Cada vez son más los estudios que destacan la influencia de los primeros años en la vida del ser humano. Desde que nacemos, los seres humanos vamos adquiriendo conocimientos y destrezas, los cuales culminarán durante nuestra etapa adulta. Estas adquisiciones, además de ser fascinantes, aúnan el comportamiento del sujeto y la influencia del entorno, donde padres y educadores son cruciales.
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En este sentido, el correcto desarrollo cognitivo del bebé se resume como un camino autónomo en el que padres y educadores observan y dirigen las experiencias sin que intervengan en ellas. Como ejemplo, los estudios de fp educación infantil se centran precisamente en conocer las primeras etapas del bebé para dar lugar a individuos independientes.

En general, el aprendizaje cognitivo de un bebé consta de varias etapas y fases que educadores deben conocer.

Qué es el aprendizaje cognitivo

Para poder enumerar las etapas que configuran el aprendizaje cognitivo, antes debemos entender a la perfección por qué es tan importante. Se entiende por aprendizaje o desarrollo cognitivo el proceso gracias al cual un bebé observa, imita e interactúa con el entorno, adquiriendo aprendizaje y experiencia.

Es fundamental comprender que el aprendizaje cognitivo no es algo fijo e inamovible. Cada persona aprende y experimenta de modo diferente, de manera que un niño puede atravesar varias fases al mismo tiempo o tardar algún tiempo en mostrar curiosidad. Exceptuando ciertas ocasiones, ello no quiere decir que esté ocurriendo nada fuera de lo normal.

Fases del aprendizaje cognitivo

Como decimos, generalmente los bebés atraviesan una serie de fases en las que comienzan a entender o intentar dar una explicación al mundo que les rodea. En este sentido, los expertos dividen este aprendizaje en una serie de fases.

1. Primer año

El primer año de vida es una montaña rusa para los pequeños que acaban de llegar al mundo. Aunque lo normal es que durante el primer y segundo mes duerman, en estas semanas manifiestan sus deseos a través de gestos y emociones. A partir del tercer mes, los bebés comienzan a observar el entorno, diferenciar aquello que les gusta de lo que no e imitar lo que ven.

A partir de este momento, el pequeño llevará a cabo dos acciones: observar continuamente e imitar lo que ve. Su curiosidad provocará que intente asimilar lo que entra en su rango de visión, al tiempo que intentará coger e incluso chupar y saborear los objetos más llamativos. De hecho, es corriente que reproduzca el comportamiento de sus educadores.

2. Segundo año

El bebé comienza a tener un desarrollo físico que le permite moverse, agarrar objetos y recordar eventos. Asimismo, la capacidad lingüística se desarrolla, y no solo comprende lo que le dicen, sino que también comienza a imitarlo. Lo ideal es que el bebé comience a ser autónomo durante este año, por lo que los educadores, tanto profesionales como padres, deben intentar fomentar su independencia.

En principio, este segundo año el menor deja de ser considerado bebé y se convierte en un niño. Podemos decir que este acontecimiento tiene lugar cuando el menor es capaz de desplazarse de manera autónoma y firme por sí mismo, un suceso que suele tener lugar en torno a los 12-18 meses de edad. No obstante, como hemos señalado, cada bebé es diferente y atraviesa las etapas a su debido tiempo.