorporamos los cambios que nos ponen contentos, que estamos contentos de hacer, lo que hemos decidido nosotros cambiar. El aprendizaje o es LIBRE o no va a funcionar.
Por eso en la escuela actual, después de años y años de enseñanza al final casi no queda nada. ¿POR QUÉ? Porque es OBLIGATORIO: bajo exámenes, bajo la coacción de la nota. Lo que entra por un oído sale por el otro. El alumno no lo incorpora por interés genuino.
Por lo tanto olvidémonos de imponer ninguna enseñanza: NO SE PUEDE. Esto nos lleva al siguiente principio.
LA SEDUCCIÓN:
¿Cómo motivar a estos niños? ¿Cómo seducirlos en según qué materias, ejercicios, actividades?
Los educadores: padres, profesores… Quienquiera que esté a cargo de niños ha de ser un SEDUCTOR. Si queremos influir en alguien hay que seducirle. Eso significa que hemos de venderles a los chavales que el cambio es maravilloso. Y es verdad que lo es, porque si no nosotros no querríamos que cambiasen.
Lo que hemos de hacer es afinar nuestra capacidad de venta, de convicción. Y pintar las cosas como realmente son: TODOS LOS CAMBIOS A POSITIVO SON MARAVILLOSOS. Si no somos capaces de venderle al niño, por ejemplo, que es genial ser ordenado y que tiene grandes ventajas, el cambio no se producirá.
Esto nos conduce al tercer paso,
LA PEDAGOGÍA:
El principal error es que muchas veces olvidamos que los niños, lo que quieren, es hacerlo todo bien. El sentirse orgulloso de uno mismo. El potencial de QUERER HACER LAS COSAS BIEN es enorme en todos los niños, lo que ocurre es que muchas veces no saben hacer las tareas.
Olvidamos que todos hemos aprendido a hacer las cosas. Pensemos por ejemplo en el momento en el que empezamos a conducir, hubo todo un proceso que tardamos en aprender. Los adultos esperamos a veces que los niños sepan hacer las cosas, por el solo hecho de que nosotros sabemos hacerlas.
Cualquier educador, incluidos los padres, debe convertirse en un EXPERTO PEDAGOGO sobre cada cosa: sobre como comer la sopa, sobre como estar en silencio, sobre como abotonarse una camisa… y se ha de hacer mucha, mucha práctica.
Las escuelas Montessori dedican muchas horas del día a aprender a hacer bien COSAS PEQUEÑAS. Por ejemplo a abotonarse la camisa, haciéndolo una y otra vez durante 20 minutos: y el niño aprende a abotonarse la camisa.
Y llegamos al cuarto punto, MUY IMPORTANTE y quizás el más difícil,
LA AUTORESPONSABILIDAD:
Es muy importante que a los niños, a medida que crecen, les demos toda la responsabilidad sobre sus actos. Si un niño hace algo que está mal, hay que dejarle con la responsabilidad de haberlo hecho mal, y que asuma las consecuencias. Con total tranquilidad, y eso no es un castigo. Es enseñarle que los actos tienen consecuencias.
Si dispones de un ratito no dejes de ver el vídeo. Rafael Santandreu, ejemplificando con casos reales, nos hace más entendibles estos principios que tanto hemos de tener en cuenta en la etapa de Educación Infantil.
Imagen de portada: Flickr/ Maria Grazia Montagnari