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Música compuesta para niños

Música compuesta para niños

Música compuesta para niños

La música es un excelente vehículo de aprendizaje

Con ella podemos viajar con nuestros niños a lugares increíbles y situaciones realmente maravillosas. Los compositores de música clásica también pensaron en los niños, a la hora de componer. Algunas obras fueron escritas para ellos y otras, incluso, fueron pensadas para ser interpretadas por los más pequeños. Estas piezas son un excelente ejemplo de música compuesta para niños:

La Sinfonía de los juguetes

Se duda mucho de quien es el autor real de esta obra. Oficialmente se le atribuye a Leopold Mozart, padre de Wolfgang Amadeus Mozart.

Leopold Mozart la compuso para sus dos hijos. En la misma se incluyen juguetes musicales como el reloj de cuco, la carraca, un silbato que imita a los pájaros, un tambor de hojalata y un triángulo. Esta mezcla de juguetes sonoros con los instrumentos clásicos, resulta muy original y divertida.

El rincón de los niños

Se trata de una obra del compositor francés Claude Debussy, que está dedicada a su hija de tres años Claude-Emma —apodada cariñosamente «Chou-Chou» por su padre— y a su institutriz inglesa, Miss Dolly.

Es una suite de seis piezas, originalmente para piano. Las seis piezas fueron orquestadas en el año 1911 por André Caplet, amigo y admirador de Debussy, quien contaba con el pleno consentimiento del compositor. Se trata de breves páginas que reflejan el mundo de los juguetes y de las lecciones de piano para los niños.

La tienda mágica de juguetes

No hay nada más preciado para un niño que sus juguetes. En eso debió pensar el compositor italiano Ottorino Respighi cuando compuso la música para este ballet. Esta pieza está compuesta sobre piezas de piano de Rossini, y el ballet narra la historia de un constructor de juguetes que presenta sus últimas novedades.

Mi madre la oca

Maurice Ravel se interesó por el mundo de los niños, las hadas y la fantasía en esta obra. El compositor era amigo del matrimonio Godeski, que tenía dos hijos: Mimie y Jean. Ravel adoraba a los dos niños y, frecuentemente, inventaba juegos y les contaba historias.

Para animar a los muchachos a estudiar música compuso una obra para piano a cuatro manos, para que pudieran estudiar juntos. Para ello eligió cinco de sus cuentos favoritos

Fuente: En clave sinfónica de Radio 5 (6/07/14) / Imagen de portada: flickr Susana Fernandez

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