Los juegos tradicionales son los juegos de toda la vida. Son juegos sin caducidad y sin género, que se adaptan a los condicionantes de cada contexto histórico y cultural y a los que personas de todas las edades y de diferentes rincones del mundo hemos jugado a lo largo de muchas épocas. ¿JUGAMOS?
En cada juego encontrarás una anotación, a modo orientativo, con estos símbolos:
19 Juegos tradicionales
Los bolos
¿Sabías que los egipcios ya jugaban a los bolos? Es un juego que también practicaban griegos y romanos. A lo largo de la historia distintas sociedades y culturas han desarrollado su versión particular de este juego.
A los bolos podéis jugar en casa, al aire libre o en una bolera. Con los más niños más pequeños lo ideal es hacerse con un set de bolos y empezar a practicar en casa. Los encontrareis de madera, de plástico e incluso hechos de tela. Juegos tradicionales
¿Cómo hacer unos bolos caseros? | Por supuesto podéis echar mano de la creatividad y el reciclaje y fabricar vuestro juego de bolos único. Para hacer unos bolos caseros podéis utilizar botellas de plástico vacías y rellenarlas de arena, arroz o agua hasta la altura de un par de dedos. Vais a necesitar diez botellas (es importante que todas sean iguales). Luego las podéis decorar a vuestro gusto y ponerles número.
¿Cómo se juega? | El objetivo del juego es conseguir tumbar los bolos con la bola, que debe deslizarse siempre por el suelo.
Si los niños que juegan son pequeños, es recomendable simplificar las normas. Por ejemplo, la meta puede ser el conseguir derribar todos los bolos en tres tiradas. Si los niños que juegan ya tienen la capacidad de lanzar una bola más pesada, para ellos será muy divertido ir a una bolera. Podrán calzarse esos zapatos especiales y disfrutarán de la experiencia.
En una bolera las partidas generalmente constan de diez turnos. En cada turno el jugador dispone de dos tiros en los que debe intentar derribar los diez bolos que están colocados al final de la pista, formando un triángulo.
Por cada bolo derribado se gana un punto. Si el jugador en la primera tirada consigue derribar los diez bolos se dirá que ha hecho un strike; si lo consigue con los dos tiros habrá hecho un semistrike. Si se hace un strike ya no es necesario hacer la segunda tirada. Ese éxito se marcará con una X en su contador y sumará diez puntos.
A los bolos pueden jugar dos personas, pero hacerlo en familia o con amigos es muy divertido y estimulante. Cuando a los bolos se juega por equipos se convierte en un juego cooperativo en el que la coordinación y puntería de cada miembro es decisiva para todo el grupo. Juegos tradicionales
Canicas
¿Sabías que las canicas más antiguas se encontraron en la tumba de un niño egipcio en torno al año 3000 a.C.? Pues sí, por lo visto ya era un juego popular en el Antiguo Egipto.
¿Cómo se juega? | De este juego, en el que las pequeñas bolas son las protagonistas, existen incontables versiones. Aunque son muchas las formas de juego, todas tienen algo en común: a canicas se juega en cuclillas, a ras del suelo, y las bolitas se deben lanzar con una de las manos impulsándolas con algún dedo, el pulgar, el índice o el corazón, dependiendo de lo que el jugador prefiera y de su pericia.
Otra regla habitual es que los jugadores acostumbran a apostar sus canicas, por lo que existe la posibilidad de que al acabar la partida volváis a casa con los bolsillos llenos de canicas, o sin ninguna.
Estas son dos formas diferentes de jugar:
Al «gua» | La dinámica es sencilla. Se hace un hoyo en el suelo con el objetivo de conseguir meter en él la canica del adversario, gracias a los toques de nuestra canica. Si al lanzar la canica no conseguís tocar la del otro jugador, perderéis el turno.
«A matar» | En esta modalidad de juego normalmente los jugadores suelen apostarse las propias canicas. El primer jugador lanza su canica. El siguiente lanza la suya intentando tocar la canica lanzada por el jugador anterior. Si consigue tocarla, se dice que la «ha matado» y se la queda.
La misma dinámica se va repitiendo, lanzando cada jugador su canica de forma alternativa, con el objetivo siempre de «matar» a la canica del jugador anterior. Y así hasta que os canséis. Podéis ir dando la vuelta al parque o inventaros un circuito.
La rayuela
De este juego existen muchas variantes, aunque la dinámica básica es casi siempre la misma.
Lo primero es dibujar en el suelo con tizas una rayuela. Si el suelo es de tierra, se puede hacer el dibujo rayando la tierra con un palo o con una piedra. Luego escribid los números en los recuadros y buscad un objeto para lanzarlo en cada casilla cuando empecéis a jugar. Normalmente se usa una piedra (mejor que sea plana) que no sea muy grande, como del tamaño de una nuez. Juegos tradicionales
¿Se puede jugar dentro de casa a la rayuela? | ¿Por qué no? Usad cinta adhesiva de color para dibujar la rayuela, y en lugar de una piedra utilizad una nuez o cualquier otro fruto seco con cáscara.
¿Cómo se juega? | En la rayuela clásica el juego comienza lanzando la piedra a la casilla con el número uno, y haciendo un recorrido a la pata coja por el resto de casillas (saltando para no pasar por aquella en la que esté la piedra). Solo en las casillas dobles (como se ven en el dibujo la 2-3, la 5-6 o la 8-9) se permite descansar con ambos pies.
Al llegar al final del dibujo de la rayuela el jugador da la vuelta y realiza el recorrido en sentido inverso. Se parará en la casilla anterior a aquella en la que esté la piedra para recogerla y, esta vez sí, saltará también en esa casilla.
Si el recorrido se finaliza sin cometer ningún error, la rutina se repite lanzando la piedra a la casilla con el número 2, y así sucesivamente.
Las reglas básicas para no perder turno son tres:
- No pisar las líneas, ni con los pies ni con la piedra.
- La piedra no puede caer fuera de la casilla que corresponde.
- Se debe mantener el equilibrio para no posar el pie levantado fuera de las zonas permitidas.
La gallinita ciega
Existen muchos juegos que parten de la base de privar la vista. De todos ellos, sin duda el más popular es el de la gallinita ciega. Solo necesitaréis tener a mano un pañuelo, una bufanda, un antifaz o cualquier otra cosa con la que la privación de la vista esté asegurada.
Aunque el desarrollo de este juego prácticamente no requiere explicación, sí que es conveniente hacer una recomendación sobre el espacio. Conviene que el sitio en el que se juegue sea un lugar amplio y, sobre todo, seguro, libre de obstáculos o de cualquier otro objeto con el que los niños pudieran hacerse daño.
¿Cómo se juega? | Aunque de este juego existen varias versiones, la más habitual consiste en colocar al jugador que no ve en medio del círculo que deben formar los demás. Los niños que forman el corro pueden dar vueltas alrededor de ese jugador central que será la «gallinita ciega».
El juego consiste en que el jugador que tiene los ojos vendados pueda atrapar a alguno de los demás y, tan solo con la ayuda del tacto, adivinar quién es. Si lo consigue, el jugador atrapado pasará a ocupar el lugar central.
Para desorientar aún más al jugador que lleva los ojos vendados podéis darle unas cuantas vueltas. Y, si aún queréis desconcertarlo más, podéis cambiaros entre vosotros prendas de ropa o imitar voces y sonidos. Juegos tradicionales
Un, dos, tres, pica pared
Este es un juego sencillo, con reglas fácilmente asimilables incluso para los más pequeños. Puede jugarse en interior o en exterior, no requiere demasiado espacio y es ideal para improvisar en cualquier parte.
¿Cómo se juega? | Un jugador se coloca de espaldas al resto, apoyado en una pared (o en un árbol). Los otros jugadores se colocan a una distancia prudencial de él, a unos cinco metros, aunque todo depende del espacio del que se disponga para jugar.
El jugador que está de espaldas al resto, con las palmas de las manos, irá dando golpecitos en la pared (o en el árbol) al tiempo que canta: «Un, dos tres, pica pared, sin mover las manos ni los pies». Mientras el resto de jugadores se moverán hacia él, con el fin de tocarle la espalda.
Cuando el jugador que para deje de cantar se girará. En ese momento todos deberán detenerse y quedarse inmóviles. Si el jugador que estaba cantando detecta cualquier indicio de movimiento en uno de sus compañeros, lo enviará al punto de salida. Este es un momento divertido del juego, ya que resulta difícil no moverse y contener la risa.
La mecánica del juego se va repitiendo hasta que alguno de los jugadores consigue tocar la espalda del que para y regresar corriendo a la salida sin ser atrapado por él. Cuando uno de los jugadores que se está fugando es atrapado, tendrá que ir a la pared, de espaldas a los demás, y en ese momento comenzará una nueva partida.
Churro, mediamanga, mangotero
Según la zona este juego infantil tiene diversos nombres. Se juega con dos equipos de unos 4 a ocho jugadores cada uno. Juegos tradicionales
¿Cómo se juega? | Los jugadores de un equipo se colocan en fila y agachados, sin doblar demasiado las rodillas. El primero (llamado madre) apoya su espalda contra una pared o similar. Los demás permanecen agachados con su cabeza entre las piernas del siguiente jugador, formando una fila alargada.
Los jugadores del equipo contrario irán saltando, uno por uno, por encima de esa fila, intentando llegar lo más adelante posible. Pueden ayudarse impulsándose con las manos y deben quedarse sentados en el sitio en el que caen. Si no consiguen meter a todos los jugadores sobre la fila formada por el equipo contrario, pierden y pasan a parar.
Una vez que todos han saltado, el primero que lo ha hecho dice «¡churro, mediamanga, mangotero, adivina qué tengo en el puchero!». Eso lo dice al tiempo que apoya su mano en su mano (churro), en su codo (mediamanga) o en su hombro (mangotero). Lógicamente el primer jugador de la fila (la madre), que está viendo lo que pasa, no puede hablar.
Si el equipo que está parando adivina dónde tiene la mano, se invierten los papeles de los equipos. Y así sucesivamente.
Yoyó
Podríamos incluir el yoyó en la categoría de juegos malabares, porque es increíble ver las acrobacias que muchos llegan a hacer con este juguete legendario. Por suerte el movimiento básico de subir y bajar todos podemos llegar a hacerlo; es un movimiento hipnótico y una vez que tengáis un yoyó en vuestras manos no podréis parar de practicar. Juegos tradicionales
Dos de las figuras más básicas que se pueden hacer con el yoyó, y con las que dejaréis boquiabiertos a vuestros espectadores, son el dormilón y pasear al perro:
El dormilón | El objetivo de esta figura es conseguir que el yoyó gire en el extremo de la cuerda, sin subir hasta que el jugador decida. Mira cómo hacerlo en este vídeo:
Pasear al perro | Desde la posición del dormilón, deja que el yoyó se apoye suavemente en el suelo y camina hacia adelante y hacia atrás lentamente. Antes de que el yoyó deje de girar, recógelo con un tirón de muñeca hacia arriba. Lo puedes ver en este vídeo:
La peonza
El objetivo de este juego es conseguir que la peonza gire sobre el suelo durante el mayor tiempo posible. Eso se consigue gracias a su diseño, que permite lo que se conoce como efecto giroscópico.
Explicar qué es el efecto giroscópico sería adentrarnos en un terreno demasiado técnico. Solo te diré que ha servido para desarrollar tecnologías tan sofisticadas y complejas como el sistema de piloto automático de los aviones. ¿No te parece alucinante? Juegos tradicionales
¿Cómo se juega? | Para conseguir que la peonza gire bien recta, se debe envolver con un cordel empezando por la punta para luego soltarla de golpe. Si consigues que gire (que no es fácil), puedes luego intentar algunas florituras.
Gomas de saltar
¿Recuerdas cuando jugabas en tu infancia en la calle o en el patio del colegio, cantando las canciones y repitiendo las rutinas con las que se saltaba a las gomas? Seguro que sí, sobre todo si eres mujer. Porque antes, esto de la goma, se consideraba un «juego de niñas».
Por suerte cada vez tienen menos cabida estas distinciones, y todas y todos podemos disfrutar de este juego tan divertido.
¿Cómo se juega? | Se necesita un mínimo de tres personas (si no es posible, pueden servir un par de sillas) y unos cinco metros de goma elástica cuyos extremos anudaremos entre sí.
Las reglas son sencillas. Dos personas sujetan la goma alrededor de sus piernas, que estarán separadas unos centímetros. El resto de jugadores irá saltando por turnos, repitiendo una rutina que puede o no ir acompañada de una canción.
Al ir subiendo la altura de la goma la dificultad se incrementa (tobillos, gemelos, rodillas, cintura…). Cuando la persona que está saltando falla, pierde su turno y pasa al siguiente. Aquí puedes ver algunas rutinas: Juegos tradicionales
La comba
¡La de ratos que hemos pasado en nuestra infancia jugando con una simple cuerda! Esta actividad es una muy buena opción de ocio: fomenta en los niños el ejercicio y hace que se olviden por un rato de las pantallas.
Aquí tienes algunas canciones:
Cromos de picar
¿Cómo se juega? | Este es un juego muy sencillo en el que se apuestan los cromos que queráis. Sentados los jugadores en el suelo (en una superficie plana) hay que hacer un montoncito en el medio con los cromos que se quieren apostar apilados boca abajo.
Por turnos, cada jugador golpeará con suavidad, con la mano abierta, encima del montón de cromos. El objetivo es que se den la vuelta cuando se levante la mano. Los cromos que se hayan girado pasarán a ser propiedad de ese jugador.
En cuanto al tipo de apuesta, debe ser acordada por los jugadores. Puede hacerse en función del tamaño de los cromos, de la temática, por equivalencias del tipo «tres cromos pequeños por uno grande», etc. Un consejo: para manos pequeñas mejor cromos pequeños. Juegos tradicionales
Hula hoop
Aunque mover un hula hoop parece fácil, son pocos los que lo consiguen en un primer intento. Hay grandes virtuosos que dan una nueva dimensión al concepto de coordinación, moviendo a la vez tantos hula hoops que parece que estén dentro de un muelle gigante.
El hula hoop se inventó en Egipto hace ya 3.000 años. ¡Que desde entonces lleve practicándose demuestra cuán divertido es! Su nombre actual, no obstante, lo acuñaron marineros ingleses del siglo XVIII cuando conocieron la danza hawaiana «hula».
Tirachinas
Poca explicación requiere el funcionamiento de un tirachinas. Básicamente es un juego de puntería, la técnica del cual no dista mucho de la del tiro con arco. Lo único que debéis tener en cuenta sobre vuestro tirachinas (tanto que este sea de fabricación casera como que sea comprado) es que los proyectiles no puedan hacer mal a ningún ser viviente. Juegos tradicionales
¿Cómo se juega? | Para organizar un torneo de puntería con tirachinas tan solo tendréis que recopilar unas cuantas latas de bebida vacías. Es preferible jugar al aire libre, eso hará que dispongáis de más espacio y libertad.
En el torneo se pueden establecer diferentes fases, subiendo el nivel de dificultad al aumentar la distancia entre el tirador y las latas, o penalizando si se toca alguna lata en concreto u otro objeto que determinéis. Si las latas son de tamaños diferentes, también es posible asignarles diferentes puntuaciones.
Antón Pirulero
¿Cómo se juega? | Los niños que juegan se sientan en el suelo formando un corro. Cada uno de ellos debe poder ver bien al resto de niños que participan.
Uno de los niños hará el papel de Antón Pirulero. El resto de niños elegirá cada uno un instrumento de música imaginario, y hará ver que lo toca.
Para empezar a jugar cada niño toca su instrumento imaginario. El que tiene asignado el papel de Antón Pirulero no toca ningún instrumento, lo que hace es irse dando golpecitos suaves con el puño cerrado en su mentón mientras canta la canción.
Todos los niños deben estar muy atentos. En cualquier momento Antón Pirulero puede dejar de golpearse el mentón y empezar a tocar el instrumento que está tocando otro de los jugadores. En ese momento el jugador que está tocando el instrumento que ahora toca Antón Pirulero tiene que dejar de tocarlo y comenzar a darse golpecitos en el mentón. Si no estaba atento al juego y no lo hace, pierde y debe pagar una prenda.
A medida que los jugadores saben jugar mejor a este juego y están más atentos, Antón Pirulero puede darle más velocidad a su canción y puede hacer cambios más rápidos, con el objetivo de atrapar a algún distraído. A veces ocurre que quiere hacerlo tan deprisa que se confunde él mismo y pierde.
El escondite
Este divertido juego es perfecto para jugar al aire libre o en casa. No se necesita ningún material, ¡tan solo mucha imaginación! El juego consiste en esconderse y no ser descubierto hasta el final. No es conveniente para niños menores de 3 o 4 años, ya que pueden sentir miedo si no entienden que al final todos los participantes aparecerán.
¿Cómo se juega? | En primer lugar se escoge a la persona que será la encargada de buscar a los demás.
La persona elegida se colocará de cara a una pared (o un árbol), ese lugar se llamará «casa». Ahí tendrá que contar con los ojos cerrados (tapándoselos con sus propias manos) hasta el número que se decida: 10, 20, 50… Mientras está contando el resto de niños corren a esconderse.
Cuando el niño que para acaba de contar avisa al resto diciendo: «ya voy» o «el que no se haya escondido, tiempo ha tenido».
Cuando consiga encontrar a uno de los niños escondidos debe volver corriendo a casa, tocar la pared (o el árbol) y decir el nombre del niño encontrado. Si alguno de los participantes que está escondido quiere ganar el juego y salvarse de ser encontrado, debe correr hasta la casa y tocar la pared o el árbol diciendo: «salvado».
Comecocos
En todos los rincones del planeta el hacer figuras de papel forma parte de la infancia de cualquier niño. El comecocos es, junto con los aviones y los barquitos, una de las primeras figuras que aprendemos.
¿Cómo hacer un comecocos? | Descarga este PDF con las instrucciones para hacer un comecocos. Verás que también se adjuntan algunas plantillas que, en este caso, sirven para que los niños repasen jugando las tablas de multiplicar.
¿Cómo se juega? | Una vez doblado el papel os podéis inventar vuestro propio comecocos. Decorad de forma diferente las ocho porciones, para que se puedan identificar con facilidad. Lo podéis hacer con números, colores o con símbolos diferentes. Pensad en lo que vais a escribir dentro. Pueden ser ocho respuestas.
Cuando lo tengáis acabado preguntad a vuestro compañero de juego un número al azar. Abrid y cerrad el comecocos las veces que correspondan a ese número. Pedidle entonces que escoja una de las casillas que hayan quedado visibles. Ahora queda levantar la pestaña y ver que hay escrito debajo.
Juego de las sillas
Este es uno de esos juegos tradicionales que reúne todos los ingredientes para animar cualquier reunión: música, reglas sencillas, fácil organización y, además, pone al mismo nivel a niños y a adultos. Tan solo se necesita un espacio un poco amplio y unas cuantas sillas.
¿Cómo se juega? | Las sillas se colocan en círculo, con los asientos hacia fuera. En cuanto al número de sillas, tiene que haber una silla menos que el número de jugadores.
Cuando la música empieza a sonar todos dan vueltas alrededor de las sillas, atentos para coger un asiento cuando pare la música. El que no consiga sentarse quedará descalificado.
Tras cada nueva descalificación tiene que retirarse una silla, de forma que siempre quede una silla menos que el número de jugadores. El último que se quede sentado será el ganador del juego.
Se trata de un juego competitivo, pero las situaciones que se crean son tan divertidas que las risas están garantizadas.
Arrancar cebollas
Este juego no necesita ningún material ni preparación previa. Sí que es conveniente contar con un mínimo de entre 8 y 10 jugadores. Pueden ser menos, pero entonces la emoción del juego se reduce.
¿Cómo se juega? | Todos los jugadores, menos uno, se sientan en el suelo, uno detrás de otro formando una fila y abrazándose bien fuerte con piernas y brazos: serán las «cebollas. El jugador que se ha quedado en pie será el «hortelano».
El «hortelano» intentará separar, uno a uno, a todos los jugadores que están en el suelo o, dicho de otra forma, intentará arrancar una a una las «cebollas» empleando fuerza y técnica.
El «hortelano», que empieza él solo a intentar arrancar las «cebollas», tiene la ventaja que le da la altura. Eso le sirve de ayuda. Luego, a medida que vaya consiguiendo su objetivo, las «cebollas» arrancadas pasaran a formar parte del equipo del «hortelano» y le ayudarán a seguir arrancando las que queden.
Por tanto el trabajo será cada vez más fácil para el «hortelano» y más costoso para las «cebollas», que deberán poner todo su empeño en no ser arrancadas. Cuando en el suelo no quede ninguna «cebolla» el juego habrá terminado.
Aunque se trate de un juego en el que la fuerza tiene un papel importante, se pueden buscar estrategias que debiliten al adversario sin hacer daño. Por ejemplo las cosquillas no suelen fallar.
Las chapas
Otro de los juegos tradicionales clásicos es el juego de las chapas. A nivel técnico se parece bastante al de las canicas ya que, para lanzar las chapas, se deben utilizar también los dedos índice o corazón a la vez que se usa el pulgar para hacer palanca.
¿Cómo se juega? | La forma más popular de jugar son las carreras de chapas. Para ello deberéis dibujar en el suelo un circuito lleno de obstáculos, curvas y todo los que se os ocurra. Pintad la salida y la meta y comenzad la carrera.
También es muy habitual jugar a lo que se conoce como fútbol chapas. En este vídeo se explica con detalle cómo se juega: