Desde el universo de Las Cebras Salen sabemos la importancia que tienen las habilidades sociales en niños a la hora de relacionarse en su entorno. Como en el caso de la inteligencia emocional, estas habilidades sociales también repercutirán en sus aptitudes y en la eficacia que demostrarán para desenvolverse en el futuro en un mundo adulto. Somos animales sociales, convivimos en sociedad, nos relacionamos de forma continua con otras personas, por lo que debemos saber gestionar de la forma más eficaz nuestras conductas y la manera en que interrelacionamos con el resto.
En nuestro blog investigamos sobre las habilidades sociales infantiles con el fin de compartir artículos y estudios especializados con nuestros lectores, y contribuir así a la orientación de padres y educadores en esta materia. Comencemos con una breve definición de habilidades sociales. ¿Qué son? Básicamente son nuestra capacidad para relacionarnos con los demás de un modo efectivo. Este conjunto de hábitos para interrelacionarnos incluyen comportamientos, pensamientos y emociones, por lo que están muy ligados a la inteligencia emocional, la asertividad y la autoestima.
Si bien son básicas para relacionarnos socialmente, contamos con la ventaja de que estas competencias pueden aprenderse y ejercitarse a lo largo de nuestra vida. El interés y una actitud positiva ante su aprendizaje son cruciales, ya que sustentarán el éxito o el fracaso de nuestras relaciones sociales.
Las habilidades sociales se aprenden
Tanto las habilidades sociales en niños como en adultos son esenciales para mantener una relación óptima con los demás. Vivimos en un mundo social en el que interactuamos constantemente con otras personas, por lo que están presentes en todos los ámbitos desde que nacemos: en nuestra relación con la familia, con los amigos o en el entorno laboral.
El aprendizaje de las habilidades sociales en la infancia van a constituir la base sobre la que se asentará la capacidad del niño para relacionarse con la gente, para expresar sus deseos y sus emociones. En definitiva, para llevar a cabo una comunicación óptima. También conocidas como competencias sociales, su estudio las agrupa en varios grupos diferenciados. Las primeras habilidades sociales que aprendemos engloban competencias básicas tales como escuchar, iniciar o mantener una conversación, dar las gracias, formular una pregunta, presentarse o hacer un cumplido.
Desde Las Cebras Salen queremos insistir en que estas habilidades sociales en niños se asimilan a lo largo del proceso de socialización, y los primeros años son fundamentales en su aprendizaje. Pensemos que un desarrollo deficiente de éstas puede afectar al niño tanto en su autoestima como en los problemas escolares. En nuestro blog de educación infantil irás encontrando información actualizada que te ayudará a gestionar y a reforzar la educación de los peques, pero piensa que tú eres el primer ejemplo para ellos.