A veces exageramos la relevancia de las adversidades, y esa EXAGERACIÓN tiene consecuencias emocionales nocivas

Aprender a evaluar lo que nos sucede con REALISMO y OBJETIVIDAD nos hace más fuertes y nos da tranquilidad. Nos ayuda, asimismo, a poner en perspectiva las cosas, a controlar las creencias irracionales y a  aplicar el principio de que ante los problemas hay que ocuparse conscientemente, en lugar de preocuparse inútilmente. (1)

Poner en perspectiva lo que nos ocurre

Entre lo que nos sucede y nuestras respuestas, se sitúan nuestros pensamientos, nuestra valoración, de tal forma que nuestras reacciones van a depender, en gran medida, de nuestras percepciones.

Una anciana tenía un viejo caballo para trabajar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas.
Cuando los vecinos se acercaron para lamentar su mala suerte, la mujer replicó:
― ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Una semana después, el caballo regresó trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos felicitaron a la abuela por su buena suerte. Pero esta les respondió:
― ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
Cuando el hijo de la anciana intentó domar a uno de aquellos caballos salvajes, se cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia. La madre se limitó a decir:
― ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Unas semanas más tarde, el ejército vino a reclutar a los jóvenes del pueblo. Cuando vieron al muchacho con la pierna rota, lo dejaron tranquilo. ¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe? (2)

Muchas preocupaciones se pueden reducir si somos conscientes de la poca importancia que tiene el asunto que está causando la ansiedad. Tendemos a excitarnos de forma exagerada y a sobrevalorar nuestra propia importancia. Lo que hacemos no es tan importante como suponemos. Las aflicciones, que parecía que nos robarían la felicidad para siempre, se desvanecen con el paso del tiempo… Por ello, el sentido de la proporción resulta muy útil y, a veces, consolador. (3)

No estaría de más recordar las palabras del poeta Friedrich Hölderlin: “Donde crece el peligro crece también la salvación”.Poner en PERSPECTIVA

 (1)  El arte de no amargarse la vida. Las claves del cambio psicológico y la transformación personal, Barcelona, Oniro. (2011) Rafael Santandreu
(2)  Adaptación de una historia que cuenta Anthony de Mello en su libro  Sadhana. Un camino de oración.
(3)  La conquista de la felicidad, Barcelona, De-bolsillo (2011) Bertrand Russell.

Fuente: EL FULGOR DE LA LUCIÉRNAGA. Cuentos para repensar la educación, de Joseba Martínez Huerta /  Imagen de portada: En perspectiva. Flickr Horacio Maria