De entrada la ira es un sentimiento que aparece con mucha intensidad, acostumbra a manifestarse de forma muy espectacular.
¿Cómo controlarla para que no se convierta en agresividad?
¿Qué es la ira?
La ira es una respuesta que tenemos las personas, y que normalmente se desencadena cuando nos sentimos amenazados.
Ante una situación que valoramos como peligrosa se desata la ira.
¿Por qué la ira? | Porque hay una activación en la que se dispara la adrenalina, el corazón late rápido… Es una respuesta muy similar a la respuesta de ansiedad y miedo.
La ira, normalmente, si la amenaza fuese real, nos serviría para estar preparados. Nos serviría para estar bravos y poder combatir contra esa amenaza.
Lo que ocurre es que la mayoría de las veces desatamos la ira con amenazas que no necesitan ese tipo de respuesta para que tenga un desenlace positivo.
Podríamos decir que la ira es algo que llevamos de serie pero que la utilizamos mal
La llevamos de serie porque puede ser que en algún momento de nuestra vida nos sirva. Imagina que en algún momento realmente te sientes atacado, pero atacado de tal forma que pones en peligro tu vida.
Incluso tu reacción en un accidente de tráfico necesita de la ira y de la rabia, pero la mayoría de las veces no necesitas la respuesta de la ira.
Pero es más, cada vez que tú te comportas de forma irascible sufres, porque lo pasas mal, te sientes descontrolado… Pero sufren muchísimo las personas que reciben la ira por tu parte.
¿Podemos elegir nuestras emociones?
Podemos elegir las emociones. Las emociones tienen un sentido evolutivo y nos sirven para algo. Siempre son un termómetro.
Lo que ocurre es que a veces no sabemos elegir la emoción correcta para resolver la situación.
Pensamos que la emoción es algo que surge en el cuerpo, la sentimos a nivel físico. Le damos tanto valor que pensamos que tiene que ser así.
Veamos un ejemplo relacionado con el tráfico y la circulación | Es algo que genera la ira en muchas personas: la gente llega a insultarse, a sacar el dedo, a dar golpes…
Imagina que vas conduciendo, y que vas conduciendo a la velocidad que tienes que conducir. Vas conduciendo por tu carril y alguien te adelanta por la derecha (que está mal).
La mayoría de las personas responden con ira, porque interpretan esa situación como una amenaza: esta persona me está retando, lo está haciendo mal… Y la manera de defenderse es a través de un exabrupto.
Pero ¿y si te imaginas que la persona que va conduciendo va desnuda en el coche con un gorro de Papá Noel y lleva sentado al lado a alguien también estrafalario cantando? ¿A que en ese caso te ríes?
El hecho de cambiar la situación y elegir cómo quiero verla e interpretarla hace que me ría. Seguramente no le lanzaré el exabrupto a esa persona que está conduciendo. ¡Me dará la risa! y le diré: «¡Anda, camina!»
Porque de todas formas no podemos cambiar el comportamiento poco cívico o incluso temerario de la persona que nos está adelantando.
En ese momento no necesitamos la respuesta de ira:
- No necesitamos insultar,
- ni levantar la mano
- ni hacer un corte de manga.
¿Por qué? Pues porque a nosotros solo nos va a generar un nivel de ansiedad y malestar y la otra persona ni siquiera se va a enterar porque sigue circulando.
Y, hasta que te calmes, va a pasar un tiempo en el que puede ser que tú cometas una imprudencia conduciendo.
¿Por qué, ante un mismo hecho, unas personas reaccionan con ira y otras no?
Es algo que depende, más que de la personalidad de cada uno, de la valoración que hacemos del entorno.
Decíamos antes que uno puede llegar a imaginarse esa situación cómica y le da la risa.
Lo que cambia la persona que no responde con ira es su forma de interpretar el entorno | En lugar de darle un tinte amenazador en el que suelta todo lo que lleva dentro, elige valorarlo de una forma o benevolente o no malinterpretar y pensar que la persona eso lo hace por fastidiar a los demás y porque es un mal conductor y porque no es una persona cívica.
En vez de eso hace una valoración, que no sabemos si es cierta o no, pero que de alguna manera le permite elegir la manera en cómo quiere reaccionar.
Si no quieres tener ira lo que tienes que cambiar es el pensamiento | Tienes que elegir cómo interpretar
- cuando un amigo no te llama a la hora que dice que te ha llamado,
- cuando no te sientes comprendido en la pareja,
- cuando tus hijos traen malas notas…
¿A ti quién te ha dicho que la respuesta de enfado tenga que manifestarse siempre gritando, dando órdenes, levantando la mano o con gestos agresivos? ¿Por qué tenemos que mostrar el enfado de manera agresiva?¿Por qué esa relación directa?
Si estoy enfadado se me tiene que notar | Hay personas que son capaces de expresar su enfado de una forma tranquila, con asertividad. Pidiéndole algo a la otra persona, o incluso a los hijos poniéndoles límites.
Tu no ganas seguridad ni credibilidad ni autoridad por muchos gritos que des ni por muy enfurecido que te muestres.
¿El ritmo de vida que llevamos puede hacer que estemos más irascibles?
La ira está relacionada con el enfado, y efectivamente estamos más irascibles cuantos más estresores percibimos en nuestra vida.
Un estresor es aquello que te saca de quicio:
- la posibilidad de perder el empleo o de no encontrarlo,
- el llegar a casa y tener que compaginar las tareas domésticas con el trabajo,
- el que los niños no te obedezcan a la primera…
Hay muchísimos estresores. ¡Cuando vives dentro de una ciudad vas sumando! Cada vez que hay un estresor te va activando y, de repente, algo pequeñito te dispara.
Lo que hay que decirle a la gente es que nosotros no somos globos | Con cada cosa que nos pinchan no tenemos que reventar.
Tenemos que aprender a ir sacando aquellas cosas que nos van afectando y poniéndolas alrededor con un poco de calma.
¿Qué hay que hacer cuando tienes un enfado?
Lo primero que hay que hacer es valorar | ¿Por qué estoy enfadado?
Coge papel y lápiz (que escribir favorece el aprendizaje) y apunta todas las alternativas que se te ocurran para resolver ese enfado y en las que no se encuentre la ira:
- ¿Cómo resuelven otras personas su enfado?
- ¿Qué hacen?
- ¿Cómo lo muestran?
- ¿Qué dicen?
- ¿Cómo actúan?
- ¿Qué decisiones toman?
Vamos a aprender alternativas diferentes | Que a veces no las tenemos en nuestra cabeza simplemente porque no las entrenamos. Pero si nos paramos a observar, e incluso a imitar, ¿otras personas qué hacen en esta situación?
10 Consejos para controlar la ira
Pregúntate si lo que te enfada es una amenaza real | Si decíamos que la ira es la respuesta ante una amenaza para defendernos, y decíamos que la mayoría de las veces la amenaza no nos ataca… Plantéate si eso es verdaderamente una amenaza.
Si no es así, párate y busca otra forma de responder.
Busca otras alternativas de enfado | ¿Cómo se enfadan otras personas? ¿Por qué tengo que responder gritando? ¿Se puede manejar la situación, solucionar el conflicto, pedirle algo a alguien?
¿Puedo pedir un cambio de conducta de una forma tranquila? ¡Seguro que sí! E incluso seguro que tienes más éxito que de la forma irascible en la que el otro se pone a la defensiva porque se siente mal y le da miedo y no sabe cómo reaccionar.
Practica el idioma de las personas serenas | ¿Cómo se hablan a sí mismas las personas serenas o cómo hablan a los demás?
No utilizan términos como: “¡No lo soporto!”, “¡Esto es horrible!” Sino que dicen: “¡Tranquilo, espérate a ver cuando llegues, seguro que hay una solución!”
Se hablan a sí mismos y con los demás de una forma diferente.
Muestra una postura relajada, habla de forma lenta y con un volumen conversacional, y sonríe | La persona que tiene ira enseguida levanta la voz y grita, su cuerpo se tensa y se prepara para el ataque.
En el momento en que tú relajas el cuerpo, la información propioceptiva le dice a tu cerebro que tu postura es una postura tranquila, por lo tanto el nivel de activación también baja.
Es algo que se puede ensayar, y que nos servirá para toda la vida. El hecho de bajar el volumen y cambiar la tonalidad, va a hacer que tu ira cambie, porque tu forma de expresarte y tu comunicación no verbal también están cambiando.
Practica una técnica o de relajación, o yoga, o mindfulness, o pilates | Son efectivos para manejar la ansiedad y la ira.
Decíamos antes que cuanto más estresores en tu vida hay más ira y más ansiedad tienes, ¡a veces ya no sabes ni el motivo de por qué tienes ira!
Practicar de forma regular algo que baje ese nivel de activación te será beneficioso.
Entrena para mejorar tus habilidades sociales | Entrena tus habilidades sociales, sobre todo la empatía. A veces una persona no sabe ser empática, no sabe ponerse en el lugar del otro. No sabe expresar las cosas de una forma diferente porque nadie le ha enseñado.
Prudencia antes que ser un bocazas | Todo lo que molesta no puede ser un motivo para que yo salte.
Valora si realmente vale la pena tener ese momento de enfado o si puedes callarte alguna vez. ¡No todo puedes soltarlo por la boca!
Haz cosas que te hagan sentir bien | ¡Disfruta más y pelea menos!
Cuando tienes una vida llena de estresores y obligaciones, pero no tienes tiempo para correr, para nadar, para disfrutar con la gente. reír con los compañeros… ¡tu vida está en desequilibrio! Es normal que estés más irascible.
Ten una palabra que te frene a mano | “¡PARA!” “¡ESPERA!” “¡CALMA!”
Ten una palabra clave que, cuando tú veas que te vas a desatar, y que llega ese impulso que tu sabes que no puedes controlar, de alguna forma te frene, para que luego puedas recapacitar y utilizar cualquier consejo.
¿Puede haber gente que disfrute con la ira?
¡No, para nada!
La mayoría de las personas no disfrutan con ella, lo que ocurre es que no han aprendido otra manera de comportarse, no saben cómo hacerlo. ¡Tienen que ensayar!
Por eso decíamos en un punto anterior lo del lápiz y papel. Todos los anteriores son consejos que funcionan.
Vamos recogiendo todo el día piedras en la mochila. ¡No las dejes ahí! ¡Sácalas! ¡Haz limpieza! ¡Respira!
En el momento que tú sientes, te comportas, verbalizas, trabajas tu estado interior de forma diferente… ¡Claro que tienes una respuesta diferente!
Si los padres tienen ira ¿lo copian sus hijos?
Hay una alta probabilidad de que los hijos también se expresen con ira.
Básicamente porque los padres somos modelos de conducta, y los niños aprenden lo que les enseñan en el colegio pero también aprenden a través del aprendizaje vicario, a través de lo que ven y lo que observan.
Ven una relación directa:
“Cuando mi padre o mi madre tiene ira, yo obedezco de forma inmediata y tengo miedo”.
Por lo tanto aprenden que esa es una fuente de poder, y cuando quieran someter a un compañero o cuando quieran que alguien haga algo, con dar un grito es suficiente.
¡Es un mal modelo de conducta!
¿En qué consiste la técnica “¡TIEMPO FUERA!”?
El “¡TIEMPO FUERA!” es algo que se utiliza sobre todo cuando una pareja está discutiendo. Porque una vez que empiezas a ponerte nervioso y aparece esa conducta irascible, pasado un nivel ya no la puedes frenar.
Entonces, seguir discutiendo en ese momento va a servir para muy poco, porque vas a empezar a hacer reproches, a decir cosas que no sientes.
Esos típicos comentarios que se hacen entre sí las personas que si lo ves desde fuera dices: “¡Es que no piensa lo que está diciendo!”
Cuando uno de los dos alcanza ese nivel de ira hay que decir, voy a salir de la habitación, me voy a ir veinte minutos y, cuando los dos consigamos calmarnos vuelvo otra vez y retomamos el motivo por el que estábamos hablando.
El “¡TIEMPO FUERA!” significa salir del lugar donde se está teniendo esa conducta irascible, para que podamos bajar otra vez y podamos retomar la conversación si es posible.
A veces hay que esperar un día, o un momento más adecuado.
Llegado a un nivel de ira vamos a decir cosas que nos van a hacer muchísimo daño y que después utilizaremos para echar en cara y se convierten en reproche. Y no vamos a llegar a ninguna conclusión sana.
Imagen de portada: Enojado. Flickr Geronimo De Francesco