Tiempo con los hijos

Los niños quieren pasar más tiempo con sus padres | Ir a los parques de atracciones, ver una película o merendar en un centro comercial son algunas de las actividades preferidas de los pequeños de la casa, que permiten a los padres pasar tiempo con los hijos.

Un estudio, dedicado a la diversión en familia, derriba el tópico de que “nuestros niños digitales sólo se divierten con las tablets”. También les gusta compartir el tiempo de ocio con sus padres y sus hermanos.

Las conclusiones de este estudio hablan de un ocio compartido. El psicólogo Javier Urra lo define bien, significa: APRENDER de los hijos y DISFRUTAR de los padres.

El estudio sociológico ha sido realizado por Trina, la marca española de bebidas refrescantes, con el asesoramiento del psicólogo Javier Urra y la plataforma Gestionando Hijos. Fueron consultadas casi tres mil personas, entre padres e hijos.

El estudio recoge las actividades de ocio familiar más comunes que nos permiten pasar tiempo con los hijos | Ver las películas en casa, las cenas especiales los viernes por la noche o leer. Los datos nos dicen, por ejemplo, que los padres disfrutan más de actividades manuales, y los hijos más con dispositivos electrónicos.

Pero en contra de lo que pueda parecer, la tecnología no es la principal fuente de diversión para los niños. Hay otras actividades que facilitan los puntos de encuentro. El 80% de las familias consultadas asegura que se divierten mucho montando  en bicicleta, en patines o patinete, practicando juntos tenis, baloncesto o fútbol.

El estudio Trina de diversión en familia obtiene una principal conclusión: A  más de la mitad de los niños españoles le gustaría pasar más tiempo con sus padres. Hablamos sobre todo de niños de entre seis y nueve años. Los pequeños dicen que sus padres trabajan mucho, que tienen poco tiempo libre.

Y es que hay demasiadas barreras para dar respuesta a estas carencias. La conciliación de la vida familiar y laboral es una de ellas. Pero también lo son, por ejemplo, el exceso de actividades extraescolares, que sobrecargan a los pequeños la agenda diaria.

Los expertos aseguran que el verano es un buen periodo para compartir la diversión en familia, pero cuando empieza el curso escolar hay que seguir en la misma línea.

Javier Urra, un gran experto en estos temas, recomienda que se siga practicando el diálogo, aunque se hayan acabado las vacaciones. La encuesta realizada por Trina nos dice que los niños lo necesitan

Fuente: Por la educación de Radio 5 (11/09/15)

La EUFORIA, alegría desbordada

La euforia es una emoción intensa que aparece cuando la alegría se desborda.

Se produce cuando hay un acontecimiento que nos produce tanta satisfacción, tanta alegría,… que lo vivimos con muchísima intensidad. Expresamos al mundo nuestro estado eufórico mediante gestos, gritos, saltos y sonrisas que no dejan lugar a dudas del estado anímico que se está atravesando.

La euforia puede ser individual o colectiva | Cuando es colectiva adquiere mayor grado.

Un ejemplo muy común de este fenómeno se da en recitales y campeonatos deportivos, dado que cientos o miles de personas se reúnen en un teatro o estadio para admirar a sus ídolos, abriéndose completamente al espectáculo.

Las emociones se contagian y se acaban teniendo conductas que en otra situación no se darían, como remojarse para celebrar que se ha ganado un campeonato.

Cómo toda emoción intensa se ha de poder canalizar | Una emoción tan explosiva  es de corta duración.

Nuestro sistema corporal sube y hemos de poder retornarlo a parámetros mucho más asequibles para nosotros, canalizando esta emoción tan intensa hacia un estado mucho más calmado: la alegría.

En  un estado eufórico, ¿qué estamos transmitiendo a nivel conductual? | Quizás estamos en casa y, ante una noticia que nos alegra de manera muy intensa, nos ponemos como locos a dar saltos sobre el sofá. Los niños mirando y pensando: “Uy, pero si a mí no me dejan”.

Hemos de ser capaces de pasar de ese estado eufórico a parámetros más tranquilos. Porque pasar de una alegría tan intensa a la nada nos provocaría una gran sensación de vacío.

He aprobado el final de carrera”, “Hemos tenido un hijo”, “Por fin he conseguido el carnet de conducir”… Es genial, fantástico. Y ahora puedo celebrarlo con alegría, con una cierta tranquilidad. En un estado que sea asequible para mí y para los que están a mi alrededor.

Podríamos decir que la euforia la disfrutamos un ratito y, luego, la guardamos en el armario.

La EUFORIA, alegría desbordada

Eurocopa 2012. Tymur Shamanov, un niño ucraniano de seis años celebrando el gol de Shevchenko en el partido Ucrania-Suecia

Fuente: L’ofici d’educar de Catalunya Ràdio (16/08/14)

Música compuesta para niños

La música es un excelente vehículo de aprendizaje. Con ella podemos viajar con nuestros niños a lugares increíbles y situaciones realmente maravillosas.
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Los compositores de música clásica también pensaron en los niños, a la hora de componer. Algunas obras fueron escritas para ellos y otras, incluso, fueron pensadas para ser interpretadas por los más pequeños.
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Estas piezas son un excelente ejemplo de música compuesta para niños:

La Sinfonía de los juguetes

Se duda mucho de quien es el autor real de esta obra. Oficialmente se le atribuye a Leopold Mozart, padre de Wolfgang Amadeus Mozart.

Leopold Mozart la compuso para sus dos hijos. En la misma se incluyen juguetes musicales como el reloj de cuco, la carraca, un silbato que imita a los pájaros, un tambor de hojalata y un triángulo. Esta mezcla de juguetes sonoros con los instrumentos clásicos, resulta muy original y divertida.

El rincón de los niños

Se trata de una obra del compositor francés Claude Debussy, que está dedicada a su hija de tres años Claude-Emma —apodada cariñosamente «Chou-Chou» por su padre— y a su institutriz inglesa, Miss Dolly.

Es una suite de seis piezas, originalmente para piano. Las seis piezas fueron orquestadas en el año 1911 por André Caplet, amigo y admirador de Debussy, quien contaba con el pleno consentimiento del compositor. Se trata de breves páginas que reflejan el mundo de los juguetes y de las lecciones de piano para los niños.

La tienda mágica de juguetes

No hay nada más preciado para un niño que sus juguetes. En eso debió pensar el compositor italiano Ottorino Respighi cuando compuso la música para este ballet. Esta pieza está compuesta sobre piezas de piano de Rossini, y el ballet narra la historia de un constructor de juguetes que presenta sus últimas novedades. Música compuesta para niños

Mi madre la oca

Maurice Ravel se interesó por el mundo de los niños, las hadas y la fantasía en esta obra. El compositor era amigo del matrimonio Godeski, que tenía dos hijos: Mimie y Jean. Ravel adoraba a los dos niños y, frecuentemente, inventaba juegos y les contaba historias.

Para animar a los muchachos a estudiar música compuso una obra para piano a cuatro manos, para que pudieran estudiar juntos. Para ello eligió cinco de sus cuentos favoritos

Fuente: En clave sinfónica de Radio 5 (6/07/14)

Cómo potenciar la felicidad

La FELICIDAD aquí y ahora es posible  ¿También con los niños? ¿O quizás más con los niños?

La felicidad es posible y es imprescindible. Una de las misiones que tienen las familias es la de obligarse a ser felices. Cuando el padre y la madre son felices, el niño aprende que respetar la propia felicidad es un objetivo importante. Cuando el padre y la madre soportan situaciones muy duras, lo que están haciendo es explicar a su hijo que a la vida hemos venido a sufrir. Este sería un GRAN ERROR.

La felicidad ha de ser ya. No es algo que aparecerá dentro de un tiempo, cuando los niños crezcan, sino que forma parte de nuestro día a día.

La felicidad no se ha de dar cuando nuestros hijos tengan la orla o el diploma. Tiene que ser ahora, con suspensos o con aprobados, eso es algo que carece de importancia. En todo caso la actuación será diferente si uno ha aprobado o si ha suspendido, pero la felicidad ha de ser en este momento:

  • Cómo podemos FELIZMENTE recuperar una asignatura,
  • O cómo podemos FELIZMENTE disfrutar que las tenemos todas aprobadas.

Tres consejos muy sencillos:

Muy vinculados, ya que hemos hablado de asignaturas, con el aprendizaje y con el colegio.

1- Mirar a los niños, a los adolescentes, sabiendo que YA SON

Que ya son ahora. Que no serán cuando acaben el curso, que no serán cuando…, sino que ya son AHORA. Mirarlos dándonos cuenta de que ya son perfectos. Sabiendo que son el premio, el regalo que nos ha dado la vida, y que nuestra misión es llevarlos para adelante, apoyándolos tal y como ahora ya son.  No como serán. No como nos gustaría que hubiesen sido, sino como ya son.

Hemos de mirar a nuestros hijos y sonreírles. Mirarlos y decirles que son perfectos. Por eso es tan importante que nos entrenemos como padres, para mirarnos al espejo y decir: “soy perfecto”.

2- Decirles que, todo lo que les explicamos de la vida es de una forma determinada… pero podría ser de otra

Al decirles que las cosas podrían ser diferentes, de alguna forma les estamos dando un manual de instrucciones que les transmite que tienen capacidad de cambiar la realidad. Eso es algo que a los niños les da fortaleza emocional. Les hace vivir la realidad con otra perspectiva: “Bueno, esto es así en casa de tía Gertrudis. Pero cuando yo esté en mi casa lo haré como a mí me parezca”.

Esto es algo que da mucha libertad, mucha felicidad. Es algo que permite respetar las costumbres de tía Gertrudis.

3- Preocuparnos de transmitir contenidos culturales

La historia, la economía, la geografía, la literatura, las matemáticas… Está muy bien que todo eso lo memoricen, pero hemos de saber que los otros dos pasos son previos y mucho más importantes.

Los conocimientos existentes en el mundo se multiplican a una velocidad de vértigo. Pretender que los niños puedan aprender todos estos conocimientos que no hacen más que aumentar…

Pensemos por un momento en un niño que ahora esté en P3. Cuando llegue a la universidad, por no decir cuando tenga nuestra edad, todo lo que ahora sabemos estará obsoleto, excepto los puntos 1 y 2. ¡Así que centrémonos en los dos primeros consejos!

Fuente: L’ofici d’educar de Catalunya Ràdio (26/07/14)

4 errores en educación

A la hora de educar, quien más quien menos, todos hemos metido la pata en alguna ocasión. Pero hay cuatro errores en educación que son claves y debemos evitar. Si lo hacemos, nuestra vida familiar, nuestra vida escolar y nuestra vida relacional será mucho más relajada.

Permitir que cualquier conducta que esté basada en una agresión, o en una amenaza, dé resultado

Es un error muy GRAVE. Permitiendo este tipo de conductas los niños aprenden que, amenazando y agrediendo, pueden obtener lo que quieren.

Consejo: a veces el niño se tira al suelo con una rabieta de campeonato. Pues bien, cuando haya acabado con el numerito le decimos, con mucha calma, algo como: “Que bonito, me ha encantado esta pataleta. ¿Puedes repetirla para mí, cariño?”.

Es posible que la segunda vez la repita. Pues nosotros, erre que erre, volvemos a decirle lo mismo. Te aseguro que llega un momento en que el niño se cansa y para. Ahí es cuando nosotros le decimos, de nuevo con mucha calma: “A partir de ahora, como sabes hablar, siempre que quieras obtener algo de mí me lo tendrás que explicar. Hablaremos y lo obtendrás. Pero así, de esta manera, no lo conseguirás nunca”.

4 errores en educación

No saber cuando tenemos que ayudar a nuestros hijos

Esta es una GRAN PIFIA, porque si les ayudamos cuando no toca estamos evitando que tengan autonomía. Se les ha de ayudar cuando se cumplan estas características:

1º/  Que nos lo hayan pedido. Si no nos han pedido ayuda, NOS AGUANTAMOS.
2º/  Que además de habernos pedido ayuda sea para una cosa que él o ella no pueda hacer por sí solo. Si la puede hacer, NECESITA HACERLA.
3º/  Que nos corresponda ayudarlos. Porque, por ejemplo, nos pueden pedir: “Papá, mamá, no sé hacer los deberes”.  A nosotros no nos corresponde “tu deberías haberte fijado en clase, así que, cuando llegues al cole preguntas al profesor o profesora”.

Evitar que vivan las consecuencias de sus errores

Los niños necesitan aprender. Nosotros, los adultos, sabemos que aprendemos cuando nos equivocamos. Por tanto hay que dejar que se equivoquen. Cuando veamos que van a estrellarse, no los salvemos. Hay que dejar que se estrellen y luego preguntarles, con mucha ternura, “¿qué has aprendido?”

Idealizar el amor

Pensar que, porque estemos en familia y todos nos queremos mucho, TODO VALE. Pues NO. Todo no vale. Es muy importante recordar que cualquier agresión, sea verbal o sea física, deja una herida. Cuando a mí me agreden tiendo a cerrarme, a huir, o bien a agredir.

¿Quieres que estas cosas pasen en tu familia? Si evidentemente la respuesta es no, hemos de tener muy presente el no idealizar el amor, ni pensar que en nuestra familia todo es perfecto. Y tener mucho, mucho cuidado en no utilizar la agresión.

Fuente: L’ofici d’educar de Catalunya Ràdio (20/07/14)  | Imagen de portada: Flickr Alejandro Gómez | Imagen interior: Flickr Francisco Carbajal