El contacto con la naturaleza

Para los niños, la naturaleza es parque de atracciones, excelente medicina y aula de aprendizaje.
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Un elevado y preocupante porcentaje de niños y niñas están poco o muy poco en contacto con la naturaleza. Nos reímos de la ocurrencia del crío pequeño al que se le pide que dibuje un pollo y esboza un pollo asado. O del que a la pregunta ¿de dónde viene la leche? responde “del supermercado”. Pero más que cómica, esta realidad resulta trágica. Evidencia que hoy muchos niños crecen sin salir de un entorno urbano y su contacto con las plantas, los animales y los parajes naturales llega a través de la escuela, libros o vídeos.

Padres y educadores hemos de ser conscientes de que el contacto con la naturaleza mejora la salud, la capacidad de atención, el desarrollo motor y cognitivo, la autonomía, la seguridad, la adquisición de valores…

La naturaleza aporta salud física y emocional y reequilibra la psique porque es un nutriente vitamínico del equilibrio psicológico. Permite disfrutar sin prisas, aumentar la actitud reflexiva, templa el carácter y nos aleja de la contaminación de las ciudades, permitiendo respirar aire puro. También potencia los sentidos y la observación real de la belleza.

La naturaleza potencia la conciencia emocional (al observar un paisaje por ejemplo) y la emoción estética y, aún más importante, restablece el vínculo necesario (y a menudo sesgado) de la relación del humano (y especialmente del niño) con la naturaleza.

Es imprescindible relacionarnos con el entorno en el que vivimos

No hacerlo conlleva el llamado Trastorno por Déficit de Naturaleza citado por Richard Louv (2005 en el libro “El último niño del bosque”), cuyas consecuencias son obesidad, problemas respiratorios, Trastorno por Déficit de Atención e Hipovitaminosis D, además de otros como síntomas de ansiedad, estrés y falta de concentración.

Para las familias:

Las vacaciones pueden ser un buen momento para que los padres brinden a sus hijos experiencias naturales: excursiones a la playa o al campo, enseñarles a pescar, a observar las aves, las hojas o los insectos, a hacer cabañas… Actividades todas ellas que, además, escapan a los rigores de la crisis.

Es divertido transformar las salidas a la naturaleza en una aventura: Haced un trabajo previo con mapas, brújulas, prismáticos, etc. Buscad una ruta pirata por la playa o una aventura prehistórica en el bosque y disfrutad en familia de la emoción que despertaréis en los hijos/as y que vosotros mismos reviviréis.

Hacedlos partícipes en el momento de escoger a dónde ir. Cada vez podría, por ejemplo, escoger un miembro de la familia el destino, ser el responsable. Entrenaréis a vuestros hijos en la autonomía.

Para escuelas:

Los niños son aprendices activos, investigadores. La naturaleza ofrece una experiencia sensorial completa: se puede tocar, oler, ver, oír, probar… Así que es más fácil aprender allí que atado a un pupitre.

Es imprescindible reconectar a los niños y niñas con la naturaleza y, en especial, con el bosque, como tarea preventiva para su salud y para reequilibrar de manera natural (y gratuita) los nutrientes vitamínicos necesarios para su equilibrio psicológico.

Además, salir de la escuela permite conocer a los alumnos en otra dimensión, y que ellos conozcan a su profesor/a en un ambiente más relajado.

Fuente: artículo de Mayte Rius en La Vanguardia e Informe sobre educación de La Granja Escuela de Santa Maria de Palautordera (febrero 2016). 

El temperamento de los superdotados

Un alto porcentaje de superdotados son introvertidos

Lo cual produce algo muy irónico: los profesores que no entienden su psicología pueden considerar a los superdotados lentos y torpes, y esto puede suponer una gran pérdida para la sociedad. Cuando se entiende cómo funciona su cerebro, es fácil entender por qué.

Campos como la ciencia, la informática, la medicina, la ingeniería, la arquitectura, la psicología y la educación superior están dominados por los introvertidos, gracias a su insólita capacidad de concentrarse profundamente en la información compleja. Tal y como dijo Albert Einstein: “Mi don más importante es mi capacidad de pensar en un problema durante mucho tiempo”.

Una de las desventajas de ser introvertido y superdotado es que los niños pueden sentirse bastante aislados, dado que  les cuesta encontrar a personas con las mismas emociones e intelecto que ellos (aún en su propia familia).

Si nadie percibe su talento, pueden llegar a sentirse muy desmotivados. Si carecen de intereses complejos para alimentar su mente, puede que los introvertidos superdotados ignoren su propia capacidad mental. Así es como chicos muy brillantes acaban consumiendo drogas, para combatir el aislamiento y la falta de estímulos. Por tanto, es totalmente necesario comprender sus talentos, exponerlos a experiencias enriquecedoras y ayudarlos a encontrar a otros adultos y gente de su edad para compartir sus pensamientos.

Es vital detectar pronto en un niño que tiene altas capacidades,

para cuanto antes poner la intervención educativa que necesita. Son niños que necesitan retos intelectuales constantes para poder seguir avanzando y no desmotivarse. En el momento en que se desmotivan respecto al aprendizaje escolar comienzan todos los problemas que pueden tener, el menor de los cuales es el fracaso escolar.

Fuente: Libro ‘Cómo ayudar a tu hijo a relacionarse con el mundo’ de Marti Olsen Laney
Imagen portada: Steve, Eva, Reed, Erin y Lauren Jobs © allaboutstevejobs

5 Minutos más…

Un corto de Tom Yaniv sobre el poder de la imaginación infantil.

5 more minuts (2011) es un cortometraje animado que el diseñador gráfico Tom Yaniv creó inspirándose en su hija. Un viaje en columpio en el que el blanco y negro del comienzo da paso a un mundo onírico de luces y colores. El mundo de los niños cuando imaginan y juegan.

La concepción del tiempo y del espacio varía mucho en función de nuestra edad ¿Cómo éramos capaces de estar una hora subidos en un columpio? La respuesta sólo es una: ÉRAMOS NIÑOS.

Y como niños, seguro que pronunciamos alguna vez la frase: “déjame cinco minutos más, porfa, cinco minutos y ya está”. Una frase que respondía a las urgencias de unos padres por sacarnos de aquel parque en el que sucedían cosas maravillosas. Porque no, no estábamos subidos a un columpio, en nuestra imaginación estaban pasando cosas como las que plasma Tom Yaniv en su acertado vídeo.

Cinco minutos extras pedíamos, por favor, ¡porque sólo llevábamos una hora!

No dejes de ver esta PEQUEÑA JOYA. Una dosis de sensibilidad y buen gusto.

Imagen de portada: Swinging (Balanceo) Flickr/ Tom Woodward

El momento más feliz de tu vida

Un EMOTIVO cortometraje intergeneracional

David Villarreal (Navarcles, 1994) es el director de “Moment feliç” (Momento feliz), un trabajo documental sobre los abuelos de la residencia Ibada. Este trabajo, que relaciona a 19 niños con 19 abuelos, es un encargo de los responsables de la residencia, que tenían interés en colaborar de alguna forma con el Clam (Festival Internacional de Cine Solidario de Navarcles).

Contactaron con Villarreal, que es un artista precoz: en el instituto ya había hecho muchos cortos de ficción con los amigos, hasta que se embarcó a escribir y dirigir proyectos teatrales. A los 17 años sorprendió con “Nens perduts” (Niños perdidos), un espectáculo de creación propia con la mayoría del equipo técnico y artístico menor de edad.  El proyecto del corto “Moment feliç”, que es su primer documental, le ha llegado cuando ya está estudiando Comunicación Audovisual.

Según explica se inspiró en una actividad que hacía cuando era alumno de la Escuela Catalunya: “nos daban el nombre de un abuelo y le teníamos que hacer un dibujo. Esta experiencia me gustaba mucho, porque dibujaba para un abuelo o una abuela que no conocía, y entonces se ponían en contacto contigo. La mayoría te llamaban para darte las gracias, y alguna vez te daban una bolsa de caramelos”. “Moment feliç” quiere reproducir este recuerdo de infancia del joven David.

Consiguió la colaboración de 19 niños de Navarcles, y alguno de Sant Fruitós, y les hizo escribir una carta a los abuelos para que les explicasen el momento más feliz de su vida. Los abuelos recibieron la carta y la contestaron. Los niños interpretaron la respuesta y la representaron en forma de dibujo y, por sorpresa, se presentaron en la residencia para entregarlo.

De la grabación, Villarreal destaca que “se olvidaron de que había una cámara o un micro grabando. Tenía miedo de que esto no pasase… pasó y me gustó mucho”. De las respuestas de los abuelos destaca “que tienen una fuerza brutal, porque fueron supersinceros. Me ponían la piel de gallina”.

El cortometraje muestra que el momento feliz de una persona suele recaer en un momento compartido con su familia.

“¿Mi momento más feliz? Siempre. Siempre soy feliz”

“Tengo tantas cosas que ya no sé por cual empezar.”

“Tener una familia vale mucho.”

“Los momentos felices de la vida son cosas pequeñas.”

Fuente: Regió7

Niños tranquilos

La capacidad de un niño de estar sosegado, tranquilo, relajado, es un “predictor” excelente de la salud emocional que tendrá como adulto. Vivimos en un mundo complejo y los padres, en general, estamos acostumbrados a estimular mucho a nuestros hijos. Queremos niños tranquilos, y hoy los niños son impacientes.

Estimular a los niños está bien porque los niños así aprenden, desde bien pequeñitos se desarrollan. A un bebé le damos estimulación para que desarrolle la vista, el oído, la interacción… y eso está genial. El problema viene cuando en ocasiones perdemos de vista que el niño también ha de aprender a estar tranquilo. Demasiada estimulación puede provocar que el pequeño, ni aprenda a estar atento, ni a estar sosegado.

Cómo educar niños tranquilos

El psicólogo Rafael Santandreu nos sigue dando pautas para afrontar la educación infantil desde la psicología. Explica que hubo hace años un educador que defendía que, gran parte de la educación de un niño pequeño es enseñarle la conjugación del verbo AGUANTARSE:

Yo me AGUANTO
Tú te AGUANTAS
El se AGUANTA
Nosotros nos AGUANTAMOS
Vosotros os AGUANTÁIS
Ellos se AGUANTAN

Y esto es algo muy, muy importante, porque hay estudios que demuestran que LA CAPACIDAD QUE TIENE UN NIÑO DE ESTAR SOSEGADO, TRANQUILO y RELAJADO es un “predictor” excelente de la salud emocional que tendrá como adulto. Por tanto uno de los primeros puntos que hemos de enseñar a un niño es a aguantarse, a estar tranquilo sin hacer nada.

Las habilidades de AUTOCONTROL que en el periodo de 1 a 3 años se han de aprender son:

Entretenerse solo durante una hora seguida | El niño ha de ser capaz de estar una hora jugando sólo: con unos muñecos, leyendo, viendo un cuento…  sin hacer nada. El que se sepa entretener y jugar sólo es una habilidad.

Estar aburrido y tranquilo | A los de nuestra generación, cuando éramos pequeños, nuestros padres nos llevaban al médico y podíamos estar tranquilamente una hora sentados en la sala de espera. No había móviles ni tablets. Estábamos sentados simplemente mirando la pared, o mirando un cuento, y éramos capaces de estar. No había sobreestimulación. El aburrimiento es bueno: cuando un niño se aburre está aprendiendo tolerancia al aburrimiento, y también está aprendiendo a desarrollar la imaginación.

Para fomentar la lectura, por ejemplo, es imprescindible el aburrimiento: es imposible estar atento, tranquilo, y aprender de un libro si no se es capaz de estar sosegado, tranquilo y aburrido.

Hablar en voz baja | A los niños de 1 a 3 años hay que enseñarles a hablar en voz baja. Cómo están sobreestimulados ellos hablan chillando, todo lo dicen con un volumen de voz muy alto. Es muy importante que los niños aprendan a ser elegantes en el hablar, y para ello hay que hacer muchas prácticas.

Ordenar sus cosas | Muy paulatinamente, desde que tiene un año hasta que tiene tres. Y cuando tiene tres ha de ser capaz de ordenar sus cosas en su habitación. Y si no lo hacemos estamos “handicapando” al niño, le estamos quitando posibilidades de ser un adulto capacitado para la vida.

Hacer las tareas en un tiempo limitado | Por ejemplo cuando los niños se han de vestir, desayunar y salir para ir al cole. Los niños que no están bien educados eternizan esas tareas. A los tres años un niño ya es capaz de medir los tiempos y decir: desde que me levanto hasta que salgo de casa hay 40 minutos. Y en esos 40 minutos tengo que hacerlo todo. Sin que nadie le diga nada, el ya ha aprendido y lo va haciendo.

Seamos conscientes de que la salud mental del futuro adulto depende de su capacidad de estar tranquilo y sosegado. Y eso es algo que los niños han de aprender a base de mucha práctica y seducción.