¡YA ESTÁ BIEN!
De entrada la ira es un sentimiento que aparece con mucha intensidad. Lo que hay detrás de esa explosión es muchas veces frustración, decepción, dolor.
La IRA acostumbra a aparecer de forma muy espectacular
Lo fundamental es canalizarla, para que no se convierta en agresividad. Hay momentos de ira en que las personas se ponen muy tensas a nivel corporal: ¡YA ESTÁ BIEN! ¡YA NO PUEDO MÁS! El vaso ha rebosado. Estamos a un paso del grito, de la ira real.
Hemos de intentar averiguar cuáles son los síntomas
Qué nos ha llevado a ese ¡YA ESTÁ BIEN!, para evitar llegar ahí. Muchas veces no decimos, no expresamos aquello que en ese momento necesitaríamos… Aguantamos y, al final, acabamos EXPLOTANDO.
¿Qué pasa con nuestros hijos cuando nos sale ese: ¡YA ESTÁ BIEN!, después de haberles repetido mil veces determinadas cosas? Notamos que estamos llegando a un límite y que, a partir de ese límite, se producirá el estallido.
Antes de llegar a ese momento
Es cuando hemos de utilizar algunas “técnicas”: “Ya me voy conociendo. Sé que estoy llegando al límite. RESPIRO. Miro el problema de otra manera. Empiezo a hacer otras cosas, como dejar normas más claras u otras cuestiones a modificar, porque no quiero llegar a esa explosión”.
A veces vemos que esta ira es la manifestación de un dolor que se siente, y que no sabemos cómo expresar
El hecho de poner palabras a las cosas es de lo más importante que hay. Que importante es el poder trabajar las emociones, el saber dar nombre a lo que uno siente. El gestionar las EMOCIONES es una de las cosas más valiosas que estamos transmitiendo a nuestros hijos, porque les damos la oportunidad de aprender que uno puede parar antes de ese ¡YA ESTÁ BIEN!
El hacerlo es mucho más saludable y enriquecedor para todos
Fuente: L’ofici d’educar de Catalunya Ràdio (26/07/14) / Imagen de portada: Enojado. Flickr Geronimo De Francesco