Hace ya más de 90 años que un joven reportero con tupé, acompañado por su inseparable perro Milú, vio la luz por primera vez.
.
Tintín se aproxima a su centenario y sigue en plena forma. Las aventuras del periodista belga se publicaron por primera vez el 10 de enero de 1929 en ‘Le Petit Vingtième‘, el suplemento infantil del diario católico belga ‘Le Vingtième Siècle‘. Fue el nacimiento de un personaje que se ha convertido en un clásico de los cómics.
Muestra de su éxito es que de sus libros se han vendido 250 millones de ejemplares y que se han traducido a 120 idiomas.
Algunos datos sobre Hergé, padre de Tintín
Georges Prosper Remi nació en Etterbeek, en Bélgica, el 22 de mayo de 1907. Murió en Woluwe-Saint-Lambert, también en Bélgica, el 3 de marzo de 1983.
Georges fue un historietista belga, más conocido por el seudónimo artístico Hergé (por ser esa la pronunciación en francés de sus iniciales en orden inverso: R.G. —Remi + Georges—).
En un momento de su vida Hergé estuvo a punto de dejar el cómic y pasarse a la pintura. ¿Por qué motivo? | Él se sentía algo frustrado porque no se le consideraba un gran artista, debido a que se dedicaba al cómic. En los años 60 empezó a pintar cuadros. También exploró el diseño y la publicidad.
Explica Joan Manuel Soldevilla, escritor y tintinólogo, que Hergé intentó ser pintor abstracto y tuvo la colaboración de algunos pintores de vanguardia muy interesantes. Sus amigos le animaron a continuar, pero a él no le acabaron de convencer los resultados y se dio cuenta de que su ADN era ser dibujante de cómics.
La obra del dibujante belga es algo más que Tintín, pero es, sobre todo, Tintín | En 1929 publicó las primeras viñetas. ‘Tintín en el país de los soviets‘ es la primera historia de Tintín y su fiel compañero Milú.
Era el momento de gran expansión del cine. En el arte de Hergé se puede encontrar el movimiento cinematográfico. Tintín es, en cierta manera, cine en papel.
Como ocurre en el cine, Hergé localizaba escenarios reales | Se inspiraba en paisajes y en objetos que existían y se documentaba meticulosamente. Especialmente desde ‘El loto azul‘, el álbum hecho con la colaboración de su amigo chino Zhang Chongren, convertido él mismo en personaje, y que se puede considerar como un alegato antiimperialista, que contradice aquellas lecturas que ven derivas racistas en el personaje de Tintín.
Zhang fue una amistad significativa para Hergé, tuvo para él una importancia capital | Chang Chong-chen, el niño chino que aparece en ‘El loto azul‘ y en ‘Tintín en el Tibet‘ (1960), está inspirado en Zhang, un estudiante de arte al que conoció cuando ambos tenían 27 años.
Zhang estudiaba escultura en Bruselas y ayudó a Hergé con el background que necesitaba para ‘El loto azul‘. Entre ambos se entabló una profunda amistad.
Zhang volvió a China en 1935 y Hergé perdió su pista en el violento desarrollo de la Revolución Cultural maoísta. Llegó a pensar que había muerto. En 1960, tras una crisis psicológica grave que requirió de asistencia psiquiátrica, el dibujante y guionista abordó la más ambiciosa de sus obras, ‘Tintín en el Tíbet‘, quizá la mejor.
En el libro Tintín recuerda al niño Chang al que había salvado de morir ahogado en ‘El loto azul‘ y, por instinto, se decide a subir al Himalaya para salvarlo de un accidente aéreo en el que no parece haber supervivientes.
Hergé nunca perdió la esperanza de volver a encontrarse con su viejo amigo. Durante esos años, en que no existían las redes sociales, para intentar dar con él usaba un método más rudimentario: preguntaba por Zhang a todos los chinos con los que se encontraba.
Por fin, en 1977, Hergé tuvo noticias de su amigo a través de un conocido en común y le envió una afectuosa carta. Cuatro años después pudieron abrazarse en el aeropuerto de Bruselas, en una cita organizada por varios medios de comunicación.
La instantánea del reencuentro bien merecería una viñeta: Hergé, viejo y espigado, se presentó vestido de tweed; Zhang, bajito y repeinado, lo abrazó al borde del llanto.
«¿Cómo explicar lo que uno siente –se preguntó Hergé ante los micrófonos– al reencontrarse casi medio siglo después con alguien que fue más que un amigo, con alguien que me abrió las puertas y las ventanas a una civilización de la que yo no sabía nada?».
Para celebrar el reencuentro se celebró una fiesta. El amigo chino perdido pasó tres meses en Bélgica.
Por aquel entonces Hergé ya padecía la leucemia a consecuencia de la cual murió en 1983. Zhang, que recibió la nacionalidad francesa, moriría en París en 1998.
El gran legado de Hergé no es sólo Tintín, sino también el resto de sus personajes. Una inmensa familia que sobrevive perfectamente el paso de las generaciones. Se han vendido más de doscientos cincuenta millones de ejemplares de sus aventuras, y se han traducido a más de un centenar de idiomas.
Una entrevista y dos libros para conocerle mejor
Entrevista a Hergé – Radio Canada Television (1960) | Hergé conoce el éxito a comienzos de la década de 1960. La venta de los álbumes de Tintín rebasa entonces los 10 millones de ejemplares en todo el mundo.
El 27 de junio de 1962, con ocasión de la Semana de Canadá y Bélgica, Radio-Canada presentó una conversación de Judith Jasmin con Hergé, grabada en el jardín de su residencia de Céroux-Mousty. En ella el autor habla de sus inicios como dibujante, del interés de los niños por Tintín y de las traducciones de los cómics a otros idiomas.
Museo Hergé | 480 páginas | Este libro (Zephyrum Ediciones, 2013), del periodista Michel Daubert, es una obra profusamente ilustrada compuesta por siete capítulos:
- Como un inmenso cómic
- G.R., apodado Hergé
- Una familia de papel
- En las fuentes de Hergé
- En el planeta Tintín
- La gloria de R.G.
- La obra
El libro sigue la estructura del Museo Hergé, con un capítulo por sala expositiva. Sirve de guía por tanto para el centro diseñado por el arquitecto Christian de Portzamparc e inaugurado el 2 de junio de 2009 en la ciudad belga de Louvain-la-Neuve (a 25 kilómetros de Bruselas).
Hergé, hijo de Tintín | 560 páginas | Este segundo libro es una concienzuda biografía de Benoît Peeters, la última persona que entrevistó a Hergé en 1983 a instancias del propio biografiado.
En esta obra su autor nos relata los orígenes de una las figuras más influyentes del siglo XX. Sumergiéndose en entrevistas, cartas y testimonios, muchos de ellos inéditos hasta ahora, Peeters revela los secretos que se ocultan tras Hergé y su gran creación: Tintín. Sin duda se trata de un libro imprescindible para los tintinófilos.
Todos los libros de las aventuras de Tintín
Libros publicados en vida de Hergé (23 álbumes)
De ‘Las aventuras de Tintín‘, hasta 1983, año en que murió su creador Hergé, se publicaron 23 volúmenes. El primero, ‘Tintín en el país de los soviets‘. El último, ‘Tintín y los Pícaros‘, en 1976. De forma póstuma, la Fundación Hergé y la editorial Casterman sacaron al mercado ‘Tintín y el Arte-Alfa‘, en 1986.
Las viñetas del intrépido periodista pasaron de las páginas de ‘Le Petit Vingtième‘ a las del diario ‘Le Soir‘ durante la ocupación alemana de Bélgica, entre 1940 y 1944. Después al semanario ‘Tintín‘.
En el imaginario colectivo han quedado los personajes de la saga, desde el leal fox-terrier que siempre acompaña a Tintín hasta el capitán Haddock, los Dupont y Dupond, la Castafiore y el profesor Tornasol.
Las aventuras de Tintín permiten hacer un recorrido por la historia del siglo XX, desde el colonialismo en África hasta el imperialismo japonés, y también con la llegada a la Luna, en que Hergé se avanzó a Neil Armstrong. Los tintinólogos aprecian tanto el entretenimiento que ofrecen las páginas como la labor de documentación de su creador.
Tintín en el país de los soviets | 144 páginas | La publicación de las aventuras de Tintín, reportero del ‘Petit Vingtième’ en el país de los soviets, se inició el 10 de enero de 1929 en el suplemento para niños del diario belga ‘Le Vingtième Siècle’, en forma de páginas sueltas, en blanco y negro.
En 1930 fueron recopiladas en un álbum con el que Hergé inició la colección de ‘Las Aventuras de Tintín’, mostrando lo que en el futuro sería su manera de hacer tanto en dibujos como en guiones y «gags», y que perfeccionaría en las siguientes aventuras.
Tintín en el Congo | 64 páginas | En esta aventura Tintín parte al centro de África, para realizar un reportaje. Allí le esperan peligrosas aventuras, pues sus enemigos le persiguen para matarle.
Al volver Tintín de su viaje a Rusia relatado en ‘Tintín en el país de los Soviets’, Hergé recibe el encargo de hacer viajar a Tintín al Congo, entonces colonia de Bélgica.
La historia comenzó a publicarse el 5 de junio de 1930 en ‘Le Petit Vingtième’. En 1946, Hergé redibujó totalmente el álbum para pasarlo a color y reducir sus 110 planchas de origen a las 62 páginas que tendrían los álbumes en lo sucesivo.
En esta nueva versión a color introdujo numerosas modificaciones, suavizando un poco los tintes colonialistas. A pesar de ello ‘Tintín en el Congo’ cayó en desgracia a partir de los años 50, y se hizo bastante difícil de encontrar.
Era el conflictivo momento de la descolonización, y el álbum no era particularmente muy oportuno. Pero curiosamente fue en una revista del Zaire donde reapareció por primera vez la historia, acabando con la cuarentena de ‘Tintín en el Congo’.
Tintín en América | 64 páginas | La idea inicial de Hergé era construir su relato alrededor del pueblo indio Piel Roja que siempre le había fascinado, pero luego quiso también mostrar lo máximo posible de América: los desiertos y las praderas, las industrias modernas y las grandes ciudades, la prohibición del alcohol, los gánsteres, los cowboys y la expoliación de los indios pieles rojas, denunciando cómo fueron expulsados de sus tierras al encontrarse allí petróleo.
‘Tintín en América’ empezó a publicarse el 3 de septiembre de 1931 en ‘Le Petit Vingtième’, a razón de dos planchas por semana, donde se editaría durante un año. Como en el caso de ‘Tintín en el Congo’, la versión en color del álbum fue realizada en 1945, beneficiándose de los progresos que la práctica y la experiencia de estos años habían dado a Hergé, alcanzando ya una gran maestría y dominio en el lenguaje del relato visual, donde las imágenes narran por sí mismas, sin esperar a que el texto se encargue de hacerlo.
Los cigarros del faraón | 64 páginas | Tintín viaja en un crucero con destino al Extremo Oriente. A bordo conoce al extraño egiptólogo Filemón Ciclón quien viaja en busca de la tumba del faraón egipcio Kih-Oskh. Tintín le acompaña hasta la tumba y allí descubre los misteriosos cigarros, que esconden algo más que tabaco. Entonces es secuestrado y abandonado en el mar, pero se salva y desembarca en Arabia.
Después de numerosas peripecias va a parar a la India, donde se aloja en casa del Maharajá de Rawhajpurtalah.
‘Los cigarros del Faraón’ empiezan a aparecer en ‘Le Petit Vingtiéme’ el 8 de diciembre de 1932. Era la época en que la noticia de la maldición de la tumba de Tutankamon ocupaba muchas páginas de los periódicos sensacionalistas. Este tema interesó a Hergé de tal forma que años más tarde lo volvió a plantear en ‘Las 7 bolas de cristal’.
El Loto Azul | 64 páginas | Tintín viajará esta vez a la milenaria China. En Shangai descubre el origen de un poderoso veneno que hace enloquecer. Se enfrenta con una terrible banda de traficantes de opio y con unos agentes japoneses que hasta el final del libro mantienen el suspense del lector.
Al finalizar ‘Los cigarros del faraon’, Hergé había anunciado en ‘Le Petit Vingtième’ que Tintín iba a proseguir su viaje hacia Extremo Oriente. Entonces recibió una carta del Padre Gosset, capellán de los estudiantes chinos en la Universidad de Lovaina, que le aconsejó documentarse bien sobre China y su cultura y le presentó a Tchang Tchong-Jen, joven chino estudiante de arte en la Academia de Bellas Artes de Lovaina. Enseguida simpatizaron y se hicieron grandes amigos. (Podemos reconocerlo en el personaje Tchang, el chico chino amigo de Tintín).
A través de largas conversaciones con Tchang, Hergé pudo adentrarse en el conocimiento de la cultura de China, alejándose de los tópicos sobre los chinos que tenían los europeos, absolutamente alejados de la realidad. La amistad con Tchang duraría toda la vida, tanto en la ficción como en la realidad.
La oreja rota | 64 páginas | El robo de un fetiche arumbaya del museo etnográfico lleva a Tintín a la república sudamericana de San Teodoro. Allí se ve inmerso en la guerra de este país con su vecino Nuevo Rico, y se convierte en ayudante del general Alcázar, controvertido personaje que volveremos a encontrar más adelante en otras aventuras.
Tintín se adentra en la selva hasta encontrar a los Arumbayas y descubrir el misterio del fetiche robado.
Esta aventura de Tintín empezó a publicarse en ‘Le Petit Vingtième’ a finales de 1935 y salió en volumen en 1937. Fue puesta en color en 1943. Aquí una vez más Hergé incluye alusiones de la actualidad mundial. El conflicto entre San Teodoro y Nuevo Rico por el petróleo está basado en la sangrienta guerra del Gran Chaco, que enfrentó al Paraguay y a Bolivia durante los años treinta y duró tres años causando más de 100.000 muertos.
Hergé es casi absolutamente fiel a la realidad. Convierte «el Gran Chaco» por «el Gran Chapo» y transforma los nombres de dos compañías petrolíferas, pero todo el resto es de una exactitud escrupulosa.
La isla Negra | 64 páginas | ‘La isla Negra’ aparece en ‘Le Petit Vingtième’ del 15 de abril de 1937 al 16 de junio de 1938. El álbum fue editado por primera vez a finales de 1938 en blanco y negro. En 1943 se pasó a color reduciendo el número de páginas a 62.
En el año 1965, al realizarse la traducción inglesa, el editor británico señaló a Hergé numerosos errores que contenía este volumen desde el punto de vista inglés. Hergé envió a su colaborador Bob de Moor a Inglaterra con la lista de errores y el encargo de rejuvenecer y autentificar la historia. Así ‘La isla Negra’ fue totalmente redibujada y modernizada.
Es de observar que ya en la edición de 1937 sale un televisor, y aunque los primeros ensayos datan de 1923 era aún entonces un invento relativamente confidencial.
El cetro de Ottokar | 64 páginas | Cuando Tintín recoge una cartera olvidada en un banco no puede imaginarse que ello le va a llevar al país de Syldavia, situado en el centro de los Balcanes. Allí se entera de que hay una conspiración para robar el cetro del rey, Muskar XII, sin el cual este no puede seguir reinando. Y su país vecino, Borduria, tiene claras intenciones de invasión.
La trama está claramente influida por la época. La historia se publicó en ‘Le Petit Vingtième’ del 4 de agosto de 1938 al 10 de agosto del año siguiente. Los signos que anunciaban la Segunda Guerra Mundial eran numerosos y la Alemania de Hitler preparaba la invasión de Austria, que quedó anexionada convirtiéndose en una provincia más del tercer Reich.
Vemos en ‘El cetro de Ottokar’ como Borduria intenta anexionarse al país de Syldavia con la ayuda de un tal Musstler, cuyo nombre es una composición de Hitler y Mussolini. En el año 1947 el álbum fue rediseñado a color.
El cangrejo de las pinzas de oro | 64 páginas | Siguiendo la pista de una misteriosa lata de cangrejo, Tintín acaba prisionero en un barco de una banda de traficantes de opio. Allí encuentra al malvado Allan y por primera vez al capitán Haddock, entonces un patético esclavo de su adicción al alcohol.
El 10 de mayo las tropas alemanas entran en Bélgica, interrumpiendo la publicación de ‘Tintín en el país del oro negro’. El desastre se cierne sobre todo el país. Hergé, con su hija y su cuñada, marchó a París el 15 de mayo y de ahí marcharon a casa de unos amigos en la región de Aubergne, a la espera de los acontecimientos. El 30 de junio volvieron a Bruselas y allí se encontró Hergé que ‘Le Vingtième Siècle’ había muerto, y con él había desaparecido también ‘Le Petit Vingtième’.
La estrella misteriosa | 64 páginas | Un meteorito se dirige hacia la tierra y muchos presagian el fin del mundo. Tintín acude al observatorio astronómico donde conoce al profesor Calys.
Por suerte los presagios no se cumplen y sólo llega a la tierra un fragmento del meteorito, que cae en el océano Ártico. Al advertir la presencia de un elemento desconocido, el profesor Calys organiza una expedición en el navío Aurora, de la que forman parte Tintín y el capitán Haddock.
El secreto del Unicornio | 64 páginas | Tintín compra en el mercado viejo la maqueta de un galeón antiguo. Resulta ser una réplica del navío que gobernaba el antepasado del capitán Haddock, el caballero de Hadoque, que luchó contra el pirata Rackham el Rojo, que transportaba en su barco un gran tesoro que permanece escondido desde hace siglos.
Esta historia empezó a publicarse en ‘Le Soir’ el 11 de junio de 1942, en plena época de ocupación de Bélgica, y fue uno de los álbumes preferidos de Hergé.
El tesoro de Rackham el Rojo | 64 páginas | Entra en escena el profesor Tornasol, el entrañable científico inventor sabio y despistado, al que luego volveremos a encontrar en las siguientes aventuras de Tintín y que pasará a ser uno de sus buenos amigos.
Las 7 bolas de cristal | 64 páginas | Después de dos años de ausencia en los que ha viajado a Perú y Bolivia, la expedición etnográfica Sanders-Hardmuth regresa a Europa habiendo descubierto varias tumbas incas. Se han traído la momia del inca Rascar Capac, también llamado «el que desencadena fuego del cielo», que llevaba puestas valiosas joyas de oro macizo.
Al cabo de poco tiempo, todos los participantes de la expedición van cayendo víctimas de un mal misterioso, y siempre que eso ocurre son hallados los fragmentos de unas pequeñas bolas de cristal.
El templo del Sol | 64 páginas | Tintín y el capitán Haddock, acompañados del inseparable Milú, han viajado hasta Perú en busca del profesor Tornasol, que ha sido raptado por haberse atrevido a ponerse la pulsera de la momia inca Rascar Capac.
Tintín descubre al profesor en el carguero Pachamac, pero no logra liberarlo. Las pistas les llevarán a hacer un largo viaje en compañía de Zorrino, un chico indio, a través de las montañas de los Andes y la selva hacia un templo secreto de los incas.
Tintín en el país del Oro Negro | 64 páginas | Tintín viaja al país de Khemed, donde una lucha de poderes enfrenta al Emir Ben Kalish Ezab contra Bab El Ehr, cada uno financiado por una compañía de petróleo diferente.
Entra en escena el terrible Abdalah, el hijo del emir. Hergé se inspiró en una fotografía del verdadero rey Faisal II de cuando era niño.
Este álbum ha pasado por numerosas versiones antes de conocer su forma definitiva. Empezó a aparecer el 25 de septiembre de 1939 en ‘Le Petit Vingtième’, a continuación de ‘El cetro de Ottokar’, pero estalló la guerra. El 9 de mayo de 1940 las fuerzas alemanas entran el Bruselas y se interrumpe la publicación de ‘Le Petit Vingtième’, y con él ‘Tintín en el país del Oro Negro’. La historia se para en la actual página 26 del álbum, y no será continuada hasta 6 años mas tarde en la revista ‘Tintín’.
Objetivo: la Luna | 64 páginas | Esta obra empezó a publicarse en el semanario ‘Tintín’ a partir del 30 de marzo del año 1950, diecinueve años antes de la llegada del hombre a la luna. No se trata de ciencia ficción sino de una anticipación tan precisa como le fue posible. Hergé entró en contacto con el doctor Bernard Heuvelmans, autor del libro ‘L’homme parmis les étoiles’ (‘El hombre entre las estrellas’), especialista en el tema, que colaboró con el equipo.
Se realizó una maqueta extraordinaria del cohete, que fue sometida a la aprobación de Ananolf, autor del libro ‘La astronáutica’. Era enteramente desmontable y le permitía en todo momento al joven Bob de Moor, responsable principal de los decorados, saber en qué lugar de la nave espacial se encontraban los personajes.
Aterrizaje en la Luna | 64 páginas | Esta segunda entrega de la aventura lunar de Tintín fue publicada por primera vez en 1954, 15 años antes del primer alunizaje tripulado del Apolo 11.
El asunto Tornasol | 64 páginas | Esta es una obra maestra del cómic. No se explica aquí la trama de la historia para que el que la lea por primera vez pueda disfrutarla totalmente.
Desde el principio los sucesos se encadenan a un ritmo trepidante: se oye una explosión, estalla una tormenta, objetos que se rompen, se corta la luz y Serafín Latón llega por primera vez a la serie. En toda la historia no habrá prácticamente ningún tiempo muerto. ‘El Asunto Tornasol’ fue publicado en 1956.
Stock de Coque | 64 páginas | Este álbum es una especie de continuación de ‘Tintín en el país del Oro Negro’, y en él resurgen un gran número de personajes aparecidos en episodios anteriores. El emir Ben Kalishn Ezab, en dificultades en su país, envía a su hijito, el terrible Abdalah a Moulinsart. Tintín y el capitán huyen de sus gamberradas dejándolo con el sufrido Néstor y se dirigen a Khemed para tratar de ayudar al emir.
Tintín en el Tíbet | 64 páginas | Después de leer la noticia de un accidente aéreo en el Himalaya, Tintín tiene un sueño donde su joven amigo Tchang herido le pide ayuda medio enterrado en la nieve. Al día siguiente se entera por el diario de que Tchang viajaba en el avión siniestrado, y que no han encontrado supervivientes. Pero Tintín cree que Tchang está vivo y parte hacia Katmandú con el objetivo de organizar una expedición de rescate.
Según cuenta el propio Hergé, en la época en que desarrolló este título, año 1958, atravesaba una verdadera crisis y sus sueños y pesadillas eran casi siempre blancos. Estos sueños se repetían siempre y el autor se vio en la necesidad de acudir a un psiquiatra que le aconsejó que abandonara este trabajo porque nunca lo acabaría. Cosa que por suerte Hergé no hizo. No solo acabó ‘Tintín en el Tibet’, sino que, en la opinión de muchos, es una de sus obras maestras.
El color blanco reina también en casi toda la obra, pero esta vez no como una pesadilla sino como una depuración. Vemos aquí a Tintín en su vertiente más humana, muy preocupado por su amigo desaparecido y que emprende un larguísimo y peligroso viaje siguiendo un sueño donde lo ha visto con vida.
Hergé da rienda suelta a su fascinación por Oriente y por los fenómenos paranormales: sueños premonitorios, telepatías, levitación… Hergé se documentó bien a fondo para realizar esta obra. Para el yeti, según cuenta él mismo, tenía la lista de todas las personas dignas de crédito que lo habían visto, una descripción muy precisa de su forma de vida y fotografía de sus huellas. Hergé conoció al vencedor del Anapurna, Maurice Herzog, quien también había visto las huellas y se las describió, señalando que no eran las de ningún oso, sino las de alguien bípedo, que se detenían al pie de una montaña rocosa.
Las joyas de la Castafiore | 64 páginas | La Castafiore anuncia su llegada a Moulinsart y el capitán intenta huir de viaje a toda prisa, pero tropieza con un escalón roto que aún no han venido a arreglar y se rompe los ligamentos. Nace el rumor de una relación sentimental entre la cantante y el «viejo lobo de mar» y se llena todo de paparazzis. Y desaparecen las joyas…
Según cuenta el mismo Hergé: «Al empezar este álbum, mi intención era también la de simplificar, la de entrenarme a narrar, esta vez, una historia en la que no pasase nada, sin recurrir al exotismo. Simplemente para ver si era capaz de mantener al lector en vilo hasta el final».
Vuelo 714 para Sídney | 64 páginas | Aquí nos reencontramos con Rastatopoulos, al que creíamos ahogado al final de ‘Stock de coque’, y a su amigo Allan. Aparece una nueva figura: el riquísimo Laszlo Carreidas, el hombre que no ríe jamás.
Carreidas es un millonario propietario de aviones, de compañías petroleras, de la bebida Sani-Cola. Este personaje fue inspirado por Marcel Dassault. Es un personaje paradójico: está entre los buenos, pero bajo el efecto del suero de la verdad se retrata como un ser sin demasiados escrúpulos a la hora de haber amasado su fortuna.
Hacia el final de la historia descubrimos a Mik Ezdaditoff, personaje que fue inspirado por Jacques Bergier, autor del libro ‘Le Matin des magiciens’ y animador de la revista ‘Planète’. Vemos aquí la fascinación de Hergé por los fenómenos paranormales y extraterrestres.
Tintín y los ‘Pícaros’ | 64 páginas | Los seguidores de las aventuras de Tintín tuvieron que esperar ocho años después de ‘Vuelo 714 para Sydney’ para poder leer ‘Tintín y los Pícaros’, que comenzó a aparecer en el año 1976.
Hergé ahora solo trabajaba por placer, y no tenía ninguna prisa. La idea tardó en tomar forma. Tenía claro el entorno: América del Sur. Para la historia se inspiró un poco en el asunto de Regis Debré y los Tupamaros. Pero estos sucesos no son más que el cuadro de la aventura.
Volvemos a ir a la imaginaria república de San Teodoros, (ver ‘La oreja rota’), donde dos generales aspirantes a dictador se hacen una guerra continua para alcanzar el poder. Reencontramos al inefable general Alcázar (ver ‘La oreja rota’, ‘Las siete bolas de cristal’), al coronel Sponsz (‘El asunto Tornasol’), ahora bajo el nombre de Esponja, que ha sido enviado por Borduria para respaldar al general Tapioca, y al explorador Ridgewell (ver ‘La oreja rota’).
Serafín Latón también anda por ahí con su apabullante personalidad, presidiendo al grupo de los alegres Turulones, y también encontramos a la ¿encantadora? esposa de Tapioca: la terrible Peggy.
Tintín y el Arte-Alfa (obra póstuma)
Tintín y el Arte-Alfa | 64 páginas | Álbum inacabado que se publicó de forma póstuma y acabo formando parte de las aventuras de Tintín.
Unos años después de la publicación de ‘Tintín y Los Pícaros’, y poco antes del cincuenta aniversario de su héroe, Hergé elige como marco de su siguiente álbum el mundo del arte contemporáneo que conoce particularmente bien. Lanza en él a Tintín sin saber muy bien a dónde iba a conducirlo esta historia.
Hergé trabaja esporádicamente, deseando no decepcionar a sus lectores, pero la enfermedad lo acapara y pronto le convence de que este episodio jamás será acabado y que se convertirá en la última aventura del personaje que él creó.
Cuando en marzo de 1983 Hergé abandona definitivamente Tintín a su suerte, confiando a su esposa Fanny el cuidado de guiar a su pequeño reportero, con dinamismo pero sin concesiones, deja en su mesa de trabajo mucho más que un proyecto pero mucho menos que un álbum terminado.
Las modificaciones, las ideas que surgían, las dudas… muestran la gran cantidad de trabajo y de creación que le esperaba todavía al maestro para acabar esta aventura. Quedan tantas ganas, tantos sueños, ¡tantas pistas que solo Hergé hubiera podido explorar!
En el momento del fallecimiento de Hergé, el 3 de marzo de 1983, ‘Tintín y el Arte-Alfa’ no era más que un esbozo: tres planchas dibujadas a lápiz, cuarenta y dos en estado de bocetos, y algunos escritos adicionales con parte del guion de la nueva aventura.
Se planteó entonces qué hacer con los elementos con que se contaba, mencionándose la posibilidad de la terminación del álbum por parte de los colaboradores de Hergé. No obstante, dado el estado muy preliminar de la obra (por ejemplo, no había un final para la misma), ello se descartó porque los aportes externos hubieran sido demasiado importantes.
En los meses siguientes al fallecimiento de Hergé las especulaciones habían sido muchas: muchos lectores querían que los colaboradores del maestro acabaran esta historia. Pero Hergé fue claro: no habría nuevos Tintines después de él.
Finalmente, en 1986, Fanny Remi, viuda del autor, decidió que el álbum se publicaría inacabado, tal como lo había dejado su pareja.
La edición de 1986 consistió en dos bloques: uno con el recorte gráfico tal como lo dejó Hergé, y el otro con una transcripción de los diálogos similar a la de los textos teatrales.
La edición de 2004 presenta una forma completamente diferente, donde se mezclan las planchas del autor con transcripciones del diálogo, y se resaltan en forma gráfica algunos detalles de interés.
¿Podría haber sido ‘Tintín y el Arte-Alfa’ uno de los mejores álbumes de Tintín? | Hay detalles que indican que esta aventura sobre la falsificación de arte podría haber sido una de las obras más recordadas de Tintín y una de las mejores técnica y argumentalmente.
En las primeras páginas, donde se pueden apreciar los tonos de color y el trazo, se observa una madurez en cuanto al dominio de escenarios y un paso adelante en el realismo de los personajes.
Vemos también una gran variedad de personajes de otros álbumes con los que Tintín se reencuentra, con mayor o menor alegría.
Como en la mayoría de sus periplos anteriores, Tintín se ve inmerso en un thriller sin quererlo. Sucede a partir de que su amigo, el Capitán Haddock, conoce casualmente a Ramo Nash, un pionero del llamado arte-alfa, una tendencia artística abstracta y al parecer vacua. Tintín no puede resistirse a averiguar por qué todos los que se adentran a investigar sobre el arte-alfa sufren misteriosos «accidentes».
En esta aventura resulta curiosa la intervención de un personaje femenino, la secretaria Martine, que tiene suficiente peso en la historia como para que el lector pueda pensar que podría surgir algo entre el joven reportero y la chica, desmintiendo los hilarantes rumores de que el personaje fuera homosexual.
En esta aventura de Tintín el antagonista se llama Endadine Akass, personaje que lidera una red de falsificadores y que también es un gurú que, defendiendo «Salud y Magnetismo» en conferencias, formaliza eventos en teatros y es toda una celebridad. Tintín llega a él a través de Bianca Castafiore, que lo tiene por amigo e ídolo.
Tintín hace referencia en varias ocasiones a que le resulta familiar la voz de Endadine Akass, lo que deja abierta la posibilidad de que en realidad sea el malvado Rastapopoulos, su adversario en cuatro ocasiones anteriores.
A esta última aventura del periodista belga le da un aura de misterio el hecho de que la última viñeta, del libro sin terminar, es el propio Tintín caminando a punta de pistola, al parecer sin escapatoria posible de morir convertido en una estatua de un material especial.
Endaddine Akass reserva un destino fatal pero artístico para Tintín; hacerlo desaparecer en una falsa obra del escultor César.
La Fundación Hergé y la editorial Casterman (propietaria de los derechos en francés de los álbumes de Hergé) se encargan escrupulosamente de que las aventuras de Tintín no sean continuadas de forma extraoficial.
Existe sin embargo una versión aplaudida por los ayudantes de Hergé, firmada por Yves Rodier, que es bastante fiel al espíritu del personaje. Rodier dibuja en color las páginas ya existentes, e inventa un final coherente con las tendencias argumentales de las anteriores aventuras.
Argumento (que explican los 42 bocetos) | El Capitán Haddock se despierta una mañana en el Castillo de Moulinsart habiendo soñado que Bianca Castafiore vuelve a su domicilio. Minutos después se descubre que es un sueño premonitorio y la Castafiore les anuncia que llega a Moulinsart.
El Capitán Haddock se va de paseo y se encuentra a la diva. Con el fin de evitarla se esconde en un local de Arte Contemporáneo donde conoce a un artista, Ramo Nash, y al director de la galería, el Señor Foucart, que quiere una cita con Tintín.
La Castafiore también entra a la galería. El Capitán Haddock, siguiendo el consejo de ella, compra una obra de Ramo Nash, creador de Arte-Alfa: una H de plexiglás. Al llegar al castillo todos le preguntan que para qué sirve, y él, harto, responde que para nada, que es Arte-Alfa.
Mientras, en la tele ven una entrevista con el Emir Mohammed Ben Kalish Ezab y Abdallah, que hace saltar un petardo en plena retrasmisión, y el Emir dice que le gustaría tener Arte-Alfa en Wadesdah, capital del Khemed.
Tras el programa, el Señor Foucart telefonea a Tintín y queda con él a las seis y media del día siguiente. Pero el Señor Foucart no llega a la cita y al día siguiente se anuncia su muerte, ha sido misteriosamente asesinado. El día anterior había muerto otro artista.
Ante estos hechos Tintín habla con una secretaria que había en el local, pero ella ni siquiera sabía que Foucart había quedado con el reportero.
Tintín consulta con su mecánico, cuya teoría es que sufrió un desmayo. Pero, al volver a Moulinsart, un Mercedes negro le sigue e intenta atropellarle, aunque no lo consigue. Tintín sospecha de la secretaria pero ella declara su inocencia y le dice que no le dijo a nadie nada sobre su conversación con él.
De vuelta a Moulinsart ven en la tele un espectáculo de Endaddine Akass, (que en realidad era Rastapopoulos; como así se puede ver en los bocetos del propio Hergé para el cómic ‘El Arte Alfa’), y ven al Señor Sakarine (conocido en ‘El secreto del Unicornio’).
Tintín intenta desenmascarar a los culpables, pero le atacan y acaba en el hospital. Tras curarse, decide ir a una isla cerca de Nápoles, donde se aloja la Castafiore. Al llegar se encuentran con viejos conocidos, R.W. Gibbons (‘El Loto Azul’) y el Señor Chiklet (‘La oreja rota’).
Tras dormir una noche, Tintín se despierta y no hay rastro de Haddock, tampoco del Profesor Tornasol ni de la Castafiore, y él es secuestrado por Rastapopoulos, que le apunta con una pistola. Lo demás se quedó en blanco tras el fallecimiento de Hergé.
Ediciones especiales
El secreto del Unicornio | GRAN FORMATO | 64 páginas (33 x 42 cm) | En este álbum de Tintín, editado en gran formato, cada página, cada viñeta, gana el 80% de superficie y eso transforma completamente la lectura del álbum.
El secreto del Unicornio & El tesoro de Rackham el Rojo | Álbum doble | 128 páginas | Tintín compra en el mercado viejo la maqueta de un galeón antiguo. Resulta ser una réplica del navío que gobernaba el antepasado del capitán Haddock, el caballero de Hadoque, que luchó contra el pirata Rackham el Rojo, que transportaba en su barco un gran tesoro que permanece escondido desde hace siglos.
Este libro incluye los dos álbumes de las aventuras de Tintín, ‘El secreto del Unicornio’ y ‘El tesoro de Rackham el Rojo’, en un solo volumen.
Las joyas de la Castafiore. Edición especial | 80 páginas | Antes de concebir la edición definitiva en álbum, conocida en todo el mundo, el dibujante había elaborado una primera versión publicada en la revista Tintin, cuyos originales dormían en los archivos desde hacía 60 años.
Restaurados con esmero y minuciosidad, estos documentos nos permiten hoy mostrar al público ‘Las joyas de la Castafiore’ tal como apareció integralmente, entre 1961 y 1962, en la revista semanal para jóvenes de 7 a 77 años.
Tintín y el lago de los tiburones | 48 páginas | Este álbum está basado en la película de dibujos animados «Tintín y el Lago de los Tiburones», dirigida por Raymond Leblanc en 1972. La película no fue escrita ni dibujada por Hergé, sino por el historietista belga Michel Regnier, más conocido por su seudónimo de Greg.
En Syldavia, cerca del lago Flechizoft, está el profesor Tornasol, que ha invitado a Tintín y al Capitán Haddock a pasar unas vacaciones. El avión en el que viajan Tintín y Haddock sufre un accidente en extrañas circunstancias. Tras ser salvados por dos pequeños syldavos, finalmente llegan a casa del profesor, quien les muestra su último trabajo: una máquina capaz de reproducir todos los objetos en tres dimensiones. Las infinitas posibilidades que ofrece tal descubrimiento suscitan peligrosas codicias, en particular del odioso Rastapopoulos, dispuesto a todo para apropiarse del genial invento.
Tintín y la Luna | 128 páginas | Los dos episodios de la aventura lunar imaginada por Hergé (‘Objetivo: la Luna’ y ‘Aterrizaje en la Luna’) se publicaron en 1953 y 1954, o sea quince años antes de la misión Apolo 11 (1969), y antes incluso que el primer satélite Sputnik (1957).
Esta obra empezó a publicarse en el semanario ‘Tintín’ a partir del 30 de marzo del año 1950, diecinueve años antes de la llegada del hombre a la Luna. No se trata de ciencia ficción sino de una anticipación tan precisa como le fue posible al autor. Hergé entró en contacto con el doctor Bernard Heuvelmans, autor del libro ‘L’homme parmis les étoiles’ (‘El hombre entre las estrellas’), especialista en el tema, que colaboró con el equipo.
Se realizó una maqueta extraordinaria del cohete, que fue sometida a la aprobación de Ananolf, autor del libro ‘La astronáutica’. Era enteramente desmontable y le permitía en todo momento al joven Bob de Moor, responsable principal de los decorados, saber en qué lugar de la nave espacial se encontraban los personajes.
Hergé tiene la gracia de dar un tono humorístico a todas las escenas de explicaciones científicas que podrían aburrir al lector. Así, cuando Wolf y Tornasol explican elementos más o menos complicados, allí está el capitán Haddock para hacer saltar la sonrisa con sus réplicas.
Las aventuras de Tintín (Cofre edición del centenario) | Una auténtica joya de coleccionista para conmemorar los 100 años del nacimiento de Hergé, formada por un lujoso cofre que contiene la colección completa de TINTÍN.
Incluye álbumes emblemáticos como TINTÍN EN EL PAÍS DE LOS SOVIETS, ALPHA ART (el álbum no acabado por Hergé antes de morir) y otros más polémicos como TINTÍN EN EL CONGO.
Personajes de ‘Las aventuras de Tintín’
Hergé, al igual que Alfred Hitchcock cuando aparece fugazmente en sus propias películas, no se resistió a la tentación de unirse a la acción de sus personajes.
Con discreción, eligió aparecer en guisa de reportero que toma notas en el momento de la partida de Tintín hacia el Congo, o informándose lápiz en mano junto a un campesino ante la verja del castillo de Moulinsart, cuando el misterio de los vidrios rotos ocupa la portada de toda la prensa en ‘El asunto Tornasol’.
En el universo de Hergé pocos personajes son totalmente inventados. Casi todos ellos están inspirados en el entorno del autor, personajes históricos o celebridades de la época.
Tintín | El protagonista de esta serie de aventuras es un joven reportero belga que a menudo, por defender causas justas, se mete en problemas.
A lo largo de los años su apariencia física y su vestimenta apenas cambian. Es rubio y no demasiado alto. Su característico tupé es su principal seña de identidad, junto con los pantalones bombachos con los que aparece en todos los álbumes (a excepción del último, ‘Tintín y los Pícaros’, donde viste pantalones vaqueros).
Desde su primera aventura se presenta como periodista: viaja a la Unión Soviética y después al Congo como reportero de ‘Le Petit Vingtième’, aunque solo en ‘Tintín en el país de los soviets’ se le presenta escribiendo un reportaje. A partir del tercer álbum ya no se encuentran referencias al diario en el que Tintín colabora, aunque él no deja de presentarse como reportero y en ocasiones utiliza su profesión como medio de hacer averiguaciones en sus aventuras.
Su edad no se especifica en ninguno de los álbumes. Tampoco se hace referencia a sus circunstancias familiares, afectivas o sexuales. Tintín destaca por su inquebrantable honradez, a la que no es ajena la admiración de Hergé por el movimiento scout.
Milú | Milú es la mascota que acompaña a Tintín desde su primera aventura. El simpático fox terrier blanco es por tanto el único personaje, además del protagonista, que aparece en todas las aventuras de la serie.
A veces Milú sucumbe a ciertas tentaciones y cae en la glotonería, la curiosidad o simplemente cede a su instinto animal, lo que le plantea dilemas casi trágicos. Pero pronto su sentido del valor prevalece y retoma el buen camino para ayudar a su amo.
Milú no habla, pero sí que con frecuencia aparecen verbalizados en los globos de diálogo sus pensamientos. Acostumbra a hacerse entender. A menudo se desencadenan situaciones cómicas por su afición por los huesos y su más humano que canino interés por el whisky (en especial de la marca Loch Lomond, la preferida del capitán Haddock).
El capitán Haddock | La nacionalidad de este capitán de la marina mercante no se aclara en los álbumes (¿inglés, francés o belga?). Sí se sabe que tiene un antepasado francés: el caballero de Hadoque, marino al servicio de Luis XIV.
El apellido Haddock procede de una conversación que mantuvo Hergé con su esposa, en la que ella comentó que el haddock (especie de abadejo ahumado) era un «triste pescado inglés». El nombre de pila del capitán, Archibaldo, no se desvela hasta la última aventura de Tintín, ‘Tintín y los Pícaros’ (1976).
Archibaldo Haddock es el arquetipo del lobo de mar, ajustándose su apariencia perfectamente a este modelo: gorra, jersey azul con el dibujo de un ancla, poblada barba negra. Rudo y de buen corazón, aunque de carácter irascible, es el inseparable compañero de Tintín desde que hizo acto de presencia en ‘El cangrejo de las pinzas de oro’, donde es presentado como un personaje débil y dominado por su alcohol.
Más adelante se convierte en un personaje más simpático, aun sin abandonar su debilidad por el whisky, en el que tiene especial predilección por la marca Loch Lomond. A menudo sus borracheras son empleadas como gags cómicos.
Son comunes de la serie su mal carácter, su impulsividad irreflexiva y su amplio repertorio de insultos extravagantes, que contribuyen a dar un contrapunto al generalmente tranquilo y juicioso Tintín.
Tras la aparentemente infructuosa búsqueda de ‘El tesoro de Rackham el Rojo’, el profesor Tornasol le ayuda a adquirir el castillo de su familia, el Moulinsart, y posteriormente convertirse en un pacífico rentista. No por ello, sin embargo, deja de acompañar a Tintín en sus aventuras, y aparece en todos los álbumes desde su aparición hasta el final de la serie.
Hernández y Fernández (Dupond et Dupont en la versión original) | Pareja de policías que son casi idénticos (sus principales señas de identidad son el bigote, el bombín y el bastón).
Solamente se distinguen por el bigote. El de Hernández (Dupont) tiene el aspecto de una D girada. El de Fernández (Dupond) tien dos pequeñas guías o «rabitos» que le dan forma de una T invertida. A pesar de su parecido, entre ellos no hay ninguna relación de parentesco.
Se ha comentado al respecto que Hergé pudo haberse inspirado en una fotografía que apareció en la revista parisina ‘Le Miroir’, en la que se ven dos detectives con bigote y bombín escoltando a un detenido, pero lo cierto es que el autor nunca confirmó esta información.
Hernández y Fernández aparecieron por primera vez desempeñando un papel protagonista en ‘Los cigarros del faraón’, en 1934. Más adelante Hergé les hizo aparecer en la edición en color de un álbum cronológicamente anterior, ‘Tintín en el Congo’, en cuya poblada primera viñeta se les puede ver, algo apartados del grupo principal que despide al reportero. En todos los álbumes posteriores aparecen, salvo en dos excepciones: ‘Tintín en el Tíbet’ y ‘Vuelo 714 para Sídney’.
Aunque la primera vez que aparecen (en el álbum ‘Los cigarros del faraón’) demuestran gran habilidad y competencia como policías, a partir del siguiente álbum (‘El loto azul’) ya comienzan a mostrar los rasgos que durante todo el resto de la serie les van a identificar: sus constantes meteduras de pata y su ingenuidad.
Son los reyes de la acrobacia verbal. Pocos son los personajes de historietas que crean expresiones llamadas a pasar al lenguaje común.
Destaca su afición a disfrazarse, aunque los trajes que escogen siempre consiguen el efecto contrario al que ellos buscan: en lugar de camuflarse llaman tremendamente la atención y provocan la hilaridad de la gente.
El profesor Tornasol | El profesor Silvestre Tornasol o Arsenio Tornasol (Tryphon Tournesol en la versión original) es quizá el cuarto personaje en importancia tras Tintin, Milú y el Capitán Haddock.
Se caracteriza por ser un inventor excéntrico y prácticamente sordo, encarnando el arquetipo del científico despistado.
Su sordera hace que se aísle en un mundo propio, sin enterarse de lo que ocurre a su alrededor, y es una fuente inagotable de malentendidos que lo convierten en un personaje cómico. Al igual que muchas personas con defectos auditivos, se niega a reconocerlo y solo admite ser ligeramente duro de oído.
Esta sordera se la podría haber inspirado a Hergé el abogado Paul Eydt, colaborador del Vingtième Siècle, cuya discapacidad era motivo de bromas en la redacción.
Apareció por vez primera en la página 5 del álbum ‘El tesoro de Rackham el Rojo’, en 1943, y se convirtió en uno de los personajes más emblemáticos de la serie, apareciendo en casi todos los álbumes posteriores. En este álbum, el profesor llama a la puerta de Tintín para ofrecerle un pequeño submarino en forma de tiburón para explorar sin riesgo las profundidades oceánicas.
Para su creación, es posible que Hergé se inspirase en los rasgos del suizo Auguste Piccard, inventor del batiscafo. Pueden encontrarse precedentes suyos en otros personajes de la serie, como el excéntrico egiptólogo Filemón Ciclón de ‘Los cigarros del faraón’ o el Néstor Halambique de ‘El cetro de Ottokar’.
Sus inventos van de lo absurdo (la máquina para cepillar ropa o la cama-armario) a lo genial (el submarino de ‘El tesoro de Rackham el Rojo’; el generador de ultrasonidos de ‘El asunto Tornasol’; y, sobre todo, el cohete lunar de ‘Objetivo: la Luna’).
Sus inventos más famosos son:
Resulta difícilmente verosímil su ámbito de interés científico tan amplio. En ‘Objetivo: la Luna’ se le presenta como un eminente físico nuclear. Gracias a un audífono, en ‘Aterrizaje en la Luna’, es capaz de oír perfectamente y demuestra poseer una enorme humanidad y sentido común. Su invento en ‘El asunto Tornasol’, capaz de reducir a polvo y escombros los objetos, es codiciado por grandes potencias para convertirlo en arma bélica. En ‘Las joyas de la Castafiore’ inventa un televisor a color que no funciona bien.
El cultivo de rosas es una de sus pasiones creando incluso una nueva variedad que galantemente dedica a Bianca Catafiore, su amor platónico.
Bianca Castafiore | Es el único personaje femenino y uno de los más recurrentes. Por lo general no sale bien parada en los guiones, motivo por el cual Hergé recibió en su momento acusaciones de machismo y misoginia.
La ópera era una de las cosas que Hergé más detestaba, como es públicamente sabido. La Castafiore es presentada como una mujer rica, generosa, amigable y con voluntad férrea, pero a la vez es narcisista, caprichosa, de mentalidad ausente y parlanchina y parece no darse cuenta de que su voz es chillona y excesivamente alta.
La diva parece estar enamorada platónicamente del capitán Haddock, aunque nunca consigue pronunciar correctamente su nombre (Harrock, Karpock, Kodak…). En ‘Las joyas de la Castafiore’, las sucesivas desgracias que le ocurren al capitán reavivan el instinto maternal de la prima donna, que le prodiga todo tipo de cuidados, le alivia la quemazón de la picadura de una avispa y le pasea por el parque en su silla de ruedas.
No es de extrañar, por tanto, que los periodistas de ‘Paris-Flash’, una alusión clara a ‘Paris-Match’, ideen un posible romance o incluso un proyecto matrimonial.
Una secuencia final en forma de conclusión se desarrolla en ‘Tintín y los Pícaros’. Liberada y con un plato vacío en la mano, la Castafiore corre hacia el capitán «Karbock», en absoluto disuadida por el traje de carnaval: «¡A mis brazos, caro mío! ¡Ya sabía yo que vendría a salvarme…!». La diva deja caer una lágrima y abraza al marino, claramente menos entusiasmado que ella.
A lo largo de los álbumes el personaje va evolucionando. La imponente soprano más bien desgarbada, que aparece por primera vez en 1938-39, se transforma con el tiempo en una mujer elegante y sofisticada.
Serafín Latón | Personaje secundario pero recurrente que hace cortas apariciones en varios álbumes de la serie.
Hergé tenía la facultad de, en sus libros, reflejar el mundo en su diversidad, ya se trate de lugares o, sobre todo, de los actores de sus historias. En su galería de personajes regularmente enriquecida faltaba uno: el pelma integral. Con la aparición de Serafín Latón en ‘El asunto Tornasol’ quedará resuelto el asunto.
Serafín Latón es padre de familia numerosa y arquetipo de pelmazo desvergonzado. Es corredor de seguros de la firma Mondass. Y por ello nunca deja de intentar vender una de esas pólizas de seguros a todo el que se cruza con él, martirizándolo sin piedad.
Su primera aparición es en ‘El asunto Tornasol’, cuando por una avería en su coche debe pedir refugio temporal en el castillo de Moulinsart. Más adelante aparecerá en ‘Las joyas de la Castafiore’ y en ‘Tintín y los Pícaros’. También hace una muy breve aparición en la página final de ‘Stock de coque’, así como también al final de ‘Vuelo 714 para Sídney’.
La familia de Serafín Latón es horrible; la mujer, los niños, la suegra, ¡todo este grupito es espeluznante! En ‘El asunto Tornasol’ saquea el castillo de Moulinsart. Sin ser invitado, Latón se traslada ahí para el resto de las vacaciones con su «pequeña tribu»: su esposa, su suegra y sus siete espantosos retoños, entre ellos unos gemelos.
Rastapopoulos | Rastapopulos es un millonario mafioso y gran enemigo de Tintín. Desprovisto de escrúpulos, organiza los más enrevesados complots para conseguir sus fines. Suele rodearse de gente del mismo estilo, y varias veces está asociado en el crimen con Allan Thompson, otro personaje recurrente.
A pesar de sus aires de grandeza, finalmente siempre queda su carácter de nuevo rico hortera y ridículo. Su nacionalidad es un misterio, aunque se menciona a veces (y se supone por el nombre) que es griego.
Este personaje ya está presente en ‘Tintín en América’. De hecho, lo vemos protocolariamente situado a la izquierda de Tintín en la gala ofrecida en honor del héroe, tras su aventura americana.
Doctor Müller | Müller es, como Rastapopoulos, uno de los grandes adversarios de Tintín. Aparece por primera vez en ‘La isla negra’, donde hace de médico y director de un asilo que en realidad se dedica a liderar una banda internacional de falsificadores de moneda.
Con perilla, con barba, bajo diversos disfraces y distintos seudónimos, J.W. Müller ha participado en los grandes acontecimientos del siglo XX (siempre en el lado equivocado). Aficionado a las maquinaciones, falsificador, intrigante por naturaleza, asesino si se tercia, lo encontramos en el Reino Unido y Oriente Medio.
General Alcázar | Dirigente de la República de San Theodoros. Llegó al poder tras la revolución en la que derrocó al general Tapioca, su eterno enemigo. En esa situación le conoció Tintín, en ‘La oreja rota’, que fue nombrado ayudante de campo del general. Algún tiempo después hubo otra revuelta y Tapioca tomó el mando.
Además de al juego de la revolución, Alcázar juega al ajedrez y fuma puros.
Con toda probabilidad, Peggy es la legítima esposa de Alcázar, su «palomita». Este ser abyecto, que no deja indiferente a Tornasol, es una norteamericana de alguna forma vinculada al Ku Klux Klan…
Según palabras de Hergé «La ambigüedad de Alcázar es, sencillamente, la del hombre político. Es amigo o enemigo de Tintín según si este sirve a su causa o representa un obstáculo para la misma. La razón de estado o, más comúnmente, la ambición personal, eso es lo que dicta el comportamiento del general…».
Hipólito Bergamotte | Es un antiguo compañero de estudios del profesor Silvestre Tornasol.
Formó parte de la expedición Sanders-Hardmuth que exploró el Perú y Bolivia descubriendo varias tumbas incas. Fue él quien guardo en su casa la momia del rey inca Rascar Cápac, «el que desencadena el fuego del cielo».
Rascar Capac | El Inca Rascar Capac es uno de los personajes más enigmáticos de las aventuras de Tintín.
La expedición etnográfica Sanders-Hardmuth ha descubierto y traído del Perú la momia del rey inca Rascar Capac, «El-que-desencadena-el-fuego-del-cielo». Este acto de profanación hará que los miembros de la expedición caigan bajo una maldición.
Tchang Tchong Yen | Este personaje está basado Zhang Chongren, artista chino amigo real de Hergé. Los dos se conocieron cuando Zhang era estudiante de arte en Bruselas.
Aparentemente, es el primer amigo verdadero de Tintín. Éste le salvó de morir ahogado en una inundación durante el viaje a China en la aventura ‘El Loto Azul’. Un Tchang adolescente inicia a Tintín en el conocimiento de la cultura china, y al emprender su regreso a Europa, Tintín derrama algunas de las escasas lágrimas de su vida a causa de la separación.
Cuando en 1934 Hergé estaba en el proceso de planificar una historia que llevaría a Tintín a China, fue contactado por el reverendo Gosset, capellán de los estudiantes chinos en la Universidad de Lovaina, quien le sugirió que hiciera alguna investigación sobre cómo era realmente la vida en China. Hergé estuvo de acuerdo y Gosset le presentó a Zhang Chongren, un estudiante de la Academia Real de Bellas Artes en Bruselas. Ambos tenían 27 años y en seguida congeniaron y fraternizaron.
Hasta ese momento, Hergé había tomado y reflejado una visión muy estereotipada y llena de clichés de los países que Tintín visitó: una Rusia de campesinos hambrientos y comisarios brutales, un Congo de aldeanos simplones y maleducados, una América de gánsteres, cowboys e indios, y una India de faquires y maharajás.
Hergé decidió incluir a su nuevo amigo en la historia. Zhang suministró y escribió gran parte del texto en chino para los carteles que aparecen en las viñetas del álbum y, al igual que su doble de ficción con Tintín, inició al dibujante en el conocimiento de la cultura china, contándole muchas cosas sobre ella, la historia y técnicas de dibujo.
Hergé, que estaba entonces haciendo los bocetos de ‘El Loto Azul’, recibió de Zhang numerosas indicaciones que harían que el álbum estuviese lejos de los estereotipos europeos de la época sobre China (como el inevitable de la coleta) que Hergé había plasmado en sus primeras anotaciones.
Coronel Sponsz | En ‘El asunto Tornasol’, los servicios secretos de Borduria intentan secuestrar al profesor Tornasol, que por entonces vive junto a Tintín y el capitán Haddock en el castillo de Moulinsart, para obtener información sobre un nuevo invento que podría ser utilizado como arma de guerra.
Los protagonistas, apoyados por los servicios secretos de Syldavia, conseguirán burlar a Sponsz, que desde entonces mantendrá un vivo odio hacia Tintín y sus compañeros.
Sponsz, humillado, intentará vengarse de ellos en ‘Tintín y los Pícaros’, donde vuelve a aparecer camuflado bajo un disfraz y un nuevo nombre.
Rackham el Rojo | Rackham el rojo era un pirata que poseía una gran fortuna, la cual le fue arrebatada (junto con su barco, sus hombres y su propia vida) por Francisco de Hadoque, antepasado del capitán Haddock, según se relata en el álbum ‘El secreto del Unicornio’.
Ivan Ivanovich Sakharine | Vive en Bruselas y es un coleccionista obsesivo de maquetas de barcos antiguos.
Aparece por primera vez en la página número tres del álbum ‘El secreto del Unicornio’. En esta aventura Tintín compra un barco antiguo, después de regatear el precio con el vendedor, con la intención de regalárselo al capitán Haddok. Cuando la venta ya está cerrada, hace su aparición Sakharine, dispuesto a ofrecer más dinero. No consigue su objetivo y persigue a Tintín para conseguir que le venda la maqueta y así poder poseer el preciado barco.
Zorrino | Zorrino es un niño indígena quechua que se dedica a la venta ambulante de naranjas.
Cuando Tintín, el capitán Haddock y Zorrino son capturados por los incas, a Zorrino se le perdona la vida, pero deberá permanecer con ellos en el Templo hasta el resto de sus días. Sin embargo, cuando Tintín y el capitán Haddock son liberados, Zorrino tiene que tomar la decisión de volver a su vida normal o permanecer con los incas. Zorrino elige lo último.
Coronel Boris Jorgen | Aristócrata y coronel del ejército de Syldavia, y un acérrimo enemigo de Tintín.
Es el ayudante del Rey Muskar XII, pero también es agente del país vecino, Borduria. Su destino al final de la historia no está claro, pero es posible que fuera arrestado o desprestigiado después de que la anexión de Borduria fallara.
En ‘Objetivo: la Luna’, se esconde en el cohete que va a ir a la Luna, pero no es hasta ‘Aterrizaje en la Luna’, cuando hace su aparición. Él y su cómplice, Frank Wolff, tratan de abandonar a la tripulación en la Luna, pero Tintín se lo impide.
Jorgen escapa de su custodia durante el vuelo de vuelta e intenta matar a la tripulación del cohete, pero Frank Wolff se vuelve contra él, y Jorgen, sin querer, se dispara en el corazón durante la lucha muriendo al instante. La tripulación decide abandonar su cuerpo en el espacio.
Bab-El-Ehr | Bab-El-Ehr es un poderoso sheik árabe, rival del emir Mohammed Ben Kalish Ezab, con quien mantiene una disputa por el poder del emirato de Khemed y al que derroca tras un golpe de estado.
General Tapioca | Militar y político de la ficticia República de San Theodoros. Cuando Tintín llega a este país, a comienzos de ‘La oreja rota’, Tapioca es su máximo gobernante. Tintín es entonces acusado de terrorismo y condenado a muerte, pero el oportuno triunfo de la revolución del general Alcázar le salva la vida. Alcázar y Tintín mantendrán desde entonces una conflictiva amistad.
Frank Wolff | Ingeniero americano que participó en el proyecto del cohete lunar secundando al profesor Silvestre Tornasol. La negra historia de este personaje comienza tres años antes, cuando trabajaba en las instalaciones atómicas de White Sands (EE.UU.). Todo iba bien hasta que empezó a enviciarse en el juego, con lo que pronto contrajo fuertes deudas.
Allan Thompson | Es el prototipo de mercenario canalla interesado exclusivamente por el dinero, y por tanto siempre enemigo de Tintín, con quien se cruzará en varias ocasiones.
Debutó en ‘Los cigarros del faraón’, donde aparece en compañía del también malvado Rastapopoulos haciendo contrabando en el Mar Rojo. En ‘El cangrejo de las pinzas de oro’, Allan es un desleal contramaestre del mercante Karaboudjan, a las órdenes del capitán Haddock, a quien consigue mantener anulado y bajo control gracias al whisky. Vuelve a aliarse con Rastapopoulos en ‘Stock de coque’, mandando el barco Ramona, que se dedica al tráfico de esclavos. Acaba siendo el brazo derecho de Rastapopoulos, de nuevo, en ‘Vuelo 714 para Sydney’.
Podemos afirmar que si Rastapopoulos es el principal enemigo del joven reportero, Allan sería probablemente el segundo de la lista negra.
Piotr Szut (o Piotr Pst) | De origen estonio. Aparece por primera vez en ‘Stock de coque’, como piloto de las fuerzas aéreas de Khemed cuya misión es hundir el barco en el que viajan Tintín y el Capitán Haddock.
En esta aventura el apellido del piloto se cambia en la edición en castellano por Pst, para adaptar el gag de la edición francesa. Szut en francés se pronuncia igual que la interjección zut!, que denota indiferencia o desdén.
Cuando el capitán Haddock pregunta al piloto derribado su nombre, éste responde: Szut. El capitán cree entonces que el piloto se está burlando de él y monta en cólera, amenazándole con una navaja que hace estallar el chaleco salvavidas de Szut. Este, asustado, explica que su nombre es Szut, Piotr Szut (Pst en castellano), estoniano…
Piotr Szut vuelve a aparecer en ‘Vuelo 714 para Sydney’. Haddock se lo encuentra casualmente en el aeropuerto de Yakarta, y Szut es entonces el piloto del jet privado del millonario Laszlo Carreidas. Acompañará a Tintín y los demás personajes el resto de la aventura.
Destacar que Piotr Pst es tuerto, lo que no deja de ser curioso en un piloto de avión.
Oliveira da Figueira | Vendedor oriundo de Lisboa que aparece por vez primera en el álbum ‘Los cigarros del faraón’, pregonando su mercancía en medio del desierto del ficticio país de Khemed.
Dotado de una gran facilidad de convicción para la venta, consigue vender a Tintín un montón de objetos inútiles, así como a los beduinos que aparecen de los cuatro puntos del desierto al oír sus altavoces.
Se establece desde entonces en Khemed, donde Tintín se lo encontrará otras dos veces: en ‘Tintín en el país del oro negro’ y en ‘Stock de coque’. Estará siempre dispuesto a ayudar al protagonista y a invitarle a un vino de Oporto. En ‘Las joyas de la Castafiore’ será uno de los primeros en felicitar al Capitán Haddock por su supuesto matrimonio con la soprano Bianca Castafiore.
Bunji Kuraki | Es un agente encubierto de la policía de Yokohama (Japón) que investiga al presunto comerciante marroquí Omar Ben Salaad considerado como uno de los principales capos del narcotráfico en Marruecos y de una gigantesca red clandestina internacional de lavado de dinero de las drogas.
El agente Bunji Kuraki quería advertir a Tintín de la amenaza de esta banda internacional de drogas, es secuestrado por Allan Thompson y encerrado en la bodega del barco «Karaboudjan». Sólo al final de la aventura, con la detención de todos los traficantes de drogas en Marruecos, se dará a conocer.
Al final de la historia, él y las autoridades saludan a Tintín, quien acaba de capturar a Allan Thompson. Kuraki explica que estaba intentando advertir a Tintín sobre la red de narcotraficantes, pero fue encarcelado a bordo del Karaboudjan. Finalmente es liberado cuando la policía allana el barco en Bagghar, Marruecos.
Mitsuhirato | Sádico japonés que actúa como agente doble en el ‘El Loto Azul’. Este siniestro personaje posee como tapadera una tienda de moda femenina en Shanghai, pero detrás de su inocente negocio participa activamente en las intrigas y conspiraciones políticas de la turbulenta relación que mantenían China y Japón en los principios del siglo XX. Como no, también está involucrado de lleno en el tráfico de drogas, a las órdenes de Rastapopoulos, mientras trabaja como inocente funcionario del gobierno japonés.
Abdallah | Aparece en tres álbumes: ‘Tintín en el país del oro negro’, ‘Stock de coque’ y ‘Tintín y el Arte-Alfa’, y es mencionado en otros dos: ‘Objetivo: la Luna’ y ‘Tintín en el Tíbet’.
Es el único hijo (o, al menos, nunca se indica que tenga hermanos) del emir Mohammed Ben Kalish Ezab, gobernante del país de Khemed. Es un niño mimado por su padre, que le llama «tesorito», y que está siempre dispuesto a tolerar y disculpar sus bromas pesadas a condición de no ser él su víctima.
En la siguiente imagen vemos a Abdallah y su álter ego Faisal II de Iraq, en quien Hergé se basó para dibujar al «tesorito»…
Néstor | Néstor, el dubitativo mayordomo de los hermanos Pájaro en el Castillo de Moulinsart, acaba siendo el sirviente fiel y ejemplar que Haddock siempre había soñado.
A lo largo de los diferentes álbumes, desde su primera aparición, se descubre su personalidad como el perfecto mayordomo, extremadamente eficiente, discreto, paciente y aplicado… y enterado de todo gracias a su costumbre de escuchar detrás de las puertas… Eso sí, leal y discreto hasta la muerte…
Las aventuras de Tintín | Serie de TV (1991)
‘Las aventuras de Tintín’ es una serie de animación franco-canadiense basada en la serie de cómics creada por Hergé. Comenzó a emitirse en 1991 en France 3 y a España llegó a través de Canal+ (canal de pago) que comenzó a emitirla el 11 de abril de 1992.
La serie de televisión fue dirigida por Stephen Bernasconi y Peter Hudecki como ayudante de dirección, y producida por Ellipse (en Francia) y por Nelvana (en Canadá) en nombre de la Fundación Hergé.
Tintín, eterno adolescente sin familia conocida, es un reportero que en realidad actúa más como aventurero o detective. Viaja por todo el mundo acompañado de su inseparable perro Milú con el propósito de enfrentarse a las fuerzas del mal para proteger a los débiles y a los oprimidos y saciar su inagotable sed de aventuras.
Cuenta a su lado con el irascible Capitán Haddock, los inefables Hernández y Fernández, el despistado Profesor Tornasol o la celebérrima Bianca Castafiore.