Jóvenes y alcohol, una combinación muy peligrosa. Algunos chicos y chicas empiezan muy pronto, cuando aún ni tan siquiera han llegado a la adolescencia.

El patrón de consumo de alcohol entre los jóvenes ha cambiado. Históricamente lo habitual era el consumo frecuente, en el día a día, de bebidas de poca graduación. Ahora, en cambio, el consumo se concentra en el fin de semana, y es así entre jóvenes y no tan jóvenes.

Es lo que se conoce como “binge drinking” o atracón, concentrar un conjunto de bebidas en una misma salida, en una misma noche. Es un fenómeno relevante. No es un consumo cotidiano pero si se repite varias veces puede dar problemas a una edad en que los órganos que metabolizan el alcohol aún no están preparados.

Música, teléfono con conexión a internet y bebida, los ingredientes imprescindibles para un botellón animado. Foto Diario de Burgos. Luis López Araico

Música, teléfono con conexión a internet y bebida, los ingredientes imprescindibles para un botellón animado. Foto Diario de Burgos. Luis López Araico.

Jóvenes y alcohol

Eso sin dejar de lado los riesgos inmediatos asociados. A los jóvenes les gusta jugar, experimentar, les gusta el riesgo… tener una percepción de riesgo es muy difícil en este grupo de edad. Pueden sufrir un accidente al subir a un vehículo con una persona que esté bajo los efectos del alcohol. O pueden influir, si van bebidos, en la persona que conduce.

Lo que es evidente es que el comportamiento será diferente bajo los efectos del alcohol: violencia, peleas… relaciones sexuales no protegidas, o no deseadas. Cuando alguien está bajo los efectos del alcohol, o de otras drogas, hay una clara desinhibición.  Es mucho más difícil tener la capacidad crítica de gestionar determinados momentos de la noche.

Foto de Santi Burgos

Foto de Santi Burgos

Victòria Trenchs es doctora del Servicio de Urgencias del Hospital Sant Joan de Déu. Explica que se empiezan a ver intoxicaciones etílicas a partir de los doce años. A medida que aumenta la edad, aumenta la proporción, el pico está entre los 15 y 16 años

Con los chicos de más edad son menos casos los que acaban en el hospital. Seguramente porqué ya están más acostumbrados, y controlan más, y también porque muchos son ya derivados a centros de adultos.

Se da en chicos de todos los niveles sociales y con todos los niveles de estudios. El caso típico es el de un adolescente, chico o chica, alrededor de los 15 o 16 años, que llega a urgencias una víspera de festivo, un viernes o un sábado por la noche, con una intoxicación etílica.

¿Llegan igual los chicos que las chicas? Las chicas, normalmente, tienen una menor tolerancia al alcohol. También son algo más jóvenes que los chicos las que llegan a urgencias con una intoxicación etílica. Esto puede ser debido a esa menor tolerancia, o también a que empiezan a beber algo antes que los chicos. La adolescencia quizás está un pelín desplazada hacia abajo para las niñas. Los chicos tardan algo más. Puede haber una diferencia de medio año, no son diferencias muy grandes.

¿Qué síntomas presentan? Mareo, pérdida de conciencia, habla inconexa… y llegan a urgencias en ambulancia. En función de la edad, y también de sus características físicas, unos tienen más tolerancia que otros.

Para pasarlo bien dicen que necesitan beber y “coger el punto”. Actualmente los jóvenes tienen una forma de divertirse que es quedar para beber alcohol por beber alcohol. Y a ver quién consume más.

Imagen de los restos en la vía pública tras un «botellón». EFE

Imagen de los restos en la vía pública tras un «botellón». EFE

¿Qué se hace cuando llegan a urgencias? Lo primero es comprobar si es un primer episodio o si es recurrente. En un episodio puntual lo que se hace es intentar relajar la situación en ese momento, y hablar con los familiares para ver cómo está el tema y que hagan un seguimiento.

No se da de alta a ningún chaval que no haya recuperado totalmente el conocimiento. Se quedan en observación, y cuando el niño ya tiene una reacción normal es cuando se le da el alta. Si el niño está en un coma etílico hay que hacer una analítica, y se miran los niveles de alcohol. Dependiendo de los niveles que tenga deberá pasar más horas en el hospital, y en ocasiones proceder al ingreso.

Hay casos especialmente graves. Cuando se detecta el caso de un chico que reincide por intoxicación,  si se trata de una intoxicación etílica grave, o si hay coexistencia, aparte del alcohol, de consumo de otras drogas, además de tratar la situación se intenta ofrecer a la familia un soporte. Existe en el hospital un servicio de seguimiento de estos niños en riesgo de abuso de sustancias psicoactivas.

Son casos puntuales en que los padres explican que están desbordados por la situación, o niños con intoxicaciones muy graves. El servicio de psiquiatría tiene un área específica de seguimiento de niños con consumo abusivo. En estas ocasiones aparte del alcohol hay habitualmente otras sustancias. Por un consumo aislado de alcohol no se hace seguimiento, porque serían muchísimos casos a seguir.

¿Por qué motivos beben los adolescentes? Lo habitual es un consumo recreativo, para divertirse.

Jóvenes de botellón. Foto EFE

Jóvenes de botellón. Foto EFE

¿En qué estado llegan al servicio de urgencias? Los que llegan al centro hospitalario son jóvenes que están bastante intoxicados. El 50 o 60% de chicos que llegan es en grado de coma etílico.

Nunca se da de alta a un joven que haya tenido una intoxicación etílica sin haber contactado con la familia, lo primero que se hace es que venga algún familiar. Llama mucho la atención que normalmente el chaval siempre viene solo en la ambulancia, los amigos se han desentendido. Es algo que puede traer problemas a la hora de localizar a la familia. Pero de una manera u otra se consigue localizar siempre a algún familiar.

¿Cómo reaccionan los padres al recibir la llamada? Se dan casos de padres que son muy permisivos, y que piensan que a todo el mundo una vez u otra en la vida esto le ha pasado, y otros casos en que los padres se preocupan mucho.

No se trata de escandalizar. Un hecho puntual es un aviso, y no es necesario criminalizar a estos niños. Si ha sido una cosa puntual, y tenemos una buena relación con nuestro hijo, se ha de intentar encauzar el tema como se ha ido haciendo con otros problemas que hayan surgido a lo largo de su vida. Muchos de nuestros jóvenes beben, y lo admiten. Lo que llega a urgencias se podría decir que es la punta del iceberg. Pero hay muchos jóvenes para los cuales esta es su forma de diversión.

¿Cómo es posible que jóvenes menores de 18 años lleguen con coma etílico si a su edad no pueden comprar alcohol? Tienen facilidad para encontrar alcohol. Las barreras existentes no funcionan. O compran en supermercados, o en ocasiones siempre hay adolescentes que parecen mayores de lo que en realidad son. No se piden los carnets en el sitio en que compran, y lo pueden conseguir de manera muy fácil.

El alcohol deriva en otras situaciones de peligro, como accidentes o peleas. En el hospital se ven las intoxicaciones directas. Pero también se ven los niños que, a raíz de ir bebidos, pueden tener una caída y sufrir un traumatismo craneal o una fractura en otra parte del cuerpo que se ha de tratar. O peleas derivadas de la intoxicación.

¿Cuándo podemos hablar con nuestro hijo o hija sobre lo que ha pasado? Eso es algo que hay que dejar para cuando la chica o el chico ya estén tranquilos, que ya no tengan dolor de cabeza y estén totalmente recuperados. Se ha de intentar canalizar, y siempre se puede buscar algún tipo de ayuda exterior. Desde urgencias se recomienda hacer la reflexión al día siguiente. Si se hace en el momento en que el joven está mal no se llegará a ningún sitio.

Hay nuevas formas de consumir alcohol IMPACTANTESLos jóvenes se ponen alcohol directamente en la conjuntiva, éste se absorbe y se “colocan” antes. Cogen el punto de alegría que quieren encontrar de una forma más rápida. Todo son invenciones.

Igual que lo es el “tampax on the rocks”. Sumergen los tampones en su bebida favorita, para después administrarlo vía vaginal (para las mujeres) y anal (para los hombres), y así el alcohol se absorbe por las mucosas. Buscan maneras de llegar a encontrarse en la situación de alegría, el punto que quieren coger con el alcohol, y que no les pillen los padres o los educadores. Con estas técnicas evitan lo que es el rastro de alcohol en el aliento.

Hay otra forma que es a través de inhalación, con inhaladores como los que usan los niños que tienen asma. Hay unas máquinas que producen el spray y lo inhalan, lo que puede provocar también irritación a nivel de las mucosas.

Y algo muy peligroso,  el mezclar bebidas energéticas con alcohol. Puede producir, entre otras cosas, una aceleración cardiaca que tenga posteriormente consecuencias importantes.

¿Cómo podemos prevenir estas situaciones? Nuestros chicos han de ser conscientes de lo que es un consumo de alcohol responsable. Pueden ver en casa que lo que es beber un poco de vino de tanto en tanto no pasa nada, o en las celebraciones familiares. Que sean conscientes que el “atracón”, en el que en dos o tres horas se concentra todo el consumo, es muy peligroso.

Son temas que se han de ir tratando a lo largo de la infancia. Es un trabajo previo de los años anteriores el intentar reorientar para que el niño o la niña tengan unas aficiones que no le lleven a esto. La mayoría de jóvenes entrarán en contacto con el alcohol, y tendrán amigos… Para ellos es difícil saber en ese momento hasta dónde pueden llegar,  es algo que requiere una madurez y una educación previa.

Fuente: Blog de pares de Catalunya Ràdio (25/06/13) y Els matins de TV3 (16/02/16) / Imagen de portada: flickr