Un tema que tenemos muy en cuenta en Las Cebras Salen es el relacionado con los niños altamente sensibles. Estamos aquí para ayudarte con toda la información especializada que pueda aportarte un rayo de luz sobre áreas que desconoces, y que quizás estás observando en el comportamiento de tus hijos, de tus nietos o de tus alumnos. Nuestro objetivo es ofrecer un apoyo a todos aquellos que llegan al blog en busca de orientación, tanto en el ámbito de la educación como en el de las altas capacidades y niños superdotados.
La alta sensibilidad infantil se engloba en el acrónimo conocido como PAS: Personas Altamente Sensibles y tienen una forma muy distinta de ver el mundo. Es como si hubieran sido tocadas por una varita mágica que les ha dotado de un don especial. Y así es, porque si bien la alta sensibilidad puede ser dolorosa para quien la sufre, por otro lado constituye un don porque aprecian la realidad de una forma más profunda que el resto de las personas.
¿Qué distingue a los niños altamente sensibles?
En un artículo tipo test que hemos recogido en el blog vemos las características esenciales con las que se identifican los niños altamente sensibles. Quizás reconozcas varios de esos rasgos o tan sólo unos pocos. En cualquier caso, el diagnóstico precoz es importante para que sepas tratar con coherencia, y desde el conocimiento, a estos niños. A continuación te exponemos algunos de ellos.
Sus sentidos están muy acentuados. De hecho se quejan de que la ropa les molesta ante el menor roce de etiquetas o costuras. Tienen un sentido olfativo muy desarrollado, por lo que perciben el más mínimo olor de forma inusual. Lo mismo sucede con el sonido, ya que no suelen sentirse cómodos en lugares con mucho ruido.
Son niños que se asustan con facilidad y prefieren mantenerse en su zona de confort, sin los grandes cambios que constituyen una mudanza, un nuevo colegio o una separación. Por ello se sienten más cómodos con gente conocida y no les gusta exponerse a situaciones públicas como salir a la pizarra ante otros niños.
Se identifican de forma tan profunda con el dolor ajeno que desbordan empatía, y amor por la naturaleza y los animales. Su intuición no deja indiferente y realizan preguntas muy reflexivas.
La alta sensibilidad en los niños puede llegar a ser agotadora para sus cuidadores, tanto familiares como educadores. Es compresible que os sintáis desbordados ante la actitud y las demandas de los niños altamente sensibles. Recordad los rasgos que aquí hemos comentado y pensad que para ellos tampoco es fácil. Os animamos a que os pongáis en su misma situación y que sintáis la misma empatía que ellos experimentan ante el resto del mundo.