Hay niñas que con doce años ya han desarrollado físicamente cuerpo de una joven de más edad. Tienen cuerpo de mujer y mente de niña.
La maduración intelectual no siempre, ni necesariamente, es paralela al crecimiento biológico. Es bastante frecuente que chicas de 12-13 años presenten físicamente el aspecto de una joven de 16-17 y, aunque pretendan imitar la conducta propia de las jóvenes cuya edad aparentan, sin embargo, su percepción, juicio, pensamiento, raciocinio y maduración afectiva corresponden a los de su edad cronológica real. Su comportamiento en general es como el de sus compañeras de la misma edad.
No hay que angustiarse ni vivir como un problema el hecho de que haya dado ese estirón tan repentino en lo físico.
Para que la joven, como persona con su físico de 16 años, sepa esperar a esa niña con un desarrollo mental de doce, sin vivir la situación como un problema, es necesario que sus padres sepan tratarla, comprenderla y ayudarla con arreglo a su edad mental real, sin crearle continuamente estados de ansiedad repitiéndole que «ya es una mujer y se comporta, sin embargo, como una niña», etc. Esto sí que puede llegar a causarle problemas.
Hay que tener en cuenta que los grandes estirones en lo físico generalmente van acompañados de cierta merma en el rendimiento intelectual. El organismo no puede hacer todo al mismo tiempo y se ha visto sorprendido teniendo que satisfacer repentinamente las necesidades de un crecimiento físico muy rápido. La fatiga física y psíquica aumenta considerablemente en un espacio muy corto de tiempo.
Ahora, más que nunca, es necesario que proporcionéis a vuestra hija una alimentación sana, abundante y rica en vitaminas. Dejad que duerma cuanto quiera, aconsejadle que no se exceda ni en el ejercicio físico ni tampoco en el intelectual, etc. La adolescencia es una etapa de muchos cambios.
Es probable que la joven se dé cuenta de que ahora rinde menos en los estudios. Hay que tranquilizarla explicándole que esta situación es algo pasajero y que pronto se restablecerá de esa ligera descompensación producida por un crecimiento físico tan repentino.
Fuente: Tu hijo: problemas y conflictos de Bernabé Tierno (Ed. Temas de Hoy) | Imagen de portada: Sweet (Dulce). Flickr Fran Cis