La piel tiene memoria, y el 80% de los melanomas (cáncer de piel) se podrían evitar si protegiésemos bien a nuestros niños y niñas durante toda su infancia usando SIEMPRE una protección solar adecuada.
La exposición solar por sí misma no es perjudicial, pero hay que tomar el sol con cuidado para recibir los beneficios y evitar los riesgos derivados de su exceso.
Se ha demostrado que la exposición excesiva al sol es el factor de riesgo más importante del cáncer de piel, enfermedad asociada a un patrón de exposición solar intermitente pero intenso con episodios de quemaduras solares, como es típico de las vacaciones. Las consecuencias de este patrón de exposición son especialmente importantes en niños y adolescentes, que tienen un riesgo más alto de sufrir quemaduras.
¿Cuál es la mejor protección solar para niños?
Las características meteorológicas de nuestro país, con un índice elevado de días soleados al año, nos permiten disfrutar más tiempo de los beneficios del sol.
El sol es una fuente de salud y bienestar que interviene en la síntesis de la vitamina D necesaria para fijar el calcio y prevenir el raquitismo, actúa en el tratamiento de algunas enfermedades de la piel a la vez que participa en una serie de procesos fisiológicos esenciales para el desarrollo del organismo.
El sol por sí mismo no es perjudicial, pero hay que evitar la sobreexposición a las radiaciones solares y usar siempre protección solar.
Recuerda que estar bronceado no es un signo de salud | El hecho de que la piel cambie de color es señal de que se ha producido un daño: la rojez y el bronceado son reacciones de defensa de la piel ante la agresión que supone la exposición intensa a las radiaciones ultravioletas.
Para muestra el siguiente vídeo | El artista Thomas Leveritt instaló una cámara ultravioleta y un monitor de visualización en el Prospect Park de Brooklyn para mostrar a las personas cómo se ve su piel con luz ultravioleta: ASÍ ES COMO TE VE EL SOL.
Las pecas que se revelan y las manchas de edad al acecho son el resultado aún no visible del daño sufrido por la piel por la exposición al sol. La verdadera magia (¡y ciencia!) de este vídeo ocurre cuando vemos cómo se ve el protector solar con luz UV: como un campo de fuerza visible de crema negra que bloquea los rayos UV.
Es una demostración impresionante de cómo el protector solar protege nuestra piel de los rayos dañinos del sol, y nos demuestra por qué es importante usarlo a diario.
¿Por qué los niños no deben usar los productos de protección solar de los adultos? | La piel de los niños es más sensible y frágil que la piel de los adultos. Es por ello que es recomendable utilizar fotoprotectores especialmente formulados para su piel y testados específicamente para su población con ingredientes calmantes que protegen y refuerzan la función barrera de la piel.
¿Cuál es la diferencia entre un Water resistant y un Waterproof? | Según la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), denomina:
Water resistant: cuando el producto de protección solar no ha perdido la capacidad protectora después de 40 minutos de permanencia dentro del agua. Para evaluarlo se prueba sobre la espalda de bañistas que nadan durante periodos de 20 minutos.
Waterproof: Cuando el fotoprotector actúa durante más de 80 minutos después de entrar en contacto con el agua.
¿Wet skin y Rubproof? ¿Eso qué es? | Wet skin indica que puede aplicarse sobre la piel húmeda. Rubproof indica que son resistentes a la fricción. Ya sabemos que los niños acostumbran a jugar y a revolcarse por todas partes.
¿Qué protector solar usar en función de la edad?
Bebés de 0 a 6 meses | Ningún producto de protección solar. No están recomendados en sus pieles tan sensibles e inmaduras. Protégele con sombrerito, sombrilla y ropa fresca. Evita las horas de máximo sol: de 12 a 17 h.
Entre los 6 meses y 2-3 años | Protección solar 50+ con filtros físicos/minerales (baby): actúan a modo de pantalla. Hacen efecto desde el mismo momento en que se aplican. Reponer cada 2 horas.
En niños mayores de 2-3 años | También se pueden usar filtros químicos 50+. Actúan por absorción de la radiación solar ultravioleta. Captan la energía y la transforman en una longitud de onda distinta, inocua para la piel, pero han de aplicarse 30 minutos antes de la exposición solar.
En los botes verás la palabra pediatrics, kids o infantil. Existe formato gel, crema, loción, spray o bruma. ¡Aplicar antes de salir de casa! Y reponer cada 2 horas.
¿Podemos usar los filtros físicos para toda la familia? | Sí, podemos
RECUERDA:
- Siempre siempre protección solar 50+
- Utilizad protección solar aunque esté nublado
- Se debe reponer la crema de protección solar cada 2 horas
- ¡No os olvidéis de las orejas!
- Ofrece a tu hijo agua con regularidad
- Usad gorro o gorra con visera
- Usad gafas de sol si el peque las tolera.
- Usad también protector labial
Ideas, trucos y consejos para ir a la playa con niños
Además de tener en cuenta la protección solar, un día de playa o piscina con niños exige una serie de artilugios para que ellos y vosotros podáis disfrutar cómodamente. Toma nota de los siguientes porque pueden serte muy útiles.
Bañador pañal | En la playa o en la piscina apuesta por un bañador pañal para que tu bebé disfrute a tope del agua (y sin sorpresas):
Protección labial | Los labios no tienen melanina, lo que hace que estén desprotegidos frente a la radiación ultravioleta. Es fundamental mantenerlos hidratados y protegidos durante todo el año, pero en especial durante el verano ya que es cuando más fuerza tiene el sol. Una de las mejores opciones para nutrir y proteger los labios es usar bálsamos con SPF:
Protección ocular | La Organización Mundial de la Salud apuesta por tomar medidas de protección ocular a partir de un índice de radiación ultravioleta superior a 3, nivel que se supera la mayoría de los días en España.
Para evitar lesiones en los más pequeños, la principal recomendación es evitar la exposición solar directa y las horas de mayor intensidad de la luz solar (entre las 12 y las 17 horas) y fomentar una adecuada protección con gorros, viseras y gafas de sol con filtros adecuados.
Es tan importante que los niños usen las gafas de sol cuando el suelo está cubierto de nieve, como en un día de verano en la playa:
Chalecos de natación | Los chalecos de natación para niños y niñas (de neopreno, flotantes y con estampados) son perfectos para que los más pequeños aprendan a nadar y disfruten de una mayor seguridad en el agua.
Se trata de una prenda que se adapta, y puede ajustarse de manera personalizada al cuerpo, y que no necesita inflarse por lo que siempre está listo para usarse. Además, al dejar los brazos y las piernas libres aporta a los más pequeños una mayor libertad de movimientos y estimula una postura correcta para aprender a nadar.
Existen una amplia gama de modelos entre los que elegir, estos son algunos:
Ropa con protección solar | Además de las cremas para el cuerpo, las camisetas y ropa de baño con factor de protección UV son un gran remedio para no quemarse:
Refugios para la playa | Los refugios para la playa son un accesorio cada vez más habitual. Combinan las prestaciones de una tienda de campaña con las de una sombrilla, ¡todo en uno! Destacan por sus tejidos con protección UV 50+ y por su alta resistencia a los vientos.
Además, cuentan con un formato fácil de abrir (gracias a un sistema pop-up que permite que el refugio se monte al lanzarlo al aire) y son muy fáciles de transportar (ya que son plegables y van acompañados de bolsas de almacenaje), ¡para llevar a la playa, a la piscina o a cualquier lugar!
Juguetes de playa originales
Para estimular la curiosidad de tus hijos jugando y explorando, te propongo accesorios y juguetes para hacer que este verano sea inolvidable para ellos.
Todos están orientados a niñas y niños aventureros y curiosos, a los que les guste la naturaleza, explorar, poner en práctica sus habilidades ¡y expandir sus conocimientos!
No te van a caber todos a la vez en la bolsa, pero puedes invertir en aquellos que más se adecuen a los intereses y la edad de tus pequeños e ir alternándolos cada día ¡para que tus hijos disfruten de un juego variado, lúdico, educativo, creativo y de calidad al aire libre!
Para saber más sobre el SOL y la protección solar
Por qué se produce el bronceado de la piel
El bronceado es la respuesta de la piel ante la agresión que le producen las radiaciones solares. Los melanocitos, como mecanismo de protección solar, liberan melanina (la sustancia que da el color a la piel).
Las personas que tienen la piel muy blanca y que con la exposición solar se ponen rojas tienen más facilidad para quemarse, ya que el mecanismo de protección es menor. La piel tiene memoria y los efectos de las radiaciones son acumulativos y progresivos.
Qué es la radiación UVA
Todos estamos expuestos a la radiación UV procedente del sol y de numerosas fuentes artificiales utilizadas en la industria, el comercio y durante el tiempo libre.
El sol emite luz, calor y radiación UV. La región UV abarca el intervalo de longitudes de onda de 100 a 400 nm y se divide en tres bandas:
- UVA (315–400 nm)
- UVB (280–315 nm)
- UVC (100–280 nm)
Cuando la luz solar atraviesa la atmósfera, el ozono, el vapor de agua, el oxígeno y el dióxido de carbono absorben toda la radiación UVC y aproximadamente el 90% de la radiación UVB. La atmósfera absorbe la radiación UVA en menor medida.
En consecuencia, la radiación UV que alcanza la superficie terrestre se compone en su mayor parte de rayos UVA, con una pequeña parte de rayos UVB.
Qué es el índice de radiación solar
El índice de radiación ultravioleta (índice UV o UV índex) es una medida que indica la intensidad de la radiación solar registrada o prevista en un lugar concreto a la hora del mediodía.
El objetivo de este índice es servir de guía para conocer cuáles deben ser las precauciones y medidas de protección que se deben tomar antes de exponerse al sol o si es preferible quedarse en casa. En la Agencia Estatal de Meteorología puedes consultar cuál es el índice de radiación solar para hoy en cada parte del territorio.
- Se considera índice de radiación solar bajo el 01 y el 02.
- Cuando el índice de radiación solar es moderado (03, 04 y 05) o alto (06 y 07) se necesita protección. Hay que mantenerse en la sombra durante las horas centrales del día y utilizar ropa de trabajo, protección solar y sombrero.
- Con índices de radiación solar muy altos (08, 09 y 10) o extremos (11 ó más de 11) se necesita protección solar extra. Hay que evitar salir durante las horas centrales del día y buscar la sombra. Y es imprescindible utilizar ropa de trabajo, protección solar y sombrero.
Además, el color o tipo piel de cada persona es determinante para establecer las medidas de protección solar adecuadas individualmente.
De qué depende la intensidad de la radiación UV
La intensidad de la radiación UV depende de varios factores:
De la altura del sol | Cuanto más alto esté el sol en el cielo más intensa es la radiación UV. Así, la intensidad de la radiación UV varía según la hora del día y la época del año. Fuera de las zonas tropicales las mayores intensidades de la radiación UV se producen cuando el sol alcanza su máxima altura, alrededor del mediodía solar durante los meses de verano.
De la latitud | Cuanto más cerca del ecuador, más intensa es la radiación UV.
De la nubosidad | La intensidad de la radiación UV es máxima cuando no hay nubes, pero puede ser alta incluso con nubes. La dispersión puede producir el mismo efecto que la reflexión por diferentes superficies, aumentando la intensidad total de la radiación UV.
De la altitud | A mayor altitud, la atmósfera es más delgada y absorbe una menor proporción de radiación UV. Con cada 1000 metros de incremento de la altitud, la intensidad de la radiación UV aumenta en un 10 a 12%.
Del ozono | El ozono absorbe parte de la radiación UV que podría alcanzar la superficie terrestre. La concentración de ozono varía a lo largo del año e incluso del día.
De la reflexión por el suelo | Diferentes tipos de superficies reflejan o dispersan la radiación UV en diversa medida; por ejemplo, la nieve reciente puede reflejar hasta un 80% de la radiación UV; la arena seca de la playa, alrededor de un 15%, y la espuma del agua del mar, alrededor de un 25%.
Cuáles son las principales medidas de protección solar
Cuando entramos en época de hacer muchas actividades al aire libre, en contacto con la naturaleza, debemos recordar las medidas de protección solar para disfrutar del sol de manera saludable:
Empezar a tomar el sol de manera gradual y evitar la exposición prolongada y las horas de máxima intensidad, de las 12 a las 17 h, especialmente durante los meses de verano.
Es importante también el uso de sombrero o de gorro para personas calvas o para cualquier persona que tenga la piel clara. Utilizar sombreros de ala ancha (para proteger también el cuello y las orejas) y cubrirse el cuerpo con ropa, sobre todo en caso de permanecer largos ratos expuestos al sol.
Utilizar un filtro solar con factor de protección elevado. Aplicarlo sobre la piel bien seca por todo el cuerpo y en cantidad suficiente, unos 20 minutos antes de la exposición al sol, sin olvidar las orejas, la nariz y los labios. Renovar la aplicación periódicamente después de bañarse o si se suda mucho.
No se deben utilizar cremas que estén caducadas o de años pasados, ya que muchas veces durante el verano se exponen a condiciones ambientales extremas alcanzando temperaturas que no permiten garantizar la capacidad de protección solar y la estabilidad del producto.
Es necesario proteger los ojos usando unas gafas de sol adecuadas que deben reunir una serie de requisitos de seguridad y de filtrado adecuado de las radiaciones perjudiciales.
El sol daña la piel más sensible de nuestro cuerpo: la de nuestros ojos. Puede provocar quemaduras perceptibles a corto plazo como conjuntivitis, queratitis, irritación, enrojecimiento, una sensación molesta e incluso visión borrosa; además de otros posibles daños a largo plazo como la degeneración macular o incluso las cataratas.
Beber agua para evitar la deshidratación.
Evitar tomar el sol si se toma medicación fotosensible.
Permanecer mayoritariamente en zonas de sombra cuando se realizan actividades al aire libre.
Estas recomendaciones son especialmente importantes en lactantes y niños, por su mayor riesgo de sufrir quemaduras, ya que tienen la piel extremadamente sensible a las radiaciones solares. Además hay que tener en cuenta lo siguiente:
Se recomienda que los niños pequeños sólo estén al aire libre a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, y evitarlo durante las horas de máxima intensidad solar.
Los filtros solares no son una forma segura de proteger totalmente la piel delicada y sensible de los niños pequeños. Hay que protegerlos, especialmente las zonas del cuerpo más expuestas como la cara, las orejas y el cuello (con un sombrero) y la espalda (con ropa).
Asimismo, las personas de piel muy blanca, que tienen dificultad para broncearse y facilidad para quemarse cuando toman el sol, deben extremar las medidas de protección solar ya que son más sensibles a las radiaciones ultravioletas y presentan un riesgo más alto de desarrollar cáncer de piel.
La exposición solar sin una protección adecuada conlleva quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel y aparición de arrugas.
Por qué es necesaria la protección solar también en invierno
No debemos caer en el error de pensar que el sol sólo nos hace daño durante el verano, las radiaciones solares son peligrosas durante todo el año e incluso pueden llegar a serlo más durante el invierno por varias razones:
- En primer lugar, las personas que practican deportes durante esta estación, como el esquí, pasan largos periodos al aire libre expuestos al sol, y la nieve puede reflejar hasta un 80% los rayos de sol, aumentando sus efectos sobre la piel. A modo de comparación tengamos en cuenta que la arena de la playa refleja únicamente alrededor de un 20% de la radiación, y el agua del mar o de piscinas aún menos.
- Por otro lado, cuanta mayor sea la altura en la que nos encontremos mayor va a ser la incidencia de la radiación solar.
- Por último existe una menor percepción del riesgo, por lo que no solemos usar protectores solares durante el invierno.
Todos estos factores se unen incrementando de forma significativa la probabilidad de sufrir daños sobre nuestra piel.
Entre las personas que pueden verse más afectadas por la radiación solar destacan los niños, ya que su sistema de protección solar natural no está desarrollado, en ellos el daño solar es máximo y además se acumula.
La piel nunca va a olvidar las agresiones a las que la exponemos y, al cabo de los años, pueden aparecer lesiones graves como el melanoma por acumulación de los efectos de la radiación.
Por consiguiente, una adecuada protección solar desde la infancia disminuirá el riesgo de desarrollar cáncer en la edad adulta. Es necesario que el niño adquiera el hábito de protegerse frente a la radiación solar, para lo cual los padres debemos de dar ejemplo.
También recordar que hay medicamentos que pueden dar lugar a reacciones adversas como erupciones y quemaduras en la piel cuando la persona se expone al sol. Por tanto es aconsejable consultar al médico o al farmacéutico sobre aquellos medicamentos que estamos usando de forma que nos pueda informar de los riesgos (existen enfermedades y medicamentos en los que el sol está contraindicado).
Protección solar en el embarazo
Durante la etapa de embarazo los cuidados de la piel deben multiplicarse debido a que aumenta su sensibilidad.
¿Puede una gestante tomar el sol? Sí, pero con la protección solar adecuada y con precaución. Gracias a la protección solar durante el embarazo la piel no quedará con manchas tan difíciles luego de atenuar o eliminar.
La revolución hormonal que vive la mujer embarazada puede hacer que los efectos del sol, ya de por sí nocivos, sean devastadores, y lo que es peor aún: que las consecuencias de no protegerse adecuadamente sean irreversibles.
Durante la gestación la piel de la mujer, especialmente en el área de la barriga, está expuesta a cambios. El aumento de melanina hace que el color de lunares, manchas y cicatrices que quizás pasaban desapercibidos en otro momento se oscurezcan y se noten más. El color de la línea que atraviesa la barriga desde el ombligo hasta el pubis también se oscurece.
Las zonas de los pezones, axilas y pliegues del cuello de igual manera se tornan más oscuras. Y, aunque es una manifestación que debería desaparecer tras el parto, la protección solar durante el embarazo puede ayudar a que no permanezca tras este.
En esta etapa se notan más también las manchas que aparecen en el rostro tras una exposición al sol prolongada. No se trata sólo de proteger la piel por estética sino que la insolación, además de generar lesiones y quemaduras, puede producir mareos y fiebre, situaciones que una mujer embarazada debe evitar.
Es también importante proteger la zona de la barriga y los senos durante el período de embarazo, pues estos suelen aumentar su tamaño. Esto último provoca la aparición de marcas y estrías, cosa que se minimiza si la piel está humectada y protegida y puede estirarse sin romperse.
Tras broncearse la piel puede quedar seca y perder flexibilidad, por lo que aumentan las posibilidades de que queden marcas. Además, en caso de que no se puedan evitar las estrías, si estas no se exponen al sol no serán más claras u oscuras que el resto de la piel y podrán disimularse mejor.
Cómo saber mi fototipo de piel. Qué es la escala Fitzpatrick
Los fototipos de piel varían en función de la raza y procedencia de las personas. El color o tipo de piel de cada persona es un factor determinante para establecer las medidas de protección solar adecuadas de forma individual.
El fototipo de piel de una persona es el rango que determina la capacidad de la piel para reaccionar ante situaciones de exposición solar, define la capacidad que tiene la piel para broncearse. Para medirlo se utilizan unos valores del 1 al 6 a través de una clasificación denominada Fitzpatrick.
Si tienes dudas sobre cuál es tu fototipo de piel, el resultado que obtengas de este test será una buena estimación.
Fototipo I | Se corresponde a las pieles muy claras que normalmente van acompañadas con pecas. Su tonalidad es de un color blanco lechoso. Es de tipo céltico e incluso podría llegar a ser albino. El cabello normalmente es el pelirrojo y los ojos son azules. Son pieles muy propensas a quemarse con facilidad al exponerse a los rayos solares, no se pigmentan y su bronceado es nulo. Después de quemaduras la piel se descama. El factor de protección solar que se recomienda utilizar es el de 50+.
Fototipo II | Son pieles claras de color blanco que pueden o no llevar pecas. Después de mucho tiempo de exposición al sol pueden adquirir un tono de café con leche. El cabello de las personas con este tipo de piel es rubio o pelirrojo y los ojos verdes o azules. Estas pieles se queman también con facilidad de forma bastante intensa, pero tienen un ligero bronceado. Se recomienda que para este tipo de fototipo se utilice un factor de 50+.
Fototipo III | En este caso las pieles tienen un color bronceado y al tomar el sol se tuestan con facilidad, aunque en las primeras exposiciones pueden quemarse. Son pieles caucasianas (europeas) y las acompaña un cabello castaño. Pueden quemarse con cierta facilidad, pero con algo de cuidado solo se tuestan. El bronceado es claro y se produce de forma moderada. Se recomienda un factor de protección 30-50.
Fototipo IV | Estas pieles son de un tono amarronado, similar al del grupo III pero que se broncea con mayor facilidad. El tono del cabello es castaño oscuro. Para adquirir quemaduras hay que exponerse durante mucho tiempo y a una gran intensidad bajo los rayos solares. El bronceado es oscuro y el factor adecuado para su protección es de 30-50.
Fototipo V | Son pieles muy amarronadas y oscuras que se pigmentan con mucha facilidad, de forma prácticamente inmediata. Suele corresponder a hindúes, indios americanos… El pelo de las personas que la tienen es un castaño muy oscuro. Para quemarse tienen que pasar por una exposición solar muy intensa. Factor de protección solar necesario 15-20.
Fototipo VI | Son pieles negras, con cabello negro también. Estas pieles no se queman nunca y su bronceado es siempre de ese tono. Aun así resulta indispensable utilización de factor solar protector.
Los efectos de la exposición excesiva a la radiación UV
Los efectos cutáneos son los más evidentes: quemaduras solares, bronceado y envejecimiento de la piel.
El efecto agudo más conocido de la exposición excesiva a la radiación UV es el eritema, el familiar enrojecimiento de la piel que se conoce como quemadura solar. Además, la mayoría de las personas adquirirán un bronceado como resultado de la estimulación de la producción de melanina que tiene lugar tras unos pocos días de exposición a la radiación UV.
Otro efecto de adaptación menos evidente es el engrosamiento de las capas más externas de la piel, que atenúa la penetración de la radiación UV a las capas más profundas. Ambos efectos son señal de que la piel ha sufrido daños. El tiempo de eritema y la capacidad de adaptación a la exposición a la radiación UV varían mucho de unas personas a otras, dependiendo de su tipo de piel.
La exposición crónica a la radiación UV ocasiona también varios cambios de tipo degenerativo en las células, el tejido fibroso y los vasos sanguíneos de la piel, como las pecas y nevos (zonas pigmentadas de la piel), y los lentigos (pigmentación parda difusa).
La radiación UV acelera el envejecimiento de la piel y, la pérdida gradual de su elasticidad, produce arrugas y una piel seca y áspera.
Qué produce realmente una quemadura solar | ¿Por qué la piel se enrojece y se pela cuando se quema con el sol? En este episodio de Gross Science, Anna Rothschild explica lo que sucede en nuestra piel cuando se quema por la exposición al sol:
Seguro que en alguna ocasión te ha ocurrido que te has quemado con el sol y, en unos días, la piel comienza a desprenderse (te estás pelando). Es bastante asqueroso, no es exactamente el efecto que la mayoría de las personas buscan cuando toman el sol. Pero, ¿qué sucede realmente cuando te quemas?
La mayoría de quemaduras se producen si nuestra piel entra en contacto con algo caliente, como por ejemplo cuando nos quemamos la boca al comer algo que tenemos la sensación de que nos abrasa. Pero en el caso de las quemaduras solares, en realidad no son causadas por el calor.
La luz solar está compuesta por un montón de diferentes tipos de radiación:
- Uno de ellos es la radiación infrarroja, que es principalmente lo que hace que la luz solar caliente.
- También hay luz visible, que nos permite ver la luz solar,
- Y luego está la luz ultravioleta.
La radiación ultravioleta o UV es la que causa una quemadura solar, y puede causar estragos en las células de la piel al alterar moléculas importantes como el ADN. Cuando eso ocurre tu cuerpo hace todo lo posible para protegerte de ella.
Cuando la radiación UV llega a tu piel, los pigmentos llamados melanina la absorben y protegen tu ADN del daño. La melanina está presente en nuestras células de la piel todo el tiempo (es lo que le da a tu piel su color particular), y está creada por células especiales llamadas melanocitos que luego distribuyen la melanina a otras células llamadas queratinocitos (esas son las células más comunes en la capa más externa de la piel).
Cuando tu piel está expuesta a los rayos UV los melanocitos aumentan su producción de melanina, y también transfieren más melanina a los queratinocitos. Esto ocurre en diversos grados según tu composición genética, pero es por ello que tu piel podría oscurecerse, o broncearse, si permanece al sol un tiempo.
Pero la defensa de la melanina está lejos de ser infalible, independientemente de cuán oscura sea tu piel o cuán bronceada esté, algunos rayos UV pueden pasar a escondidas. Y cuando lo hacen pueden dañar tu ADN.
En realidad esto puede suceder de diferentes maneras:
- A veces la radiación destruirá directamente tu ADN y lo dañará en una billonésima parte de un segundo.
- Otras veces los rayos UV pueden hacer algo más siniestro: pueden hacer que tu melanina se vuelva en contra tuyo. La radiación puede hacer que tus células produzcan esas moléculas dañinas llamadas radicales libres.
Resulta un poco complicado de explicar, pero lo que ocurre esencialmente es que los radicales libres excitan un electrón en tu melanina. La melanina luego choca con tu ADN y excita un electrón allí, lo que puede hacer que el ADN se enrosque.
Independientemente de cómo ocurra, una vez que tus células están dañadas comienzan a producir moléculas de advertencia señalando que algo malo está sucediendo. Si suficientes células producen la señal tu cuerpo generará una respuesta inflamatoria, enviando muchos tipos diferentes de células sanguíneas a esa área para reparar y detener el daño. Y es esa afluencia de sangre la que causa el enrojecimiento que normalmente se ve con una quemadura solar, dependiendo de lo clara que sea tu piel.
Entonces, ¿qué ocurre con el peeling? | Lo cierto es que las células de tu piel se desprenden todo el tiempo, sin que te des cuenta. En realidad tienes células madre en tu piel que viven durante décadas.
Las células madre producen capas de queratinocitos, que se caen y se reemplazan con el tiempo. Pero esos queratinocitos no maduran adecuadamente cuando están dañados por los rayos UV. Entonces ocurre que, en lugar de descamarse discretamente, todos se agrupan y se despegan juntos (es cuando la piel se nos pela).
Ahora bien, tu cuerpo tiene enzimas que reparan gran parte del daño al ADN causado por los rayos UV. Pero, no siempre pueden repararlo todo. Y si el daño no se repara en una de tus células madre, es posible que tengas un problema real. Cuando esas células se replican pueden crear una mutación en el sitio del daño. Y dependiendo de donde ocurra la mutación, esto podría hacer que la célula se vuelva cancerosa en algún momento por el camino.
Recuerda, incluso si no tiendes a quemarte, la radiación UV puede dañar tu ADN. Si sabes que vas a estar expuesto al sol durante un tiempo, asegúrate de estar cubierto o de usar protector solar.
Tratamiento de quemaduras solares en la cara y el cuerpo. Crema y remedios caseros | A pesar de las recomendaciones que se dan en verano la quemadura solar es uno de los trastornos más frecuentes en esa época. Si no hemos sido capaces de prevenirla, sepamos al menos cómo tratarla.
La quemadura solar es una lesión aguda de la piel producida por la exposición excesiva a la radiación solar ultravioleta. Esto provoca alteraciones en la epidermis causando inflamación.
Los síntomas de la quemadura solar aparecen a las pocas horas de exposición al sol: aparece un enrojecimiento de la piel, dolor en la zona de la quemadura, molestias al mover la zona y un ligero hinchazón. Pero los síntomas más intensos aparecen a las 24 horas tras la exposición. El tratamiento principal es la rehidratación y el alivio del dolor.
Un primer remedio casero consiste en disolver una cucharada de vinagre blanco en medio litro de agua fría, y aplicar compresas de esta mezcla durante varios minutos. Por supuesto en la quemadura solar es fundamental el aftersun, que no sólo rehidrata sino que también tiene efecto calmante. Además, si el dolor o el picor persisten, puede administrarse un analgésico como el ácido acetil salicílico, que suele ir bien porque además tiene un efecto antiinflamatorio.
La ducha con agua fría reconforta, pero hemos de evitar que el chorro caiga directamente sobre la zona irritada.
Y desde luego es fundamental hidratarse también por dentro, así que hay que beber mucha agua para recuperar los líquidos perdidos.
No se deben utilizar cosméticos, lacas o perfumes, e incluso es conveniente prescindir del jabón. Esto no quiere decir que haya que descuidar la higiene, todo lo contrario. Es fundamental llevar una higiene cuidadosa, procurando que las zonas afectadas estén siempre limpias y muy hidratadas para evitar la formación de costras. El agua como vemos es imprescindible.
Ni que decir tiene que tras una quemadura solar hay que evitar la exposición al sol durante unos cuantos días, así que hay que proveerse de una buena crema protectora y un buen sombrero.
En ocasiones las quemaduras solares pueden ser realmente graves y hay que acudir al médico. Los signos de alarma en estos casos son fiebre alta y la aparición de ampollas.
Qué sabemos sobre el cáncer de piel | Se ha demostrado que la exposición excesiva al sol es el factor de riesgo más importante de padecer cáncer de piel, tanto del melanoma como del no melanoma.
Más del 80% de los casos de cáncer de piel se podrían prevenir evitando una exposición excesiva al sol y las quemaduras cutáneas, especialmente durante la infancia y la adolescencia.
Las quemaduras solares aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Ahora bien, el hecho de utilizar protector solar no debe considerarse una manera segura de prolongar la exposición al sol.
Los efectos de las radiaciones ultravioletas en la piel son acumulativos y progresivos: la suma de horas de exposición al sol a lo largo de la vida también aumenta la predisposición a padecer cáncer de piel. Por ello evitar estar al sol mucho tiempo y buscar la sombra es tan importante como aplicar un protector solar adecuado al tipo de piel de manera correcta.
Por otro lado hay que tener en cuenta que el «sol artificial» no es más seguro que el sol. El efecto de las luces para broncearse, que también emiten radiaciones ultravioletas, es el mismo que el del sol de mediodía en cuanto al riesgo de padecer cáncer de piel.
Cáncer de piel melanoma | Es el cáncer de piel más agresivo y está asociado a episodios de quemaduras solares. Es una enfermedad poco frecuente pero con una mortalidad elevada. En Cataluña se diagnostican unos 740 casos (510 mujeres y 230 hombres) cada año, y representa el 1,2% de todos los tumores en los hombres y el 1,6% en las mujeres. Desde hace unos años se observa un incremento continuado en el número casos que se diagnostican cada año.
Cáncer de piel no melanoma | Está asociado a la exposición solar acumulada a lo largo de la vida y aparece en los lugares del cuerpo más expuestos. Representa el 95% de todos los cánceres de piel si bien presenta poca mortalidad.
Mitos. Verdades y mentiras sobre el Sol y la protección solar
No te puedes quemar en un día cubierto | FALSO: Aunque las nubes tapen el sol y atenúen la radiación UV, la radiación difusa es suficientemente intensa como para quemarte, a no ser que las nubes sean bajas y gruesas.
Demasiado sol es peligroso, independientemente de la edad | VERDADERO: La piel humana y el sistema inmunológico son sensibles a la radiación UV durante todo el ciclo vital.
Las cremas solares me protegen, así que puedo tomar el sol mucho más tiempo | FALSO: Las cremas solares protegen, pero su eficacia decrece después de la aplicación. No se debe estar al sol más tiempo del indicado por el «Factor de Protección Solar» (SPF).
Deberías evitar el sol en verano entre las 12 y las 17 horas (una hora menos en Canarias) | VERDADERO: Debido a la mayor elevación solar, la radiación solar UV es muy alta en las horas centrales del día.
Si no siento calor cuando estoy al sol, no me quemaré | FALSO: La radiación UV no se siente porque es absorbida por las capas más externas de la piel. La sensación de calor procede de la radiación infrarroja, no de la UV.
La radiación UV no afecta solamente a la piel, sino también a los ojos | VERDADERO: Las quemaduras de piel son posiblemente el efecto más conocido, pero la radiación UV puede dar lugar al desarrollo de cataratas y a ceguera transitoria en lugares nevados.
Simplemente vuelve a aplicarte crema solar para estar más tiempo al sol | FALSO: Las cremas solares sólo protegen durante algún tiempo, después del cual la exposición a la radiación UV es dañina.
La gente con piel clara y pelirroja es especialmente sensible a la radiación UV | VERDADERO: La gente con esta combinación de piel y pelo es el grupo de población más sensible.
El bronceado te protege de quemaduras por el sol | FALSO: El bronceado es una reacción de la piel a la exposición a la radiación UV y sólo protege parcialmente.
Los efectos negativos de las quemaduras por el sol son acumulativos | VERDADERO: La capacidad del cuerpo humano de proteger y reparar daños producidos por la radiación UV decrece a lo largo de la vida.
El sol en invierno y primavera no es peligroso | FALSO: La intensidad UV depende también de la latitud, de la altitud y de la reflexión del suelo, como por ejemplo la nieve.
Se debe proteger especialmente a los niños | VERDADERO: Debido a la mayor sensibilidad de su piel y a los efectos acumulativos de las quemaduras, siempre hay que evitar la sobreexposición solar.
Cuanto más oscura es tu piel más atractivo eres | FALSO: Esta actitud social está cambiando. Hace un siglo se era más atractivo cuanto más clara se tenía la piel.
Se debe tener en cuenta la reflexión de la radiación UV por parte del agua y la arena | VERDADERO: La radiación solar directa y la radiación difusa reflejada por el suelo son igualmente importantes.
Es necesario estar al sol debido a que la vitamina D se sintetiza con ayuda de la radiación UV | FALSO: El tiempo de exposición necesario para la producción de vitamina D es tan corto, que es suficiente con la radiación UV recibida durante nuestras actividades diarias al aire libre.
Cuanto más cortas son las sombras, más peligroso es el sol | VERDADERO: Cuando las sombras son cortas la elevación solar es alta y la radiación solar es más intensa.
No te puedes quemar mientras estás en el agua | FALSO: El agua atenúa la radiación UV, pero te puedes quemar más fácilmente nadando.
A mayor altitud, es más fácil quemarse | VERDADERO: Cuanto mayor es la altitud, la atenuación de la radiación UV por la atmósfera es menor.
No es importante cambiar los hábitos con respecto al sol | FALSO: Un cambio en los hábitos personales es un primer paso en la protección activa contra la radiación UV.
La protección contra el sol más económica y efectiva es la sombra | VERDADERO: La sombra protege de los rayos directos del sol, pero de todos modos hay que protegerse de la radiación difusa.