Decir trabalenguas es un juego educativo y original que desde siempre ha gustado a los más pequeños de la casa. Logopedas y profesores encuentran en estos juegos de palabras una fórmula divertida para que las niñas y niños ejerciten el lenguaje y la memoria y para que mejoren su dicción.
Haberlos los hay con diferentes niveles de complejidad. Lo correcto es comenzar con los más básicos y conforme el niño vaya dominando sus habilidades ir subiendo de nivel. Si sigues leyendo descubrirás los muchos beneficios que tienen estos tradicionales juegos de palabras.
También, al final de esta publicación, encontrarás un PDF con 60 trabalenguas de diferentes niveles de dificultad para que juegues con tus hijos (lo puedes descargar e imprimir para tenerlo a mano). Asimismo te invito a que le des un vistazo a esta selección de libros de trabalenguas para niños.
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¿Qué es un trabalenguas?
Un trabalenguas está formado por frases en las que aparecen sílabas reiterativas y que resultan difíciles de pronunciar. Es un juego de palabras de gran utilidad para que los niños adquieran precisión y rapidez en el habla al tiempo que aprenden vocabulario nuevo, favoreciéndose con todo ello el desarrollo del lenguaje. Su origen se remonta a la Grecia antigua, donde se inventaban juegos de palabras y paradojas con el fin de desarrollar la mente.
Estos juegos de palabras combinan fonemas que se parecen y forman rimas fáciles con secuencias de sonidos similares. Su pronunciación en voz alta acostumbra a suponer cierta dificultad, y el esfuerzo que el niño realiza para superar esos problemas produce en su cerebro muchos beneficios.
Habrás notado que cuando intentas decir a gran velocidad un trabalenguas te puede resultar difícil obtener las palabras correctas en el orden preciso. Eso es debido a que nuestro cerebro puede fácilmente confundir las palabras que usan sonidos iguales o similares. ¡Para el cerebro de un niño es todo un desafío practicar y clavar un trabalenguas!
¿A qué edad pueden los niños empezar a practicar con ellos?
No hay una edad determinada para que los niños puedan empezar a practicar con trabalenguas, lo aconsejable es ir adaptándose a su desarrollo y necesidades.
Con los niños más pequeños, que aún no tengan adquirido el lenguaje, puede ser recomendable recitar trabalenguas relacionados con animales para acompañarlos de onomatopeyas. También se pueden interpretar con títeres.
Con los niños que empiezan a leer podéis crear un cuaderno de trabalenguas, y se puede practicar la lectura con los trabalenguas que se van añadiendo. También se pueden hacer ejercicios de copia y dictado.
¿Qué trabalenguas resultan más difíciles a los niños?
Los que incluyen fonemas con puntos articulatorios similares son los que pueden presentar más dificultad a la hora de leerlos o decirlos.
Es el caso por ejemplo de «Tres tristes tigres…». Este conocido trabalenguas incluye los fonemas ‘t’, ‘r’ y ‘s’, y eso implica que los movimientos deben ser muy rápidos y precisos para no eliminar o distorsionar ningún fonema, además de no intercambiar su orden.
Beneficios de aprender y decir trabalenguas para los niños
Se practica la vocalización | Los niños deben esforzarse en vocalizar los sonidos de manera correcta (sobre todo de aquellas letras con las que suelen tener problemas como puede ser la ‘r’ o la ‘s’), y lo mejor es que lo hacen sin darse apenas cuenta y de una forma divertida.
Se fomenta la memoria | Los niños han de memorizar el trabalenguas para poder decirlo con rapidez y sin confundirse. Se adquiere al mismo tiempo la habilidad para hablar más rápido en oraciones con cierta dificultad.
Se aumenta el vocabulario | Aprendiendo y recitando un trabalenguas los niños practican con palabras que desconocen y que se asemejan a otras que ya conocían. Esas nuevas palabras se quedan en su recuerdo y pueden utilizarlas a posteriori.
Se fomenta la capacidad de superación | A los niños les supone un reto entretenido el lograr pronunciar los trabalenguas correctamente y de forma rápida, y sienten el deseo de querer superarse día a día. En casa podéis utilizar técnicas para ir observando como el niño evoluciona (por ejemplo, grabando la primera vez que dice un trabalenguas y comparándolo con grabaciones en días posteriores)
Se fomenta la imaginación | Los niños pueden inventar sus propios trabalenguas y compartirlos con sus amigos. También, cuando se aprenden un trabalenguas ya conocido, se imaginan lo que ocurre en su contexto.
Enseñan a los niños a reírse de ellos mismos | Los niños aprenden cuando se divierten, y las primeras equivocaciones al decir un trabalenguas siempre son motivo de risas entre los participantes y el propio niño. Es una buena forma de que los más pequeños aprendan a reírse de ellos mismos, además de aprender también que cualquier fallo puede tener un resultado diferente después si se sigue intentando.
Mejoran el ambiente familiar | Los trabalenguas pueden convertirse en una actividad que une a la familia en torno al lenguaje, generando un clima distendido y de diversión.
¿Podemos detectar la existencia de algún problema en el habla con los trabalenguas?
Aunque los trabalenguas no son una herramienta para realizar diagnósticos sí pueden hacer que nos percatemos de que existe alguna dificultad en el habla del niño:
- Si la comunicación de un niño de 3-4 años está basada en mímica, gestos y vocalizaciones, y si vemos que el niño no amplia su vocabulario o no disfruta con las rimas, será fundamental acudir a un logopeda para que lo evalúe.
- Si un niño de 4-5 años presenta un habla ininteligible porque distorsiona algún fonema (por ejemplo: ‘l‘, ‘d‘, ‘s‘, ‘z‘, etc.) es recomendable solicitar la valoración de un profesional. Él es quien podrá indicar a los padres si esos fonemas que el niño no pronuncia bien deberían o no estar ya integrados en el lenguaje del pequeño. A esta edad también hay que estar pendientes de que los niños identifiquen y tengan la capacidad de inventarse rimas. Estos son aspectos que deben tenerse en cuenta también en el lenguaje espontáneo del niño, y no sólo a la hora de jugar a decir trabalenguas.
- Si vemos que un niño evita leer o escribir trabalenguas, que al llevar a cabo estas tareas es especialmente lento u observamos muchas sustituciones, inversiones y omisiones, deberemos prestar atención a cómo se desenvuelve el pequeño en tareas similares. Es por ejemplo un síntoma a tener en cuenta que el niño confunda algunas letras similares como la ‘d‘ y la ‘b‘ o la ‘q‘ y la ‘p‘, aunque es algo que también puede ser debido a un error que el pequeño comete al empezar a leer y a escribir. Lo aconsejable ante la duda siempre es acudir a un profesional que nos pueda orientar y solucionar el problema.
Trabalenguas para niños. Libros y PDF
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