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Qué es la violencia vicaria

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Qué es la violencia vicaria

La violencia vicaria es violencia machista contra la mujer que se ejerce preferentemente sobre las hijas y los hijos.

Se trata de una forma de violencia de género que ha ganado visibilidad en los últimos años. Es un tipo de maltrato en el que el agresor utiliza a los hijos como medio para causar daño a la madre, afectando profundamente el bienestar emocional de los menores.​

El término «violencia vicaria» fue acuñado por la psicóloga forense Sonia Vaccaro para describir una forma de violencia en la que el agresor inflige daño a través de terceros, generalmente los hijos, con el objetivo de herir a la madre. 

Esta violencia puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo el maltrato físico o psicológico hacia los menores, la manipulación emocional o incluso el asesinato de los hijos para causar el máximo dolor a la madre.

Qué es la violencia vicaria

¿Quién es Sonia Vaccaro?

Sonia Vaccaro es una de las mayores expertas a nivel internacional en violencia de género, de las que más ha investigado sobre el tema. A ella debemos el término “violencia vicaria” que acuñó en 2012.

Es psicóloga clínica, perita judicial, experta en violencia de género y victimología. Desde el año 1990 ha centrado su práctica profesional en la victimología y en la prevención y asistencia de la violencia basada en el género, violencia contra las mujeres y hacia sus hijos e hijas.

Es autora de influyentes libros como ‘El pretendido Síndrome de Alienación Parental: Un instrumento que perpetúa el maltrato y la violencia‘.

Forma parte integrante del equipo profesional de la Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres en España, y es vicepresidenta de la Red Internacional para los Derechos de la Infancia Fight4 Child Protection (red de defensa de los derechos humanos de Naciones Unidas).

Sonia Vaccaro, psicóloga especialista en violencia contra las mujeres, en su despacho, en Madrid, en 2023

Un poco de historia

El primer modelo que comienza a trabajar para tratar a las mujeres víctimas de violencia en el marco de lo doméstico (como se decía y se dice en Estados Unidos) fue el modelo Duluth, a principios de los años 80.

Duluth es el primer modelo estandarizado que actualmente se utiliza en veintiséis países de todo el mundo.

Este modelo tuvo una característica importantísima que fue despatologizar la violencia que se ejercía contra las mujeres, ya que hasta ese momento se decía que:

  • los hombres estaban locos, 
  • que era porque habían tenido un ataque de rabia, 
  • que no se podían contener, 
  • que tenían un trastorno mental, 
  • etc.

Qué es la violencia vicaria

¿Qué aporta el modelo Duluth?

El modelo Duluth toma los principios y los fundamentos del feminismo en ese momento y dice que en el centro de la violencia contra la mujer está el poder y el control.

El riesgo o los riesgos que en ese momento había para los hijos y las hijas eran:

  • el daño psicológico,
  • el riesgo de morir si estaban en brazos de la madre cuando ella recibía los golpes o si se interponían para defender a la mujer

En ese momento se veía solo la punta del iceberg. Se hablaba fundamentalmente de violencia contra la mujer (especialmente en la parte de la violencia física), y en el mismo sentido se hablaba de la violencia contra hijas e hijos.

Hasta ese momento las hijas y los hijos eran considerados espectadores, nada más. Hoy en día, por suerte, ya hemos visto que vivir en un ambiente con violencia convierte automáticamente en víctimas directas también a las hijas y a los hijos.

Qué es la violencia vicaria

Avances en la teoría

Años más tarde, en el 2013, este mismo modelo Duluth elabora una nueva rueda (que es como ellos resumen los avances en su teoría que está en permanente revisión).

Añaden entonces que existe y que surgen nuevas formas de violencia en el postdivorcio o en el marco en el que una mujer comienza a plantear la separación a un hombre violento1

Esta nueva rueda, o esta nueva definición que se hace de nuevas violencias que surgen postdivorcio (como dice el modelo Duluth), tiene una característica fundamental: utiliza a las hijas y a los hijos. 

Es un aspecto que corrobora lo que Sonia Vaccaro había comenzado a denominar ya en 2012 como violencia vicaria.

Qué es la violencia vicaria

El sistema y las instituciones como sostén de la posibilidad de este tipo de violencia

Según se representa gráficamente en la rueda del modelo Duluth, en la base de toda esa violencia está el sistema y las instituciones sosteniendo la posibilidad de este tipo de violencia.

Porque este tipo de violencia no solamente ataca a las hijas y a los hijos de diversas formas (no necesariamente en su forma extrema que es el asesinato) sino que además lo puede hacer porque está sostenido por el sistema y las instituciones.

¿Por qué decimos que está sostenido por el sistema y las instituciones? Precisamente porque se permite a un hombre violento seguir el contacto con las hijas y los hijos, sin entender que ese delito no se puede disociar.

Y no se puede disociar porque un hombre violento es una persona que si se ha comprobado que tiene cierto riesgo y cierta peligrosidad lo tiene para todos, no lo puede tener solo para la mujer. Y muchísimo más con el agravante de que estamos hablando de criaturas vulnerables como son las y los menores de edad.

El modelo Duluth lo define muy bien, no dice violencia vicaria pero se asemeja completamente al concepto que acuñó  Sonia Vaccaro y al concepto teórico que luego ella desarrolló.

Por qué lo denominó violencia vicaria

Sonia Vaccaro explica que lo llamó violencia vicaria porque tomó el término vicario como adjetivo, que según el diccionario de la RAE significa:

  1. Que toma el lugar de otra persona o que la sustituye.
  2. Castigo vicario: Sufrido o ejecutado por una persona en lugar de otra, castigo indirecto, que toma el lugar de otra persona o cosa; sustituto.

El concepto de violencia vicaria en España se incluye por primera vez en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, firmado con la aceptación de todos los partidos políticos por unanimidad en el año 2017 y corroborado en el año 2021.

La incorporación de este concepto permitió que estas madres cuyos hijos e hijas fueron asesinados adquiriesen el estatus de víctimas de violencia de género, porque ninguna de ellas lo tenía.

Esto sirve por ejemplo para que mujeres como Itziar Prats, la mamá de Nerea y Martina, las dos criaturas asesinadas en Castellón (con seis y dos años), pudiese cambiar de lugar de trabajo. 

Porque de lo contrario se hubiese tenido que quedar en el sitio donde fueron asesinadas sus hijas, donde no tenía a su familia y donde no tenía a nadie. El adquirir el estatus de víctima de violencia de género le permitió a Itziar, entre otras cosas, poder pedir el traslado a donde vive su familia y salir de esa ciudad.

El Sistema VioGén

El asesinato de Nerea y Martina, que ocurre en el año 2018, es el que permite que el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén), que utiliza la policía, modifique los parámetros de medición del riesgo e incorpore a las hijas e hijos como factor de riesgo.

Hasta ese momento las criaturas no eran consideradas, eran totalmente invisibles (aún así todavía hay que trabajar mucho para darles voz y ponerlas en el centro a ellas también).

Itziar había denunciado, porque el individuo le había dicho, precisamente, “¡Ya verás lo que le pasa a las niñas!”. Su primera señal de alarma fue que él destrozó el cochecito de la niña pequeña que tenía dos años.

Cuando Itziar fue a denunciarlo le respondieron con esa frase tan manida de que “si alguien lo dice no lo va a hacer”. Lamentablemente ese dicho popular le costó la vida a dos criaturas.

También la jueza en ese momento dijo que si ella vivía cerca de él era porque no le tenía miedo, y por lo tanto tampoco le dio una orden de protección. 

Itziar vivía cerca de él porque, precisamente, tenía muchísimo miedo de lo que él pudiese hacer con las hijas. ¡Él se lo había dicho!

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Los hijos como objeto

El hombre violento cuando comete violencia vicaria toma a las hijas y a los hijos preferentemente porque es a quien continúa teniendo acceso, y aparte porque son víctimas vulnerables sobre las cuales continúa ejerciendo poder y control.

Con ellos tomados como objeto continúa dañando a la madre.

Puede hacer esto porque él sabe perfectamente que, durante todo el tiempo que duró la relación con esa mujer, ella aguantó especialmente por las hijas y los hijos. Por lo tanto él sabe muy bien que las hijas y los hijos son armas muy poderosas para seguir contra ella.

El primer paso de un hombre violento hacia una mujer para dañarla de forma vicaria, cuando ella le plantea el divorcio, es decirle: 

  • ¡Te vas a arrepentir! 
  • ¡Ya verás lo que le pasa a las criaturas! 
  • ¡Te voy a quitar a los niños!

Esa amenaza, solamente, tendría que darnos un estado de alarma tal que ahí tendríamos que poder impedir el contacto con esas niñas y esos niños.

Sin embargo esa amenaza se toma como algo dicho a la ligera. Lamentablemente se ha normalizado.

Qué es la violencia vicaria

La violencia vicaria es violencia machista contra la mujer

La violencia vicaria es violencia machista contra la mujer. No lo podemos quitar de ese marco porque no es otra cosa.

Cuando en alguna ocasión ha sucedido un asesinato a manos de la madre se ha intentado mezclar el concepto. Porque claro, si todo es violencia vicaria… nada es violencia vicaria.

Esas son las trampas que hace el patriarcado mezclando todos los conceptos.

Cuando hablamos de violencia vicaria es violencia machista contra la mujer. Es una forma de violencia de género. De hecho está incorporado, no como violencia vicaria pero sí en su descripción, en la modificación que se produjo en el punto 4 del artículo 1 de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (abreviada como LIVG o VioGen).

Los datos objetivos

En los últimos años se ha visto que todos los casos investigados como violencia vicaria tenían como antecedente violencia de género, denunciada o sin denunciar. Porque no podemos obviar que solo se denuncia un 25% de la violencia.

Este porcentaje lo reflejan las estadísticas de los tres organismos que hacen estudios en España:

  • La macroencuesta que se hace desde el Ministerio de Igualdad, que se realiza cada cinco años (en 2019 se terminó la segunda);
  • el Consejo General de Poder Judicial,
  • y la Fiscalía General especializada en violencia de género.

Estos tres organismos, que hacen estadísticas fiables, han dicho que solo se denuncia en violencia de género entre un 20 y un 25% de los casos.

Por lo tanto, tenemos que saber que lejos de lo que se quiere imponer desde el patriarcado, hablando de las famosas falsas denuncias, es todo lo contrario. Estamos frente a un delito que es casi invisible.

La cuarta parte de los casos solamente denunciados nos hablan de que hay una cifra oculta importantísima. Por cada mujer que conocemos que nos viene a decir que está sufriendo violencia en su pareja, tenemos tres más que no lo están pudiendo confesar.

Es algo importante a tener siempre presente, especialmente cuando dudamos de si lo que me está diciendo esa mujer es verdad o no. 

¿Por qué es tan difícil para las mujeres denunciar la violencia de género?

Es un esfuerzo y un trabajo grandísimo el que hace una mujer maltratada para salir y poner en palabras frente a alguien, y muchísimo más en la justicia, que está siendo maltratada.

Hemos conocido casos emblemáticos, como el que sucedió en Tenerife. Especialmente este es un caso que marca un hito por cómo se realizó la instrucción cuando la jueza comprobó que todo lo que había hecho este individuo para hacer desaparecer a sus hijas iba en dirección exclusiva a sumir a la madre en una búsqueda constante.

Él tiró los cuerpos de sus hijas a un cementerio de barcos, en un sitio puntual donde es imposible encontrar absolutamente nada. No obstante, “por suerte”, se rescató el cuerpo de una de ellas y así se pudo prever lo que había sucedido.

En la instrucción, al comprobarse que se había cometido este delito para ir contra la madre y sumirla en una búsqueda permanente y una incertidumbre total, la jueza pasó toda la instrucción al juzgado de violencia contra la mujer, dándole entonces la categoría de violencia vicaria.

Qué es la violencia vicaria

Porque en la violencia vicaria lo que siempre tenemos que encontrar, al menos en el marco de la justicia, es la concausalidad que es para dañar a la madre.

Así como la violencia de género la definimos como aquella violencia que sufren las mujeres por el hecho de ser mujeres, la violencia vicaria es la violencia que sufren las mujeres por el hecho de ser mujeres y porque un hombre violento las quiere dañar.

Cuando se comprueban esos componentes, ahí podemos hablar de violencia vicaria.

Características de la violencia vicaria

Toda violencia vicaria es maltrato infantil, pero no todo el maltrato infantil es violencia vicaria (porque no todo el maltrato infantil está dirigido a dañar a la madre).

El hombre violento es violento, y daña porque daña y controla y ejerce poder y control, pero no necesariamente lo hace siempre con el fin de dañar a la madre exclusivamente.

Señalar también que no siempre la violencia vicaria es en el caso extremo, aunque por desgracia a la única víctima que parece que se la cree es a la víctima que está muerta. 

Estudio sobre el análisis de datos de casos de violencia vicaria extrema (2021)

En el año 2021 se hizo en España un estudio sobre el análisis de datos de casos de violencia vicaria extrema. Se concluyó que, en la mayoría de casos de violencia vicaria en los que había habido asesinato, se acostumbraban a dar una serie de características.

Características que se evidenciaron al realizar el estudio:

a✔️ Hombre de entre 30 y 50 años de edad. Por lo tanto nada atribuible a “inmadurez” o a periodo evolutivo de crecimiento ni nada que se le parezca. Se supone que un hombre entre 30 y 50 años ya tiene constituida su identidad. Ya está afianzado en lo que es y va a seguir siendo.

b✔️ En un divorcio o proceso litigioso que no aceptaban, por supuesto.

c✔️ Eran hombres sin antecedentes penales. En el 74% de los casos tenían antecedentes identificables de violencia de género (esto quiere decir que no necesariamente estaban denunciados, pero si identificables). A través de la lectura del expediente se veía que, considerada o no, había habido violencia contra la mujer.

d✔️ No tenían ninguna patología psíquica.

e✔️ Pertenecían a todas las clases sociales y a todos los niveles educativos.

f✔️ Habían amenazado previamente.

g✔️ Solo en el 10% de los casos se dio la alerta a las autoridades frente a la amenaza de estos individuos de dañar a los hijos.

h✔️ Toman a los hijos como objeto. El tipo de asesinato que se comete es con arma blanca, en general, o con armas sangrantes o punzantes. Recordemos el caso Bretón, que puso a las criaturas en una pira ardiendo. 

Esto lo que señala, según la criminología, es que no hay empatía con la persona a la que se asesina. De lo contrario no se puede apuñalar o crear tanto desgarro en la escena. Eso es lo que nos da la pauta de que estamos ante un individuo que asesina objetos que no le importan absolutamente nada. Hablamos de individuos que utilizaron hachas, radiales, puñales, etc.

✔️ En el 82% de los casos analizados era el padre biológico quien asesinó a sus hijas e hijos.

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“Asesinos de familia” | Estudio en Reino Unido (2013)

Hay una investigación en Reino Unido, del año 2013, que llegó a conclusiones muy similares a las que se llegaron en el estudio hecho en España en 2021. 

Ellos llamaron a su estudio “Asesinos de familia”, a pesar de que reconocieron que la familia para estos asesinos estaba muy unida a su masculinidad. 

A raíz de esta investigación, en Reino Unido se cambió la tendencia de dar siempre visita a los padres aún cuando hubiese sospecha y no hubiese denuncia de violencia contra la mujer.

Causas y factores de riesgo

La violencia vicaria está estrechamente relacionada con la violencia de género. Factores como el deseo de control, la incapacidad para aceptar la separación y la falta de empatía pueden contribuir a su aparición. Además, sistemas judiciales que no reconocen adecuadamente esta forma de violencia pueden perpetuarla.​

En la mayoría de casos el padre no tolera la separación de la mujer, y ataca a los hijos en los días en que le toca tenerlos. Son casos que ponen de manifiesto el desamparo de los niños ante este tipo de violencia.

El maltratador sabe que dañar, asesinar a los hijos, es asegurarse de que la mujer no se recuperará jamás. ¡Es el daño extremo!

Consecuencias en la infancia

Los menores expuestos a violencia vicaria pueden experimentar:​

  • Trastornos emocionales: Ansiedad, depresión y estrés postraumático.
  • Problemas de comportamiento: Agresividad, retraimiento social y dificultades escolares.​
  • Alteraciones en el desarrollo: Dificultades en la formación de la identidad y en las relaciones interpersonales.​

Cómo detectar la violencia vicaria

Identificar la violencia vicaria puede ser complejo, pero algunas señales de alerta incluyen:

  • Cambios en el comportamiento de los menores: Aislamiento, miedo o rechazo hacia uno de los progenitores.​
  • Manipulación emocional: El agresor puede intentar alienar a los hijos de la madre.​
  • Uso de los menores en disputas legales: Instrumentalización de los hijos en procesos judiciales para perjudicar a la madre.​

Prevención y actuación

Es fundamental que los profesionales de la educación, la salud y el ámbito judicial estén formados para detectar y actuar ante casos de violencia vicaria. La colaboración entre instituciones y la implementación de protocolos específicos son clave para proteger a las víctimas.​

Recursos y apoyo

  • Línea 016: Atención a víctimas de violencia de género.​
  • Asociaciones de apoyo: Organizaciones que ofrecen asistencia legal y psicológica a víctimas y sus hijos.
  • Centros educativos: Espacios donde se puede detectar y actuar ante señales de violencia vicaria.​

Un vídeo y un libro

«Violencia Vicaria: secuelas en las niñas, niños y sus madres» (ponencia de Sonia Vaccaro donde aborda las consecuencias de la violencia vicaria en los menores):

Libro recomendado:Violencia vicaria. Golpear donde más duele‘ de Sonia Vaccaro. Este libro ofrece una visión profunda sobre la violencia vicaria, basada en investigaciones y casos reales.

Conclusión

La violencia vicaria es una forma devastadora de maltrato que afecta profundamente a las mujeres y a sus hijos. Es esencial reconocerla, prevenirla y actuar con determinación para proteger a las víctimas y garantizar su bienestar emocional y físico.​

  1. Cuando hablamos de hombre violento debe quedar claro que en todo momento se está hablando del binomio gramatical “hombre violento”. No hay otra palabra para nombrar a estos individuos y no debe confundirse con la palabra “hombre”. Hombre es otra cosa. Los “hombres violentos” son pues una categoría diferente. ↩︎
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