La siesta es mucho más que una simple pausa en el día de los niños. Es esencial en los primeros años de vida y su importancia no debe subestimarse.
La siesta no solo mejora la energía y el estado de ánimo de los más pequeños, sino que también tiene efectos positivos en su aprendizaje, desarrollo cerebral y emociones.
A lo largo de este artículo, exploraremos la importancia de la siesta en los niños, cómo influye en su desarrollo físico y cognitivo, y responderemos a preguntas clave que te ayudarán a comprender el impacto real de este hábito en su bienestar.
El cerebro de los niños pequeños está en constante desarrollo, y ese pequeño descanso que es la siesta juega un papel fundamental en la consolidación de la memoria y el aprendizaje. Durante el sueño, se procesan y almacenan los recuerdos, lo que favorece el rendimiento en el colegio y la asimilación de nuevas habilidades.
Ese rato de siesta en los niños desencadena una rápida reorganización de los procesos cerebrales relacionados con la memoria
Investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad Libre de Bruselas demostraron el papel fundamental del sueño en la mejora de la memoria y el aprendizaje de los más pequeños.
Gracias a este corto, pero clave descanso, el niño asimila de forma más rápida los nuevos conocimientos y consolida la memoria, que pasa de ser memoria a corto plazo a memoria a largo plazo
Charline Urbain y Phillippe Peigneux, del Centro de Cognición y Neurociencias de la Facultad de Psicología y Educación, estudiaron el impacto de una siesta en el aprendizaje de los niños, y en 2016 publicaron los resultados de su estudio.
Los investigadores llevaron a cabo un experimento en un grupo de niños sanos, con una edad media de 10 años, mediante magnetoencefalografía (MEG) en el Erasme Hospital – Université Libre de Bruxelles (ULB)
¿En qué consistió el experimento? | En la primera fase se presentaron a los niños imágenes de objetos imaginarios, cada uno con una definición que tenían que aprender. Descubrieron que el hipocampo estaba fuertemente implicado en ese aprendizaje. A continuación, se dividió a los niños en dos grupos, uno que durmió media hora de siesta, mientras que el resto permaneció descansando sin dormir.
En la segunda fase de la investigación todos los niños regresaron al MEG, donde los investigadores volvieron a presentarles las imágenes de los objetos imaginarios, a los que debían dar una nueva definición.
«Nos dimos cuenta de que en los niños que habían dormido la siesta áreas de la corteza prefrontal (y no el hipocampo) estuvieron predominantemente activas. En otras palabras, con una breve siesta de media hora, la consolidación de la memoria (transición a largo plazo) ya se había producido», explica el director del equipo de investigación.
«Esta transferencia del hipocampo a la corteza prefrontal ya se había observado en los adultos, pero sólo 3 meses después del aprendizaje. Nuestro estudio sugiere que el sueño en el niño permite una asimilación más rápida de nuevos aprendizajes y la práctica de post-aprendizaje tras pequeñas siestas puede mejorar la consolidación de la memoria».
¿Qué sucede durante el sueño? | Durante el sueño, el cerebro todavía está activo y se consolidan dos tipos de memoria:
- La memoria declarativa, relacionada con el aprendizaje de conceptos teóricos (por ejemplo, definiciones).
- Y la memoria de procedimiento, relacionada con las técnicas adquiridas (por ejemplo, tocar el piano).
Además, el sueño también juega un papel clave en la consolidación de la memoria, pasando de memoria a corto plazo a memoria a largo plazo, ya que, mientras se duerme, la información se transfiere desde el hipocampo a las áreas de corteza de la memoria a largo plazo.
¿Cuántas horas deben dormir al día los niños?
El sueño saludable (en cantidad y calidad) es importante para el desarrollo global del niño. Debes procurar que tu hijo duerma las horas recomendadas en función de su edad:
- De los 0 a los 3 meses: 14-17 horas.
- De 4 a 12 meses: 12-15 horas.
- De 12 meses a 2 años: 11-14 horas.
- De 3 a 5 años: 10-13 horas.
- De 6 a 13 años: 9-11 horas.
- De 14 a 17 años: 8-10 horas.
Hay algunos consejos que te pueden ayudar a mejorar el sueño de tus hijo
✔️ Instaura una rutina agradable antes de que se acueste.
✔️ Haz que adquiera hábitos que remarquen el contraste entre el día y la noche, utilizando la exposición a la luz durante el día.
✔️ Procura que utilice la cama sólo para dormir. ¡No lo castigues enviándolo a la cama!
✔️ Busca un objeto de transición (peluche, mantita), que sea su compañero.
✔️ El ambiente en el dormitorio debe ser tranquilo y oscuro.
✔️ Evita que haga uso de pantallas antes de los 3 años y en las horas previas a acostarse.
✔️ La hora de acostarse y de levantarse debe ser, aproximadamente, la misma cada día.
✔️ El niño puede aprender a dormirse solo, sin ayuda. Si responde con una rabieta, debes actuar con firmeza y siempre de la misma manera, y establecer límites claros con afectividad y tranquilidad. Debéis transmitirle el mensaje de que no es ningún castigo ni una disputa entre vosotros y él.
✔️ Hasta los 5 años, es normal que el niño necesite dormir siesta, pero evite que sean largas o tardías.
✔️ No pierdas la calma a la hora de enviar a tu hijo a dormir. El mensaje que queremos transmitir es: «eres capaz de disfrutar durmiendo solo». Si los padres/madres se enfadan, el niño se alterará aún más.
✔️ Si detectas que le cuesta mucho dormirse, se despierta a menudo durante la noche, ronca o cualquier otra situación que interfiera en el descanso, consulta con su pediatra.
✔️ Algunos niños se hacen pipí mientras duermen a una edad y con frecuencia consideradas fuera de la normalidad. Generalmente este trastorno, llamado enuresis, se resuelve de forma espontánea a medida que crecen, pero si es el caso de tu hijo no dudes en consultar con su pediatra. Un tratamiento precoz evitará que este problema cause en el pequeño una carencia de autoestima y dificultades relacionales.
✔️ En el caso de los adolescentes, también hay que tener en cuenta dos cosas:
- El sueño no se recupera. Si se duermen 6 horas de lunes a viernes y se aprovecha el fin de semana para dormir 9-10 horas, el cuerpo estará más descansado pero no recuperará el déficit de horas que lleva de lunes a viernes.
- Hay que evitar las bebidas energéticas, con cafeína o teína, y también el chocolate antes de acostarse.
¿Cuánto deben dormir de siesta según cada edad?
La cantidad de sueño necesaria para los niños varía según la edad. Los bebés y niños pequeños necesitan más horas de sueño durante el día para favorecer su desarrollo. Sin embargo, a medida que los niños se acercan a la adolescencia, las siestas suelen volverse menos necesarias.
✔️ Bebés (0-12 meses): El sueño en esta etapa es esencial para el crecimiento y desarrollo del cerebro. Se recomienda una siesta de 2-4 horas.
✔️ Niños de 1-3 años: La siesta contribuye al desarrollo emocional y cognitivo, ayudando a los niños a lidiar mejor con las frustraciones. Se recomienda una siesta de 1-2 horas.
✔️ Niños de 3-5 años: La siesta es fundamental para consolidar lo aprendido durante el día. Se recomienda una siesta de 1-1.5 horas.
✔️ Niños mayores (6-12 años): Aunque su necesidad de sueño disminuye, una siesta corta puede mejorar el rendimiento escolar. La siesta es opcional. Si se hace se recomienda que dure de 30 minutos a 1 hora.
✔️ Adolescentes: Aunque la mayoría de los adolescentes no necesitan siestas, algunos estudios sugieren que una breve siesta puede mejorar su estado de ánimo y rendimiento cognitivo. La siesta es opcional. Si se hace se recomienda que sea de 30-45 minutos.
Es importante tener en cuenta que, a medida que los niños crecen, la necesidad de hacer siesta disminuye, pero sigue siendo beneficioso hasta los 5-6 años.
¿Qué pasa si un niño no hace siesta?
La falta de siesta puede generar varios problemas en los niños. Algunos de los efectos más comunes incluyen irritabilidad, dificultad para concentrarse, bajo rendimiento académico, y un aumento en el riesgo de sufrir trastornos del sueño durante la noche.
¿A qué hora es mejor hacer la siesta?
La mejor hora para que los niños hagan la siesta es entre las 13:00 y las 15:00 horas. Esto se debe a que, durante estas horas, el cuerpo está en un ciclo natural de descanso y el sueño es más reparador. Sin embargo, cada niño es diferente, y lo que funciona mejor dependerá de sus hábitos personales y de su horario.
¿Dónde es mejor que duerman la siesta?
El lugar ideal para que los niños duerman la siesta debe ser tranquilo, oscuro y cómodo. Si es posible, lo mejor es que los niños hagan la siesta en su propia cama, ya que esto les proporciona un ambiente más relajante y favorece un sueño más profundo. Evitar el ruido y las distracciones les permitirá descansar mejor.
¿Por qué a los niños les afectan los cambios de rutinas?
Los cambios en las rutinas pueden alterar el ritmo circadiano de los niños, afectando su capacidad para dormir y descansar.
El cerebro infantil se beneficia de la regularidad, y los cambios repentinos en los horarios de siesta pueden provocar dificultades para conciliar el sueño, irritabilidad y malestar.
¿Los adolescentes deben dormir la siesta?
Aunque los adolescentes suelen dormir más durante la noche, las siestas cortas (30-45 minutos) pueden ser beneficiosas para mejorar la memoria, la concentración y el estado de ánimo. Sin embargo, las siestas largas pueden interferir con el sueño nocturno, por lo que es mejor que los adolescentes limiten la duración de su descanso durante el día.
Y a todo esto, ¿quién inventó la siesta?
La tradición de dormir la siesta es muy antigua y está vinculada a la cultura mediterránea, especialmente en países como España, donde el calor del mediodía hace que descansar durante unas horas sea necesario.
Aunque no hay un «inventor» de la siesta, se cree que la costumbre comenzó hace siglos como una respuesta práctica a las altas temperaturas del verano.
¿Es costumbre en todos los países?
No, la siesta no es una costumbre universal. Aunque es común en países mediterráneos como España, Italia y Grecia, en otros países como Estados Unidos o el Reino Unido no se practica tan frecuentemente.
Sin embargo, investigaciones recientes han comenzado a destacar los beneficios de las siestas, lo que ha llevado a un cambio en la percepción en algunas culturas.
Para los adultos, ¿es bueno o malo dormir la siesta?
Dormir la siesta puede ser beneficioso para los adultos, siempre que se realice en la cantidad y momento adecuados. Una siesta corta (20-30 minutos) puede mejorar el rendimiento, la concentración y el estado de ánimo. Sin embargo, las siestas largas o muy tarde en el día pueden interferir con el sueño nocturno.
¿Es bueno dormir la siesta justo después de comer?
Dormir inmediatamente después de comer puede no ser ideal, ya que el cuerpo está concentrado en la digestión y el sueño podría ser menos reparador. Es recomendable esperar entre 30 minutos y 1 hora después de comer antes de hacer la siesta.
¿Cuánto dura la siesta perfecta?
La siesta perfecta debe durar entre 20 y 30 minutos. Esto es suficiente para restablecer energía sin entrar en las fases más profundas del sueño, lo que podría generar somnolencia o afectar el sueño nocturno.
¿Qué es mejor, hacerla en la cama o en el sofá?
En el caso de los niños es preferible que hagan la siesta en la cama, ya que proporcionará un ambiente más cómodo y relajante. El sofá puede ser útil en situaciones de urgencia, pero no proporciona las condiciones ideales para un descanso profundo.
Para los que somos adultos, dormir la siesta ¿engorda o adelgaza?
Dormir la siesta no está relacionado directamente con el aumento o pérdida de peso, pero un buen descanso puede influir en los hábitos alimenticios. El descanso adecuado ayuda a regular las hormonas del hambre, lo que puede prevenir el comer en exceso debido al cansancio.