Los miedos en los niños

Los miedos en los niños por edades

Los primeros miedos aparecen en nuestra vida cuando apenas tenemos 6 meses. Son miedos a las alturas, a los extraños… y, hasta cierto punto, demuestran una madurez del bebé. A medida que nos hacemos mayores crecen en nuestro interior otros temores.

En esta publicación descubrirás por qué es importante que conozcas los miedos que puede tener tu hijo, y también que sepas cómo debes reaccionar ante esos miedos naturales que se pueden ir presentando a lo largo de la infancia.

Cuando tu hijo exprese un miedo nunca lo ridiculices ni lo ignores, porque eso podría hacer que se sienta inseguro e incomprendido.

¿Qué es el miedo?

Seguro que recuerdas momentos de tu infancia en los que te has sentido asustado. Eso se produce porque a lo largo del desarrollo los niños pasan por diferentes temores que les permiten adaptarse de manera adecuada a su entorno.

El miedo es uno de los recursos más interesantes que tenemos los seres humanos para poder hacer frente al desafío adaptativo. Es una emoción maravillosa que nos ayuda a adaptarnos al medio en que vivimos y que hay que legitimar.

Es la calidad de las relaciones interpersonales la que permite que ese miedo se module y que sea lo más operacional y beneficioso posible, que no nos desborde y se transforme en lo que conocemos como miedos irracionales, obsesivos y absurdos.

Para la supervivencia el miedo es fundamental. Forma parte de un conjunto de emociones que todos experimentamos (independientemente de cuál sea nuestra cultura, nuestra raza, nuestro sexo o nuestra edad). Son emociones innatas que tienen expresiones faciales características y que apenas después de nacer ya comenzamos a expresar: las llamadas emociones básicas.

Los miedos en los niños por edades

¿Qué función tiene el miedo?

Así como por ejemplo el dolor nos da una señal de que en nuestro cuerpo algo no funciona bien, el miedo es una alarma psicológica que nos pone en alerta de aquellas situaciones que pueden dañarnos.

Sentir miedo facilita una respuesta de escape, de evitación o enfrentamiento a una situación peligrosa. En ese momento nuestro organismo se prepara para prestar atención casi de manera exclusiva al estímulo temido.

Los miedos en los niños por edades

¿Por qué es importante que conozcáis los miedos de vuestro hijo?

Como padres es importante que conozcáis la función de esa emoción a la que llamamos miedo, las etapas en las que aparecen los miedos más habituales y también que sepáis diferenciar el miedo normal y el patológico.

Asimismo es fundamental que gestionéis vuestros propios miedos, ya que los niños aprenden por observación: lo que ven es lo que aprenden.

Debéis tratar de evitar caer en la sobreprotección o, por el contrario, en una actitud exigente sobre el pequeño pidiéndole que afronte situaciones que por edad, sin vuestra ayuda, no está preparado para asumir.

Poner nombre a cómo se está sintiendo vuestro hijo y relacionarlo con el contexto es una de las formas que tenéis de ayudarle en su regulación emocional. Tened en cuenta que la corteza prefrontal ―la parte del cerebro encargada de regular nuestros estados emocionales― no es hasta pasada la adolescencia cuando termina de formarse. Es por ello necesario que un adulto (desde su propia autorregulación, o sea, calmado y con seguridad) ayude al niño a entender qué le pasa y por qué le sucede.

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Por ejemplo, si vuestro hijo está jugando en el parque y se ha asustado al ver a un perro… Pregúntale: «Ese perro tan grande te ha dado miedo ¿verdad?». Luego tranquilízale. Cuando el niño ya esté calmado distráele y lo animas a que siga explorando bajo tu supervisión por si te vuelve a necesitar. Que actúes así le será de gran ayuda.

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Si veis que el miedo de vuestro hijo resulta de gran intensidad, no desaparece en el tiempo y comienza a influir en el funcionamiento familiar de forma significativa, será importante consultar con un psicólogo infantil que os ayude a vosotros y al pequeño a superar la situación.

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Miedos en niños de 0 a 3 años | En esta etapa se puede visibilizar el miedo a la separación de los padres y el miedo a los adultos extraños. Hasta los dos años a vuestro hijo también le pueden asustar los ruidos fuertes o los sobresaltos inesperados.

El miedo a la separación que los pequeños sienten en esta etapa es evolutivo y saludable. Si ese miedo no existiera en los niños, estos no permanecerían junto a sus padres para recibir los cuidados básicos y su vida correría peligro.

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Miedos en la etapa preescolar (de 3 a 6 años) | En este periodo se producen cambios importantes. Es una fase en la que se incrementa notablemente el desarrollo cognitivo y vuestro hijo es capaz de experimentar miedo ante estímulos imaginarios como monstruos o fantasmas.

En esta etapa es cuando se desarrollan la mayoría de miedos a los animales. También el miedo a la oscuridad o a dormir solo. El miedo a la oscuridad, tan propio de la infancia, suele iniciarse en torno a los dos años y disminuir sobre los 9.

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Miedos en niños de 6 a 9 años | En esta etapa desaparecen los temores a seres imaginarios y los miedos son más realistas y específicos.

Los miedos más representativos en este periodo son los relacionados con la muerte (propia o de un familiar) y miedos médicos (sangre, heridas, inyecciones…). También en esta etapa empiezan a tener importancia los miedos relacionados con el fracaso y la crítica.

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El miedo a la muerte, normalmente de sus padres o de personas cercanas, puede aparecer en algunos niños de esta edad. Puede tratarse de un miedo relacionado con el temor a la separación.

Como padres deberéis ayudar a vuestro hijo a canalizar esa angustia, sin asustaros antes esas preocupaciones sino manteniendo una actitud serena y de escucha. Si intentáis por todos los medios aliviarle el sufrimiento no aprenderá nunca que la muerte forma parte de la vida. Negar la realidad no dará buen resultado. Lo que podéis hacer es decirle «mamá y papá morirán algún día, pero cuando sean muy muy viejos, tienen que pasar muchos muchos años».

El miedo a la muerte puede aparecer de forma espontanea o tras la pérdida de un ser querido, formando en ocasiones parte del propio proceso de duelo.

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Miedos en el final de la infancia, preadolescencia (de 9 a 12 años) | En esta etapa los miedos son más realistas y específicos. El temor a los ladrones y asesinos, a que entre alguien en casa, a lo que los demás vayan a pensar de mí y de mi imagen, a fracasar en los exámenes… son miedos habituales.

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Miedos en la adolescencia (de 13 a 18 años) | En este periodo adquieren importancia los miedos relacionados con la sexualidad, las relaciones interpersonales y el rendimiento personal.  Los miedos relacionados con la muerte y el peligro decrecen ligeramente.

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Actividades y juegos para ayudar a los niños a superar sus miedos

A través del juego y generando un espacio seguro podemos acercar a nuestros hijos a lo que temen con más facilidad, pues lo estaremos haciendo a través de una actividad divertida para ellos.

Miedo a la separación | Jugad al escondite | Se recomienda este juego a partir de los 3 o 4 años, ya que el niño debe tener la certeza de que encontrará a la persona que busca.

A través de este juego se puede ayudar a los más pequeños a comprender y respetar las reglas, a socializar y a que aprendan que pueden separarse de los cuidadores unos momentos y no pasa nada porque van a volver. Tener esa experiencia de separación en un entorno de juego es más fácil para ellos.

Jugar al escondite en casa puede ser lo ideal, ya que es preferible jugar en entornos que el niño conozca. En cuanto a la forma de jugar sería la típica:

  • Elegir a la persona que ha de buscar y encontrar a los demás.
  • Que esa persona cuente hasta 10 con los ojos cerrados.
  • Que cuando acabe de contar diga «voy» y salga a buscar al resto.
  • Cuando lo encuentre quedará «eliminado». Si solo jugáis dos personas, se acabaría el juego.
  • Al finalizar podéis intercambiar los roles.

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Miedo a la separación | ¡Vamos con los abuelos! | Dejar a vuestro hijo en algunos momentos con otras personas de confianza, como pueden ser los abuelos, favorece la separación para que vuestro pequeño vea que siempre volvéis.

Para ello le diréis a vuestro hijo, adaptándoos a su edad, que vais a ir a casa de los abuelos a pasar un buen rato.

Cuando llegue el momento en que os debéis marchar os despedís dándole un beso. La actitud debe ser tranquila, porque si os ponéis tristes o nerviosos de manera visible no estáis ayudando a que vuestro hijo entienda que no ocurre nada malo y qué vais a volver.

Si llega el momento clave y vuestro hijo está muy activado no se calmará con una explicación verbal. No intentéis explicarle nada para tranquilizarle y despedíos de manera firme y cariñosa.

Es algo que podéis poner en práctica siempre que la organización familiar lo permita. Tened presente que si el pequeño está cansado, enfermo o con hambre, se puede acrecentar la reacción negativa.

Que los niños sientan ansiedad al separarse de sus padres es natural, especialmente hasta los 6 años, y sobre todo a los dos y a los tres. Tened paciencia. Que os lo toméis con naturalidad ayudará a vuestro hijo a superar antes la situación.

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Miedo a la oscuridad | Tinieblas | Con este juego, convirtiendo la oscuridad en un medio de diversión, conseguiréis que vuestro hijo aprenda a tolerarla.

Escoged la habitación en la que vais a jugar y retirad los objetos con los que os podríais hacer daño. Una vez hecho esto bajáis las persianas para dejar la habitación a oscuras. Una persona participante en el juego (mamá, papa, el pequeño…) se queda fuera. El resto de participantes se esconden en la habitación.

La persona que se ha quedado fuera entra en la habitación y debe utilizar todos los sentidos para encontrar a las personas escondidas. A media que las vaya encontrando dirá sus nombres. Cuando se haya encontrado a todas las personas, el juego habrá terminado.

Podéis aprovechar el fin de semana para realizar esta actividad e introducir en ella también a algún amigo de vuestro hijo. Que haya siempre un adulto que participe o supervise el juego.

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Miedo a la oscuridad | La gallinita ciega | Este juego permite que los niños interactúen con sus amigos, al tiempo que se divierten, y les ayuda a mejorar su agilidad y su percepción del espacio.

Se decide el espacio donde jugar (si se sale de ese espacio se queda descalificado). Se le pone la venda o el pañuelo en los ojos a la persona elegida.

En ese momento el resto de niños le preguntan: «gallinita ciega, ¿qué se te ha perdido?» «Una aguja y un dedal». «Pues da tres vueltas y lo encontrarás».

El niño con los ojos tapados debe encontrar con el tacto al resto de jugadores.

Este juego se puede practicar en cualquier momento, siempre que un adulto pueda supervisar y estemos en una zona segura. Para los niños más pequeños (de 3 y 4 años) es recomendable que vayan de la mano de un adulto o de un niño más mayor, y no se les debe obligar si no desean taparse los ojos.

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Miedo a la oscuridad | Sombras chinas | Lo primero será elegir qué animales u objetos representaremos con las sombras. A continuación dejaremos a oscuras la habitación, con un pequeño foco iluminando la pared (podéis usar una linterna).

Realizaremos de uno en uno sombras en la pared que representen animales u objetos. Se permite usar las manos o cualquier otra cosa que ayude. ¡Aquí entra en juego la imaginación de cada uno!

El resto de personas deben adivinar que es lo que se está representando en la pared.

Al ser un juego que requiere cierta elaboración y tiempo para prepararlo es preferible hacerlo sin prisas, por ejemplo puede ser un buen momento el fin de semana. Por supuesto, cuanta más gente participe será más divertido.

Miedo a los seres imaginarios | El atrapa-monstruos | La imaginación de los niños se vuelve muy viva alrededor de los tres años. Gracias al desarrollo cognitivo que vamos adquiriendo a lo largo de nuestro crecimiento esta capacidad se va haciendo cada vez más potente.

Con esta edad algo tan inofensivo como una sombra o un sonido que antes pasaba desapercibido, puede desembocar en fantasías tenebrosas que a tu hijo le quiten el sueño. Aunque es cierto que no debes asustarte, porque pasar por esta etapa es normal, algunos niños lo pasan realmente mal.

Para realizar esta actividad, «el atrapa-monstruos», vais a necesitar un objeto o muñeco que sea agradable para vuestro hijo. Usad uno que ya tenga o compradle un sencillo peluche con este objetivo. La finalidad de este juego es enseñar al niño a cambiar aquellas imágenes desagradables de fantasmas y monstruos por otras agradables que ayuden a que se relaje, con ayuda de su «atrapa-monstruos».

Explicadle a vuestro hijo que su «atrapa-monstruos» le va a ayudar a tener sueños buenos. Animadle después a elegir una imagen agradable (podéis ayudarle recordando algunas vacaciones agradables, un baile del cole o una escena divertida de su peli favorita).

Luego le dais una sencilla instrucción con el recuerdo o imagen que vuestro hijo haya elegido. Por ejemplo: «cada vez que estés en tu cama y sientas miedo, con ayuda de tu «atrapa-monstruos», imagínate que estamos en la playa jugando a hacer castillos de arena».

Para que le resulte más sencillo, podéis practicar con él esta visualización una o dos veces antes de ir a dormir.

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Miedo a los seres imaginarios | Monstruolandia | Se trata de dibujar monstruos, fantasmas, brujas y cualquier cosa que a tu hijo le de miedo. De esta forma, al pasar un rato divertido rodeado de monstruos, conseguirás que vaya asociando emociones placenteras al objeto temido.

Haceos con unos folios y lápices o ceras de colores y poneos manos a la obra. ¡A dibujar! Si tú también te pones a dibujar con tu hijo para él la actividad será más estimulante.

Cuando tengáis hechos varios dibujos de monstruos «terroríficos» escóndelos por la casa. ¡Ahora vuestro hogar se ha convertido en «Monstruolandia». Anima a tu hijo a que los encuentre con ayuda de algún objeto que simule un «caza-monstruos».

Cuando los encuentre los podéis guardar en una carpeta. Podéis practicar este juego siempre que tengáis tiempo suficiente (¡Que no sea antes de ir a dormir!).

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Miedo a los seres imaginarios | El monstruo ridículo | Si ridiculizas aquello que el niño teme conseguirás que el miedo vaya dando paso al sentido del humor; tu hijo conectará con otras sensaciones y le estarás dando sensación de control.

Material necesario: cartulinas, lápices de colores, pegatinas varias, una nariz de payaso… y todo el material «antimiedo» que se os ocurra.

Pídele a tu hijo que dibuje lo que le da miedo, tal y como él se lo imagine. Cuando acabe, comenzad a pegar sobre el dibujo elementos ridículos que hayáis preparado. Podéis además dibujarle un sombrero muy feo, una nariz más grande, pelo de punta para que parezca despeinado… Id animando la actividad con comentarios divertidos, para que lo que le daba miedo empiece a provocarle risa.

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Miedo a la muerte | Árbol familiar | La finalidad de esta actividad es ofrecer a tu hijo un espacio para que pueda mostrar sus inquietudes respecto a este miedo, al tiempo que conoce más a su familia.

Al propiciar que conozca a sus antepasados contándole algo de sus vidas y alguna anécdota (lo cual puede resultar divertido) vas a facilitar que entienda que, aunque ya no están aquí, aunque ya han muerto, hay muchas cosas que han dejado y que de ellos podemos aprender.

Antes de poneros manos a la obra recopila todas las fotografías que puedas de vuestros antepasados. Coged una cartulina y lápices de colores para dibujar un árbol familiar (es opcional, podéis o no dibujarlo) y al mismo tiempo ves explicando a tu hijo historias de algunos de vuestros familiares.

Con esto estarás favoreciendo un diálogo que tranquiliza al niño, a la vez que le das información y le transmites un mensaje esperanzador sobre la vida y la muerte.

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Miedo a los ladrones | El inspector | Aunque la posibilidad de que en nuestro hogar entren ladrones existe, la finalidad de esta actividad es que el niño se encuentre tranquilo en su casa, ayudándole a que jugando descubra las cosas que evidencian que se encuentra en un sitio seguro.

Lo primero será hacernos con un kit de inspector: una lupa, una gabardina, un cuaderno de notas, un lápiz…

Cuando ya tengáis el material, indica a tu hijo que descubra por toda la casa todo aquello que hace que la vivienda sea segura: la altura del piso en el que vivís, la cerradura de la puerta, las rejas de las ventanas, la alarma de la casa (si la tenéis) que suena si alguien entra…

Puede ir anotando todo en su cuaderno para recordarlo cada vez que sienta miedo. Con este juego ayudas a tu hijo a focalizar su atención en los elementos de seguridad y confrontas su miedo con hechos objetivos.

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Miedos sociales | La diana de la amistad | A medida que tu hijo va creciendo su grupo de iguales cada vez cobra más importancia para él. Hay niños que son más sociables que otros. Ser tímido o más reservado no tiene por qué ser un problema, no es adecuado forzar al niño a que haga planes que no desea.

Los miedos en los niños por edades

Para un crecimiento emocional saludable de tu hijo es necesario que conozcas su personalidad, sus gustos y que potencies lo mejor de él aceptándole de manera incondicional.

Debes estar al tanto de si aparecen preocupaciones en tu hijo, de si sus relaciones con el entorno van bien o si por el contrario está teniendo problemas por algo en particular. Siempre resulta interesante profundizar en las habilidades sociales del niño para que aprenda a defenderse.

En ocasiones quizá tu hijo desea relacionarse más pero el miedo al ridículo o a la crítica negativa de los demás lo hacen complicado, generándole sufrimiento.

La actividad que aquí se propone servirá para que el niño se focalice en las experiencias agradables con sus compañeros. De esa forma conseguirás que salga de esos pensamientos desagradables y que gane confianza para afrontar situaciones sociales.

Necesitaréis una cartulina y lápices de colores. Dile a tu hijo que se dibuje a sí mismo en el centro de la cartulina (que sea un dibujo de tamaño pequeño).

Rodead su dibujo con un círculo, y poned otros dos o tres círculos más grandes alrededor (como formando una diana).

En el círculo más próximo a él que escriba el nombre de sus amigos más cercanos. En los círculos más alejados que anote el nombre de aquellos compañeros con los que se lleve bien pero no tenga tanta confianza. Puedes darle alguna idea para ayudarle, pero lo interesante es que sea él quien ponga los nombres de quienes considere.

Cuando la diana esté confeccionada pídele a tu hijo que te explique algún momento agradable, divertido o compartido con ellos. Pregúntale entonces si piensa que sus amigos también lo pasaron bien. Acabad esta actividad escribiendo en la cartulina frases que los amigos dirían de él: «Pedro es divertido» o «Pedro es dadivoso».

Podéis dejar la diana en un lugar visible de su habitación para que vaya añadiendo el nombre de más amiguitos o momentos divertidos.

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Miedo a los exámenes | La pregunta sorpresa | A veces, sin darnos cuenta, ejercemos una elevada presión a nuestros hijos con los resultados de los exámenes. Si un niño tiene ese miedo puede bloquearse dejando el examen en blanco aun habiendo estudiado, y puede terminar viendo el entorno escolar como algo amenazante que le genera mucha ansiedad.

Son conductas tras las que suele haber niños o adolescentes perfeccionistas, exigentes y con miedo a la evaluación negativa.

Lo verdaderamente importante que podemos hacer desde casa es premiar el esfuerzo, ya que el éxito a veces depende también de la suerte y en algunas ocasiones incluso puede llegar a ser una injusticia: «aunque no has obtenido el resultado que querías estoy muy orgulloso por el esfuerzo que has hecho».

Lo que realmente resulta educativo para un niño es que se potencie la tolerancia a la frustración y se le enseñe a levantarse con motivación. Enseña a tu hijo que la frase «todo esfuerzo tiene su recompensa» es cierta, y que esa recompensa puede llegar de muchas maneras y no solamente con un número o una calificación.

La finalidad de esta actividad es exponer a tu hijo poco a poco a la situación que teme: la evaluación, poniéndole al final de la jornada de estudio una pregunta al azar por escrito.

Cuando estéis tranquilos e casa, explícale a tu hijo lo que vais a hacer. Si el formato del examen es escrito, evita preguntarle de forma oral.

Cuando acabe su rato de estudio, apunta en una hoja una pregunta al azar para que la responda. Dale tiempo suficiente.

Sobre todo al principio no es lo importante cómo de bien o mal conteste, sino que vaya practicando en casa para que luego en el cole no se ponga tan nervioso. Refuerza aquello que consiga hacer y reconoce su esfuerzo.

Podéis empezar haciendo esto dos o tres días a la semana. Lo importante es que tu hijo se sienta seguro y tranquilo. Nunca le castigues o le regañes si no se sabe la respuesta, ya que eso no haría más que hacerle sentir mal consigo mismo. El adulto que haga con el niño esta actividad le debe transmitir cariño y confianza.

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Mesa-coloquio ‘Educar sin miedos’

El miedo es uno de los peores aliados para educar a un niño, pero educar sin miedo a nuestros pequeños es todo un reto. Cuando nace un hijo nos invaden todos los miedos e inseguridades del mundo mundial. El verdadero problema no es el miedo que sentimos, sino qué hacemos con él, como lo gestionamos.

Un equipo del programa ‘Para Todos La 2’ se desplazó hasta una granja escuela para plantear este tema a padres e hijos. ¿Coinciden los temores entre padres e hijos? ¿Padres y madres conocen realmente los miedos de sus hijos? Las respuestas han sorprendido a más de uno y es que, en el fondo, ¿qué es el miedo?

Dicen los expertos que es más fácil entender una emoción si esta se visibiliza, y en eso trabajan en esta granja escuela cada día. Con la naturaleza y los animales como aliados niños y niñas aprenden lo que es vivir sin miedos.

No hay nada mejor que cultivar la confianza desde las relaciones: en la familia, en la escuela… En la tertulia se habla del miedo que hoy tienen los niños en las aulas  a preguntar, a hacer el ridículo delante de los compañeros, a equivocarse… y no hay que olvidar que la equivocación es el primer paso para el aprendizaje. No hay que confundir la equivocación con el fracaso, y eso está pasando.

En la mesa del plató acompañan a Juanjo Pardo: Jorge Barudy, neuropsiquiatra experto en Psiquiatría infantil y de familia; Luis López González, psicólogo, director del programa Treva de relajación y meditación escolar del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Barcelona; y Cristina Gutiérrez, codirectora de la Fundación Granja-Escuela de Santa María de Palautordera.

10 cosas para regalar a los peques en Navidad

Nadie encarna mejor el espíritu de la Navidad que un niño. Hay algo en la magia y la alegría de la temporada que está reservado solo para los más pequeños. Y una de las mejores maneras de hacerles esta época un poco más mágica es darles unos regalos realmente fantásticos.
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Sabemos que conseguir el regalo perfecto para los niños puede ser difícil. Por ello, para facilitarte la tarea, hemos seleccionado las 10 mejores cosas para regalar a los más pequeños en Navidad.

1- Bloques de construcción

Los bloques de construcción son los favoritos de todos los tiempos. Vienen con imágenes coloridas y figuras divertidas que facilitan la diversión y el aprendizaje de los más pequeños. Los niños aprenderán a conocer los diferentes colores y objetos mientras trabajan su capacidad de resolución de problemas.

Para regalar en navidad a los niños

2- Libros

Los libros son un clásico que nunca pasa de moda. Estimulan la imaginación de los pequeños y amplían sus conocimientos del mundo. Los libros también les ayudan a desarrollar sus habilidades lingüísticas y auditivas y les prepara para entender la palabra escrita.

Como los libros son ideales para los niños de todas las edades, es fácil encontrar una historia que despierte sus imaginaciones.

Para regalar en navidad a los niños

3- Circuitos de carreras

Si a tus pequeños les gustan los coches, esta es tu oportunidad de sorprenderlos con espectaculares circuitos de carreras como el de los juegos de Scalextric y Carrera Go que puedes encontrar por ejemplo en esta tienda Slot, aunque puedes encontrar muchas más si buscas por Internet. Estos juguetes son divertidos y asequibles. Además, puedes completar los circuitos con sus coches de carreras favoritos.

Para regalar en navidad a los niños

4- Rompecabezas

Los rompecabezas ayudan a mejorar la capacidad de resolución de problemas y el pensamiento lógico de los más pequeños. Hay una gran variedad para todas las edades e intereses. Puedes optar por un rompecabezas personalizado con sus nombres, un tema específico como los animales o el alfabeto, o encontrar uno relacionado con un libro o personaje que les guste.

Esta es una actividad estupenda para un día de lluvia o cuando tu hijo necesita un rato de tranquilidad.

Para regalar en navidad a los niños

5- Juguetes de exterior

Los juguetes de exterior siempre son un éxito. Las bicicletas y los patinetes son dos de los juguetes de esta categoría más populares para los niños de todas las edades. Estos juguetes son una excelente manera de hacer que los más pequeños se muevan y usen su imaginación. Tendrán horas de diversión mientras toman aire fresco y hacen ejercicio.

Para regalar en navidad a los niños

6- Reloj de pulsera

Saber decir la hora es una habilidad que se aprende en la infancia y que es crucial para toda la vida. Un reloj divertido y vibrante es un regalo estupendo para los más pequeños cuando se trata de fomentar el interés por leer la hora; tanto si se trata de estilo como de funcionalidad, un reloj es un regalo memorable que se conserva durante muchos años.

Para regalar en navidad a los niños

7- Material para manualidades

A la mayoría de los niños les encanta crear. Así que deja que tu hijo entre en el mundo de la creatividad regalándole materiales para las manualidades. Regálale acuarelas, lápices de colores, crayones, plastilinas, pegatinas y demás.

Estos materiales se pueden regalar a niños de todas las edades. Solo debes elegir un kit según la edad de tu pequeño y no te olvides de añadir papel o un lienzo, así podrá empezar a crear enseguida.

Para regalar en navidad a los niños

8- Pijamas

Los más pequeños pasan una buena parte del tiempo en sus pijamas, así que ¿por qué no regalarles algo realmente bonito y cómodo? Puedes regalarles un pijama con sus personajes de dibujos animados o sus animales favoritos y, además, sirve como prenda funcional para que se abriguen en las noches más frías del invierno.

Un pijama ingenioso puede convertir al más reacio de los niños en un participante voluntario cuando se pronuncian las palabras «hora de dormir».

Para regalar en navidad a los niños

9- Juegos de mesa

El mundo de los juegos de mesa es amplio y apto para todas las edades. El hecho de que estos juegos sean jugados por más de una persona a la vez significa que son sociables; lo cual ayuda a enseñar a los pequeños valiosas lecciones sobre la toma de turnos y la paciencia. Además, los juegos de mesa son muy divertidos para unir a toda la familia.

Para regalar en navidad a los niños

10- Instrumentos musicales de juguete

Siempre se ha hablado de la música como un material beneficioso para el desarrollo de los niños. En Navidad, puedes regalar a tu pequeño un bonito instrumento musical de juguete con micrófono. Así aprenderá a reconocer nuevos sonidos y, con el micrófono, también podrá grabar su voz.

Para regalar en navidad a los niños

La Navidad no sería Navidad sin los regalos, y a los niños les hace mucha ilusión recibir regalos increíbles. Así que elige uno o varios de la lista anterior, envuélvelos con un papel de regalo brillante y guárdalos bajo el árbol de Navidad. A los más peques seguro les encantará el regalo que elijas para ellos.

Qué es el herpes zóster

Herpes zóster síntomas tratamiento

La infección por herpes zóster, lo que popularmente conocemos como culebrilla, es una enfermedad que se estima van a padecer una de cada tres personas de entre 50 y 90 años a lo largo de su vida. Se trata de una enfermedad que no suele complicarse y que no reviste gravedad pero que es molesta y muy dolorosa.

En esto como en todo es importante la prevención, el diagnóstico, el tratamiento precoz y la información. En esta publicación encontrarás respuesta a las dudas más frecuentes en torno a esta enfermedad y también podrás escuchar el testimonio de pacientes que la han sufrido.

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Qué es el herpes zóster

El herpes es una familia de virus que comprende un montón de variedades clínicas. Podemos identificar por ejemplo:

El virus de herpes simple tipo 1 (VHS-1), como el típico herpes simple labial que nos aparece cuando estamos estresados o en situaciones con inmunidad un poco comprometida.

También el virus de herpes simple tipo 2 (VHS-2), que es de transmisión sexual y que suele aparecer en zonas genitales.

Y el herpes simple tipo 3 (VHS-3), el virus varicela-zóster, ese virus que nos afecta en la edad infantil ―cuando somos niños― y que nos da la clásica erupción de la varicela con fiebre, manchas costrosas de un color rojo vinoso, dolor de garganta y de cabeza y que al cabo de un tiempo se autolimita, pero que puede quedar adormecido en nuestro organismo y al cabo de unos años producirnos una exantema ―una erupción en diferentes partes del cuerpo― cuando ya tenemos una edad bastante más avanzada.

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El virus que provoca la varicela y el que provoca el herpes zóster es el mismo virus. Ese virus que nosotros podemos coger durante nuestra infancia  se queda como adormecido en nódulos nerviosos después de haber pasado la varicela de niños.

Puede ocurrir que al cabo de 40, 50 o 60 años este virus, que ha quedado atrapado en esos nódulos nerviosos, se activa aprovechando que con la edad nuestra inmunidad rebaja su efervescencia. Puede aprovechar momentos de debilidad postquirúrgicos o en que tengamos un poco más bajo nuestro sistema inmunitario para aparecer en forma de la enfermedad que conocemos como herpes zóster.

Momentos de estrés y agotamiento físico pueden ser situaciones propicias para que el virus se active | Es seguramente lo que le ha ocurrido a Justin Bieber que ha cancelado su gira por una recaída del síndrome de Ramsay Hunt, que le provoca parálisis facial y por lo tanto dificultades obvias al hablar y sobre todo al cantar. Este síndrome es una variante poco habitual de la infección por herpes zóster.

Seguramente el cantante, en el momento en que estaba haciendo su gira, se encontraba sometido a bastante presión, estrés, los conciertos, agotamiento físico… y esa es una situación que fácilmente puede ser predisponente para que se active el virus varicela-zóster y aproveche esa bajada de inmunidad, que puede ser debida al estrés, para empezar a afectar en forma de vesícula ―de granitos― con contenido de líquido en zonas muy localizadas pertenecientes a una zona única de un nervio concreto.

Normalmente la infección por herpes zóster no suele complicarse | El caso de Justin Bieber, esa complicación derivada que le dificulta hablar y cantar correctamente, es un caso extremo y poco frecuente.

El síndrome de Ramsay Hunt que sufre el cantante es una complicación del propio zóster, que consiste en que este virus de varicela-zóster se ha quedado adormecido en el nervio facial. Se ha quedado ahí durante muchos años hasta que ha aprovechado, en este caso, un momento de estrés del joven y es cuando ha aparecido toda la reacción inflamatoria con las vesículas correspondientes en la zona del nervio facial.

Este nervio facial puede afectar en su rama de la cuerda del tímpano en lo que es la parte de audición y en la parte de la mímica facial con la apertura del párpado. Hemos visto algunas imágenes en las que el pobre no podría abrir ni la mitad de los párpados afectados.

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Qué síntomas produce el herpes zóster

Lo primero que notaremos es dolor en la zona. Miraremos nuestra piel y aparentemente no veremos nada, simplemente tendremos dolor. Ese dolor continúa luego con picazón en esa zona.

Puede haber adormecimiento y también sensación de hormigueo. A medida que va pasando todo esto puede haber un dolor severo, muy concreto y punzante. Se produce como una especie de cinturón y puede aparecer en el pecho, en la espalda, alrededor de la nariz e incluso en los ojos.

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El dolor y el ardor pueden ser intensísimos antes de que aparezca la erupción. Posteriormente, cuando ya aparezca la erupción, se van a ver como unos puntitos rojos y luego esos granitos se van a convertir en ampollas que pican y duelen. Dentro de esas ampollas ―dentro del líquido de esas ampollas― es donde están los virus.

En pocos días esta evolución aparece en la piel. Se produce una inflamación del nervio ―en el que el virus estaba dormido y se ha despertado― y empiezan a aparecer esas vesículas llenas de líquido. Luego esas ampollas se rompen formando pequeñas ulceritas que hay que cuidar muy bien con el fin de que no se infecten, porque si eso ocurre se debería tomar antibiótico para curar la infección. Por supuesto es malo rascarse las ampollas, ya que con eso tendremos infección segura.

En la mayoría de los casos el sarpullido suele desaparecer en pocas semanas. A veces el dolor severo puede durar entre meses e incluso años. Es una enfermedad que hay que tomar con paciencia porque las personas que padecen un herpes zóster y están con molestias durante dos o tres meses, o incluso seis, es algo normal, van bien. Pero a veces pueden pasar con esas molestias uno, dos y tres años, o incluso alguno más.

Otro síntoma puede ser que aparezca dolor abdominal, con fiebre y escalofríos. Puede notarse una sensación de malestar, dolor de cabeza, dolores articulares e inflamación de los ganglios linfáticos por esa infección.

En algunos casos el herpes puede infectar los nervios de la cara y el oído, siendo este un síntoma algo más grave y hay que tener un tratamiento muy afinado e inmediato. Cuando el virus ataca de esa forma podemos tener alguna dificultad para mover algunos músculos de la cara. Si nos afecta a los ojos tendremos problemas en la caída del párpado, y notaremos pérdida del movimiento de los ojos. Notaremos también falta de audición en alguno de los oídos donde nos afecte, en un lado o en otro, y problemas del sentido del gusto.

Este es el testimonio de tres pacientes que han tenido herpes zóster:

Cómo se diagnostica el herpes zóster

Las pruebas son bastante sencillas. En un principio el médico, en cuanto lo vea, se va a inclinar por diagnosticar un herpes zóster porque es muy característico. Aunque también se dan casos en los que cuesta más llegar al diagnóstico.

Se puede hacer también un análisis de sangre, para ver cómo estamos en líneas generales y si han aumentado los leucocitos e incluso si tenemos anticuerpos al virus de la varicela. Eso no certifica que vayamos a detectar que es herpes zóster en este caso, pero si va a haber unos anticuerpos de varicela que van a estar elevados.

Herpes zóster síntomas tratamiento

Un caso bastante habitual, en mujeres, es que justamente por debajo del sujetador, donde roza un aro o alguna parte del sostén, no se sabe por qué ―la causa de la enfermedad del herpes zóster se sabe pero no se sabe el por qué se despierta el virus, si puede ser por el roce, por el calor o por lo que sea― aparece como una rozadura que en un primer momento podemos pensar que está producida por el sujetador o por el sudor, y al final es un herpes.

No pensemos simplemente que es un roce y una eczema, sino que puede ser un herpes zóster y más vale consultar a tiempo y estar dentro de las primeras 72 horas para poner un tratamiento correcto.

Qué tratamiento requiere

Se tendrá que tomar antibiótico si hay infección por las úlceras, pero los virus en sí no se combaten con antibióticos sino que se tratan con antivirales.

El más conocido que se receta es el llamado Aciclovir, aunque últimamente se están utilizando otros que son más efectivos como es el Famciclovir y el Valaciclovir. Son medicamentos que deben tomarse tres veces al día durante unos siete días.

Lo que va a hacer esta medicina es ayudar a disminuir el dolor y prevenir complicaciones, y va a cortar el curso de la enfermedad.

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Es interesantísimo que estos medicamentos se pudieran empezar a tomar dentro de las primeras 72 horas en que apareció el primer síntoma del dolor o del picazón, porque de esa forma van a ser mucho más efectivos. Y, sobre todo, es muchísimo mejor empezar a tomarlos antes de que empiecen a aparecer las ampollas, porque si no luego van a tener menos efectividad.

También se pueden recetar antiinflamatorios para mitigar el dolor. Asimismo se pueden emplear analgésicos y antihistamínicos ―que van a reducir la picazón― bien sea tomados por vía oral o simplemente aplicándolos en la piel.

En cuanto a los tratamientos para la piel, se siguen estudiando cremas, geles o aerosoles a ver cuál puede venir mejor, pero hay una crema que tiene una sustancia que es la capsaicina ―que es la sustancia química que contiene el picante de los pimientos― que resulta fenomenal para el herpes zóster. Lo que va a hacer esta crema es atenuar el dolor producido por este herpes.

También, dentro de los medicamentos utilizados para el herpes zóster, nos podemos encontrar con antidepresivos, con anticonvulsivos ―que son tratamientos para la epilepsia― y con medicamentos para tratamiento de dolor severo de otras causas.

Dentro de los antidepresivos el más conocido que se utiliza es la Nortriptilina, que es un antidepresivo muy común y muy usado en el tratamiento del dolor del herpes.

¿Se puede contagiar?

El herpes zóster está provocado por un virus que es el que provoca la varicela. Una persona que está teniendo herpes zóster tiene este virus y nos puede contagiar una varicela, pero no el herpes zóster.

El herpes zóster es lo que provoca el virus al cabo de los años, cuando ya tenemos una edad. Un paciente adulto con un herpes zóster activo podría llegar a contagiar a una persona que no haya pasado anteriormente la varicela y provocarle una varicela, pero directamente otro herpes zóster sería muy improbable.

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Por lo tanto, como prevención se debe evitar el contacto con las ampollas y los sarpullidos de las personas, porque es en ese líquido donde están los virus. Si nunca se ha sufrido la varicela o no se ha recibido la vacuna en su día, lógicamente nos podemos contaminar y tener una varicela en ese momento, independientemente de que se esté en la edad infantil o adulta. Hay que ir con cuidado porque la varicela en adultos es mucho peor que en niños.

¿Se puede repetir la enfermedad en la misma persona?

El virus varicela-zóster tiene una fase de infección ―que es cuando produce la varicela― que luego es seguida de una fase durmiente. Vive latente en el tejido nervioso después de que se contrae con la varicela y, más adelante, va y se despierta sin que sepamos aún por qué ocurre.

Normalmente, después de una primera infección de herpes zóster la enfermedad no se suele repetir. Son raros los casos en los que se repite una segunda vez, pero puede ocurrir.

¿Puede el herpes zóster tener complicaciones?

El síndrome de Ramsay Hunt es una de las posibles complicaciones que puede tener la infección por herpes zóster y es de las más serias. Se puede producir cuando el virus afecta a los nervios de la cara o de los oídos. En este caso puede producir un dolor severo en el oído, puede darse incluso una irrupción dolorosa en el tímpano, en el conducto auditivo externo, provocar la hipoacusia. También, si afecta el nervio trigémino o el nervio facial va a producir parálisis y parestesias.

La complicación más frecuente que se produce es la neuralgia postherpética, un dolor de origen neuropático localizado en el lugar donde surge la erupción y que puede persistir más de tres meses una vez que se ha curado el herpes. Se estima que a los 50 años el 18% de los pacientes la desarrollan, y a la edad de 80 años hasta el 33%.

La vacuna como prevención

En septiembre de 2022 se ha aprobado en España la recomendación de la vacunación contra el herpes zóster en personas de riesgo y en la población general a partir de los 65 años, aunque no todas las comunidades han incluido aún esta vacuna en su calendario.

Son dos las vacunas autorizadas: Zostavax y Shingrix.

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Este hecho ha supuesto un importante paso sanitario en lo que a vacunas se refiere. También con respecto al cuidado de las personas mayores, ya que este grupo es uno de los más afectados, tanto por su prevalencia como por sus complicaciones.

Existen razones que respaldan la importancia de la vacunación en los mayores, por ejemplo las hospitalizaciones. Alrededor de un 60% de las hospitalizaciones por herpes zóster y alrededor del 80% de las hospitalizaciones por la neuralgia que queda después ocurren en personas mayores de 60 años.

Zostavax es una vacuna de virus vivos atenuados. Se administra en una sola dosis y no presenta importantes reacciones. Su inconveniente es que su eficacia disminuye a partir de los doce meses.

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Shingrix es una vacuna inactivada de una subunidad del virus. Se administra en dos dosis separadas entre dos y seis meses. Su ventaja es que ofrece inmunidad que persiste más tiempo en todos los grupos de edad.

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Y algunos remedios caseros

Compresas de té | Se pueden utilizar compresas de té ―da igual que sea té verde o té negro―, para ello hacemos una infusión de té y nos ponemos la bolsita encima de la zona donde justamente tenemos el herpes.

Aceite de árbol de té | El aceite de árbol de té dentro de sus propiedades, aparte de ser bactericida, es antiviral y de los más potentes que hay. Con unas gotitas de aceite de árbol de té mojado en un algodón y dándonos toques sobre la zona del herpes zóster… el efecto es prácticamente mágico.

Baños | Se pueden hacer también baños con agua tibia, pero luego vamos a secar con un secador de aire frío. El agua tibia lo que hará en un principio va a ser reactivarlo un poco, pero luego el aire frío lo va a calmar perfectamente.

Evitar los cambios bruscos de temperatura | Si hacemos un cambio brusco de temperatura se pueden activar las ramificaciones de los nervios y activarse de esa forma mucho más el dolor.

Aplicar miel | Aplicar directamente miel sobre la zona afectada es uno de los remedios más poderosos porque tiene acción antiinflamatoria y antiviral, y poco a poco va disminuyendo los síntomas. Además tiene la ventaja de que la miel se puede aplicar directamente en cualquier zona del cuerpo, sin necesidad de ninguna preparación.

Por último decir que es recomendable:

  • Consumir alimentos ricos en vitamina C y del complejo B.
  • Evitar cualquier cosa que esté muy caliente para la piel, con el fin de que las ampollas no se reaviven.
  • No reventar las ampollas, por supuesto, para evitar infecciones.
  • E intentar tener nuestro sistema inmunológico bien activado.