La  sobreprotección infantil consiste en eximir de pequeñas responsabilidades en el día a día a los niños y niñas. Hacer nosotros lo que pueden hacer ellos conlleva no entrenarlos en la responsabilidad y en otras habilidades relacionadas.

Y la carencia de habilidades como la autonomía, la fortaleza, la confianza… provoca inseguridad, dependencia y poca tolerancia a la frustración; tiene como resultado el abandono fácil ante una dificultad y un bajo control emocional (rabia o enfado cuando no se consigue lo que se pretende).

© CORBIS. La modelo JANE O'LEARY con su hija de dos años, SHANE, en HAMPSTEAD en 1969.

© CORBIS. La modelo JANE O’LEARY con su hija de dos años, SHANE, en HAMPSTEAD en 1969.

Negarles  las oportunidades diarias que la vida nos brinda para entrenar sus habilidades es una de las principales causas de las carencias emocionales en los jóvenes de hoy en día.

Si quieres que tu hijo tenga la habilidad de la autonomía, aprovecha cada ocasión para que la practique. Llevar la mochila, atarse solo los cordones o abrocharse la chaqueta, prepararse la merienda o hacerse la cama, hacer los deberes o poner la mesa… Son habilidades que algún día nuestros hijos necesitarán tener bien dominadas para caminar por la vida. La autonomía facilita saberse capaz, sentirse válido y por tanto tener confianza.

La sobreprotección infantil incapacita a nuestros hijos. Pero, ¿Cómo podemos empoderar a nuestras hijas e hijos y conseguir que sean autónomos y valientes? ¿Cuáles son los peligros de tener hijos muy dependientes? ¿Qué cosas debemos empezar a dejar que hagan solos, o quizá con ayuda? ¿Cómo podemos gestionar nuestros miedos como madres y padres ante su deseo de ser autónomos?

Cómo evitar la sobreprotección infantil y fomentar la autonomía.

¿Qué es la autonomía?

La autonomía es básicamente vivir con el niño como iguales: aunque podemos tener necesidades diferentes, es obvio, respetemos el derecho de cada uno a tomar sus decisiones.

Eso no quiere decir hacer lo que se quiere siempre: no es un descontrol como a veces asusta a la gente, sino que le explicamos los límites, le damos soporte y le orientamos siempre que sea necesario porque pasamos tiempo con él cada día. Dedicamos tiempo a tener esas conversaciones necesarias.

Pero claro, parece una utopía en un mundo en el que para empezar padres y madres no tienen tiempo de calma para dedicar, y que también hacen todo lo posible para asegurar que sus hijos siguen la ruta segura:

  • controlando todo lo que hacen,
  • intentando protegerlos de sentimientos dolorosos
  • y a veces incluso protegiéndolos del fracaso.

Sin darnos cuenta estamos haciendo cosas por nuestros hijos en vez de enseñarles a hacer.

Las consecuencias de esa manera de actuar, de la sobreprotección infantil, son niños inquietos y que presentan muchas carencias, porque equivocarse y fracasar es parte del proceso de aprendizaje. Es a través de esos fracasos como aprendemos a volver a un equilibrio a posteriori.

Sobre la autonomía emocional.

Vamos mal si lo primero que hacemos es resolverles a nuestros niños los conflictos. Si cuando tienen un problema en seguida vamos a decirles como lo tienen que resolver, qué se tienen que decir entre ellos, si ya juzgamos quién es el bueno y quién el malo… eso ya es un control, no es un acompañamiento sino un control de la situación.

La autonomía emocional es una competencia compleja, no es fácil. No hemos de confundir la autonomía física con la autonomía emocional, aunque evidentemente están relacionadas.

La autonomía emocional vendría a ser poder estar tú bien aunque aquello que te rodee no lo esté, y es imprescindible para que nuestras hijas e hijos puedan ser libres de presiones externas y que no les afecte el entorno en exceso.

Es esencial que los niños tengan una buena autonomía, confianza… que tengan presente que la motivación personal ha de surgir desde dentro para vivir su propia vida. Deben saber reconocer sus propias emociones, para después tomar las decisiones por ellos mismos.

Eso se consigue dejándolos que experimenten nuevas acciones sin la interacción de los adultos, y después felicitandolos por lo que hacen bien. Y cuando haya algo que no les guste o no les salga redondo explicarles cómo mejorarlo, sin juicios peyorativos ni malas palabras despectivas que les puedan provocar una bajada de la autoestima.

Consecuencias de la sobreprotección infantil

Tenemos que ayudar a nuestros niños a asumir la responsabilidad de sus propios actos, y las consecuencias que se derivan de ellos. Si hacen una actividad y resulta que lo que les vuelve no es agradable, hemos de ver como hacen otra vez esa actividad de otra forma para que no les afecte la respuesta y por tanto ser más fuertes emocionalmente.

Enseñarles que no son los otros quienes deciden de qué humor estaremos, porque así se harán lo suficientemente autónomos emocionalmente y su carácter nacerá desde dentro y no dependiendo de los demás.

A veces, cuando estamos viviendo momentos sociales en los que hay alguna preocupación, eso nos cuesta más. De alguna manera nuestra misión como padres sería preparar a nuestros hijos para que entiendan el mundo, porque algún día les daremos la llave y saldrán de casa; que entonces no se asusten más de la cuenta y no salgan con miedos.

Y, para poder entender el mundo y la vida de fuera, primero hemos de empezar por entender nuestra propia vida: qué pasa con nosotros.

Cuando entendemos cómo somos por dentro: ¿qué pasa?, ¿qué sientes?, ¿para qué sirven las emociones?, ¿por qué las tengo?, ¿por qué las siento?, ¿qué me hacen hacer y qué no?… Entonces es cuando es mucho más fácil entender el mundo de afuera.

¿Cuándo tenemos que empezar a fomentar la autonomía en los niños?

La autonomía comienza desde que el niño nace. Es en ese momento en el que los dos, el niño y la persona que lo cuida (madre, padre o quien sea), empiezan esta simbiosis de acompañar sin pisar, que es esta sobreprotección. Y esto es a varios niveles:

A nivel cognitivo: a la hora de tomar decisiones, de analizar situaciones…

A nivel emocional: que no sea que el niño abre la boca y en seguida alguien lo coge y le responde, sin que ni el mismo niño sepa lo que necesita.

A nivel social: poder estar con otros y no estar dependiendo exclusivamente de una sola persona.

A nivel físico: Ser capaz… A veces hay un escalón muy pequeñito y el niño o la niña ya está levantando la mano para que se la cojamos, cuando él puede hacerlo solo (después ves que salta por otro sitio más alto).

Son mensajes que le damos al pequeño: “Tú no puedes. Tú me necesitas”

Se crea una dependencia innecesaria que lo único que hace es que el niño, en vez de tener herramientas y un mapa para ir por la vida…, pues vaya sin rumbo.

Y más adelante, cuando son adolescentes, les decimos: “Ahora ya eres grande. Ya no haces gracia. Espabílate”.

“¿Ahora? ¿Ahora que llevo quince años en los que has estado tomando decisiones por mí? Que antes de que tenga frío me estás diciendo que me ponga la chaqueta…”

Consecuencias de la sobreprotección infantil

¿Cómo los niños se convierten en autónomos?

Cuando nacemos los seres humanos somos totalmente dependientes. Los cuidadores, normalmente el padre y la madre, son imprescindibles para sobrevivir.

Como especie nos convertimos muy poco a poco y con mucha ayuda en individuos capaces de subsistir por nuestra cuenta y ser independientes. Pero, ¿cómo nos convertimos en autónomos?

Durante la primera infancia niños y niñas han de ir adquiriendo, porque lo pueden hacer, todos los hábitos de autonomía que les permiten responsabilizarse y cuidar de su cuerpo y de sus cosas: la alimentación, la higiene, vestirse solos, buscar la ropa… y también pueden empezar a participar en pequeñas tareas domésticas como hacerse la cama o poner la mesa; porque les permite demostrar que son útiles y capaces, aunque se equivoquen, y eso permitirá a la larga afirmar su autonomía y personalidad.

Consecuencias de la sobreprotección infantil

Al principio no se trata de dejarlos completamente solos haciendo las tareas: no tenemos que controlar pero sí acompañar.

En ese momento en que el niño puede empezar a poner la mesa, puede empezar a vestirse solo… no se trata de decirle: “¡Venga, hazlo!”, y desaparecer… Sino que doy el tiempo, el espacio. Estoy acompañando ese momento.

¡Sí, claro!, dirás, ¡pero cuando lo que nos falta es tiempo!… ¿Cómo hacemos a las ocho de la mañana para conseguir que nuestros hijos se vistan solos y poder salir a tiempo hacia el cole?

Puedes hacerlo como un juego: “¡Venga, vamos! ¡A ver quién se pone los zapatos en 10 segundos! ¡Diez, nueve, ocho…!”, eso puede ayudar a que por ejemplo vestirse sea un reto divertido.

En el libro Crecer con valentía, Cristina Gutiérrez dice: “Los niños sobreprotegidos, a los que los padres y madres han hecho cosas que podían haber hecho ellos, cuando llegan a la ESO sufren una baja autoestima, poca seguridad en sí mismos y desconfianza y más miedos.

Son chicos y chicas que no se sienten los suficientemente valientes para ser sus dignos protectores y necesitan a alguien que lo sea por ellos, padres y madres cuando son pequeños y otra persona cuando son mayores”.

Cómo hacemos para que los niños empiecen a practicar su autonomía.

Para que los niños comiencen a practicar su autonomía buscad como padres un sitio donde os sintáis a gusto, donde os sintáis cómodos dejando que vuestra hija o hijo pruebe una actividad por su cuenta. Puede ser jugando en un riachuelo en verano, o subiendo y bajando una pequeña montaña… es una muy buena manera para ellos de ver que está bien equivocarse.

Pero sobre todo, padres y madres, la autonomía no es nada si no se combina con pasar tiempo con vuestros hijos a diario: dejar que te imiten, dejar que jueguen como niños, estando presentes… Haciendo cosas con ellos pero no para ellos.

Se empieza poco a poco, desde el trabajo más dirigido y acompañado hasta el trabajo más auto dirigido y autosuficiente.

Cuando le das espacio a los niños para explorar y aprender por su cuenta pasan cosas sorprendentes: encuentran respuestas por su cuenta, aprenden a compartir e inventan nuevas maneras de hacer las cosas entre otras muchas. La autonomía contribuye a un futuro exitoso.

Cómo hacer niños autónomos y responsables.

RESPONSABILIDAD es la palabra mágica, porque siempre estamos entrenando a nuestros hijos tanto en la responsabilidad como en la irresponsabilidad:

  • Cuando yo hago o ayudo más de la cuenta a hacer los deberes a mi hijo lo estoy entrenando en la irresponsabilidad: “No respondo yo, responde mi padre o mi madre”.
  • O al revés, cuando le digo: “Mira, a esta hora ya no te ayudo porque llevas toda la tarde jugando a la Play. Mañana, con la profesora, te espabilas tú”, entonces estás entrenando la responsabilidad, que consiste en que él responde.

Consecuencias de la sobreprotección infantil

¿Qué grado de autonomía tienen hoy los niños?

En general los hermanos pequeños o las hermanas pequeñas acostumbran a tener un grado de autonomía más alto que los hermanos mayores o que los hijos únicos.

Hay un abanico muy amplio: desde los niños que piden la mano para bajar un escalón, a niños que se tiran por las escaleras y saben bajar perfectamente. Depende también de los miedos de los padres y las madres, pero lo habitual es que estén más espabilados los hijos pequeños que los hijos únicos o los hijos mayores.

Lo que muchas veces hay detrás de esta dificultad para dejar que nuestros hijos sean más autónomos es el miedo:

  • el miedo a que no pueda,
  • el miedo a que no sea feliz,
  • el miedo a que se haga daño,
  • el miedo a que no le guste la comida,
  • el miedo a que nos encuentre a faltar…

Miedo, miedo, miedo. ¡Incluso el miedo nos da miedo!

Hoy hay muchos padres y madres asustados; y cuando tú estás asustado lo que ocurre es que tienes el miedo enganchado a la piel… Cuando tienes el miedo enganchado en la piel es muy difícil que no sobreprotejas, es muy difícil que no eduques en el miedo… Y un niño con miedo difícilmente podrá ser autónomo.

Los humanos estamos diseñados para ser autónomos prácticamente a partir de los tres o cuatro años.

Muchas veces nuestros hijos nos dicen: “¡Mira mama! ¡Mira papa! ¡Mira que hago!” Cada vez que un niño o niña dice “¡Mira que hago!”, lo que en realidad está diciendo es: “Mira como avanzo con mi autonomía, y quiero que tú me lo reconozcas”…

Si en ese momento le haces callar… y le abrochas la chaqueta o le atas tú los cordones de los zapatos. ¿Qué ocurre? Estás haciendo a tu hijo dependiente. De manera inconsciente, claro. No tenemos esa intención los padres y madres… Pero cada vez que ejercemos la sobreprotección infantil, cada vez que hacemos algo cuando ellos pueden hacerlo, los estamos debilitando.

Consecuencias de la sobreprotección infantil

¿Por qué los hijos pequeños son más autónomos que sus hermanos mayores?

Los hijos pequeños acostumbran a ser más autónomos porque ya han visto lo que pasa con su hermana o hermano mayor.

Ya han visto que son capaces de bajar escaleras, que son capaces de ir en bici, que son capaces de vestirse o desvestirse…, y entonces ya no tienen tanto miedo a que aquello les frustre.

¿En qué momento podemos dejar que los niños hagan según qué cosas solos?

Aprender a hacer pequeñas tareas… A los niños les gusta mucho ver que son capaces de hacer cosas ellos solos… pero muchas veces a los adultos nos da miedo. ¿Cómo podemos saber en qué momento pueden y en cuál no, y hacerlo con seguridad y con tranquilidad?

Es algo que se ha de hacer paso a paso. Lo primero que nos hemos de preguntar es: ¿Puede solo?, ¿puede acompañado?

Al  margen del miedo de los padres en ocasiones hay desconocimiento de la etapa, de las competencias, y también en ocasiones creencias erróneas: ser buena madre o buen padre es vestirlo, darle de comer… es algo que tenemos muy interiorizado cuando no es así.

Por otro lado, a veces hay niños que son capaces de hacer algo solos y, de repente, vuelven a querer que se les ayude a lavarse los dientes. ¿Qué mensaje encriptado hay ahí?

Quizá el niño o la niña necesita que le prestemos más atención, quizá estamos muy tensos por las situaciones que vivimos… y nos está reclamando, con cosas sencillas, que estemos por él o ella. Pero no porque no estemos por ellos, sino porque quizá están más angustiados o tienen más miedos. A veces esta demanda de que hagamos las cosas por ellos es un mensaje que va más allá de lo que están pidiendo.

Si por ejemplo el niño pide que le ates los zapatos cuando ya es grande y sabe solo… ahí hay que vigilar el vínculo: lo que tu hijo te está pidiendo es que le hagas un poquito de caso porque hoy no os habéis visto, y eso no tiene nada que ver con que se sepa o no atar los zapatos.

En ese caso es importante que nos lo digan, que nos lo pidan, porque muchas veces en expresar eso hay dificultad, por ejemplo cuando hay celos.

Pregúntale a tu hijo directamente: “¿Necesitas que te ate los zapatos  o necesitas mimos?”. Y si necesita mimos… pues le das mimos y que él se ate los cordones.

Es una manera de que la niña o el niño pueda entender cuando necesita pedir ayuda o pedir un abrazo porque se siente ese día algo más bajo (es algo que también nos ocurre a los adultos).

Para que esto sea algo normal tenemos que ser los adultos los primeros en darles ejemplo: “¡Hoy necesito abrazos, que he tenido un mal día!”, y nuestros hijos aprenderán con nuestro modelo.

Hay niños a los que les cuesta más hacer cosas por sí solos.

Cuando un niño es autónomo y se siente autónomo se siente útil para la comunidad, que es para lo que estamos diseñados; se siente digno de sí mismo y eso hace que le aumente la autoestima.

Por eso hay que empujar un poco al que no quiere para que conquiste sus miedos, porque los miedos se han de conquistar, porque todos tenemos la valentía para atrevernos por ejemplo a ir solos a comprar el pan.

“¿Y si le pasa algo de camino de la escuela?”. También los padres y madres hemos de sacar esa valentía para afrontar esos miedos respecto a nuestros hijos. Por supuesto no le dejes ir solo a la escuela si antes el niño no sabe que para cruzar la calle el semáforo tiene que estar en verde.

También podemos pasear con el pequeño antes de que haga el trayecto solo, entrar en algunas tiendas por las que pase en su recorrido y presentarle al comerciante: “Mira, a partir de mañana mi hijo irá solo al colegio”. Decirle a nuestro hijo que si le pasa cualquier cosa entre y pida ayuda.

Por supuesto también depende del lugar en el que vives. Una opción para los padres, para vencer ese miedo, puede ser seguir de lejos al niño o la niña cuando empiece a ir solo al cole, sin que nos vean… Quizá necesitas hacer ese ejercicio para darte cuenta de que puede ir solo perfectamente.

El miedo siempre es falta de información, o porque no la tengo o porque me falta una parte de esa información. Si vemos con nuestros propios ojos que son capaces de hacer el recorrido sin que ocurra nada… nos quedaremos más tranquilos, de esa forma tenemos la información que nos faltaba: vemos que realmente nuestros hijos son capaces de hacerlo y que no harán ninguna tontería.

Cuanto antes empecemos a ofrecerles oportunidades de desarrollarse solos y auto gestionarse, más les estamos ofreciendo la oportunidad de crecer en todos los sentidos.

“El primer paso para devolver la autonomía a los niños es pedir que vayan al colegio y vuelvan a casa sin ser acompañados por las personas adultas”. Francesco Tonucci

¿Se han de felicitar siempre los nuevos logros?

Por supuesto que hay que felicitar. Ahora hay como miedo a decirles a los niños: “¡Muy bien!”… porque entonces el niño va a depender de ti que todo el día le tengas que estar diciendo “¡Muy bien!”.

Cuando un niño hace algo que es una conquista… si no lo celebramos los de alrededor…

Alguien le ha de decir al niño: “¡Qué bien! ¡Ya eres capaz de…!”. Alguien ha de ver al pequeño.

Quizá no hemos de hacer un ritual, pero si decirle: “¡He visto que ya eres capaz de subir esta escalera!”…

No hace falta exagerar y decirle: “¡Bravo, bravo!”, ni celebrarlo con una pancarta, pero sí que hemos de ver cada conquista que hace nuestro hijo y hacerla evidente.

¿Eran los niños de generaciones anteriores más autónomos?

Cristina Gutiérrez habla en su libro, Crecer con valentía, de que nuestros antepasados hacían pequeños rituales para hacer evidente que una criatura ya era autónoma.

Quizá ahora no damos el valor que se le daba en otros momentos al hecho de tener niñas y niños autónomos, y en cambio los sobreprotegemos hasta mucho después.

Si algunas tribus, como los sioux o algunas tribus africanas, levantasen la cabeza… no entenderían por qué estamos creando hijas e hijos dependientes y frágiles, y con muchos miedos, en vez de personas autónomas, valientes y con fuerza. Porque algún día estos jóvenes tendrán que tirar del carro de la tribu que somos todos nosotros.

Estrategias para fomentar la autonomía en los niños y niñas.

Confía en tus hijos.

Es importante que los niños empiecen a hacer tareas de casa y que se ocupen de ellos mismos: de la higiene, del orden, de su ropa, de sus cosas… dicho de otro modo: que se espabilen y que los padres les dejemos un poco en paz…

¡Que es que además nos lo dicen ellos!, que los padres somos muy pesados… Tenemos que confiar en nuestros hijos.

Es cierto que no tenemos la seguridad de que igual nos la lían, pero es que la confianza se trata de eso, de tener fe, de creer que sí que pueden. Porque cuando yo creo que tú puedes, lo acabo reflejando en la mirada y él niño puede verlo.

También es importante demostrar la confianza y que crees en él en momentos en los que tu hijo te la ha liado. Porque cuando todo va bien (cuando el niño saca buenas notas y todo es paz y gloria) todo es fácil y todos educamos estupendamente, pero es en ese momento en el que te la ha liado cuando tú tienes dos caminos:

  • O dignificar: “¡Ostras!, eso que has hecho no corresponde a quien eres. Eres mucho más que ese comportamiento que has tenido, y me gustaría que algún día te atrevieras a ser tú mismo”.
  • O humillar : “¡Siempre igual! ¡Es que no cambiarás nunca!”.

Consecuencias de la sobreprotección infantil

Cómo les transmites a tus hijos tu aprobación.

Es muy diferente que les digamos el “¡Muy bien!” para todo:

  • por un dibujo,
  • por poner la mesa,
  • por colgar el abrigo,
  • por hacer los deberes de manera autónoma…

que el poder concretar cosas.

No es lo mismo decirle al niño, después de que toque o cante una canción: “¡Ah, muy bien!”, e irte a hacer otra cosa, que decirle: “¡Me ha encantado el tono!” o “Esta canción es muy alegre. ¡Ahora ya te la sabes entera!”.

Poder concretar es algo que empodera muchísimo, porque además da pistas de hacia dónde hemos de ir.

Hay familias que empoderan mucho a sus hijos a nivel cognitivo: son capaces de hacer juicios de valor, de argumentar, de discutir… pero después son incapaces de dormir solos, o cualquier pequeño conflicto si ellos no tienen la razón les produce una frustración brutal. Hay que equilibrar también esta parte más emocional que a veces les cuesta más.

Ten las cosas que los niños puedan utilizar a su alcance.

Si tienes un armario que está muy alto, ¿cómo pueden los niños coger las cosas? ¿Cómo pueden ayudar a poner la mesa si los platos están allá arriba?

Una de las primeras cosas que podemos hacer en casa es poner las cosas al alcance de los niños. Revisa que es lo que te da miedo:

  • Si te da miedo que coja un vaso de vidrio, quizá puedes comprar otro de metal o de otro material que no te dé tanto miedo que utilice.
  • O si te da miedo el cuchillo, le puedes dejar un cuchillo que casi no corte. El niño, si el cuchillo casi no corta, no podrá hacerlo todo por sí solo, pero puedes decirle: “yo empiezo y tú acabas”, o al revés, “tú empiezas y cuando estés cansado yo sigo”. Pero de esa manera, si desde que tienen dos años utilizan un cuchillo aunque casi no corte, después, con cuatro o cinco años ya podrán utilizar un cuchillo que sí que corte.

Libros para educar con autonomía.

Lecturas que pueden ayudarnos en la crianza de nuestros hijos:

¡Atrévete con su infancia! Edúcales de 0 a 6 años | 224 páginas | Este práctico manual, escrito por la pedagoga Maite Vallet, nos ofrece una serie de pautas para ayudarnos con la educación de nuestros hijos para que crezcan felices y seguros.

¿Quieres saber cómo afianzan su autoestima tus hijos? ¿Les quieres ayudar a crecer autónomos y seguros, disfrutando al máximo su infancia? ¿Te gustaría saber cómo aprenden a comer y dormir sin conflictos, a controlar sus esfínteres y todos sus hábitos de higiene, a vestirse y a ser ordenados?

¿Les quieres enseñar a jugar solos y con otros niños, a compartir y a resolver sus primeros conflictos de convivencia? ¿Quisieras saber cómo superan el déficit de atención, la hiperactividad, la adaptación al centro escolar, las rabietas, los celos y otras situaciones propias de la infancia?

Si quieres dar pasos seguros, resolver dudas y disfrutar a tus hijos, siendo una persona no autoritaria ni permisiva, ¡este es el libro que necesitas! ¡Imprescindible para padres y educadores de la etapa infantil!

 Lo puedes encontrar en Amazon por 18,00 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | ¡Atrévete con su infancia! Edúcales de 0 a 6 años | 224 páginas

100 actividades Montessori | 224 páginas | ¡Actividades para realizar conjuntamente padres e hijos!

La pedagogía Montessori, reconocida internacionalmente, promueve la independencia, la confianza en uno mismo y la concentración del niño. Este libro expone las ideas esenciales de la pedagogía Montessori y propone actividades para:

  • Acompañar y despertar en el niño la comprensión del mundo.
  • Ayudar al niño a cuidar de sí mismo y de su entorno.

 Lo puedes encontrar en Amazon por 12,30 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | 100 actividades Montessori | 224 páginas

Cómo fomentar la responsabilidad | 91 páginas | Este es un manual dirigido a todos los padres que quieren que sus hijos sean responsables y autónomos en el devenir diario.

Este libro, escrito por el pedagogo Jesús Jarque García y que pertenece a la colección “Escuela de Padres”, nos enseña que es necesario fomentar la responsabilidad en los niños desde pequeños.

Los contenidos incluyen los hábitos de autonomía personal que debe tener el niño en cada edad, cómo se enseñan, así como las responsabilidades que debe ir asumiendo.

Es especialmente interesante la tabla de hábitos de autonomía y responsabilidades que el niño debe ir consiguiendo desde los tres años, y que ayudará a los padres a ir controlando las adquisiciones de su hijo.

 Lo puedes encontrar en Amazon por 14,77 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | Cómo fomentar la responsabilidad | 91 páginas

Crecer con valentía. Un libro para que niños y jóvenes conquisten sus miedos y desarrollen su potencial | 256 páginas | «”¡Soy valiente y no lo sabía!”, me dijo orgulloso Eloy, de 7 años, cuando descubrió hasta qué punto era capaz de hacer un montón de cosas por sí solo que hasta entonces le habían hecho sus padres. Nunca se había creído capaz de superar un miedo con la única ayuda de su valentía.»

Las emociones pueden ser nuestras mejores aliadas, pero también nuestros peores enemigos. Conquistar el miedo es, probablemente, una de las principales misiones de los padres.

Educar es una responsabilidad social porque, algún día, estos chicos y chicas deberán salir al mundo para convertirlo, si es posible, en un lugar mejor. Pero para ello, nuestros hijos necesitarán valentía, fortaleza, confianza y seguridad.

¿Les estamos educando para que desarrollen estas habilidades? Porque si los sobreprotegemos, logramos todo lo contrario: aumentar sus miedos y su dependencia y alimentar la baja autoestima en la adolescencia.

Este libro ofrece consejos muy concretos para poner en práctica la educación emocional y conseguir que los chicos y las chicas se conviertan en personas fuertes y valientes para que puedan afrontar los retos de la vida con seguridad y autoestima. Solo si saben quiénes son, qué quieren y adónde van podrán BRILLAR en el futuro.

 Lo puedes encontrar en Amazon por 17,00 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | Crecer con valentía. Un libro para que niños y jóvenes conquisten sus miedos y desarrollen su potencial | 256 páginas

Descubriendo a Matías. Coaching para padres y niños | 224 páginas | Pasamos un tercio de nuestra vida formándonos para ser unos buenos profesionales pero nadie nos enseña el trabajo más importante de nuestra vida: ser padres.

Para ser padres no hay mejor receta que el conocimiento profundo de uno mismo y de sus hijos, y el coaching es una excelente disciplina para alcanzar este objetivo.

Esta es una guía de entrenamiento para ir generando, poco a poco, nuevos hábitos en la relación con los hijos. Está pensada para niños de todas las edades.

A través de sus numerosos y variados ejercicios, se ponen en práctica las distintas habilidades y herramientas de coaching que se usan para conectar con los niños y descubrir sus capacidades y talentos. Ofrece un mapa con pautas claras para que los padres amplíen la mirada hacia sus hijos y sepan ver todo el potencial que hay en ellos.

 Lo puedes encontrar en Amazon por 18,05 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | Descubriendo a Matías. Coaching para padres y niños | 224 páginas

Educar con sentido común. Todo lo que hay que saber para que tus hijos y tú seáis felices | 472 páginas | La llegada de los hijos plantea para los futuros padres miedos e inseguridades.

A los temores propios de los primerizos «¿qué cuidados hay que seguir durante el embarazo?», «¿qué nombre le pondremos?», «¿por qué llora?», se une la eterna cuestión: «¿lo estamos haciendo bien?».

Deja de temer por todo, por la comida, por su rendimiento escolar, porque es muy callado, porque está siempre jugando a la consola, en Internet o con el móvil, porque empieza a salir los fines de semana… Ha llegado el momento de aprender a educar a tus hijos con sentido común.

Javier Urra, psicólogo y pedagogo terapeuta, te da las claves necesarias para formar a tus hijos con inteligencia, equilibrio emocional y valores, y describe de manera sencilla sus necesidades en cada momento: salud, conducta, miedos, juegos, sexualidad; además te ofrece criterios útiles para cada una de las etapas de su desarrollo, con la opinión de profesionales del sistema educativo.

 Lo puedes encontrar en Amazon por 9,45 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | Educar con sentido común. Todo lo que hay que saber para que tus hijos y tú seáis felices | 472 páginas

Educar sin gritos | 184 páginas | No es raro que padres y madres se sientan frustrados porque la cama de su hijo sigue sin hacer, la agenda escolar de la niña sólo se rellenó el primer día del curso, pasa uno de los niños por enésima vez delante de un juguete que está tirado en medio del salón y, como mucho, le da una patada con cierto disimulo para abrirse camino, o estallan llenos de ira cada dos por tres sin razón aparente…

Está claro que los ejemplos citados, son situaciones complicadas que con frecuencia agotan y desesperan a los padres. Sin embargo, es importante convertir esa frustración en oportunidad; aprender a ver el conflicto como una ocasión para aprender y superarse.

Este libro viene cargado de muchísimas alternativas mucho más eficaces que el socorrido grito, tan resultón a corto plazo pero del que poco provecho podremos sacar para un futuro.

Ideas que van a permitir a los niños crecer en autonomía, seguridad y libertad. Planes para guiar y acompañar conscientemente a los más pequeños mientras crecen, así como transmitirles y enseñarles valores de forma serena.

 Lo puedes encontrar en Amazon por 18,81 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | Educar sin gritos | 184 páginas

Educar sin ira. Un manual de autocontrol emocional para padres e hijos de todas las edades | 248 páginas | A mayor implicación emocional, más dificultades existen para actuar de manera estable.

De ahí que los padres necesiten controlar sus propias emociones en todas las etapas educativas, sobre todo porque los niños irán adquiriendo sus mismas tendencias a hacer las cosas deprisa y muchas veces mal, a ser impacientes e intransigentes y a sentirse frustrados por no saber detenerse a tiempo.

Este manual enseña autocontrol emocional para educar sin ira y a no tirar la toalla cuando surgen los problemas. Su autor ofrece numerosas estrategias y técnicas para saber cómo favorecer la seguridad, la confianza y el optimismo en nuestros hijos.

 Lo puedes encontrar en Amazon por 7,60 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | Educar sin ira. Un manual de autocontrol emocional para padres e hijos de todas las edades | 248 páginas

El cerebro afirmativo del niño. Ayuda a tu hijo a ser más resiliente, autónomo y creativo | 256 páginas | ¿Cómo podemos potenciar la resiliencia, la compasión y la creatividad esenciales en nuestros hijos?

Tras vender más de 350.000 ejemplares en Estados Unidos de El cerebro del niño, y permanecer, cinco años después de su primera edición, en un lugar destacado en la lista de parenting de The New York Times, Siegel y Bryson nos brindan en esta ocasión una serie de instrucciones, consejos y actividades para «resetear» el cerebro en desarrollo del niño con el fin de fomentar su curiosidad por el entorno, sus capacidades intelectuales, su equilibrio emocional, su potencial de resiliencia y su empatía; todo ello con una importante consecuencia, que no es otra que la de alcanzar la felicidad personal y familiar.

 Lo puedes encontrar en Amazon por 11,35 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | El cerebro afirmativo del niño. Ayuda a tu hijo a ser más resiliente, autónomo y creativo | 256 páginas

Entrénalo para la vida | 165 páginas | Hay padres que preparan el camino para sus hijos y padres que preparan a sus hijos para el camino.

En los últimos treinta años los niños han cambiado tanto como la sociedad, y las herramientas que siempre nos habían servido para educarlos ya no dan el mismo resultado.

Nuestros niños son ahora más inseguros, están sobreprotegidos y tienen muchos más miedos. Pero cuando un niño entiende alguna de las cosas que siente, o lo que le sucede por dentro, percibes cómo le cambia la mirada de golpe, y cómo por fin modifica dócilmente su comportamiento.

Este libro habla de multitud de situaciones reales que la autora ha vivido en un centro de colonias por donde pasan miles de niños y niñas y donde no faltan recursos para transformar sus carencias emocionales.

No es un libro de teoría, sino surgido desde la privilegiada «trinchera» de la autora, y ofrece formas muy concretas de poner en práctica la educación emocional, que muchas veces se queda en la teoría y resulta imprescindible si queremos entrenar a nuestros hijos para que sepan qué hacer con su vida.

 Lo puedes encontrar en Amazon por 15,20 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | Entrénalo para la vida | 165 páginas

Una cesta de cerezas. Siete cuentos para crecer | A partir de 3 años | 96 páginas | 7 cuentos cortos para educar en la autonomía y la responsabilidad.

Los mayores hacemos cuanto podemos pero los pequeños, a veces… a veces lo quieren todo, no les apetece esforzarse demasiado, hacen lo que no deberían, pasarían mucho tiempo ante las pantallas, tenemos que repetirles varias veces lo mismo… Son lo mejor que tenemos, pero educarles puede ser un gran reto.

Estos cuentos, que a través de sus historias tratan temas como la autonomía, la autoestima, el esfuerzo, la frustración, el ocio electrónico y otros, nos sirven para hablar con niños y niñas sobre todo ello.

El objetivo: que pequeños y mayores disfrutemos juntos de los cuentos a la vez que educamos en autonomía y la responsabilidad.

 Lo puedes encontrar en Amazon por 14,20 euros.

Consecuencias de la sobreprotección infantil | Una cesta de cerezas. Siete cuentos para crecer | A partir de 3 años | 96 páginas

Fuente: “L’ofici d’educar”, de Catalunya Ràdio (02/08/2020) | Imagen de portada: flickr gfpeck | Ilustraciones de Amaia Vidart para la guía “Desarrollo de conductas responsables de 3 a 12 años” del Departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Navarra