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Educación: de dónde vienen estos lodos

Educación: de dónde vienen estos lodos

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¿De dónde viene nuestra Educación?

El día que Felipe IV decidió que sus súbditos fuesen unos ZOQUETES

Si dicen que somos el farolillo rojo en CALIDAD EDUCATIVA, será por algo. En temas de Educación vamos a trompicones, y puede que el primer y el más grave de los tropezones lo diéramos aquel 10 de febrero de 1623.

El último informe sobre el fracaso escolar de la OCDE refleja que el sistema educativo español NO CORRIGE las desigualdades, y que, igual que nos pasa a los mayores, los estudiantes no son muy productivos. Tienen MUCHOS DEBERES pero, después, no lucen tanto.

¿Nos remontamos? ¿Buscamos un posible origen?

Hace casi 400 años, el 10 de febrero de 1623.

El rey Felipe IV ordenó el cierre de las escuelas de gramática en TODOS los pueblos de España. Uno se pregunta ¿qué interés puede tener un rey en que la mayoría de súbditos sean zoquetes? Pero también nos preguntamos si los lodos de hoy, vienen de los polvos de entonces.

Siempre habrá quien diga que no se puede comparar lo que pasaba hace cuatro siglos con lo que pasa en la actualidad. Es verdad que son épocas distintas, pero decisiones ERRÓNEAS y no enmendadas a lo largo del tiempo hacen que un país pierda el paso.

Nos da las claves  Nieves Concostrina en el espacio “Pretérito imperfecto” de Cadena Ser.

La explicación a la decisión tan drástica que tomó Felipe IV se llama, como siempre, CRISIS ECONÓMICA. Por una u otra razón la EDUCACIÓN es la que sale siempre APALEADA. La educación del pobre, no la del rico. Cuanto más pobre e ignorante sea el pobre, más listo y más rico será el rico.

El contexto de esta historia

Felipe II, a finales del siglo XVI, declaró a España en BANCARROTA. Dos años después, con el cenutrio de su hijo Felipe III ya en el trono, la deuda del país estaba por las nubes. Pero esto daba igual, porque el señor Felipe III se gastó en su boda un 10% de todas las rentas del estado.

Educación: de dónde vienen estos lodos

FELIPE II. Fuente Flickr the lost gallery

Ya puestos a pifiarla Felipe III la pifió del todo: ¡Decretó la expulsión de los moriscos!

Alrededor de 500.000 españoles tuvieron que abandonar el país, y prácticamente todos eran campesinos, sirvientes, artesanos. Los campos se quedaron sin brazos, los nobles perdieron criados, los comercios cerraron.

A todo esto añadimos epidemias, hambruna, malas cosechas, emigración a América…

Con este panorama llega al trono Felipe IV, que no se quejó de la herencia recibida porque eran su abuelo y su padre. Pero esto es lo que se encontró.

Pese a todo este desastre, el NIVEL EDUCATIVO en España no estaba ni mejor ni peor que en otros países de Europa.  Por aquel entonces NO nos ganaba Finlandia

Los españoles tenían una preparación cultural más que aceptable, porque en cualquier pueblo de España con más de 500 habitantes (incluso con menos, con 300) había escuelas de gramática (el equivalente a estudios secundarios).

A las escuelas de gramática se llegaba con 8 ó 9 años, ya sabiendo leer y escribir, y ahí se empezaba a estudiar geografía, filosofía, los autores clásicos,… con el latín como asignatura troncal. También se llamaban escuelas de latinidad. Eran unos estudios muy completos, dando por hecho que estamos hablando solo de chicos. De estas escuelas de gramática, a las que no iban las niñas, se salía con 17 años, y de allí ya se pasaba o a la Universidad o a trabajar.

Todos los chicos salían muy preparados, y por eso había mucha demanda de empleo público, en la administración. Esto provocaba que el campo siguiera despoblándose, que no hubiera artesanos, que faltaran criados,… y se decidió PONER FRENO.

Evidentemente el rey no iba a impedir a los ricos que estudiaran, se lo prohibió a los pobres siguiendo indicaciones de sus asesores que le dijeron,  textualmente:

Hay que quitar a la gente PLEBEYA la ocasión de valer por medio de las letras

Para ello había que suprimir las escuelas de gramática en los pueblos y localidades pequeñas porque INCITABAN a los campesinos a poner a estudiar a sus hijos, apartándolos de las faenas del campo

Al rey le pareció UNA IDEA EXCELENTE. Por eso aquel 10 de febrero firmó la pragmática que ordenaba el cierre de las escuelas de gramática en pueblos y localidades pequeñas. En ciudades y villas se podían mantener, pero quedó PROHIBIDO dar estudios de gramática a niños expósitos, huérfanos y desamparados.

El objetivo era que, a partir de los 8 ó 9 años, los niños se dedicaran a ocupaciones útiles y productivas. O sea, oficios agrícolas y manufactureros, que era lo que necesitaba el país, y se consiguió.

Los NOBLES volvieron a tener criados a su disposición, la iglesia se hizo casi con el monopolio de la EDUCACIÓN porque claro, se cerraron escuelas, pero no se tocó ni un solo SEMINARIO. Y ya todos contentos, menos los pobres.

No hay un cálculo exacto de cuantas escuelas quedaron abiertas. Pero menos mal que no se cerraron todas.

La corona NO TENÍA  suficientes recursos para vigilar que se cumplieran las órdenes a rajatabla. Si se hubiera cumplido se habrían cerrado 4.000 escuelas. No se cerraron tantas pero se cerraron muchísimas: las necesarias para que en ese momento España, quizás, perdiera el paso de la EDUCACIÓN en Europa. Justo en un momento en el que además Europa ya se estaba preparando para la ILUSTRACIÓN. Y ese siglo de las luces España lo pasó A DOS VELAS.

Hubo posteriormente quien intentó arreglar algo este desaguisado. Hubo alguien que puso más  empeño, recursos e ilusión, pero precisamente a ese alguien lo echamos del país en cuanto pudimos por EXTRAVAGANTE. Fue el rey José I, el Bonaparte, el invasor, al que nos han enseñado en el cole a ponerle a parir.

Educación: de dónde vienen estos lodos

José I Bonaparte

El fue precisamente quien  sentó las bases de la EDUCACIÓN PÚBLICA en este país. Se propuso poner en marcha su plan general de instrucción pública y lo hizo en apenas cinco años. De 1808 a 1814 estuvo organizada la formación de maestros, todo un sistema de escuelas primarias, de liceos donde se preparaba a los alumnos para la universidad, y de ateneos donde se daba cultura y preparación a la población adulta.

Pero lo más importante de todo: el rey José Bonaparte fue el primero en ordenar QUE LAS NIÑAS ESTUDIASEN en IGUALDAD de condiciones que los niños, y las mismas materias que los niños. Hasta entonces las niñas solo podían aprender a leer, a escribir, catecismo y labores propias de su sexo, que se decía entonces.

Si lo hizo bien Bonaparte que las Cortes de Cádiz, aún considerándole el enemigo, se basaron en su reforma educativa para incluir en la constitución el título noveno dedicado a la instrucción pública. Se parecía mucho a lo proyectado por el rey salvo por un pequeño detalle: LAS NIÑAS VOLVIERON A QUEDAR FUERA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA. Otra vez al catecismo, y a las labores propias de su sexo.

A todo esto faltaba por llegar Fernando VII. Ahí se fue ya todo a la porra: las Cortes, la EDUCACIÓN, la Constitución. Hubo que esperar a que se muriera Fernando VII para empezar a hacer algo. Ya estábamos metidos a mediados del siglo XIX, ya íbamos tarde a todo. A finales de ese siglo no faltaba quienes advertían que íbamos mal, muy mal, fatal.

Fernando VII. Flickr: Banrep Cultural

El gran Nicolás Salmerón, que murió partiéndose la cara y el alma por la EDUCACIÓN, y lo gritaba en los mítines, en los discursos y donde ser terciara, decía:

¿Sabéis lo que cuesta la MONARQUÍA, el mantenimiento de una familia? 13.000.000 de pesetas

¿Sabéis lo que se paga en España por el mantenimiento de todos los institutos de segunda enseñanza?  10.000.000 de pesetas

Es decir, que vale más mantener la persona del monarca que educar a la nación.

Después de esto lo echaron, por BOCAZAS

Imagen de portada: Felipe IV (Flickr/ Mario Solera)

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