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Explicar la muerte a un niño

Explicar la muerte a un niño

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Hablar de la muerte se ha convertido en un tema tabú. Hoy en los colegios es más normal hablar del sexo que de la muerte. Es algo extraño, porque es algo que siempre está presente ¿A quien no se le ha muerto alguna persona de su familia? Es algo que forma parte de la propia vida. Explicar la muerte a los niños debería ser algo natural.

Es un tema que los pequeños tienen claro y que les interesa. Los niños, a lo largo de su vida, ven miles de muertes. No es una metáfora, es una realidad.

Explicar la muerte a un niño

Ven muertes a diario: en la tele, en la prensa, en las series… y la gran mayoría de estas muertes no están vinculadas a ningún aspecto afectivo. Por lo tanto son incapaces de elaborar que significa esta muerte, y eso es algo que los aleja de la realidad.

Lo primero es que entiendan el concepto de la muerte. Es cuando el cuerpo deja de latir, de digerir, de beber, deja de escuchar… para siempre. No para un rato. Es algo definitivo.

Esta es una forma de explicarlo muy concreta: porqué la muerte es aquello que pasa en el cuerpo, cuando el cuerpo deja de funcionar.

Es una explicación que está bien. Al hablar a los niños de la muerte deberíamos añadir la idea de que el hecho de que el cuerpo deje de funcionar no quiere decir que la vida haya desaparecido. Lo contrario a la muerte no es la «no vida». Lo contrario a la muerte es el nacimiento.

La vida siempre se expresa en una serie de formas. En un determinado momento la vida entra en forma de cuerpo, y después ese cuerpo deja de ser útil a la vida. Aquí cada uno abordará las creencias religiosas que tenga, profundizando más o menos.

Explicar la muerte a un niño

En cualquier caso, cuando queramos hablar con un niño de una muerte sucedida en nuestro entorno, hay que sentarse con el pequeño, en un espacio tranquilo, y hacerle una introducción bien clara. Y en esta introducción clara se le ha de decir aquello que ha sucedido de forma irreversible: «Te he de decir una cosa muy importante: no habla, no respira, no escucha… esta muerto».

Así dejamos de forma muy clara lo que queríamos decir. A veces decimos cosas tan horribles como: «Se ha ido de viaje». «nos ha dejado»… Llamemos a las cosas por su nombre. No le digamos «se ha convertido en una estrella», «ahora es un pajarito», «está dormido»…

NO. «Ha muerto: no respira, no come, no escucha… Y no lo volverá a hacer nunca más». Y en este momento es importante acoger sus emociones.

«¿Cómo te sientes?»

Acoger esas emociones y ayudarlo a pasar por el ritual. Ayudarlo a que pueda ir al cementerio, a que pueda ir al tanatorio, a que pueda entrar y verlo por última vez, a que pueda tener una foto… para que se pueda despedir y se pueda resituar. Y que el niño o la niña pueda agradecer todo lo que se llevó de esa relación.

Guía para que los padres puedan explicar la muerte a sus hijos: Es de ayuda esta guía que ha creado Meridiano, Compañía de Seguros del Grupo ASV, Está elaborada en colaboración con psicólogos expertos para explicar a los niños un tema tan desconocido y delicado. En definitiva, poder hablar de la muerte para poder hacer un buen duelo

Explicar la muerte a un niño

Fuente: L’ofici d’educar de Catalunya Ràdio (20/09/16) | Ilustraciones: fragmento de la portada del libro ‘¿Qué viene después del mil?’ de Anette Bley, y de la guía creada por Meridiano.

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