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Música planetaria

Música planetaria

Música planetaria

Un grupo de astrofísicos ha convertido en música el movimiento de las lunas y anillos de Saturno. Imaginemos un instrumento de cuerdas concéntricas. Cada cuerda es la órbita de una luna, que suena cuando se completa el giro. Hagamos sonar más cuerdas… Esta sinfonía planetaria, esta música planetaria, es posible gracias a las resonancias orbitales, ondas que el oído humano no puede captar salvo que se amplíe su frecuencia, como acaba de hacer un equipo de astrofísicos de la Universidad de Toronto. El astrofísico Matt Russo, investigador postdoctoral del Instituto Canadiense de Astrofísica Teórica (CITA) en la Facultad de Artes & Ciencia en la Universidad de Toronto, anunció que «Para celebrar la ‘Grand Finale‘ de la misión Cassini de la NASA el próximo mes, convertimos las lunas y anillos de Saturno en dos piezas de música».

La sonda Cassini

Desde que en octubre del año 1997 fuera lanzada la sonda Cassini, hasta que el 15 de septiembre de 2017 se destruya, habrán pasado 20 años. Cassini llegó a Saturno en julio de 2004, tras un viaje de 7 años, y se convirtió en el primer satélite artificial tras una larga maniobra. Desde su llegada ha estado recolectando datos mientras orbitaba a Saturno. El 15 de septiembre, después de 13 años de misión,  la nave se adentrará entre el planeta y sus anillos para acabar desintegrada en la atmósfera del gigante gaseoso. Sus hallazgos han revolucionado lo que los científicos saben sobre Saturno, sus complejos anillos, la asombrosa variedad de sus lunas y el entorno magnético del planeta.

La sonda espacial Cassini, que fue lanzada hacia Saturno en octubre de 1997, fotografiada en Jet Propulsión Laboratory en Pasadena, durante unas pruebas. La nave espacial fue un proyecto conjunto entre la NASA, que aporta el principal cuerpo orbital de la sonda; la ESA que aporta el vehículo Huygens, que fue desplegado en el satélite Titán de Saturno; y la Agencia Espacial de Italia, que aportó la antena. / REUTERS
La sonda espacial Cassini, que fue lanzada hacia Saturno en octubre de 1997, fotografiada en Jet Propulsión Laboratory en Pasadena, durante unas pruebas. La nave espacial fue un proyecto conjunto entre la NASA, que aporta el principal cuerpo orbital de la sonda; la ESA que aporta el vehículo Huygens, que fue desplegado en el satélite Titán de Saturno; y la Agencia Espacial de Italia, que aportó la antena. / REUTERS
El cohete Titan 4B despegó el 15 de octubre de 1997 de la base aérea de Cabo Cañaveral con la nave no tripulada 'Cassini - Huygens' que fue liberada en el espacio para que iniciase su viaje hacia Saturno. La sonda Cassini empleó siete años en recorrer los 3.500 millones de kilómetros que la separaban de su objetivo. / REUTERS
El cohete Titan 4B despegó el 15 de octubre de 1997 de la base aérea de Cabo Cañaveral con la nave no tripulada ‘Cassini – Huygens’ que fue liberada en el espacio para que iniciase su viaje hacia Saturno. La sonda Cassini empleó siete años en recorrer los 3.500 millones de kilómetros que la separaban de su objetivo. / REUTERS

¿Por qué se pone fin a esta misión?

La misión llega a su fin porque la sonda se está quedando sin combustible y pronto podría volverse inmanejable. El objetivo de los científicos es evitar una posible colisión de la sonda en el futuro con las lunas de Saturno, Titán y Encélado, que podrían llegar a tener vida microbiana. La única manera de evitarlo es empujar de forma deliberada  a Cassini hacia su destrucción en la atmósfera del planeta gigante. Esto asegurará que Cassini no puede contaminar cualquier estudio futuro de habitabilidad y vida potencial en esas lunas.

Vista de Encélado, una de las lunas de Saturno. El trabajo de los investigadores de la misión Cassini, indica que el gas de hidrógeno, que potencialmente podría proporcionar una fuente de energía química para la vida, se encuentra en el océano helado de Encélado. / NASA (EFE)
Vista de Encélado, una de las lunas de Saturno. El trabajo de los investigadores de la misión Cassini, indica que el gas de hidrógeno, que potencialmente podría proporcionar una fuente de energía química para la vida, se encuentra en el océano helado de Encélado. / NASA (EFE)
La sonda Cassini sobrevolando la luna Encélado de Saturno
La sonda Cassini sobrevolando la luna Encélado de Saturno

La NASA preparó recientemente un vídeo de despedida de esta gran aventura:

Doodle de Google

26 de abril de 2017: ¡La nave espacial Cassini llega a Saturno y sus anillos! Un simpático doodle en el que una versión animada de Cassini retrata a golpe de ‘flashazo‘ a un sonriente Saturno.

26 de abril de 2017: ¡La nave espacial Cassini llega a Saturno y sus anillos! Un simpático doodle en el que una versión animada de Cassini retrata a golpe de 'flashazo' a un sonriente Saturno.

Las dos composiciones de música planetaria

La conversión a música es posible gracias a las citadas resonancias orbitales, que se producen cuando dos objetos ejecutan diferentes números de órbitas completas al mismo tiempo, de modo que vuelven a su configuración inicial. Los estirones gravitacionales rítmicos entre ellos los mantienen encerrados en un patrón repetitivo ajustado que también puede convertirse directamente en armonía musical. «Dondequiera que hay resonancia hay música, y ningún otro lugar en el sistema solar está más lleno de resonancias que Saturno», explicó Russo.

En su primera composición han utilizado 6 lunas de Saturno para crear un patrón rítmico que recuerda a una pequeña caja de música. Los astrofísicos aumentaron las frecuencias orbitales naturales de las seis grandes lunas interiores de Saturno por 27 octavas para llegar a las notas musicales. Lo que se oye son las frecuencias reales de las lunas, cambiadas a la audiencia humana:

Más enigmática es la segunda pieza. Las campanadas las tañen dos pequeñas lunas irregulares, Jano y Epimeteo, que comparten una órbita justo fuera del sistema de anillos principales de Saturno.

Para tocar este instrumento, de más de más de un millón de kilómetros de longitud, a Russo se le unió el astrofísico Dan Tamayo, investigador postdoctoral de CITA y el Centro de Ciencias Planetarias de la Universidad de Scarborough, así como el músico Andrew Sataguida,

 

Fuente: Hoy por Hoy de Cadena Ser (31/08/2017 – Tramo de 08:00 a 09:00) y EUROPA PRESS (30/08/2017)

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