Es una persona sensible, que apuesta porque la educación emocional sea uno de los pilares básicos de la educación. Las ilustraciones de Joan Turu nacen de la ternura. Con ellas alza la voz contra todo aquello que no le gusta. Según el mismo explica en su biografía, un lápiz y una cajadecolores siempre le acompañan, para transmitir al mundo cómo le gustaría que fuesen las cosas. Y crear por unos instantes en un papel un mundo donde palabras como respeto, solidaridad, empatía, paz y sobre todo amor, son vividas día a día.
Sobre el pajarito que aparece en sus dibujos
«Un día un pajarito me dijo que el amor era la respuesta a la mayoría de mis preguntas. Desde entonces me gusta dibujarlo acompañando a mis personajes».
«¡Al igual que con el dibujo, si cambias el punto de vista desde el que miras el mundo, cambias el mundo!»
Descubre algunas claves para descansar en familia y estar todos contentos
El mes de agosto toca a su fin, y una gran mayoría apuramos los últimos días de vacaciones en familia. Raquel de Diego, coach de Conciliafam, nos da las claves para conseguir que estos periodos de convivencia sean siempre un disfrute para todos.
Las vacaciones son para disfrutar, y para disfrutar todos, también en familia
Aunque por comentarios de ida y vuelta entre adultos, parece que pueda resultar un suplicio. No hay más que ver sus caras cuando les preguntas “¿y os vais todos?, ¿cuántos días?”. Y su gesto y su tono de voz delatarán cansancio por sólo imaginar el esfuerzo de soportar el viaje, las preguntas del “¿cuánto falta?”, “papá/mamá, mi hermano me está molestando”, la arena de la playa, las picaduras de insectos, y las lavadoras de regreso.
Si aún no te has ido, o si ya volviste, siempre quedarán más vacaciones
Así que para vivir las vacaciones en familia de un modo tranquilo, te propongo algunas ideas clave trasladadas del coaching familiar para hacer que toda la familia seáis responsables del tipo de vacaciones que queréis tener, y de cómo queréis estar.
Empezaremos hablando de ellos, de tus hijos
Al ponernos por un momento en su lugar, pensaremos que los niños han pasado de levantarse durante 5 días a la semana con el madrugón, y unos más que otros si en algún caso, y por motivos de los horarios laborales de los padres no les permiten otra opción, tienen que entrar antes al colegio.
Además, su jornada se extiende hasta mitad de la tarde si cuentan con actividades extraescolares, facilitando a su vez que sus padres puedan cuadrar horarios y llegar puntuales a recogerles. Un estrés.
Y cuando acaban el curso y les dan vacaciones,
a buscar alternativas para que puedan estar atendidos mientras tratan de divertirse con otros niños en campamentos de verano, o al cuidado de abuelos y familiares. Uno de sus progenitores podrá coger vacaciones antes, y evitar tanto madrugón… Tanto hijos como padres querrían al fin estar tranquilos, sin horarios, en casa. Sin actividades marcadas la mayor parte del día.
Y al fin llegan las vacaciones para todos:
Una combinación de encuentro y organización familiar
Padres cansados que quieren descansar y disfrutar con sus hijos, ¿Cómo hacer una buena mezcla de esto? Para empezar pensemos en algo que nos una, y es que tenemos dos cosas claras:
Todos queremos disfrutar. Estos preciados días de vacaciones pasan rápido, por lo que será bueno dedicarse a atender nuestras propias necesidades, sin pasar por alto las de los demás.
A nadie le gusta sentirse estresado. Así que no trates de controlarlo todo. No todo está en tu mano, es imposible. Pero sí se puede conseguir un estado de calma ante lo que acontece.
Y para que nuestro propósito se cumpla
y podamos disfrutar de unos días en familia, con vacaciones-para-todos te propongo que tratéis de cumplir con al menos cinco propuestas:
Que las necesidades a cubrir por cada uno de vosotros al menos sean ecológicas.Esto es, que lo que cada cual desee hacer en vacaciones no perjudique o sea malo para otro miembro de la familia. Y que a la vez, sea bueno para todos.
Que haya objetivos comunes. Una buena forma de desarrollar la empatía es tener una comunicación clara, directa y positiva entre toda la familia. La diferencia entre convencer a los demás para hacer mayoría, o imponer una idea, y llegar a un consenso, es marcar el límite entre qué es lo mejor para mí (objetivo individual) y qué es lo mejor para la familia (objetivo compartido). Olvidarnos de posicionarnos en una sola propuesta, y escuchar todas las que puedan surgir. Y aquí cuentan todos los miembros de la familia por igual.
Preguntar cómo queremos que sean nuestras vacaciones en familia, desde donde centraremos la atención hacia el interés de todos. Los padres y adultos de referencia (para familias en las que se unen parejas nuevas, con hijos de una relación anterior) tendrán en cuenta las opiniones, los gustos e intereses de los niños, pero en este punto, son los adultos quienes deben tomar las decisiones: los horarios, dónde ir, qué comer… los adultos aportamos seguridad y coherencia.
Sacarle partido a este diálogo abierto para crear acuerdos y negociaciones. La organización familiar hará cada vez más fácil la convivencia si todos somos responsables de nuestros propios acuerdos. Si la decisión tomada supone que todos cedemos en algo para ganar en bienestar, todos ganamos.
Establecer las normas comunes de “convivencia vacacional”. En vacaciones se rompen las anteriores rutinas y horarios, pero quedan las obligaciones hacia ciertas tareas domésticas (a las que cada familia les da sus prioridades), como: hacer la cama, cocinar, recoger, quitar o poner la mesa… Todo cuanto pueda definirse en familia será más asumible y llevadero. También incluiremos los tiempos de descanso, respetando la tranquilidad durante ese momento con un tiempo establecido y actividades definidas como tranquilas para no molestar al resto. Es preferible acordar qué “si se puede hacer” para sustituir aquello que “no se puede hacer” y se definan las condiciones. Será más fácil cumplir con un “Se puede hablar bajito”, antes que un solo “No se puede gritar”.
Todos somos parte, y todos somos responsables de disfrutar de unas vacaciones familiares, así como lo hayamos elegido
Y teniendo en cuenta que la vida está llena de imprevistos, siempre será mejor asumir los cambios como un aprendizaje compartido para vivir con alegría las experiencias que nos esperan en las vacaciones familiares.
Sobre la autora:
RAQUEL DE DIEGO es trabajadora Social, Técnico de Formación y formadora. Coach especialista en Familias y Parejas. conciliafam.com
Acompañamiento a familias y parejas en procesos de Coaching, como Coach especialista en Familias y Parejas. Formación en entidades y centros educativos, orientada a la educación y crianza a través de la gestión de emociones, y sistemas familiares y procesos de cambio.
Espido Freire ahonda en la nostalgia, el síndrome posvacacional que aflora en nosotros en los últimos días del verano.
“Imagínese que un demonio le dijera a usted que su vida de ahora, tal como la está viviendo, como la ha vivido en el pasado, tiene que volver un número interminable de veces. Y que no habría nada nuevo. Todos los dolores, las alegrías, las cosas grandes y pequeñas que haya en su vida, simplemente se repetirán en la misma sucesión. La vida no vivida quedaría presa en su interior. Sin ser vivida, para la eternidad”
Estas palabras proceden de la ficción: El día que Nietzsche lloró, una de las recreaciones de la vida del filósofo. Una novela escrita en 1992 por el psiquiatra judeo-estadounidense Irvin D. Yalom.
El eterno retorno
Esa sensación que nos acecha cuando se acerca una fecha señalada del calendario. Hay quienes viven un eterno retorno al llegar el verano, por ejemplo. Comparan las que serán sus vacaciones con las que tuvieron el año anterior.
Pero también hay quienes se topan con esa sensación cuando se acerca septiembre. Cuando empiezan los propósitos, las voluntades, el déjà vu de regresar todavía con arena de la playa o con abrojos del pueblo. La sensación de dejar las maletas en el suelo y pensar “Dios mío, ahora yo no puedo con la vida, ¿ahora qué hago?”, es el llamado síndrome posvacacional.
¿Existe el síndrome posvacacional?
Existe, e intentamos combatirlo de maneras muy distintas. Hay quien lo niega. Se pone a hacer inmediatamente limpieza general de la casa, a planchar todo, a cambiar armarios… y se acabó. Hay quien comienza ya a preparar los uniformes para los niños. Quien comienza a buscar suscripciones a inglés, chino…
Y hay quien comienza a comprar fascículos, que le dan una sensación de que la vida continúa y la sensación de angustia se aminora. La sensación de empezar un proyecto alivia , al fin y al cabo es empezar una ruta.
Es curioso que nos extrañemos de los fascículos que se publican
Están muy pensados por grandes grupos editoriales
Están pensados para ser rentables. Para ser rentables además amortizados en relativo tiempo. Obviamente el nivel de abandono de las colecciones es muy alto. Hay gente que colecciona tacitas, que colecciona cucharitas, que colecciona tanques…
Lo que nos sorprende en los últimos tiempos es el regreso a la nostalgia
Vuelve Heidi, Marco y compañía, en fascículos. Las nuevas aficiones: por ejemplo los cupcakes, el hacer retales… muchas de ellas muy femeninas. Y por otro lado regresa el antiguo hombre que vuelve a ser el nuevo hombre, la masculinidad llevada al extremo. Y luego están las cosas que se pueden compartir con los niños.
Pasado o futuro
Son proyectos o bien de pasado, que nos confortan con el pasado, o bien que nos reconcilian con el futuro y nos dan una cierta esperanza. La mayor parte de ellos están condenados al fracaso.
Igual que cuando se empiezan los proyectos en enero
En la mayoría de casos sirven como un bálsamo para facilitar la transición, y luego se vuelve otra vez a la rutina. Si se es consciente de que no se va a continuar, sino que es algo que se está aplicando como si se tratase de una tirita, está bien. Lo que ocurre es que hay personas que se plantean realmente el cambiar de vida cuando empieza el año, o cuando llega el otoño, y no es un buen momento.
¿Por qué no es un buen momento?
En enero nada cambia. En enero tenemos todo el invierno por delante. La luz aumenta muy poquito y, desde el punto de vista neurológico y psicológico, da la sensación de que lo único que está haciendo un esfuerzo por cambiar es nuestra cabeza. Todo lo de alrededor continúa. En España incluso, con el roscón de Reyes, quien inicie la dieta el día dos de enero… mal comienzo.
Pero es que en otoño la cosa se agrava
Los días se acortan, las hojas caen, llega el frío, tenemos que sacar las bufandas, hay que buscar dónde está el edredón de invierno, volvemos al cole, volvemos a los zapatos nuevos que rozan los primeros días… que incomodidad. El otoño es bonito, pero la sensación general es la de que vamos a peor.
Por eso es bueno decir a quien se proponga ese cambio de vida que, si no prospera, no se preocupe. Que no se exija demasiado: porque todo el mundo, la meteorología, la sociedad industrializada, y parte de la escolarización, están en contra.
Estamos condenados a encontrarnos cíclicamente con emociones y con recuerdos. El problema está en que nos instalemos en ellos
¿Qué dice de nosotros que el sentido de la voluntad sea tan cíclico?
Los rituales sociales están ahí por algo. Están porque funcionan. Independientemente de que haya personas que se sientan muy oprimidas cuando llegan las fiestas del pueblo, o que no estén de acuerdo con determinados rituales, o a las que les entristezca la Navidad…
Los rituales sirven para cosas, en principio para catarsis colectivas
Estamos irritados, melancólicos, tristes, eufóricos, y, en un momento determinado, conectamos con toda la colectividad, nuestra familia, nuestro grupo. Hay una explosión que libera, fuegos artificiales fuera y dentro, y retomamos fuerzas. Y las cosas siguen su cauce, siguen funcionando. En ese sentido necesitamos, y todos los pueblos tienen, esa idea de fiesta y de ritual.
¿Qué nos pasa hoy?
Cómo sociedad somos mucho más sofisticados
Vivimos más aislados. Es más difícil que esa sensación colectiva se produzca en el pueblecito, en las vacaciones en la costa… Hay gente que lo sigue viviendo ahí, pero en general lo estamos pasando ya a otra proyección, lo estamos pasando a la ficción. Es el encontrarnos en otro tipo de terrenos. Por ejemplo en los recuerdos, o a través de los foros y grupos de contacto de internet.
Es curioso que grupos de amigos que no nos podemos ver tengamos grupos de WhatsApp que funcionan exactamente de la misma manera.
Sin vernos seguimos diciendo “estamos aquí”.
Que era para lo que servían los santos, los cumpleaños, para lo que valían las celebraciones y aniversarios. En principio necesitamos ese tipo de rituales.
La sociedad no puede vivir sin esos rituales
En el momento en que los cortamos, porque nos desvinculamos de lo religioso o de lo territorial, los proyectamos en otros lugares. Y ahora por ejemplo nuestra romería de la Santa Cruz, que muchas de ellas son en septiembre, pues es el regreso de la temporada de Juego de Tronos. Cada uno según su generación. Eso genera nuevas comunidades, y sobre todo nuevas catarsis.
La empatía muchas veces se genera porque “yo siento lo mismo que tú sientes”
Eso obliga a un esfuerzo personal, pero también a un esfuerzo social. Cuando como sociedad nos uníamos en torno a la iglesia, en el caso de las sociedades católicas, y veíamos el dolor de una madre al perder un hijo, estábamos generando ahí una catarsis colectiva. Cuando veíamos que ese hijo que estaba siendo crucificado perdonaba a los demás, había una lección moral.
Ahora, como la mayor parte de nosotros tenemos una educación mucho más laica y eso ya no nos sirve como vínculo, necesitamos otro tipo de ejemplos. El poder de los símbolos hace que sintamos lo mismo, pero aplicado a otro tipo de terrenos.
La idea de acumular, la idea de atesorar
Es algo que tenemos desde pequeñitos. Los niños que tienen sus gominolas y les decimos, con tres añitos, ¿me das una? Y responden: “NO”. No han valorado en ese momento la gominola, hasta que de pronto se dan cuenta de que tienen un tesoro.
Ahí están también los fascículos. Pero ahí está el descargarse de manera absolutamente enloquecida películas, muchas de ellas de forma ilegal: “yo tengo más, eso me da seguridad”. Es la metáfora de Midas. No hemos inventado nada nuevo. Eso es lo fascinante del ser humano: que nos vamos adaptando, transformando, generalmente para bien.
El ser humano es conservador por naturaleza
Tenemos miedo al cambio. Incluso los niños son muy conservadores: no les cambies una palabra del cuento, no les cambies un juguete de sitio…
No se consiguen las metas si no hay constancia
No se consiguen las metas si no hay planificación y si no hay recordatorios. Recordatorios de que hay que continuar a esa meta. Lo que queremos muchos de nosotros, cuando queremos cambiar nuestra vida, es el resultado. No es el proceso ni el esfuerzo, no es el tránsito.
Y es en ese tránsito donde vamos acumulando y atesorando las experiencias que nos permitirán cambiar. No hay una cosa sin la otra.
Fuente: Espido Freire en Hoy por Hoy de Cadena Ser (26/08/16) / imágenes: Flickr Sofia Carvalho
Una siesta de media hora ayuda a los niños a asimilar y memorizar mejor lo aprendido
Investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad Libre de Bruselas han demostrado el papel fundamental del sueño en la mejora de la memoria y el aprendizaje de los más pequeños. De ahí la importancia que se le da a la siesta.
Gracias a este corto, pero clave descanso, el niño asimila de forma más rápida los nuevos conocimientos y consolida la memoria, que pasa de ser memoria a corto plazo a memoria a largo plazo
Durante el sueño, el cerebro todavía está activo y se consolidan dos tipos de memoria:
■ La memoria declarativa, relacionada con el aprendizaje de conceptos teóricos (por ejemplo, definiciones) ■ Y la memoria de procedimiento, relacionada con las técnicas adquiridas (por ejemplo, tocar el piano).
Además, el sueño también juega un papel clave en la consolidación de la memoria, pasando de memoria a corto plazo a memoria a largo plazo, ya que, mientras se duerme, la información se transfiere desde el hipocampo a las áreas de corteza de la memoria a largo plazo.
Charline Urbain y Phillippe Peigneux, del Centro de Cognición y Neurociencias de la Facultad de Psicología y Educación, han estudiado el impacto de una siesta en el aprendizaje de los niños
Los investigadores llevaron a cabo un experimento en un grupo de niños sanos, con una edad media de 10 años, mediante magnetoencefalografía (MEG) en el Hospital Erasmus.
¿En qué consistió el experimento?
En la primera fase se presentaron a los niños imágenes de objetos imaginarios, cada uno con una definición que tenían que aprender. Descubrieron que el hipocampo estaba fuertemente implicado en ese aprendizaje. A continuación, se dividió a los niños en dos grupos, uno que durmió media hora de siesta, mientras que el resto permaneció descansando sin dormir.
En la segunda fase de la investigación todos los niños regresaron al MEG, donde los investigadores volvieron a presentarles las imágenes de los objetos imaginarios, a los que debían dar una nueva definición.
«Nos dimos cuenta de que en los niños que habían dormido la siesta áreas de la corteza prefrontal (y no el hipocampo) estuvieron predominantemente activas. En otras palabras, con una breve siesta de media hora, la consolidación de la memoria (transición a largo plazo) ya se había producido», explica el director del equipo de investigación.
«Esta transferencia del hipocampo a la corteza prefrontal ya se había observado en los adultos, pero sólo 3 meses después del aprendizaje. Nuestro estudio sugiere que el sueño en el niño permite una asimilación más rápida de nuevos aprendizajes y la práctica de post-aprendizaje tras pequeñas siestas puede mejorar la consolidación de la memoria”.
El estudio acaba de ser publicado en la revista ‘NeuroImage’
El equipo español ha vuelto a casa de los Juegos Olímpicos con 17 medallas, pero también con algunos momentos que deportistas y aficionados no podremos olvidar. Un análisis de algunos momentazos que hemos visto en los Juegos de Río, y de los valores que esos gestos pueden transmitir a nuestros jóvenes. Una relectura diferente de unos juegos en los que ha habido muchas anécdotas, gestos, récords, incluso abucheos y lágrimas.
¿Hemos sido testigos del ESPÍRITU OLÍMPICO?
En general nuestros deportistas son modelos de conducta, tanto los que han obtenido medalla como los que no. Vemos a personas que después de cuatro años, en los que han invertido esfuerzo, valores, trabajo, sacrificio. En los que han tenido lesiones. Que muchas veces juegan infiltrados… simbolizan aquello que queremos para nuestros hijos, para la juventud, para la sociedad.
Cosas que han ocurrido en estos Juegos Olímpicos:
El enfado de Nadal ante la tardanza de su rival:
Ocurrió en el partido por el bronce de tenis masculino. Rafa Nadal se quejó al árbitro por la tardanza de su contrincante, el japonés Nishikori, que estuvo más de diez minutos en el vestuario teniendo el partido parado cuando el tenista español estaba en su mejor momento. Hubo abucheos por parte del público ante la tardanza de Nishikori, que se fue al baño cuando Nadal venía de una remontada apoteósica.
¿Pudo afectar a Rafa esa espera?
Rafa Nadal tiene la capacidad de apartar aquello que le distrae y volver a concentrarse, y jugó un partido espectacular. Pero hay momentos en que hay una rabia y una agresividad que, si no se expresa, la contiene uno dentro y si que puede afectar.
El que Nadal, que es siempre políticamente tan correcto y respetuoso, expresase lo que sentía en ese momento estuvo muy bien. Porqué además tenía razón.
Los Juegos Olímpicos son algo más que el deporte
Siempre han simbolizado los valores. Y el valor del respeto hacia el rival es un valor fundamental. El término ambición es importantísimo, pero siempre definido como aquello que uno realiza para superarse a sí mismo. Cuando un rival trata de desquiciar intencionadamente a su adversario, porque quizás no ve que tenga los recursos suficientes como para ganar el partido por sí solo, es una falta de respeto.
Es lo que se llamaríamos juego sucio
Independientemente del tiempo que esté permitido permanecer en el vestuario, de si actuó de manera legal o no. Lo que está claro es que lo que hizo Nishikori no es una conducta que se practique en el tenis. Cualquiera va a hacer todo lo posible por conseguir una medalla, pero hay límites que no se deberían cruzar, porque es un modelo de conducta para la gente que lo está viendo.
La motivación es fundamental para los deportistas de élite
Dos buenos ejemplos son Michael Phelps y Usain Bolt.
¿Cuáles son las fortalezas de estos deportistas, además de su condición física?
Eso está bien decirlo. Es importante que la gente tenga unas expectativas realistas sobre el rendimiento y los resultados que se pueden obtener. Cuando a un deportista se le enseña a definir objetivos siempre se le dice que lo haga sobre su rendimiento, no sobre ganar o perder.
Está claro que cuando Bruno Hortelano compite contra Usain Bolt, a pesar de que Hortelano ha hecho una competición fantástica batiendo los records que tenía, intentar ganar a un hombre como Bolt serían unas expectativas irrealistas.
Ahí hay un talento sobrenatural, que viene por su condición muscular, su fisionomía, la altura, la envergadura que tenga de brazos… y por supuesto todo el trabajo y disciplina que estos deportistas llevan detrás.
Es evidente en el caso de Bolt, al igual que pasa con Phelps, tiene una variable que le hace ser especialmente talentoso, por encima de los demás. Pero si a ese talento no le acompañara el esfuerzo, los valores, un trabajo riguroso diario para llegar a ser el mejor, y el convencimiento psicológico de que se va a ganar, seguramente no lo conseguirían.
En la Carta Olímpica, leemos en su primer punto:
“El Olimpismo es una filosofía de la vida, que exalta y combina en un conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu.”
Pero parece que o no las conocemos, o no somos capaces de valorar esa voluntad y ese espíritu, esas otras dos variables.
¿Cómo podemos detectar esas variables en los deportistas?
Cuando Nadal jugó el partido del que se ha hablado, la gente valoraba sobre todo su actitud. En ese partido contra el chico japonés la gente no valora que pierda o que gane. Lo que valora el espectador es la entrega, la actitud, el esfuerzo, la lucha. El ver a una persona cansada que tuvo que jugar con esa intensidad, porque se le habían acumulado los partidos. Que se veía que su cuerpo no podía más, pero que su mente seguía.
La actitud sí que es algo que conseguimos leer de la gente que nos representa, lo vemos en los deportistas. Los vemos sufrir, porque el lenguaje corporal no engaña, incluso comunica más que lo verbal.
El público que está viendo ese partido ve el gesto de dolor del deportista. En ese momento se activan las neuronas espejo de los espectadores, que son aquellas neuronas que nos permiten sentir empatía con el dolor y el esfuerzo ajeno. Y en ese momento nos sentimos representados por un valor muy grande.
Sobre las pistas de atletismo hemos contemplado gestos olímpicos
La atleta neozelandesa Nikki Hamblin y la estadounidense Abbey D’ Agostino se cayeron en una de las semifinales de 5.000 metros. Se levantaron juntas para terminar la carrera.
¿Es este el espíritu olímpico?
Patricia dice que estos son los valores del deporte. Además de en esta carrera, se vio una imagen similar en otra prueba: alguien estaba completamente derrotado y un compañero, de otro país, intentó agarrarlo y ayudarlo para que siguiera avanzando.
Ahí es donde realmente se ve lo que es la cooperación
Y que a las personas sí que nos llena el tema de ser competitivos, pero por encima de competir está la humanidad, y el ayudar a una persona que, en ese momento y por una situación que no ha buscado, se ve con una gran desventaja. Además los jueces premiaron su comportamiento. Fueron sensibles a ese gesto olímpico. Y eso es algo genial.
A un nivel de olimpiadas llega muy poquita gente
Pero cuando hay cientos de miles de chavales trabajando en un equipo de fútbol. Niños que nunca llegarán a ser Iniesta ni Casillas, no podemos valorar solamente a aquel que mete goles.
Hay que valorar a aquel compañero que hace reír a los demás, que es generoso, que da ánimos, que tiene otros valores que también son importantísimos para el equipo. Cuando un niño como ese ve este compañerismo y esta cooperación en unos Juegos Olímpicos, seguramente sentirá muy reforzado su comportamiento también. Verá que eso es algo importante.
Hablamos de que estos deportistas han de transmitir los valores que queremos para nuestra sociedad
Para nosotros aplicarlos en el día a día: el esfuerzo, la superación, la constancia. Pero claro, a ellos les aplauden, les hacen fotos, cobran dinero…
A nosotros, ¿Quién nos hace todo eso? ¿Cómo podemos encontrar reconocimiento?
Lo ideal sería que el reconocimiento viniera de nosotros mismos, en el sentido de que nos pudiésemos sentir orgullosos de comportarnos con honestidad y ser coherentes con nuestros valores.
Pero también hay que inculcar a la sociedad que el refuerzo funciona mucho mejor que el castigo. Es algo que tenemos que practicar con los alumnos, con los hijos, con los compañeros de trabajo. Cómo jefes de un equipo el estar pendientes de reconocer a los demás sus logros. A todos nos gusta que nos valoren por el trabajo bien hecho y que nos den una palabra de ánimo.
Hay una equivocación con la idea de que el elogio debilita
Eso es sinceramente una tontería. El elogio nos ayuda a saber cuál es el camino correcto, y que tenemos que hacer que los demás van a valorar.
Otra muestra más de superación que conmueve
La de la atleta etíope Etenesh Diro, que se quita la zapatilla y termina la prueba de 3.000 metros obstáculos, aunque no consigue clasificarse.
¿Qué le puede pasar a un deportista por la cabeza en esos momentos?
Que te pisen la zapatilla cuando llevas tantas horas de preparación para una prueba como esa… Ahí hay un concepto que representa a esa mujer: la resiliencia. La capacidad que tenemos las personas de venirnos arriba ante la adversidad.
Hay gente que ante la adversidad se deprime, abandona, que podía haber sido una opción y dedicarse a rumiar con la parte injusta de la vida: “mira lo que me ha pasado después de cuatro años preparando”. Y otras personas que hacen como ella, que se quita la zapatilla e intenta dar lo mejor de sí.
Esa mujer no se va de los Juegos con una medalla, pero si se va con la experiencia de haber superado una situación muy complicada. De cara a otra experiencia similar ella sabrá que en su mochila lleva herramientas para vencerla.
El público en estos Juegos ha tenido mucha presencia, quizás mayor de la que debería
En la apertura vimos los abucheos al presidente interino de Brasil, Michel Temer, quien ya no quiso asistir a la ceremonia de clausura ¿Ha podido ser un comportamiento algo antideportivo?
¿Alguna vez se habían producido hechos similares? Abucheos en unos Juegos Olímpicos
Es algo que no está bien. La protesta tiene su momento, su lugar y su forma de hacerse de manera correcta. Igual que nosotros en una manifestación podemos dar dos gritos, y sacar una pancarta. Y en cambio eso es algo que nunca haríamos en un restaurante cuando nos traen un plato que no nos gusta.
Todos tenemos derecho a quejarnos y a expresar nuestro dolor, pero hay que buscar el momento adecuado. Este era un momento para los valores, para el deporte y para la unión. Un momento para la internacionalidad y para esa parte de cooperación.
El público también jaleó los fallos del gimnasta estadounidense Samuel Mikulak
Fue en la final de suelo de gimnasia artística masculina. Un mal resultado que le daría el bronce al competidor brasileño.
A la concentración del deportista tiene que afectar de alguna manera el ser increpado
Por supuesto. Cuando uno va a una competición intenta mantener todo lo controlable bajo control. Y todo lo controlable bajo control incluye muchas veces el que alguien te pite. Pero lo menos que espera el deportista es una falta de respeto en un lugar como ese. Hay veces que no podemos prepararnos para todas las adversidades que van a surgir, y eso es algo que puede despistar.
Hay un término alemán: Schadenfreude. Es un término que no tiene traducción al español ni al inglés y significa: la alegría por el mal ajeno. Si por ejemplo eres del Madrid o del Barça, y ves que a ti te han eliminado de la copa del Rey, pero el otro pierde, pues te alegras. Es un sentimiento malo.
El Olimpismo es una filosofía de la vida, que exalta y combina en un conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu. Al asociar el deporte con la cultura y la formación, el Olimpismo se propone crear un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo y el respeto por los principios éticos fundamentales universales. (Primer principio de la Carta Olímpica).
Fuente: Patricia Ramírez, psicóloga de la salud y el deporte, en Hoy por Hoy de Cadena Ser (22/08/16) / Imagen de portada: Fragmento portada Astérix y los Juegos Olímpicos de editorial Salvat.
Su lenguaje no verbal es en ocasiones difícil de descifrar para los adultos. Teresa Baró nos ayuda a entenderlos acercándonos a sus características.
Nos empieza hablando de la PUBERTAD
En esa primera etapa, en la que físicamente sufren tantos cambios, una de las características es que ellos mismos no se conocen su cuerpo. A veces incluso tropiezan, no saben qué hacer con los brazos, con las manos… el cuerpo ha cambiado y necesitan adaptarse.
Les caracteriza una cierta languidez
Arrastran los pies, caminan con el pecho hundido, la cabeza gacha, las manos en los bolsillos,… parece que están cansados de todo. También lo manifiestan en la forma de hablar. A veces no se les entiende, no vocalizan, hablan bajo, además refunfuñando.
En general es como si todo les costase mucho
Eso es lo que parece. En cambio después hay cambios de humor que también nos dicen que pueden estar muy contentos y muy excitados en un momento determinado.
¿Es quizás una manera de expresar su rebeldía?
En parte sí. Ellos están buscando sus nuevos modelos. Durante la infancia sus modelos han sido sus padres, o sus abuelos, dentro del entorno familiar. Incluso han sido sus ídolos.
Pero cuando entran en la etapa de la adolescencia están buscando otros referentes. Están buscando sus señas de identidad, sus propios criterios. Necesitan rebelarse contra los modelos que han tenido hasta ahora. Buscan fuera, y en otros referentes, la forma de comportarse, de moverse e incluso de vestirse.
¿Cómo se comportan? ¿Saben diferenciar lo público de lo privado? ¿Lo formal de lo informal?
Si han recibido una educación correcta, saben diferenciar perfectamente el comportamiento en el ámbito público y el privado, en el ámbito familiar y fuera de la familia. También saben distinguir lo formal de lo informal. Lo que ocurre es que, como tienen esa necesidad de mostrar que son más mayores y que no han de someterse a las normas, adoptan esas conductas que a los mayores nos molestan.
Conductas no sociales, por decirlo de alguna forma
Como por ejemplo poner los pies encima de una mesa, ensuciar comiendo en un espacio público, poner los pies en el asiento del tren, en los bancos de la calle sentarse en el respaldo apoyando los pies en el asiento… Gestos que vemos en la calle y que pensamos que son de mala educación. En realidad es una forma de rebelarse contra las normas impuestas.
¿Pueden adoptar determinadas actitudes queriendo imitar a sus ídolos?
En ocasiones están imitando a líderes dentro de la propia pandilla, es algo muy importante para sentirse aceptados. Pero también pueden estar imitando a otros modelos que ven en los medios de comunicación, en la publicidad por ejemplo. Imitan formas de comportarse que ven en personajes de su edad en los anuncios, en las películas o en las series televisivas. O también pueden fijarse en deportistas. El tema está en que tipos de ídolos tienen y que valores transmiten esos ídolos.
Muchas veces tienen una influencia positiva, pero desgraciadamente también son muy frecuentes los modelos que transmiten unos valores que no son los más recomendables.
Del lenguaje no verbal de los adolescentes ¿se podría decir que es universal?
Sí que lo es. Al menos dentro de la cultura occidental. Lo que ocurre es que hay diferencias respecto al adolescente. Hay factores que influyen, como el carácter y la educación recibida. Podríamos hablar de dos extremos de chicos.
El adolescente tímido
Que va buscando los rincones, que quiere pasar desapercibido, que nunca será el centro de atención. Baja la mirada, se sonroja rápidamente, se muerde las uñas, va con las manos en los bolsillos, se enrolla una bufanda en el cuello para no ser visto…
El que quiere ser protagonista
Quiere hacerse ver. Tiene una actitud incluso chulesca, vanidosa y prepotente. Puede mirar de forma despreciativa cuando se le comenta algo. Incluso puede llegar a comportamientos agresivos de insulto o de desprecio, y en ocasiones también llegar a la violencia. Esto ocurre especialmente cuando se mezclan estas actitudes con alcohol o con drogas.
Centrándonos en la ropa ¿qué importancia tiene en su comunicación?
La ropa es clave para todas las personas, y para los adolescentes es fundamental. Su autoimagen, la imagen que tienen de ellos mismos, y que es la que les ha de proporcionar autoestima, se basa en gran medida en su aspecto físico. Si un adolescente no acepta el mismo su aspecto físico, y no se ve aceptado por los demás, baja en picado su autoestima. No valora otras habilidades que puede tener, como un talento para la música, habilidades en el deporte o buenos resultados en los estudios.
Es importante trabajar en ese tema desde casa. Animarles a sentirse bien en su cuerpo. Animarles a hacer deporte porque es clave para su bienestar.
En conclusión:
Hay que escuchar a los hijos, a los adolescentes, en casa y en la escuela. Ocurre que muchas veces no quieren, o no pueden, expresarse con palabras. Para eso tenemos el lenguaje corporal que, como emana del inconsciente, es mucho más sincero que lo que nos están diciendo.
Es importantísimo saber observarles y saber interpretar sus gestos, sus miradas y su tono de voz
Nos están dando mucha más información a veces que sus palabras. Hay que escuchar con los ojos, además de con las orejas. Que no se sientan excluidos y si se sientan atendidos.
Fuente: Teresa Baró. Escritora, formadora y conferenciante internacional, y experta en comunicación personal y lenguaje no verbal. / Imagen de portada: pixabay / Imagen interior: flickr Javi Sánchez de la viña
La envidia es una de esas emociones que, en función de cómo la enfoquemos, nos puede ayudar a progresar en la vida. Implica el deseo de emular alguna cualidad destacada o poseer algún bien que otro posee, y que por supuesto uno no dispone.
Existe la ENVIDIA MALA (o no tan sana)
Esa que corroe: “que vestido más bonito llevas hoy” (cuando interiormente se está pensando: “Quiero tener ese vestido. Que mal me sienta que ella lo tenga”). Pensamientos negativos que perjudican a quien los siente, que provocan el estar de mal humor, que incluso hacen enfermar: estar más nerviosos, más irritables… por no conseguir aquello que se desea y que otros tienen.
El sentimiento de envidia puede ir acompañado de un complejo de inferioridad, inseguridad e insatisfacción con uno mismo frente a los demás. Por eso es tan esencial fomentar la autoestima en los niños.
Por otro lado tenemos la ENVIDIA SANA
Se trata de dar la vuelta a la situación: “Que vestido más bonito llevas hoy”, “¿dónde lo has comprado?” «está bien conocer ese sitio, algún día me pasaré a ver si encuentro algo para mí».
Es otra actitud, que va muy de la mano de la empatía. Si conseguimos ser empáticos con los demás no sufriremos esa envidia que hace daño. Sabremos que “bueno, si no tenemos ese vestido quizás tenemos otra cosa”.
Entre los niños ¿hay envidia?
No es realmente envidia. Los adultos somos los que podemos fomentar que los niños tengan esa “envidia malsana”.
Hay familias que son envidiosas por naturaleza
Los niños cuando son pequeños no sienten envidia
Si quieren una cosa la cogen y punto. No tienen ningún problema: “yo quiero esto aunque no sea mío”. Eso no es envidia. Cuando van creciendo, ya con siete u ocho años, se alegran mucho de las cosas que hacen o tienen los otros niños: “que coche más chulo tienes”, “que bien que tienes la wii”…
Llegan a casa y piden eso que han visto y que les ha gustado a sus padres: “quiero un coche como el que tiene Gerardo”. Ahí es donde puede entrar esa envidia no tan sana: “nosotros no tenemos dinero y eso no nos lo podemos permitir», «mira qué familia, que tienen dinero y lo despilfarran»…
Los niños pequeños imitan constantemente la conducta de sus padres. Si los padres son envidiosos hay muchas posibilidades de que los hijos también lo sean. Es importante que los padres intenten evitar comportamientos y comentarios envidiosos para que los niños no puedan imitarlos o aprender ese tipo de conductas.
Los padres tienen la difícil tarea de enseñar a los hijos a saber diferenciar entra la envidia y la admiración:
No es lo mismo tener envidia de una persona que admirarla. Es bastante difícil para los pequeños entender este tipo de conceptos, que pueden llevarles a confusión.
Fuente: L’ofici d’educar de Catalunya Ràdio (10/08/14) / Imágenes: Flickr Florencia Cárcamo
Es el lema de la última y pionera campaña para prevenir las llamadas VIOLACIONES EN CITA
El objetivo de esta campaña, llevada a cabo por el Instituto de la Mujer de Castilla La Mancha, es prevenir una de las formas de violencia de género que, según los datos que manejan, más predomina entre los jóvenes y adolescentes: la violación en cita.
¿En qué consiste esta forma de agresión?
A diferencia de una violación en un asalto callejero, ésta ocurre en encuentros pactados con un amigo, un conocido, o con alguien que quieres conocer. El agresor puede incluso ser alguien con quien habías mantenido en algún momento una relación sexual consentida.
Ocurre cuando la chica queda con un conocido y él, en lugar de aceptar un ‘no’ por respuesta, obliga a la víctima a mantener una relación en contra de su voluntad.
Tienden a permanecer ignoradas y silenciadas
Lo explica Araceli Martínez, directora del Instituto de la Mujer de Castilla La Mancha, dice que no se denuncian, y a veces ni siquiera se identifican.
La expresión violaciones en cita es una traducción del inglés, que puede resultar más o menos acertada, pero es el nombre técnico con el que se conoce a este tipo de agresiones sexuales.
Son agresiones que se producen entre conocidos
En un ligoteo, un tonteo, con una persona a la que conoces o con la que comienzas a entablar una relación del tipo que sea. Se puede estar hablando, se puede iniciar incluso algún tipo de relación física, y en un momento determinado, cuando la mujer dice que NO, que no quiere seguir adelante con esa relación, no se respeta ese derecho y acaba convirtiéndose en una agresión sexual.
Agresiones que no se denuncian. A veces, ni siquiera se identifican
Porque el contexto en el que se ha producido esa relación es entre personas conocidas, y la chica piensa que va a ser muy difícil demostrar que efectivamente ha habido una agresión. O sencillamente en muchas ocasiones no se identifica.
Porque muchas mujeres, muchas chicas jóvenes lo que dicen es que de alguna manera se han sentido obligadas. Han iniciado una relación y para no ser tildadas de lo que comúnmente se conoce como calienta…, piensan que tienen la obligación de seguir aunque sea en contra de sus propios deseos.
¿Se auto obligan nuestras jóvenes en alguna ocasión a mantener relaciones sexuales que no desean tener?
En el ámbito de la violencia de género es muy común la re victimización de la propia víctima, y la autoculpabilización . El agresor suele trasladar la responsabilidad de ese acto delictivo a la propia víctima.
En la violencia de género que se produce dentro de la pareja y la ex pareja, si se habla con profesionales del ámbito y se ven los estudios realizados, y teniendo en cuenta el propio testimonio de las mujeres, en muchas ocasiones manifiestan que son ellas las que sienten que han provocado esa situación que ha desencadenado los malos tratos.
Esto en el ámbito de la violencia de género en parejas y ex parejas, que es un tema en el que parece que estamos más sensibilizados y tenemos más conocimiento social sobre ello.
Pero en todos los tipos de violencia de género hay una tendencia a responsabilizar siempre a la víctima
Hasta el punto que son las propias víctimas, en este caso las mujeres y las chicas jóvenes (que es el público objetivo al que se dirige esta campaña: chicos y chicas jóvenes), las que sienten que, al haber iniciado ese tipo de relación tienen que seguir hasta el final.
Y se sienten culpables cuando paran. Y se sienten culpables también por haber actuado en contra de sus deseos. O porque se han visto obligadas, como es el caso de la violación en cita, a continuar con una relación que no querían.
En toda campaña contra la igualdad, aunque vaya dirigida a proteger a las jóvenes, los chicos tienen también mucha responsabilidad
Javier Cobarrubias, de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género, explica que para conseguir una igualdad real se ha de trabajar con la población masculina. Si no se hace de esta manera poco se va a conseguir.
Los chicos han de entender que la otra persona puede cambiar en cualquier momento de posición, igual que ellos. Y eso es algo que se ha de respetar. A los jóvenes hay que decirles que respeten a la otra parte. Que no impongan su deseo a la otra persona. Todo esto se basa también en la educación sexual que reciben los hombres.
En como el hombre es el que ejerce el poder y el que tiene la última decisión, en este caso sobre la chica: “me da igual que digas que no cuando, al principio, si querías”, o “has venido a una cita conmigo y sabías que podría ocurrir esto. Que podríamos tener una relación sexual”, “voy a ejercer ese derecho, esa posición superior que la sociedad me ha dado”.
Hay que cambiar la mentalidad de los chicos hacia unas nuevas masculinidades
Decirles que hay otra forma distinta de ser, y que no por eso se es menos masculino, no se es menos hombre.
Al contrario, se es más hombre en el sentido de que uno es consciente de lo que le está ocurriendo a la otra persona, es capaz de mostrar empatía y ponerse en su lugar.
De hecho el mensaje de la campaña está dirigido directamente a los chicos:
Sin un SÍ, ¡es NO!
Si no hay un SÍ claro, explícito, y sobre todo libre, es un NO. No hay que interpretar los deseos de las chicas.
A las chicas, la conclusión
En ningún caso, cuando se produce una agresión sexual, somos culpables. El culpable es el agresor. Las mujeres nunca somos culpables, ni responsables, ni nos tenemos que sentir víctimas. Ni tenemos que consentir que nos culpabilicen.
Eso sí, mientras por desgracia exista el machismo, y haya la posibilidad de que ocurran agresiones sexuales, también hemos de saber comportarnos de una manera preventiva.
Lo que se traslada en la campaña a las chicas y a los chicos
Son mensajes asertivos, con los que se puedan identificar y puedan tratar de desenvolverse en una situación en la que previsiblemente se pueda producir una violación en cita.
Bien porque seamos el sujeto, la chica. Bien porque a lo mejor hay chicos que no saben identificar tampoco que lo que están haciendo es un tipo de agresión, y que por lo tanto están cometiendo un delito. Que sepan detectar esas señales y que sepan que, algo que daban como natural, algo que daban como socialmente aceptado, realmente no lo es.
Hay otra responsabilidad a la que apelar a los varones
Cuando vean que un chico está cometiendo una agresión sexual de carácter general, o como la violación en cita de la que se está hablando, no pueden dejarlo pasar por alto. Hay que señalar siempre a la persona que comete la agresión sexual, que comete la violación en cita, en vez de a la mujer que es la víctima.
En las guías que se han elaborado, hay recomendaciones para que ellas se sientan seguras cuando salen y mensajes para que ellos interpreten bien las señales y no «se pongan pesados»
12 comportamientos para evitar la violación en cita
Comenta a tus amigas y amigos con quién vas y a dónde piensas ir. Avisa siempre a alguien.
Vigila tu bebida, no bebas si la has perdido de vista. Pueden introducir sustancias que hagan que pierdas el control o la consciencia. Estate atenta. Y ante la duda, pide otra.
Deja claros tus límites. Si no te interesa alguien, díselo claramente.
Si no estás cómoda, vete. No tengas miedo de dejar un ambiente incómodo. Si no estás segura de una persona o situación, vete inmediatamente.
Absolutamente nada de lo que haya pasado con anterioridad te obliga a tener una relación sexual.
Si te sientes amenazada por alguien con quien estás no te cortes y monta una escena. Grita, patea, golpea una pared, lanza objetos, haz todo lo posible para atraer la atención de otras personas. Y si hay agresión, grita «¡fuego!» en vez de «iayuda!»
Ten siempre un plan alternativo para llegar a tu casa. No dependas de tu cita para volver.
Lleva siempre efectivo para emergencias, para imprevistos, etc. Y no lo gastes.
Ten siempre a mano el teléfono del taxi. Si te sientes incómoda, llama a un taxi y vete.
Coloca en el marcado rápido teléfonos de emergencia o policía. Si te encuentras en una situación comprometedora podrás pedir ayuda de forma rápida y discreta.
Si la situación se complica, pide ayuda. Nunca sientas que no puedes llamar a tu familia por miedo a una bronca, o a alguien cercano, te quieren, se preocupan por ti, y te ayudarán.
Al salir con amistades, cuidad unas de otras.
8 Cosas que los chicos deben tener claras
No te pongas pesado: que alguien «no te siga el rollo» forma parte de su derecho a decir NO.
Que alguien «te siga el rollo», que intente agradarte o «atraerte» no quiere decir que tenga la obligación de acostarse contigo.
El consentimiento de una noche no es un sí para siempre.
Da igual en qué punto del flirting estéis: la otra persona tiene derecho a parar en cualquier momento.
No chantajees. No te creas con derecho a tener sexo. Da igual que haya pasado antes o que hayáis iniciado algún tipo de juego sexual. En el «juego amoroso nadie te debe nada».
No tomes el silencio como un sí.
Si la otra persona está borracha o inconsciente no hay consentimiento.
No te ofusques ni interpretes los deseos de la otra persona. Si no hay un Sí, es un No.
Lo positivo de esta campaña es que:
Los chicos y las chicas a las que ha llegado:
■ Ya saben identificar que es una violación en cita. ■ Saben que es algo que no puede consentirse. ■ Saben también que las mujeres en ningún caso deben sentirse culpables, que los culpables en cualquier caso serán los agresores.
Es algo esencial y que permite ir avanzando en ese trato cotidiano sobre el desarrollo de las nuevas masculinidades.
Las políticas de igualdad están inspiradas por el feminismo
Pero una pata importantísima del feminismo son los desarrollos de esas nuevas masculinidades, esos nuevos comportamientos más igualitarios entre los varones. Que nos permitan construir una sociedad más justa.
Hasta ahora, desgraciadamente, tal y como nos indica la ONU, ningún país del mundo (ni siquiera los más desarrollados) ha conseguido la igualdad plena entre mujeres y hombres.
Y uno de los exponentes de esa desigualdad, el más dramático, es la violencia de género. Y entre las muchas formas de violencia de género las agresiones sexuales. Muy naturalizadas y en muchas ocasiones invisibilizadas.
Fuente: SER Castilla-La Mancha (17/08/16) e Instituto de la Mujer de Castilla La Mancha
Hay niños que pueden sentirse agobiados cuando se les pide que tomen una decisión inmediata. ¡Y las decisiones, por pequeñas que sean, no paran de presentarse! .
Por regla general es una dificultad que presentan los niños con temperamento introvertido. Sus vías cerebrales más largas exigen tiempo para combinar y formular montones de información antes de que estén listos para tomar una decisión. Necesitan un entorno tranquilo, tiempo y espacio para meditar. Enseñar a tomar decisiones requiere tiempo.
Recuerda a tu hijo que está bien tomarse tiempo para tomar una decisión
Enséñale que las decisiones no tienen por qué agobiarle. Una vez las reducimos a componentes más pequeños, se vuelven más manejables. Dile también que, al igual que con la mayoría de las cosas, tomar decisiones mejora con la práctica. Además, cada decisión, incluso las que parecen más triviales, presenta la ocasión de elegir, plantarse o resolver problemas.
Habla a fondo del tema con el niño. Durante el curso de la conversación, pregúntale amablemente: «¿Qué opciones tienes? ¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de cada opción? ¿Cuál es tu impresión? ¿Hay alguna decisión que pueda servirte como pauta? ¿Hay algún error que no debas repetir?».
Admite la lucha en la que está inmerso, diciendo algo cómo: «Sé que resulta difícil tomar una decisión». En la mayoría de los casos, es mejor dejar la decisión para el día siguiente, después de levantarse, las cosas suelen parecer más claras. Entonces es el momento de decidir y hacer planes.
Pídele que piense en alguna decisión que tomó y que le salió bien. Recuérdale que no hay decisiones perfectas. Se trata simplemente de lo mejor que podemos hacer contando con la información que tenemos disponible. Además, dile que son muy pocas las decisiones irreversibles.
Un ejemplo práctico: Un niño introvertido puede convertirse en un experto en la toma de decisiones. Una buena manera de practicar es aplicar la teatralidad.
■ Pregúntale a tu hijo que es lo que hace que su decisión sea tan difícil: «Quiero ir al campamento, pero tengo miedo».
■ Dile que escriba los pros y los contras.
PROS: ■ Puede ser divertido:
―Carlos y Andrea irán.
―Hay caballos, está cerca la playa, montaremos en bici.
CONTRAS: ■ Es un sitio donde nunca he estado antes. ■ Supone toda una semana fuera de casa. ■ A lo mejor no lo paso bien. ■Puede que haya abusones.
■Pregúntale que soluciones posibles cree que hay. Si no se le ocurre ninguna sugiéreselas:
―Podría hablar con el hermano de Carlos, que fue el año pasado, y enterarse un poco más de cómo es aquello. ―Podría llamar a casa desde el campamento. ―Podría averiguar si sus amigos van a estar en su misma habitación. ―Si alguien le intimida puede decírselo a los monitores. ―Si realmente va tan mal, podemos ir a recogerte.
■Deja que lo consulte con la almohada.
■ Anímale a que te comente otras preocupaciones o ideas que se le ocurran.
■Felicítale por la decisión que tome.
Ya sabes, ¡nada de prisas! Las decisiones, de una en una
Fuente: Libro Cómo ayudar a tu hijo a relacionarse con el mundo de Marti Olsen Laney | Imágenes: Flickr danna § curious tangles
Es importante conocer el pasado de nuestros mayores, son nuestras raíces familiares. Pero también son las raíces colectivas, que hemos de sacar a la luz para no olvidar nunca quien somos y de dónde venimos . El diario de las cajas de fósforos es un libro de Paul Fleischman, Ilustrado por Bagram Ibatoulline y publicado por Editorial Juventud.
Un libro fantástico que habla de gente que emigra. Gente que ha de dejar su país en busca de un trabajo, por guerras, por hambre,… por el motivo que sea. La historia se sitúa a principios del siglo XX, cuando a una niña su bisabuelo le explica, de una manera peculiar, el viaje que siendo niño le llevó de Italia a América.
«Elige el objeto que más te guste y luego te contaré su historia»
De entre las pertenencias del anciano a la pequeña le llama la atención una caja de puros, que atesora en su interior un montón de cajas de fósforos.
Dentro de cada cajita hay un recuerdo. La niña va abriéndolas y su bisabuelo le va explicando.
Un hueso de aceituna, una chapa de botella, una entrada, una letra de plomo… Todos estos objetos nos narran el viaje que de niño hizo su protagonista.
“Este hueso de aceituna me recuerda que cuando nací, los primeros años de mi vida, vivía en el sur de Italia. Allí había muchos olivos, pero pasábamos mucha hambre. Mi madre me daba un hueso de aceituna para que lo chupase. Eso ayudaba a quitar el hambre”.
De esta forma, a través de esos pequeños tesoros, va relatando la historia de su vida.
Las ilustraciones a color son muy bonitas. Son dibujos hiperrealistas. Cuando el bisabuelo recuerda los hechos del pasado las ilustraciones son en tono sepia, y en ellas se ve cómo el niño va creciendo. Aquí lo puedes comprar
El diario de las cajas de fósforos es muy recomendable para niños a partir de 6 años. Aunque narre una migración que ocurrió hace más de cien años, es un relato muy actual. Ayuda a los niños a entender el sentimiento de toda la gente que ha de cambiar de país. Les ayuda a entender esa vivencia a través de un diario de objetos guardados por un niño. Un niño que ansiaba dejar constancia de su vida pero que no sabía leer ni escribir.
Paul Fleischman describe el drama de la inmigración y el deseo de aprender a leer mediante este homenaje a la conservación de la memoria.
Fuente: L’ofici d’educar de Catalunya Ràdio (5/07/16)
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