¿Podemos conseguir que un alumno sea feliz en clase?
Es una pregunta que se plantean muchos pedagogos, interesados en conseguir que los chavales acudan a las aulas motivados
No es algo muy fácil en los tiempos en que vivimos. Motivación de los alumnos, afectividad, predisposición, inteligencia emocional, felicidad, son algunos de los términos más usados por los expertos en educación.
Porque los tiempos han cambiado, y el aula nunca ha de ir por detrás de la sociedad
Desde esa perspectiva los escolares de hoy tienen unas necesidades específicas derivadas de los cambios sociales. Sobre todo los que se han producido en el entorno familiar.
La receta principal de un educador, para hacer frente a esas necesidades, se basa en tener una buena predisposición para ser capaz de cambiar el ambiente del aula, especialmente en los grupos más difíciles.
El profesor tiene que estar predispuesto a crear un buen ambiente y a ser transmisor de optimismo y de alegría, para poder empatizar con los alumnos
El pedagogo Pedro Santamaría Pozo explica muy bien algunos de estos conceptos. El dice que los profesores influyen directamente en lo que llama el ecosistema escolar: si el maestro no transmite entusiasmo a sus alumnos, los alumnos se aburren.
Por eso la nueva pedagogía, al menos algunas de sus corrientes más innovadoras, busca cómo conseguir que los alumnos disfruten de la experiencia que están viviendo
Diversos estudios psicológicos han demostrado que cuanto más felices son los alumnos en la escuela más se concentran, y al mismo tiempo mejor asimilan los conceptos.
Y es que ese ecosistema escolar funciona cuando funciona su líder, como en otros muchos casos de nuestra vida
Y el líder del aula puede ser el profesor, pero también un alumno o un grupo de alumnos. Hablamos en este caso de rendimiento escolar, pero también del difícil problema del bullying, del acoso.
Los expertos aseguran que los líderes de la clase pueden movilizar a sus compañeros en una buena o en una mala dirección. Si la dirección es la correcta, mejorarán los valores de ese grupo de alumnos. Aprenderán mejor, estarán más motivados y también mejorará la convivencia.
La felicidad en el aula no es un reto imposible
Pedro Santamaría, desde su puesto de coordinador de pedagogía del Colegio Profesional de la Educación de Madrid, apuesta por el sí. Como él mismo asegura, el profesor y sus alumnos forman un gran equipo. Se empieza por ser un grupo que interactúa en el aula, y se acaba por ser una gran familia educativa. Una gran familia FELIZ, si es posible.
Fuente: Por la educación de Radio 5 (13/01/17) / Imagen de portada: flickr Guillermo Alonso / Imágenes interior: Fotos del proyecto Classroom Portaits, impulsado por el fotógrafo Julian Germain, en el que explora escuelas de todo el mundo, niños pequeños y otros que son ya adolescentes. Hizo fotos en guarderías, escuelas e institutos, una incursión en el lugar en donde los alumnos aprenden, viven y crecen.