¿Podemos conseguir que un alumno sea feliz en clase? Es una pregunta que se plantean muchos pedagogos, interesados en conseguir que los chavales acudan a las aulas motivados.
No es algo muy fácil en los tiempos en que vivimos. Motivación de los alumnos, afectividad, predisposición, inteligencia emocional, felicidad, son algunos de los términos más usados por los expertos en educación.
Porque los tiempos han cambiado, y el aula nunca ha de ir por detrás de la sociedad. Desde esa perspectiva los escolares de hoy tienen unas necesidades específicas derivadas de los cambios sociales. Sobre todo los que se han producido en el entorno familiar.
La receta principal de un educador, para hacer frente a esas necesidades, se basa en tener una buena predisposición para ser capaz de cambiar el ambiente del aula, especialmente en los grupos más difíciles. El profesor tiene que estar predispuesto a crear un buen ambiente y a ser transmisor de optimismo y de alegría, para poder empatizar con los alumnos.
El pedagogo Pedro Santamaría Pozo explica muy bien algunos de estos conceptos. El dice que los profesores influyen directamente en lo que llama el ecosistema escolar: si el maestro no transmite entusiasmo a sus alumnos, los alumnos se aburren.
Por eso la nueva pedagogía, al menos algunas de sus corrientes más innovadoras, busca cómo conseguir que los alumnos disfruten de la experiencia que están viviendo.
Diversos estudios psicológicos han demostrado que cuanto más felices son los alumnos en la escuela más se concentran, y al mismo tiempo mejor asimilan los conceptos.
Y es que ese ecosistema escolar funciona cuando funciona su líder, como en otros muchos casos de nuestra vida. Y el líder del aula puede ser el profesor, pero también un alumno o un grupo de alumnos. Hablamos en este caso de rendimiento escolar, pero también del difícil problema del bullying, del acoso.
Los expertos aseguran que los líderes de la clase pueden movilizar a sus compañeros en una buena o en una mala dirección. Si la dirección es la correcta, mejorarán los valores de ese grupo de alumnos. Aprenderán mejor, estarán más motivados y también mejorará la convivencia.
La felicidad en el aula no es un reto imposible. Pedro Santamaría, desde su puesto de coordinador de pedagogía del Colegio Profesional de la Educación de Madrid, apuesta por el sí.
Como él mismo asegura, el profesor y sus alumnos forman un gran equipo. Se empieza por ser un grupo que interactúa en el aula, y se acaba por ser una gran familia educativa. Una gran familia FELIZ, si es posible.
Fuente: Por la educación de Radio 5 (13/01/17) | Imagen de portada: flickr Guillermo Alonso | Imágenes interior: Fotos del proyecto Classroom Portaits, impulsado por el fotógrafo Julian Germain, en el que explora escuelas de todo el mundo, niños pequeños y otros que son ya adolescentes. Hizo fotos en guarderías, escuelas e institutos, una incursión en el lugar en donde los alumnos aprenden, viven y crecen.
Hasta ahora era el único álbum de Tintín que no se había editado coloreado
Fue el primer álbum de la serie que después reuniría a miles de seguidores, y a una legión de tintinólogos en todo el mundo
Tintín en el país de los soviets es la primera historia de Tintín y su fiel compañero Milú.
Se publicó en 1930
El argumento gira en torno al reportero belga Tintín y a su perro Milú, quienes viajan a Moscú, vía Berlín, para hacer un reportaje sobre las políticas instituidas por el presidente comunista Iósif Stalin. Sin embargo, un agente del servicio secreto soviético, la OGPU, intenta que Tintín no lo haga, por lo que le pone trampas para deshacerse de él. A pesar de ello, el joven reportero irá poco a poco descubriendo los secretos de los bolcheviques y cómo estos están robando comida a los ciudadanos soviéticos, manipulando las elecciones y asesinando a sus opositores.
Recibió numerosas críticas, por su tono anticomunista
Quizá por eso Hergé lo consideraba un error de juventud. El retrato que hizo del país comunista en esta obra no deja en muy buen lugar a la joven URSS.
Marcó para siempre la carrera del dibujante belga
Este primer Tintín ya fue una muestra del talento de Hergé, que introdujo técnicas innovadoras en el mundo del cómic de entonces. Después vendrían más, un total de veinticuatro álbumes, de los cuales se han vendido más de 250 millones de ejemplares en todo el mundo, en 80 idiomas diferentes.
Hergé muestra lo que en el futuro va a ser su manera de hacer
La publicación de Las Aventuras de Tíntin, reportero del «Petit Vingtième» en el país de los soviets, se inició el 10 de enero de 1929 en el suplemento para niños del diario belga «Le Vingtième Siècle«. Esta edición, en blanco y negro, es igual a la edición original.
En este libro, que fue creándose a medida de que se publicaban en forma de páginas sueltas en el periódico y sin otra intención que interesar y divertir al lector, Hergé muestra lo que en el futuro va a ser su manera de hacer tanto en dibujos como en guiones y «gags», que se hallarán perfeccionados en las siguientes aventuras.
Ha sido en Bélgica, el país que vio nacer a Tintín, donde se ha recibido con más entusiasmo la publicación en color de Tintín en el país de los soviets
Ha sido necesario un trabajo de 18 meses para colorear el álbum, y el resultado ha sido supervisado por la viuda y legataria universal de la obra de Hergé, Fanny Rodwell, quien a los 22 entró a formar parte del estudio Hergé contratada -precisamente- como colorista. Esta nueva edición, en color, de Tintín en el país de soviets es obra de Michel Bareau, director artístico de los Studios Hergé, y de Nadège Rombaux, y ha sido hecha a partir de un nuevo escaneado de las páginas originales del dibujante belga.
El color escogido para este álbum no es el color luminoso que se suele identificar con los álbumes de Tintín
Es un color más neutro, en donde predominan las gamas de verdes y marrones. Unas tonalidades más oscuras que las de los álbumes corrientes porque los autores han querido de esta manera adaptarse a la grisura soviética que retrata Hergé.
Se ha publicado una primera edición en francés de 300.000 ejemplares
De este álbum, coeditado por Casterman, editorial que publica los álbumes de Tintin, y Moulinsart, sociedad que gestiona la explotación de los derechos del personaje, se ha publicado una primera edición de 300.000 ejemplares en francés, aunque se espera alcanzar unas ventas de 500.000 durante el año. Además, existe una edición de lujo con prólogo de Philippe Goddin (50.000 ejemplares) y una versión en neerlandés (20.000 copias).
No está contratada la edición en ninguna otra lengua aunque se espera que en los próximos meses se conozca el editor del álbum Tintín en el país de los soviets castellano y en catalán. En España, la edición de los álbumes de Tintín está en manos de la editorial Juventud.
Fuentes: Telenotícies vespre de TV3 (9/01/17) y La Vanguardia/Libros (13/01/17) / Imagen de portada: Tintin au pays des Soviets (Casterman / (c) Hergé – Moulinsart 2017)
1 de cada 5 profesores asegura que hay niños que llegan al colegio con hambre
Los datos proceden de un estudio elaborado por Kellogg’s en España y también en otros países de nuestro entorno. El estudio internacional realizado en España, pero también en Italia, Alemania, Suecia, Francia y Bélgica, recoge los testimonios de profesores sobre un tema preocupante: la alimentación de sus alumnos. Evidencia que hay escolares con hambre en sus aulas.
La primera conclusión es alarmante. Un número importante de los docentes consultados asegura que hay escolares con hambre, que llegan a clase sin desayunar.
Lo peor de estos datos es que van sin alimentarse al colegio porque sus familias no tienen medios económicos. No es una campaña de educación y salud alimentaria. Esta es una iniciativa solidaria dirigida a los más necesitados.
La encuesta refleja las consecuencias de la crisis. El 67% de los profesores asegura que en los últimos años es más común encontrar a niños que llegan con hambre al colegio, incluso algunos docentes confiesan que han dado comida a sus alumnos, comida que han comprado o que han traído de casa.
Imagen de Kellogg’s de 1908
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La compañía Kellogg’s, famosa por sus cereales, ha puesto en marcha la campaña: «Todos a desayunar».
Con el objetivo de ofrecer un desayuno completo, compuesto por lácteos, cereales y fruta, a niños de entre 3 y 12 años, que por su situación socioeconómica van al colegio sin desayunar. La iniciativa social, que arrancó en 2011 en un colegio de Madrid, hoy ofrece desayunos a un millar de niños en dieciséis colegios públicos de nueve ciudades españolas.
Hay que decir que existen programas similares en otros países desarrollados, como Reino Unido, Francia, Alemania, Irlanda o Bélgica. Pero que también los hay en otros que están bastante peor, como Egipto, Siria y Rusia. El compromiso de la multinacional es donar doscientos cincuenta millones de raciones de alimentos, a través de colaboraciones con Bancos de Alimentos en Europa, Oriente Medio y África.
Imagen de Kellogg’s de 1913
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Pero cuando la situación económica es favorable, muchos de nuestros niños tampoco suelen desayunar bien. ¡Y hay que recordarlo!: No alimentarse, o alimentarse mal en el desayuno, genera trastornos en el aprendizaje
Según los profesores encuestados, los niños que no desayunan están cansados en clase y no rinden lo suficiente. Les cuesta más concentrarse en las tareas escolares, tienen más dificultades de memoria, cometen más errores y en general resuelven los problemas de forma más lenta, están más inquietos y tienen más problemas para afrontar situaciones de estrés, lo que puede dar lugar a conflictos en el contexto escolar.
Opinan que es crucial una mejor formación para las familias sobre la importancia del desayuno completo.
Los Reyes Magos cada vez vienen más digitales. Las nuevas tecnologías tienen mucho protagonismo entre los regalos de Navidad. ¿Hasta qué punto las tablets son útiles para enseñar jugando? ¿Son buenas para el correcto desarrollo de la infancia? Es evidente que las nuevas formas de aprender jugando han venido para quedarse, pero, ¿en qué lugar queda el juego tradicional?
Enseñar Jugando
El juego es entretenimiento y es aprendizaje. Los niños cambian, pero los juguetes no tanto. En la actualidad niños y niñas comparten más juegos y juguetes, y existen cada vez menos diferencias de estereotipos de género.
Pero, ¿a qué juegan los niños? Hay juegos manipulativos y de construcción; los simbólicos, aquellos con los que el niño representa papeles; los juguetes de grupo o cooperativos; y también los educativos. A la hora de escoger un juguete se debe tener en cuenta el momento evolutivo en el que el niño se encuentra, siempre es importante seguir los consejos de seguridad y las indicaciones de edad recomendada del fabricante.
El juguete tradicional sigue estando presente en la carta a los Reyes Magos. Una bicicleta, un patinete, un juego de mesa, un puzle, un futbolín… son juguetes de toda la vida que nunca van a desaparecer. Comparten espacio y protagonismo con los juguetes relacionados con las nuevas tecnologías, que pueden utilizarse como recurso educativo.
Los Reyes del siglo XXI reparten muñecas que permiten descubrir nuevos escenarios a través de dispositivos móviles, mascotas interactivas, figuras de acción que participan en batallas virtuales, o juegos de mesa digitales que conquistan pantallas.
El campo del juego también se ha ampliado gracias a las redes sociales. La interconexión con internet es básica, es un campo abierto de conocimiento, y es donde todas las tecnologías actuales se están basando. Ya no solo en un uso educativo, sino en un uso social.
Hay opiniones para todos los gustos. Algunos especialistas consideran que con los videojuegos, y los nuevos dispositivos interconectados, tanto los niños como los adolescentes obtienen grandes beneficios para el desarrollo de inteligencias múltiples, y adquieren nuevas capacidades motrices y cognitivas.
Otros en cambio critican los videojuegos para niños, por sus contenidos y por la violencia que aparece en algunos de ellos. Aquí también es fundamental respetar la edad recomendada que se indica. Para enseñar jugando es importante poner el material adecuado en manos de los pequeños.
Sea con el juego tradicional o con el digital, jugando los niños crecen y aprenden
El juego como herramienta educativa. Coloquio en el programa Para todos la 2, entre María Luisa Ferrerós, psicóloga infantil y autora de “Cómo juegan los niños digitales: Baby play”; Imma Marín, experta en juegos, juguetes, infancia y nuevas tecnologías y educación en el ocio, además de presidenta de IPA España (Asociación Internacional por los derechos de los niños y niñas a jugar); y Oriol Comas, experto y coleccionista de juegos de mesa. .
¿se aprovecha lo suficiente el potencial de los juguetes informáticos?
Oriol Comas: Jugar es algo que realizamos los humanos desde hace miles de años, y es sobre todo una actividad de relación. Las nuevas tecnologías son importantes porque desarrollan muchas aptitudes, pero donde esté un buen juego… Un buen juego que sirve a la vez para descubrir, imaginar, mentir, seducir, comunicarse, relacionarse, reír, y a veces ganar y a veces perder… es un objeto que no va a poder ser sustituido por ningún otro.
Al hablar de un buen juego es haciendo referencia a los juegos de mesa, los juegos en caja
Imma Marín: Sí, evidentemente todo depende del uso que les demos. Hay juegos tradicionales que se han perdido en el tiempo, porque no han sobrevivido a su momento, y otros que perduran porque realmente conectan con necesidades de crecimiento y desarrollo del ser humano.
La parte relacional en un juego es fundamental
Cuando un videojuego consigue ese aspecto relacional tiene mucho más éxito que cuando jugamos solos. Jugar solo, por bueno que sea, si es excesivamente repetido, deja de aportar una serie de cosas absolutamente necesarias para el crecimiento.
María Luisa Ferrerós: Ahí está el problema. El problema no es “¿a qué juego?”, sino “¿con quién juego?”. El problema es ¿jugamos solos o jugamos con gente?
Ocurre que actualmente nuestros niños están mucho tiempo solos. Hay juegos que solos no pueden jugar, y las nuevas tecnologías les dan la posibilidad de entretenerse, aprender y desarrollar actividades en soledad.
Lo que sí que hay que evitar es que esas nuevas tecnologías sirvan para aislar. Hemos de complementarlas siempre con juego tradicional, para poder implementar esa parte relacional, interactiva y de apego. Pero el problema es que los mayores siempre estamos muy ocupados, y tenemos poco tiempo para sentarnos a jugar con los niños. Estos días de vacaciones hemos jugado más, hemos tenido más tiempo y eso repercute positivamente. Pero incluso entre los niños, y también en las escuelas, falta fomentar el trabajo y el juego en equipo.
Ya lo decían grandes pedagogos de principios del siglo pasado. Pedagogos como Montessori, Decroly, Freinet, todos hablaban del juego experimental, de las vivencias… Es algo que en las escuelas se ha perdido, y también en las familias, y es algo que hemos de intentar recuperar. Actualmente tenemos lo que tenemos, y lo hemos de intentar rentabilizar al máximo.
Las nuevas tecnologías ofrecen un campo de estimulación muy importante para los niños más pequeños. Es preferible a que estén visualizando programas de televisión, que son más pasivos. Las tablets y juegos educativos, siempre filtrándolos muy bien, les dan la opción de interactuar. Hablamos de niños pequeñitos que aún no hablan. A partir de un añito pueden empezar a teclear, a jugar al memory… Es algo mucho mejor que dejar plantado al pequeño delante de la tele “canguro”.
Importante que siempre haya un adulto, que el juego sea compartido. Es igualmente terrorífico para un niño el estar jugando a las cartas solo, o a lo que sea solo. El principal problema es que jueguen solos. Los niños pueden estar rato jugando solos, pero lo que reclaman siempre es que juguemos con ellos, sea con un juguete tradicional o con un juguete tecnológico.
Algunas investigaciones científicas muestran un vínculo entre el no juego al aire libre y la depresión, la ansiedad y la inseguridad.
Imma Marín: El juego al aire libre, que es una de las cosas que más se ha perdido porque la calle es o nos parece insegura, es un juego necesario. Se respira diferente en un espacio cerrado, por mucho juego motriz que se haga, que en un espacio al aire libre.
Los niños necesitan correr, sentirse en libertad, moverse… Y ese espacio del aire libre, el contacto con la naturaleza es vital. Porque si no… igual depresión no es la palabra, pero si el entristecimiento, la desconexión, tender a la negatividad y al pesimismo, es algo que llega.
María Luisa Ferrerós: Hay un momento en el desarrollo del niño que es el de la socialización, en el que necesita juego de equipo, necesita compartir y sentirse integrado dentro de un grupo. Es algo muy importante para su desarrollo, y es algo que se realiza mucho más en juegos exteriores o incluso en deportes de equipo. Es algo necesario porque si no los niños se inhiben, se meten más hacia dentro y les resta autoestima, y eso puede llegar a promover una depresión infantil, que existen y que se pueden deber a esta falta de confianza en uno mismo y a esa falta de enganche con el mundo exterior.
En Japón esto existe. Son unos niños que se llaman hikikomori, que no salen de su cuarto. Todo su mundo está en su habitación, porque tienen todos los dispositivos tecnológicos: internet, móvil… y los padres les pasan la comida por debajo de la puerta.
Son niños que no se atreven, que tienen miedo a comunicarse y a estar con niños en el exterior, porque en Japón realmente no juegan nada. Aquí, cuando hace buen tiempo, hay mucho movimiento en el exterior, pero allí no. Es algo que se está extendiendo a otros países, pero en Japón los niveles son muy preocupantes porque hay muchos niños con este problema.
Imma Marín: Los niños necesitan caerse, ensuciarse, hacerse daño, pelearse, experimentar… disfrutar del exterior durante el día curte mucho.
Lo que nos dan los juegos al aire libre, o los juegos de sociedad que se juegan con otras personas, es FELICIDAD.
Oriol Comas: Nos dan un espacio en el que podemos imaginar, descubrir cosas, experimentar, arriesgar… Cuando un niño hace todo esto, la posibilidad de que entre en depresión es menor.
Son muy importantes los juegos de rol, los juegos de equipo, los juegos de mesa…
María Luisa Ferrerós: Dan la oportunidad de que el niño experimente diversos tipos de rol. Está evolucionando y probando como será su personalidad final
Prueba ser líder o ser el segundo, prueba a ser el que en ese momento tiene la iniciativa, y en otro momento no… va probando diferentes maneras de relacionarse, de ser y de existir. Y en función de los diferentes grupos en los que está, porque puede tener un grupo de amigos que pertenezcan a donde vive, otro grupo de amigos de la escuela, otro del deporte… le permite experimentar diferentes partes de su personalidad que luego van a ir conformando su ser en global.
Imma Marín: Si le preguntamos a una persona mayor, a un abuelo, por recuerdos de su infancia, normalmente serán recuerdos de juego. Habitualmente recuerdos de juego que tienen que ver con alguna pequeña o gran transgresión, y siempre les viene una sonrisa a los labios. Aunque sean abuelos que hayan pasado la guerra siendo niños.
La experiencia de juego es un recuerdo que se queda grabado en el interior, que siempre viene a la memoria como un espacio feliz. Y eso es importantísimo para el desarrollo.
La pregunta es ¿por qué dejamos de jugar?
María Luisa Ferrerós: Porque en estos momentos no tenemos espacio. Los niños tienen el tiempo absolutamente controlado: las horas de colegio, las extraescolares, después tenemos que ir corriendo a hacer los deberes, cenar, dormir… No da tiempo.
Los papás trabajamos muchas horas. Es prácticamente imposible conciliar la vida familiar y laboral. Nos queda el fin de semana… y el fin de semana todo el mundo está cansado.
Imma Marín: Para los mayores, jugar significa salir de nuestra zona de confort. Nosotros como adultos y con nuestros hijos.
Jugar requiere estar en el presente.
No has de pensar ni en la lavadora, ni en la cocina, ni en el trabajo… ni en aquello que no has hecho y que deberías hacer. Jugar nos obliga a ponernos en el presente, a olvidarnos de las vergüenzas, salir de nosotros mismos y hacer con el otro. Y eso, a los adultos… nos cuesta. Es como todo, cuando nos ponemos…
Cuando hemos dicho que si y nos entregamos a jugar lo podemos pasar estupendo. Pero hay una barrera de entrada, de dejar de ser el adulto que somos para dejar salir el niño o la niña que llevamos dentro, que requiere un pequeño esfuerzo de inicio.
María Luisa Ferrerós: Es importante que cuando juguemos con los niños no lo sintamos como una obligación, porque entonces no se les está transmitiendo lo que se les ha de transmitir. Realmente ha de ser con la convicción de decir: voy a jugar a algo a lo que a mí me gusta jugar, voy a compartirlo con mi hijo y voy a intentar disfrutar de este momento.
Cada padre tiene que dar lo suyo. Uno jugará a coches, a otro le gustará jugar a cocinitas y a otro le gustará lo que sea. Cada uno ha de aportar los suyo, y ha de ser un espacio de compartir y se ha de vivenciar de esa manera. En el momento en que se convierte en una obligación pierde la parte de magia.
Jugar es ser libre.
Oriol Comas: El que juega por una razón que no es querer jugar… ya no es libre. Ahí el juego ya no tiene tanto interés.
El juego entrena para la vida real, no para la vida virtual. Esa es la teoría, pero la práctica quizá es otra. Una familia llega a un restaurante, quieren comer y le pasan el dispositivo a su hijo. O quieren estar un rato tranquilos y le pasan también el dispositivo a su hijo. ¿Se pueden utilizar mejor estos dispositivos?
María Luisa Ferrerós: De entrada, el problema principal es que un niño de 3, 4, 5 o 6 años, no puede estar en un restaurante dos horas quieto, aguantando la conversación de los adultos. Es algo absolutamente contranatural al niño. El niño lo que ha de hacer es estar en el parque jugando, subiendo en el tobogán, bajando…
Queremos que los niños se adapten a nuestras rutinas, pero ellos allí ¿qué hacen?
O hemos de ir con más niños, e ir a un sitio en el que haya un espacio en el que ellos puedan jugar y moverse, o si no la solución es darles algún dispositivo con algún juego educativo que esté bien y que se puedan entretener. Porque si no es intentar compatibilizar dos cosas que son contrapuestas.
Cada cosa ha de tener su momento.
Imma Marín: Se ve muchas veces en restaurantes no ya el niño que esté jugando con el móvil o con la tablet, si no que el papá o la mamá no están hablando y están con su móvil cada uno. Tres personas en una mesa y cada uno a lo suyo.
Hay unas edades en que lo mejor no es ir a un restaurante. Hay otras cosas mejores para poder disfrutar con los hijos. Pero si vas al restaurante, y vas con ellos, puede haber conversaciones, puede haber juegos en el momento mismo de la mesa: desde como doblar la servilleta hasta lápiz y papel para hacer dibujos.
María Luisa Ferrerós: Hay que hacer ese esfuerzo de pensar “vamos con niños a comer”, y el planteamiento ha de ser diferente a si van adultos solos. Cuando se tienen niños se ha de intentar pensar que cosas se pueden hacer con ellos.
Para utilizar bien los dispositivos electrónicos ¿cómo decidir cuándo y cuál es el adecuado?
Imma Marín: El cuál vendría a ser como cuando escogemos un juguete tradicional. Se ha de pensar en la edad, en las características del niño, en qué le gusta, que tipo de juegos le entretienen, si le gusta más tocar o preguntar…
Lo más importante sería cuándo y cuánto rato. El problema es que a veces utilizamos las pantallas como aparcamiento.
María Luisa Ferrerós: El problema que tenemos principal es que los papás tenemos mucho miedo, y tenemos a veces poca consciencia de la edad que tienen nuestros hijos, y de que nuestros hijos evolucionan. Los niños pequeños, aunque hablen y lo entiendan todo, no lo entienden todo; hemos de ponernos mucho en su piel, y eso es algo que cuesta.
Imma Marín: Los nativos digitales no existen. El saber utilizar una tablet, y por tanto saber abrir el programa y saber utilizar el juego, el tener el dominio físico con las manos de manejarla, no significa que el niño psicológicamente tenga las habilidades para entender lo que está haciendo, ni para controlar cuánto tiempo está jugando o cuándo abre el juego y cuándo lo cierra.
María Luisa Ferrerós: Lo que no se puede hacer es que los papás les preguntan a los niños: ¿qué juguete quieres?, ¿qué juego quieres? Y muchas veces los Reyes hacen caso de todo lo que pone en la carta
Los Reyes y los padres han de filtrar.
Saber ver si algo que el niño ha pedido no es adecuado para él, decir que no si el niño quiere jugar a aquello pero no le toca.
En este juego pone mayores de 12. Mi hijo tiene 11 por lo tanto no puede jugar a esto.
Porque todo está puesto y pensado para ellos.
Si pone que no, es que no. ¿Por qué? Pues porque los niños maduran y evolucionan con la edad. Igual que a un niño pequeño no se le puede poner gluten en las comidas porque su estómago no está preparado para asimilarlo, hay muchos contenidos, en los juegos, en las tablets, en los videojuegos, que no están preparados para que los niños los asimilen a determinadas edades.
No se le puede dar a un niño un juego o una película que el pequeño no es capaz de asimilar. Porque los niños, cuando están jugando a un juego o ven una película, no son capaces de ver el final.
Hay padres que explican que a sus hijos, con cinco o seis años, les encanta ver la película de ‘El Señor de los Anillos’… pero es que el niño no entiende el final. Se queda solo con la imagen, y luego tiene pesadillas o no duerme.
¿Por qué le gusta verla?
Pues porque el padre la ve con él. Al niño le gusta ver la película porque papá se sienta a ver ‘El Señor de los Anillos’. Y su papá no se sienta a ver Peppa Pig, por ejemplo.
La esencia, sea juego tradicional o tecnológico, debería ser aprender a conocer el mundo.
Imma Marín: El juego es algo que nos forma y nos conforma como personas. Es inherente al ser humano, y sin juego no hay FELICIDAD.
María Luisa Ferrerós: El juego puede ser tanto tradicional como tecnológico, siempre que se elija bien, cuando toca y cuando no, y que se COMPARTA con ellos.
Fuente: Para todos la 2 de RTVE (8/01/15) / Imagen de portada: Ilustración de Pascal Campion / Imágenes interiores: Ilustraciones de Dima Dmitriev, e imagen de la película Peppa Pig. Las botas de oro
Los expertos dicen que un exceso de regalos resta ilusión a los niños. ¿Hay demasiados juguetes en casa tras la Navidad? La habitación de muchos niños parece la sección de juguetes de un centro comercial.
Es algo inevitable. Familiares y amigos estándeseosos de regalara los niños y pedir cosas para ellos en sus cartas a los Reyes Magos. Ahora toca a los padres ayudar a los pequeños a gestionar los muchos juguetes que han recibido por haberse portado tan bien durante el año.
No se sabe la cifra exacta, pero aproximadamente un 70% de las ventas de juguetes de todo el año corresponde a la época de Navidad. Por regla general, los niños reciben una gran cantidad de obsequios entre el 24 de diciembre y el 6 de enero.
Los juguetes son buenos, son un instrumento eficaz para el desarrollo de los pequeños. A través del juego los niños exploran, aprenden a relacionarse, conocen sus límites, se conocen a ellos mismos y a otros, conocen las normas… Cuando un niño juega, entran en acción todos sus sentidos. El tacto, los olores, los colores… Todos son estímulos que encienden la imaginación infantil. ¡Pero un exceso de juguetes es perjudicial!
Demasiados juguetes no favorecen en nada a la educación
Recibir demasiados juguetes en un periodo corto de tiempo provoca en los niños actitudes de egoísmo, capricho, aburrimientoy, por supuesto, desordenen la habitación. Menosprecian lo que tienen: “tengo muchos juguetes, no pasa nada si uno se rompe por no cuidarlo”.
Los niños necesitan jugar siempre, no solo en Navidad y en su cumpleaños. Por ello es importante repartir los juguetes a lo largo del año, de esa forma se mantendrá viva su ilusión por recibir regalos y su interés por ellos.
Una buena estrategia | Guardar aquellos que, por la edad, las preferencias del niño, o su nivel de desarrollo en ese momento, los padres consideren que son menos adecuados para él, pero que seguro lo serán pasados unos meses.
Es algo especialmente importante cuando los bebés son pequeños y no saben organizarse. Se pueden sentir muy abrumados con demasiados juguetes a su alcance.
Es un buen momento para animar al niño a ser generoso y solidario. Hay que ayudarle a hacer una selección de regalos de anteriores Navidades o cumpleaños, que están en buenas condiciones pero con los que ya no juega, bien porque se ha cansado de ellos, o porque se le han quedado “pequeños”.
Se le pueden dar a otros niños que no han tenido tanta suerte como él, y que no han recibido tantos regalos: se le pueden regalar a un amigo, a la guardería, a una organización humanitaria…
Inculcar en los niños los valores de GENEROSIDAD y SOLIDARIDAD es sumamente positivo. Cuando se practican, aportan gran satisfacción al que da y placer al que recibe.
(Un poema de Gloria Fuertes, uno de los referentes de la literatura infantil española del siglo XX)
El Camello cojito es una bonita historia de Navidad, que cuenta la visita de los Reyes Magos al niño Jesús, con un camello muy especial. Un hermoso cuento que habla de la amistad del niño Jesús y un camello que llegó cojito a Belén. Un clásico para los pequeños
El camello se pinchó con un cardo en el camino y el mecánico Melchor le dio vino.
Baltasar fue a repostar más allá del quinto pino e intranquilo el gran Melchor consultaba su «Longinos».
—¡No llegamos, no llegamos y el Santo Parto ha venido! —Son las doce y tres minutos y tres reyes se han perdido.
El camello cojeando más medio muerto que vivo va espeluchando su felpa entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar, Melchor le dijo al oído: —Vaya birria de camello que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén al camello le dio hipo. ¡Ay, qué tristeza tan grande en su belfo y en su tipo!
Se iba cayendo la mirra a lo largo del camino; Baltasar lleva los cofres, Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba —ya cantaban pajarillos— los tres reyes se quedaron boquiabiertos e indecisos, oyendo hablar como a un Hombre a un Niño recién nacido.
—No quiero oro ni incienso ni esos tesoros tan fríos, quiero al camello, le quiero. Le quiero —repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes cabizbajos y afligidos. Mientras el camello echado le hace cosquillas al Niño.
Aquí el precioso vídeo elaborado por la escritora y cuentacuentos Beatriz Montero:
Imagen de portada: Ilustración de Sergiopop (www.sergiopop.com)
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