Qué es la Teoría de Juegos

Qué es la teoría de juegos

La teoría de juegos es un sistema matemático que se puede usar para investigar y entender mejor situaciones estratégicas.

La base de la Teoría de Juegos es el preguntarse: “Si yo actúo así, ¿qué hará el otro, o los otros, en el contexto?” Y también saber que los otros, en el contexto, están pensando lo mismo: “si yo tomo esta decisión, ¿qué decisión tomarán los demás?”.

Es un principio en el que podemos investigar situaciones. Todo el mundo está pensando en qué van a hacer los otros, y esa manera de compartir los pensamientos tiene una incidencia importante en el resultado de las situaciones. En el programa La aventura del saber explica en qué consiste Daniel Kselman.

Qué es la Teoría de Juegos

¿Tiene aplicaciones en nuestro día a día?

SI, tiene aplicaciones en la vida cotidiana, en la vida familiar, en relaciones entre parejas… pero también en la política, en la economía, en la sociedad. En cualquier situación en la que se tenga que tomar una decisión de manera compartida la teoría de juegos tiene una implicación importante.

¿Hay que saber mucho de matemáticas para atreverse a aplicarla? | A este respecto hay diferencias de opinión en el mundo académico. En principio, con una base bastante sencilla de álgebra y de teoría de probabilidad, se puede aplicar la teoría de juegos de manera bastante profunda.

Es por ello que no se debería limitar su enseñanza a alumnos con un nivel alto en cálculo y matemáticas. Se debería enseñar a todos los alumnos, aunque tengan un nivel más bajo en estas áreas, porque la intuición es bastante básica.

En política es importante conocer la teoría de juegos, y saber aplicarla | Los políticos, aún sin pretenderlo, la usan de manera muy intuitiva.

Todos piensan basándose en el principio de la teoría de juegos:

  • “si yo hago esto, ¿qué hará el otro partido?”,
  • o “si yo actúo de esta manera, ¿cómo lo hará el otro bando de mi partido?”,
  • y a la vez todos saben que el resto está actuando de la misma forma.

De esos pensamientos compartidos surgen equilibrios estratégicos. Sin entender demasiado de matemáticas, ni estudiar los libros básicos que hablan de teoría de juegos, la verdad es que los políticos la usan sin ellos ser conscientes.

Qué es la Teoría de Juegos

El dilema del prisionero, uno de los juegos más conocidos

El dilema del prisionero es muy conocido. Cualquiera que haya visto una película policiaca lo ha visto. También se usa en el mundo real.

Es una situación en la que hay un detective y dos sospechosos de haber cometido un delito | El detective quiere que los dos detenidos se acusen el uno al otro, pero es difícil porque hay una cierta lealtad entre ellos. Lo que hace el detective es separar a los sujetos en habitaciones diferentes, y a cada uno le da dos opciones:

  • Puedes ser leal a tu compañero.
  • O puedes acusarle.

En este juego sencillo hay cuatro resultados posibles:

  • Los dos no acusan.
  • Los dos acusan.
  • Uno acusa y el otro no.
  • O el otro acusa y uno no.

Viendo los resultados salta a la vista que la mejor opción es que los dos no se acusen:

  • Nº 1 NO Acusa  /  Nº 2 NO Acusa: 1 año de cárcel para cada uno.
  • Nº 1 SI Acusa    /  Nº 2 SI Acusa: 10 años de cárcel para cada uno
  • Nº 1 NO Acusa  /  Nº 2 SI Acusa: 1 año para el detenido 2 y 15 para el 1
  • Nº 1 SI Acusa    /  Nº 2 NO Acusa: 1 año para el detenido 1 y 15 para el 2

Pero lo que ocasiona esta forma de pensar es que los dos saben que si eligen no acusar, puede beneficiar a la condena de uno mismo, en función de lo que decida el compañero. Esta serie de pensamientos finalmente les dirige a acabar acusándose mutuamente.

Es un juego importante, porque explica de manera bastante clara situaciones muy comunes en política | ¿Por qué los países no pueden encontrar solución a la polución del medio ambiente?, ¿Por qué a veces en las comunidades es difícil invertir en servicios públicos?…

El dilema del prisionero, y ese incentivo de hacer que el otro pague, tiene implicaciones políticas, económicas y sociales bastante significativas.

Es un dilema que no se plantea una sola vez, sino continuamente en la vida | Hay un libro, La evolución de la cooperación, que habla de este tema. En él su autor habla de diferentes estrategias al respecto. Robert Axelrod organizó un torneo informático, en el cual investigadores de la teoría de juegos proponían diferentes estrategias:

  • “Yo voy a cooperar hasta que, en una ronda del juego, tú me acuses. Cuando tú me acuses, nunca más voy a cooperar”, este sería un ejemplo de estrategia.
  • Otra estrategia  sería ser guay siempre, sea lo que sea lo que suceda e independientemente de las decisiones que tomen el resto de jugadores. (Usaremos la expresión ser guay para indicar que se va a cooperar).
  • Otra estrategia sería ser malo siempre, acusando todas las veces cualquier cosa que hagan el resto de jugadores. (Usaremos la expresión ser malo para indicar que no se va a cooperar).

Lo que Robert Axelrod extrajo de este torneo, en el que se repetía varias veces el dilema del prisionero, y que es un resultado teórico muy importante, es que una buena estrategia sería: Ser guay hasta que el otro no sea guay. Una vez que el otro deje de ser guay, yo dejo de ser guay. Esta AMENAZA es importante para incentivar que el otro sea guay.

Pero también es importante saber perdonar. Si el otro por ejemplo en una ronda no es guay y acusa, es importante que yo en la siguiente ronda tampoco sea guay y acuse, para mantener esta amenaza.

Pero si en una nueva ronda el otro vuelve a cambiar de estrategia y vuelve a ser guay, porque piensa “no me va a permitir hacer lo que quiero”, yo también he de cambiar de estrategia y volver a ser guay.

Sería más o menos seguir lo que el otro hace. De esto se deduce que, para conseguir buenos resultados en la vida, no funciona el ser guay siempre. Hay que saber amenazar, pero también perdonar.

La estrategia efectiva: SER GUAY pero poder AMENAZAR. Y luego también SABER PERDONAR.

En la película Rebelde sin causa, vemos la teoría de juegos

Dos chicos emprenden una carrera hacia el abismo… El primero que frena es el que pierde. Esto se llama The game of chicken (el juego de la gallina). 

En este juego dos personas conducen enfrentándose. El objetivo es mantenerse fuerte y mostrar al otro que yo no voy a girar. Pero tampoco quieren llegar a chocar porque eso supone la muerte.

En esta secuencia de la película los dos competidores se enfrentan en lo alto de un acantilado en una carrera de autos cuyo resultado puede ser mortal, lo que va a ocurrir aquí. Se trata de precipitar el auto a toda velocidad hacia el borde del acantilado y de saltar a último momento antes de que se hunda en el mar.

En este duelo, el último que se lanza del auto es considerado el más valiente y por lo tanto el vencedor.

El espacio del juego está perfectamente delimitado por dos filas de autos cuyos faros crean una verdadera pista de luz sobre el fondo de la noche. El desafío puramente lúdico y competitivo se redobla aquí con un desafío sentimental, el de la rivalidad entre el jefe de la banda, Buzz, y el recién llegado al liceo, Jim (James Dean). Judy (Nathalie Wood) es a la vez el árbitro y el desafío de esta competencia.

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Pierde quien gira primero el volante | La teoría de juegos tiene unas aplicaciones básicas aquí: nos dice que si quieres ganar esta competición hay que hacer algo que haga ver al otro que yo no voy a girar.

Por ejemplo mostrar al otro que, de alguna manera, hemos dejado clavado el volante del coche: “mira, yo no voy a girar porque no puedo. Si alguien gira vas a ser tú”. De esta manera se puede ganar, porque se muestra al otro que yo no puedo girar y él lo va a tener que hacer.

Esta estrategia implica riesgos: yo estoy suponiendo que el otro ha visto que yo he dejado clavado el volante, yo estoy suponiendo que el otro no está loco… La estrategia de comprometerse a no girar puede ayudar a ganar, pero con un riesgo bastante alto.

Un ejemplo de la teoría de juegos en el día a día

El matemático Eduardo Sáenz de Cabezón explica de forma sencilla una de las teorías más usadas en el mundo:

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La importancia del gateo

El  gateo es vital para los bebés

Hay razones de peso para no impedirlo | Las da la fisioterapeuta María Barrientos.  Explica que es frecuente ver como padres o abuelos bienintencionados, pero equivocados, sin ser conscientes de la importancia del gateo para los bebés, intentan hacer andar al niño precozmente (agarrándolo en alto de las manos) cuando sus piernas aún no están preparadas.

Dice también que, en general, no se tiene consciencia de lo fundamental que es el gateo en el DESARROLLO FÍSICO e INTELECTUAL del ser humano.

Es ahora, viendo los inconvenientes que a posteriori  tiene el no gatear, cuando los pediatras empiezan a darse cuenta de que es una etapa que no hay que saltar.

La importancia del GATEO

¿Por qué es tan importante que el bebé gatee?

Llegamos a la posición bípeda tras una evolución, pasando por una serie de fases. El hecho de aprender a caminar es como hacer una micro evolución en 13-15 meses. 

Es importantísimo que el bebé repte, que se arrastre, que gatee y que, por su propia evolución, consiga ponerse de pie. No forzarlo. A veces se considera que el niño es más listo, que ha crecido más porque empieza a caminar antes, y NO ES ASÍ.

Si acotamos ese gatear, esa forma de desarrollarse del bebé ¿qué problemas puede tener en un futuro?

Para desenvolvernos en el  espacio hay que controlar los tres planos:

  • El plano de delante a atrás, que se controla desde los primeros meses de vida con el control de la cabeza.
  • El plano de derecha a izquierda,  la capacidad de lateralidad. El hacia donde nos tenemos que dirigir para conseguir algo que nos gusta. Ese controlar la parte derecha y la parte izquierda es algo que proporciona precisamente el gateo.
  • Las rotaciones, que se consiguen ya cuando nos ponemos de pie.

El control de esos tres planos es lo que nos da el dominio de nuestro espacio vital | El no controlar el plano intermedio, el de derecha/izquierda, nos puede dar muchos problemas.

Lo típico de alguien que va conduciendo y le dicen: “gira a la derecha”, y ha de pensar un instante para saber cuál es la derecha y cuál la izquierda, es uno de los inconvenientes que puede tener el no haber gateado lo suficiente. Cruzar siempre las piernas hacia un lado es también una de las consecuencias.

Algo que a priori no relacionaríamos con el hecho de haber o no haber gateado y que sin embargo sí que tiene relación | El que cada vez se den más casos de estrabismo. El gateo permite el enfoque de los ojos.

Al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia. Éste es un estupendo ejercicio muscular para los ojos y es tal su importancia que, según estudios de optómetras, el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños.

Que un bebé no gatee también puede provocarle  problemas a la hora de escribir | Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano,  se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y practicar la escritura.

El gateo ayuda al bebé a medir el mundo que le rodea y a adaptarse al medio, a controlar los límites | De ahí su importancia. La distancia que hay entre los ojos y la palma de la mano al gatear es una medida fundamental en todas las civilizaciones: la BRAZA.

Con esa nueva medida corporal el niño mide el mundo circundante. Es la explicación de porqué  cuando de mayores volvemos a un lugar de la infancia lo percibimos más pequeño de lo que era: porque entonces la propia medida de la braza era menor.

Una universidad americana hizo un estudio en el que se ve la diferencia en el control de los límites entre los bebés que han gateado y los que no:

  • A los bebés que han gateado los dejan en una mesa, a una cierta altura del suelo, y cuando llegan al borde saben que es el borde y no se caen. Se las apañan para bajar de la mesa sin hacerse daño.
  • Sin embargo los bebés que no habían gateado llegan al borde y, como no saben cuál es el límite, se caen (en un porcentaje de más del 75%).

El gateo desarrolla el patrón cruzado, que es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal en equilibrio de nuestro cuerpo | Cuando caminamos, sin darnos cuenta ni percibirlo, tenemos que hacer un patrón cruzado: si adelantamos la pierna derecha tenemos que adelantar el brazo izquierdo, y ese vaivén de brazo/pierna le da estabilidad a nuestra columna.

Ese patrón cruzado se empieza a desarrollar con el gateo. Al gatear es cuando el bebé se acostumbra a hacer ese cambio de lateralidad. Se manda información al cerebro, se comunican los dos hemisferios cerebrales y se crean rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas.

La importancia del GATEO

Además cuando el bebé gatea está desarrollando su musculatura, está haciendo ejercicio con los brazos y con las piernas | En  la posición de gateo es en la única en la que están en equilibrio la musculatura posterior (la que recubre toda la espalda) y la musculatura abdominal. Eso le da una estabilidad al bebé que, a la hora de ponerse de pie, le va a dar estabilidad en el tronco aparte de fuerza en las piernas.

Es crucial estimular el gateo en los bebés, ¡no frenarlo!

Hay que adecuar el espacio donde el bebé se va a mover para que pueda gatear a sus anchas | Y no hay que tener miedo a que se pueda resfriar si el suelo está frio, ni a que se pueda hacer daño en las rodillas o en las manos. El bebé se tiene que ir endureciendo.

Algunos de los problemas que tenemos hoy en día son porque no dejamos al bebé en contacto con el medio. Protegemos demasiado el sistema inmune del niño y no se desarrolla. Por lo tanto, quitando cosas peligrosas de su camino, y procurando que el suelo no esté mojado para que no resbale, por lo demás no hay ningún problema.

Es importante también que el bebé pruebe diferentes tipos de superficie

La baldosa, la madera, la alfombra…  para que reciba diferentes estímulos. El niño cuando gatea siente la tactilidad de la palma que está viendo, ésta envía información al cerebro de las diferentes sensaciones y texturas que siente.  Eso tiene una serie de ventajas de manualidad fina que luego influirán en la escritura. 

Buenas alfombras de gateo para bebés

SUPERBE BEBE | Alfombra reversible con dos diseños diferentes en patrones atractivos que estimulan la curiosidad del bebé. Es suave y gruesa, por lo que resulta ideal para amortiguar las caídas cuando el bebé empieza a gatear y a caminar.

Gracias a su superficie antideslizante evita que el bebé resbale, y es perfecta para cuando luego aprende a caminar.

Su superficie, al ser impermeable, es muy fácil de limpiar con una toallita o un paño.

Viene con una bolsa de transporte para que puedas llevarla contigo a todas partes. Es flexible y muy fácil de plegar y guardar.

Medidas: 180x200x1,5cm 

Sweety Fox | Es plegable y reversible. Ocupa muy poco espacio una vez guardada o para transportar, siendo válida para su uso en casa o en el exterior. También es impermeable y fácil de limpiar.

Con sus dos caras, ofrece estimulaciones visuales para que el bebé descubra los colores y las formas, permitiéndole desarrollar su curiosidad y su visión, su motricidad y su despertar sensorial.

Medidas: 150×189 x1cm.  

Edibaby | Tu bebe tendrá espacio suficiente para tumbarse, gatear, rodar y disfrutar jugando. Gracias a su acolchado (de 1,5 cm de grosor) facilita una mejor amortiguación ante posibles golpes y caídas.

Es plegable y liviana (15x40x88), por lo que se puede transportar fácilmente.

Además es reversible, pudiéndose utilizar por ambas caras. Cada una de ellas consta de patrones distintos para que tu pequeño pueda cambiar el escenario a la hora de jugar. Puedes elegir entre varios modelos.

Ambas caras son impermeables, por lo que es muy sencillo limpiarla con una toallita o trapo húmedo.

Medidas: 180x200x1,5cm

En la antigüedad se envolvía a los bebés con vendas, como si fueran momias, precisamente para evitar el gateo

Se pensaba que si los niños andaban a cuatro patas era algo propio de animales, y para evitarlo se les protegía demasiado.  Hay países en los que esto aún se sigue haciendo y las mamás llevan a los bebés portándolos en pañuelos y enfajados completamente.

El pequeño pasa directamente de la fase de estar enfajado al tacatá, perdiendo una parte de evolución crucial. Sobre todo el periodo que va desde los 3-4 meses hasta el año, en el que el bebé tiene que explorar su entorno. Mientras está enfajado todo eso se lo pierde.

Aprenden a caminar por imitación, de una manera intelectual. Se le pone a andar con tacatá o con la ayuda de los brazos por parte de los padres o los abuelos.

¿Qué efectos se ha visto que tiene eso a largo plazo?

Mayor incidencia en la población que sufrió ese “trato” de escoliosis, por ejemplo. Una mayor incidencia de estrabismo y de miopía, y dificultades en la lateralidad, en saber cuál es su derecha y cuál es su izquierda de manera inconsciente. A posteriori se ve lo contraproducente que es el seguir esa técnica.

¿Cuándo empieza a gatear un bebé?

No hay directrices exactas, pero sobre los ocho/nueve meses el bebé puede ser capaz de gatear.

¿Es preocupante que tarde demasiado en ponerse de pie?

En principio si no se ve que el pequeño tenga ningún dolor al gatear, o que no haga bien ese patrón cruzado, hasta los dieciocho meses se considera normal el que gatee.

Imagen de portada: Gateando en el agua | Flickr José Vicente Baeza González

Qué ocurre cuando etiquetas a los niños

Las personas tendemos a comportarnos atendiendo a la visión que tenemos de nosotros mismos. Las fuentes que tu hijo tiene para saber cómo es él sois sus personas más cercanas: familia, amigos y profesores. Si le etiquetas diciéndole que es travieso, desordenado, maleducado, malo, vago, marrano, desconsiderado, egoísta, poco hablador… lo interioriza tal cual. Y se lo cree.

Vuestro hijo va a creer todo lo que vosotros le trasladéis. Se lo empezará a cuestionar cuando llegue a la adolescencia, pero por desgracia para entonces ya será tarde. Se sentirá inferior, feo, inútil y muchas cosas más.

¿Qué imagen te gustaría que tu hijo tenga de sí mismo? Es de suponer que quieres que se guste, que se valore, que sepa que es maravilloso… algo difícil de conseguir si le asignas según que etiquetas.

Tú, como padre o madre, ¿quieres un hijo sumiso o quieres un hijo feliz? La respuesta es obvia, y por eso has llegado a esta publicación. Ayúdale a tener sus propios gustos, aficiones y motivaciones, enséñale respeto, respetándole a él y sus necesidades.

¿Qué son las etiquetas?

Etiquetar es en cierto modo una forma de ‘prejuzgar’ a las personas. Poner etiquetas a la gente siempre ha sido una ‘costumbre’, pero en la actualidad resulta muy fácil y rápido etiquetar a las personas gracias a las redes sociales y a Internet.

Una etiqueta, como su nombre indica, marca. Y puede marcar para bien o para mal. En el siguiente vídeo Jorge de los Santos, filósofo, pensador y crítico cultural, nos habla acerca de las etiquetas. Explica qué son, qué importancia tienen en la sociedad y cómo se les da uso como forma de identificar y categorizar a las personas.

El peso de las etiquetas para los niños

«Es clavadito a su padre». «Tiene el mismo carácter que su abuela». «Es tan guapo como su madre»…

Sí. Ya desde la cuna asignamos a los niños las primeras etiquetas. Si todos consideramos que un bebé es «clavadito a su padre», y el pequeño crece escuchándolo, al final, nos guste o no, acabará pareciéndose a su progenitor perdiendo por el camino su derecho a ser él mismo.

Las etiquetas que «colgamos» a los niños desde que nacen tienen un impacto muy grande en ellos y en cómo se va a desarrollar su personalidad. El peso que las etiquetas tienen es tal que acaban convirtiéndose en conductas asumidas, sean ciertas o no.

Un niño que crece escuchando que es desobediente acaba asumiendo que eso es cierto. Es su papel en la familia, y entiende que ha de cumplir las expectativas y el rol que se le ha asignado y que le dicen y recuerdan constantemente sus adultos de referencia. No se le deja otra opción que ser desobediente.

Poner etiquetas a un niño no es dar una opinión, es colgarle un «sambenito» sobre cómo actúa o cómo reacciona. Esa etiqueta será la responsable de que ese niño se convierta en lo que hemos decidido que es, toda una profecía autocumplida, impidiendo que saque a la luz otros aspectos de sí mismo y haciéndole muy difícil que descubra quién es en realidad y que desarrolle todas sus capacidades.

Etiquetas negativas, ¿positivas? y con doble sentido

Existen tres tipos de etiquetas:

Etiquetas negativas: con ellas se censura y desaprueba al niño haciendo que baje su autoestima. Son calificativos como: «gorda», «gandul», «vago», «maeleducado»…

Consecuencias de poner etiquetas a las personas

Etiquetas positivas: aprueban de forma exagerada alguna habilidad. Afectan al niño ya que muchas veces no será capaz de llegar a la altura de lo que se pretende de él. El niño, para tener la aprobación de quienes le rodean, ha de renunciar a otras parcelas de sí mismo. Su autoestima se sostiene en función de los juicios que recibe. Son calificativos como: «eres el mejor», «eres el más guapo», «eres el más responsable»…

Etiquetas con doble sentido: son aquellas con connotaciones negativas pero que se dicen con orgullo. Llevan implícito un mensaje contradictorio, algo que se clasifica como negativo es valorado y ensalzado por los adultos. Son calificativos como: «trasto», «granujilla», «bribón»…

Consecuencias de poner etiquetas a las personas

Etiquetas habituales que ponemos a los niños

«¡No seas maleducado!» | ¿De verdad estás seguro de que tu hijo es un maleducado? ¿Qué es en realidad para ti que un niño sea o esté bien educado? ¿Qué sin rechistar se coma lo que le ponen en el plato? ¿Qué recoja los juguetes sin necesidad de que se lo tengan que decir dos veces? ¿Qué se comporte de manera «formal» mientras los mayores charlan tan a gusto, aunque el pobre se esté aburriendo como una ostra o se le ignore? ¿Qué saque buenas notas?

Consideras a tu hijo «maleducado» cuando no se comporta como a ti te gustaría que lo hiciera, y en realidad maleducado es quien falta al respeto. Cuando etiquetas así a tu hijo eres tú quien le está faltando al respeto. ¿No será que te resulta más cómodo tener un hijo sumiso?

«¿Ya estás pidiendo otra vez?… ¡Qué caprichoso!» | ¿Es que ahora resulta que cuando alguien insiste en lo que quiere es un caprichoso? Se supone que todos los padres queremos que nuestros hijos tengan sueños y que luchen por ellos, que expresen sus gustos y necesidades… pero claro, si insisten pidiendo algo que quieren… ¡Entonces se convierten en caprichosos!

Al igual que cuando tú no consigues algo (tus cosas de mayores) te frustras, te entristeces y te enfadas… Tus hijos quieren cosas de niños… Todos, mayores y pequeños, nos sentimos decepcionados en situaciones similares.

Educar a un niño no consiste sólo en poner normas «de obligado cumplimiento», sino también en ser capaz de acompañarlo en su frustración. Piensa por un momento en cuando tú esperas conseguir algo y no lo logras: ¿Cómo te sientes? Pues tu hijo se siente igual, aunque lo manifiesta de otra forma.

Consecuencias de poner etiquetas a las personas

«¡Calla ya! ¡Eres un pesado! ¿Qué quieres ahora?». «¡Hoy estás pesadito!, ¿eh?» | Con esta etiqueta (tan pesada) llevas a tu hijo a sentirse poco respetado, poco querido, poco valorado. Esta afirmación despierta en él la sensación de que no es importante y de que nadie le hace caso.

¿Y si en vuestro próximo trayecto en coche, cuando por enésima vez escuches eso tan familiar para todos de «mamá, ¿falta mucho?», en lugar de perder los nervios te serenas, respiras, y te pones en el lugar de tu  hijo dándote cuenta de que él carece de tus referencias temporales y espaciales? Tú vas conduciendo, entretenida, quizás escuchando música o hablando con el copiloto. Tú sabes a dónde vas y cuánto esperas tardar, pero tu hijo va sentado detrás, aburrido, viendo pasar árboles por la ventanilla.

Consecuencias de poner etiquetas a las personas

«¡Mira que llegas a ser vago!» | ¿Por qué le dices a tu hijo que es vago? ¿Se lo dices si no hace lo que tú quieres cuando tú quieres?

Llamamos vagos a nuestros hijos por no ayudar a poner la mesa, por no ayudar a hacer su cama, por escurrir el bulto a la hora de hacer los deberes o de recoger los juguetes… Los niños necesitan vivir la vida como niños, con tiempo para divertirse jugando, para descansar y, sobre todo, para aburrirse. Tu hijo no es un robot al que presionas un botón y se pone en marcha, por ello no lo etiquetes por no serlo.

Hay un tiempo para cada cosa y formas de pedir y negociar. Desarrolla tu asertividad y tu capacidad de negociación para que tu hijo aprenda de tu ejemplo.

Si agobias a tu hijo llamándole «vago», obligándole a hacer ciertas tareas cuándo, cómo y porque tú lo dices, sin hacerle ver la conveniencia de la colaboración de todos los miembros de la familia, y además lo haces con malas maneras, lo único que vas a conseguir es que aborrezca colaborar y aborrezca también tus maneras al exigírselo.

«¡Lo que le ocurre a este niño es que es un mimado!» | ¿Es malo haber sido mimado? ¿Qué se considera un exceso de mimos? Todos necesitamos mimos. Al llamar mimado a un niño se le transmite que tal vez no es merecedor de esos mimos o que los mimos en sí son malos o contraproducentes.

Para fomentar una buena autoestima en nuestros hijos y crear con ellos un vínculo sano hemos de ofrecerles mimos siempre. «Me dan mimos porque me los merezco, y los demás también se merecen que yo les mime».

No es lo mismo darle mimos a tu hijo que dejarle hacer lo que quiera, sin límites respetuosos. Como padres nuestra labor es encontrar ese equilibrio. Nunca le niegues a tu hijo un mimo, los necesita; y, si se los das, nunca se lo eches en cara.

«¡Es más bueno! Toda la noche duerme de un tirón, no llora nunca y se entretiene él solito…» | Esta es probablemente la primera etiqueta que se le cuelga a un bebé durante los primeros días de vida. ¿Qué es ser un niño bueno o un niño malo?

Antes de ponerle a tu hijo este calificativo, detente un momento a pensar en las grandes diferencias que hay entre tu hijo y una persona mala de verdad. Verás entonces cómo con semejante juicio puedes dañar su autoestima.

«¡Qué llorón! Otra vez estás como siempre…» | Llorar es una herramienta de comunicación, además de ser algo necesario, natural y, sobre todo, sano para el equilibrio emocional. ¿Por qué entonces nos empeñamos en estigmatizar a alguien que necesita expresarse de esa manera?

Si etiquetas a tu hijo como llorón le haces creer, y por lo tanto asumir, integrar y aceptar, que llorar es malo, que está mal visto, que es incorrecto o inadecuado. Más adelante, cuando le sea complicado expresar sus emociones, nos podemos encontrar con serios problemas.

Seguro que te has encontrado diciendo alguna vez, cuando alguien se ha puesto a llorar delante tuyo: «Venga, que no pasa nada», «Tampoco es para tanto»… Si fueras tú quien llora y te lo dijeran, ¿cómo te sentirías?

Cuando intentamos consolar a alguien que llora con palabras como esas lo que en realidad le estamos diciendo es NO LLORES, porque lo que ocurre es que nos sentimos incómodos con su llanto (recuerda que a nosotros también nos educaron para «no llorar»). Estamos transmitiendo que no sabemos cómo resolver esa situación y que no sabemos acompañarle en su dolor. Por ello la mejor solución para que nosotros no sintamos incomodidad es que él se trague su dolor (como nosotros hacemos) y nos ahorre ese mal trago. No estamos consolándole sino que nos estamos comportando de manera egoísta.

Cuando tu hijo llore párate a ver qué le ocurre, escúchale, atiéndele, acógele, abrázale y acompáñale en su pesar, sea por el motivo que sea. Quizás a ti te parecerá una tontería, pero en el micro-mundo de tu pequeño seguramente ha ocurrido una catástrofe.

Jamás juzgues a tu hijo por llorar y, mucho menos, le cuelgues la etiqueta por hacerlo.

Consecuencias de poner etiquetas a las personas

Cómo puedes evitar poner etiquetas a tus hijos

Ya has visto qué son las etiquetas y cómo afectan a nuestros hijos. Quizás te has descubierto usando alguna como las de los ejemplos anteriores, y, en consecuencia, te estarás preguntando cómo puedes evitarlas.

Puesto que las etiquetas provienen de tu propia interpretación de lo que es tu hijo, de una falta de conciencia sobre esa personita que tienes ahí delante, te propongo los siguientes recursos (te ayudarán a ver a tu hijo tal y como es):

Sé consciente de tus propias emociones y de tu estado de ánimo | Entiende lo que sientes y hazte consciente de tu propio estado. Lo que interpretas es parte de ti, no de tus hijos.

Porque si te sientes bajo presión, estresado o cansado, vas a tener mucha menos paciencia y a nada que tus hijos empiecen a revolotear alrededor tuyo te vas a crispar y te van a empezar a parecer unos pesados o unos desobedientes, su tono de voz te va a molestar y vas a sentir que son unos gritones.

Sentir, parecer… no quiere decir que lo sean, sino que tú los percibes así.

Huye de las comparaciones. Evítalas | Cada niño es un mundo, incluso entre gemelos o mellizos hay muchas diferencias de personalidad. Cada niño es único e irrepetible, y ninguno es ni más ni menos que otro.

Haz referencia a las conductas evitando las descalificaciones | Es distinto si le dices a tu hijo: «¡Eres un despistado! ¡Ya te has vuelto a dejar la chaqueta en el colegio!». En este caso es una descalificación que acabará asumiendo como una característica de su persona, y por tanto la chaqueta volverá a quedarse olvidada en clase sin que pueda hacer nada por remediarlo.

Que si le dices: «¿Has vuelto a dejar la chaqueta en el colegio?». En este caso la expresión hace referencia a un hecho, y eso le permite reconducir la situación y poner atención en que no vuelva a ocurrir.

Tú eres tú, yo soy yo y mis circunstancias propias | Es posible que si para ti es importante que en tu armario esté todo perfectamente organizado, pero tu hijo no tiene esa necesidad, pienses de él que es un dejado o un desordenado.

¿Y si, en lugar de procurar que él se vuelva como tú, eres tú quien se muestra algo más flexible? La realidad es que a ti no te afecta en tu propio orden si su armario es un desbarajuste.

Los eventos locales que no te puedes perder en 2025

Los eventos locales que no te puedes perder en 2025

Guía para apoyar a negocios pequeños

Los eventos locales siguen siendo fundamentales para conectar a las personas, impulsar la economía de los barrios y fortalecer el sentido de comunidad. Participar en estos encuentros no solo es una manera de disfrutar de actividades culturales, gastronómicas y artísticas, sino también una oportunidad para apoyar a los pequeños negocios que son el corazón de nuestras ciudades. En este artículo, te presentamos una selección de eventos que no te puedes perder para el año 2025 y te damos consejos para que tu participación tenga un impacto positivo en las empresas locales.

Cómo los eventos locales benefician a los pequeños negocios

Cuando decides asistir a un mercado, feria o festival en tu localidad, no solo estás disfrutando de una experiencia única, sino también estás contribuyendo directamente al crecimiento de los pequeños negocios. Por ejemplo, actividades como ferias de artesanía o mercados de productores son una plataforma clave para emprendedores que quieren dar a conocer sus productos y servicios a una audiencia más amplia.

Además, los eventos locales también generan empleo en sectores como la logística, la limpieza y la restauración. Empresas especializadas, como empresas de limpieza, juegan un papel esencial en la organización y mantenimiento de estos espacios, asegurando que los asistentes disfruten de un ambiente cómodo y seguro.

Eventos destacados en 2025

Si planeas tu calendario con antelación, aquí tienes algunos de los eventos locales más esperados en 2025. Estos eventos no solo prometen diversión, sino que también ofrecen oportunidades para apoyar a los negocios que trabajan tras bambalinas.

Mercados de productores y ferias gastronómicas

Las ferias gastronómicas están ganando popularidad como una forma de destacar la cocina local y sostenible. A lo largo de 2025, ciudades como Valencia, Madrid y Barcelona albergarán mercados de productores donde podrás degustar productos frescos y comprar directamente de los agricultores. Asistir a estos eventos no solo garantiza alimentos de calidad, sino que también reduce la huella de carbono al apoyar cadenas de suministro cortas.

Eventos locales

Festivales de música locales

Desde pequeñas bandas emergentes hasta artistas consagrados, los festivales de música son un imán para reunir a las comunidades. Este año, muchas localidades están priorizando la contratación de empresas locales para la organización del evento, desde la decoración hasta la seguridad, pasando por la limpieza. Plataformas como Trustlocal son un recurso útil para encontrar proveedores confiables de diferentes sectores, ayudando a que estas celebraciones sean posibles.

Maximizar tu impacto al asistir a eventos locales

Apoya a los vendedores locales

Si estás en un mercado o feria, opta por comprar productos locales en lugar de recurrir a grandes marcas. Desde artículos de artesanía hasta comida preparada, cada compra que realices contribuye directamente a la economía local.

Promueve los eventos en redes sociales

¿Vas a asistir a un evento? ¡Compártelo! Publicar sobre tu experiencia no solo ayuda a promover el evento, sino que también anima a otras personas a participar y apoyar a los negocios locales.

Sé consciente de los residuos

Los eventos pueden generar mucho desperdicio. Llevar tu propia botella reutilizable o utilizar las áreas de reciclaje adecuadas demuestra tu compromiso con el medio ambiente y ayuda a reducir la carga para los equipos de limpieza.

En resumen, participar en eventos locales no es solo una actividad recreativa; es una forma de marcar la diferencia en tu comunidad. Al asistir y apoyar a los pequeños negocios que hacen posible estos encuentros, contribuyes al crecimiento económico y al bienestar de tu entorno.

Este 2025, no dejes pasar la oportunidad de explorar y disfrutar de los eventos locales mientras apoyas a emprendedores y empresas que trabajan día a día para ofrecer lo mejor a sus comunidades. Tu participación cuenta más de lo que imaginas.

Práctica efectiva, qué es y por qué funciona

Práctica efectiva, qué es y por qué funciona

Dominar cualquier actividad física, ya sea realizar una pirueta, tocar un instrumento o lanzar una pelota de béisbol, requiere práctica.

La práctica es la repetición de una acción con el objetivo de mejora, y ayuda a ejecutar con mayor facilidad, rapidez, seguridad  y confianza. ¿Qué hace la práctica en nuestro cerebro para hacernos mejores en algo?

Materia gris y materia blanca

Nuestro cerebro tiene dos tipos de tejido neural:

  • materia gris
  • y materia blanca.

La materia gris procesa la información en el cerebro, dirige las señales y estímulos sensoriales a las células nerviosas, mientras que la materia blanca se compone sobre todo de las fibras nerviosas y tejido graso.

Para que nuestros cuerpos se muevan la información tiene que viajar de la materia gris del cerebro, a través de una cadena de fibras nerviosas llamadas axones, a nuestros músculos.

Es la materia blanca la que permite la comunicación hacia y desde las áreas de materia gris, y entre la materia gris y las otras partes del cuerpo. Funciona transmitiendo la información de las diferentes partes del cuerpo hacia la corteza cerebral. También controla las funciones que el cuerpo no conoce, como la temperatura, la presión arterial y la frecuencia cardíaca. La dispensación de las hormonas y el control de los alimentos, así como la ingesta de agua y la exposición de las emociones, son funciones adicionales de la materia blanca.

Cómo la práctica o la repetición afectan al funcionamiento interno de nuestro cerebro

Los axones que existen en la sustancia blanca se envuelven con una sustancia grasa llamada mielina. Y es esta cubierta de mielina, o vaina, la que parece cambiar con la práctica.

La mielina es similar al aislamiento de los cables eléctricos. Evita la pérdida de energía de las señales eléctricas que utiliza el cerebro, moviéndolas de manera más eficiente a lo largo de las vías nerviosas.

Estudios recientes en ratones sugieren que la repetición de un movimiento físico aumenta las capas de la vaina de mielina que aísla los axones. Y, a más capas, mayor es el aislamiento alrededor de las cadenas de los axones, formando una especie de autopista para la información que conecta el cerebro a los músculos.

Mientras que muchos atletas y artistas atribuyen sus éxitos a la memoria muscular, los músculos mismos en realidad no tienen memoria. Más bien puede ser la mielinización de las vías neurales la que da a estos atletas y artistas su ventaja con vías neurales más rápidas y eficientes.

Hay muchas teorías que intentan cuantificar el número de horas, días e incluso años de práctica que se necesitan para dominar una habilidad. A pesar de que todavía no tenemos un número mágico, sabemos que el dominio no se trata solo de la cantidad de horas de práctica. Es también la calidad y eficacia de esa práctica.

La práctica efectiva es consistente, intensamente focalizada en las metas y debilidades que se sitúan en el borde de las habilidades actuales de cada uno. Si la práctica efectiva es la clave, ¿cómo podemos obtener el máximo provecho y aprendizaje de nuestro tiempo de práctica?

Saca provecho a tu tiempo de práctica

Prueba a seguir estos consejos:

✔️Céntrate en la tarea en cuestión. Minimiza las distracciones potenciales apagando el ordenador o el televisor, y pon tu teléfono móvil en modo avión.

En un estudio, investigadores observaron a 260 alumnos estudiando. De media, los estudiantes solo fueron capaces de permanecer en la tarea 6 minutos seguidos. Ordenadores portátiles, teléfonos, y en particular Facebook u otras redes sociales fueron la raíz de la mayoría de las distracciones.

✔️Empieza lentamente o en cámara lenta. La coordinación se construye con repeticiones, ya sean correctas o incorrectas. Si aumentas gradualmente la velocidad de repeticiones de calidad, tendrás más posibilidades de hacerlo correctamente.

✔️Sigue con repeticiones frecuentes con paradas programadas. Son hábitos comunes de práctica de los atletas de élite. Los estudios han mostrado que muchos de los mejores atletas, músicos y bailarines pasan de 50 a 60 horas a la semana en las actividades relacionadas con su oficio. Muchos dividen su tiempo de práctica efectiva en múltiples sesiones de prácticas diarias de duración limitada.

✔️Y, por último, practica en tu cerebro con gran detalle. Puede resultar sorprendente, pero una serie de estudios sugieren que, una vez que se ha establecido un movimiento físico, puede ser reforzado con solo imaginarlo.

En un estudio hecho con 144 jugadores de baloncesto se les dividió en dos grupos. El grupo A practicó físicamente tiros libres con una sola mano mientras que el grupo B solo los practicó mentalmente. Cuando se midieron al final de dos semanas de experimento, los jugadores intermedios y experimentados en los dos grupos habían mejorado en casi la misma cantidad.

La ciencia avanza

A medida que los científicos desentrañen los secretos de nuestro cerebro mejorará nuestra comprensión de la práctica efectiva. Mientras tanto, la práctica efectiva es la mejor manera que tenemos de superar nuestros límites individuales y maximizar nuestro potencial.

 

Trabalenguas cortos para niños

Decir trabalenguas es un juego educativo y original que desde siempre ha gustado a los más pequeños de la casa. Logopedas y profesores encuentran en estos juegos de palabras una fórmula divertida para que las niñas y niños ejerciten el lenguaje y la memoria y para que mejoren su dicción.

Haberlos los hay con diferentes niveles de complejidad. Lo correcto es comenzar con los más básicos y conforme el niño vaya dominando sus habilidades ir subiendo de nivel. Si sigues leyendo descubrirás los muchos beneficios que tienen estos tradicionales juegos de palabras.

También, al final de esta publicación, encontrarás un PDF con 60 trabalenguas de diferentes niveles de dificultad para que juegues con tus hijos (lo puedes descargar e imprimir para tenerlo a mano). Asimismo te invito a que le des un vistazo a esta selección de libros de trabalenguas para niños.

¿Qué es un trabalenguas?

Un trabalenguas está formado por frases en las que aparecen sílabas reiterativas y que resultan difíciles de pronunciar. Es un juego de palabras de gran utilidad para que los niños adquieran precisión y rapidez en el habla al tiempo que aprenden vocabulario nuevo, favoreciéndose con todo ello el desarrollo del lenguaje. Su origen se remonta a la Grecia antigua, donde se inventaban juegos de palabras y paradojas con el fin de desarrollar la mente.

Estos juegos de palabras combinan fonemas que se parecen y forman rimas fáciles con secuencias de sonidos similares. Su pronunciación en voz alta acostumbra a suponer cierta dificultad, y el esfuerzo que el niño realiza para superar esos problemas produce en su cerebro muchos beneficios.

Habrás notado que cuando intentas decir a gran velocidad un trabalenguas te puede resultar difícil obtener las palabras correctas en el orden preciso. Eso es debido a que nuestro cerebro puede fácilmente confundir las palabras que usan sonidos iguales o similares. ¡Para el cerebro de un niño es todo un desafío practicar y clavar un trabalenguas!

Trabalenguas cortos para niños en español pdf

¿A qué edad pueden los niños empezar a practicar con ellos?

No hay una edad determinada para que los niños puedan empezar a practicar con trabalenguas, lo aconsejable es ir adaptándose a su desarrollo y necesidades.

Con los niños más pequeños, que aún no tengan adquirido el lenguaje, puede ser recomendable recitar trabalenguas relacionados con animales para acompañarlos de onomatopeyas. También se pueden interpretar con títeres.

Con los niños que empiezan a leer podéis crear un cuaderno de trabalenguas, y se puede practicar la lectura con los trabalenguas que se van añadiendo. También se pueden hacer ejercicios de copia y dictado.

¿Cuáles les resultan más difíciles?

Los que incluyen fonemas con puntos articulatorios similares son los que pueden presentar más dificultad a la hora de leerlos o decirlos.

Es el caso por ejemplo de «Tres tristes tigres…». Este conocido trabalenguas incluye los fonemas ‘t’, ‘r’ y ‘s’, y eso implica que los movimientos deben ser muy rápidos y precisos para no eliminar o distorsionar ningún fonema, además de no intercambiar su orden.

¿Qué beneficios tiene aprenderlos y decirlos?

Se practica la vocalización | Los niños deben esforzarse en vocalizar los sonidos de manera correcta (sobre todo de aquellas letras con las que suelen tener problemas como puede ser la ‘r’ o la ‘s’), y lo mejor es que lo hacen sin darse apenas cuenta y de una forma divertida.

Se fomenta la memoria | Los niños han de memorizar el trabalenguas para poder decirlo con rapidez y sin confundirse. Se adquiere al mismo tiempo la habilidad para hablar más rápido en oraciones con cierta dificultad.

Trabalenguas cortos para niños en español pdf

Se aumenta el vocabulario | Aprendiendo y recitando un trabalenguas los niños practican con palabras que desconocen y que se asemejan a otras que ya conocían. Esas nuevas palabras se quedan en su recuerdo y pueden utilizarlas a posteriori.

Se fomenta la capacidad de superación | A los niños les supone un reto entretenido el lograr pronunciar los trabalenguas correctamente y de forma rápida, y sienten el deseo de querer superarse día a día. En casa podéis utilizar técnicas para ir observando como el niño evoluciona (por ejemplo, grabando la primera vez que dice un trabalenguas y comparándolo con grabaciones en días posteriores)

Se fomenta la imaginación | Los niños pueden inventar sus propios trabalenguas y compartirlos con sus amigos. También, cuando se aprenden un trabalenguas ya conocido, se imaginan lo que ocurre en su contexto.

Enseñan a los niños a reírse de ellos mismos | Los niños aprenden cuando se divierten, y las primeras equivocaciones al decir un trabalenguas siempre son motivo de risas entre los participantes y el propio niño. Es una buena forma de que los más pequeños aprendan a reírse de ellos mismos, además de aprender también que cualquier fallo puede tener un resultado diferente después si se sigue intentando.

Trabalenguas cortos para niños en español pdf

Mejoran el ambiente familiar | Los trabalenguas pueden convertirse en una actividad que une a la familia en torno al lenguaje, generando un clima distendido y de diversión.

¿Podemos detectar la existencia de algún problema en el habla gracias a los trabalenguas?

Aunque los trabalenguas no son una herramienta para realizar diagnósticos sí pueden hacer que nos percatemos de que existe alguna dificultad en el habla del niño:

  • Si la comunicación de un niño de 3-4 años está basada en mímica, gestos y vocalizaciones, y si vemos que el niño no amplia su vocabulario o no disfruta con las rimas, será fundamental acudir a un logopeda para que lo evalúe.
  • Si un niño de 4-5 años presenta un habla ininteligible porque distorsiona algún fonema (por ejemplo: ‘l‘, ‘d‘, ‘s‘, ‘z‘, etc.) es recomendable solicitar la valoración de un profesional. Él es quien podrá indicar a los padres si esos fonemas que el niño no pronuncia bien deberían o no estar ya integrados en el lenguaje del pequeño. A esta edad también hay que estar pendientes de que los niños identifiquen y tengan la capacidad de inventarse rimas. Estos son aspectos que deben tenerse en cuenta también en el lenguaje espontáneo del niño, y no sólo a la hora de jugar a decir trabalenguas.
  • Si vemos que un niño evita leer o escribir trabalenguas, que al llevar a cabo estas tareas es especialmente lento u observamos muchas sustituciones, inversiones y omisiones, deberemos prestar atención a cómo se desenvuelve el pequeño en tareas similares. Es por ejemplo un síntoma a tener en cuenta que el niño confunda algunas letras similares como la ‘d‘ y la ‘b‘ o la ‘q‘ y la ‘p‘, aunque es algo que también puede ser debido a un error que el pequeño comete al empezar a leer y a escribir. Lo aconsejable ante la duda siempre es acudir a un profesional que  nos pueda orientar y solucionar el problema.

Trabalenguas para niños. Libros y PDF

Trabalenguas cortos para niños en español pdf

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Los niños malos no existen

El bien y el mal: el lobo feroz no es malo

Los niños, y también los adultos, construimos nuestra visión del mundo sobre todo a partir de los cuentos. Pero también a partir de las películas, de la literatura, de los relatos míticos…
.
Siempre a partir de una idea fundamental: el bien y el mal. Las personas se dividen en dos:
    – las buenas
    – y las malas
.
La historia de la humanidad es una lucha
    – entre el bien
    – y el mal
.
Y eso no es del todo cierto, y se lo hemos de decir a nuestros hijos: «El lobo hace lo que puede. Igual que tú haces lo que puedes«. No existen los niños malos.

Los niños malos no existen

Cuando un niño actúa MAL, ¡tiene un motivo!

Es importante que nos demos cuenta |  Cuando un niño miente, por ejemplo (sabiendo él que está mintiendo, y sabiendo que mentir no está socialmente admitido), tiene un motivo para hacerlo. Seguramente piensa que, si no miente, será agredido. Piensa que si no miente le reñirán.

Tiene una intención positiva | ¿Sabe que está mintiendo y que eso está mal.?

¿Es mala persona por ello? | NO. No es mala persona. Simplemente hace algo que sabe que está prohibido, igual que los adultos hacemos a veces.

¡Que levante la mano quien no se haya saltado en alguna ocasión un semáforo rojo!, sabiendo que no se puede hacer. Ya sea yendo en coche o caminando. Es algo que está prohibido, pero hay algún motivo para saltarse la norma:

  • ahora no pasaba ningún coche,
  • hoy tengo prisa,
  • no me ve nadie,
  • me he distraído…

Los niños malos no existen

¡Si dejamos de etiquetarlos, los dejaremos SER! (ilustración de Joan Turu)

La gente que actúa mal lo hace sin querer | Tanto quien actúa mal como quien actúa bien, lo hacen pensando que es eso es lo mejor que podían hacer.

Si cualquiera de nosotros tuviera en la cabeza las ideas que tienen los miembros del Ku Klux Klan, seguramente actuaríamos como ellos. Es inevitable. Y además sería con el convencimiento de que se está obrando de manera correcta. La gente que está a favor de la pena de muerte, y los que están en contra, lo hacen por el bien de la humanidad.

No hay personas buenas y personas malas

Es lo que hemos de transmitir a los niños.

Lo que hay son personas que entienden más cosas y personas que entienden menos | Hay personas que tienen más sabiduría y personas que tienen menos.

Por lo tanto, esfuérzate en tener mucha sabiduría | Esto no quiere decir que no pongamos luz para explicarles que hay cosas que favorecerán el bienestar de los demás y cosas que no favorecerán ese bienestar común.

Los niños buscan pautas | Se les han de dar pautas para que puedan tener más sabiduría, para que puedan actuar con más inteligencia: «Cuando has actuado así, esta persona ha llorado, esto se ha roto, ha habido desarmonía. ¿Qué has aprendido de eso?».

«Pero tú no eres malo«Los niños malos no existen

 

Fuente: L’ofici d’educar de Catalunya Ràdio (5/04/16) | Ilustraciones: del cuento  Lo que no vio Caperucita Roja  de Mar Ferrero