‘Aporofobia‘ fue en 2017 la palabra del año para la Fundéu. Es el neologismo que da nombre al miedo, rechazo o aversión a los pobres. Fue acuñada por la filósofa española Adela Cortina en varios artículos de prensa en los que llama la atención sobre el hecho de que se suele llamar xenofobia o racismo al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres.
¿Qué encontrarás en este artículo?
- 1 Qué es la “Palabra del año” de la Fundéu.
- 2 «Escrache», palabra del año 2013.
- 3 Las otras 11 palabras finalistas en 2013.
- 4 «Selfi», palabra del año 2014.
- 5 Las otras 11 palabras finalistas en 2014.
- 6 «Refugiado», palabra del año 2015.
- 7 Las otras 11 palabras finalistas en 2015.
- 8 «Populismo», palabra del año 2016.
- 9 Las otras 11 palabras finalistas en 2016.
- 10 «Aporofobia», palabra del año 2017.
- 10.1 Fue acuñada por Adela Cortina, filósofa y catedrática.
- 10.2 La aporofobia es el rechazo al pobre, sea extranjero o sea de nuestro país.
- 10.3 ‘Aporofobia’ ya está incluida en el diccionario de la RAE.
- 10.4 La pobreza en España.
- 10.5 Una cuestión de intolerancia.
- 10.6 El perfil de los agresores.
- 10.7 El perfil del pobre.
- 10.8 ¿Odio o miedo?
- 10.9 Nuestros pobres.
- 10.10 ¿Todos somos aporófobos?
- 10.11 Toda persona tiene algo que ofrecer.
- 10.12 ¿Dónde queda la compasión y la hospitalidad?
- 10.13 ¿Nos importan los otros?
- 10.14 La biomejora moral.
- 10.15 ¿Cómo se le ocurrió a Adela Cortina la palabra aporofobia?
- 10.16 ¿La pobreza es evitable?
- 10.17 ¿Qué diferencia hay entre la aporofobia y el clasismo?
- 10.18 El antídoto de la aporofobia: justicia y compasión.
- 10.19 Educar sobre la conciencia moral.
- 11 Las otras 11 palabras finalistas en 2017.
Qué es la “Palabra del año” de la Fundéu.
La palabra ganadora, que no tiene que ser necesariamente una voz nueva, ha de suscitar interés lingüístico por su origen, formación o uso y haber tenido un papel protagonista en el año de su elección. Esta es la quinta ocasión en la que la Fundéu BBVA da a conocer su palabra del año.
Tras elegir «escrache» en 2013, «selfi» en 2014, «refugiado» en 2015 y «populismo» en 2016, el equipo de la Fundación del Español Urgente ―promovida por la Agencia Efe y BBVA― optó en 2017 por «aporofobia«, un término relativamente novedoso que alude, sin embargo, a una realidad social arraigada y muy antigua.
«Escrache», palabra del año 2013.
Escrache, un término que alude a las manifestaciones convocadas frente a los domicilios de políticos y otros personajes públicos, fue la palabra del año 2013 para la Fundación del Español Urgente.
Por primera vez en sus ocho años de vida, la Fundéu BBVA eligió su palabra del año de entre las muchas sobre las que se había pronunciado, ya sea en sus recomendaciones diarias, ya en las respuestas a las consultas recibidas durante los doce meses anteriores.
En España la palabra se popularizó durante las protestas organizadas en los primeros meses de 2013 por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).
Las otras 11 palabras finalistas en 2013.
Copago. Los términos copago y repago están bien formados y su uso es correcto en español. La palabra copago, formada por el prefijo co- y el sustantivo pago, se emplea con el significado de ‘participar en el pago’. También es admisible, aunque es poco habitual, el uso del verbo copagar. Del mismo modo, repago, formado con el prefijo re- y el sustantivo pago, es un término bien formado, al igual que el verbo repagar, que se utiliza con el significado de ‘volver a pagar’.
Emprender. La palabra emprendimiento, mejor que emprendurismo, emprendedurismo o emprendeduría, es la apropiada para aludir al espíritu emprendedor o el ímpetu por iniciar algo, en sentido empresarial. Emprendurismo, emprendedurismo y emprendeduría son traducciones inadecuadas de la palabra inglesa entrepreneurship, por lo que se recomienda emplear emprendimiento, que figura en la vigésima tercera edición del Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, con los significados de ‘acción y efecto de emprender (acometer una obra)’ y ‘cualidad de emprendedor’.
Ere, la forma lexicalizada de la sigla ERE. Los ERE o los eres, pero no los ERES ni los EREs. En la lengua escrita, a la sigla ERE (‘expediente de regulación de empleo’) no se le añade una s para formar el plural, a no ser que se le dé la consideración de sustantivo, es decir, que se lexicalice: el ere, los eres. Aunque en la lengua oral las siglas pluralizan con toda normalidad, la Ortografía académica no considera oportuno marcar su plural gráficamente, ya que, si se hace en mayúscula, ERES, puede parecer que la s forma parte de la sigla, y si se usa la minúscula, EREs, se recurre a un uso anglosajón ajeno al sistema ortográfico del español.
Quita. El término económico quita también es adecuado para referirse a la reducción de los activos bancarios que las entidades financieras aplican a los suscriptores de determinados productos. Aunque quita aludía originalmente solo a la cancelación pactada —total o parcial— de una deuda entre el acreedor y el deudor, su proximidad con el significado del verbo quitar, del que deriva, ha hecho que esa palabra amplíe su significado en el uso cotidiano y en el de los medios de comunicación, y pase a designar esta nueva realidad, que no responde de forma precisa a la definición original. No obstante, existen otras palabras y expresiones que pueden emplearse alternativamente en esos casos, como minoración, descuento, recorte, merma o mengua.
Austericidio. La palabra austericidio está bien formada, se refiere a ‘matar la austeridad’ y, por lo tanto, no es adecuado emplearla con el sentido de ‘matar por exceso de austeridad’. Esta palabra empezó a aparecer cada vez con mayor frecuencia en las noticias económicas para aludir, con connotaciones negativas, a los efectos de las medidas de austeridad. El Diccionario de la Real Academia Española define el elemento compositivo -cidio como la ‘acción de matar’; pero, como se puede comprobar en las palabras que lo incluyen, se añade a aquello que se mata, de modo que infanticidio es dar muerte a niños y tiranicidio es dársela a los tiranos. El hecho de que por su formación tenga el sentido opuesto del que se pretende expresar hace aconsejable que se evite su uso y en su lugar se empleen alternativas como, por ejemplo, austeridazo, austeridad suicida, austeridad homicida, austeridad letal u otras similares, en función del sentido preciso que se le quiera dar.
Meme. El neologismo meme se escribe en redonda y sin comillas.Este término, creado por Richard Dawkins en su libro El gen egoísta, aparece definido en el diccionario Webster como ‘idea, comportamiento, moda o uso que se extiende de persona a persona dentro de una cultura’. Por otra parte, meme se ha empleado cada vez más para referirse a cualquier imagen o texto, a menudo de contenido humorístico, que se comparte viralmente en las redes sociales durante un periodo breve. Es una palabra masculina y su plural es regular: los memes.
Autofoto. La palabra autofoto es una alternativa adecuada en español al término inglés selfie, con el que se alude a las fotografías que uno toma de sí mismo, solo o en compañía de otros, en general con teléfonos móviles, tabletas o cámaras web, y luego sube a redes sociales. La voz inglesa selfie, elegida por los editores del Diccionario de Oxford como la palabra del año 2013 en esa lengua, aparece con frecuencia en los medios de comunicación en español. El término autofoto, formado por el prefijo auto- y el sustantivo foto como forma abreviada y coloquial de fotografía, puede sustituir adecuadamente al anglicismo selfie. También es válida la alternativa autorretrato así como la adaptación selfi.
Wasapear. El sustantivo wasap (‘mensaje enviado por la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp’), así como su verbo derivado wasapear (‘intercambiar mensajes por WhatsApp’), son adaptaciones adecuadas en español. En cambio, WhatsApp se escribe así, sin adaptar y con mayúscula inicial en la w y en la segunda a, si hace referencia al nombre propio de la aplicación.
Bosón. La denominación bosón de Higgs se escribe con minúscula (salvo Higgs, por ser nombre propio), en redonda y sin comillas, al igual que se hace con otras partículas elementales y subatómicas, como electrón, protón, gravitón, neutrino, fermión o muon.
Cholismo. Vivo como ningún otro, el lenguaje del fútbol apoya a menudo su creatividad en el recurso lingüístico de añadir a una palabra prefijos y sufijos. De entre estos últimos, cabe mencionar la productividad de -ismo, presente en términos como cholismo, cerocerismo o resultadismo. El cholismo (haciendo referencia a Diego Simeone) podría definirse como la ‘manera de concebir el Cholo su fútbol’ o el ‘modo de imprimir el Cholo carácter ganador a sus jugadores’. Podría entenderse, pues, que el sufijo -ismo aporta aquí un matiz cercano a ‘doctrina o filosofía’, algo así como un protestantismo deportivo, no tanto por lo religioso, claro está, como por la disconformidad con el poder establecido y por atreverse a cuestionar el dominio omnipotente del Barcelona y el Real Madrid en los últimos años.
Expapa. La palabra expapa es correcta para referirse al sumo pontífice una vez que deja de serlo, cuando su renuncia se hace efectiva. En relación con el fin del pontificado de Benedicto XVI, los medios informativos empezaron a emplear la palabra expapa. En este sentido, cabe señalar que se trata de una palabra bien formada, en la que el prefijo ex- ha de ir unido a papa: el expapa Benedicto XVI, no el ex papa Benedicto XVI ni el ex-papa Benedicto XVI. Se recuerda, además, que papa se escribe en minúscula, tal como señala la Ortografía de la lengua española, por lo que también expapa adopta la misma grafía. La denominación expapa es compatible con cualquier otra que la Iglesia decida otorgar, como obispo emérito de Roma o papa emérito.
«Selfi», palabra del año 2014.
Selfi, la adaptación al español del anglicismo selfie, fue la palabra del año para la Fundación del Español Urgente en 2014.
Era la segunda ocasión en que la Fundéu BBVA eligía su palabra del año después de que en 2013 escogiese escrache, un término procedente del español del Río de la Plata y que tuvo gran presencia en los medios.
Según explicaba el director general de la Fundación, Joaquín Muller, no buscan la palabra más bonita ni la más original o novedosa. Quieren que su palabra del año, además de estar relacionada con la actualidad y, por tanto, haber estado muy presente en los medios, tenga un cierto interés lingüístico, ya sea por su formación o por la fuerza de su penetración en el lenguaje común.
El fenómeno de las fotos que los ciudadanos se toman a sí mismos, en general con dispositivos móviles, y que luego suelen compartir en redes públicas o privadas ha hecho furor en los últimos años en todo el mundo.
Las otras 11 palabras finalistas en 2014.
Abdicar. El verbo abdicar, que significa ‘ceder un monarca la soberanía sobre su reino’, como transitivo se construye sin preposición (abdicar el trono o abdicar la Corona), y cuando funciona como intransitivo le sigue un complemento introducido por de, no por a, (abdicar del trono o abdicar de la Corona) tal como indica el Diccionario panhispánico de dudas. Además, cuando se menciona al nuevo monarca, el nombre de este va precedido de en o en favor de. Sin embargo, con motivo de la decisión del rey Juan Carlos I de España de poner fin a su reinado, algunos medios de comunicación escribieron frases como «El presidente del Gobierno ha anunciado la decisión del rey de abdicar al trono», posiblemente por confusión con el verbo renunciar, que sí se construye con la preposición a.
Amigovio. El vocablo amigovio, usado en algunos países con el significado de ‘persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo’, no necesita comillas. Se trata de un acrónimo creado a partir de los sustantivos amigo y novio, por analogía con otros términos de creación semejante, como ofimática, a partir de oficina e informática, o electrolinera a partir de electricidad y gasolinera. Es, pues, un vocablo bien formado.
Árbitra. Es la forma adecuada de formar el femenino de árbitro y se recomienda concordarla con el artículo en femenino (la árbitra, una árbitra…). La forma árbitra es la apropiada para construir el femenino del sustantivo masculino árbitro, tal y como recoge el Diccionario académico. En cuanto al artículo que le corresponde, el Diccionario panhispánico de dudas señala que en el caso de árbitra y de otros sustantivos que se refieren a seres sexuados que han comenzado a usarse en femenino en los últimos años (la árabe, la ácrata), se muestra una clara preferencia por el femenino. Por lo tanto, se recomienda el uso de la árbitra. Esta recomendación se hace extensible a los artículos indefinidos una, alguna y ninguna y a cualquier elemento que tenga que concordar con esta forma (alguna árbitra, la veterana árbitra).
Apli (de aplicación). Aplicación es una alternativa adecuada en español para referirse a app, un acortamiento del término inglés application, que se utiliza cada vez con más frecuencia para aludir a un ‘tipo de programa informático diseñado como herramienta que permite al usuario realizar diversos trabajos’. Si se desea abreviar el término aplicación, se considera adecuada la alternativa apli, de la que se registran casos en los medios de comunicación, en las redes sociales y, sobre todo, en la lengua coloquial, y que sigue la pauta de otros acortamientos asentados en el español, como bici, boli, tele… Su plural es aplis.
Impago. Impago, suspensión de pagos, cese o cesación de pagos son alternativas en español al anglicismo default usado en el ámbito de la economía.
Postureo. El sustantivo postureo y el verbo posturear, con los que se alude a la adopción de ciertos hábitos, poses y actitudes más por apariencia que por convicción, son neologismos bien formados que siguen el paradigma de ningunear/ninguneo, flirtear/flirteo, menear/meneo y muchos otros. La expresión postureo surge en el ámbito de las redes sociales para calificar actitudes impostadas, con un sentido que puede ir de lo irónico a lo despectivo, y se ha extendido ya en el español de España a otros ámbitos.
Dron. La palabra dron (plural drones) se registra en la 23.ª edición del Diccionario académico, como adaptación al español del sustantivo inglés drone (literalmente ‘zángano’), para referirse a una ‘aeronave no tripulada’. En una primera etapa, este término aludía a aparatos básicamente de uso militar y con aspecto similar al de un avión, por lo que se extendió como alternativa al término procedente del inglés la expresión avión no tripulado, que puede considerarse adecuada en muchos casos. No obstante han surgido después otros vehículos que no guardan apenas semejanza con los aviones. Para ellos pueden emplearse expresiones más genéricas como vehículos aéreos no tripulados o robots voladores, según los casos.
Ucraniano, mejor que ucranio, es el nombre recomendado para referirse a los habitantes de Ucrania, tal como indica el Diccionario panhispánico de dudas, aunque ambas formas son correctas.
Nomofobia. El neologismo nomofobia es adecuado para referirse al miedo a estar incomunicado sin teléfono móvil. En inglés, la palabra se formó por la fusión del adverbio no, el acortamiento mo (a partir de mobile phone) y el sustantivo phobia. En español, el término puede adaptarse sin problemas con los mismos elementos compositivos: el adverbio no, la forma abreviada mo (de móvil) y fobia (‘aversión obsesiva a alguien o a algo’ o ‘temor irracional compulsivo’).
Ébola. La palabra ébola se escribe con inicial minúscula cuando se emplea de manera informal para hacer referencia a la enfermedad causada por el virus del mismo nombre, tal y como indica la Ortografía académica. Para denominar al virus, se recomienda escribirlo con artículo determinado en masculino y con mayúscula inicial (virus del Ébola) por tratarse del nombre propio del río en el que se aisló por primera vez. A veces, por influencia del inglés, aparece sin la preposición (virus Ébola), uso que se desaconseja en español.
Superluna. El sustantivo superluna se escribe en minúscula, con el prefijo super- unido a luna, sin guion ni espacio intermedios, sin tilde y sin necesidad de comillas o cursiva. La Ortografía académica señala que luna se escribe con mayúscula inicial en contextos astronómicos, como nombre designativo del satélite, pero en minúscula fuera de contextos estrictamente astronómicos, tanto si es el astro en sí como en los usos derivados o metafóricos, entre los que cabe incluir los nombres de las fases lunares: pedir la luna o estar en la luna, así como luna llena, media luna o luna creciente. Dado que superluna no es el nombre propio de un astro, sino la denominación meramente descriptiva de un fenómeno, lo recomendable es escribir dicho término en minúscula, del mismo modo que empleamos esta grafía en media luna, que alude al modo en que se percibe la Luna desde la Tierra, aun a sabiendas de que el satélite, pese a las apariencias, continúa intacto.
«Refugiado», palabra del año 2015.
Refugiado fue la palabra del año 2015 para la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y BBVA.
Por tercer año consecutivo, la Fundéu BBVA dio a conocer su palabra del año, elegida entre las más de doscientas a las que había dedicado alguna de sus recomendaciones diarias durante los doce meses anteriores.
Tras elegir escrache en 2013 y selfi (la adaptación a la ortografía española de la voz inglesa selfie, sin e final) en 2014, el equipo de la Fundación optó en esta ocasión por refugiado, un término que no era nuevo pero que había marcado de forma decisiva la actualidad informativa de ese año.
Las otras 11 palabras finalistas en 2015.
Chikunguña, con ñ, es una adaptación adecuada para la palabra chikungunya, que designa a un virus que provoca la fiebre o enfermedad del mismo nombre. La adaptación del término original chikungunya a chikunguña es apropiada porque la secuencia ny se pronuncia en este caso con un sonido similar al de la ñ del español. Aunque la grafía chicunguña, con c, no puede considerarse incorrecta, se recomienda mantener la k, que, como señala la Ortografía de la lengua española, está presente en numerosos préstamos de muy diverso origen (bikini, kiwi, ukelele, kamikaze…).
Trolear. El verbo trolear y el sustantivo troleo, formados a partir de trol y escritos con una sola ele, son palabras bien formadas y su uso por tanto puede considerarse correcto. El sustantivo trol, adaptación de la voz noruega troll, ha dado lugar a las formas derivadas trolear y troleo, empleadas en un principio en Internet para referirse a la acción y al efecto de intervenir en un foro digital con el objetivo de generar polémica, ofender y provocar de modo malintencionado a los demás usuarios, a menudo enviando multitud de mensajes que pretenden captar la atención e impedir el intercambio o desarrollo habitual de dicho foro.
Clictivismo. La forma española clictivismo es una alternativa preferible al anglicismo clicktivism, frecuente en el lenguaje del activismo social. El término inglés clicktivism se emplea para aludir a un tipo de activismo o a una fase de este que tiene como principal herramienta la acumulación de apoyos (mediante clics) en páginas webs y redes sociales. La adaptación clictivismo, formada por las palabras españolas clic y activismo, es una alternativa válida.
Poliamor. El sustantivo poliamor es un neologismo válido creado a partir del elemento compositivo griego poli– (‘pluralidad’) y el término amor. La palabra poliamor deriva del anglicismo polyamory y, según el Diccionario del sexo y el erotismo de Félix Rodríguez González, se define como relación afectiva, sexual e íntima establecida entre tres o más personas con el conocimiento y consentimiento de todos los implicados.
Despatarre. Despatarre o despatarre masculino son alternativas posibles en español al anglicismo manspreading. La palabra manspreading, incorporada al Diccionario de Oxford en agosto de 2015, es un término informal que alude a la manera de sentarse de algunos hombres, en especial en los transportes públicos, con las piernas abiertas, invadiendo el espacio de los asientos adyacentes. Esa práctica ha suscitado encendidos debates en Internet y campañas en su contra por parte tanto de grupos feministas como de las autoridades responsables de algunas redes de transporte público. El verbo español despatarrar(se) es, según el Diccionario académico, un término coloquial que significa ‘abrir excesivamente las piernas’, por lo que el sustantivo derivado despatarre se adapta perfectamente a la acción que describe el anglicismo manspreading.
Gastroneta. Es una alternativa en español a food truck con el sentido de ‘camioneta en la que se preparan platos de alta cocina, a menudo en ferias gastronómicas’. En general, el anglicismo food truck puede traducirse como camión de comida (o camión de comidas, en plural, por analogía con casa de comidas), camioneta de comida, puesto de comida ambulante/itinerante, expresiones con las que se alude a cierta clase de vehículos en los que se venden alimentos y, con frecuencia, comida rápida.
Zasca. El sustantivo zasca es una palabra válida para aludir a una réplica cortante, rápida y a menudo ofensiva en un debate o una conversación. Tanto zas como zasca han empezado a utilizarse coloquialmente como sustantivos masculinos (un zas, un zasca) para referirse a lo que también podría denominarse un corte, un hachazo dialéctico o una bofetada verbal. Ese nuevo uso, propio del español de España y al principio más habitual en las redes sociales, los foros digitales y los programas de entretenimiento, se ha extendido ya a los medios de comunicación.
Disruptivo. El sustantivo disrupción, el adjetivo disruptivo y el menos frecuente verbo disrumpir son adecuados para aludir a un proceso o un modo de hacer las cosas que supone una ‘rotura o interrupción brusca’ y que se impone y desbanca a los que venían empleándose. El Diccionario académico, que ya incluía desde 1970 el adjetivo disruptivo, ya ha incorporado el sustantivo disrupción, procedente del latín (disruptio, -onis), pero que ha llegado a nuestra lengua a través del inglés (disruption).
Sextuplete. El sustantivo sextuplete, mejor que las formas sextete o sexteto, es el recomendable para referirse a la ‘consecución de seis títulos sucesivos’. Ante la posibilidad de que el Barcelona conquistase en un mismo año los seis títulos de mayor prestigio —entre nacionales e internacionales—, los medios de comunicación recogieron frases con las tres voces señaladas: «¿Ganará el Barça el sextuplete?», «Pedro mantiene vivo el sueño azulgrana del sextete» o «Messi tiene el sexteto entre ceja y ceja», las tres apropiadas. Por analogía con doblete, recogido en el Diccionario académico, y con triplete, incorporado al diccionario Clave, lo aconsejable es formar la voz sextuplete, creándose por tanto los tres sustantivos a partir de los multiplicativos doble, triple y séxtuple.
Iniquidad. La palabra iniquidad alude a un acto perverso y no es lo mismo que inequidad, que equivale a desigualdad. En los medios de comunicación se confunden ocasionalmente estos dos vocablos. Según el Diccionario académico, iniquidad significa ‘maldad, injusticia grande’, que podría ser un crimen, una violación de los derechos humanos o cualquier otro hecho vil, como en «La destrucción del bosque para construir un centro turístico fue una iniquidad»; en cambio, inequidad es la ‘desigualdad o la falta de equidad’, como en «Ese trabajo contribuirá a eliminar la inequidad entre hombres y mujeres».
Me gusta. La expresión me gusta, común al hablar de redes sociales y en particular de Facebook, se escribe con el me en minúscula y su plural es invariable: muchos me gusta, no muchos me gustas. Me gusta se utiliza con valor de nombre común o, más exactamente, de locución nominal, tanto para aludir al apoyo o adhesión a lo que otra persona ha expresado o publicado como para referirse específicamente al botón de algunas redes sociales, como Facebook, con el que se concreta esta acción. En cualquier caso, se recomienda escribir me gusta en dos palabras, tal como indica la Ortografía de la lengua española para expresiones similares como un no sé qué o el qué dirán.
«Populismo», palabra del año 2016.
Populismo fue la palabra del año 2016 para la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y BBVA.
Por cuarto año consecutivo, la Fundéu BBVA dio a conocer su palabra del año, elegida entre aquellos términos que marcaron la actualidad informativa de 2016 y que tenían, además, interés desde el punto de vista lingüístico.
Tras elegir escrache en 2013, selfi en 2014 y refugiado en 2015, el equipo de la Fundación optó en esta ocasión por populismo. Las palabras populismo y populista, que originalmente eran términos neutros que se empleaban para referirse al pueblo o lo popular, se han ido cargando con diversas connotaciones, y la mayoría de los diccionarios alertan ya de que suelen usarse, sobre todo en el ámbito de la política, con intención despectiva.
Las otras 11 palabras finalistas en 2016.
Sorpaso. La adaptación recomendada al español de un italianismo, sorpasso. Una palabra que parece haber llegado para quedarse, sobre todo, aunque no solo, en el lenguaje de la política. Si en vez de la adaptación se prefieren alternativas en español, pueden usarse sobrepaso, superación…
Bizarro. Palabra de larga tradición en español y que ha experimentado en los últimos tiempos un proceso de ampliación de significado. El Diccionario académico la define como ‘valiente’ y ‘generoso’, pero cada vez más hablantes la usan para aludir a algo ‘raro, extravagante o insólito’, y así lo recogen otros diccionarios.
Youtubero. Youtuber es un anglicismo omnipresente que alude a quienes publican vídeos en YouTube. Ha de escribirse en cursiva, por ser un extranjerismo crudo, o adaptarse a la ortografía española como youtubero, en este caso ya en redonda.
LGTBfobia. Una palabra, por desgracia, oída con frecuencia este año y cuya formación es curiosa desde el punto de vista lingüístico, ya que se crea a partir de una base léxica que es una sigla y el elemento compositivo -fobia. Se escribe junto, sin guion y con las siglas en mayúscula.
Posverdad. Esta voz, escrita en una sola palabra, sin guion y sin t, es la traducción del término inglés post-truth, elegida palabra del año por el diccionario Oxford y que se refiere a la situación en la que los hechos objetivos influyen menos a la hora de modelar la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal.
Abstenciocracia. Otro término del ámbito político, en este caso un neologismo con el que se pone de manifiesto el poder y la importancia que en algunas democracias está tomando la abstención.
Cuñadismo. Palabra de moda en el español europeo y que ha pasado de tener un uso declinante para designar al nepotismo en favor de un cuñado a revivir con otro significado: la actitud de quien aparenta saber de todo y habla de cualquier cosa tratando de imponer sus opiniones.
Ningufoneo. La palabra inglesa phubbing describe la actitud, bastante frecuente, de ignorar a las personas que tenemos delante mientras concentramos toda nuestra atención en nuestro dispositivo móvil. Ningufoneo y ningufonear son las propuestas alternativas en español.
Vendehúmos. Un vendehúmos o vendehúmo es, en el uso actual, aquel que hace propuestas sin fundamento, utópicas, ilusorias… Una palabra presente en el español desde hace siglos y que muchas veces, quizá porque la presencia de la hache nos despista, se ve escrita sin la tilde que debe llevar en la u.
Papilomavirus. Un término oído en el ámbito de la sanidad como forma abreviada de referirse al virus del papiloma humano. Se escribe en minúscula, como todos los nombres de enfermedades, y en una sola palabra (no papiloma virus).
Videoarbitraje. El arbitraje de los partidos de fútbol con recursos de vídeo al alcance de los colegiados fue uno de los temas de debate en el mundo deportivo en el último tramo del año. La recomendación de la Fundéu es escribir esta voz en una sola palabra, como otros términos introducidos por el elemento compositivo vídeo: videomarcardor, videograbadora…
«Aporofobia», palabra del año 2017.
Fue acuñada por Adela Cortina, filósofa y catedrática.
La voz aporofobia fue acuñada por Adela Cortina en varios artículos de prensa en los que llama la atención sobre el hecho de que se suele llamar xenofobia o racismo al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres.
Adela Cortina es filósofa y catedrática de ética y Premio Nacional de Ensayo en 2014, además de ser la primera mujer que ingresó en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Explica que ella empezó a reflexionar que efectivamente hay xenofobia ―desprecio y rechazo al extranjero―, hay también cristianofobia e islamofobia, homofobia… pero que había un tipo de rechazo que es transversal y es el rechazo a los que son pobres, a los que parece que no pueden darnos nada muy interesante a cambio.
Porque según ella las personas atendemos bien a aquellos que nos pueden aportar beneficios, sean de la raza que sean o del sexo que sean, y sin embargo a los que no pueden aportarnos beneficios los maltratamos. Esta filósofa ha intentado ver si hay algún tipo de base biológica para esta tendencia a rechazar a los pobres, y ha llegado a la conclusión de que sí. Opina que igual que hay una tendencia a la xenofobia ―y se dice que nuestro cerebro es xenófobo― también podemos decir que nuestro cerebro es aporófobo, porque por una parte tenemos un interés en asegurar nuestra supervivencia y por otro lado tenemos un interés en rechazar todo aquello que nos molesta.
El libro ‘Aporofobia, el rechazo al pobre: Un desafío para la democracia‘ es un ensayo sobre uno de los conflictos morales que debería quitarnos el sueño y avergonzarnos. Así lo siente la filósofa que acuñó la palabra aporofobia a mitad de los 90, con la intención de combatir esta patología social. Según ella es un concepto muy adecuado para designar una realidad social que está ahí. Esa realidad es el rechazo al pobre, no al extranjero. No nos confundamos. Lo explica muy bien en su libro: al extranjero que viene cargado de dinero, de oro y de riquezas para consumir, lo recibimos con los brazos abiertos. Y además luego, en todos los medios de comunicación, estamos todos muy contentos de que hayan venido muchos turistas extranjeros y que se hayan dejado acá mucho dinero. El turismo es la principal riqueza de nuestro país, con lo cual no existe en ese caso xenofobia a la hora de recibir al turista.
Cuando empieza la xenofobia es cuando viene el extranjero pobre, por eso a Adela le parecía que había que encontrar una palabra para designar este rechazo al pobre.
La aporofobia es el rechazo al pobre, sea extranjero o sea de nuestro país.
“A todos nos gusta presumir de que tenemos un tío o un primo que es catedrático de no sé qué o que es un empresario, pero no nos gusta mucho decir que tenemos un pariente pobre y más bien tratamos de ocultarlo, con lo cual nos molesta el pobre que viene de fuera y el que está dentro aún nos molesta más”.
‘Aporofobia’ ya está incluida en el diccionario de la RAE.
La inclusión de la palabra aporofobia es una de las 3.345 modificaciones al diccionario digital que la Real Academia Española (RAE) dio a conocer en diciembre de ese año. Además de ‘aporofobia‘ se incluyeron nuevas acepciones como ‘buenismo‘, ‘postureo‘ y ‘posverdad‘, entre otras.
La pobreza en España.
En nuestro país hay 13 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, casi el 28% de la población. Son datos de un estudio europeo.
De hecho Adela cortina, creadora de este neologismo, ya advirtió hace unos cuantos años que esta era una tendencia universal, y el tiempo ha acabado dándole la razón. Porque este fenómeno, que los pobres generen tanta irritación que puede llegar incluso al odio, no deja de ser una manifestación de la mala conciencia que provoca la desigualdad, la desigualdad extrema.
Es verdad que los grandes indicadores económicos, los grandes números, apuntan hacia arriba. Crece el PIB, crecen las exportaciones y el turismo, crece el empleo… pero ¿cómo se reparte todo eso? Pues de manera cada vez más desigual, la brecha es enorme. Y tantos pobres sinceramente acaban molestando, por no hablar del empleo. Se ha hablado ya tanto de la precariedad, de la pérdida de derechos, de la explotación pura y dura, del paro juvenil…
Hace 40 años triunfaba una serie de televisión llamada Hombre rico, hombre pobre. Empieza a ser hora de que alguien piense en una secuela pero ambientada directamente en España.
El hecho de que la palabra aporofobia esté ya en el diccionario de la RAE y que haya sido la palabra del año para la Fundéu, sirve para visibilizar una realidad terrible e insidiosa que sufren las personas sin hogar especialmente. Ellas son la máxima expresión de pobreza que tenemos en nuestras ciudades.
Una cuestión de intolerancia.
¿Por qué alguien puede llegar a sentir tanto odio y le puede molestar tanto una persona pobre como para llegar a agredirla? La respuesta es la intolerancia.
La aporofobia es útil porque nos sirve para explicar, por ejemplo, por qué rechazamos a las personas refugiadas pero no rechazamos a las personas migrantes que vienen a ser inversores en nuestro país, o a los turistas. O por qué nos molesta una persona negra que está vendiendo en el rastro pero en cambio no nos molesta un jugador de fútbol o de baloncesto.
Podemos decir que especialmente lo que nos molesta en estos casos es la pobreza, y lo que hay es una intolerancia hacia la pobreza, hacia los que no tienen nada.
¿Cuándo se ha disparado esta intolerancia hasta los niveles en que estamos hoy? Adela Cortina ya lo conceptualizó en el 95, pero sin duda esto viene de mucho atrás. Los datos que se tienen una vez que se ha empezado a investigar ―porque también es aporofobia los pocos estudios y el poco interés que despierta la pobreza y las personas pobres― son datos de un estudio hecho hace dos años por el observatorio Hatento (Observatorio de Delitos de Odio contra Personas Sin Hogar).
Este estudio refleja que el 47% de las personas sin hogar ha sufrido al menos un delito de odio. Y la mayoría ha sufrido más de uno. Estamos hablando de la mitad de las personas que no tienen hogar, que son 31.000 personas en España.
El perfil de los agresores.
Más o menos en una de cada tres ocasiones ―el 33% aproximadamente― las personas sin hogar identifican a sus agresores, de manera literal, como “chicos jóvenes que están de fiesta”. Forma parte del plan de la noche: orinar encima de una persona sin hogar, asustarla, amenazarla con que se la va a violar, violarla, agredirla sexualmente, tocarle el pecho, tocarle el culo… actuando con la valentía del grupo. Y sobre todo también con la impunidad de quien ha desprendido a esa persona de cualquier rastro de dignidad que todo ser humano merece.
Los datos del Ministerio del Interior nos dicen que el número de casos denunciados es muy bajo, ridículo, por debajo de 20. Pero lo que sabemos es que cuando se entrevista a estas personas y se les pregunta el por qué no denuncian la mayoría responden que porque no va a servir de nada.
Tenemos que tener en cuenta que estas personas han sido agredidas por estar en la calle. Pueden ir a una comisaría, pero después de la comisarían tienen que volver a ese espacio que, por permanecer en él, es por lo que han sufrido la agresión. La mejor forma de prevenir los delitos de odio es que todo el mundo tenga un hogar.
El perfil del pobre.
¿Cómo se llega ahí? Quizás algunos heredan la pobreza, otros tienen un gran fracaso en su vida y no encuentran un camino que seguir. Los itinerarios son muy distintos. Es importante saber que el 80% de las personas que están sin hogar son hombres y el 20% son mujeres. Los caminos para llegar a la exclusión social de las mujeres son distintos que los de los hombres. Por otro lado muchas veces lo que sucede es que concurren tres o cuatro sucesos estresantes a los que las personas no son capaces de dar respuesta y tampoco su entorno.
En el caso de las mujeres especialmente se tiene muy identificado que todas ellas detrás de sus vidas tienen una experiencia violenta, bien sea de familias violentas o de violencia de género en su pareja.
¿Odio o miedo?
Estamos empleando la palabra ‘fobia‘ como odio, pero ‘fobia‘ literalmente es miedo. ¿Vemos en el pobre el ejemplo de lo que nosotros podríamos ser si se torcieran un poco las circunstancias? ¿Por qué no entramos en un cajero a sacar dinero cuando hay dentro durmiendo una persona? Es algo que a todos nos ha ocurrido. Efectivamente ahí hay miedo, miedo a esa persona pobre. ¿Por qué evitamos pasar por los lugares dónde están durmiendo personas sin hogar?
Es miedo a las personas pobres, cuando en realidad tenemos que saber que las personas que están en esa situación están pasando ellos miedo porque temen ser agredidos.
Nuestros pobres.
¿El rechazo es sólo al otro pobre o también lo es a nuestros pobres? Entre un grupo de amigos ¿el amigo pobre es menos amigo? Al familiar pobre ¿lo ignoramos más? Adela Cortina dice exactamente eso en su libro, que también rechazamos al primo que es más pobre en algunos comportamientos.
Lo que sí es cierto es que muchas veces hablamos de muros, de una acción de derechos humanos… y lo que está claro es que en nuestras ciudades hemos construido muros aporofóbicos muy altos que generan esos comportamientos aporofóbicos y que hayamos creado una distancia brutal entre las personas sin hogar y nosotros. Es una realidad que molesta y, muchas veces, para sentirnos nosotros mejor, culpabilizamos a la persona sin hogar: “si está ahí es porque algo habrá hecho”. Cuando en realidad cualquier persona podemos llegar a esa situación tan extrema.
¿Todos somos aporófobos?
Adela Cortina dice en su libro que nuestro cerebro es aporófobo. “Habría que preguntarse por qué tenemos esta tendencia a rechazar al pobre incluso el de la propia familia. Y creo que hay respuestas desde el punto de las neurociencias que hoy están sobre el tapete y todo el mundo está trabajando sobre estos asuntos. Nuestros cerebros son un tanto aporófobos precisamente porque siempre intentamos, y eso es una tendencia nuestra, tratar bien y dar a aquel que nos puede devolver algo a cambio.
Yo creo que esa es la clave del asunto, que nosotros somos gentes necesitadas. Necesitamos que los demás nos hagan favores y que nos den algo, siempre está la expresión del hoy por ti, mañana por mí o yo te doy ahora y después tú me das, y hay un intercambio de favores. Es algo que tenemos plasmado en el cerebro desde hace millones de años, y tenemos esa tendencia entonces a dar a aquel que nos puede devolver algo a cambio. Es algo sobre lo que tenemos que reflexionar, porque es una tendencia que es una patología y que hay que superar.”
Toda persona tiene algo que ofrecer.
Adela Cortina dice en el libro que, contrariamente a lo que pensamos, los pobres sí que tienen algo que ofrecer, que toda persona tiene algo que ofrecer.
“Toda persona tiene muchísimo que ofrecer a cambio. En primer lugar toda persona tiene dignidad y no un simple precio, y eso lo hemos aceptado en nuestras sociedades modernas y democráticas y pluralistas. Ya solamente por el hecho de la dignidad de la persona no se puede practicar la aporofobia como lo estamos haciendo. Pero toda persona además tiene cosas que devolver, toda persona tiene algo que darnos. Lo que pasa es que hay que tener la capacidad y la sensibilidad suficiente como para ser capaz de descubrirlo. De hecho las gentes que están trabajando en el mundo de la discapacidad, etc. se dan cuenta de que efectivamente todos tienen mucho que darnos y que devolvernos a cambio. No hay que hacerlo por eso, pero efectivamente todos nos pueden devolver mucho a cambio.”
¿Dónde queda la compasión y la hospitalidad?
Adela Cortina dedica un capítulo en su libro a la hospitalidad y recurre a Kant. ¿Qué decía Kant sobre el deber de la hospitalidad, o el derecho de la hospitalidad?
“Kant hablaba del derecho de hospitalidad y lo ponía como clave en una sociedad cosmopolita. Y me parece que hoy en día esto es de primera magnitud, y lo hemos visto en las últimas elecciones en Francia que, afortunadamente, han ido en la línea del cosmopolitismo”.
No obstante un tercio de los franceses ha votado a Marine Le Pen y ha votado ideas xenófobas. Ha votado un discurso que tiene mucho que ver con la aporofobia. “Efectivamente, lo que han hecho es precisamente un discurso aporófobo porque intentaban cerrar su Francia, su lugar pequeñito, y además cerrarlo frente a los pobres que vienen de fuera que son inmigrantes, que son refugiados, que nos pueden molestar.
En la Unión Europea tenemos que tomarnos en serio el tema de la hospitalidad. Si Kant ya en el siglo XVIII decía que era una clave la hospitalidad, hoy en día muchísimo más. Tenemos que ver como lo hacemos, por cupos, por repartos… pero tenemos que acoger a todas las gentes que vienen que nos necesitan, y por supuesto resolver el tema a poder ser en Siria, Libia…”.
¿Nos importan los otros?
“¿Los otros nos importan?, ese es el tema. La verdad es que nos deberían importar”. Si el resto de personas no nos importan no hay nada que hacer. Adela Cortina habla en su libro incluso de reeducación. “Por una parte el tema de la educación es fundamental. Si el niño lo que ve en su casa o lo que ve en la escuela desde pequeñito, lo que le aconsejan los padres o los profesores, es que se junte con los niños mejor situados…
Recuerdo que decía un compañero mío que tenía un profesor que le decía cuando era pequeño: cuando te juntes con amiguitos júntate con los que están bien situados. Porque después, por ejemplo, si eres médico irán a tu consulta. Si empezamos con una mentalidad así, empieza el yo te doy y tú me das. Por eso la educación es la clave. Pero como yo intentaba decir en el libro, hay corrientes hoy en día que dicen que tras tantos siglos de educación no hemos conseguido que realmente nos importen los otros, aunque hay a quien sí le importan. Hay gente que ya propone, a la desesperada, la biomejora moral: a ver si lo podemos hacer con fármacos, a ver si conseguimos que la gente dándole oxitocina cambie.”
La biomejora moral.
Leyendo el libro crea mucha inquietud ese momento de la biomejora moral: mejorar la moral de la humanidad por medios biomédicos. Tomarse una pastilla para ser alguien más hospitalario, más compasivo.
“Pues hay gente que lo está proponiendo, y por eso lo trato en el libro. Lo están proponiendo en serio y lo que dicen es que hay que ir poco a poco. Hay que hacer antes una investigación, no sea que las consecuencias sean peores. Porque casi todos hemos visto la fantástica película ‘La naranja mecánica‘ y en cuanto se empiezan a hacer ese tipo de cambios lo que puede resultar es desastroso. Pero sí que lo que proponen es que se haga investigación en serio, convencidos de que la manera de cambiar mejor a la humanidad será precisamente con fármacos y con intervenciones cerebrales.”
¿Cómo se le ocurrió a Adela Cortina la palabra aporofobia?
La palabra aporofobia nos puede sonar rara, Adela Cortina la formó recurriendo a un diccionario de griego de cuando era más joven: de “aporos” ―que es en griego quién no tiene salida, aquella persona con la que no se puede hacer nada―, de hecho aporía es una palabra muy querida por los filósofos ―aporía es un problema, una especie de callejón sin salida―. Aporofobia sería el miedo a aquella persona que no nos puede ofrecer nada, con la que no se puede hacer nada y que es intratable.
“Como se cuenta en el libro el término aporofobia es una pequeña invención mía, que no sé si es muy genial, pero lo que pretendía con ella es poner nombre a una realidad social. Yo creo que hay que poner nombre a las realidades sociales, porque si no en realidad funcionan sin que nos demos cuenta de que están ahí. Uno puede señalar una piedra o puede señalar una mesa, pero ¿cómo se señala una realidad social como el rechazo al pobre? Efectivamente cogí mi diccionario de griego de hace muchos años, de cuando estudiaba bachillerato, y busqué cómo podía decirse pobre, el que no tiene nada que devolver a cambio, el que no tiene salida ni recursos, y me apareció la palabra aporos. Por analogía con xenofobia, etc. construí la palabra aporofobia.”
¿La pobreza es evitable?
“Afortunadamente sí. Y además por otra parte indignantemente sí, porque parece mentira que haya tal cantidad de gente en la humanidad que esté muriendo de hambre cuando la pobreza es evitable. Efectivamente hace un par de siglos la humanidad era pobre en general y había unos cuantos bien situados, pero no había medios suficientes para que nadie pasara hambre. Pero es que ahora sí los hay y eso es lo indignante. La pobreza es evitable. Hay recursos suficientes en la Tierra como para que nadie pase hambre, y sin embargo hay una gran parte de la humanidad que está bajo el índice de pobreza extrema y otra parte no bajo un índice de pobreza extrema pero sí muy extrema.
Me parece que una de las maneras de combatir la aporofobia y de demostrar que nos queremos y la historia de los derechos humanos, es que tomemos como medida del siglo XXI ―pero inaplazable― erradicar la pobreza y reducir las desigualdades. No tenemos más remedio si tenemos un poco de sentido de la dignidad personal.”
¿Qué diferencia hay entre la aporofobia y el clasismo?
¿No es la aporofobia una forma de clasismo? ¿Un caso concreto de clasismo en el que casi todas las clases sociales en realidad rechazan a la más baja de todas?
“Efectivamente. Lo que pasa es que hoy en día, como sabemos que no se puede hablar de sociedades de clases sino de sociedades en estratos, todo eso acaba difuminándose un poco cuando entramos en ese esquema. Por eso me parece mejor hablar de la aporofobia, del rechazo al pobre, porque lo que indica es una situación no sólo de estratificación social ―que eso ya es interesante― sino que lo que rechaza es algo que a mí me parece inadmisible, y es esa relación de asimetría que se suele establecer en la humanidad de los que se creen superiores frente a aquellos a los que consideran inferiores. A mí es que eso me parece tan estúpido que hay que acabar con ello.”
El antídoto de la aporofobia: justicia y compasión.
¿De qué manera se acaba con la aporofobia? ¿Cuál es el antídoto? Es muy interesante como el libro recopila ejemplos de delitos relacionados con la aporofobia, muchos de los cuales han ocurrido en estos tiempos de crisis. Pero durante la crisis también hemos comprobado una gran capacidad solidaria, altruismo en mayúsculas. ¿Es ese el antídoto de la aporofobia?
“Yo creo que el antídoto de la aporofobia es por una parte una virtud que a mí me parece extraordinaria como la justicia. Es un tema de justicia. Es totalmente injusto que habiendo posibilidades de que las gentes sean tratadas con dignidad pues no lo sean. Es algo que por justicia tenemos que practicar totalmente en nuestra sociedad. En la Unión Europea tenemos una propuesta muy interesante que es la de la Europa social y la del estado del bienestar, y de cómo hacer posible el estado del bienestar porque es una cuestión de justicia.
Que la gente vea sus derechos protegidos ―económicos, sociales, culturales― es una cuestión de justicia. La manera de acabar con la aporofobia es decir todos pueden tener un trabajo, todos pueden tener una vivienda, todos pueden… A ver como acabamos si no con el sinhogarismo ―el no tener hogar―, que todos puedan tener una vivienda. Yo creo que es una cuestión de justicia y además de justicia básica y mínima, nada extraordinario.
La justicia me parece fundamental, y también la solidaridad. Pero también me gusta mucho algo que, a veces no suena tan bien pero creo que es importante: la compasión. La compasión bien entendida. La compasión no es que haya unas gentes bien situadas que miren a esos pobretes con condescendencia y les regalen algo los fines de semana o les paguen unas vacaciones. No, no, eso no me interesa en absoluto. A mí me interesa la compasión como una capacidad de padecer con otros tanto la tristeza como la alegría.
Creo que es muy difícil compadecer en la alegría, normalmente a la gente le fastidia muchísimo que a los demás les salgan las cosa bien. El alegrarse de verdad porque a otro le sale una cosa bien creo que es admirable. A la gente le da mucha rabia. Compadecer en la alegría me parece importante y compadecer en el sufrimiento me parece fundamental, siempre que compadecer quiera decir comprometerse a ayudar a salir de ese sufrimiento. Si no, no tiene sentido.”
Educar sobre la conciencia moral.
Sobre la conciencia moral ya se preguntaban Sócrates, Platón, Aristóteles… Adela Cortina dice que nuestro tiempo es el de las reputaciones, no el de las conciencias.
“Es un tema importante porque hoy en día la conciencia está muy difuminada, por aquello de que vivimos siempre en la exterioridad, y por eso nos importa la reputación. Estamos pendientes de los likes, de que digan siempre después me gusta o no me gusta. En cuanto se escribe un artículo ¿cuántos se han interesado? Siempre estamos viviendo de cara a la exterioridad. Y entonces nos interesa la reputación porque es fundamental para tener una cierta autoestima. Es muy malo perder la reputación.
Pero entonces claro, vivimos tan de cara a la exterioridad que aquello que efectivamente ya nombraba Sócrates, la conciencia, se queda como muy marginada. Y la conciencia es fundamental para percatarse de que estamos dejando de lado a los peor situados, para percatarse de que la justicia es necesaria. Sin conciencia no vamos a ningún lado.”
Las otras 11 palabras finalistas en 2017.
Aprendibilidad. La voz inglesa learnability puede ser traducida en español por el neologismo aprendibilidad. En las noticias es cada vez más frecuente encontrarse con este anglicismo en frases como «‘Learnability’, la palabra del futuro» o «La capacidad de seguir aprendiendo, la learnability, será lo que permita a los jóvenes de hoy tener una carrera profesional».
Bitcóin. La forma bitcóin, plural bitcoines, es la adaptación al español de bitcoin, plural bitcoins, nombre de esta conocida moneda electrónica. Con motivo del debut de esta criptomoneda en el mercado de futuros de Chicago, en los medios de comunicación pueden verse frases como «Los grandes inversores ya pueden apostar al alza o a la baja con el precio del bitcoin», «La locura del bitcoin: la divisa virtual alcanza los 16 000 dólares» o «¿Son de fiar los bitcoins?».
Destripe. La palabra española destripe es una alternativa válida al anglicismo spoiler, que se usa a menudo en las informaciones sobre cine y series de televisión para referirse a la revelación de una parte de la trama cuyo conocimiento puede arruinar el interés por el resto de la narración. En los medios de comunicación y en las redes sociales el término inglés se emplea muy a menudo en frases como «Así puedes evitar los spoilers de Juego de Tronos y otras series en Internet», «Los spoilers ya no son fruto de un comentario desafortunado», «No puedo decir más sobre el argumento de esta serie sin hacer spoiler» o «Advertencia: spoiler».
Machoexplicación. El neologismo machoexplicación es una alternativa válida al anglicismo mansplaining. En los medios de comunicación se ven escritas frases como «Ante este intento de mansplaining, la periodista no dudó en responder al hombre», «El concepto de ‘mansplaining’ me parece muy práctico» o «En ciencia y tecnología, el mansplaining es aún peor porque se asocia a áreas del conocimiento típicas masculinas». Según el diccionario de Oxford, la palabra mansplain es un término informal que significa (dicho de un hombre) ‘explicar (algo) a alguien, normalmente una mujer, de forma condescendiente’.
Noticias falsas. Las expresiones noticias falsas y noticias falseadas son alternativas a fake news. En los medios de comunicación es habitual encontrar frases como «Paul Horner, pionero de las ‘fake news’, fallece en circunstancias no aclaradas», «A base de tuits, Trump ha impuesto las fake news» o «El rey de las fake news muere a los 38 años». El adjetivo inglés fake puede traducirse en español, según el contexto, como falso o falseado. De estas dos alternativas, el término falso es el más amplio, pues una información o noticia falsa puede serlo por faltar a la verdad de forma involuntaria o premeditadamente. El adjetivo falseado, en cambio, sugiere un matiz de adulteración o corrupción premeditadas.
Odiador. La alternativa odiador es preferible al anglicismo hater para referirse a una persona que muestra continuamente su odio o rencor hacia alguien. Empieza a ser habitual encontrar en los medios de comunicación ejemplos como los siguientes: «Así se enfrentan las empresas contra los haters en internet», «Si haces esto en las redes sociales, eres un hater» o «Arrasa atacando a sus haters en su nuevo videoclip». El término hater, que procede del verbo inglés to hate —‘odiar’—, hace referencia a la ‘persona que odia algo o a alguien y dice o escribe cosas desagradables sobre alguien o critica sus logros, especialmente en Internet y en redes sociales’.
Soñadores. El sustantivo soñador es una alternativa al anglicismo dreamer, utilizado en los Estados Unidos para aludir a los ciudadanos indocumentados que llegaron a ese país siendo menores de edad. En las noticias es frecuente encontrar frases como «Trump se inclina por abrir la puerta a la deportación de los ‘dreamers’», «El presidente dice que tiene un gran corazón y pide a los dreamers que no se preocupen» o «Trump terminará con la protección a los dreamers».
Superbacteria. Los sustantivos superbacteria y supermicrobio se escriben en una sola palabra, sin espacio ni guion, y sin acento en el prefijo super-. En los medios de comunicación es frecuente encontrar voces como superbacterias y supermicrobios escritas impropiamente, como en «Entramos en los criaderos de cerdos y peces donde, por atiborrarlos de antibióticos, nacen los súpermicrobios que amenazan al mundo», «La resistencia a los antibióticos es una amenaza cada vez mayor que puede permitir la aparición de super microbios» o «Una nueva arma para luchar contra las súperbacterias».
Trans. La forma trans es un acortamiento válido de los adjetivos transexual y transgénero. En los medios es frecuente encontrar esta voz en frases como «Ella es la primera actriz trans que protagonizará una película», «Una familia nos contó cómo es criar una hija trans en un país que niega su existencia» o «Jazz Jennings lanza la primera muñeca trans del mercado». Aunque en algunos contextos se emplean indistintamente las palabras transgénero y transexual para referirse a las personas cuya identidad de género no se corresponde con el sexo que se les asignó al nacer, en otros la segunda se aplica solo a quienes, además, han iniciado un proceso de reasignación mediante tratamientos como la hormonación o la cirugía. Trans es un acortamiento adecuado desde el punto de vista lingüístico (como foto, tele, hetero o progre) que engloba los dos términos anteriores y es, en general, la forma preferida por las personas de este colectivo.
Turismofobia. El sustantivo turismofobia es una voz bien formada en español que puede usarse sin necesidad de emplear comillas ni cursiva. Es una voz que en los medios está tomando fuerza en el contexto de los actos vandálicos y protestas contra la saturación de turistas en los cascos históricos de algunas ciudades españolas.
Uberización. El sustantivo uberización y el verbo uberizar están bien formados a partir del nombre de la empresa Uber Technologies Inc., que ofrece a sus clientes transporte privado mediante una red de contactos directos entre particulares. En los medios de comunicación cada vez es más frecuente encontrar frases como «La “uberización” de la economía», «La empresa confirma que la “uberización” ha llegado para quedarse» o «Los bancos analizan cómo “uberizar” su negocio». A partir del nombre propio de la empresa Uber, se han creado las voces uberizar, con el sufijo -izar, y, a partir de este verbo, uberización, a su vez con el sufijo -ción.
Fuente: «Hoy por hoy» de Cadena Ser (8/05/2017) / «La Ventana» de Cadena Ser (29/12/2017) / Fundéu BBVA / Imagen de la campaña Unicef Anano