Mafalda, la emblemática niña creada por el humorista gráfico argentino Quino, ha trascendido generaciones con su aguda visión del mundo y sus reflexiones cargadas de crítica social.
A través de sus tiras cómicas, no solo ha entretenido a lectores de todas las edades, sino que también ha inculcado valores fundamentales en niños y adultos por igual.
Mafalda para niños a partir de 7 años
Por primera vez seleccionadas en un libro, las tiras de Mafalda exclusivas para los más pequeños.
La sopa, el colegio, los amigos, los juegos, el amor, las peleas, las injusticias, los padres o los insufribles deberes: todas las alegrías y dificultades que acarrea ser un niño se encuentran en esta recopilación de las tiras más tiernas, divertidas, soñadoras e inteligentes protagonizadas por Mafalda y sus inseparables Felipe, Susanita, Manolito, Libertad, Guille y Miguelito.
Más de cincuenta años después de que Mafalda se publicara en España, en una primera edición a la que la censura añadió la mención en cubierta «Para adultos», llega por fin una edición exclusiva para iniciar a los más pequeños en la lectura y el amor a unos personajes que los acompañarán durante el resto de sus vidas.
¿Cómo nació Mafalda?
El 29 de septiembre de 1964 nacía en papel impreso Mafalda, gracias al genio y los trazos de Quino, dibujante argentino que falleció el 30 de septiembre de 2020, a la edad de 88 años, y que firmaba los cheques como Joaquín Salvador Lavado.
Mafalda, la niña que odiaba la sopa, adoraba a los Beatles y quería por encima de todo paz en el mundo tiene ya, aunque no lo parezca, más de 60 años. De mayor quería ser traductora de la ONU, para de esa manera, cuando los diplomáticos se pelearan, traducir todo al revés y conseguir la PAZ en el mundo.
El creador de Mafalda posa junto a esta y a Susanita, Manolito, Felipe y Miguelito, reproducidos para una exposición en la que se mostraban algunas de sus viñetas, en Madrid el 9 de abril de 1992. | Foto DANIEL BELTRÁ (EFE)
La tira de Mafalda empezó a publicarse en el semanario Primera Plana el 29 de septiembre de 1964, y nada ha cambiado más de 60 años después: continúa odiando la sopa y sigue adorando a los Beatles.
Mafalda nació en realidad en el 62 | Fue para una campaña comercial de electrodomésticos. Pero no cuajó más allá de ahí, y la niña cabezona de los calcetines caídos acabó metida en un cajón. Hasta que llegó la oferta de la revista argentina Primera Plana y empezó a aparecer en forma de tira semanal
Quino explica aquí el origen de Mafalda, su personaje más entrañable:
Este fragmento de vídeo pertenece a un episodio del programa A fondo (de RTVE), del año 1977, en el que Joaquín Soler Serrano entrevista al humorista gráfico. Aquí puedes ver la entrevista completa:
Por aquel entonces no existían los amigos Felipe, Manolito ni Libertad. Ni mucho menos había nacido su hermano Guille. Mafalda se apañaba mano a mano con su padre, bombardeándolo con preguntas sobre las injusticias sociales y la incomprensible política mundial.
Porque Mafalda no es una niña | Es un ser irreverente, de lengua afilada y sesudas deducciones. Y, aunque esta cría sólo era un dibujo plano, consiguió independizarse hasta tal extremo de Quino que su creador acabó fagocitado.
El propio Julio Cortázar, atendiendo a una pregunta, llegó a decir «no tiene importancia lo que yo pienso de Mafalda, lo importante es lo que Mafalda piensa de mí».
Quino dejó de dibujarla diez años después | Porque el miedo es libre, y Sudamérica pasaba por un periodo especialmente sangriento. Si esa niña seguía diciendo todo lo que pensaba… si no se traicionaba a sí misma… a Quino le acabarían pegando un tiro, ya que no se lo podían pegar a ella.
Pero da igual, Mafalda sigue y seguirá vigente. Cualquier frase quejosa contra la política y la sociedad que soltó en los 60, aún sirve. Ahí va una:
«En este mundo cada vez hay más gente y menos personas.»
¿Qué valores enseña Mafalda a los niños?
Veamos los principales valores que Mafalda transmite a los más pequeños y cómo su legado sigue vigente en la educación y formación de las nuevas generaciones:
Pensamiento crítico y curiosidad | Mafalda es conocida por cuestionar constantemente el mundo que la rodea. Su curiosidad insaciable y su tendencia a no aceptar las cosas tal como se presentan invitan a los niños a desarrollar un pensamiento crítico.
Al enfrentar temas complejos como la política, la economía y la sociedad, Mafalda enseña a los pequeños la importancia de formular preguntas y buscar respuestas más allá de lo evidente. Este enfoque promueve en los niños la capacidad de analizar su entorno y formar opiniones propias fundamentadas.
Valor de la amistad y la empatía | A lo largo de las historietas, la relación de Mafalda con sus amigos —Felipe, Manolito, Susanita, Miguelito y Libertad— refleja la importancia de la amistad y la empatía.
Cada personaje posee personalidades y perspectivas distintas, pero juntos enfrentan desafíos y comparten momentos cotidianos. Esta diversidad enseña a los niños a valorar y respetar las diferencias, fomentando la comprensión y el apoyo mutuo en las relaciones interpersonales.
Compromiso con la paz y la justicia | Mafalda muestra una profunda preocupación por la paz mundial y la justicia social. Su rechazo a la guerra y su deseo de un mundo más equitativo son temas recurrentes en las tiras cómicas.
Al abordar estos asuntos, Mafalda inculca en los niños la importancia de abogar por un mundo sin violencia y de ser conscientes de las injusticias que existen en la sociedad. Este mensaje inspira a los pequeños a desarrollar una conciencia social y a valorar la importancia de vivir en armonía con los demás.
Defensa de los Derechos del Niño | Las historias de Mafalda también resaltan la relevancia de los derechos de la infancia, como el acceso a una educación de calidad, la igualdad y la libertad de expresión.
Mafalda cuestiona las estructuras educativas y desafía los estereotipos de género, promoviendo la idea de que todos los niños deben ser tratados con equidad y tener la oportunidad de expresar sus opiniones libremente. Estas enseñanzas están alineadas con los principios establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU.
Importancia de la honestidad y la transparencia | La sinceridad de Mafalda es una de sus características más destacadas. No teme expresar lo que piensa, incluso si sus opiniones son incómodas para los adultos. Esta actitud enseña a los niños el valor de la honestidad y la importancia de comunicarse de manera abierta y transparente.
Al fomentar la expresión sincera de pensamientos y sentimientos, se promueve en los pequeños la construcción de relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo.
Responsabilidad social y ambiental | Mafalda muestra una constante preocupación por el estado del mundo y el medio ambiente. Sus reflexiones sobre la contaminación y el futuro del planeta invitan a los niños a ser conscientes de su entorno y a asumir una actitud responsable hacia la naturaleza.
Este enfoque promueve en los pequeños la importancia de cuidar el medio ambiente y de entender que sus acciones tienen un impacto en el mundo que los rodea.
Resiliencia y perseverancia | A pesar de las frustraciones y desafíos que enfrenta, Mafalda demuestra una notable resiliencia y determinación. Su capacidad para enfrentar situaciones adversas y seguir adelante enseña a los niños la importancia de la perseverancia y la fortaleza emocional.
Estas cualidades son esenciales para que los pequeños aprendan a manejar las dificultades y a desarrollar una actitud positiva frente a los obstáculos.
En conclusión
Mafalda, con su mirada crítica y su corazón lleno de esperanza, continúa siendo un referente en la transmisión de valores esenciales para el desarrollo de los niños.
Sus enseñanzas sobre el pensamiento crítico, la amistad, la justicia, los derechos, la honestidad, la responsabilidad y la resiliencia siguen siendo relevantes en la actualidad.
Al compartir las historias de Mafalda con las nuevas generaciones, brindamos a los niños herramientas valiosas para comprender el mundo y convertirse en individuos conscientes y comprometidos con la sociedad.