¿Por qué puede salir volando un castillo hinchable? ¿Podemos estar tranquilos con este tipo de instalaciones?
¿Hay riesgo de explosión? ¿Cómo debe ser el montaje? ¿Qué medidas de seguridad han de cumplir estas atracciones? ¿En qué aspectos nos hemos de fijar los padres?
A raíz del terrible accidente en un inflable ocurrido recientemente, que causó la muerte de una niña y heridas a otros seis menores en el municipio gerundense de Caldes de Malavella, vuelven a saltar las alarmas sobre la seguridad de este tipo de instalaciones. Los castillos hinchables se inflan como un globo y en menos de media hora se instalan en cualquier lugar. Parecen la atracción perfecta para que los niños no se hagan daño, pero estas instalaciones deben respetar unas estrictas medidas de seguridad.
Las dudas sobre la seguridad llegan justo cuando empieza la temporada alta de este negocio
Hay escuelas que ya han decidido sustituir los castillos hinchables en las fiestas de fin de curso, y otras que se lo están pensando
Al miedo generado por el accidente en Girona se añade la falta de una normativa única de obligado cumplimiento, y un vacío legal que en algunos casos no establece aspectos básicos sobre el mantenimiento de la instalación o el espacio en donde se ha de instalar.
Esteve Costajussà, ingeniero industrial y experto en seguridad de espectáculos y actividades recreativas, lamenta que este accidente haya ocurrido. Según él seguirán ocurriendo, por desgracia. Explica que es como si fuese la vela de un barco: si la superficie de la vela es muy grande, por poco viento que haga se moverá el barco.
El viento es algo que no vemos y, en ocasiones, cuando nos damos cuenta de que hace viento, un inflable ya ha volado
Aunque la reglamentación establece que a partir de 38 km/h los castillos hinchables se han de desalojar, una persona que no esté acostumbrada no sabe apreciar la velocidad del viento si no es con un anemómetro.
De ahí la necesidad de asegurar bien los anclajes
Es una de las normas que se han de cumplir en la instalación de este tipo de atracciones. Lo establece una reglamentación que se ha de entregar con el producto, y que también obliga a revisar cada día la instalación, a que siempre esté vigilada por un monitor y que describe cómo se han de atar los anclajes. Explica Jesús Pallarès, gerente de Tecnodimensión, que el inflable ha de estar siempre anclado: tienen que haber piquetas, sacos de arena o cualquier otra cosa que permita la fijación. Ha de haber los suficientes anclajes para que aguante el viento, debería soportar 60-70 km/h de viento, pero aún así, a partir de 38 km/h se ha de desalojar, precisamente para evitar estos vientos esporádicos.
La normativa de fabricación de las instalaciones hinchables también establece el número de anclajes en función de la superficie, la resistencia, los materiales que se han de utilizar y la presión del aire. Pero ¿la cumplen todos los fabricantes? Explica Jesús Pallarès que se venden productos sin ningún tipo de control y sin los parámetros de seguridad. Dice que cuando se suministra uno de estos productos se ha de informar, y se han de suministrar los manuales de montaje y mantenimiento.
En cuanto a la posibilidad de una explosión
Esteve Costajussà explica que él no ha visto nunca explotar ningún inflable. Que es muy difícil que un castillo hinchable explote porque el aire que entra dentro no va a presión, se gradúa y no hay peligro de explosión. Todo el inflable está cosido y siempre se escapa algo de aire por algún sitio. El motor que da la presión se gradúa y nunca entra más aire del que es necesario.
De hecho un inflable es una máquina muy simple: no es más que un colchón que se infla de aire que está prácticamente a presión atmosférica. Incluso a la pregunta de si habría algún peligro si una persona lo agujerease a mala idea con un cuchillo, la respuesta es no. No pasaría absolutamente nada, se desinflaría y ya está. El que sea nuevo o viejo no influye. Como mucho, en el caso de rotura de una costura, se desinflaría y no les pasaría nada a los niños que estuviesen jugando en ese momento.
El problema de los castillos hinchables es que son instalaciones “de quita y pon”
Cuando alguien quiere instalar una atracción que ha de quedar fija es más fácil que se cumpla la normativa. Para instalarla se ha de pedir un permiso municipal, cosa que implica que venga un técnico para acreditar que toda la instalación está correcta.
Pero en el caso que nos ocupa, cuando el hinchable se instala en un establecimiento más aislado, en algún tipo de feria, en un restaurante en el que quizás sólo lo montan el fin de semana que es cuando hay más afluencia de gente… a veces esto lleva a pensar a quien lo instala en su establecimiento que los permisos no son necesarios, que también son “de quita y pon”. Y ahí se planta una atracción que nadie ha supervisado.
Son instalaciones que deben tener un montón de medidas de seguridad
Cualquier establecimiento que instala un castillo hinchable, absolutamente en todos los casos, debe tener un permiso municipal para acreditar que esa atracción tiene todas las condiciones de seguridad necesarias.
Medidas de seguridad que tienen que ser también visibles para los padres
Por ejemplo tiene que haber una placa en el castillo inflable que diga el fabricante, el año de construcción, el propietario… No es tan simple plantar un castillo hinchable en cualquier lugar.
¿Podemos estar tranquilos con este tipo de atracciones?
No si tenemos en cuenta que se han producido varios accidentes en castillos hinchables en los últimos años
Explica Rubén Sánchez (portavoz de FACUA-Consumidores en Acción) que no es esta la primera vez que hay un accidente mortal, es la tercera en nuestro país. El año pasado hubo otro fallecimiento en La Rinconada, un pueblo de Sevilla. En el año 2003 hubo otro caso mortal. Hace cuatro años hubieron una serie de accidentes, dos concretamente, en distintos municipios españoles, que provocaron que veinte niños fueran accidentados, algunos de ellos con carácter grave.
Estamos hablando de algo que no es un juguete, es una atracción que debe de contar con una serie de requisitos, con unos protocolos de instalación y un ayuntamiento detrás que dé el visto bueno. Y eso es algo que no ocurre en algunos casos como se ha visto en este último accidente mortal.
Desde FACUA instan a los ayuntamientos a revisar este tipo de instalaciones
Es fundamental que los ayuntamientos valoren que hay que rastrear el mercado. Si en un municipio hay una serie de restaurantes habrá forma de conocer si tienen o no instalados castillos hinchables, porque la propia publicidad y el boca a boca lo difunde. Y si no, pues toca hacer inspección. Un ayuntamiento tiene que inspeccionar a los locales de hostelería, tiene que mirar si tienen listas de precios, si cumplen con los requisitos sanitarios… y en esas inspecciones deben incluir si cuentan con castillos hinchables o con cualquier otro tipo de atracción que requiera autorización municipal.
Y en esa inspección de oficio, que debería hacerse de forma periódica, se detectará si ha habido una irregularidad o no. No se trata de que los ayuntamientos estén esperando de brazos cruzados a que los hosteleros o los feriantes pidan licencias. Claro que es algo que deberían hacer, pero el ayuntamiento también, en paralelo, tiene que desarrollar protocolos de control.
Todos los ayuntamientos se deberían plantear unos controles que son sencillos
Se trata de que si se encuentra una instalación de este tipo y no tiene autorización, se clausure de forma inmediata. Y por supuesto expediente sancionador al establecimiento.
Como en tantos otros asuntos no hay unanimidad estatal
La normativa varía de una comunidad a otra. El no tener unos mismos criterios normativos es un problema de cara a derechos y obligaciones. En primer lugar ninguna normativa conocida establece protocolos de inspección periódicos, es decir, que el ayuntamiento se plantee cada cierto tiempo la obligación de realizar controles para ver, no ya si hay licencia, sino el estado de las instalaciones.
Imaginemos que le han dado la autorización a una determinada entidad para tener un castillo hinchable: lo han instalado, se ve que todo está correcto… pero vete tú a saber si dentro de tres meses, de seis, de un año… va a haber alguna modificación, alguna anomalía, algún deterioro. Eso también lo tiene que controlar la administración. Y para eso ninguna norma establece protocolos. En cualquier caso, aún sin esa normativa, los ayuntamientos pueden hacerlo.
La OCU remarca los requisitos mínimos de seguridad que deben cumplir este tipo de instalaciones
Es algo interesante para que lo tengan en cuenta los que son padres y los dueños de establecimientos. Estos son los 10 puntos que cualquier padre/madre puede revisar a simple vista:
■ 1. Nunca con viento:
Pesan poco y un viento de 15 km/h ya puede moverlos. Jamás se debe tener un castillo abierto si el viento supera los 38 km/h.
■ 2. Bien anclados:
Pero con anclajes planos y que no sobresalgan. Si no es posible, deben usar sacos de arena.
■ 3. Requieren vigilancia:
En todo momento debe haber al menos dos monitores supervisando la atracción (uno solo no basta por las dimensiones del castillo).
■ 4. Espacio libre alrededor:
Un perímetro mínimo de 2 metros que se amplía a 3,5 metros en los laterales abiertos.
■ 5. Turnos por edades o estatura:
Para que no usen la atracción al mismo tiempo niños de constitución muy diferente.
■ 6. Colchonetas o espuma:
En el acceso al castillo tiene que haber una rampa que debe cubrir toda la anchura del arco de entrada. Deben poner algún material que amortigüe posibles caídas (¡no vale con una simple moqueta!) y en esa zona no puede haber bordillos ni bancos ni árboles ni postes…
■ 7. Los papeles en regla:
En el castillo debe figurar que se cumplen los requisitos de la normativa EN14960. También tiene que haber una placa identificando la potencia del hinchador a utilizar, los usuarios (tanto su número máximo como su altura mínima), el año de fabricación y la dirección de la empresa responsable. La atracción debe contar con un seguro de responsabilidad civil y licencia de actividad. Es indispensable que cualquier particular que quiera contratar la instalación de estas atracciones se asegure de la existencia de estos seguros y permisos.
■ 8. Hinchado uniforme:
Prestando atención a su firmeza en la zona de acceso y salida (donde es más peligroso que los niños pierdan el equilibrio). Y también en las zonas más altas (donde los niños tienden a apoyarse en los parapetos).
■ 9. Hinchador apartado:
Como mínimo 1 metro de espacio libre a su alrededor y con el tubo bien extendido.
■ 10. Instalación eléctrica:
No accesible al público
Fuente: Gente despierta de rne (12/05/17), Telenotícies migdia de TV3 (8/05/17), Telenotícies vespre de TV3 (10/05/17), Els matins de TV3 (8/05/17) y OCU (Organización de Consumidores y Usuarios). Imágenes: Wikipedia y pixabay