Interseccionalidad es una palabra larga y no muy común, que incluso cuesta pronunciar, y que para quien no la haya escuchado puede resultar extraña.
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¿Qué es la interseccionalidad?
Interseccionalidad es un concepto que desarrollaron las feministas negras en los Estados Unidos, en los años 80-90, para hacer visible y para analizar como la situación que vivían de discriminación, desigualdad y violencia las mujeres negras no se podía entender teniendo en cuenta solamente las cuestiones de género o de raza (ellas utilizaban el concepto de raza, quizás en nuestro contexto hablaríamos de etnicidad en lugar de raza).
Planteaban que no se podía entender su situación si no se observaban las cuestiones de género y de raza de forma relacionada.
De ahí parte la premisa básica de la interseccionalidad, que es que para comprender la desigualdad social necesitamos entender cómo se relacionan diferentes ejes de desigualdad: el género, la raza… pero también la clase, la edad…
Un ejemplo: si pensamos en el género y la edad (algo que es fácil de entender) vemos como el sexismo no se configura de la misma forma:
- En una niña de 3 años, a la que el sexismo le puede afectar por los juguetes sexistas que le regalan, por ejemplo.
- En una chica de 20 años, que quizás tiene objetualización sexual de su cuerpo.
- O en una mujer de 80 años, que tal vez cobra menos dinero de pensión porque a lo largo de su vida no ha cotizado (no ha realizado «trabajo productivo»).
Vemos que el sexismo se configura de manera diferente en función de la edad que se tiene. Si a eso añadimos el origen, la lengua, la clase social, la orientación sexual… la cuestión cada vez se hace más compleja.
A lo largo de los años el concepto de interseccionalidad ha ido evolucionando porque, a diferencia de otras propuestas, no existe un libro fundamental al que siempre vayamos a consultar cuando queremos mirar qué significa este concepto.
El concepto de interseccionalidad está hecho de múltiples voces. En los últimos años se ha ido enriqueciendo desde diferentes perspectivas, y se ha ido ampliando tanto por parte de la academia como de los movimientos sociales.
Ahora lo encontramos también en la legislación, en la catalana por ejemplo. La última modificación del derecho de las mujeres para erradicar la violencia machista incorpora el concepto, e insta a que haya una mirada interseccional cuando se hagan políticas públicas.
Fue Kimberlé Crenshaw quien acuñó el concepto de interseccionalidad
Kimberlé Crenshaw fue quien acuñó el concepto de interseccionalidad, en 1989. Ella utilizaba como metáfora la intersección de calles y el tráfico que hay en ellas para explicar el concepto.
Kimberlé Williams Crenshaw nació en Canton, Estados Unidos, en 1959. Está especializada en el campo de la teoría crítica de la raza. Es profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Los Ángeles y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia, donde se dedica a la investigación sobre temáticas de raza y género.
La urgencia de la interseccionalidad | Charla TED de Kimberlé Crenshaw en 2016:
«Interseccionalidad. Desigualdades, lugares y emociones», de Maria Rodó-Zárate
El libro «Interseccionalidad. Desigualdades, lugares y emociones«, de Maria Rodó-Zárate, es un ensayo en torno a este concepto que ha entrado con fuerza en los debates políticos, en la academia y en las instituciones públicas. ⇒Ver en Amazon⇐ ⇒També en català⇐
En el prólogo de este libro la abogada Pastora Filigrana indica que este ensayo se propone como objetivo hacer de la necesidad virtud, y convertir la complejidad de la desigualdad social y la diversidad de las luchas en cosas complementarias.
Comenta la abogada que la propuesta que en el ensayo su autora hace sobre interseccionalidad no es sólo mostrar un problema sino que justamente lo que nos brinda es una oportunidad de salir de esas trincheras identitarias, y que la interseccionalidad nos permite, aunque hace visible que es compleja la situación, establecer alianzas. La interseccionalidad nos ayuda a pensar en cómo tenemos que establecer esas alianzas políticas.
¿Es la interseccionalidad una teoría?
Hay mucho debate en torno a si la interseccionalidad es una teoría, una perspectiva, una aproximación… Lo que el libro sí pretende es ser una caja de herramientas sobre este concepto.
Hay una parte del libro más enfocada a la investigación, que puede resultar útil para hacer investigación sobre desigualdad social. Pero también el ensayo es una caja de herramientas para utilizarla de forma política, para entender algunos de los conflictos actuales que tenemos de relación entre ejes: dentro del feminismo, en la cuestión del racismo… pero también por ejemplo en la relación entre el eje nacional y social o de clase.
La interseccionalidad nos dice que no es que haya unos ejes más básicos que otros, ni unos que estén por encima de los otros ni que sean más estructurales que los otros a priori, sino que será el contexto concreto el que nos delimitará cuáles son los ejes necesarios.
No se trata tanto de pensar en qué ejes tenemos que ir añadiendo. Por ejemplo, no tenemos el género, la clase y la etnicidad, y ahora añadimos la orientación sexual, y luego añadimos la edad… Los ejes están todos funcionando, siempre, y no se trata tanto de añadir sino que en todo caso vamos quitando ejes. Es cuestión de ver qué ejes hay y cuáles están funcionando en cada momento.
Por ejemplo, en nuestro contexto, cuando hablamos de racismo, cosa que quizás no se hace tanto en Estados Unidos, hemos de añadir el antigitanismo, la islamofobia o tenemos que hablar de la colonización de América Latina como factores que estructuran el racismo en nuestra sociedad. Pero en otro contexto serán la casta o el nomadismo ejes necesarios a tratar. Lo que la interseccionalidad propone es que no hay una jerarquía de opresiones.
bell hooks (Gloria Jean Watkins), una de las feministas negras que desarrolló este concepto, dice que no hay jerarquía de opresiones y que ella como mujer, como negra, y también como lesbiana, no se podía permitir el lujo de escoger contra qué ejes luchar, porque todos ellos afectaban a su vida.
En nuestro país, en los años 70, Maria Mercè Marçal, pero también muchas compañeras suyas, vinculaban la cuestión de género con la cuestión de clase y de nación, y también con la orientación sexual… Eso se podía entender, si no del todo como el concepto de interseccionalidad, sí como una mirada interseccional sobre su realidad y sobre las desigualdades sociales.
La invisibilidad (hasta ahora) de la interseccionalidad
La realidad es que hasta ahora la visión y el análisis interseccional habían sido menospreciados por las fuentes hegemónicas de conocimiento. Lo que en parte se pretende con este libro es dar presencia a esas voces y esos colectivos que han estado en los márgenes; mostrar esas voces que han sido silenciadas y esas personas o grupos sociales que han permanecido invisibilizados, y darles voz.
Es cierto también que desde hace unos años, gracias a la nueva dimensión que ha adquirido el feminismo, el concepto de interseccionalidad está surgiendo con fuerza.
Pero señala Maria Rodó-Zárate que también existen riesgos, como que cuando se hable de interseccionalidad se blanquee el concepto y no se haga referencia a la cuestión del racismo que es tan central cuando nos referimos a la mirada interseccional. Para ella esa ha sido una motivación más para publicar este libro, el que, en ocasiones, cuando el término se coge desde las instituciones o desde la academia, se blanquea el concepto y se le quita la importancia que tenía la cuestión del racismo.
Lo que la interseccionalidad nos dice es que para abordar cualquier cuestión tendremos que fijarnos en todos los ejes. Por ejemplo, si queremos abordar el tema de la pandemia por Covid y qué efectos ha tenido sobre la sociedad en general, tendremos que fijarnos en:
- Cómo ha afectado claramente la cuestión de la edad: cómo los niños tuvieron que estar semanas sin salir de casa y cómo se ha visto afectada la gente de más edad.
- Cómo ha afectado por cuestión de género: en cuanto a cómo se han distribuido las labores de cuidado.
- Cómo ha afectado por cuestión de clase: no es lo mismo confinarse en una casa con jardín que en un piso pequeño y sin luz.
Y todo eso mezclado, interrelacionado. De forma que para entender qué ha pasado con la pandemia lo hemos de hacer desde ese marco interseccional, entendiendo que hay muchos ejes diferentes que han incidido.
Desde el punto de vista de la interseccionalidad no hay posiciones neutras
Maria Rodó-Zárate escribe en su libro que todas las personas están situadas en todos los ejes de desigualdad, que no hay posiciones neutras.
A veces cuando hablamos de cuestiones de género parece que estemos hablando sólo de mujeres. Y no, cuando hablamos de relaciones de género… un hombre también tiene un género; o una persona blanca también tiene una etnicidad; o una persona heterosexual también tiene orientación sexual. Y, aunque sea desde esa posición de privilegio, también está incidiendo en cuál es su experiencia.
Quizás el hecho de ser una persona de raza blanca le permite hacer una serie de cosas que una persona racializada no podría realizar.
Con la interseccionalidad, ¿se rompen los grupos sociales?
Los grupos sociales no son homogéneos. Por ejemplo, no podemos hablar de las mujeres como un colectivo homogéneo o de las personas migrantes como un colectivo homogéneo, sino que hay mucha diversidad dentro de esos colectivos y puede haber situaciones de desigualdad dentro de ellos. La desigualdad es diferente según quien la vive y según el contexto.
Maria Rodó-Zárate lo explica poniendo como ejemplo la reforma laboral. Cuando se hace una política pública esta afecta de forma diferente a hombres y a mujeres. Desde la perspectiva interseccional no es sólo que afecte diferente según el género, sino que afecta diferente según toda una serie de condiciones.
La reforma laboral afectará diferente según si:
- estás jubilado o si eres joven,
- si eres un hombre o una mujer,
- según el trabajo que desempeñes,
- lo que cobres,
- el tipo de contrato que tengas…
Afectará de forma diferente a diferentes grupos sociales, y la interseccionalidad lo que dice es que hemos de tener en cuenta todas esas diferentes situaciones (todos esos diferentes ejes).
¿Qué papel juegan las emociones?
La perspectiva emocional es una de las aportaciones que Maria Rodó-Zárate hace a la interseccionalidad en su libro.
Cuando se habla de desigualdades sociales tenemos bastantes indicadores para medir ciertos tipos de desigualdad. Por ejemplo, si queremos estudiar cómo se configura la desigualdad en los barrios de una ciudad podemos fijarnos en la esperanza de vida, en la renta per cápita…
Pero si lo que queremos estudiar son cuestiones como el sexismo, la homofobia o el racismo… ahí nos cuesta encontrar indicadores. La autora de este ensayo propone que las emociones también pueden ser indicadores para medir estas desigualdades, y da algunas herramientas.
Habla por ejemplo del tema del miedo, del hecho de tener miedo en el espacio público que hace que no puedas acceder a ese espacio público con libertad como si pueden hacerlo otros colectivos…
- Lo que le impide el miedo hacer a una chica joven que vuelve a casa,
- o el miedo de una persona racializada a que la policía la identifique,
- o el miedo de una pareja de lesbianas a sufrir una agresión.
Por tanto podemos considerar las emociones como indicadores de desigualdad.
Pero también es un tema complejo el de las emociones en el ámbito político. En momentos de crispación política, en ocasiones, en estas luchas entre ejes desde la parte emocional se reacciona a la defensiva, y eso es algo que muchas veces impide establecer alianzas entre diferentes grupos.
La interseccionalidad no es ni el problema ni la solución
Escribe Maria Rodó-Zárate que la interseccionalidad no es ni el problema ni la solución definitiva a los retos sociales actuales, que no ofrece una forma definitiva de combatir la desigualdad porque no hay maneras universales de vivirla.
A veces a la interseccionalidad se le critica que fragmenta las luchas. No es la interseccionalidad la que se ha inventado la fragmentación de las luchas, no somos las mujeres quienes nos hemos inventado el género ni las personas negras quienes se han inventado la raza. Todo eso es algo que en la realidad ya existía, y lo que hace la interseccionalidad es darnos herramientas para afrontar esta complejidad que ya estaba presente.
Desde una perspectiva interseccional no tiene que ser un problema el incorporar nuevos ejes. A veces parece que es problemático el que se incorporen nuevos temas cuando en verdad no lo es, el hecho de que se incorporen esos nuevos temas no resta importancia a los que ya hay (que pongamos la perspectiva interseccional a las cuestiones de clase no hace que la clase deje de ser importante, sino que le da otra perspectiva más compleja).
Y no es la solución porque la interseccionalidad no nos da una fórmula mágica de cómo solucionar los problemas, sino que hace falta voluntad política para tratar las desigualdades sociales desde esta perspectiva y para que se puedan crear esas solidaridades y alianzas entre los diferentes movimientos.
Fuente: entrevista a Maria Rodó-Zárate en el programa MÉS324 de TV3, el dia 26/04/2021
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