Es una emoción que nos puede inmovilizar
Es como una losa, que a veces es muy difícil sacarse de encima y que nos impide avanzar en determinados momentos de nuestra vida. En lugar de culpa es preferible hablar de responsabilidad, porque la responsabilidad nos incita al cambio.
¿Qué quiere decir la culpa?
Se ha roto un jarrón. A partir de ahí aprendamos que quizás, jugar con la pelota dentro de casa, es algo que no se puede hacer. Aprendemos, cambiamos… Pero no cargamos con una culpa.
En definitiva la culpa es dolor
Hay personas que sienten dolor por una culpa de hace muchísimo tiempo, y no hay manera de que se la saquen de encima. Por eso, si hay algo que se ha de cambiar, cambiémoslo: responsabilicémonos No hay que huir de esta responsabilidad.
Pero que esa responsabilidad traiga el cambio, y no simplemente aquel dolor que muchas personas sienten de una culpa motivada por un hecho que ha acontecido.
A destacar con los niños y niñas
Si siempre les decimos lo que hacen mal, estamos creando un grado de inseguridad que repercutirá en su autoestima. Es más conveniente, con diferencia, mostrarles que eso que han hecho es algo que se puede mejorar, que es posible hacerlo de otra manera, les estaremos responsabilizando para el cambio. Y a partir de aquí fijémonos en los aciertos.
Cuando alguien dice «yo tengo la culpa»
Incluso el como se dice y como se expresa ya denota miedo. Es un pensar «ya no lo podré hacer bien».
Esa es la losa que nos hemos de quitar de encima
Porque es muy inmovilizante, nos hace quedarnos encallados en determinados momentos y determinadas circunstancias, en vez de optar por revisar algo que seguramente podemos mejorar.
Fuente: L’ofici d’educar de Catalunya Ràdio (30/08/14) / Imagen portada: pixabay / Imagen interior: Ilustración de José Luis Navarro García, fragmento de la portada del cuento Tú tienes la culpa de todo de Begoña Ibarrola.