‘El color de las cosas’ | Martin Panchaud

El color de las cosas‘ es una obra rompedora, de esas que se salen de los moldes establecidos y que, además de ser una nueva forma de narrar, es una historia trepidante y adictiva.

Martin Panchaud es el autor de ‘El color de las cosas‘, cómic publicado en España por Reservoir Books que rompe todos los esquemas y nos presenta una forma diferente de explicar un relato.

Los personajes se convierten en círculos para contarnos una historia de los barrios periféricos de Inglaterra. Es una obra con mucho trasfondo social, divertida y dura a partes iguales.

'El color de las cosas' | Martin Panchaud

‘El color de las cosas’ | Martin Panchaud

¿Por qué decidiste convertir a los personajes de un cómic en círculos de colores?

«Fue después de mis estudios. Yo en mi recorrido personal primero estudie cómic y después grafismo. Con los estudios de grafismo aprendes a hacer un logo o un cartel y, sobre todo, intentas ser lo más minimalista posible. Se intenta hacer una imagen muy depurada, muy limpia.

Yo pensé en cómo contar una historia (con sus diálogos) pero reduciéndolo todo a lo más mínimo, y llegué a estas formas circulares que hice dialogar entre ellas. ¡Y vi que realmente funcionaba!, que podíamos leer una historia interpretando estos personajes. A partir de ahí empecé a jugar con ello y descubrí que realmente iba a utilizar esta herramienta.»

'El color de las cosas' | Martin Panchaud

Cada personaje principal tiene un color, cada círculo que dibujas tiene un color determinado. ¿Cómo ha sido la selección de esos colores?

«Yo quería, en primer lugar, que el personaje principal destacara, por eso es de un tono anaranjado. Después fui un poco por sensaciones.

El grupo de amigos tenía tonos parecidos color tierra que combinan bien. Luego hay por ejemplo un color muy parecido con el padre biológico, pero por lo demás fue realmente por intuición. Precisamente esto juega con el título: ‘El color de las cosas‘. Hay una interpretación en función de los colores que cada uno siente el suyo.»

Los personajes son círculos simples de colores, pero el resto del cómic sí que tiene un dibujo muy trabajado y exhaustivo. ¿Por qué ese contraste y por qué decidiste hacerlo así?

«Yo, cuando «deduzco» los personajes y decido que son círculos tengo que ver cómo cuento una historia con ellos, y me autorizo a representar todos los objetos que considero que cuentan la vida de los personajes: dónde viven, por dónde se mueven, incluso la textura del suelo por ejemplo (en la ciudad es distinto del pueblo, o en cada zona). Todo ello crea una identidad. Y es de esa forma, con estas pequeñas herramientas, que pienso que la habitación de Simon es así, y esto expresa un poco su infancia pero también su paso a la edad adulta y el dibujo de su barrio.

Por tanto todo esto me interesaba mucho. Además utilizo el diseño vectorial, que se usa sobre todo en arquitectura para representar objetos. Y, habida cuenta que estamos rodeados de objetos que han sido fabricados, y por tanto primero dibujados, yo vuelvo un poco a ese mundo urbano en el que primero todo ha sido dibujado: la mesa o cualquier otro objeto.»

En ‘El color de las cosas‘ la composición de todo el dibujo es desde un plano cenital que recuerda mucho a algunos videojuegos, a algunos shooters como ‘Grand Theft Auto‘ que se ven desde arriba.

«Sí, absolutamente. Yo también he descubierto que efectivamente es así. Para representar un espacio necesitas un plano, y el que para ti sea más natural. Pero para encontrar algo, si quieres representar un país o un plan de evacuación por ejemplo de un hotel o de un museo, o para representar un parque o cualquier otro espacio, utilizamos planos o mapas, como el GPS. Estos planos nos rodean y rápidamente se entienden, es decir, se pueden interpretar con cierta facilidad, y eso es lo interesante.

Yo ahora estoy trabajando en un videojuego y ese paso es muy natural, porque efectivamente sí, se juega mucho con ese enfoque cenital.»

'El color de las cosas' | Martin Panchaud

Al ver al principio el diseño de los personajes como círculos nos podría parecer algo muy estático, pero el cómic tiene muchísimo movimiento.

«Así es. Era uno de los temas que más me preocupaba. Yo quería que la historia fuera sorprendente, que fuera muy viva, muy vital. Y precisamente como retiro muchas cosas (no hay rostros y no hay cuerpos) pues tenía que añadir algo, tenía que introducir el movimiento de otra manera, y tenía ganas de explicar también este road trip (este viaje) con un paso también por el mundo animal creando en todo ello una cierta tensión.

Uno de los desafíos era que si no dibujo cuerpos ¿cómo voy a ilustrar que la gente se está pegando? He ido buscando y elaborando diversas soluciones.»

Desde luego las peleas y la violencia es una de las cosas que más llama la atención en el cómic, cuando vemos de repente aparecer esas gotas, esas manchas de sangre en los círculos… es algo que atrae poderosamente la atención.

«Sí. Es curioso porque uno puede ver hasta qué punto esto es así. En un momento dado la madre tiene vendas, y cubro un círculo de vendas. Entendemos que es la madre pero lo que se ve es un círculo vendado.

Y eso es lo divertido, buscar la frontera entre lo que funciona y te puedes permitir y lo que realmente se convierte en algo incomprensible. En algunos casos realmente he tirado de la cuerda tensionándola al máximo. Yo quería buscar ese punto, esa frontera delicada, esa zona de interpretación entre el límite pero interpretable

'El color de las cosas' | Martin Panchaud

La composición de la página es totalmente fantasiosa, distinto a lo que estamos acostumbrados a ver. ¿Cómo fue diseñarlo?

«Digamos que he seguido el concepto del grafismo. A nosotros nos dicen que el blanco es tan importante como la imagen y que hay que encontrar un equilibrio, y que el camino del ojo para leer una página tiene que ser guiado.

Yo he intentado explotar esa herramienta, he intentado permitirme espacios en blanco, páginas más sobrias… Todo ello para guiar la historia.

Tiempo atrás, por ejemplo en las revistas que se publicaban, la composición iba marcada porque había que rentabilizar todo el espacio, y había unas opciones tomadas por unas cuestiones determinadas. En cambio creo que ahora uno se puede regalar más tiempo para contar una historia. Puedes por ejemplo tener una infografía en una página que explica un momento, y con eso basta

En ‘El color de las cosas‘ lo vemos mucho por ejemplo en el caso de la ballena, que es un personaje que va apareciendo poco a poco en el cómic y que al final es protagonista, y ahí sí que vemos esas páginas que recuerdan casi más a ‘National Geographic‘, la revista de divulgación científica.

«Efectivamente así es. A mí lo que me parecía interesante, y lo que me gustaba al introducir a esta ballena de esta manera, era como que estuviéramos leyendo un relato social (dramático, trágico) y al mismo tiempo cambias de canal y te encuentras allí una ballena azul y piensas: ¿qué pinta aquí esta ballena?

En una página como si fuera un documental vuelves a ese mundo. Son códigos, lenguajes distintos que yo voy utilizando. Como con las páginas de anatomía o con elementos puramente científicos.»

'El color de las cosas' | Martin Panchaud

Al margen del dibujo y del diseño, ¿de qué va la historia? ¿Quién es Simon Hope y qué le pasa?

«Simon es un adolescente de catorce años al que le pasa algo fantástico en realidad: apuesta y le toca la lotería. ¡Gana 16 millones de libras!

A partir de ese momento hay una desgracia. El padre se ha ido y la madre está en coma, y para cobrar el dinero necesita la firma de sus padres. Entonces tiene ese boleto sin nadie de confianza. Seguimos a Simon en su aventura buscando a alguien de confianza que realmente pueda cobrar ese dinero, y con ese dinero en última instancia curar a su madre que está en coma.»

Simon es un personaje que nos da en algunos momentos del cómic mucha pena y en otros le cogemos mucha manía. ¿Cómo ha sido crear este tipo de protagonista?

«Lo que me interesaba era crear un personaje sobre el que uno se pregunta si es una víctima o si es un cabroncete, si es un estúpido o si él está jugando con la suerte. Quería un personaje ambiguo, que pensemos que está haciendo cosas que uno mismo no haría pero que eso va dando resultados.

El hecho de robar a su padre, de ir a ver a una vidente… son cosas que uno en principio no hace, pero precisamente esto es lo que lleva a Simon a construir su propia suerte y su propia desgracia.

Es como si te preguntases si quieres ser amigo suyo o no. Me gusta esta dualidad, la ambivalencia de este personaje. Simon tiene una voluntad porque lo que le motiva, lo que le guía, es conseguir su objetivo cueste lo que cueste… Pero no sabría decir más concretamente, no sé si es alguien de bien o no.»

Los que resultan divertidísimos son la pandilla de amigos de los suburbios británicos, que tienen unas ideas totalmente locas…

«Sí. Yo cuando pienso en mi adolescencia recuerdo que teníamos muchas ideas… Primero no teníamos dinero, no podíamos ir al cine ni podíamos hacer nada, fumábamos algo también.

¿Cómo puedes ganar dinero cuando tienes catorce o dieciséis años? No había muchas opciones. Recuerdo que nosotros mismos teníamos ideas un tanto peculiares. Por ejemplo ir a buscar botellas de cristal vacías para llevarlas a la consigna a reciclar. No sé, te buscabas soluciones para conseguir dinero.

Estaba esa idea de ganar y de droga, pero me parecía como demasiado clásica y poco graciosa. Así que me parecía mejor tener ese pequeño grupo como si estuvieran montando una  startup, ahí, buscando su pequeño mercado. Y aunque son bastante malotes… tienen su punto de gracia.»

Esta es una de las partes graciosas de ‘El color de las cosas‘, pero también tiene partes muy dramáticas. Tratas la violencia de género de una forma desgarradora.

«Sí. Se puede hablar de asesinatos sórdidos o se puede hablar de cosas muy violentas por arma de fuego, pero hubo una estadística que me marcó mucho, y es la cantidad de mujeres que mueren a manos de sus parejas. Es una estadística verdaderamente impactante. Son muchas veces asesinatos a manos desnudas… y nos parece casi algo banal.

Lo trivializamos, lo banalizamos, y yo quería hablar de eso. Quería hablar del hecho de que dentro de las casas hay dramas atroces que se producen que ni se perciben como intento de asesinato, o como asesinato puro y duro. Yo quería un elemento dramático en esta historia.

Como yo era disléxico me habían puesto en clases con chavales que venían de todos los entornos. Eran chicos que venían de entornos desfavorecidos, de familias problemáticas con padres toxicómanos, que huían de la guerra, que se encontraban en situación de exilio… Y yo también quería contar qué sucede cuando formas parte de una familia disfuncional. Este entorno en el ámbito familiar me interesaba también mucho.»

De hecho en una de las escenas Simon aparece en casa después de ese evento de violencia de género. Es un plano cenital de la casa toda revuelta, con la madre en la cocina… es una de las viñetas más impactantes del cómic.

«Sí. Es la rotura total, a través del entorno. Un entorno que en un momento dado está ordenado, con la madre que hace pasteles y que mantiene todo limpio y el orden de la casa. Y todo esto explota, de pronto todo está como desestructurado y patas arriba.

Lo que me parece interesante es que de repente aparecen en su casa esos seres con uniforme que marcan también esa rotura. Es en ese momento en el que la historia realmente empieza, cuando se produce esta rotura.»

'El color de las cosas' | Martin Panchaud

Volviendo un poco al estilo del dibujo, del diseño, irremediablemente se nos viene a la cabeza Chris Ware.

«Cuando yo hacía estudios de cómic, en los años 2000, llegaba como una ola de cómic distinta y yo descubrí distintos estilos. Es cierto que Chris Ware fue muy potente a la hora de presentar algo nuevo. Conocíamos Astérix, Tintín… el cómic clásico, y llega Frank Miller, Chris Ware y otras personas que presentaban algo nuevo.

Chris Ware destacaba por ese aspecto más depurado y más limpio de sus viñetas, y por esa desestructuración de las páginas. Él se permite jugar con todos los elementos del cómic.

Es cierto que hay elementos de temática, de historia, en los que podemos tener puntos en común, pero son muy distintos porque él dibuja a sus personajes. Él dibuja los rostros, las emociones… Pero entiendo el vínculo, si bien insisto son dos cosas distintas. A mí me honra muchísimo. Para mí es un honor porque me parece que hoy en día Chris Ware es un personaje clave en el cómic

Por ‘El color de las cosas‘ te han llegado muchos premios. ¿Cómo los has vivido?

«Yo he trabajado mucho para que ‘El color de las cosas’ llegara a las manos de los lectores. Que llegara a un número amplio de lectores era mi objetivo. Yo pensé que, si el lector se veía recompensado por esta experiencia, mi misión habría sido alcanzada. Pero no pensé nunca que el libro funcionara tan bien.

Los libreros en Francia hablan de él, lo defienden, lo recomiendan. No es un libro fácil de vender. En los festivales yo lo veo, la gente abre el libro y se pregunta que qué es esto. Por tanto hay una labor importante por parte de los libreros. Y la recompensa ahora es increíble.

Yo he sido espectador de todo esto, porque en esta fase ya no hacía nada. Era mi editor que me llamaba para decirme que iba muy bien y que había muy buena reacción. Yo estaba realmente alucinado.»

¿Recomiendas algún cómic que te hayas leído hace poco y que te haya gustado?

«El último que he leído: ‘El cielo en la cabeza’, es de autores españoles (Antonio Altarriba, Sergio García y Lola Moral), y ha ganado el premio ACBD 2024. ¡Es quien ha ganado el galardón del año anterior el que elabora el galardón de los que ganan al año siguiente! (1)

Realmente a nivel visual es fantástico. La historia es muy potente y creo que mucha gente debería leer este libro. Es una novela gráfica muy conmovedora.»

(1) En el Gran Premio de la Crítica ACBD (otorgado por la asociación francesa de críticos y periodistas de cómic), es tradición que el ganador del año anterior sea el encargado de crear y entregar el premio del año siguiente.

Por ‘El color de las cosasMartin Panchaud obtuvo el Grand Prix de la Critique ACBD 2023. En el acto de entrega recibió de Elene Usdin un magnífico pasamontañas tejido a mano por ella, que había sido la galardonada en el Grand Prix ACBD 2022.

'El color de las cosas' | Martin Panchaud

'El color de las cosas' | Martin Panchaud

En esta ocasión él ha sido el encargado de crear y entregar el premio a los ganadores del Grand Prix de la Critique ACBD 2024: Antonio Altarriba, Sergio García y Lola Moral por su novela gráfica ‘El cielo en la cabeza‘.

Martin ha creado tres dioramas que representan el viaje de Nivek, el protagonista de la historia.

'El color de las cosas' | Martin Panchaud

'El color de las cosas' | Martin Panchaud

Entrevista a Martin Panchaud, a propósito de su cómic ‘El color de las cosas‘, emitida en el programa ‘Territorio 9‘ de ‘Radio 3‘ (28/01/2024)

Juego y psicomotricidad infantil

La importancia de los juguetes para desarrollar la psicomotricidad infantil

Al estimular correctamente la psicomotricidad de los niños y niñas, estamos facilitando el desarrollo de algunas de sus habilidades cognitivas. Esto, que también les ayuda a nivel social, emocional y físico, se convierte en una manera de conseguir los objetivos que como padres y madres nos marcamos, en una integración real con el resto del mundo.

Es crucial para su aprendizaje que cualquier juego o actividad que realicemos con este propósito los lleve a sentirse mejor consigo mismos, a estructurarse a través del movimiento y a explorar su entorno. Al ganar en destreza y confianza, están sin duda preparándose para enfrentar desafíos de manera positiva.

¿Qué aportan los juguetes a la psicomotricidad infantil?

Con los juguetes educativos podemos ayudar a desarrollar la acción psicomotriz de nuestros hijos e hijas. La amplia variedad de opciones disponibles en la actualidad nos ofrece la posibilidad de elegir aquellos que más se adecuen a sus intereses y necesidades, incluso aquellos que más captan su atención.

Sonajeros, cubos de plástico, bicicletas, puzzles o plastilina son algunos de los ejemplos más populares y que encontramos fácilmente en el mercado. Con la edad como base, sólo nos queda mirar cuál es su reacción cuando lo coja con sus propias manos. A continuación, en cualquier caso, te dejamos con algunos beneficios probados:

Ganar confianza

Los juguetes que ayudan al desarrollo psicomotriz de los peques hacen que ganen más confianza consigo mismos, que tengan una independencia mucho mayor. Esto, que les ayudará en el día a día, es algo fundamental para la vida, un aspecto que debemos comenzar a trabajar cuanto antes.

Comunicación efectiva

El uso de juguetes adecuados desde la infancia facilita una comunicación más efectiva, tanto con las personas cercanas como con el entorno en general. Fomentar una expresión cordial desde peques es un aspecto que debemos atender desde el principio, ya que contribuirá positivamente en diversos aspectos de su vida.

Estimula la creatividad

¿Quieres que tus peques desarrollen habilidades creativas desde temprana edad? Algunos juguetes que promueven la psicomotricidad también son excelentes para estimular la creatividad, esa parte interna relacionada con las artes que a veces necesita un pequeño empujón para florecer. ¡Aprovecha esta oportunidad!

Integración en grupos

La interacción con otros niños y niñas de su edad es esencial. Por ejemplo, jugar con coches de juguete facilita la integración en grupos en el patio, el establecimiento de contactos en la calle y el disfrute del entorno al aire libre

Como podemos observar, el juego desempeña un papel fundamental en el desarrollo de la psicomotricidad de nuestros pequeños y pequeñas, permitiéndoles establecer conexiones significativas con su entorno y con quienes les rodean, incluyendo a sus compis de guardería y a otras personas que visitan ocasionalmente.

¡No te lo pienses! Dada la cantidad de opciones que tenemos hoy para escoger, sólo tienes que ver las distintas opciones que tienes a tu disposición para hacerte con el juguete que mejor vaya con su condición, con aquello que le hace falta para un conjunto de actividades óptimas. ¿Ya tienes algunas opciones en mente?

El retraso madurativo en el aula

Alumnos con retraso madurativo: Causas, síntomas y tratamiento 

El retraso madurativo en niños abarca diversas áreas del desarrollo, desde la motricidad hasta el lenguaje y la cognición. Detectado generalmente entre los 2 y 6 años, puede estar causado por varios factores como la prematuridad y trastornos genéticos entre otros. Es esencial identificar prontamente los síntomas y brindar un tratamiento adecuado para promover el desarrollo del niño.

El retraso madurativo se considera cuando se tiene retraso en al menos dos áreas del desarrollo, como puede ser en el ámbito cognitivo, motor, lenguaje y social.

Decodificando el retraso madurativo

El retraso madurativo puede manifestarse en distintas áreas del desarrollo de un niño, afectando su habilidad para alcanzar ciertos hitos de manera típica. A continuación, se abordan aspectos clave relacionados con este trastorno:

¿Qué es el Retraso Madurativo? | El retraso madurativo se refiere a un retraso en el desarrollo de un niño en comparación con lo esperado para su edad cronológica. Este retraso puede manifestarse en diversas áreas, como la motricidad, el lenguaje, la comunicación y el desarrollo cognitivo.

Causas del retraso madurativo

  • La prematuridad en el nacimiento
  • Falta de estimulación cognitiva
  • Trastornos genéticos
  • Infecciones

Estos factores pueden contribuir al retraso en el desarrollo del niño y es fundamental identificarlos para un tratamiento adecuado.

Síntomas a tener en cuenta | Los síntomas del retraso madurativo pueden variar según la edad del niño y el área de desarrollo afectada. Algunos signos a los que se debe prestar atención incluyen dificultades en el lenguaje, problemas de socialización y retos en la motricidad. Es clave detectar estos síntomas tempranamente para intervenir de forma efectiva.

Diferencias entre retraso madurativo y retraso mental 

El retraso madurativo y el retraso mental presentan diferencias significativas en cuanto a su naturaleza y manifestaciones clínicas. Es crucial comprender estas distinciones para ofrecer un abordaje adecuado a cada caso.

Características del retraso madurativo | El retraso madurativo se caracteriza por un desarrollo más lento pero dentro de los parámetros esperados, lo que implica que el niño eventualmente alcanzará las metas de desarrollo propias de su edad, aunque requiera más tiempo para hacerlo.

Tipos de retraso madurativo

  • Retraso madurativo cognitivo: Se refiere a dificultades en el desarrollo de habilidades cognitivas como la memoria, la atención y el razonamiento.
  • Retraso madurativo de habilidades motoras: Incluye dificultades en la adquisición de habilidades motrices gruesas o finas, como caminar, correr o manipular objetos.
  • Retraso madurativo de lenguaje: Se manifiesta en dificultades para comprender y expresarse verbalmente, así como en la adquisición del lenguaje.
  • Retraso madurativo de comportamiento social: Implica limitaciones en la interacción social, la comunicación no verbal y la adecuación a normas sociales.

Importancia de la detección temprana 

Es fundamental comprender la relevancia de detectar a tiempo el retraso madurativo en niños para iniciar intervenciones eficaces y favorecer su desarrollo integral.

Estrategias de intervención

  • Realizar evaluaciones periódicas para identificar posibles retrasos en el desarrollo.
  • Implementar actividades de estimulación cognitiva y motora adaptadas a las necesidades de cada niño.
  • Trabajar en equipo con profesionales especializados para diseñar planes de intervención personalizados.

Tratamientos especializados

  • Buscar la colaboración de terapeutas ocupacionales, logopedas y psicólogos para abordar las distintas áreas afectadas por el retraso madurativo.
  • Brindar terapias específicas para mejorar habilidades motoras, de lenguaje y cognitivas.
  • Explorar opciones de tratamientos innovadores y multidisciplinarios que integren diferentes enfoques terapéuticos.

Papel de la familia y profesionales

  • Ofrecer apoyo emocional y educativo a las familias, involucrándolas en el proceso de intervención.
  • Establecer una comunicación constante entre padres, docentes y especialistas para garantizar un seguimiento efectivo.
  • Crear un entorno colaborativo donde todos los involucrados trabajen en conjunto en beneficio del niño con retraso madurativo.

Abordaje integral del retraso madurativo

Ante el retraso madurativo en niños, es crucial implementar un abordaje integral que contemple diferentes aspectos para favorecer su desarrollo y bienestar.

Terapias multidisciplinarias

  • Las terapias multidisciplinarias involucran a diversos profesionales de la salud, como psicólogos, terapeutas ocupacionales y logopedas, que trabajan de forma coordinada para abordar las necesidades específicas de cada niño.
  • Estas terapias se centran en mejorar las habilidades motoras, cognitivas, del lenguaje y sociales del niño, adaptando las intervenciones de acuerdo a sus capacidades y dificultades.

Programas de estimulación

  • Los programas de estimulación están diseñados para proporcionar al niño actividades y experiencias que fomenten su desarrollo en diferentes áreas, como la comunicación, la interacción social y la autonomía.
  • Estos programas se personalizan según las necesidades de cada niño, con el objetivo de potenciar sus habilidades y promover su progreso en un entorno adaptado y seguro.

Apoyo emocional y social

  • El apoyo emocional y social es fundamental en el abordaje del retraso madurativo, ya que contribuye al bienestar emocional del niño y favorece su integración en el entorno familiar y social.
  • Este tipo de apoyo ayuda al niño a desarrollar habilidades sociales, a gestionar sus emociones y a fortalecer su autoestima, aspectos clave para su desarrollo integral.

Casos de éxito y testimonios

En esta sección, se presentan experiencias positivas de alumnos con retraso madurativo, destacando su progreso y superación de dificultades a lo largo del tratamiento.

Experiencias positivas en el tratamiento | Los testimonios de los padres y profesionales reflejan el impacto positivo de las terapias multidisciplinarias y el esfuerzo conjunto en el desarrollo de habilidades clave en los niños afectados.

Superación de dificultades | Los casos de éxito muestran cómo, con el acompañamiento adecuado, los niños con retraso madurativo han logrado superar obstáculos y alcanzar metas que inicialmente parecían inalcanzables.

Impacto en la calidad de vida | Las mejoras observadas en la calidad de vida de los niños y sus familias, a raíz de un abordaje integral y una intervención temprana, subrayan la importancia de un enfoque holístico en el tratamiento de este tipo de casos.

Juegos tradicionales y populares

Los juegos tradicionales son los juegos de toda la vida. Son juegos sin caducidad y sin género, que se adaptan a los condicionantes de cada contexto histórico y cultural y a los que personas de todas las edades y de diferentes rincones del mundo hemos jugado a lo largo de muchas épocas. ¿JUGAMOS?

En cada juego encontrarás una anotación, a modo orientativo, con estos símbolos:

Juegos tradicionales y populares para niños

19 Juegos tradicionales

Los bolos

¿Sabías que los egipcios ya jugaban a los bolos? Es un juego que también practicaban griegos y romanos. A lo largo de la historia distintas sociedades y culturas han desarrollado su versión particular de este juego.

A los bolos podéis jugar en casa, al aire libre o en una bolera. Con los más niños más pequeños lo ideal es hacerse con un set de bolos y empezar a practicar en casa. Los encontrareis de madera, de plástico e incluso hechos de tela.

Juegos tradicionales y populares para niños

¿Cómo hacer unos bolos caseros? | Por supuesto podéis echar mano de la creatividad y el reciclaje y fabricar vuestro juego de bolos único. Para hacer unos bolos caseros podéis utilizar botellas de plástico vacías y rellenarlas de arena, arroz o agua hasta la altura de un par de dedos. Vais a necesitar diez botellas (es importante que todas sean iguales). Luego las podéis decorar a vuestro gusto y ponerles número.

¿Cómo se juega? | El objetivo del juego es conseguir tumbar los bolos con la bola, que debe deslizarse siempre por el suelo.

Si los niños que juegan son pequeños, es recomendable simplificar las normas. Por ejemplo, la meta puede ser el conseguir derribar todos los bolos en tres tiradas. Si los niños que juegan ya tienen la capacidad de lanzar una bola más pesada, para ellos será muy divertido ir a una bolera. Podrán calzarse esos zapatos especiales y disfrutarán de la experiencia.

En una bolera las partidas generalmente constan de diez turnos. En cada turno el jugador dispone de dos tiros en los que debe intentar derribar los diez bolos que están colocados al final de la pista, formando un triángulo.

Por cada bolo derribado se gana un punto. Si el jugador en la primera tirada consigue derribar los diez bolos se dirá que ha hecho un strike; si lo consigue con los dos tiros habrá hecho un semistrike. Si se hace un strike ya no es necesario hacer la segunda tirada. Ese éxito se marcará con una X en su contador y sumará diez puntos.

A los bolos pueden jugar dos personas, pero hacerlo en familia o con amigos es muy divertido y estimulante. Cuando a los bolos se juega por equipos se convierte en un juego cooperativo en el que la coordinación y puntería de cada miembro es decisiva para todo el grupo.

Juegos tradicionales y populares para niños

Canicas

¿Sabías que las canicas más antiguas se encontraron en la tumba de un niño egipcio en torno al año 3000 a.C.? Pues sí, por lo visto ya era un juego popular en el Antiguo Egipto.

¿Cómo se juega? | De este juego, en el que las pequeñas bolas son las protagonistas, existen incontables versiones. Aunque son muchas las formas de juego, todas tienen algo en común: a canicas se juega en cuclillas, a ras del suelo, y las bolitas se deben lanzar con una de las manos impulsándolas con algún dedo, el pulgar, el índice o el corazón, dependiendo de lo que el jugador prefiera y de su pericia.

Otra regla habitual es que los jugadores acostumbran a apostar sus canicas, por lo que existe la posibilidad de que al acabar la partida volváis a casa con los bolsillos llenos de canicas, o sin ninguna.

Juegos tradicionales y populares para niñosEstas son dos formas diferentes de jugar:

Al «gua» | La dinámica es sencilla. Se hace un hoyo en el suelo con el objetivo de conseguir meter en él la canica del adversario, gracias a los toques de nuestra canica. Si al lanzar la canica no conseguís tocar la del otro jugador, perderéis el turno.

«A matar» | En esta modalidad de juego normalmente los jugadores suelen apostarse las propias canicas. El primer jugador lanza su canica. El siguiente lanza la suya intentando tocar la canica lanzada por el jugador anterior. Si consigue tocarla, se dice que la «ha matado» y se la queda.

La misma dinámica se va repitiendo, lanzando cada jugador su canica de forma alternativa, con el objetivo siempre de «matar» a la canica del jugador anterior. Y así hasta que os canséis. Podéis ir dando la vuelta al parque o inventaros un circuito.

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La rayuela

De este juego existen muchas variantes, aunque la dinámica básica es casi siempre la misma.

Lo primero es dibujar en el suelo con tizas una rayuela. Si el suelo es de tierra, se puede hacer el dibujo rayando la tierra con un palo o con una piedra. Luego escribid los números en los recuadros y buscad un objeto para lanzarlo en cada casilla cuando empecéis a jugar. Normalmente se usa una piedra (mejor que sea plana) que no sea muy grande, como del tamaño de una nuez.

Juegos tradicionales y populares para niños

¿Se puede jugar dentro de casa a la rayuela? | ¿Por qué no? Usad cinta adhesiva de color para dibujar la rayuela, y en lugar de una piedra utilizad una nuez o cualquier otro fruto seco con cáscara.

¿Cómo se juega? | En la rayuela clásica el juego comienza lanzando la piedra a la casilla con el número uno, y haciendo un recorrido a la pata coja por el resto de casillas (saltando para no pasar por aquella en la que esté la piedra). Solo en las casillas dobles (como se ven en el dibujo la 2-3, la 5-6 o la 8-9) se permite descansar con ambos pies.

Al llegar al final del dibujo de la rayuela el jugador da la vuelta y realiza el recorrido en sentido inverso. Se parará en la casilla anterior a aquella en la que esté la piedra para recogerla y, esta vez sí, saltará también en esa casilla.

Si el recorrido se finaliza sin cometer ningún error, la rutina se repite lanzando la piedra a la casilla con el número 2, y así sucesivamente.

Las reglas básicas para no perder turno son tres:

  • No pisar las líneas, ni con los pies ni con la piedra.
  • La piedra no puede caer fuera de la casilla que corresponde.
  • Se debe mantener el equilibrio para no posar el pie levantado fuera de las zonas permitidas.

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La gallinita ciega

Existen muchos juegos que parten de la base de privar la vista. De todos ellos, sin duda el más popular es el de la gallinita ciega. Solo necesitaréis tener a mano un pañuelo, una bufanda, un antifaz o cualquier otra cosa con la que la privación de la vista esté asegurada.

Aunque el desarrollo de este juego prácticamente no requiere explicación, sí que es conveniente hacer una recomendación sobre el espacio. Conviene que el sitio en el que se juegue sea un lugar amplio y, sobre todo, seguro, libre de obstáculos o de cualquier otro objeto con el que los niños pudieran hacerse daño.

¿Cómo se juega? | Aunque de este juego existen varias versiones, la más habitual consiste en colocar al jugador que no ve en medio del círculo que deben formar los demás. Los niños que forman el corro pueden dar vueltas alrededor de ese jugador central que será la «gallinita ciega».

El juego consiste en que el jugador que tiene los ojos vendados pueda atrapar a alguno de los demás y, tan solo con la ayuda del tacto, adivinar quién es. Si lo consigue, el jugador atrapado pasará a ocupar el lugar central.

Para desorientar aún más al jugador que lleva los ojos vendados podéis darle unas cuantas vueltas. Y, si aún queréis desconcertarlo más, podéis cambiaros entre vosotros prendas de ropa o imitar voces y sonidos.

Juegos tradicionales y populares para niños

Un, dos, tres, pica pared

Este es un juego sencillo, con reglas fácilmente asimilables incluso para los más pequeños. Puede jugarse en interior o en exterior, no requiere demasiado espacio y es ideal para improvisar en cualquier parte.

¿Cómo se juega? | Un jugador se coloca de espaldas al resto, apoyado en una pared (o en un árbol). Los otros jugadores se colocan a una distancia prudencial de él, a unos cinco metros, aunque todo depende del espacio del que se disponga para jugar.

El jugador que está de espaldas al resto, con las palmas de las manos, irá dando golpecitos en la pared (o en el árbol) al tiempo que canta: «Un, dos tres, pica pared, sin mover las manos ni los pies». Mientras el resto de jugadores se moverán hacia él, con el fin de tocarle la espalda.

Cuando el jugador que para deje de cantar se girará. En ese momento todos deberán detenerse y quedarse inmóviles. Si el jugador que estaba cantando detecta cualquier indicio de movimiento en uno de sus compañeros, lo enviará al punto de salida. Este es un momento divertido del juego, ya que resulta difícil no moverse y contener la risa.

La mecánica del juego se va repitiendo hasta que alguno de los jugadores consigue tocar la espalda del que para y regresar corriendo a la salida sin ser atrapado por él. Cuando uno de los jugadores que se está fugando es atrapado, tendrá que ir a la pared, de espaldas a los demás, y en ese momento comenzará una nueva partida.

Juegos tradicionales y populares para niños

Churro, mediamanga, mangotero

Según la zona este juego infantil tiene diversos nombres. Se juega con dos equipos de unos 4 a ocho jugadores cada uno.

¿Cómo se juega? | Los jugadores de un equipo se colocan en fila y agachados, sin doblar demasiado las rodillas. El primero (llamado madre) apoya su espalda contra una pared o similar. Los demás permanecen agachados con su cabeza entre las piernas del siguiente jugador, formando una fila alargada.

Los jugadores del equipo contrario irán saltando, uno por uno, por encima de esa fila, intentando llegar lo más adelante posible. Pueden ayudarse impulsándose con las manos y deben quedarse sentados en el sitio en el que caen. Si no consiguen meter a todos los jugadores sobre la fila formada por el equipo contrario, pierden y pasan a parar.

Una vez que todos han saltado, el primero que lo ha hecho dice «¡churro, mediamanga, mangotero, adivina qué tengo en el puchero!». Eso lo dice al tiempo que apoya su mano en su mano (churro), en su codo (mediamanga) o en su hombro (mangotero). Lógicamente el primer jugador de la fila (la madre), que está viendo lo que pasa, no puede hablar.

Si el equipo que está parando adivina dónde tiene la mano, se invierten los papeles de los equipos. Y así sucesivamente.

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Yoyó

Podríamos incluir el yoyó en la categoría de juegos malabares, porque es increíble ver las acrobacias que muchos llegan a hacer con este juguete legendario. Por suerte el movimiento básico de subir y bajar todos podemos llegar a hacerlo; es un movimiento hipnótico y una vez que tengáis un yoyó en vuestras manos no podréis parar de practicar.

Juegos tradicionales y populares para niños

Dos de las figuras más básicas que se pueden hacer con el yoyó, y con las que dejaréis boquiabiertos a vuestros espectadores, son el dormilón y pasear al perro:

El dormilón | El objetivo de esta figura es conseguir que el yoyó gire en el extremo de la cuerda, sin subir hasta que el jugador decida. Mira cómo hacerlo en este vídeo:

Pasear al perro | Desde la posición del dormilón, deja que el yoyó se apoye suavemente en el suelo y camina hacia adelante y hacia atrás lentamente. Antes de que el yoyó deje de girar, recógelo con un tirón de muñeca hacia arriba. Lo puedes ver en este vídeo:

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La peonza

El objetivo de este juego es conseguir que la peonza gire sobre el suelo durante el mayor tiempo posible. Eso se consigue gracias a su diseño, que permite lo que se conoce como efecto giroscópico.

Explicar qué es el efecto giroscópico sería adentrarnos en un terreno demasiado técnico. Solo te diré que ha servido para desarrollar tecnologías tan sofisticadas y complejas como el sistema de piloto automático de los aviones. ¿No te parece alucinante?

Juegos tradicionales y populares para niños

¿Cómo se juega? | Para conseguir que la peonza gire bien recta, se debe envolver con un cordel empezando por la punta para luego soltarla de golpe. Si consigues que gire (que no es fácil), puedes luego intentar algunas florituras.

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Gomas de saltar

¿Recuerdas cuando jugabas en tu infancia en la calle o en el patio del colegio, cantando las canciones y repitiendo las rutinas con las que se saltaba a las gomas? Seguro que sí, sobre todo si eres mujer. Porque antes, esto de la goma, se consideraba un «juego de niñas».

Por suerte cada vez tienen menos cabida estas distinciones, y todas y todos podemos disfrutar de este juego tan divertido.

Juegos tradicionales y populares para niños

¿Cómo se juega? | Se necesita un mínimo de tres personas (si no es posible, pueden servir un par de sillas) y unos cinco metros de goma elástica cuyos extremos anudaremos entre sí.

Las reglas son sencillas. Dos personas sujetan la goma alrededor de sus piernas, que estarán separadas unos centímetros. El resto de jugadores irá saltando por turnos, repitiendo una rutina que puede o no ir acompañada de una canción.

Al ir subiendo la altura de la goma la dificultad se incrementa (tobillos, gemelos, rodillas, cintura…). Cuando la persona que está saltando falla, pierde su turno y pasa al siguiente. Aquí puedes ver algunas rutinas:

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La comba

¡La de ratos que hemos pasado en nuestra infancia jugando con una simple cuerda! Esta actividad es una muy buena opción de ocio: fomenta en los niños el ejercicio y hace que se olviden por un rato de las pantallas.

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Aquí tienes algunas canciones:

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Cromos de picar

¿Cómo se juega? | Este es un juego muy sencillo en el que se apuestan los cromos que queráis. Sentados los jugadores en el suelo (en una superficie plana) hay que hacer un montoncito en el medio con los cromos que se quieren apostar apilados boca abajo.

Por turnos, cada jugador golpeará con suavidad, con la mano abierta, encima del montón de cromos. El objetivo es que se den la vuelta cuando se levante la mano. Los cromos que se hayan girado pasarán a ser propiedad de ese jugador.

En cuanto al tipo de apuesta, debe ser acordada por los jugadores. Puede hacerse en función del tamaño de los cromos, de la temática, por equivalencias del tipo «tres cromos pequeños por uno grande», etc. Un consejo: para manos pequeñas mejor cromos pequeños.

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Hula hoop

Aunque mover un hula hoop parece fácil, son pocos los que lo consiguen en un primer intento. Hay grandes virtuosos que dan una nueva dimensión al concepto de coordinación, moviendo a la vez tantos hula hoops que parece que estén dentro de un muelle gigante.Juegos tradicionales y populares para niños

Juegos tradicionales y populares para niños

El hula hoop se inventó en Egipto hace ya 3.000 años. ¡Que desde entonces lleve practicándose demuestra cuán divertido es! Su nombre actual, no obstante, lo acuñaron marineros ingleses del siglo XVIII cuando conocieron la danza hawaiana «hula».

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Tirachinas

Poca explicación requiere el funcionamiento de un tirachinas. Básicamente es un juego de puntería, la técnica del cual no dista mucho de la del tiro con arco. Lo único que debéis tener en cuenta sobre vuestro tirachinas (tanto que este sea de fabricación casera como que sea comprado) es que los proyectiles no puedan hacer mal a ningún ser viviente.

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¿Cómo se juega? | Para organizar un torneo de puntería con tirachinas tan solo tendréis que recopilar unas cuantas latas de bebida vacías. Es preferible jugar al aire libre, eso hará que dispongáis de más espacio y libertad.

En el torneo se pueden establecer diferentes fases, subiendo el nivel de dificultad al aumentar la distancia entre el tirador y las latas, o penalizando si se toca alguna lata en concreto u otro objeto que determinéis. Si las latas son de tamaños diferentes, también es posible asignarles diferentes puntuaciones.

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Antón Pirulero

¿Cómo se juega? | Los niños que juegan se sientan en el suelo formando un corro. Cada uno de ellos debe poder ver bien al resto de niños que participan.

Uno de los niños hará el papel de Antón Pirulero. El resto de  niños elegirá cada uno un instrumento de música imaginario, y hará ver que lo toca.

Para empezar a jugar cada niño toca su instrumento imaginario. El que tiene asignado el papel de Antón Pirulero no toca ningún instrumento, lo que hace es irse dando golpecitos suaves con el puño cerrado en su mentón mientras canta la canción.

Todos los niños deben estar muy atentos. En cualquier momento Antón Pirulero puede dejar de golpearse el mentón y empezar a tocar el instrumento que está tocando otro de los jugadores. En ese momento el jugador que está tocando el instrumento que ahora toca Antón Pirulero tiene que dejar de tocarlo  y comenzar a darse golpecitos en el mentón. Si no estaba atento al juego y no lo hace, pierde y debe pagar una prenda.

A medida que los jugadores saben jugar mejor a este juego y están más atentos, Antón Pirulero puede darle más velocidad a su canción y puede hacer cambios más rápidos, con el objetivo de atrapar a algún distraído. A veces ocurre que quiere hacerlo tan deprisa que se confunde él mismo y pierde.

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El escondite

Este divertido juego es perfecto para jugar al aire libre o en casa. No se necesita ningún material, ¡tan solo mucha imaginación! El juego consiste en esconderse y no ser descubierto hasta el final. No es conveniente para niños menores de 3 o 4 años, ya que pueden sentir miedo si no entienden que al final todos los participantes aparecerán.

¿Cómo se juega? | En primer lugar se escoge a la persona que será la encargada de buscar a los demás.

La persona elegida se colocará de cara a una pared (o un árbol), ese lugar se llamará «casa». Ahí tendrá que contar con los ojos cerrados (tapándoselos con sus propias manos) hasta el número que se decida: 10, 20, 50… Mientras está contando el resto de niños corren a esconderse.

Cuando el niño que para acaba de contar avisa al resto diciendo: «ya voy» o «el que no se haya escondido, tiempo ha tenido».

Cuando consiga encontrar a uno de los niños escondidos debe volver corriendo a casa, tocar la pared (o el árbol) y decir el nombre del niño encontrado. Si alguno de los participantes que está escondido quiere ganar el juego y salvarse de ser encontrado, debe correr hasta la casa y tocar la pared o el árbol diciendo: «salvado».

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Comecocos

En todos los rincones del planeta el hacer figuras de papel forma parte de la infancia de cualquier niño. El comecocos es, junto con los aviones y los barquitos, una de las primeras figuras que aprendemos.

¿Cómo hacer un comecocos? | Descarga este PDF con las instrucciones para hacer un comecocos. Verás que también se adjuntan algunas plantillas que, en este caso, sirven para que los niños repasen jugando las tablas de multiplicar.

¿Cómo se juega? | Una vez doblado el papel os podéis inventar vuestro propio comecocos. Decorad de forma diferente las ocho porciones, para que se puedan identificar con facilidad. Lo podéis hacer con números, colores o con símbolos diferentes. Pensad en lo que vais a escribir dentro. Pueden ser ocho respuestas.

Cuando lo tengáis acabado preguntad a vuestro compañero de juego un número al azar. Abrid y cerrad el comecocos las veces que correspondan a ese número. Pedidle entonces que escoja una de las casillas que hayan quedado visibles. Ahora queda levantar la pestaña y ver que hay escrito debajo.

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Juego de las sillas

Este es uno de esos juegos tradicionales que reúne todos los ingredientes para animar cualquier reunión: música, reglas sencillas, fácil organización y, además, pone al mismo nivel a niños y a adultos. Tan solo se necesita un espacio un poco amplio y unas cuantas sillas.

¿Cómo se juega? | Las sillas se colocan en círculo, con los asientos hacia fuera. En cuanto al número de sillas, tiene que haber una silla menos que el número de jugadores.

Cuando la música empieza a sonar todos dan vueltas alrededor de las sillas, atentos para coger un asiento cuando pare la música. El que no consiga sentarse quedará descalificado.

Tras cada nueva descalificación tiene que retirarse una silla, de forma que siempre quede una silla menos que el número de jugadores. El último que se quede sentado será el ganador del juego.

Se trata de un juego competitivo, pero las situaciones que se crean son tan divertidas que las risas están garantizadas.

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Arrancar cebollas

Este juego no necesita ningún material ni preparación previa. Sí que es conveniente contar con un mínimo de entre 8 y 10 jugadores. Pueden ser menos, pero entonces la emoción del juego se reduce.

¿Cómo se juega? | Todos los jugadores, menos uno, se sientan en el suelo, uno detrás de otro formando una fila y abrazándose bien fuerte con piernas y brazos: serán las «cebollas. El jugador que se ha quedado en pie será el «hortelano».

El «hortelano» intentará separar, uno a uno, a todos los jugadores que están en el suelo o, dicho de otra forma, intentará arrancar una a una las «cebollas» empleando fuerza y técnica.

El «hortelano», que empieza él solo a intentar arrancar las «cebollas», tiene la ventaja que le da la altura. Eso le sirve de ayuda. Luego, a medida que vaya consiguiendo su objetivo, las «cebollas» arrancadas pasaran a formar parte del equipo del «hortelano» y le ayudarán a seguir arrancando las que queden.

Por tanto el trabajo será cada vez más fácil para el «hortelano» y más costoso para las «cebollas», que deberán poner todo su empeño en no ser arrancadas. Cuando en el suelo no quede ninguna «cebolla» el juego habrá terminado.

Aunque se trate de un juego en el que la fuerza tiene un papel importante, se pueden buscar estrategias que debiliten al adversario sin hacer daño. Por ejemplo las cosquillas no suelen fallar.

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Las chapas

Otro de los juegos tradicionales clásicos es el juego de las chapas. A nivel técnico se parece bastante al de las canicas ya que, para lanzar las chapas, se deben utilizar también los dedos índice o corazón a la vez que se usa el pulgar para hacer palanca.

¿Cómo se juega? | La forma más popular de jugar son las carreras de chapas. Para ello deberéis dibujar en el suelo un circuito lleno de obstáculos, curvas y todo los que se os ocurra. Pintad la salida y la meta y comenzad la carrera.

También es muy habitual jugar a lo que se conoce como fútbol chapas. En este vídeo se explica con detalle cómo se juega:

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