Las aventuras de Pinocho

Las aventuras de Pinocho | Carlo Collodi

Las aventuras de Pinocho (en italiano: Le avventure di Pinocchio) es una novela escrita por Carlo Collodi. La obra se publicó por capítulos en 1881, en el periódico italiano Giornale per i bambini, bajo el título ‘Storia di un burattino‘ (Historia de un títere), acompañada de las ilustraciones de Enrico Mazzanti. Dos años más tarde, en 1883, apareció publicada con el título de ‘Las aventuras de Pinocho’.

Geppetto es un humilde carpintero que siempre había deseado tener un hijo. Un buen día se le ocurre la genial idea de tallar una marioneta de madera con la forma de un niño de verdad. Y, antes de estar acabada, esta cobra vida de manera inesperada y se convierte en un niño travieso y desobediente al que Geppetto llama Pinocho.

Se trata de una de las historias más leídas de la literatura universal. Cuenta con traducciones a más de doscientos cincuenta idiomas y dialectos, y es uno de los libros más vendidos de todos los tiempos. La obra «Las aventuras de Pinocho» ha dado lugar a múltiples adaptaciones a lo largo del tiempo desde su primera publicación, incluyendo grabaciones de audio, obras de teatro, películas, ballets y obras de ópera.

Pinocho de Enrico Mazzanti (1852-1910), el primer ilustrador (1883) de Le avventure di Pinocchio. Storia di un burattino - coloreado por Daniel DONNA
Pinocho de Enrico Mazzanti (1852-1910), el primer ilustrador (1883) de Le avventure di Pinocchio. Storia di un burattino – coloreado por Daniel DONNA

«Pinocho es una historia sin geografía y sin tiempo». Luigi Malerba

«En la historia de personajes como Pinocho está escondido el sentido de nuestra misma existencia». Giorgio Manganelli

«Cualquier lista de lectura debería comenzar con Pinocho». Italo Calvino

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Biografía de Carlo Collodi, autor de Pinocho.

Carlo Collodi, seudónimo de Carlo Lorenzo Filippo Giovanni Lorenzini, nació en Florencia, el 24 de noviembre de 1826, donde sus padres eran sirvientes de una familia aristocrática.

Collodi fue el primero de los diez hijos del cocinero Domenico Lorenzini y de María Angela Carolina Orzali, empleada doméstica que trabajó en el servicio del Marqués Ginori, junto con su marido. Gracias a la ayuda de la familia Ginori, Carlo Collodi pudo estudiar: desde 1837 hasta 1842 permaneció en el seminario en Colle di Val d’Elsa; y entre 1842 y 1844, cursó estudios de Retórica y Filosofía en Florencia, en una escuela religiosa de los Escolapios.

Fue escritor y periodista. Fundó un semanario satírico, Il Lampione, prohibido en 1849, y se hizo famoso en Italia como autor de cuentos y obras teatrales. En 1881 publicó por capítulos, en el Giornale per i bambini, ‘Storia di un burattino’, que apareció dos años más tarde, en 1883, con el título de ‘Las aventuras de Pinocho’.

Carlo Lorenzo Filippo Giovanni Lorenzini
Carlo Lorenzo Filippo Giovanni Lorenzini

Aun cuando la obra fue todo un éxito, y que cuando en 1890 murió Collodi ya había alcanzado la cuarta edición, el autor no obtuvo nunca beneficios por su comercialización, dado que en esa época no existían leyes de derechos de autor que amparasen a los escritores, ni tampoco supo el inmenso éxito que cosecharía su novela en todo el mundo.

Carlo Collodi murió en Florencia el 26 de octubre de 1890, a los 64 años de edad, a causa de un ataque cardíaco. De él se dice que ingresó a la Masonería a mediados del siglo XIX (aunque no hay ningún documento que lo sostenga) y que esta organización tuvo influencia importante en su obra «Las aventuras de Pinocho», en la que se supone que se encuentran interesantes simbolismos.

Significado y mensaje del cuento de Pinocho.

«Las aventuras de Pinocho« es una historia de castigo y conformidad. Un relato sobre una marioneta que, sin cuerdas, está atada a la coacción social de tal forma que no puede seguir su propio camino. La manejan fuerzas superiores, simbolizadas por el Hada y Geppetto.

Es gracias a esta tensión tragicómica que el personaje de Pinocho vive y atrae a todos los públicos. Y aún resulta más relevante la estructura de cuento, que reviste los episodios de optimismo y nos permite olvidar hasta qué punto la infancia puede llegar a ser dura y traumática, sobre todo la infancia en la Italia del siglo XIX.

Que la obra gozara de tanta popularidad puede deberse al hecho de que Pinocho es una historia simbólica sobre la infancia, que trasciende su origen italiano y habla tanto a los jóvenes como a los ancianos de la formación de un gandul.

Collodi concibió cada capítulo para el periódico de tal forma que se mantuviera el interés de los lectores por el extraño destino de un trozo vivo de madera que se convierte en una marioneta, algo que logró a través de la ironía y el suspense.

Sin caer en lo predecible, prácticamente cada episodio empieza con una situación extraña que lo arrastra hacia la tragedia y que al mismo tiempo está rozando el ridículo. Sin embargo el autor creó un mundo de cuento de hadas patas arriba que recordaba en cierto modo a la Toscana, pero que cambiaba la forma sin cesar, en el que cualquier cosa era posible; jugaba con picardía con los lectores, dejándolos en suspenso al final de cada episodio. Cada capítulo es un embrollo, y un embrollo lleva a otro. Nunca terminaba ningún capítulo.

En los planes de Carlo Collodi no estaba dejar que Pinocho creciera, de hecho había intentado terminar la serie en el momento en el que el protagonista acaba colgado de la rama de un roble visiblemente muerto. Incluso llevaba impresa la palabra “finale” al final del episodio cuando apareció en la entrega del 10 de noviembre de 1881.

Pero Collodi recibió tal alud de quejas por parte de los lectores, tanto jóvenes como adultos, que se vio forzado a retomar las aventuras de Pinocho. En otras palabras, se obligó al autor a “educar” a su protagonista de madera a pesar de la perspectiva pesimista inicial.

De un modo irónico el autor puso en duda desde el principio el tema principal de la obra, la evolución de un trozo de madera en niño, de la misma forma que cuestionó la estructura optimista de los cuentos de hadas.

Willard Gaylin, psicoanalista, utiliza la novela como paradigma para explicar cómo, a partir del lado narcisista de un niño, se crea un ser humano vivo y sensible. Se centra en temas como la dependencia, el trabajo, la conciencia y el amor para demostrar cómo Pinocho adquiere la dignidad humana a través de diferentes experiencias de aprendizaje que lo capacitan para entender de qué modo sus actos afectan a la gente que lo rodea y, al mismo tiempo, a su entorno.

Hacia el final de la novela, es decir, hacia el final del proceso de formación de Pinocho, este comprende que el amor no significa autocomplacencia narcisista, sino el placer profundo de darse a los demás que contribuye a la fuerza de la cohesión, de la moral y la civilización en la vida humana.

El público de hoy se sorprenderá al descubrir que la novela no es como la película de Disney. Se dará cuenta de que el autor dio rienda suelta a su imaginación con mayor vigor que Disney y que hizo evolucionar la marioneta a muchos niveles, con el firme propósito de entender y preguntarse qué significa ‘civilizar’ a un niño.

En verdad, gracias a la desbordante imaginación de Carlo Collodi, tenemos un ejemplo completo de lo que implicaba para un niño pobre crecer en la sociedad italiana del siglo XIX. Pero es quizá más importante que este cuento de hadas novelado trascienda de preguntas sobre la identidad y la historia nacional hasta lograr que nos cuestionemos cómo ‘civilizamos’ a los niños en estos tiempos incivilizados.

Libros de Pinocho.

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Las aventuras de Pinocho | 40 páginas | +5 años | Popularizado por la película de Disney, Pinocho es uno de los personajes de cuentos de hadas que todo el mundo conoce. ¿Quién no ha oído hablar de ese niño al que le crece la nariz cuando dice mentiras? Desde que el italiano Carlo Collodi escribiese el relato original a finales del siglo XIX, las aventuras de Pinocho han sido reescritas y reinterpretadas por numerosos autores.

Quizá el más célebre de ellos sea el también italiano Gianni Rodari. Reconocidísimo autor de literatura infantil, nos presenta en este libro una versión rimada, con toques gamberros, de las andanzas de Pinocho. ⇒13,30 € en Amazon⇐

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Las aventuras de Pinocho | 152 páginas | +7 años | Una nueva mirada sobre un conmovedor himno a la infancia: las rocambolescas desventuras de Pinocho, un muñeco de madera que se ve en la duda de obedecer a Gepetto y al Hada de los cabellos turquesa o elegir los placeres irresistibles de la vida. Una versión abreviada y adaptada de la mágica historia de Carlo Collodi con ilustraciones de Justine Brax. ⇒25,27 € en Amazon⇐

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Las aventuras de Pinocho | 192 páginas | +7 años | El carpintero Geppetto es un hombre humilde que siempre había deseado tener un hijo. Un buen día, se le ocurre tallar una marioneta de un trozo de madera mágica. Esta cobra vida y se convierte en un niño travieso y desobediente al que Geppetto llama Pinocho. ¿Conseguirá Pinocho convertirse en un niño de verdad? Un relato profundamente rompedor sobre la infancia perdida, lleno de magia y humor. ⇒12,30 € en Amazon⇐

Las aventuras de Pinocho | 192 páginas | +7 años

Pinocho | 160 páginas | +7 años | Con esta espléndida adaptación de Pinocho, Agustín Sánchez Aguilar ha querido acercar a los jóvenes lectores de hoy en día la obra maestra que el italiano Carlo Collodi escribió entre 1881 y 1883. La narración se acompaña con unas cautivadoras ilustraciones de Robert Ingpen. ⇒11,16 € en Amazon⇐

Pinocho | 160 páginas | +7 años

Las aventuras de Pinocho | 120 páginas | +8 años | Cuando el viejo Geppetto fabricó a Pinocho a partir de un trozo de madera, no se podía imaginar que el muñeco cobraría vida ni que correría unas aventuras increíbles. Desde el primer momento Pinocho es travieso y mentiroso, y hace caso de las malas influencias. Por suerte, el Hada de los cabellos azules lo ayudará a convertirse en un niño de verdad. ⇒12,43 € en Amazon⇐

Las aventuras de Pinocho | 120 páginas | +8 años

Las aventuras de Pinocho. Historia de un muñeco | 200 páginas | +8 años | Llega a la colección “Tiempo de clásicos”, de Combel editorial, el títere más travieso y entrañable de la literatura universal. Ahora Pinocho, Geppetto, el Grillo parlante y todo el elenco de personajes que los acompañan hablan un castellano bello y actual gracias a la cuidada traducción de Celia Filipetto. Visten esta edición las ilustraciones de Pep Montserrat, que reinterpreta magistralmente algunos pasajes que ya forman parte de la historia del imaginario literario infantil. Reservad un lugar de honor a Las aventuras de Pinocho. ⇒18,90 € en Amazon⇐

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Las aventuras de Pinocho (edición especial) | 242 páginas | +9 años | El mayor deseo de Pinocho es convertirse en un chico de verdad. Pero solo es un polichinela travieso, insensato y testarudo que siempre rehúye sus obligaciones y que inevitablemente se ve envuelto en una serie de calamitosas aventuras. El simpático Pinocho verá finalmente cumplido su deseo gracias a su bondad y su valentía.

Los niños de cualquier parte del mundo solo desean una existencia libre de preocupaciones; sin embargo, la vida les somete constantemente a prueba y les presenta múltiples desafíos, fuerzas irresistibles que despiertan su imaginación.

Narrada con sencillez y humor, la historia atemporal de Pinocho ha conservado su pulso siempre vibrante y entretenido desde su publicación, y ha sido traducido a más de doscientas lenguas. EDICIÓN CONMEMORATIVA DEL 120 ANIVERSARIO DE PINOCHO. ⇒23,75 € en Amazon⇐

Las aventuras de Pinocho (edición especial) | 242 páginas | +9 años

Las aventuras de Pinocho | 192 páginas | +10 años | Pinocho es un muñeco al que ha dado vida el anciano Geppetto, un carpintero que, ante el deseo de ser padre, talló un bloque de madera dándole forma de niño. Pinocho resulta ser un hijo desobediente y maleducado que se mete en muchos problemas por su falta de juicio, a pesar de todas las advertencias. Pero gracias al Hada de cabellos azules y al Grillo parlante aprenderá qué es lo importante en la vida. ⇒18,95 € en Amazon⇐

Las aventuras de Pinocho (edición especial) | 242 páginas | +9 años Las aventuras de Pinocho | 192 páginas | +10 años

Las aventuras de Pinocho | 195 páginas | +12 años | Geppetto tomó en seguida las herramientas y se puso a esculpir y a fabricar su muñeco.

«¿Qué nombre le pondré? —se preguntó—. Le voy a llamar Pinocho. Este nombre le traerá suerte.» ⇒10,40 € en Amazon⇐

Las aventuras de Pinocho | 195 páginas | +12 años

Las aventuras de Pinocho | 240 páginas | Conocido en España principalmente a través de la película de Walt Disney, el Pinocho de Carlo Collodi desborda sin embargo, al igual que otras obras maestras, las fronteras convencionales del género infantil o juvenil en que se lo encasilla.

Si bien «Las aventuras de Pinocho», en lo que tiene el relato de convencional, continúa siendo una lectura que, siguiendo el precepto clásico, instruye deleitando, la fuerza simbólica de muchos de sus personajes, las afortunadas invenciones de su trama y otros felices hallazgos contribuyen a explicar el constante favor del público desde el mismo momento de la aparición de la obra.

La presente edición incorpora las ilustraciones ya clásicas de Attilio Mussino que con el tiempo se han convertido en su complemento indispensable. ⇒10,45 € en Amazon⇐

Las aventuras de Pinocho | 240 páginas

Aventuras de Pinocho | 260 páginas | Cuento tradicional de Carlo Collodi, con las ilustraciones Carlo Chiostri. CARLO CHIOSTRI (Florencia, 1863-1890), coterráneo y contemporáneo de Carlo Collodi, es el primer ilustrador de Pinocho y quizás el que más ha influido en la configuración gráfica del personaje. Sus dibujos muestran una acertada sintonía entre lo fantástico y lo real, entre lo maravilloso y lo cotidiano. ⇒14,25 € en Amazon⇐

Aventuras de Pinocho | 260 páginas

Las aventuras de Pinocho | 192 páginas | Un libro engañosamente sencillo sobre la infancia perdida, que no deja de inspirar interpretaciones y significados nuevos. Aunque se trata de una de las historias más célebres del mundo, “Las aventuras de Pinocho” es al mismo tiempo una obra en gran medida desconocida.

Las peripecias de un trozo de madera parlante no son aquí un cuento aleccionador ni sentimental, sino un relato profundamente subversivo sobre la infancia perdida, colmado de crueldad, magia y sátira, en el que se entreveran la picaresca, el teatro callejero y los cuentos de hadas de un modo que anticipa el surrealismo e incluso el realismo mágico.

Jack Zipes, eminente estudioso de la narrativa fantástica popular, firma la introducción que abre el presente volumen. La traducción al castellano es de Miquel Izquierdo, que dota a este clásico insoslayable de una actualidad palpitante. «Las mentiras, hijo mío, se reconocen enseguida porque las hay de dos clases: están las mentiras de piernas cortas y las mentiras de nariz larga.» ⇒7,55 € en Amazon⇐

Las aventuras de Pinocho | 192 páginas

Pinocho | 272 páginas | Pinocho es la fábula más estimada, leída y traducida de los últimos ciento cincuenta años; es la que ha inspirado, y aún inspira, todo tipo de relecturas e interpretaciones. Ya sea en papel o en pantalla, como dibujo animado o como película nos ha regalado un festival de personajes que se han convertido en símbolos de todos los tiempos: el Gato y el Zorro, el Hada bondadosa, el Grillo parlante. Tal como nos cuenta Italo Calvino en el prólogo a esta edición, un libro convertido en todo un clásico también para adultos. ⇒21,85 € en Amazon⇐

Pinocho | 272 páginas

Cuento de las aventuras de Pinocho.

Érase una vez…

— ¡Un rey! —dirán enseguida mis pequeños lectores.

No, chicos, os habéis equivocado. Érase una vez un trozo de madera.

No era una madera de lujo, sino un simple leño de los que en invierno se meten en las estufas y chimeneas para encender el fuego y calentar las habitaciones.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Un buen día el trozo de madera aparece en el taller del viejo maese Ciruela, que decide hacer con él una pata de mesa. Pero, antes de pegar el primer hachazo, oye una voz que dice que no le pegue muy fuerte. Maese Ciruela se vuelve y no ve a nadie, así que piensa que se lo ha imaginado y le da un golpe imponente al trozo de madera, que de repente grita lamentándose de que le ha hecho daño. Maese Ciruela se queda de pie.

Y como le había entrado un espanto atroz, probó a canturrear para darse algo de coraje.

Mientras, apartando el hacha, agarró la garlopa para pulir el trozo de madera; pero mientras procedía arriba y abajo, oyó la misma vocecita que le dijo riendo:

— ¡Para! ¡Que me haces cosquillas por todo el cuerpo!

Esta vez el pobre maese Ciruela cayó como fulminado. Cuando volvió a abrir los ojos, se vio tendido en el suelo.

Su rostro parecía desfigurado, y hasta la punta de la nariz, de morada como la tenía casi siempre, se veía ahora turquesa por el pánico.

En ese momento llaman a la puerta, y entra un viejecito muy vivo que se llamaba Geppetto y que le pide un favor a maese Ciruela: quiere una madera para fabricarse una hermosa marioneta, que sepa bailar, hacer esgrima y pegar saltos mortales. Con la marioneta aspira a viajar por el mundo para ganarse un mendrugo de pan y un vasito de vino.

Maese Ciruela, muy contento, recoge del banco aquel trozo de madera que ha sido causa de tantos miedos y se lo da.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

La casa de Geppetto era un cubículo a pie de calle que recibía luz de una claraboya. El mobiliario no podía ser más simple: una mala silla, una cama precaria y una mesita ruinosa. En la pared del fondo se veía un hogar con el fuego encendido; pero el fuego estaba pintado, y junto al fuego aparecía dibujada una olla que hervía alegremente y arrojaba una nube de humo que parecía de verdad.

Recién entrado en casa, Geppetto tomó enseguida los arneses y se dispuso a tallar y a fabricar su marioneta.

Se pone a trabajar a conciencia, y en seguida tiene hecho el pelo, luego la frente y también los ojos. Entonces se queda maravillado, cuando se da cuenta de que los ojos se mueven, que le miran fijamente. Después de los ojos le hace la nariz. Pero la nariz una vez hecha empieza a crecer, y en pocos minutos pasa a ser una nariz interminable. Después de la nariz le hace la boca, y antes de terminarla Pinocho empieza a reírse de él y a sacarle la lengua. Después le hace el mentón, el cuello, los hombros, la barriga, los brazos y las manos.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Cuando tuvo terminadas las manos, Geppetto notó que le arrebataban la peluca de la cabeza. Se volvió, y ¿qué vio? Vio su peluca amarilla en manos de la marioneta.

— ¡Pinocho! Devuélveme enseguida la peluca.

Y Pinocho, en lugar de devolvérsela, se la puso a sí mismo en la cabeza y quedó sepultado debajo, casi sofocado.

Ante aquella insolencia burlona, Geppetto se entristeció y, melancólico como no lo había estado en su vida, volviéndose hacia Pinocho, dijo:

— ¡Piel del diablo! ¡No estás terminado aún y ya empiezas a faltarle al respeto a tu padre! ¡Mal, hijo mío, mal!

Y se secó una lágrima.

Cuando le hace las piernas y los pies, la deposita en el suelo para hacerla caminar. Cuando se le desentumecen las piernas Pinocho empieza a caminar y a correr por la habitación, hasta que llegado a la puerta salta a la calle y se da a la fuga.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Y el pobre Geppetto sale corriendo detrás de él sin poder alcanzarle, hasta que aparece un carabinero que agarra limpiamente a Pinocho por su nariz desmesurada, que parece hecha aposta para ser atrapada por los carabineros, y se lo entrega a Geppetto que lo agarra por el cogote y se lo lleva hacia casa amenazándole. Entonces todo el pueblo empieza a criticarle y a compadecerse de Pinocho.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

En definitiva, tanto hablaron y tanto hicieron que el carabinero volvió a dejar en libertad a Pinocho y se llevó al pobre de Geppetto a la cárcel. Este, falto como quedó entonces de palabras para defenderse, se puso a llorar como un ternerito y, al encaminarse a la cárcel, balbucía sollozando:

— ¡Desgraciado hijito mío! ¡Y pensar los afanes que he pasado para que fuera una marioneta decente! Pero me lo merezco: debería haberlo pensado antes.

Pinocho llega corriendo a casa y, de pronto, oye a alguien en la habitación que hace cri, cri, cri. Se vuelve y ve a un gran grillo que sube por la pared. Es el Grillo Parlante, y le dice que vive en esa habitación desde hace más de cien años.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho le dice que esa habitación es suya y que se vaya, pero el grillo le dice que no se irá hasta que no le haya dicho una gran verdad. Hay de los niños que se rebelan contra sus padres y abandonan caprichosamente la casa paterna, no les irá bien jamás en este mundo, y antes o después deberán arrepentirse amargamente.

Pero Pinocho le contesta que si se queda allí le mandarán a la escuela y él no quiere estudiar. Entonces el grillo le dice que se convertirá en un fantástico borrico. Y Pinocho le manda callar y le dice que él sólo quiere comer, beber, dormir, divertirse y de la mañana a la noche hacer vida de vagabundo.

— Pobre Pinocho, de verdad que me das pena.

— ¿Por qué te doy pena?

—Porque eres una marioneta y, lo que es peor, porque tienes la cabeza de madera.

Al oír estas últimas palabras, Pinocho saltó colérico y, tras coger del banco un martillo de madera, lo arrojó contra el Grillo Parlante.

Quizá ni siquiera creía que acertaría; pero desgraciadamente le dio de lleno en la cabeza, hasta el punto de que el pobre grillo apenas tuvo el aliento de hacer cri, cri, cri, y luego se quedó allí muerto y pegado a la pared.

Empieza a hacerse de noche y Pinocho siente hambre, pero no hay nada de comer. Cuando se acerca a la cacerola del hogar se da cuenta de que está pintada. Pinocho se queda con la boca abierta y empieza a llorar del hambre que tiene, así que decide ir al pueblo para ver si alguien le da algo de comer, pero sólo consigue que le tiren encima un cubo de agua.

Regresó a casa empapado como un pollito y destrozado por el cansancio y el hambre; y como no tenía ya fuerzas para mantenerse en pie, se sentó, apoyando los pies calados y embarrados en un brasero lleno de brasas vivas.

Y así se durmió; y mientras dormía, los pies, que eran de madera, prendieron, y poco a poco se le fueron quedando carbonizados hasta convertirse en cenizas.

Y Pinocho seguía durmiendo y roncando, como si sus pies fueran de otro.

Geppetto vuelve a casa por la mañana, y cuando ve a su Pinocho tendido en el suelo y sin pies se enternece, y colgándoselo enseguida del cuello se pone a besarlo y a darle mil caricias y a hacerle mil zalamerías con unos lagrimones que le resbalan mejillas abajo.

En menos de una hora los pies ya están hechos. Dos pies veloces, delgados y nerviosos, como si los hubiera modelado un artista genial. Tan pronto como la marioneta se da cuenta de que tiene pies empieza a corretear de alegría, y le dice que quiere acudir a la escuela. Geppetto se alegra, pero Pinocho le dice que necesita algo de ropa y un abecedario.

Geppetto le hace un vestidito de papel floreado, un par de zapatos de corteza de árbol y una gorrita de miga de pan.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Luego se pone su vieja zamarra remendada y llena de parches y sale corriendo de casa. Cuando regresa lleva en la mano el abecedario para su hijito, pero la zamarra ya no; va en mangas de camisa, aunque fuera nieva. Pinocho salta al cuello de Geppetto y le come a besos. Con su estupendo abecedario bajo el brazo se va a la escuela.

Le pareció oír a lo lejos una música de pífanos y de redobles de tambor: pipipí, pipipí, zum, zum, zum, zum.

Se detuvo a escuchar. Aquellos sonidos provenían del final de una calle muy larga que conducía a un pueblecito edificado a la orilla del mar.

— ¿Qué será esta música? Lástima que tenga que ir a la escuela, que si no…

Y permaneció allí, perplejo. En todo caso, había que tomar una decisión: o la escuela o los pífanos.

— Hoy iré a escuchar los pífanos, y mañana a la escuela: siempre estoy a tiempo de ir a la escuela —dijo finalmente el granuja, encogiéndose de hombros.

Empieza a correr a grandes zancadas, hasta que llega a una plaza repleta de gente que se apiña alrededor de un barracón de madera con una tela pintada de mil colores donde pone Gran Teatro de Marionetas. La entrada cuesta cuatro perras gordas. Pinocho, sin recato, se pone a vender su ropa y su abecedario nuevo y se mete en el teatrillo de las marionetas.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Entonces sucede un hecho que casi provoca una revolución. Sobre el escenario están Arlequín y Polichinela, discutiendo, claro. De repente Arlequín se vuelve hacia el público, y señalando con la mano, empieza a gritar en tono dramático que no sabe si está soñando pero que está viendo a Pinocho. Entonces grita Polichinela, y gritan a coro todas las marionetas, que allí está su hermano Pinocho.

— ¡Pinocho, sube aquí conmigo! —Grita Arlequín—. ¡Ven a los brazos de tus hermanos de madera!

Ante tan cariñosa oferta, Pinocho pega un salto y desde el fondo de la platea recorre las numerosas butacas; luego, con otro salto, de las butacas salta a la cabeza del director de orquesta y de allí se precipita sobre el escenario.

Resulta imposible imaginarse los abrazos, los agarrones del cuello, los pellizcos de amistad y achuchones de auténtica y sincera hermandad que recibió Pinocho en medio de aquel gallinero, por parte de los actores y actrices de aquella compañía dramáticovegetal.

Y la interpretación se detiene, porque las marionetas se llevan a Pinocho sobre los hombros.

Pero entonces sale el marionetista, un hombracho tan feo que da miedo con sólo mirarlo. Es Comefuego. Tiene una barbota negra como un borrón de tinta, y tan larga que le llega al suelo. Con las manos chasquea una fusta hecha de serpientes y de colas de zorro enrolladas. Todos enmudecen. Le pregunta a Pinocho por qué ha ido a armar bronca en su teatro; pero, cuando Pinocho le va a decir que la culpa no ha sido suya, se va a la cocina, donde está asando un magnífico cordero… Y como le falta leña para acabar de dorarlo, pide que le traigan a Pinocho para echarlo al fuego.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho grita que no quiere morir, y Comefuego, al verle, estornuda. Lo que es una buena señal, porque cuando Comefuego estornuda es que se enternece de verdad. Pero entonces pide que echen al fuego a Arlequín. Pinocho se tira a los pies de Comefuego, llorando, y le pide clemencia.

— Aquí no hay clemencia que valga. Si te he salvado a ti, hace falta que le arroje a él al fuego porque quiero que el cordero quede bien asado.

— En tal caso —gritó valientemente Pinocho, irguiéndose y arrojando su gorrita de miga de pan—, en tal caso, sé cuál es mi deber. ¡Adelante, señores gendarmes! Átenme y arrójenme a las llamas. No, no es justo que el pobre Arlequín, mi amigo del alma, tenga que morir por mí.

Esas palabras pronunciadas en voz alta y con acento heroico hicieron llorar a todas las marionetas presentes en la escena. Los mismos gendarmes, aunque fueran de madera, lloraban como dos lechoncitos.

Comefuego de entrada se mantiene en sus trece, pero luego empieza a estornudar y dice que se resignará a comerse el cordero medio crudo. Todas las marionetas se suben entonces al escenario, y con las luces y las candilejas de gala encendidas empiezan a saltar y a bailar. Al alba todavía siguen bailando.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

A la mañana siguiente Comefuego llama a Pinocho, y le da cinco monedas de oro para su anciano padre. Pinocho le da mil veces las gracias, abraza a todas las marionetas de la compañía y se pone en camino para regresar a casa.

Pero no ha recorrido ni medio kilómetro cuando se topa en el camino con una Zorra, que cojea de un pie, y con un Gato, ciego de los dos ojos. Pinocho les cuenta su vida, y les termina mostrando las cinco monedas de oro. Ante el rumor de las monedas el Gato abre unos ojos como platos, y la Zorra le pregunta si quiere multiplicar sus monedas de oro, y le propone ir con ellos al País de los Panolis.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

— Hay que saber que en el País de los Panolis hay un campo bendito, al que todos llaman Campo de los Milagros. Tú practicas un pequeño hoyo en este campo y metes dentro, por ejemplo, un ducado de oro. Luego, cubres el hoyo con algo de tierra, lo riegas con dos baldes de agua de lluvia, le echas una pizca de sal y por la noche te vas tranquilamente a la cama. Mientras, durante la noche, el ducado germina y florece, y a la mañana, tras la salida del sol, al regresar al campo, ¿con qué te encuentras? Te encuentras un bonito árbol cargado con muchos ducados de oro, tantos como granos de trigo puede contener una hermosa espiga en el mes de junio.

Y Pinocho, olvidándose inmediatamente de los buenos propósitos que había hecho, de su padre, de comprarle una chaqueta nueva y otro abecedario, se va con ellos.

Cuando ya oscurece llegan a la Posada de la Gamba Roja, y allí se detienen para comer un bocado y descansar un rato. La Zorra dice que a medianoche retomarán el camino. Cenan como bestias y se van a descansar.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

A medianoche despiertan a Pinocho, pero el posadero le dice que sus compañeros se han ido hace dos horas. Pinocho paga la cuenta y se pone en camino, a ciegas, porque todo está muy oscuro.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Mientras, al caminar, vio en un tronco de un árbol a un animalillo que brillaba con una luz pálida y opaca, como un quinqué metido en una lámpara de porcelana transparente.

— ¿Quién eres? —Le preguntó Pinocho.

— Soy la sombra del Grillo Parlante. —Respondió el animalillo con una vocecita tenue que parecía venir del mundo del más allá.

— ¿Qué quieres de mi? —Preguntó la marioneta.

— Quiero darte un consejo. Da media vuelta y lleva los cuatro ducados que te han quedado a tu pobre papá, que llora y se desespera por no verte.

— Mañana mi papá será un gran señor, porque estos cuatro ducados se convertirán en dos mil.

— No te fíes hijo mío de aquellos que prometen hacerte rico de la noche a la mañana. Normalmente o están locos o son unos liantes. Hazme caso, regresa.

Pero Pinocho quiere seguir adelante. El Grillo Parlante se apaga de golpe, como se apaga una candela al soplar, y el camino queda más oscuro que antes.

En aquel momento le parece oír a su espalda un levísimo murmullo de hojas. Se vuelve para mirar y ve en la oscuridad a dos figurones negros arrebujados en dos sacas de carbón que corren detrás de él de puntillas, como si fueran dos fantasmas. Entonces se mete las monedas en la boca e intenta escapar, pero no ha dado todavía el primer paso cuando siente que lo agarran por los brazos y oye dos voces horrendas y cavernosas que le piden la bolsa o la vida.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho hace gestos de que no tiene dinero, pero le dicen que les dé el dinero o le matarán a él y luego a su padre. Entonces Pinocho dice que a su padre no, y en ese momento los ducados le suenan dentro de la boca.

Uno de ellos aferró a la marioneta por la punta de la nariz y el otro por la barbilla, y entonces empezaron a tirar descaradamente de un lado y de otro, hasta obligarlo a abrir la boca. Pero no hubo manera. La boca de la marioneta parecía atrancada y remachada. Entonces, el asesino más pequeño, tras sacar un gran cuchillo, trató de clavárselo como una palanca o un puntero entre los labios. Pero Pinocho, vivo como el rayo, le adentelló la mano con los dientes, y, tras habérsela cercenado limpiamente de un mordisco, la escupió. Imaginad su asombro cuando, en lugar de una mano, se apercibió que había escupido una zarpa de gato.

Pinocho huye por el campo. Tras una carrera de quince kilómetros ya no puede más. Finalmente llega sin resuello a la puerta de una casita blanca. Llama a la puerta pero nadie responde. Al insistir se asoma entonces a la ventana una hermosa niña con el pelo turquesa y el rostro blanco, como una imagen de cera. Los ojos cerrados y las manos cruzadas sobre el pecho.

La niña, sin mover los labios ni un ápice, dice con una voz que parece salida de otro mundo que en esa casa no hay nadie, que están todos muertos. Pinocho le dice entonces que le abra ella, y la niña contesta que también está muerta y cierra la ventana.

En ese momento le atrapan los asesinos. Sacan dos cuchillotes bien largos y afilados como navajas y le asestan dos golpes en plenos riñones. Pero la marioneta está hecha de una manera muy recia, y las hojas se rompen en mil astillas. Entonces deciden colgarle. Le atan las manos a la espalda y, tras pasarle un nudo corredizo en torno a la garganta, lo cuelgan de la rama de un roble. Pasadas tres horas Pinocho sigue manteniendo los ojos abiertos, la boca cerrada y patalea más que nunca. Así que se van diciendo que volverán cuando esté bien muerto y con la boca bien abierta.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Entre tanto se había levantado un viento impetuoso de Tramontana que, soplando y mugiendo con rabia, azotaba por todas partes al pobre colgado, haciéndole ondear violentamente como el badajo de una campana que dobla para la fiesta. Y aquel vaivén le causaba una angustia tremenda. Y el nudo corredizo, estrechándose cada vez más en torno a la garganta, le cortaba la respiración. Poco a poco los ojos se le fueron nublando, y, aunque sentía que la muerte le rondaba, también esperaba que de un momento a otro apareciera algún alma caritativa para ayudarle. Pero cuando sin dejar de esperar vio que no aparecía nadie, pero es que nadie, entonces le volvió a la mente su pobre padre, y balbuceó, casi moribundo:

— ¡Papá mío! ¡Si estuvieras aquí!

No le quedó resuello para decir más. Cerró los ojos. Abrió la boca. Estiró las piernas y dando una gran sacudida se quedó allí, como paralizado.

La hermosa niña del pelo turquesa se asoma de nuevo a la ventana, y, compadeciéndose al ver a Pinocho, bate las manos tres veces y da tres golpecitos. Ante dicha señal se oye un gran rumor de alas y un gran halcón se posa sobre el alféizar de la ventana y pregunta: “¿Qué dispone mi graciosa Hada?”

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Y es que la niña de pelo turquesa no es sino que un hada buenísima, que desde hace más de mil años vive en las cercanías de aquel bosque. El Hada le pide que rompa con su imponente pico la cuerda que suspende a Pinocho. En casa le atienden tres médicos que le recetan una medicina muy amarga. Pinocho se resiste a tomarla y no hay forma de que lo haga. El hada le dice que si no se la toma se morirá, y Pinocho contesta que prefiere morir a beberse ese mejunje.

En aquel momento se abre de par en par la puerta de la habitación y entran cuatro conejos, negros como la pez, que cargan sobre sus hombros un pequeño ataúd. Le dicen a Pinocho que vienen a por él.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho entonces toma el vaso con ambas manos y lo vacía de un trago, y se cura en seguida. Entonces el Hada le pide que le cuente su historia, y Pinocho lo hace. Cuando termina el hada le pregunta dónde tiene las monedas.

— Las he perdido. —Respondió Pinocho.

Pero era mentira, porque de hecho las llevaba en el bolsillo. En cuanto soltó la mentira, su nariz, que ya era larga, le creció de golpe unos cinco centímetros más.

— ¿Y dónde las has perdido?

— En el bosque de aquí cerca.

Con esta segunda mentira la nariz siguió creciendo

— Si las has perdido en el bosque cercano —dijo el Hada— las buscaremos y las encontraremos. Porque todo lo que se pierde en el bosque cercano siempre se encuentra

— ¡Ah! ¡Ahora que lo recuerdo! —Replicó la marioneta haciéndose un lío— Las cuatro monedas no las he perdido, pero sin darme cuenta me las he tragado mientras bebía la medicina.

Con la tercera mentira la nariz se le alargó de manera tan extraordinaria que el pobre Pinocho ya no podía darse la vuelta de ningún modo. Si se volvía hacia un lado la nariz golpeaba contra la cama o en los cristales de la ventana. Si se volvía hacia el otro golpeaba contra las paredes. Si levantaba un poco la cabeza corría el riesgo de introducirla en un ojo del Hada.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

El Hada deja que la marioneta llore y grite una buena media hora a causa de aquella nariz suya que no pasa por la puerta de la habitación, para que se le quite la costumbre de contar mentiras, el peor vicio que puede tener un chaval. Luego da una palmada y entran por la ventana un millar de grandes pájaros llamados picos, que, posándose en la nariz de Pinocho, empiezan a picoteársela hasta que la nariz recobra su tamaño natural.

El Hada le dice que ha avisado a su papá, y que antes de que anochezca estará allí. Pinocho salta de alegría y dice que quiere salir a su encuentro. Se despide del Hada y se va. Pero en cuanto penetra en el bosque se encuentra a la Zorra y al Gato que se hacen los encontradizos.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho les cuenta todo lo que le ha pasado y ellos le dicen que si todavía tiene el dinero podría sembrarlo en el Campo de los Milagros, y que si siembra en seguida las cuatro monedas pasados unos minutos recogerá dos mil y esa misma noche regresará con los bolsillos llenos.

Llegaron a una ciudad llamada Engañabobos. Una vez en la ciudad, Pinocho vio todas las calles pobladas de perros andrajosos que bostezaban de hambre, de ovejas esquiladas que temblaban de frío, de gallinas sin cresta y sin papada que pedían un grano de maíz como limosna, de grandes mariposas que ya no podían volar porque habían vendido sus bellísimas alas de colores, de pavos reales sin cola que se avergonzaban de que les vieran y de faisanes que marchaban calmos y que se dolían de sus resplandecientes plumas de oro y plata perdidas ya para siempre.

En medio de esta multitud de pedigüeños y miserables avergonzados, pasaban de vez en cuando algunas carrozas señoriales con una zorra dentro, o una urraca, o algún pajarraco de rapiña.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Cruzan la ciudad y se detienen en un campo. Pinocho excava con las manos una pequeña fosa, mete dentro las cuatro monedas de oro y luego recubre la fosa con un poco de tierra. Se va a una acequia cercana, se quita una pantufla y tras llenarla de agua riega la tierra.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Entonces la Zorra dice que regrese dentro de veinte minutos y hallará un arbolito ya crecido y con las ramas cargadas de monedas. La pobre marioneta, muy contenta, da mil veces las gracias a la Zorra y al Gato y se despide.

Pinocho regresa a la ciudad y cuando se ha cumplido el plazo vuelve, pero no ha crecido ningún arbolito. Entonces oye una gran risotada, y volviéndose hacia arriba ve encima de un árbol a un gran papagayo. Pinocho le pregunta de qué se ríe, y el papagayo contesta que de los papanatas que se creen todas las necedades y que se dejan engatusar por los que son más listos.

Pinocho se va directo al tribunal para denunciar el robo.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

El juez es un simio de la raza de los gorilas y, después de escuchar la historia de Pinocho, le condena a cuatro meses de cárcel.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

En cuanto sale retoma el camino de la casita del Hada.

Una vez estuvo en el camino principal, se volvió hacia abajo para mirar a la llanura, y a simple vista vio perfectamente el bosque en el que desgraciadamente había encontrado a la Zorra y al Gato; vio, entre los árboles, descollar la copa del Roble Grande, de donde le habían colgado por el cuello; pero, mirando en derredor, no le resultó posible ver la casita de la hermosa niña del pelo turquesa.

Entonces experimentó una suerte de triste presentimiento y, echándose a correr con todas las fuerzas que le quedaban en las piernas, se vio en pocos minutos en el prado en el que antes estaba la casita blanca. Pero la casita blanca ya no estaba. Había en cambio una lápida de mármol sobre la que se leían en mayúsculas estas dolorosas palabras: AQUÍ YACE LA NIÑA DEL PELO TURQUESA, MUERTA DE DOLOR POR HABER SIDO ABANDONADA POR SU HERMANITO PINOCHO.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho cae de bruces y estalla en un llanto inconsolable. Llora toda la noche, y al alba sigue llorando. Entre tanto pasa por el aire un gran palomo que, deteniéndose con las alas extendidas, le grita desde gran altura que si conoce a una marioneta que se llama Pinocho. Y cuando Pinocho le dice sorprendido que es él, el palomo le dice que entonces conocerá también a Geppetto, y le cuenta que le dejó hace tres días en la playa, fabricando una barquita para cruzar el océano para buscarle en los lejanos países del nuevo mundo.

La playa está a mil quilómetros, pero Pinocho se sube a lomos del palomo que vuela tan alto que casi toca las nubes. La playa está llena de gente que grita y gesticula mirando al mar porque la barquita de Geppetto está muy lejos, hay muy mala mar y está a punto de naufragar.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Mientras, la barquita, azotada por la furia del oleaje, ora desaparecía ante los embates del mar, ora volvía a flotar; y Pinocho, de puntillas sobre un alto escollo, no cesaba de llamar a su papá por su nombre y de hacerle señales con las manos y con un pañuelo y hasta con la gorra que se ponía en la cabeza.

Y pareció que Geppetto, aunque muy lejos de la playa, reconoció al hijito, pues él también se quitó la gorra y, a fuerza de gestos, le dio a entender que habría regresado de buena gana a la orilla, pero el mar estaba tan agitado que le impedía mover los remos y aproximarse a tierra.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho se tira al agua para ir a salvar a su papá. Al ser de madera flota con facilidad y nada como un pez. Nada toda la noche, y al alba ve una isla. No hay nadie. De pronto ve pasar a poca distancia de la orilla a un gran pez que va tranquilamente ocupado en sus cosas, con toda la cabeza fuera del agua. Pinocho le pregunta si ha encontrado por el mar una barquita con su papá dentro. El pez le dice que seguro que se lo ha tragado el terrible Escualo que desde hace unos días ha llegado para propagar el exterminio y la desolación en esas aguas. Es más grande que un edificio de cinco plantas, y tiene una bocaza tan grande y profunda que podría tragarse sin problemas todo el ferrocarril con la locomotora en marcha.

Pinocho empieza a andar por un sendero hasta que llega a un pueblecito llamado País de las Abejas Industriosas. Todo el mundo corre de aquí para allá con sus quehaceres. Todos trabajan, todos tienen algo que hacer. No podías encontrar un ocioso o un vagabundo ni aunque lo buscaras con una lupa.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

— Ya veo —dijo en seguida el holgazán de Pinocho—: este lugar no es para mí. Yo no nací para trabajar.

Mientras, el hambre lo atormentaba porque ya había pasado veinticuatro horas sin comer nada, ni siquiera un tentempié de migas.

No le quedaban más que dos modos de matar el hambre: buscar trabajo o pedir cuatro cuartos o un bocado como limosna. Le avergonzaba pedir limosna, porque su papá le había predicado que la limosna solo tienen derecho a pedirla los viejos y los enfermos.

Los auténticos pobres de este mundo, merecedores de asistencia y de compasión, son aquellos que, por edad o enfermedad, se ven condenados a no poder ganarse el pan con el trabajo de sus propias manos.

Todos los demás tienen la obligación de trabajar; y si no trabajan y pasan hambre, peor para ellos.

Le pide unas monedas a unas veinte personas, pero todas le responden que si no le da vergüenza. Hasta que por fin pasa una buena mujercita que lleva dos garrafas de agua. Pinocho le pide un sorbo de agua, y ella se lo da. Luego le pide algo de comer, y la mujer le dice que si le ayuda a llevar a casa una de las garrafas le dará un buen trozo de pan, un buen plato de coliflor con aceite y vinagre y un dulce relleno de anís. Pinocho termina accediendo. Pinocho no come, ¡devora!

Cuando levanta la cabeza para dar las gracias a su benefactora suelta un infinito «oh» de asombro, y permanece allí encantado, con los ojos bien abiertos, con el tenedor suspendido en el aire y la boca llena de pan y coliflor.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

— Usted es… —respondió Pinocho balbuceando—, usted es…, usted es…, es que me parece…, usted me recuerda…, sí, sí, sí…, la misma voz…, los mismos ojos…, los mismos cabellos…, sí, sí, sí…, también usted tiene los cabellos turquesa… como ella… ¡Oh, Hadita mía!… ¡Oh, Hadita mía!… ¡Dime que eres tú, tú de verdad!… ¡No me hagas llorar más! ¡Si supieras! ¡He llorado tanto, he sufrido tanto!

Mientras hablaba Pinocho lloraba a moco tendido, y arrodillándose abrazaba las rodillas de aquella misteriosa mujercita. La dejó cuando era una niña y la reencuentra como mujer, casi podría ser su madre. Pinocho le dice que quiere dejar de ser una marioneta y que quiere convertirse en un hombre. Entonces el Hada le dice que se lo tiene que merecer. Ser un niño formal, obediente, que no mienta. Pinocho promete que lo va a hacer, que quiere ser el consuelo de su papá. Y el Hada le dice que está segura de que algún día volverá a ver a su papá.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho le cuenta el dolor que sintió cuando vio su lápida, y ella le contesta que la sinceridad de su dolor le hizo saber que tiene buen corazón, y de los niños de buen corazón, aunque traviesos y mal acostumbrados, hay siempre algo bueno que esperar. O sea, siempre se puede esperar que retomen el camino correcto.

Al día siguiente Pinocho acudió a la escuela municipal. Imaginad a esos pillastres cuando vieron entrar en su escuela a una marioneta. Estalló una risotada interminable. Uno le hacía una broma y otro una peor. Le quitaban la gorra, le tiraban de la chaquetilla por detrás, alguno trataba de pintarle con tinta unos grandes bigotes, y hasta había quien se atrevía a atarle unos hilos en manos y pies para hacerle bailar.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

De entrada Pinocho se mostró desenvuelto y no hizo caso, pero al final, sintiendo que se le acababa la paciencia, se revolvió contra aquellos que más le chinchaban y se reían de él, y les dijo con expresión severa:

— Ojo, chicos, yo no he venido aquí para ser vuestro bufón. Yo respeto a los demás, y quiero que me respeten.

Y consigue hacerse respetar. Pinocho es un alumno atento, estudioso, inteligente. Siempre el primero en entrar a la escuela, siempre el último en ponerse de pie cuando termina la jornada escolar. Su único defecto es que se junta con demasiados compañeros, y entre ellos hay varios revoltosos muy conocidos por sus pocas ganas de estudiar y de lucirse.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Un día sus amigos le dicen que en el mar se ha visto a un Escualo grande como una montaña, y tientan a Pinocho para ir a verlo. El grupo de diablillos, con sus libros y cuadernos bajo el brazo, echan a correr campo a través, pero en la playa no ven nada. Por las risas de sus compañeros Pinocho se da cuenta de que se la han jugado de mala manera. Empiezan a discutir y terminan pegándose.

Pinocho se maneja tan bien con sus durísimos pies de madera, que se mantiene siempre a una respetable distancia de sus enemigos. Entonces, los chicos empiezan a arrojarle los libros escolares.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Entre estos libros había un volumen en cartoné, con el lomo y las puntas de pergamino. Se trataba de un tratado de aritmética. Dejo a vuestra imaginación lo que pesaba aquello. Uno de aquellos demonios aguantó el libro, y, apuntando a la cabeza de Pinocho, lo arrojó con toda la fuerza de su brazo. Pero, en lugar de acertar a la marioneta, dio en la cabeza de uno de sus compañeros, y este se puso blanco como una sábana limpia y no dijo más que estas palabras:

— ¡Oh madre mía! ¡Ayúdame, que me muero!

Entonces se desplomó sobre la arena de la orilla. Al ver a aquel pequeño difunto, los chicos, asustados, escaparon a correr y en pocos minutos ya no se les veía.

Pero Pinocho se quedó allí, y aunque por el dolor y por el espanto también él estuviera más muerto que vivo, acudió a empapar su pañuelito en el agua del mar y se dispuso a humedecer la sien de su pobre compañero de escuela. Mientras, llorando a moco tendido y desesperado, le llamaba por su nombre.

Entonces llegan dos guardias, y claro, no se creen la versión de Pinocho y se lo llevan detenido.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho no puede pasar bajo las ventanas de la casa de su buena Hada entre los dos guardias; así que echa a correr, y los guardias le azuzan un mastín que le persigue, hasta que Pinocho logra tirarse al agua.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

El mastín se mete en el agua para pillarle pero casi se ahoga, y Pinocho le salva y le lleva a la orilla antes de perderse en el mar nadando.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Del agua lo saca un pescador, que lo confunde con un pescadito y lo enharina entero para echarlo a la sartén. Pero, justo cuando lo va a freír, llega el mastín y le salva, devolviéndole el favor.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho vuelve a casa del Hada, que le vuelve a perdonar y de hecho le dice que al día siguiente pensaba organizar una fiesta para celebrar que, al fin, va a dejar de ser una marioneta para convertirse en un niño de verdad.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Quien no viera el gozo de Pinocho ante esta noticia tan anhelada, no podrá jamás imaginarlo. Todos sus amigos y compañeros de escuela debían ser invitados al día siguiente a una gran merienda en casa del Hada, para festejar juntos el gran evento. Y el Hada hizo preparar doscientas tazas de café con leche y cuatrocientos panes untados con mantequilla por ambas caras. Aquel día prometía ser muy hermoso y alegre, pero… Lamentablemente, en la vida de las marionetas hay siempre un pero que lo arruina todo.

En poco más de una hora invita a todos sus amigos. Entre amigos y compañeros de escuela cuenta con uno predilecto y muy querido que se llama Romeo, pero al que todos llaman larguirucho. Es el chico más desganado y pillín de toda la escuela, pero Pinocho le tiene un gran cariño. Le encuentra escondido bajo el portal de una casa de labranza; le cuenta que está esperando un carro que le va a llevar al País de Jauja, donde no hay escuelas, no hay maestros, no hay libros, no se estudia jamás y los días transcurren divirtiéndose de la mañana a la noche.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Larguirucho le dice que se vaya con él, y al principio Pinocho duda, dice que no; pero su amigo insiste, y Pinocho cada vez duda más. Cuando llega el carro Pinocho dice que se va a casa, pero al final, tanto le insisten, que se sube en uno de los burros que tira del carro.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Mientras los borricos galopaban y el carro corría sobre los guijarros de la calle Mayor, a la marioneta le pareció oír una voz apocada y apenas inteligible que decía: — Pobre tarugo, lo has querido hacer a tu manera, pero te arrepentirás.

Pinocho casi asustado, miró en derredor para ver de dónde prevenían aquellas palabras, pero no vio a nadie; los borricos galopaban, el carro avanzaba, los chicos en su interior dormían. Larguirucho roncaba como un lirón y el Hombrecillo, sentado en el pescante canturreaba entre dientes: Todos duermen por la noche, y yo no duermo jamás…

Recorrido otro medio kilómetro, Pinocho oyó la misma voz tenue que le decía: — Piénsalo bien, diablillo, los niños que dejan de estudiar y le dan la espalda a los libros, a la escuela y a los maestros para entregarse del todo a las gansadas y a las diversiones no pueden más que acabar mal. Lo sé por experiencia, y así te lo digo. Llegará un día en que tú también llorarás como ahora lloro yo, pero ya será tarde.

Al alba llegan al País de Jauja. Este país no se parece a ninguno otro del mundo. Su población está enteramente compuesta de niños; los más viejos tienen catorce años, los más jóvenes apenas ocho. En las calles reina la alegría. Hay bandadas de diablillos por todas partes; unos juegan a las canicas, otros al tejo, al balón; unos van en velocípedos, otros montados en caballitos de madera. En todas las plazas se ven teatrillos de tela atestados de niños de la mañana a la noche.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho, Larguirucho, y todos los otros niños que han viajado con el Hombrecillo, nada más poner el pie en la ciudad se introducen inmediatamente en la bulla, y en pocos minutos se han hecho amigos de todos.

Cinco meses después, Pinocho, al despertar, tiene una desagradable sorpresa: las orejas le han crecido más de un palmo, orejas de burro.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Se pone a llorar, a chillar, a darse de cabezazos contra la pared. Pero cuanto más se desespera más crecen sus orejas peludas en la punta. Una marmotita, que vive en el piso de arriba, le dice que dentro de dos o tres horas se convertirá en un auténtico borrico.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

¿Habéis entendido ahora, mis pequeños lectores, a qué bonito trabajo se dedicaba el Hombrecillo? Este horrible engendro que exhibía un aire tan almibarado, iba de vez en cuando con un carro a rondar por el mundo: de camino, recogía con promesas y zalamerías a todos los niños gandules que se aburrían de los libros y de las escuelas, y después de cargarlos en el carro los conducía al País de Jauja para que pasaran todo el tiempo entre juegos, juergas y diversiones. Cuando luego esos pobres chavales ilusos, a fuerza de vaguear todo el tiempo y de no estudiar nunca, se convertían en borricos, entonces, alegre y contento, se apoderaba de ellos y los iba a vender a ferias y mercados. Y de ese modo, en pocos años, había amasado una fortuna y se había hecho millonario.

Larguirucho es comprado por un campesino, y Pinocho es vendido al director de una compañía de payasos y saltimbanquis que lo quiere amaestrar y hacerle saltar y bailar.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho se ve sometido desde los primeros días a una vida durísima y extenuante, y, en uno de los saltos en el circo, se lesiona las patas traseras. El director se lo vende entonces a un hombre que lo quiere convertir en un tambor para la banda de su pueblo.

Conduce al borrico hasta la orilla del mar y, tras colgarle una piedra al cuello y atarlo por una pata con una soga, lo arroja al agua.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Cincuenta minutos después tira de la soga, y lo que saca es una marioneta viva que se debate como una anguila. Nada más soltar la soga Pinocho se tira al agua de nuevo y se aleja mar adentro.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

De pronto Pinocho ve, en medio del mar, un escollo que parece de mármol blanco, y en la cima del escollo a una hermosa ovejita que le hace señas para que se acerque. La lana de la ovejita es de un color turquesa fulgurante que recuerda enormemente a los cabellos de la hermosa niña.

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¡Os dejo que decidáis vosotros si el corazón del pobre Pinocho se puso a palpitar más fuerte! Redoblando sus fuerzas y su energía, se puso a nadar hacia el escollo blanco; y estaba ya a mitad del camino cuando salió del agua para venir a su encuentro una horrenda cabeza de monstruo marino con la boca abierta como una vorágine y tres hileras de colmillos que asustarían con solo verlas pintadas.

¿Y sabéis quien era aquel monstruo marino? Aquel monstruo marino era ni más ni menos que el gigantesco Escualo que ya hemos recordado varias veces en este relato y al que, por sus estragos y su insaciable voracidad, apodaban el Atila de peces y pescadores.

El monstruo le engulle con tal violencia que Pinocho se precipita al fondo de su cuerpo, donde hay solo oscuridad. Empieza a llorar y a gritar, y llorando pide ayuda. Le contesta un atún, que también ha sido devorado por el Escualo, que le dice que no hay nada que hacer y que serán digeridos por el monstruo.

A Pinocho le parece ver una especie de claridad en lontananza. Empieza a caminar a tientas dentro del cuerpo del Escualo hacia aquella leve claridad. Encuentra una mesita puesta con una vela encendida metida en una botella de cristal verde, y sentado a la mesa a un viejecito todo blanco, como si fuera de nieve o de nata montada, que está allí mordisqueando unos pececitos vivos, pero tan vivos que por momentos, cuando se los come, hasta le saltan de la boca.

Ante aquella visión el pobre Pinocho tuvo una alegría tan grande e inesperada que por poco no se sumió en el delirio. Quería reír, quería llorar, quería decir un montón de cosas,  pero en cambio maullaba confusamente y balbucía medias palabras sin sentido.

Por fin, logro soltar un aullido de alegría y, extendiendo los brazos y arrojándose al cuello del vejete, empezó a gritar: — ¡Oh, papaíto mío! ¡Por fin le encuentro! ¡De ahora en adelante no le abandono más, nunca más, nunca más!

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pinocho le cuenta toda su historia, y Geppetto le dice que lleva ya dos años dentro del Escualo. Entonces Pinocho le propone llegar hasta la boca del monstruo, porque duerme con la boca abierta, y así escaparse sin hacer ruido. Pero Geppetto le dice que no sabe nadar, y Pinocho promete llevarle en sus hombros hasta la playa. Y así lo hacen. Tan pronto como Geppetto se acomoda sobre los hombros de su hijo, Pinocho se arroja al agua y empieza a nadar.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Pero la playa está muy lejos, tanto que Pinocho empieza a agotarse y piensa que allí se va a acabar todo y se van a ahogar. Pero de pronto el atún, su compañero de cautiverio en la panza del Escualo, que ha conseguido escapar igual que ellos, y gracias a ellos, les ayuda a llegar hasta la orilla.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Se ponen a caminar hasta llegar a una bonita cabaña toda de paja y con el tejado de teja y ladrillo, es la cabaña del Grillo Parlante.

— ¡Oh! Mi querido Grillito —dijo Pinocho saludando graciosamente.

— Ahora me llamas tu querido Grillito ¿verdad? ¿Pero te acuerdas de cuándo, para echarme de tu casa, me arrojaste el mango de un martillo?

— ¡Tienes razón Grillito! Échame a mí también, arrójame el mango de un martillo, pero ten piedad de mi pobre papá.

— Tendré piedad del papá y también del hijito; pero he querido recordarte aquella grosería para enseñarte que en este mundo, cuando se puede, hay que mostrarse cortés con todos, si esperamos que nos honren con la misma delicadeza cuando lo necesitemos.

Pinocho le pregunta dónde puede conseguir comida para su padre, y el Grillo le dice que tal vez se la dé el agricultor Giangio que vive muy cerca y tiene unas vacas.

Pinocho va hasta allí y le pide un vaso de leche. Giangio le dice que si no tiene dinero puede ponerse a dar vueltas a la noria para subir agua de la cisterna para regar la huerta, su borrico está agonizando. Cuando Pinocho se va a ver al borrico se da cuenta de que es su amigo Larguirucho, y los dos lloran al reencontrarse.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

Por cada cien cubos que suba, Giangio le regalará un vaso de leche. Pinocho se pone manos a la obra, pero antes de subir los cien cubos está empapado de sudor de la cabeza a los pies.

Y desde aquel día en adelante, siguió durante cinco meses levantándose todas las mañanas antes del alba, para ir a darle vueltas a la noria y ganarse de este modo aquel vaso de leche que tanto le convenía a la achacosa salud de su papá. Y, no satisfecho con esto, con el tiempo, también aprendió a fabricar cestos y canastos de junco, y con el dinero que ganaba proveía con gran juicio en todos los gastos diarios. Entre otras cosas construyó un elegante carrito para sacar de paseo a su papá en los días apacibles y que le diera un poco el aire. Además, pasaba las noches ejercitándose en la lectura y la escritura.

Una mañana, comprando en el mercado, se entera de que su querida Hada yace en un camastro de un hospital; ha enfermado gravemente y ya no tiene un mendrugo de pan que llevarse a la boca. Pinocho le hace llegar cuarenta ducados que iba a utilizar para comprarse un traje nuevo, y desde entonces trabaja cinco horas más para mantener también a su buena mamá.  Aquella noche en lugar de hacer ocho canastos de junco hizo dieciséis, y luego se fue a dormir.

Y ahora imaginad su asombro cuando, al despertar, se dio cuenta de que ya no era una marioneta de madera, sino que se había convertido en un niño como los demás. Echó una ojeada en derredor y, en lugar de las paredes de paja de la cabaña, vio una bonita estancia amueblada y arreglada con una simplicidad casi elegante. Saltando de la cama, halló preparado un bonito vestuario todo nuevo, una gorra nueva y un par de botines de piel que le iban que ni pintados.

En un bolsillo encuentra un pequeño portamonedas de marfil en el que están escritas estas palabras: «el Hada del pelo turquesa restituye a su querido Pinocho los cuarenta ducados, y da mil gracias por su buen corazón». Tras abrir la cartera, en lugar de cuarenta ducados de cobre brillan allí cuarenta flamantes cequíes de oro.

Pinocho se mira en el espejo, y le parece que es otra persona; es un apuesto muchacho de pelo castaño, ojos celestes y un aire risueño. En la habitación contigua haya al viejo Geppetto sano, avispado y de buen humor como antaño, y ha retomado su viejo oficio de carpintero. Pinocho, colgándose de su cuello y cubriéndolo de besos, le pregunta qué ha pasado.

Ilustración de “Las Aventuras de Pinocho” original de Carlo Chiostri.

— Este cambio imprevisto en nuestra casa es todo mérito tuyo —dijo Geppetto.

— ¿Por qué mérito mío?

— Porque cuando los niños malos se vuelven buenos tienen la virtud de renovar y alegrar la vida de sus familias.

—Y el viejo Pinocho de madera, ¿dónde se habrá escondido?

— Ahí lo tienes —respondió Geppetto, señalando una gran marioneta apoyada en una sillita, con la cabeza ladeada, los brazos colgando y las piernas cruzadas y medio dobladas, que hasta parecía un milagro que se aguantara erguido.

Pinocho se volvió a mirarlo. Y después de mirarlo un poco, dijo para sí con gran satisfacción: «¡Qué gracioso era como marioneta! ¡Y qué contento estoy de haberme convertido en buen muchacho!».

Las aventuras de Pinocho. Película

De la obra «Las aventuras de Pinocho» se han realizado más de veinte adaptaciones para una película, entre las que se incluyen:

Pinocho | Disney’s Pinocchio | 1940

La película animada de Disney de 1940, aunque se trata de una adaptación libre de la historia de Carlo Collodi, está considerada una pieza maestra dentro del cine de la animación. De hecho se le ha etiquetado de «culturalmente importante» por la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, y está seleccionada para su preservación en el Registro de Películas del mencionado país. Ganó 2 Oscars: Mejor canción y banda sonora original. ⇒Ver película completa⇐

Pinocho | Disney's Pinocchio | 1940

Las aventuras de Pinocho | Le avventure di Pinocchio | 1972 | Miniserie de TV

Adaptación televisiva del cuento de Pinocho dirigida por el cineasta italiano Luigi Comencini. En el siglo XIX, en un pueblo toscano, un pobre carpintero llamado Geppetto construye un títere al que llama Pinocho, el cual, sorprendentemente empieza a moverse y hablar por su cuenta. Una noche, un hada se aparece a Pinocho y le promete que algún día podrá ser un niño de carne y hueso. Para su estreno en cines se redujo el montaje a 134 minutos.

Las aventuras de Pinocho | Le avventure di Pinocchio | 1972 | Miniserie de TV

Las fantasías de Pinocho | Un burattino di nome Pinocchio | 1972

Película de animación de origen italiano que fue estrenada en 1972. Está basada en Las aventuras de Pinocho (novela) de Carlo Collodi. Se trata de la obra más conocida del animador italiano Giuliano Censi.

Las fantasías de Pinocho | Un burattino di nome Pinocchio | 1972

Pinocho | 1986

Película Argentina filmada en Eastmancolor.  Se trata de una comedia musical, basada en el cuento del célebre muñeco, dirigida por Alejandro Malowicki. Se  estrenó el 4 de diciembre de 1986 y tuvo como actores principales a Soledad Silveyra, Gianni Lunadei, María Vaner y Cristina Banegas.

Pinocho | 1986

Pinocho | Pinocchio | 1993

Película infantil animada basada en la novela infantil Pinocho de Carlo Collodi, conocida también como La leyenda de Pinocho. Fue dirigida por Masakazu Higuchi y Chinami Namba, y se estrenó en video-casete el 11 de abril de 1992.

Pinocho | Pinocchio | 1993

Pinocho | Pinocchio | 2002

Adaptación de la novela Las aventuras de Pinocho dirigida y protagonizada por Roberto Benigni, quien también participa en el guion (con Vincenzo Cerami) y la producción.

Pinocho | Pinocchio | 2002

P3K: Pinocho 3000 | P3K: Pinocchio 3000 | 2004

Una interpretación de ciencia ficción futurista de la novela clásica de 1883 «Las aventuras de Pinocho» de Carlo Collodi.

Año 3000. Gepetto es un genial inventor de la ciudad de Scamboville que crea a Pinocho: un pequeño robot con la personalidad de un niño de carne y hueso. Pinocho está dispuesto a cualquier cosa para conseguir su sueño: convertirse en un niño de verdad. Geppetto no comprende por qué el malvado alcalde está tan celoso de él, cuando tiene una hija maravillosa. Pero el noble Gepetto no comparte ese sentimiento de odio, más bien compadece del alcalde, lo que hace enfurecer más aún a Scamboli.

P3K: Pinocho 3000 | P3K: Pinocchio 3000 | 2004

Pinocho | Pinocchio | 2019

Adaptación de la clásica historia del muñeco de madera llamado Pinocho, que desea ser un niño de carne y hueso. ⇒Ver película completa⇐

Pinocho | Pinocchio | 2019

Fuente: “Un libro una hora”, de Cadena ser (10/05/2020) | Ilustraciones de “Las Aventuras de Pinocho” originales de Carlo Chiostri.

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Ansiedad en niños y adultos

La ansiedad es una emoción básica que experimentamos todos los seres humanos. ¿Cómo se presenta en los niños? Una cuarta parte de los niños y adolescentes padecen alguna vez en sus vidas algún problema de ansiedad, de los que el 6% son calificados como severos. Estos trastornos son más frecuentes en chicas que en chicos. La ciencia ha demostrado que los menores que están expuestos de forma constante a situaciones de miedo, ansiedad y estrés tienen alterada toda la arquitectura cerebral.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

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¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción básica que todos los seres humanos experimentamos. Si bien todos sentimos ansiedad en distinta medida y en diferentes momentos de nuestra vida, en respuesta al estrés, la ansiedad que acarrea problemas es la que con el tiempo empeora.

La ansiedad es una buena aliada en el caso de que estemos enfrente de una amenaza. ¿Por qué la sentimos? El cuerpo es sabio y la mente también, no tenemos ningún tipo de respuesta que no tenga una función evolutiva o una función lógica. Tengo ansiedad porque es la consecuencia de que el cerebro detecte una amenaza.

Cuando vivíamos en las cavernas la amenaza era la fiera, y ante la fiera ―un peligro― el cerebro se ponía alerta. Ante un peligro se activa el sistema nervioso simpático: respiramos de forma acelerada, se nos tensan los músculos, se nos acelera el corazón… son todo respuestas que nos permiten enfrentarnos con la fiera o salir corriendo.

Después de más de 10.000 años nosotros seguimos reaccionando exactamente igual cuando detectamos una amenaza. ¿Existen amenazas todavía que necesiten esa respuesta? Sí. Si vemos a alguien amenazante, que puede hacernos daño, seguramente necesitemos esa respuesta porque hay que salir corriendo.

Lo que ocurre es que hay muchísimas veces durante el día en las que nosotros convertimos en amenaza situaciones que no requieren esa respuesta. Ir a una entrevista de trabajo, hablar con alguien que nos gusta, presentar un proyecto, hablar en público, meternos en un sitio cerrado… hay gente que interpreta que lo va a pasar mal, que es una situación incómoda, y su sistema nervioso se dispara. A partir de ahí se desencadena una respuesta que no necesita.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Ansiedad infantil. Síntomas de estrés y ansiedad

Qué grado de ansiedad es normal en los niños | Las experiencias traumáticas afectan a largo plazo, a la forma en la que se relacionan con los demás, aprenden o resuelven problemas. Es normal que un niño sufra episodios temporales de estrés o de ansiedad cuando ve una película de miedo o cuando vive un conflicto en la escuela o en el hogar. Habitualmente dándoles un poquito de cariño se consuelan y se calman al cabo de un rato.

También es normal que experimenten preocupaciones cuando pasan de una fase de desarrollo a la siguiente. En el proceso de crecimiento hay momentos en los que los niños sienten miedos o perciben el peligro: la oscuridad, los monstruos o el miedo a caerse de la bicicleta son ejemplos que suponen las primeras experiencias o causas de la ansiedad. Para otros niños estos sentimientos aparecen en situaciones sociales y de evaluación, como al hacer un examen, al conocer a otros niños o al ser objeto de una broma.

Tener síntomas de ansiedad nerviosa en determinadas situaciones y a determinadas edades es completamente normal. Con el tiempo, la mayoría de niños aprende que los monstruos no existen, que los exámenes se aprueban estudiando y cómo deben responder a una broma.

Sin embargo, para otros niños, las sensaciones de ansiedad son muy intensas o aparecen a menudo. En lugar de aprender a manejar la angustia, estos niños sufren ansiedad y se sienten cada vez peor. Afortunadamente, la ansiedad tiene tratamiento. Más del 90% de las personas que se tratan por trastornos de la ansiedad se recupera por completo.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Cuándo debemos buscar ayuda | Los padres deben buscar ayuda cuando cualquiera de las manifestaciones de la ansiedad, como el trastorno obsesivo compulsivo, el estrés postraumático, la fobia social o la ansiedad generalizada hacen que el niño no pueda desarrollar ya una vida normal.

Curiosamente los síntomas de los niños estresados o los síntomas de la depresión infantil no tienen porqué coincidir con los de una persona adulta estresada. Mientras que los síntomas de depresión y ansiedad en adultos nos muestran tristeza, es frecuente que un niño exprese una depresión mediante enfados y rabietas.

Algunos de los síntomas que deben hacernos sospechar un problema de salud mental infantil son los cambios de humor intensos durante al menos dos semanas. Alteraciones drásticas en la conducta o en la personalidad, o dificultades para concentrarse o para quedarse quietos. También, en los niños, la ansiedad y depresión se puede expresar mediante dolores de cabeza o de estómago.

En un experimento llevado a cabo con un grupo de niños, de entre 7 y 9 años, investigadores de la Universidad de Stanford descubrieron que la amígdala ―el órgano del cerebro que funciona como centro de procesamiento del miedo― es significativamente más grande en aquellos pequeños que tienen niveles altos de ansiedad.

Mediante técnicas de resonancia magnética funcional vieron que ciertas regiones de esta estructura establecen mayor número de conexiones con las áreas cerebrales responsables de funciones como la atención, la emoción o la percepción. El miedo, literalmente, les modifica los circuitos del cerebro.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

La ansiedad en adultos

Cuándo la ansiedad nos beneficiaNo sería bueno para nosotros no tener nunca ansiedad y no sentir miedo a nada. Sería malo como sería malo no tener nunca fiebre o cualquier otra respuesta que dé el cuerpo que de alguna forma nos está informando. Cuando tenemos ansiedad el cuerpo nos dice que hay algo que nos está activando. Es una señal para saber que tenemos que bajar nuestro ritmo o que nos encontramos ante un peligro.

La ansiedad es una respuesta adaptativa del cuerpo y la necesitamos para combatir las amenazas. Lo que ocurre es que nosotros convertimos en amenazas cosas que no lo son: la posibilidad de perder un empleo o de no alcanzarlo, o de que alguien no nos haga caso, el pensar que un comentario que hemos hecho ha sentado mal… pensamos que son cosas catastróficas y nuestro cuerpo reacciona como si estuviésemos ante una amenaza que pone en peligro nuestra vida.

La ansiedad es necesaria. Imaginemos que tenemos un accidente o que vamos por la calle y alguien intenta robarnos el bolso. Si no reaccionamos con adrenalina, y con esa fuerza que hace que los músculos se tensen para poder correr o luchar, estamos poniendo nuestra vida en peligro.

O imaginemos que ante un examen no mostrásemos algo de nerviosismo. Ese nivel de ansiedad positivo nos permite estar mentalmente activos, tomar decisiones y ser ágiles.

Por tanto la ansiedad y la respuesta de miedo son nuestros amigos, nuestros aliados. Pero solamente deberían activarse cuando realmente tuviésemos una situación de amenaza real.

Lo que tenemos que cambiar no es la emoción, la emoción hay que aceptarla. Lo que hay que cambiar es la valoración que hacemos de las cosas que suceden a nuestro alrededor para no percibirlas como si fuesen peligros.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Síntomas de ansiedad | La fobia simple, el trastorno obsesivo compulsivo, el estrés postraumático, la ansiedad generalizada o la fobia social son trastornos que tienen la misma sintomatología:

Síntomas físicos: palpitaciones, sensación de ahogo, no poder conciliar el sueño, trastornos digestivos ―como etapas en las que uno está muy estreñido o tiene diarreas―, sudoración, sequedad de boca, dolores de cabeza ―lo que son las cefaleas tensionales―. Como todo esto provoca cansancio y uno no duerme bien, también muchas veces va asociado a mayor consumo de tabaco o mayor consumo de alcohol.

Y, por supuesto, síntomas cognitivos: la gente con ansiedad tiene problemas para tomar decisiones, bloqueos mentales, sensación de confusión, olvidos frecuentes

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

¿Se puede morir de un ataque de ansiedad?La ansiedad nunca nos va a matar, salvo que hablemos de alguien que tiene una cardiopatía. La cardiopatía se puede disparar por ansiedad, como ha ocurrido por ejemplo a alguna persona en un estadio de fútbol. Casos en que la emoción y la adrenalina provocan un infarto.

La ansiedad es incómoda y muy desagradable. Además, cuando se tienen los síntomas y no se sabe de dónde vienen, la persona se confunde y tiene la sensación de muerte súbita, hasta el punto de ir corriendo al hospital pensando que se está muriendo o que le está dando un infarto. Pero la ansiedad, aún siendo muy desagradable, no te va a matar.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Ataque de ansiedad. Síntomas | En la mayoría de pacientes con crisis de ansiedad uno de los síntomas es que terminan haciendo “excursiones” a todos los especialistas: al digestivo, al dermatólogo, al endocrino, incluso al urólogo ―porque hay gente que tiene problemas en la respuesta sexual, la ansiedad impide la erección―. Cuándo el médico hace una analítica o un chequeo y concluye que no tenemos nada nos lo debemos creer. Hay personas que no se acaban de convencer. A veces la respuesta a la ansiedad es tan devastadora que a la gente le cuesta creer que eso lo esté provocando la mente o los pensamientos o la interpretación.

Para una persona con crisis de ansiedad el tratamiento consiste en acudir a un especialista, a un psicólogo en este caso, y en el caso de que la ansiedad esté limitando y bloqueando tu vida igual hace falta medicación. Una vez que te dicen haz esto y trabaja los pensamientos y las emociones de esta manera, tienes que trabajarlo por ahí. Porque básicamente la ansiedad y los ataques de ansiedad van a desaparecer o los vas a manejar cuando aprendas a enfocar de forma diferente.

Piensa en cuando vamos por la calle. Tenemos 100.000 estímulos visuales: tráfico, coches, semáforos, personas, animales, árboles… nosotros no vemos todo a la vez porque hacemos una selección. La atención es selectiva y sólo vamos mirando aquello que vamos buscando: igual miramos la ropa de la gente si nos interesa, o los modelos de los coches o si pasa un perro.

Con las emociones pasa lo mismo. Si nosotros atendemos de forma catastrófica y le damos un valor tremendo a lo que estamos sintiendo, se vuelve cada vez más poderoso porque estás centrando la atención. Tenemos que aceptar que tenemos esa emoción, pero vamos a minimizarla: “Vale, esto es ansiedad. No pasa nada. La voy a dejar dentro de mí y, mientras, voy a seguir haciendo esto”. Porque si empiezas a pensar “Tengo que hablar en público, que miedo, me está latiendo el corazón”, cada vez serán mayores los latidos porque el propio pensamiento se vuelve una amenaza. Tenemos que minimizar, quitarle el valor: “Mira que bien, tengo latidos. Estoy vivo. Este pensamiento lo aparco y ahora me centro en que tengo que hablar en público y eso es ahora lo importante para mí.”

Se trata de alguna forma de hablar con nuestra ansiedad y decirle donde está su sitio. No es ella la que tiene que decirnos que puede con nosotros y que lo embauca todo, que es realmente lo que está haciendo con las personas que le prestan atención y le dan mucho valor a lo que sienten.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

¿Puede la ansiedad llevarnos a una depresión? | Por culpa de la ansiedad podríamos llegar a una depresión o a tener sintomatología relacionada con la tristeza y la apatía. De hecho la tristeza y la ansiedad conviven de la mano. En ocasiones es difícil de diagnosticar cual es la célula madre, porque la persona que continuamente va aislándose y bloqueando su vida y limitándose se siente triste. Se siente insegura y baja su autoestima.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

¿Por qué hay personas que tienen ansiedad y otras que no? | El hecho de que haya personas que sufran ansiedad y otras que no la acusen es una cuestión del enfoque. Dos personas ante una misma situación la valoran de forma diferente. Imaginemos a dos personas que se enfrentan a una entrevista de trabajo:

Una de ellas va pensando: “seguro que no soy el candidato ideal. Me voy a poner nervioso. Ya me ha pasado otras veces. ¿Y si tartamudeo? ¿Y si me nota que no…?”, va anticipando el fracaso. Va prestando atención a lo malo que puede ocurrir y por lo tanto su cerebro entiende que está ante un peligro y le genera adrenalina y la respuesta de miedo.

La otra persona va pensando: “Me voy a sentar tranquilo. Voy a contestar cuando me pregunten. Voy a mantener el contacto ocular. Voy a intentar incluso disfrutar la entrevista, y ojalá tenga suerte y sea la persona elegida.” Como no va contemplando la situación de entrevista de trabajo como algo amenazante seguramente disfrute, lo pase bien y conteste más tranquilo. Se acordará de las cosas porque no tiene miedo.

Al final a la primera persona le irá peor. No porque lo haya anticipado sino porque su situación emocional y cognitiva en ese momento no le hace estar pendiente de la entrevista sino de cómo se siente y de lo que está pensando.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

¡Doctor, deme algo!¿Qué tratamiento existe para gestionar los síntomas que provoca la ansiedad y el estrés? Ante una situación así lo primero que uno piensa es “¿Qué me puedo tomar?”.

Es cierto que cuando vamos al médico de cabecera él no es un psicólogo ni tampoco tiene tiempo para entrenar a una persona para que gestione su ansiedad. Se recetan muchísimos ansiolíticos, es algo rápido y deja al paciente tranquilo. Pero es un parche.

La gente que lo tiene que tomar está claro que lo tiene que tomar, y tiene que seguir el tratamiento de su médico. Pero a la larga lo que tiene que aprender la persona es a manejar y gestionar sus emociones, aceptándolas, haciendo técnicas de relajación para controlar esa actividad del sistema nervioso, utilizando la risa ―la risa y el humor son una respuesta incompatible con la ansiedad. Cuando contemplamos la vida desde el punto de vista humorístico y sin darle ese valor catastrófico, no desencadenamos la respuesta de miedo―. Hay también una risa relacionada con la ansiedad, cuando nos da ese ataque de risa que no podemos controlar es una respuesta que tiene el sistema nervioso cuando estamos muy nerviosos.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Manejar los pensamientos | Sobre todo es importante manejar los pensamientos. Aprender a interpretar lo que ocurra a nuestro alrededor sin esa parte tremendista con la que muchas personas lo hacen. Hay que quitarle valor a las cosas que no lo tienen.

Tenemos que elegir las batallas, no podemos estar todo el día anticipando que las cosas nos van a ir mal o que vamos a estar en peligro o que nos vamos a contagiar de una enfermedad o que el mundo es amenazante para nosotros o  que vamos a tener mala suerte o que a nuestros hijos les va a ir mal. Hay muchas personas que piensan en esa dirección y sólo van pensando los peligros con los que se encuentran, que ni siquiera son tantos. Porque realmente muchos de esos miedos, cuando realmente llegan a ocurrir, nos damos cuenta de que tenemos recursos personales para afrontarlos.

Uno de los problemas de la ansiedad es que ante la situación la primera valoración que hace la persona es: “¿Estoy preparado para hacerle frente o no?”, y muchas veces se ve sin recursos para hacer frente a esas situaciones.

Se trata de valorar las cosas desde otro punto de vista. Cuando al final nos ponemos a pensar en que es lo peor que nos puede suceder nos damos cuenta de que tampoco es tan catastrófico. “Lo peor que me puede suceder es que no me cojan para este trabajo. Pues ya me cogerán para otro”. Nuestra atención y nuestro miedo no puede estar en las cosas que no podemos controlar, como es la decisión del entrevistador de cogernos o no. Nuestra atención tiene que estar puesta en qué depende de nosotros y en qué podemos hacer para conseguirlo, y si al final no ocurre pues tampoco pasa nada.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

¿Se pueden “curar” los trastornos que nos provoca la ansiedad? | Por supuesto que sí. Todos esos síntomas que vienen, no como consecuencia de una enfermedad sino como consecuencia de la respuesta de miedo, van a eliminarse o desparecer en el momento en el que manejemos y gestionemos nuestro miedo.

Y nuestro miedo depende de esa interpretación catastrófica, tremenda y subjetiva que estamos haciendo sobre las situaciones que nos provocan miedo: ya sea un ratón, un perro, la suciedad, la enfermedad o el conocer a una persona que pensamos que nos puede rechazar. Es nuestra mente la que tiene que empezar a enfocar en lo que sí puede funcionar y en lo que vamos a hacer bien en lugar de en lo que puede fallar y en que la vida nos puede ir mal.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Consejos para alejarte de tu ansiedad

Deja de rumiar¿Qué hacemos cuando algo nos preocupa? Normalmente cuando algo preocupa le damos 20.000 vueltas. Empiezas a rumiar, y le das una vuelta, y luego otra, y otra… Cuando una preocupación tiene solución dejas de rumiar y la pones en práctica.

A lo que la mayoría de veces damos vueltas es a preocupaciones que no dependen de nosotros. Las podemos llamar “preocupaciones inútiles”, porque no hay nada que nosotros podamos hacer por solventar esa situación: “¿Esta persona me querrá toda la vida?” “¿Seguiré siempre en este trabajo?” “¿La analítica que me he hecho tendrá un resultado positivo o negativo?” “¿Qué me depara el futuro?”

Son cosas en las que no podemos intervenir pero les damos 20.000 vueltas. Lo que estamos haciendo es entrenar al cerebro para que le dé vueltas a las cosas, y cada vez que das una vuelta no llegas a ninguna solución. Vueltas y vueltas y vueltas. El cerebro sabe que algo te preocupa y te lo recuerda, a ver si en una de esas vueltas encuentras una solución. Pero no la vas a encontrar. El problema no es rumiar, el problema es que no aparecen soluciones.

¿Qué tenemos que hacer? Dejar de rumiar, y para dejar de rumiar lo que tenemos que hacer es dejar de dar valor a ese pensamiento.

Un ejercicio: cada vez que algo te preocupe y no dependa de ti ―eso es importante, porque de lo que dependa de ti te tienes que ocupar― simplemente déjalo estar y da las gracias a la mente. Si la mente te dice: “¡Oye! Y la analítica que te has hecho, ¿cómo saldrá?” “Bueno, pues lo veremos. Gracias mente”. No intentes resolver esa pregunta porque no tiene una solución lógica.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Deja de justificarte | Cuando la gente se ve y se compara con otras personas que emprenden, que se atreven, que ligan, que salen, que se van de viaje solas, que tienen autonomía… cuando ellos ven que no pueden hacerlo ―que realmente hacerlo si pueden, lo que pasa es que no quieren sentir la emoción negativa del latido del corazón, de la sensación de ahogo o cualquier otro síntoma que provoca la ansiedad―, entonces lo que hacen es justificarse: “es que yo no tengo tiempo” o “es que yo me siento mal”.

Y están continuamente justificándose con los demás, para no ser percibidos como personas poco valientes, y ante ellos mismos para entender por qué no se atreven.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Enfréntate… no evites | Tenemos que dejar de justificarnos y aprender a convivir con esas emociones. ¿A ti quien te ha dicho que no puedes conducir con ansiedad? ¿A ti quien te ha dicho que no puedes viajar con la sensación de ahogo? Claro que podemos, lo que ocurre es que huimos de esas emociones pensando en la felicidad absoluta. Y eso de que todos tenemos que ser felices en todos los momentos de nuestra vida es falso.

Necesitamos convivir con emociones como la frustración, la tristeza y la ansiedad porque forman parte de la vida. Y cuando convives con ellas te das cuenta de que no eran tan temerosas como en un principio parecían, pero tenemos que pasar por esa experiencia.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

No pienses en todas las consecuenciasSer valientes y un poco inconscientes ayuda. ¿Qué significa ser un poco inconscientes? Nosotros no podemos vivir en un mundo en el que sólo fantaseemos porque no sería lógico, tenemos que tener los pies en la tierra. Pero si cada vez que vas a tomar una decisión, bien sea porque quieras cambiar de trabajo o meterte en un curso de formación  o lo que sea, analizas todos los pros y los contras, y los analizas de forma minuciosa, siempre habrá algún “pero…” que te bloquee.

Cuando tienes una motivación, tienes un por qué y un para qué, tiene que llegar el momento en que has de actuar. El momento perfecto para dar un paso al frente normalmente no existe, siempre hay un pequeño riesgo que vamos a correr. Si quieres que algo pase en tu vida tienes que participar, porque si no participas nunca llegas al objetivo. Y en ese camino tenemos que perder, no podemos salir siempre a ganar.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Deja de hacer “juicios de valor” “¿Y si…?” | Los juicios de valor que hacemos sobre todo lo que nos pasa y ocurre alrededor están relacionados con los famosos: “¿Y si…?”. Y normalmente esos “¿y si…?” siempre acaban en catástrofe.

Nadie ha muerto de ansiedad, ni  nadie ha muerto por tomar una mala decisión, ni  nadie ha muerto por equivocarse y errar. La equivocación y el error forman parte del aprendizaje. “¿Y se me caigo?”, te levantas. “¿Y si lo paso mal en el trayecto en tren?”, pues te abanicas y distraes tu atención leyendo. “¿Y si aquella persona me da calabazas cuando la llame?”, pues ya tienes la experiencia de lo que supone que te den calabazas. No pasa nada ni es tan temible. Tenemos que fracasar muchísimas veces para sacar un aprendizaje que nos lleve al lugar que nosotros deseamos. “¿Y si me sale bien?”, “¿Y si al final la persona me atiende?”, “¿Y si al final el trayecto es maravilloso y consigo viajar a donde quería?”. Vamos a pensar que hay “¿Y si…?” con finales felices.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Olvídate de tu monotema¿Qué hace la gente con ansiedad? Hablarle de su ansiedad a todo el mundo. Igual que ocurre a muchos padres con sus hijos, que en cualquier lugar sacan la foto de los niños. Es algo que puede cansar, no a todo el mundo le interesan tus hijos y no a todo el mundo le interesa tu ansiedad.

Pero aparte de que aburra a los demás y de que contaminamos y nos convertimos por un ratito en gente tóxica, es que no es bueno para ti centrar la atención en aquello de lo que quieres alejarte.

¿Qué haces pensando en lo que no quieres que pase? Si realmente quieres separarte de tu ansiedad, deja de hablar de ella. Céntrate en lo que está ocurriendo: a tu amiga ¿cómo le va en el trabajo?, ¿cómo están sus hijos?, ¿qué tal lo pasaron en las vacaciones? Pregúntale a la gente y aliméntate de ese tipo de información, y pasa página.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

No te escanees | Hay gente que se conoce mucho mejor por dentro que por fuera. Cuando una persona tiene ansiedad normalmente hay una sintomatología: se acelera el corazón, también se acelera la respiración, hay quien tiene problemas digestivos, problemas de sueño, se produce sudoración excesiva, hay quien se bloquea mentalmente, que palidece ―porque la sangre está en los músculos periféricos para poder salir corriendo y la cara se queda blanca―. Hay quien está continuamente mirándose en el espejo: “tengo ojeras, estoy más blanco, este dolor me dura muchos días…”, se conocen mucho más de lo que un médico podría decirles. Están pendientes de síntomas a los que cualquier otra persona no atiende, y que seguramente todos tenemos.

Pero ellos se especializan en atender esos síntomas y por lo tanto los escuchan, y al escucharlos les prestan atención. Se meten en un bucle: “me noto una palpitación, ¿será peligroso?”. Y al pensar que es peligroso, como tienen un mensaje de amenaza vuelve a activarse el sistema nervioso simpático que dispara la ansiedad.

El propio síntoma no es peligroso, lo que es peligroso es el valor que esa persona le está dando que hace que desencadene lo que se llama en ansiedad: el miedo al miedo. “Me da miedo cualquier síntoma y, a partir de ahí, lo atiendo. Y como lo atiendo lo desencadeno y lo potencio”. Y todo aquello en lo que centramos la atención se expande.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

No estás enamorado de tu ansiedad | Estar enamorado significa estar muy pendiente de algo. Y me valoro, y me escaneo, y hablo de ella, y le dedico tiempo y atención, y estoy todo el día observando, y leyendo en Internet… ¡PROHIBIDO!

Igual que los ginecólogos le dicen a las que van a ser madres: “no leas nada y escúchame a mí”, lo mismo con la ansiedad. Cuantos más síntomas miras en Internet ―donde hay muchísima información― más te atribuyes todo lo que tienes y te identificas con todo. ES UN ERROR.

Distánciate. Te estás divorciando de la ansiedad. No la llames, no le mandes un mensaje y deja de pensar en ella.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

VIVE. Se puede convivir con la ansiedad | Muchas personas dejan de hacer un montón de cosas por miedo a sus síntomas, y ningún síntoma ha matado a nadie. Puedes estar trabajando y tener ansiedad. ¿Estarás más incómodo? Sí, pero estás actuando.

En el momento en que empiezas a evitar situaciones: el grupo social, meterte en unos grandes almacenes… claro que te sientes seguro y tranquilo dónde estás, pero tu mundo se va reduciendo y cada vez te dará más miedo todo aquello que estás evitando.

Para vivir de forma plena tienes realmente que participar de todo lo que ocurre: de tu vida profesional, de tu vida social y de tu propia vida, tu deporte, tu familia. No puedes mantenerte al margen porque la ansiedad te esté bloqueando. Cuanto más te aísles más te va a bloquear, mayor se va a ir haciendo el monstruo y tú cada vez más pequeño.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Qué es la fobia simple

La fobia simple es un miedo exagerado―que además la persona reconoce que es exagerado― a algo en concreto. En la fobia simple la ansiedad la producen determinadas situaciones específicas que se evitan, por ejemplo: viajar en avión, ir al dentista, los espacios cerrados, los ascensores, animales inofensivos, etc.

Normalmente este trastorno no lleva a las personas a la consulta del especialista, salvo que tengan necesidad de afrontar las situaciones fóbicas (por ejemplo si necesitan viajar en avión, ponerse inyecciones con frecuencia, etc.)

Cuanto más se evitan estas situaciones, más grande se hace el temor a las mismas. En cambio la exposición gradual, por aproximaciones sucesivas, con entrenamiento en manejo de las respuestas de ansiedad, reduce el miedo y llega a eliminar la fobia.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Qué es la fobia social

En la fobia social ―a veces denominada ansiedad social― los sentimientos exagerados de timidez e inhibición se transforman en un poderoso miedo. Como resultado de ello, las personas se sienten incómodas en situaciones sociales del día a día.

Las personas que padecen fobia social suelen ser capaces de interactuar con su familia y con unos pocos amigos cercanos. Pero el hecho de conocer a gente nueva, hablar en un grupo o en público puede hacer que su timidez excesiva salte a la luz.

En la fobia social la timidez excesiva, la inhibición y los temores de sentir vergüenza interfieren con la vida diaria. En lugar de disfrutar de las actividades sociales, las personas que la sufren probablemente les teman y las eviten.

La fobia social en los niños: A medida que crecen los niños se relacionan socialmente con otros niños, y también con adultos. Sin embargo, algunos niños sienten ansiedad ante la proximidad de ciertas situaciones sociales. Tienen dificultades para hablar en voz alta en clase, unirse a una conversación, hacer amigos y hablar con ellos, hacerse valer o participar en las actividades de las clases de educación física o de música. Son niños que suelen inquietarse demasiado por lo que piensan los demás y muestran una excesiva preocupación por si hacen o dicen algo embarazoso. Manifiestan mucha ansiedad y evitan situaciones por miedo a hacer el ridículo o a ser objeto de críticas.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Qué es el trastorno de ansiedad por separación

En los niños la angustia por la separación de personas queridas y por cambios en situaciones conocidas es una parte normal del crecimiento. Un niño que muestra demasiados síntomas de angustia ante la separación cotidiana de sus padres o de las personas encargadas de su cuidado puede estar sufriendo este trastorno.

El llanto, la necesidad de aferrarse a alguien, o las crisis de pánico ante la separación son síntomas muy comunes, así como una excesiva preocupación porque algo pueda pasarles a ellos o a sus seres queridos. También suponen claros indicios que el niño tenga miedo de que sus padres no vuelvan a casa, o que no quiera dormir solo y se niegue a ir al colegio.

Qué es el trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

Los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada son una preocupación y ansiedad exagerada y excesiva sobre cualquier aspecto del día a día sin ningún motivo aparente para esta preocupación.

Las personas que lo sufren siempre esperan que las cosas salgan mal y no pueden dejar de preocuparse por su salud, el dinero, la familia, el trabajo o la universidad.

Ese  miedo o preocupación irracional, irreal y desproporcionada, hace que la vida diaria se convierta en una preocupación constante. La ansiedad acaba dominando a la persona, lo que afecta negativamente a su funcionamiento normal en las distintas áreas de su vida, como las actividades sociales o laborales y en las relaciones interpersonales.

El trastorno de ansiedad generalizada. Síntomas en niños: Los niños con este trastorno se preocupan por todo tipo de cosas, desde el rendimiento escolar y la salud hasta cuestiones familiares y lo que sucede en el mundo. Si bien es normal mostrar preocupaciones, los niños con TAG no pueden dejar de inquietarse, aunque se les dé consejo. Tienden, además, a presentar síntomas como irritabilidad, alteraciones del sueño así como molestias o dolores musculares causados por la preocupación.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Qué es el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

El Trastorno obsesivo compulsivo, también llamado por sus siglas, TOC, es un trastorno que se fundamenta en dos componentes principales: las obsesiones y las compulsiones.

Las obsesiones se refieren a pensamientos intrusivos: impulsos, imágenes o pensamientos que vienen a la mente, y la persona que las piensa o visualiza las experimenta como desagradables, «intrusivas», al fin y al cabo no las desea  y quisiera no pensarlas, imaginarlas o visualizarlas y hace intentos activos para neutralizarlas, eliminarlas o combatirlas.

El otro componente esencial es lo que se llaman compulsiones: un conjunto de comportamientos o acciones (mentales o físicas) que se realizan de manera ordenada y rígida (siempre es la misma acción o comportamiento) y que tienen como objetivo reducir o eliminar el malestar (ansiedad) que provoca la obsesión.

El TOC puede aparecer durante la infancia, la adolescencia o incluso la edad adulta. Es uno de los cinco trastornos mentales más frecuentes y puede ser muy agotador y auto-limitante para la persona que lo padece.

La obsesión excesiva por la limpieza, por el orden o por comprobar constantemente las cosas son los trastornos obsesivos compulsivos más habituales. Es difícil saber cuántas personas sufren esta enfermedad mental. Los expertos calculan que alrededor de un 1%, pero muchos no llegan a las consultas o tardan años en buscar ayuda.

Casi en la mitad de los casos el TOC ―trastorno obsesivo compulsivo― aparece antes de los 18 años. Estos enfermos no pueden evitar repetir una y otra vez determinados rituales aunque se den cuenta de que no tienen sentido. Es algo que lleva a la locura, a la verificación de todo. Y a la vez la persona nunca se satisface, con lo cual pierde muchísimo tiempo y sufre mucho con estas comprobaciones constantes.

Los psiquiatras aclaran que no hay que confundir el TOC con las pequeñas manías que todos tenemos y a las que no dan importancia. Por ejemplo Rafa Nadal repite los mismos gestos antes de cada saque. Al margen de supersticiones, manías como esta ayudan a los deportistas a concentrarse. Pero el resto de personas también tenemos manías: colocar las cosas de una determinada manera, clasificar la ropa por colores… eso nos hace sentir que todo está en orden.

Algo que se consigue gracias a una pequeña manía es tranquilidad y distracción de las preocupaciones. El problema viene cuando la manía se convierte en una obsesión excesiva. Obsesión por la limpieza, por el orden, por comprobar si la puerta o los grifos están cerrados.

Una persona maniática, cuando hace caso a sus manías, al final se encuentra bien y no lo vive como algo anormal, absurdo o desagradable. Sin embargo el obsesivo sí, porque es muy exagerada su conducta, porque es muy angustioso el afán que tiene por hacerlo y porque aunque lo haga no se queda satisfecho y tiene que seguir repitiéndolo. Y lo repiten 10, 20, 30 veces, porque si no piensan que algo malo va a ocurrir. Dedican cada vez más tiempo a esos rituales que acaban condicionando su vida, siendo habitual por ejemplo que lleguen tarde al trabajo.

La persona que por ejemplo tiene una obsesión o preocupación por la contaminación no sólo es que se lave las manos, sino que también evita el contacto físico con las personas, evita tocar objetos materiales, tiende a aislarse y a participar menos socialmente. Con tratamiento psicológico, y también con determinados antidepresivos, esas obsesiones se van controlando.

El cine nos ha mostrado hasta dónde puede llegar un trastorno obsesivo compulsivo, por ejemplo en Mejor… imposible (As Good As It Gets) ―excelente película de 1997 protagonizada entre otros por Jack Nicholson―, pero la realidad está muchas veces oculta.

Señales de alerta en la infancia: como padres, las conductas o señales a las que deberíamos estar alerta son fundamentalmente a las compulsiones. Es la característica más visible y fácil de reconocer. Las compulsiones son similares a las «manías» o «rituales», pero tienen una carga patológica en cuanto a que la no realización de esta manía o ritual puede provocar sufrimiento y malestar muy intenso y que es significativamente recurrente.

Algunas de las compulsiones más frecuentes son aquellas relacionadas con la revisión, verificación, comprobación, limpieza y acumulación material, entre otros. Ejemplos de estas compulsiones podría ser lavarse las manos varias veces, limpiar ropa, habitación, etc. de manera significativamente frecuente y como consecuencia a pensamientos intrusivos sobre la posibilidad de contaminación. En cuanto a las de verificación, algunas compulsiones comunes hacen referencia a si se ha apagado la luz, si se ha apagado el ordenador o cerrado puertas, varias veces para asegurarse de que no pueda pasar ningún desastre o incidencia grave (que es un pensamiento intrusivo). Otras conductas muy visibles son las que hacen referencia a tocar determinados objetos o realizar determinadas acciones un número concreto de veces.

Algunas de estas conductas pueden parecer comunes, pero cuando se convierten en auto-limitantes, recurrentes y provocan malestar intenso, entonces muy probablemente no estemos hablando de una simple «manía», sino que es posible que forme parte de lo que llamamos TOC.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Qué es el estrés postraumático

Ser parte de una catástrofe, un accidente o un secuestro deja evidentes huellas físicas, pero también secuelas psicológicas, como el estrés postraumático, que puede incapacitar al afectado en su día a día.

El trastorno de estrés postraumático es una patología que se da aproximadamente en el 8% de la población general y suele ser más frecuente en mujeres. Sobreviene cuando el paciente ha padecido una situación de mucho estrés como puede ser una catástrofe o una violación.

La sintomatología que acompaña al trastorno de estrés postraumático suele asociarse a una reminiscencia del pasado con reconocimiento de los episodios sucedidos y con una sensación de mucha tensión y de hiperexcitación difícil de controlar, incluso se reviven los episodios durante el sueño. La sintomatología además se asocia a trastornos afectivos como depresión, ansiedad, angustia, trastornos de concentración, trastornos de memoria, etc.

El tratamiento consta de dos partes, se asocia  tratamiento psicofarmacológico con tratamiento psicoterapéutico.

Ilustraciones de Gemma Correll

Los dibujos que ilustran este post son de la artista británica Gemma Correll. Ella combate a la depresión o la ansiedad mirándolas a la cara y con buen humor. Su estilo es sencillo e ingenioso. Un reflejo divertido, irónico y sin dramatismos de los trastornos de ansiedad y fobia social que padece. Con sus ilustraciones nos hace reflexionar y sonreír, a veces con sonrisas tristes y cómplices.

Ansiedad. Ilustración de Gemma Correll.

Fuente: Secretos del cerebro de Radio 5 (13/12/2017) / Para todos la 2 de RTVE (14/10/2013) y (28/04/2014)

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Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

La plasticidad cerebral es la capacidad del cerebro para cambiar ante las demandas de un entorno que también es cambiante. ¿Crees que nuestro cerebro se adapta y aprende de manera continua? ¿O crees que llega un día en que se para y… hasta aquí?

Decía Sherlock Holmes que nuestro conocimiento es como un almacén, es decir, llega el momento en que si quieres meter algo tienes que sacar otra cosa. Pero, ¿se pueden hacer reformas en ese almacén? ¿Se puede ampliar? ¿Se puede redecorar?

Cualquiera de nosotros, independientemente de la edad que tenga, puede entrenar y mejorar sus funciones ejecutivas. Es cierto que en principio un cerebro joven aprende más y mejor que un cerebro mayor pero, en realidad, cualquier persona puede mejorar su rendimiento ejecutivo a base de entrenamiento y práctica. Nuestro cerebro es como un músculo que entrenamos cuando hacemos deporte o vamos al gimnasio.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

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Qué es la neuroplasticidad del cerebro o plasticidad cerebral

La plasticidad cerebral la podemos definir como el conjunto de cambios que se producen en el sistema nervioso central como resultado de un aprendizaje, de un entrenamiento, de la experiencia, de posibles lesiones o de procesos degenerativos del propio cerebro.

A nuestro cerebro le encanta la sorpresa, lo incongruente y lo novedoso. Cuando nos encontramos ante una situación o actividad novedosa y que no cumple las expectativas la activación cerebral es mayor.

En ese momento es cuando se ponen en marcha nuestras funciones ejecutivas para poder atender de la forma más satisfactoria posible la situación que se nos plantea. El motivo de que nuestro cerebro esté orientado a lo novedoso es que le gusta aprender cosas nuevas.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

Para que se produzca el aprendizaje son necesarios cuatro requisitos:

  • Percepción,
  • motivación,
  • atención
  • y memoria

Sin ellos no habría aprendizaje. Si no podemos percibir, si no tenemos motivación ante la tarea, si no prestamos atención y si no disponemos de una mínima capacidad de memoria, el aprendizaje no se producirá.

Los efectos de la plasticidad cerebral

Los estudios realizados en el año 2000 por Eleanor Anne Maguire (neurocientífica irlandesa nacida en 1970) pusieron de manifiesto la relevancia y los efectos de la plasticidad cerebral.

Lo que ella hizo fue comparar el hipocampo de los taxistas de Londres con el hipocampo de personas que no precisaban memorizar tantas calles ni tener una orientación espacial excelente (el hipocampo es una estructura muy relacionada con la memoria y con la orientación espacial).

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

Eleanor Maguire llegó a la conclusión de que el hipocampo de los taxistas londinenses era mayor que el del resto de la población debido a su diaria ejercitación. Por lo tanto, el sistema nervioso puede cambiar como resultado del aprendizaje y del entrenamiento, así como de las lesiones cerebrales. Y es algo que se da a cualquier edad.

Otros estudios han llegado a las mismas conclusiones. Por ejemplo se ha comprobado que las personas que habitualmente tocan un instrumento musical tienen un 25% más desarrollada su corteza auditiva.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

El cerebro que cura, de Álvaro Pascual-Leone

La ciencia está descubriendo que podemos conseguir tener un cerebro salutogénico. Un cerebro capaz de producir salud. Pero, ¿cómo se cuida el cerebro?

Un gran reto que todos tenemos es no olvidar el hecho de que, igual que procuramos cuidar nuestro corazón, nuestro metabolismo y nuestro cuerpo, tenemos que poner el mismo énfasis en cuidar el cerebro. Es esencial para tener una vida sana, plena y feliz.

Hay hábitos de vida que podemos modificar, y podemos hacer realidad aquella frase de Ramón y Cajal de que todos podemos ser el arquitecto de nuestro propio cerebro. En este caso en promocionar su salud y su capacidad de curarnos.

Álvaro Pascual-Leone (nacido el 7 de agosto de 1961 en Valencia, España) es catedrático de neurología en la Escuela Médica de Harvard. Es director del Centro de estimulación cerebral no invasiva (en inglés Center for Noninvasive Brain Stimulation) y director asociado del Centro de Investigación Clínico General del Centro Médico de Beth Israel Deaconess en Boston. Está considerada una de las mentes más influyentes en el mundo científico y uno de los quince investigadores en neurociencia más importantes del planeta.

Suyo es el libro ‘El cerebro que cura’, publicado junto con Álvaro Fernández Ibáñez y David Bartrés-Faz, en el que nos explica en qué consiste eso de la plasticidad cerebral.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

Como el cerebro crece, por ejemplo, cuando hacemos ejercicio

Explica Álvaro Pascual-Leone que el ejercicio físico acaba siendo más importante para el cerebro que para el cuerpo, aunque con frecuencia no lo pensamos así.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

El ejercicio físico, literalmente, aumenta el grosor de la corteza en ciertas partes del cerebro (en las partes frontales), y, además, aumenta la producción de nuevas neuronas, y por lo tanto mejora la funcionalidad del cerebro a lo largo de nuestra existencia. Mejora su capacidad de plasticidad que, a la postre, es lo que permite al cerebro adaptarse y responder a los retos a los que nos enfrentamos en la vida.

El cerebro razona, imagina, empatiza, memoriza, analiza, inventa… Son capacidades que se alimentan las unas a las otras y, además, van más allá de esas capacidades.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

En general pensamos que el cerebro es «solamente» para relacionarnos con el mundo que nos rodea: para escuchar, prestar atención, atender a lo que tenemos alrededor y actuar sobre ello. Sin embargo, una gran parte, quizás más de la mitad del tiempo, nuestro cerebro lo que está es monitorizando nuestro mundo interior, nuestro cuerpo, y actuando sobre ese cuerpo.

Gracias a eso el cerebro tiene la capacidad de promocionar salud, y también existe el riesgo de que nuestro propio cerebro pueda causar enfermedad.

«Úsalo o piérdelo», una regla aplicable al cerebro

Si no usamos conexiones en el cerebro, es demasiado costoso para el cuerpo mantenerlas y, literalmente, las perdemos. Si las usamos, no sólo las mantenemos sino que el cerebro es capaz de aumentarlas de función y de tamaño.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

El cerebro nunca deja de aprender. La plasticidad cerebral nos habla de un cerebro en constante movimiento. Esa capacidad de cambio del cerebro es una propiedad intrínseca al cerebro que deja de existir cuando nos morimos, la tenemos durante toda nuestra vida.

Parte de lo que es necesario para mantener un cerebro sano y vibrante con la edad es ponerle retos para que mantenga esa capacidad plástica.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

El mundo digital, ¿nos hace más tontos?

¿Nos convierte el mundo digital en seres no tan audaces? ¿Cómo nuestro cerebro sigue creciendo cuando hay aparatos que nos hacen perder en parte el uso del mismo?

El pensar que las herramientas, las tecnologías, el mundo digital nos hace perder capacidades cerebrales es una forma incorrecta de pensar en ello, no es cierto.

Lo que es cierto es que nuestro cerebro tiene que adaptarse a la realidad de las tecnologías. Sin duda es cierto que las tecnologías y el mundo digital impactan sobre el cerebro y lo cambian. El reto para todos nosotros es cómo adaptar, cómo cambiar la función del cerebro para mantener sus capacidades utilizando esos recursos adicionales que nos dan los avances tecnológicos.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

La razón de vivir

En ‘El cerebro que cura’ sus autores proponen que lo más importante es la razón para vivir, el encontrar una, y que esa va a ser la gran estimulación de nuestro cerebro.

La razón para vivir es aquello que te hace levantarte por la mañana y te llena de ilusión en la vida. Y no tiene que ser una misma razón durante toda la vida del individuo. Las cosas pueden cambiar y pueden evolucionar, y tú puedes cambiar tu razón de vida.

Pero lo que sí es importante es que esa razón de vida esté proyectada hacia afuera, hacia los demás. Que te trascienda a ti como individuo. Puede ser una creencia religiosa o filosófica, puede ser tu trabajo, puede ser tu dedicación a los demás o pueden ser tus nietos, pero parece que es particularmente  eficaz si es algo que trasciende al individuo.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

Ahora hay datos. Hay un estudio en marcha en Barcelona, el Barcelona Brain Health Initiative (BBHI), promovido por el Institut Guttmann. Este estudio ha permitido identificar en 5.000 personas, con datos experimentales, la importancia de tener un propósito de vida bien definido, no sólo en el funcionamiento cerebral sino en la salud general.

Se trata de un estudio único y especial. En principio se pensó en 3.000 participantes y al final hay 5.000 voluntarios que al inicio del estudio están sanos desde el punto de vista cerebral (no tienen enfermedades neurológicas ni psiquiátricas).

El estudio caracteriza sus patrones y hábitos de vida y su biología cerebral, y se les sigue en el tiempo para identificar aquellos factores y aquellas actividades que promocionan la salud y mantienen a la persona sana cerebralmente, en contraste con aquellas que pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades neurológicas.

La idea principal es transformar la forma en que se hace medicina y la forma en que se hace neurología y psiquiatría:

  • Desde el enfoque actual de «tienes una enfermedad y vamos a intentar ayudarte a minimizar tus síntomas y transformarlo»
  • A un enfoque donde se diga «estás sano, ¿qué podemos hacer para mantenerte sano? ¿Qué podemos hacer para conseguir prevenir la enfermedad?».

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

Hoy se sabe que, en el caso de enfermedades neurológicas y psiquiátricas, cuando los síntomas se manifiestan hace ya diez o quince años que la enfermedad estaba, y ha estado alterando y dañando el cerebro.

Lo que se busca es empezar antes que esa enfermedad, y que no llegue a ser sintomática. Es intentar mantener la salud cerebral (que no es lo mismo que mantener un cerebro joven) a lo largo de la vida.

Se busca mantener un cerebro sano, vibrante, adecuado para la edad que se tiene. Porque generalmente asociamos joven a sano… y no tiene nada que ver. Son dos acepciones muy distintas.

El cerebro salutogénico. Saber olvidar y tener una relación estable

‘El cerebro que cura’ es un libro interesante. Propone un término que deberíamos incorporar ya: salutogénico (un cerebro que genera salud).

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

Álvaro Pascual-Leone trabaja en la Universidad de Harvard, y allí, en 1938, en plena Gran Depresión, iniciaron un estudio con 268 estudiantes de segundo año a los que siguieron durante 80 años, para intentar averiguar qué factores ayudan a tener una vida sana y feliz, para intentar averiguar qué nos hace felices.

Se trata de un estudio espectacular y muy interesante por muchas razones, algunas un poco anecdóticas pero que ilustran la época. Esos estudiantes eran todos hombres en aquel momento, mientras que ahora en la escuela de medicina en cada curso hay más mujeres que hombres. Pero en el momento del inicio del estudio eran todos hombres.

El estudio no sólo los ha seguido a ellos sino que ha seguido a sus esposas, a sus familias y a las generaciones subsiguientes de esas familias. Hay dos conclusiones que son las que más llaman la atención:

La primera es que para ser realmente sano y feliz a lo largo de toda tu vida parece que una de las cosas que son esenciales es olvidar, ser capaz de olvidar. Hasta el punto que aquellos que tienen un cerebro con menos desarrollo o con más pérdida de las estructuras que nos permiten recordar, de hecho están mejor. Ilustrando el hecho de que a veces nos carcomen las memorias y las experiencias, y que lo que tenemos que hacer es aceptar lo que ha pasado, perdonar y ser más generosos con nosotros mismos en los errores cometidos en el pasado.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

El segundo aspecto curioso e interesante es que aquellos individuos que mantienen una relación de pareja estable durante mucho tiempo, aquellos que se mantienen juntos, a pesar de las dificultades que eso conlleva y de las vicisitudes de la vida, están más felices y más sanos a lo largo de su vida

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

Pero en estos tiempos, lo de la relación estable como fuente de salud y bienestar… es algo que no encaja mucho con las tendencias actuales.

Álvaro Pascual-Leone dice estar de acuerdo con eso, pero explica que lo que han pretendido con ‘El cerebro que cura‘ no es escribir un libro popular en el sentido de hacer eco a lo que esté ahora de moda, sino escribir un libro anclado en la evidencia, y siendo cuidadosos con la descripción de los datos, e incluso siendo honrados con aquellas cosas que no saben y destacando lo que se sabe y lo que no se sabe.

Los datos son los que son. La soledad, sobre todo el sentirse solo o sola, mata. La soledad es una enfermedad mortal. Es una enfermedad común en nuestros días, porque el tipo de sociedad en que vivimos nos empuja a esa soledad. Es algo que proclama la necesidad de replantear estructuras y formas de vivir.

Parte de lo que se discute y comenta en el libro es cómo hacer para mejorar ciertos aspectos (pilares) de salud cerebral. Y uno de esos pilares son las relaciones sociales que tenemos con los demás (con nuestros amigos, con nuestros familiares, con nuestras parejas) y ver la importancia que esto tiene.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

¿Qué puedo hacer yo para cuidar mi cerebro?

Lo primero es mantener un cerebro sano. Tener los hábitos de vida adecuados para promocionar y mantener sano el cerebro.

Eso es parte de lo que se trata en el libro: qué podemos hacer cada uno de nosotros en distintos ámbitos (incluido el sueño, la salud general, la nutrición, el ejercicio físico y el cognitivo, y sobre todo en términos de relación social y en términos de definir un propósito vital)  para tener el cerebro más sano posible.

Lo segundo es ser conscientes de que cuando el cerebro está «descansando», realmente no está descansando, está trabajando tanto como cuando estamos hablando con otra persona y está dedicando ese tiempo a promocionar la salutogénesis.

Y que por lo tanto el descanso, el pensar en musarañas, la meditación, la tranquilidad, el reposo, son elementos esenciales para mantener la capacidad del cerebro de curarnos.

Plasticidad cerebral o neuroplasticidad

(De la entrevista a Álvaro Pascual-Leone en el programa Hoy por hoy de Cadena Ser, emitido el 21/02/2019)

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‘La metamorfosis’ de Franz Kafka

La metamorfosis‘ es una novela corta escrita por Franz Kafka, un hombre cuyo apellido ha dado lugar a un adjetivo, «kafkiano«, que emplean incluso los que no han leído ninguna de sus obras.

‘La metamorfosis’ es la historia de Gregor Samsa, un joven viajante de comercio que una mañana, sin ningún motivo aparente, se transforma en un insecto de dimensiones imprecisas.

La lectura es desde la primera línea un acto inquietante, que irá en aumento según la metamorfosis vaya apropiándose no sólo de su animalizado cuerpo, una especie de escarabajo o cucaracha repugnante, sino de su conciencia reflexiva, y todo ello sin justificación alguna. De aquí el desasosiego del lector, como si pudiera pasarnos a cualquiera de nosotros cualquier mañana, sin paso evolutivo alguno, sin causa aparente.

La vida de Gregor Samsa, gris y rutinaria hasta ese momento, comienza una terrible metamorfosis de la que participamos con terror.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Fotografía de Franz Kafka a los 5 años (1888)

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Análisis de ‘La metamorfosis’ de Franz Kafka

Franz Kafka escribió ‘La metamorfosis’ en 1912, pero no se publicó hasta 1915. ‘La metamorfosis’, presente en numerosas editoriales, es uno de los libros más leídos de todos los tiempos, y, sin lugar a dudas, el clásico más kafkiano.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Aunque es conocido como ‘La metamorfosis’, el título original, ‘Die Verwandlung’, significa literalmente ‘La transformación’. Existe en alemán la palabra de origen griego Metamorphose, con el mismo significado que en castellano, y si el autor no la empleó es seguro que lo hizo por buenas razones.

Transformación es una palabra coloquial, que muy bien puede aludir a los muchos cambios que se producen en el curso de una vida humana. Metamorfosis, sin embargo, es un concepto que apela a lo divino, como en ‘Las metamorfosis de Ovidio’.

Lo que nos relata Kafka no es un sueño del protagonista, Gregor Samsa. Es un proceso de degradación que no parará en la mera mutación del cuerpo, sino que avanzará por su mundo afectivo y lentamente irá devorando su sensibilidad, modificando sus pautas y alterando, lógicamente, las de quienes le rodean, que ven un monstruo repulsivo con el que no pueden comunicarse, y al que irán abocando al silencio primero y a la soledad más hostil después.

‘La metamorfosis’ es una novela espectacular. Es una experiencia extraordinaria leerla y perderse por la inquietante fascinación que se experimenta, producto de la tensión y el equilibrio entre un acontecimiento fantástico y su contexto, que no puede ser más realista ni estar más próximo a lo cotidiano.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Kafka dijo: «Creo que deberíamos leer sólo el tipo de libros que nos lastimen y apuñalen. Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado dentro de nosotros».

‘La metamorfosis’ se publicó en 1915 y se tradujo en España en los años 20 por orden de un estricto coetáneo de Kafka, ni más ni menos que José Ortega y Gasset, que nació el mismo año que Kafka, en 1883.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Se publicó en dos entregas en la Revista de Occidente, en una traducción sin firmar que se dice que pudo ser del gran escritor argentino Borges. En esa época, en la primera mitad de los años 20, Borges andaba por España, y parece que pudo ser él el traductor de esa obra inmortal que todo el mundo sabe como comienza.

Es posible seguir paso a paso la gestación de ‘La metamorfosis’, mediante las cartas que Franz Kafka escribía a su prometida, Felice Bauer (1887 – 1960).

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Franz Kafka junto a su prometida, Felice Bauer

En ellas se refiere a «un cuento que me ha venido a la mente en la cama, en plena aflicción. Una narración un poco terrorífica, que te dará un miedo espeluznante».

Sabemos que el espacio físico en el que tienen lugar los hechos es idéntico al real en el que vivían Kafka y su familia. Se trata de un apartamento común en aquel tiempo entre la clase media de Praga, el cual  poseía una distribución peculiar. El cuarto de Kafka, en efecto, era de hecho una habitación de paso, cuyas tres puertas daban al cuarto de estar, a un  pasillo y a la habitación de su hermana.

En ese cuarto Kafka escribió gran parte de su obra. Kafka escribió a menudo acerca de las molestias que le ocasionaba semejante espacio, y en alguna ocasión se refirió explícitamente a ellas.

A ojos de su familia y de la sociedad burguesa, ya antes de redactar ‘La metamorfosis’, Kafka era lo que se llama un bicho raro.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Según la interpretación marxista, los cuidados que le proporcionaban a Gregor Samsa correspondían únicamente a sus necesidades vitales (como la comida). Kafka alegoriza el estado de alienación del hombre a través de la metamorfosis de Samsa y su relación con los otros miembros de la casa. Es a su vez representación del estado que el propio Samsa sufría en el trabajo, y el alejamiento de las relaciones personales cada vez más inestables antes de su transformación.

Marx trataba este problema bajo la idea de que el capitalista sólo entrega un salario acorde a las necesidades de supervivencia, para que la clase obrera no se extinga y pueda seguir usurpando de su trabajo como parásito. Plantea Marx en los manuscritos de París: «la economía política sólo conoce al obrero en cuanto a animal de trabajo, como una bestia reducida a las más estrictas necesidades vitales.»

En la primera edición de ‘La metamorfosis’, en octubre de 1915, Kafka no quiso que el insecto en sí fuera dibujado, y así se lo dijo a Kurt Wolff, el editor, tal y como éste recordaría años después.

Franz Kafka se negó a que en la portada de aquella primera edición apareciera ningún insecto humano de innumerables patitas escuálidas y caparazón duro, ningún bicho raro que diera cuerpo al ser que en aquella habitación se movía atraído por el sonido de un violín, y que hoy sin embargo tenemos todos en mente puesto que a lo largo de estos más de cien años las editoriales no han dejado de representarlo así, y eso que Kurt Wolff sí respetó su deseo y el parásito salió de la carátula original.

La portada de la edición original mostraba a un joven en bata, con gesto trastornado, y una puerta entreabierta a sus espaldas.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Resumen de ‘La metamorfosis’ de Franz Kafka

Una mañana cuando Gregorio Samsa despertó después de un sueño intranquilo, se encontró en su cama transformado en un monstruoso insecto.

Con esta frase, que ya  pertenece a la historia de la literatura, comienza ‘La transformación’.

Estaba tumbado sobre su dura espalda con forma de caparazón, y vio al levantar un poco la cabeza su vientre abultado, negro, hendido por franjas duras y abombadas, y sobre el cual apenas podía mantenerse en equilibrio el cobertor que desde lo alto empezaba a deslizarse hacia el suelo.

Sus muchas patas, ridículamente escuálidas en comparación con el volumen del resto de su cuerpo, se agitaban desesperadamente delante de sus ojos.

Y lo primero que piensa es en qué le ha ocurrido. No es un sueño. Su habitación, una habitación normal de ser humano, aunque tal vez demasiado pequeña, permanece tranquila.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Encima de la mesa está su muestrario, ya que Samsa es viajante, y cuelga una fotografía que el mismo ha recortado de una revista ilustrada.

Mira hacia la ventana, y el tiempo nublado le pone melancólico. Entonces se plantea si lo mejor no será dormir un poco más y olvidarse de todas estas locuras. No puede porque está acostumbrado a dormir sobre el lado derecho, y en su estado actual no puede volverse hacia ese lado.

Sentía un leve picor en el vientre. Se deslizó suavemente sobre su espalda hacia la cabecera de la cama para poder levantar mejor la cabeza. Se encontró con que la zona que le picaba estaba cubierta de pequeños puntos blancos que no supo explicarse, y cuando quiso palpar esa zona con una pata la retiró inmediatamente, pues el contacto le produjo escalofríos.

Piensa que levantarse pronto le vuelve a uno idiota, y que el hombre tiene que dormir. Cree que la vida de viajante es agotadora: siempre viajando y pasando a limpio los pedidos por la noche. Se despedirá en cuanto reúna el dinero que le falta para liquidar la deuda de sus padres.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Mientras tanto tiene que levantarse muy pronto, porque su tren sale a las cinco. Pero cuando mira el despertador se da cuenta de que son las seis y media. El próximo tren sale a las siete. Para alcanzarlo tiene que darse una prisa absurda y el muestrario está aún sin empaquetar, y él mismo no se siente particularmente fresco y ágil, tal vez si avisara de que está malo.

De pronto llaman con suavidad a la puerta. Está junto a la cabecera de la cama. La madre le llama y le pregunta si no iba a irse de viaje, le dice que son las siete menos cuarto. A Gregor le parece que la voz de su madre es dulce, y sin embargo se horroriza al oír su propia voz que sin duda es la de siempre, pero que, como si ascendiera de un lugar profundo, surge mezclada con un pitido doloroso y apenas contenido que deja oír las palabras con claridad en un primer momento, para resonar a continuación de un modo tal que las destruye.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Le dice a su madre que ya se levanta, y le da las gracias. Pero casi inmediatamente viene el padre a llamar a su puerta, extrañados todos de que Gregor aún siga en casa.

Desde la puerta del otro lateral la hermana le pregunta si se encuentra bien, si necesita algo, y Gregor intenta tranquilizarles sin conseguirlo.

Deshacerse del cobertor fue fácil, tan sólo necesitó inflarse un poco y cayó por su propio peso, pero a partir de ahí todo se complicaba, debido sobre todo a su extraordinaria anchura.

Necesitaba para erguirse brazos y manos, pero en su lugar tenía sólo un puñado de patas que se movían continuamente hacia todos lados y que él no conseguía dominar. Cuando quería doblar una de ellas resultaba ser esa la que primero se estiraba, y si lograba dominar esa pata, entonces todas las demás se movían, como liberadas, con una excitación enorme y dolorosa.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Primero quiere salir de la cama con la parte inferior de su cuerpo, pero esa parte inferior es difícil de mover. Cuando finalmente casi con furia se lanza hacia adelante, con todas sus fuerzas y sin pensar en las consecuencias, calcula mal la dirección. Se estrella contra el travesaño a los pies de la cama y el ardiente dolor que siente le enseña que justo la parte inferior de su cuerpo es también la más sensible.

Intenta entonces sacar primero la parte superior del cuerpo. Gira con cuidado la cabeza hacia el borde de la cama pero le da miedo hacerse daño. Entonces balancea su cuerpo hacia fuera de la cama y, cuando está a punto de caer, oye que llaman a la puerta de la calle. Es el apoderado de su empresa, en persona.

Gregor se arrojó de la cama con todas sus fuerzas. Hubo un fuerte golpe, pero no un verdadero estrépito. La alfombra había amortiguado la caída, y la espalda, que era más elástica de lo que Gregor había pensado, había hecho que el ruido no fuese tan aparatoso. Sin embargo, no había puesto cuidado en levantar suficientemente la cabeza y se había hecho daño en ella. La giró, y lleno de dolor y rabia la restregó contra la alfombra.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

El apoderado oye el ruido, da un par de pasos firmes por la habitación de al lado, y entonces es el padre el que a través de la puerta le avisa de que ha llegado el apoderado, y que se pregunta por qué no ha cogido el primer tren. Ellos no saben qué decirle. Le piden que abra la puerta, que siempre está cerrada con llave.

La madre le dice al apoderado que Gregor no se encuentra bien, porque si no es imposible que hubiera perdido un tren, que no tiene en la cabeza nada más que el negocio. Gregor dice que va enseguida.

En la habitación de la izquierda se impone un silencio penoso, y en la de la derecha la hermana comienza a sollozar.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Gregor yace sobre la alfombra. Le parece mucho más razonable que le dejen tranquilo que le importunen con llantos y discursos. Pero el apoderado levanta la voz, le llama, le pregunta que está ocurriendo, si acaso se está atrincherando en su habitación… Y en nombre de sus padres, y de su jefe, le pide con toda seriedad una explicación inmediata y clara. Le dice que además no están del todo satisfechos con su rendimiento, y que esta excentricidad no le va a venir muy bien.

– Pero señor apoderado – gritó Gregor fuera de sí, y olvidando en su excitación todo lo demás –, ahora mismo abro, inmediatamente. Una ligera indisposición, un mareo no me ha dejado levantarme. Todavía estoy en la cama, pero ya me encuentro bien otra vez, ahora mismo me levanto. Un poco de paciencia. No me encuentro tan bien como creía pero ya estoy mejor. ¡Cómo puede pasarle a uno una cosa así! Señor apoderado, un poco de consideración hacia mis padres. No hay ningún fundamento para todos los reproches que me está usted haciendo, tampoco se me ha dicho nunca una palabra al respecto. Tal vez no haya leído usted los últimos pedidos que he tramitado. Por lo demás, partiré en el tren de las ocho. Estas pocas horas de descanso me han dado fuerzas. No se entretenga usted más señor apoderado, enseguida estaré en el almacén. Tenga usted la bondad de decirlo y transmitirle mis respetos al jefe.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Gregor se acerca al armario e intenta enderezarse apoyándose en él. Quiere realmente abrir la puerta y dejarse ver, y hablar con el apoderado, siente curiosidad por saber que van a decir al verle los que ahora tanto lo reclaman.

Al principio se resbala varias veces por las lisas paredes del armario, pero finalmente da un último brinco y se yergue. Se deja caer contra el respaldo de una silla próxima a cuyos bordes se agarra con sus patas. Entonces oye al apoderado decir que no ha entendido una sola palabra de lo que ha dicho Gregor. La madre empieza a sollozar diciendo que quizás esté muy enfermo. La hermana quiere llamar a un médico. El padre a un cerrajero. Se oyen carreras, la puerta de la calle.

Pero Gregor ya estaba mucho más tranquilo. Cierto es que ya no se entendían sus palabras, a pesar de que a él le habían parecido bastante claras, más claras que al principio, tal vez por habérsele acostumbrado el oído. Pero ahora al menos ya creían que no todo estaba en orden y se disponían a ayudarle. La decisión y la seguridad con que se habían dado las primeras órdenes le sirvieron de alivio. Se sentía otra vez dentro del círculo de los humanos, y esperaba de ambos, del médico y del cerrajero, sin distinguirlos entre sí con claridad, grandiosos y sorprendentes resultados.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

En la habitación de al lado todo está en silencio. Gregor se arrastra lentamente hasta la puerta con ayuda del sillón y lo abandona allí. Luego se lanza contra la puerta, se yergue pegado a ella gracias a las callosidades de sus patas que están cubiertas de una sustancia pegajosa y se queda quieto un instante, descansando del esfuerzo. Después empieza a girar con la boca la llave que está puesta en la cerradura. Sus mandíbulas son muy fuertes y logra poner la llave en movimiento. No se percata de que se está haciendo daño pues un líquido oscuro le sale de la boca, chorrea encima de la llave y gotea sobre el suelo. A medida que gira la llave se mueve él alrededor de la cerradura. Al fin suena la cerradura al ceder. Gregor apoya la cabeza sobre el picaporte para acabar de abrir la puerta.

Oyó al apoderado soltar un «¡Oh!» en voz alta. Sonó como cuando silba el viento, y vio también como éste, que era el más cercano a la puerta, se apretaba la mano contra la boca abierta y retrocedía lentamente como si le empujase una fuerza invisible.

La madre allí estaba, a pesar de la presencia del apoderado, con los cabellos todavía alborotados y erizados de recién levantada. Juntando las manos miró primero al padre, dio después dos pasos hacia Gregor y se derrumbó en medio de sus faldas extendidas a su alrededor, con el rostro completamente oculto en su pecho.

El padre agitó el puño con expresión amenazadora, como si quisiera empujar a Gregor otra vez dentro de la habitación. Después miró inseguro a su alrededor, se tapó los ojos con las manos y lloró de tal forma que su robusto pecho se sacudía con violencia.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Gregor no llega a entrar en el comedor. Se queda justo a la hoja de la puerta que permanece cerrada de tal modo que sólo se le ve la mitad del cuerpo, y con ello la cabeza inclinada vigilando las reacciones de los demás.

Empieza a hablarle al apoderado. Le dice que enseguida irá a trabajar, que él es un gran trabajador, que cualquiera puede sentirse momentáneamente incapacitado para trabajar. Pero es precisamente entonces cuando debe uno acordarse de todos sus esfuerzos anteriores y pensar que, en cuanto se vea libre de impedimentos, trabajará de nuevo con más ímpetu y pasión. Pero el apoderado ya se ha dado la vuelta al  pronunciar Gregor la primera palabra y sólo le mira por encima del hombro con los labios fruncidos. No puede dejarle marchar.  Se abre paso por la abertura entre las dos hojas para dar alcance al apoderado.

Apenas hubo ocurrido esto sintió por primera vez en toda la mañana un bienestar corporal. Las patitas se apoyaban en tierra firme. Se alegró al darse cuenta de que le obedecían perfectamente. Se esforzaban en conducirlo a donde él deseaba ir, y ya creía llegado el alivio definitivo de todos sus padecimientos.

Pero en el preciso momento en el que se encontraba en el suelo, balanceándose a causa del movimiento reprimido, justo enfrente de la madre y no muy lejos de ésta, la mujer, que aún parecía hallarse perdida en sus pensamientos, dio un salto extendiendo los brazos y separando mucho los dedos y gritó «¡Ayuda, ayuda, por el amor de Dios!», e inclinó la cabeza como si quisiera ver mejor a Gregor, pero contradiciendo esa intención retrocedió sin pensar.

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De hecho, choca con la mesa y vierte el café. Al ver el café derramado Gregor no puede evitar abrir y cerrar varias veces las mandíbulas en el vacío. Al ver esto la madre vuelve a gritar, se separa de la mesa y cae en los brazos del padre. En lugar de salir en persecución del apoderado, o al menos dejar que Gregor lo persiga, el padre agarra el bastón que ha olvidado el apoderado y un periódico y, golpeando con fuerza el suelo con los pies, se dispone a hacer retroceder a Gregor hacia su habitación agitando el bastón y el periódico. La madre ha abierto una ventana de par en par y tapándose la cara con las manos se inclina hacia afuera.

Cuando se encuentra frente a la abertura de la puerta advierte que su cuerpo es demasiado ancho para atravesarla, pero su padre no sólo no le abre más la puerta sino que le empuja hacia adelante.

Lo que se oía detrás de Gregor ya no era la voz de un único padre. No era para tomárselo a broma, y Gregor, que ocurriera lo que tuviera que ocurrir, se empotró contra la puerta. Levantando un flanco de su cuerpo quedó atravesado en la abertura. Se destrozó un costado y en la blanca puerta aparecieron unas manchas asquerosas. Allí se quedó encajado, y no habría podido moverse por sí mismo, con las patas de un lado colgando en el vacío, temblando, y las del otro lado dolorosamente aplastadas contra el suelo. Hasta que el padre le dio por detrás un fuerte golpe que resultó verdaderamente liberador. Y él sangrando con profusión se derrumbó dentro de la habitación. La puerta fue cerrada con el bastón, y después se hizo por fin el silencio.

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A la caída de la tarde Gregor se despierta de su pesado sueño, tan parecido a un desmayo. El resplandor de las farolas de la calle blanquea el techo de la habitación y la parte superior de los muebles, pero abajo, donde Gregor se encuentra, está oscuro. Se desliza hasta la puerta que da al vestíbulo. Su costado izquierdo parece una única, larga y monstruosa llaga, y tiene que caminar cojeando alternativamente sobre cada una de sus hileras de patas. Una de las patitas ha resultado seriamente dañada.

De pronto huele algo comestible. En la habitación hay una escudilla llena de leche azucarada en la que nadan pequeños trozos de pan blanco. Tiene hambre, y hunde la cabeza en la leche casi hasta los ojos, pero, no sólo su dolorido costado izquierdo le hace difícil comer, sino que le da asco la leche, que siempre ha sido su bebida favorita, razón por la cual seguramente la hermana se la ha preparado.

Todo estaba demasiado silencioso a su alrededor, a pesar de que la casa ciertamente no estaba vacía. – Que vida tan silenciosa lleva mi familia – se dijo Gregor, y sintió, al mirar fijamente a la oscuridad, un gran orgullo por haber podido proporcionarles a sus padres y a su hermana una vida como aquella en una casa tan hermosa.

Pero y si toda la tranquilidad, todo el bienestar, todas las satisfacciones tuvieran que acabarse ahora de un modo horrible. Para no perderse en tales pensamientos, Gregor prefirió ponerse en movimiento y arrastrarse por el cuarto de un lado a otro.

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Ya de noche cerrada se apaga la luz del comedor. Gregor, ahora, tiene tiempo por delante para meditar sin ser molestado sobre cómo debe organizar su nueva vida. Pero la habitación alta y vacía en la que se ve obligado a permanecer pegado al suelo le angustia sin que pueda encontrar la causa. Con un movimiento a medias inconsciente y no sin un poco de vergüenza, se apresura a esconderse bajo el canapé donde, a pesar de que su espalda le queda un poco aplastada y ya no puede levantar la cabeza, se siente de repente muy cómodo.

Allí permanece toda la noche. Sólo piensa en tener calma y en hacer soportable a la familia todas las incomodidades que su estado actual causa.

Por la mañana temprano, casi era de noche todavía, tuvo Gregor ocasión de poner a  prueba la fuerza de las decisiones que acababa de tomar, pues la hermana, casi completamente vestida, abrió la puerta desde el vestíbulo y miró con curiosidad hacia dentro.

No dio con él inmediatamente, pero cuando le descubrió debajo del canapé – pero por Dios, en algún sitio tenía que estar, no podía haber salido volando – se asustó tanto que sin poder contenerse volvió a cerrar la puerta desde fuera. Pero como si se arrepintiera de sus modales volvió a abrir la puerta enseguida y entró a hurtadillas, como si estuviese en la habitación de un enfermo grave o de un extraño. Gregor tenía la cabeza casi asomando por el borde del canapé y la observaba.

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La hermana descubre con sorpresa la escudilla aún llena. La recoge inmediatamente y se la lleva. Le trae, para poner a prueba sus gustos, una completa selección de alimentos dispuestos sobre un periódico viejo. Verduras rancias y medio podridas, huesos de la cena de la víspera rodeados de salsa blanca y endurecida, algunas uvas pasas y almendras, un queso que dos días atrás Gregor ha declarado incomestible, un pedazo de pan duro y otro pedazo cubierto con mantequilla y sal.

Las patitas de Gregor zumban al dirigirse a la comida. Sus heridas parecen haberse sanado. Con los ojos llenos de lágrimas de alegría devora sucesivamente el queso, las verduras y la salsa. La hermana, en señal de que debe retirarse, gira lentamente la llave. Se apresura a esconderse debajo del canapé. Su hermana entra y limpia todo, se lleva los restos y se va. Gregor sale entonces de debajo del canapé. Se estira y suspira.

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De esa forma recibía Gregor su comida diariamente. Una vez por la mañana, cuando los padres y la criada aún dormían. La segunda vez después de la comida del mediodía, pues los padres echaban una cabezada y la criada salía con algún encargo de la hermana. Seguro que tampoco los padres querían que Gregor pasara hambre, pero quizás no habrían podido soportar enterarse de cómo comía salvo de oídas, y tal vez la hermana quería ahorrarles en la medida de lo posible una pequeña tristeza, pues ya sufrían muchas de hecho.

Gregor no puede enterarse de ninguna noticia, pero suele escuchar con atención y cuando oye una voz corre hacia la puerta y se pega a ella con todo su cuerpo. Al principio no hay conversación que no verse sobre él. Nadie quiere quedarse solo en casa, y tampoco pueden dejar la casa abandonada. Ya el primer día la criada suplicó de rodillas a la madre que la despidiera en el acto, y cuando al fin se marchó agradeció entre lágrimas el gran favor que se le hacía con el despido, y juró solemnemente, sin que nadie se lo pidiera, que no contaría nada a nadie.

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El padre hace una completa relación de sus bienes y sus perspectivas económicas, para información tanto de la madre como de la hermana. Gregor siempre ha creído que al padre no le ha quedado nada en absoluto de su antiguo negocio, por eso empezó a trabajar con un empuje tan extraordinario y pasó rápidamente de ser un dependiente insignificante a convertirse en viajante de comercio.

Habían sido tiempos felices, y nunca se habían repetido, al menos con tal esplendor, a pesar de que Gregor había llegado a ganar después más dinero, lo suficiente para correr por sí solo con los gastos de toda la familia, cosa que hacía. Se habían acostumbrado tanto la familia como Gregor. Ellos aceptaban agradecidos el dinero y él se lo entregaba gustoso, pero no volvió a producirse aquel calor tan especial.

Sólo la hermana seguía estando unida a Gregor, y éste, puesto que ella a diferencia de Gregor amaba la música y sabía tocar el violín de un modo apasionado, tenía el secreto  plan de enviarla al año siguiente al Conservatorio, sin preocuparse por los fuertes gastos que esto ocasionaría y que ya se recuperarían de cualquier otra manera.

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Gregor se entera ahora de que a pesar de todos los infortunios todavía les queda un pequeño patrimonio de los viejos tiempos, ciertamente muy escaso, pero que ha aumentado un poco en los últimos años gracias a que nadie ha tocado los intereses. Detrás de la puerta mueve la cabeza con aprobación, alegrándose de aquella inesperada previsión económica. Aunque aquel dinero no basta para que la familia pueda vivir de las rentas, podrían aguantar unos dos años. Tal vez tendrían que ponerse a trabajar, todos. Gregor, encendido de vergüenza y de tristeza, se aparta de la puerta y se arroja sobre el fresco sofá de cuero que hay junto a ella.

A menudo se pasaba toda la noche allí tumbado, durmiendo poco y restregándose sobre el cuero durante horas. Otras veces no se arredraba ante la fatigosa tarea de acercar un sillón a la ventana, trepar después al antepecho y subido en el sillón apoyarse en el cristal, recordando tal vez lo agradable que había sido en otro tiempo mirar a través de la ventana. Pues efectivamente, día tras día, veía cada vez más borrosas incluso las cosas que no se hallaban muy lejos.

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En cuanto su observadora hermana ve que el sillón está junto a la ventana, ella misma lo acerca después de arreglar la habitación, e incluso deja abiertas las contraventanas interiores.

A Gregor le gustaría poder hablar con su hermana y darle las gracias por todo lo que debe hacer por él. La hermana intenta hacer lo más soportable posible la penosa situación, y naturalmente cuanto más tiempo pasa más lo consigue. Pero también Gregor lo va viendo todo más claro con el tiempo.

A ella le horroriza sólo entrar en la habitación. Apenas ha entrado, sin perder tiempo en cerrar la puerta para ahorrarles a los demás la visión de la habitación de Gregor, corre derecha a la ventana y la abre de par en par, bruscamente, como si se ahogara, y permanece allí, durante un rato, por mucho frío que haga respirando profundamente. Esas carreras y esos ruidos asustan a Gregor, que durante todo ese tiempo tiembla bajo el canapé. Y ella se los evitaría si fuera capaz de permanecer con la ventana cerrada en la misma habitación que Gregor.

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Una vez ya había pasado un mes desde la transformación de Gregor, y ya no había ninguna razón concreta para que la hermana se asustara del aspecto de éste, vino ella un poco más temprano que de costumbre, y encontró a Gregor mirando aún por la ventana, inmóvil, y en una postura que daba pavor. A Gregor no le hubiera extrañado que ella no entrara, pues él en su posición le impedía abrir enseguida la ventana, pero ella no sólo no entró, sino que retrocedió y cerró la puerta.

Un extraño habría podido pensar que Gregor la había acechado y que había querido morderla. Gregor, naturalmente, se escondió enseguida debajo del canapé, pero tuvo que esperar hasta el mediodía para que la hermana volviese a entrar, y ahora parecía más intranquila que de costumbre.

Gregor comprende que su aspecto todavía le resulta a ella insoportable, así que, para evitarle también esa visión, un día Gregor traslada sobre su espalda la sábana hasta dejarla sobre el canapé, y la coloca de tal manera que ahora él queda oculto por completo, y la hermana, incluso si se agacha, no puede verlo.

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Durante los primeros catorce días los padres no se deciden a entrar a verlo. Algunas veces esperan ambos delante de la habitación de Gregor mientras la hermana la arregla, y apenas ha salido les cuenta con detalle qué aspecto tiene la habitación, qué ha comido Gregor, cómo se ha comportado esta vez. La madre quiere ver a Gregor, pero no la dejan entrar. Gregor piensa que tal vez sería bueno que la madre entrara, y su deseo tarda poco en cumplirse.

Le resultaba difícil descansar tranquilo durante la noche. La comida dejó de producirle la menor satisfacción. Y así adquirió la costumbre, para distraerse, de deslizarse en todas direcciones por las paredes y el techo. Le gustaba sobre todo permanecer colgado del techo, era algo completamente distinto a estar tumbado en el suelo. Se respiraba mejor. Una ligera sacudida le recorría el cuerpo, y en el estado casi placentero en que se hallaba allí arriba podía ocurrir que, con gran sorpresa por su parte, se desprendiera y cayera al suelo. Pero ahora su cuerpo era más resistente que al principio, y no se hacía daño con aquellas caídas.

La hermana descubrió enseguida la nueva diversión que Gregor había encontrado, dejaba algunos rastros de baba al resbalar, y se le metió en la cabeza facilitársela lo más posible y retirar los muebles que le estorbaban, particularmente el armario y el escritorio.

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Para mover los muebles le pide ayuda a su madre y ésta acude a la llamada dando gritos de emoción, pero enmudece al llegar ante la puerta de la habitación. Gregor se ha colocado rápidamente la sábana encima haciendo que lo tape más que nunca, y formando más pliegues, de forma que parece que alguien ha arrojado descuidadamente la sábana sobre el canapé.

Gregor oye como las dos débiles mujeres empujan el pesado y viejo armario. La madre dice que deberían dejar el armario donde está, en primer lugar porque pesa mucho, y el armario en medio de la habitación le impide a Gregor moverse, y luego porque no está segura de que Gregor esté de acuerdo con que le quiten los muebles.

– Y es que acaso – concluyó la madre en voz baja, casi en un murmullo, como si quisiera evitar que Gregor, cuyo escondite exacto desconocía, oyese siquiera el ruido de su voz, pues sus palabras, de eso estaba segura, no las entendería.

– Y es que acaso ¿no parece que al retirar los muebles abandonamos toda esperanza de que mejore y le dejamos a merced de la suerte sin ninguna consideración? Creo que lo mejor sería conservar la habitación exactamente como estaba al principio, para que Gregor, cuando vuelva a estar con nosotros, lo encuentre todo intacto, y pueda olvidar con más facilidad este  paréntesis.

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Pero por desgracia su hermana es de otro parecer e insiste en retirar no sólo el armario y el escritorio, como había planeado al principio, sino también todos los demás muebles, a excepción del indispensable canapé. No es sólo la obstinación infantil y la autoestima inesperada y difícilmente adquirida en los últimos tiempos lo que determina esa decisión, sino también la observación efectiva de que Gregor necesita mucho espacio para arrastrarse, mientras que no necesita en absoluto los muebles.

Gregor puede prescindir el armario, pero el escritorio tiene que quedarse. En cuanto salen de la habitación Gregor saca la cabeza de debajo del canapé para ver cómo puede actuar de la forma más discreta y considerada posible, pero por desgracia es la madre la que primero vuelve a la habitación. No está acostumbrada a ver a Gregor. Puede enfermar con sólo verlo. Así que Gregor, asustado, retrocede hasta el otro extremo del canapé, pero la sábana se mueve un poco hacia adelante, lo que basta para llamar la atención de la madre. Se detiene. Se queda un momento en silencio, y luego vuelve junto a Grete.

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Gregor no dejaba de decirse que no ocurría nada extraordinario, que sólo estaban moviendo un par de muebles. Pero a pesar de ello tuvo que admitir que aquel ir y venir de las mujeres, sus pequeños gritos, el arrastrar de los muebles sobre el suelo, le producían la impresión de un gran estrépito creciente que procedía de todas partes, y encogiendo la cabeza y las patas, y apretando el cuerpo contra el suelo, tuvo que decirse irremisiblemente que no soportaría todo aquello mucho tiempo. Le vaciaban la habitación. Le quitaban todo lo que amaba.

Se van a llevar el escritorio donde hacía sus tareas cuando era estudiante de comercio. Sale de repente. Cambia cuatro veces de rumbo. No sabe en realidad qué debe salvar primero, pero entonces ve en la pared vacía el cuadro de la señora envuelta en pieles. Se arrastra rápidamente hasta allí arriba y se aprieta contra el cristal que alivia el ardor de su vientre. Gira la cabeza en dirección a la puerta del comedor, Grete lleva del brazo a la madre y casi tira de ella. Entonces su mirada se cruza con la de Gregor en la pared, inclina el rostro hacia su madre para evitar que mire a su alrededor e intenta sacarla de la habitación, pero justo las palabras de Grete inquietan a la madre que se echa a un lado, advierte la enorme mancha oscura sobre el papel floreado de la pared y, antes de ser consciente del todo de que es Gregor lo que está viendo, grita, con una voz áspera y estridente, y cae sobre el canapé con los brazos extendidos, como si se rindiera.

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– Gregor – gritó la hermana con el puño levantado y una mirada enérgica. Eran las primeras palabras que le había dirigido directamente desde la transformación. Entró en la habitación de al lado a buscar alguna esencia para despertar a la madre de su desvanecimiento.

Gregor también quería ayudar, ya habría tiempo para salvar el cuadro, pero estaba tan pegado al cristal que tuvo que desprenderse con violencia. Entró también él en la habitación contigua, como si pudiera darle a la hermana algún consejo igual que en los viejos tiempos, pero tuvo que permanecer quieto detrás de ella. Mientras ella revolvía entre diversos frascos. Se asustó al darse la vuelta. Un frasco cayó al suelo y se rompió. Un trozo de cristal hirió a Gregor en la cara, una medicina corrosiva se derramó sobre él. Grete, sin pensárselo mucho, cogió todos los frascos que podía transportar de una vez y volvió con ellos junto a la madre cerrando la puerta con el pie.

Gregor queda así alejado de su madre, que por culpa suya tal vez se esté muriendo. No debe abrir la puerta. No puede hacer otra cosa que esperar, y, acosado por el remordimiento y la preocupación, empieza a arrastrarse. Se arrastra por todas partes por la pared de la habitación. Y finalmente, en su desesperación, cuando ya la habitación entera empieza a dar vueltas a su alrededor, se deja caer encima de la gran mesa.

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Pasa algún tiempo. Todo está silencioso a su alrededor. El padre ha vuelto. Grete le dice que la madre se ha desmayado y que Gregor se ha escapado, y el padre contesta que se lo esperaba, que ya lo había dicho, pero que las mujeres nunca quieren escuchar.

Para Gregor estaba claro que el padre había entendido mal la demasiado breve información de Grete y pensaba que Gregor era culpable de algún acto violento. Por tanto Gregor debía intentar aplacar al padre, pues no tenía tiempo ni posibilidad de darle explicaciones. Y así se lanzó hacia la puerta de su habitación y se pegó a ella, para que el padre, al entrar desde el vestíbulo, pudiera ver que Gregor, con su mejor intención, regresaba enseguida a su habitación y que no sería necesario obligarle a ello, sino que bastaba con abrirle la puerta y desaparecería en el acto.

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Pero el padre no está en situación de darse cuenta de semejantes sutilezas. Grita al entrar. Gregor separa la cabeza de la puerta y la levanta hacia el padre. No le reconoce, no es el padre débil y enfermizo de antes sino que va muy erguido, vestido con un rígido uniforme azul con botones dorados, el pelo blanco peinado con una raya precisa y resplandeciente. Camina con osquedad en dirección a Gregor, con los largos bajos del faldón del uniforme recogidos hacia atrás y las manos en los bolsillos del pantalón.

Apartándose de su camino Gregor echa a correr, deteniéndose cuando el padre se detiene y volviendo a correr cuando el padre hace el menor movimiento. Gregor permanece en el suelo, pues teme que el padre, al verle escapar por las paredes o por el techo, vea en ello una forma especial de maldad.

Mientras se balanceaba un poco, con el fin de juntar fuerzas para seguir corriendo, apenas podía abrir los ojos. En su estupefacción no podía pensar en otra salida que en seguir corriendo. Ya casi había olvidado que tenía las paredes a su disposición, aunque por otra parte éstas estaban saturadas de muebles labrados con esmero y llenos de esquinas y picos, cuando de repente, algo que había sido lanzado sin fuerza, cayó rodando a su lado. Era una manzana, después la siguió otra. Gregor, aterrorizado, no se movía. Era inútil seguir corriendo, pues el padre se había propuesto bombardearlo.

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Una manzana arrojada sin fuerza roza la espalda de Gregor, pero la siguiente en cambio se incrusta en su espalda. Siente un increíble dolor, pero se siente como clavado al suelo, y se rinde por fin perdiendo el sentido. Con su última mirada ve como la puerta de su habitación se abre de par en  par, y precediendo a la hermana, que grita, sale la madre, a medio vestir, corriendo hacia el  padre y suplicándole que perdone la vida de Gregor.

La grave herida de Gregor le hizo sufrir más de un mes. La manzana, como nadie se atrevió a quitársela, quedó clavada en su carne como un recuerdo visible. Pareció hacer recordar incluso al padre que Gregor, a pesar de su triste y repugnante forma actual, era un miembro de la familia, al que no cabía tratar como a un enemigo, sino que al contrario, era un deber de la familia sobreponerse a la repugnancia y resignarse, simplemente, resignarse.

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Tal vez por eso desde entonces la puerta del comedor se abre siempre al atardecer, y de ese modo, echado en la oscuridad de su habitación e invisible desde el comedor, puede ver a la familia alrededor de la mesa iluminada y escuchar sus conversaciones, en cierta medida con el consentimiento general, esto es de una forma totalmente diferente a como ha sido hasta entonces.

En esta familia agobiada por el trabajo y rendida por el cansancio, nadie tiene tiempo de ocuparse de Gregor más de lo estrictamente necesario. El presupuesto doméstico se reduce cada día más. Una asistenta, colosal y huesuda, con cabellos blancos, viene por la mañana y por la tarde a ocuparse del trabajo más pesado. Pero no pueden abandonar aquella casa, que se ha vuelto demasiado grande en las actuales circunstancias, porque no saben cómo trasladar a Gregor, y porque una mudanza significaría la completa pérdida de la esperanza.

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Por la mañana y al mediodía, antes de marcharse a la tienda, la hermana, sin pensar ya en qué podría apetecerle a Gregor, empujaba rápidamente con el pie cualquier clase de comida hacia el interior de la habitación, para después por la noche, sin importarle si Gregor apenas había probado la comida, o, el caso más frecuente, ni siquiera la había tocado, retirarla con el palo de una escoba.

El arreglo de la habitación, que ahora siempre realizaba por la noche, no podía ser más rápido. Franjas de suciedad se extendían por las paredes, y por todas partes había ovillos de polvo y basura.

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Al principio, cuando la hermana llega, Gregor se coloca en los rincones más llamativamente sucios, para reprochárselo en cierta medida. Pero la hermana ve la suciedad tan bien como él, pero ha decidido dejarla allí. Nadie más que ella se ocupa de la limpieza de la habitación de Gregor, pero ahora está la asistenta. Esa vieja viuda no siente ninguna repugnancia por Gregor, de hecho abre un poco la puerta por la mañana y por la tarde de pasada y le echa una ojeada a Gregor. Le llama pedazo de escarabajo. Gregor no responde, permanece inmóvil en su sitio como si la puerta no se hubiera abierto.

Una mañana Gregor, enfurecido, se vuelve hacia ella, como si fuese a atacarla, aunque débilmente y con lentitud. Pero la asistenta, en lugar de asustarse, levanta una silla que hay junto a la puerta y permanece así, con la boca muy abierta y la clara intención de no cerrarla hasta haber dejado caer la silla sobre la espalda de Gregor.

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Gregor ahora casi no comía nada. Cuando pasaba casualmente junto a la comida se metía un bocado en la boca como por azar, lo conservaba allí durante horas y casi siempre volvía a escupirlo. Al principio pensó que era la tristeza por el estado de su habitación lo que le quitaba el apetito. Pero precisamente a los cambios en su habitación se resignó muy pronto. Se habían acostumbrado a guardar allí cosas que estorbaban en otros lugares de la casa, y esas cosas eran muchas ahora que habían alquilado una habitación a tres huéspedes.

Los tres dignos señores, los tres llevan barba, son muy escrupulosos con el orden, no sólo en su habitación sino también en toda la casa, y muy especialmente en la cocina. No soportan los trastos inútiles, ni mucho menos sucios.

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Como los huéspedes cenan algunas veces en casa la puerta del comedor permanece cerrada. Gregor se tumba entonces en el rincón más oscuro de su habitación. Pero un día la asistenta deja la puerta del comedor un poco abierta, y así está todavía cuando los huéspedes llegan por la noche y encienden la luz. Se sientan a la mesa en los mismos sitios que antes ocupaban el padre, la madre y Gregor. Esa noche se oye el violín en la cocina. Los huéspedes prestan atención, se levantan y van de puntillas a escucharlo. Al darse cuenta el padre les pregunta si les molesta, y ellos dicen que al revés, que les gustaría mucho escucharla mejor.

Enseguida llegó el padre con el atril, la madre con la partitura y la hermana con el violín. La hermana con calma dispuso todo lo necesario para tocar. Los padres, que nunca antes habían alquilado una habitación a nadie, y por ello exacerbaban la amabilidad hacia los huéspedes, no se atrevían a sentarse en sus propias sillas.

El padre se apoyó en la puerta, con la mano derecha entre dos botones de la librea abrochada. A la madre en cambio le fue ofrecido un sillón por uno de los huéspedes, y puesto que el sillón quedó donde por azar lo había colocado un huésped, permanecía sentada en un rincón apartado.

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La hermana comienza a tocar. Gregor, atraído por la música, se atreve a acercarse un poco y mete la cabeza dentro del comedor. Está cubierto de porquería. Arrastra consigo a su espalda hilos, pelos y restos de comida, pero a pesar de ese estado no siente ninguna vergüenza al avanzar por el inmaculado suelo del comedor. Nadie se fija en él.

La familia está totalmente absorta en el violín. En cambio, los huéspedes, que al principio con las manos en los bolsillos se han colocado demasiado cerca del atril de la hermana, tan cerca que podrían seguir la partitura con la vista, enseguida se apartan hasta colocarse junto a la ventana en donde, observados con preocupación por el  padre, permanecen hablando a media voz y con las cabezas inclinadas. Parece que se han hartado de la función, sin embargo la hermana toca muy bien.

Gregor se arrastró hacia adelante un poco más y pegó la cabeza al suelo para poder cruzarse en la mirada de la hermana. ¿Acaso era él un animal ya que tanto le atraía la música? Era como si le mostrara el camino hacia un alimento ansiado y desconocido. Estaba decidido a acercarse a la hermana, tirarle la falda y hacerle entender que podía venir con el violín a su habitación, pues nadie aquí la recompensaría por su música como él quería recompensarla. No quería dejarla salir de su habitación, al menos mientras él viviera. Su espantosa forma le sería de utilidad por vez primera.

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De pronto uno de los huéspedes grita llamando al señor Samsa y señalando con el índice a Gregor que avanza lentamente. Calla el violín y el huésped sonríe a sus amigos meneando la cabeza, y vuelve a mirar a Gregor. Al padre le parece entonces más necesario tranquilizar a los huéspedes que echar a Gregor de allí, aunque ellos parecen entretenerse más con Gregor que con la música. Se precipita hacia ellos y, abriendo los brazos, intenta hacerlos pasar a su habitación mientras con su cuerpo les impide ver a Gregor, pero el huésped de en medio golpea violentamente con el pie sobre el suelo y hace al padre detenerse en el acto. Le dice que en vista de las repugnantes condiciones que reinan en esa casa, y en esa familia, abandonará inmediatamente su habitación sin pagar nada. Entonces agarra el picaporte y cierra la puerta.

El padre se deja caer en el sillón. Gregor ha permanecido en silencio todo el tiempo, sin moverse del lugar donde lo han sorprendido los huéspedes.

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Ni siquiera se sobresaltó cuando el violín cayó de entre los dedos temblorosos de la madre y se fue al suelo desde el regazo de ésta produciendo un sonido cavernoso.

– Queridos padres – dijo la hermana, y golpeó con la mano sobre la mesa a modo de introducción –  esto no puede continuar. Si vosotros no os dais cuenta yo sí me doy cuenta. No quiero ni pronunciar el nombre de mi hermano delante de este monstruo, y por eso sólo diré que tenemos que intentar deshacernos de él. Hemos hecho todo lo humanamente posible para cuidarlo y tolerarlo, y creo que nadie podría hacernos el menor reproche.

El padre dice que tiene razón, mientras la madre empieza a toser con una expresión de demencia en los ojos. La hermana rompe a llorar con tanta violencia que sus lágrimas resbalan por encima del rostro de la madre, de donde ella las va secando con mecánicos movimientos de mano. El padre dice que si él les comprendiera tal vez sería posible llegar a un acuerdo. La hermana grita que tiene que irse.

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– Sólo tienes que intentar librarte de la idea de que eso es Gregor. Nuestra desgracia es haberlo creído así durante tanto tiempo. ¿Cómo podía Gregor ser eso? Si fuese Gregor ya habría entendido hace tiempo que no es posible que convivan seres humanos con semejante animal, y ya se habría ido él por su propia voluntad. Así ya no tendríamos ningún hermano, pero podríamos continuar viviendo y conservaríamos su recuerdo con honor. En cambio ahora, ese animal nos persigue, echa a los huéspedes, evidentemente quiere apoderarse de toda la casa y dejarnos a nosotros en la calle.

Y con un terror, completamente incomprensible para Gregor, la hermana se aparta del sillón de la madre y corre hacia el padre. Pero a Gregor ni se le ha ocurrido querer atemorizar a nadie, y mucho menos a su hermana, simplemente ha comenzado a darse la vuelta para volver a su habitación. A causa de su lamentable estado tiene que ayudarse con la cabeza, levantándola y volviéndola a agachar varias veces.

Ahora todos le observan, silenciosos y tristes. Gregor no puede contener los jadeos a causa del esfuerzo y tiene que detenerse a descansar una y otra vez. Cuando termina de darse la vuelta empieza a retroceder en línea recta. Nada más entrar en la habitación, la hermana cierra deprisa con llave. Junto a la puerta gira la cabeza. Su última mirada la fija sobre la madre, que ahora duerme profundamente.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

– ¿Y ahora? – se preguntó Gregor mirando la oscuridad a su alrededor. Descubrió enseguida que ya no podía moverse. No se sorprendió, al contrario, le pareció antinatural que hasta entonces hubiera podido moverse con aquellas enclenques patitas. Por lo demás se sentía relativamente cómodo. Cierto que le dolía todo el cuerpo, pero era como si poco a poco los dolores se hicieran más y más débiles hasta cesar  por completo.

Ya casi no notaba la manzana podrida que tenía en la espalda y la inflamación que la circundaba, que estaba cubierta de un polvo blanco. Volvió a pensar con emoción y amor en su familia. Su convicción de que tenía que desaparecer era si cabe aún más decidida que la de la hermana. Permaneció en ese estado de meditación despreocupada y plácida hasta que el reloj de la torre dio las tres de la mañana. Aún experimentó el comienzo del amanecer al otro lado de la ventana. Después, contra su voluntad, dejó caer la cabeza, y sus orificios nasales exhalaron débilmente su último aliento.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Cuando por la mañana temprano llega la asistenta no encuentra nada llamativo en la habitación de Gregor. Piensa que yace inmóvil a propósito, y con la escoba intenta hacerle cosquillas. Luego le empuja un poco. Y al final comprende. Dice a gritos que se ha quedado seco. Los Samsa se bajan de la cama rápidamente y van a la habitación de Gregor junto con la hermana. El padre dice que ahora pueden dar gracias a Dios. Se santigua, y las tres mujeres siguen su ejemplo. Grete dice que estaba muy flaco.

Lo primero que hace el señor Samsa es echar a los tres huéspedes a la calle. Deciden dedicar el día a descansar y pasear. Escriben una carta de disculpa a sus respectivos trabajos. La asistenta dice que se marcha y que ya no tienen que preocuparse por cómo deshacerse de ese trasto de ahí al lado, que ya está todo arreglado. Pero se va sin que la dejen dar más explicaciones.

Las dos mujeres van hacia la ventana y permanecen allí abrazadas, pero el señor Samsa les dice que se olviden ya de todo. Y entonces terminan sus cartas y salen de casa los tres juntos, algo que no han hecho desde hace meses. Y van en tranvía, hasta los confines de la ciudad.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Cómodamente recostados en sus asientos discutieron proyectos para el futuro, y no les pareció que fuera éste malo en absoluto, considerándolo de cerca, pues los tres tenían empleo, sobre los cuales aún no se habían preguntado mucho unos a otros, bastante buenos y con buenas perspectivas.

La mayor mejoría inmediata de su situación tenía que producirse naturalmente al cambiar de casa. Querían irse ahora a una casa más pequeña y más barata, pero mejor situada y en general más práctica que la que tenían, la cual había sido elegida por Gregor.

Mientras así conversaban, el señor y la señora Samsa se dieron cuenta al mirar a su hija, cada vez más animada, de como ésta, a pesar de todas las penas que en los últimos tiempos la habían hecho palidecer, se había convertido en una hermosa y atractiva muchacha. En silencio, y entendiéndose casi inconscientemente con las miradas, pensaron que ya era hora de buscarle un hombre honrado, y fue para ellos como una confirmación de esos nuevos sueños y sus buenas intenciones cuando al final de su viaje la hija se levantó la primera y estiró su joven cuerpo.

'La metamorfosis' de Franz Kafka

Vida i obra de Franz Kafka

Franz Kafka nació en Praga, el 3 de julio de 1883. Murió el 3 de junio de 1924. Es, sin duda, uno de los autores más importantes de la literatura universal. La influencia de su obra es extraordinaria.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Franz Kafka en 1906

Kafka publicó unas pocas obras en vida que obtuvieron cierto reconocimiento. La buena acogida entre sus colegas se extendió sólo relativamente al público lector. Aparecidas en pequeñas tiradas, las ventas estuvieron muy lejos de permitir a su autor vivir de la literatura.

Franz Kafka pertenece al curioso club de autores que conocemos mejor gracias a la deslealtad más o menos grande de un amigo. Un amigo aparentemente desleal pero en el fondo muy muy leal, porque realmente no le hizo caso cuando le pidió que a su muerte, que se produjo en 1924, a los 41 años de edad, destruyera los manuscritos que tenía todavía sin publicar, entre ellos ‘El proceso’, ‘El castillo’ o ‘La muralla china’, algunas de sus obras más importantes. Otras habían sido publicadas en vida de Kafka.

Afortunadamente su amigo Max Brod no le hizo caso y los publicó, para supremo beneficio de la imaginación occidental. Max Brod justificó su acción alegando que le había dicho a Kafka que él no sería capaz de quemar sus obras. Por lo tanto dedujo que si Kafka hubiera querido realmente la destrucción de sus manuscritos no lo habría nombrado su albacea.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Max Brod (Praga, 27 de mayo de 1884 -Tel Aviv, 20 de diciembre de 1968) fue escritor, compositor y periodista checoslovaco germanohablante de origen judío, conocido por ser el editor y amigo de Franz Kafka.

La amistad de Franz Kafka con Max Brod venía a ser la amistad típica del chico raro con el chico que no lo es. Max Brod era un hombre muy esperanzado y con unas ideas muy claras con respecto por ejemplo a vínculos con la religión, en cambio Kafka era un descreído absoluto y un nihilista.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Max Brod y Franz Kafka

Kafka fue un depresivo crónico durante la mayor parte de su vida. Todas sus obras a lo que aluden es a la enorme soledad del hombre contemporáneo sumido en una vorágine de burocracia, de cosas que le oprimen y que no le dejan desarrollar su auténtico yo. El mensaje que nos da Kafka es un mensaje nihilista, que la vida incluso no se sabe muy bien si merece la pena de ser vivida e incluso hay unos impulsos suicidas grandes en su obra.

Por otro lado, curiosamente, también hay mucho sentido del humor en la obra de Franz Kafka. Ese humor centroeuropeo que él encarna tan maravillosamente en ‘La muralla china’ o en ‘Un artista del hambre’, por ejemplo. Historias breves, en ocasiones micro relatos, que son muy divertidas.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Retrato del joven Franz Kafka

A difundir la obra de Franz Kafka contribuyó seguramente, y no poco, el hecho de que la Gestapo secuestrara todos sus papeles. Muchos de ellos no han aparecido todavía, sigue siendo un misterio.

Lo que los nazis odiaban de Kafka era:

  • Por un lado que era de familia judía, aunque por supuesto él no era creyente en nada que significara la Ley mosaica.
  • Y por otro que era un hombre que destilaba amargura, y lo que quería el  Tercer Reich era precisamente optimismo y supremacismo, y todas esas cosas positivas que preconizaban y que luego tanto daño han hecho a la humanidad.

¿Cómo era la relación de Franz Kafka con su padre?

El medio familiar de Kafka fue muy importante para el desarrollo de su literatura, pero no porque el padre de Kafka fuera peor que muchos de los padres de la época sino porque Franz Kafka era rarísimo. Precisamente por lo raro que era ha dado una literatura tan extraordinaria, y se puede decir que hay un antes y un después de Kafka en la literatura universal.

El mismo era consciente de eso, porque en algún momento dice «yo soy sólo fin o principio». Él se consideraba fin de algo o principio de otra cosa. El decía que no le servía ni la Ley mosaica ni la observancia de esa ley, ni tampoco el cristianismo (hubo muchos judíos que se hicieron cristianos, hubo muchas conversiones, y él jamás pensó que podía servirle tampoco el cristianismo).

A Franz Kafka la relación con su padre le marcó definitivamente para siempre. Es un ejemplo de lo que Sigmund Freud llamó el complejo de Edipo con su madre y el pelear con su padre por su madre.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Los padres de Franz Kafka

La familia judía, cómo vemos perfectamente en las películas de Woody Allen, es muy paradigmática en la cuestión psicoanalítica, y la familia de Kafka lo era. Se llevaba muy bien con Ottilie («Ottla»), una de sus hermanas, con la que hay una serie de cartas.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Las hermanas Kafka. Arriba a la derecha, desde la izquierda, Valli, Elli y Ottla

De hecho el epistolario de Kafka es tan importante casi como su obra narrativa. Tiene una carta al padre que es tremenda y desgarradora.

También tiene una serie de cartas a la escritora, traductora y periodista checa Milena Jesenská, casada, a quien había conocido a principios de 1920, y que durante años fue conocida como «la enamorada de Kafka» debido a la edición de las cartas que el escritor le había enviado.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Milena Jesenská (Praga, 10 de agosto de 1896 – Campo de concentración Ravensbrück, Alemania, 17 de mayo de 1944) fue una escritora, periodista y traductora checa.
'La metamorfosis' de Franz Kafka
Franz Kafka y Milena Jesenska

También hay cartas a Felice Bauer, que fue una de sus novias. Con ella mantuvo una relación difícil, que dio origen a una correspondencia de más de 500 cartas y tarjetas postales.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Carta de Kafka a Felice Bauer

Su última novia, Dora Diamant, también tuvo correspondencia con él. Ella fue precisamente la que se llevó los manuscritos más importantes que luego la Gestapo requisó.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Dora Diamant (4 de marzo de 1898, Pabianice – 15 de agosto de 1952, Londres), actriz polaca, fue la última compañera de Franz Kafka. Se conocieron en un balneario alemán en 1923

Kafkiano, significado según la RAE

“Alguien debió de haber calumniado a Josef K., porque sin haber hecho nada malo, una mañana fue detenido».

Así comienza ‘El proceso‘, una de las novelas más conocidas de Franz Kafka.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Portada de la primera edición de ‘El proceso’

K, el protagonista, es detenido porque sí, y obligado a pasar por un proceso desconcertante donde ni la causa de su detención, ni la naturaleza de los procesos judiciales son claros para él. Este tipo de escenario se considera tan característico de la obra de Kafka que los académicos dieron con una nueva palabra para él: kafkiano

¿Qué quiere decir que algo es kafkiano? Kafkiano entró en la lengua vernácula para describir lo innecesariamente complicado y las experiencias frustrantes, como ser forzados a desplazarse por laberintos de burocracia.

Según la RAE, el significado de kafkiano o kafkiana es:

  1. Adjetivo. Perteneciente o relativo a Franz Kafka, escritor checo, o a su obra. Las novelas kafkianas.
  2. Adjetivo. Que tiene rasgos característicos de la obra de Kafka. Una visión del mundo muy kafkiana.
  3. Adjetivo. Dicho de una situación: Absurda, angustiosa.

¿Pero estar de pie en una larga cola, para rellenar un papeleo confuso, captura realmente la riqueza de la visión de Kafka? Más allá de un uso ocasional del término, ¿qué hace que algo sea kafkiano?

Las historias de Franz Kafka en efecto, se ocupan de muchos aspectos mundanos y absurdos de la burocracia moderna, reflejando en parte su experiencia al trabajar como empleado de seguros en Praga a principios del siglo XX. Muchos de sus protagonistas son trabajadores de oficina obligados a luchar a través de una red de obstáculos con el fin de lograr sus objetivos, y, a menudo todo el proceso resulta ser tan desorientador e ilógico que el éxito se vuelve inútil.

'La metamorfosis' de Franz Kafka
Sede de la compañía de seguros de Praga en la que trabajaba Kafka

Por ejemplo, en la breve historia ‘Poseidón’ el dios griego antiguo es un ejecutivo tan inundado con el papeleo que nunca ha tenido tiempo para explorar sus dominios bajo el agua.

El tema aquí es que ni siquiera un dios puede manejar la cantidad de papeleo que exige el trabajo moderno. Y ese dios no está dispuesto a delegar ninguno de sus trabajos porque considera a todos los demás indignos de esa tarea. El Poseidón de Kafka es un prisionero de su propio ego.

Esta sencilla historia contiene todos los elementos que hacen que un escenario sea verdaderamente kafkiano. No es lo absurdo de la burocracia por sí sola sino la ironía del razonamiento circular del personaje en reacción a él, que es un símbolo de la escritura de Kafka.

Sus historias tragicómicas son una forma de mitología de la era industrial moderna, en donde explora las relaciones entre los sistemas de poder arbitrarios y los individuos atrapados en ellos.

Tomemos, por ejemplo, la más famosa historia de Kafka, ‘La metamorfosis’. Cuando Gregor Samsa despierta una mañana se encuentra transformado en un insecto gigante, su mayor preocupación es que tiene que llegar a trabajar a tiempo. Por supuesto, resulta imposible.

No fue sólo el ambiente autoritario del lugar de trabajo lo que inspiró a Kafka. Algunas de las luchas de sus protagonistas vienen desde dentro.

La corta historia ‘Un artista del hambre’ describe un artista de circo cuya actuación consiste en ayunos prolongados. Está molesto porque el maestro de circo limita éstos a 40 días, creyendo que esto le impide alcanzar la grandeza de su arte. Pero cuando su actuación pierde popularidad, se le deja libre para dejarse morir. El giro viene cuando yace moribundo en el anonimato, admitiendo lamentablemente que su arte siempre ha sido un fraude. Él no ayunó por la fuerza de su voluntad, sino simplemente porque nunca encontró una comida que le gustara.

Incluso en ‘El proceso’, que parece centrarse directamente en la burocracia, las leyes difusas y los procedimientos desconcertantes apuntan a algo mucho más siniestro: el momento terrible de un sistema legal que resulta imparable, incluso para los funcionarios supuestamente poderosos.

Este es un sistema que no sirve a la justicia, pero cuya única función es la de perpetuarse. Lo que la teórica política Hannah Arendt, escribiendo años después de la muerte de Kafka, llamaría «tiranía sin tirano».

Acompañando la desolación de las historias de Kafka hay grandes dosis de humor, enraizado en la lógica absurda de las situaciones descritas.

Así, por un lado, es fácil reconocer lo kafkiano en el mundo actual. Nos basamos en sistemas de administración cada vez más complicados con consecuencias reales sobre todos los aspectos de nuestras vidas. Y encontramos que cada una de nuestras palabras es juzgada por gente que no podemos ver de acuerdo con las reglas que no conocemos.

Por otro lado Kafka, al poner el foco de nuestra atención sobre lo absurdo, nos muestra nuestros defectos sobre nosotros mismos. Nos recuerda que el mundo en que vivimos es el que hemos creado, y que cada uno de nosotros tenemos el poder de cambiar para mejor.

Fuente: Programa ‘Un libro una hora’, de Cadena Ser, 12/04/2020 | Para el resumen del libro se ha seguido la edición de la editorial Navona, en su colección ‘Los ineludibles’ | La imagen de portada e ilustraciones son acuarelas de Miquel Barceló para el libro ilustrado ‘La transformación’ , editado en 2020 por Galaxia Gutenberg

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¿Qué son las enfermedades raras?

Que son enfermedades raras autoinmunes

Aunque se trate de cuadros clínicos poco frecuentes, se calcula que en el mundo hay unos 400 millones de personas afectadas por alguna enfermedad rara.
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Hay muchísimas personas que por alguna mutación genética aleatoria tienen estas enfermedades raras o muy poco frecuentes que solían estar olvidadas, sin tratamiento, sin interés por los pocos pacientes que generaban, hasta hace poco que la biomedicina ha creado una nueva serie de herramientas que hacen sentir esperanza.

Las familias como la de Carmen pueden pasar años de médico en médico hasta conseguir un diagnóstico y descubrir que comparten dolencia con poquísimos pacientes.

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No es raro tener una enfermedad rara

Sally Massagee era una mujer que, sin motivo aparente, sin hacer ejercicio, a los cuarenta y pico años empezó a desarrollar musculatura. Los médicos estaban desconcertados. Nadie sabía qué le ocurría ni si era grave hasta que vieron que el propio tejido cardiaco estaba creciendo peligrosamente.

Entonces la derivaron a la unidad de enfermedades raras de los Institutos Nacionales Salud de EEUU (NIH), que tenía un departamento de enfermedades no diagnosticadas donde recibían centenares de casos nuevos para la medicina, sin diagnóstico, únicos, con la intención de resolverlos. En el caso de Sally lo lograron.

En España también tenemos plataformas como la del NIH donde con un trabajo médico detectivesco y las mejores herramientas genéticas revisan casos extrañísimos.

Luis Alberto Pérez Jurado, genetista, es un investigador que coordina este tipo de plataformas y equipos clínicos multidisciplinares. Es Jefe del Servicio de Genética del Hospital del Mar y Profesor de Genética en la Universidad Pompeu Fabra. Es como un doctor House en búsqueda de diagnóstico.

¿Qué son las enfermedades raras?

«Una enfermedad rara o infrecuente es un concepto que se acuñó en los años 90 o inicio de los 2000, y es una enfermedad que tiene una prevalencia poblacional menor de una de cada 2.000 personas.

Se hizo así porque son enfermedades que están mal descritas y que se conoce muy poco, y que precisan, precisamente, de una mayor atención de los sistemas sanitarios y para concienciar a la población.

Cada una de estas enfermedades raras tiene esta prevalencia mencionada, afecta a menos de una persona de cada 2.000, pero la suma de todas ellas es aproximadamente un 7 o un 8 por ciento de la población durante algún momento de su vida.

Muchas de estas enfermedades se manifiestan durante el desarrollo, algunas incluso prenatalmente, pero otras aparecen en cualquier momento de la vida y muchas en edades tardías. En muchos casos las personas pasan tiempo sin tener conocimiento de que tienen la enfermedad.»

¿Cómo aparece esa enfermedad rara en alguien?

«El 80% de las enfermedades raras son de causa genética, que implica que hay un error en la información para cómo hacer un ser que ocurre en el momento en el que la persona es concebida o lo ha heredado de ambos padres.

En algunos casos la enfermedad es adquirida y es por cuestiones infecciosas o cuestiones autoinmunes que tienen que ver con la exposición que ha ocurrido durante su vida.

Un porcentaje importante de las enfermedades raras son las que se denominan autosómicas recesivas, el patrón de herencia. Se estima que todas las personas somos portadoras de al menos cinco enfermedades raras. Si da la casualidad de que nuestra pareja es portadora de alguna de las mismas podemos tener hijos afectados.»

Todo empieza con síntomas extraños que los médicos no logran explicar. El paciente puede pasar de especialista a especialista sin encontrar diagnóstico ni mejora, y entonces se deriva a los programas de enfermedades no diagnosticadas. Ahí es donde empieza lo diferente.

¿Cómo se procede con ese paciente que nadie sabe lo que tiene?

«El programa está establecido con la participación de muchísimos especialistas que evalúan los síntomas y los datos que hay y se decide qué tipo de pruebas se puede hacer.

Lo que se ofrece sobre todo son pruebas de genética para intentar buscar si existe una causa conocida o si existe incluso alguna causa que todavía es desconocida y que puede ser una enfermedad nueva.

De los pacientes que se analizan, aproximadamente uno de cada 28 a 30 tienen una enfermedad nueva que no ha sido descrita.»

¿Cuántas enfermedades raras hay?

Ahora mismo en el mundo hay registradas unas 7.000 enfermedades raras, que juntas afectan a entre un seis y un ocho por ciento de la población. De todas estas conocemos la causa molecular de unas 5.000.

Falta mucho porque además cada año se descubren nuevas, pero el progreso es enorme. Hace una década se conocía la causa molecular de solo 1.000.

Secuenciación de genomas, bioinformática, fibroblastos y organoides

Diagnosticar una enfermedad rara puede ser como buscar una aguja en un pajar genético, pero ¿qué pasa una vez lo encontramos? El siguiente paso del rompecabezas es entender las características de la enfermedad e intentar curarla.

Para todo ello se utilizan los avances científicos más punteros como secuenciación de genomas, bioinformática, modelos experimentales con fibroblastos o organoides ―órganos en miniatura donde investigar fármacos nuevos o probar aquellos que se están utilizando en otras enfermedades―.

Además, tras décadas superando obstáculos, la terapia génica abre un abanico inmenso de posibilidades y ensayos clínicos que permiten aspirar a curas definitivas.

En España hay investigadores potentísimos a nivel mundial recorriendo todo el camino desde la ciencia básica hasta los nuevos tratamientos. Desde bioinformática, organoides, terapias génicas…

En el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), en Hospitalet de Llobregat, Aurora Pujol Onofre, médica genetista, es una de estas investigadoras que recorre todo el proceso. Ella es profesora de investigación ICREA, y Jefa del Laboratorio de Enfermedades Neurometabólicas (IDIBELL-CIBERER).

En su equipo descubren nuevas mutaciones, averiguan como estos cambios genéticos dan lugar a la enfermedad y acaban desarrollando modelos para encontrar nuevos tratamientos más efectivos:

La técnica de los organoides es realmente útil para la investigación | Eso es así porque utilizando fármacos cuya seguridad ya se ha demostrado, en ensayos para otras enfermedades, permiten saltar la fase de experimentación animal y ver que si funcionan estos fármacos en organoides ya se puede pasar directamente al ensayo con humanos.

Qué es la terapia génica

Todas las técnicas vistas consiguen que algunos pacientes con enfermedades graves o incluso letales puedan tener mucha mejor calidad de vida. Pero hay un paso más allá. Coger el gen causante de la enfermedad y repararlo: la terapia génica.

Fátima Bosch, experta en terapia génica, es una de las investigadoras más reconocidas y pionera en este campo. Lleva décadas estudiando cómo tratar enfermedades de alta prevalencia ―como la diabetes― y otras muchísimo menos frecuentes ―como las mucopolisacaridosis― con terapia génica.

Ella es directora del Centro de Biotecnología Animal y Terapia Génica (CBATEG) y Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular en la UAB. Su pasión e ilusión son contagiosas.

La terapia génica tiene un coste muy elevado | Cierto es que hace unos años el interés de la empresa era prácticamente ninguno, porque había muy pocos pacientes y porque en realidad no había esperanza de que estas terapias salieran adelante.

Pero ahora es diferente, ahora sí que hay bastantes terapias génicas aprobadas y, aunque son carísimas,

  • Para la empresa aprender la tecnología para tratar una la posiciona bien para desarrollar otras.
  • Y, para los sistemas de salud públicos, pagar mucho por un tratamiento que corrija y evite muchos otros gastos posteriores de hospitalización tiene sentido.

Perspectivas de futuro

Este campo de la investigación ha avanzado mucho en los últimos diez años, y las herramientas científicas no son solo de investigación sino también de terapia. Es algo que nos puede hacer estar más esperanzados.

Luis Alberto Pérez Jurado |  «Es una realidad, y es muy gratificante para mí como profesional porque es un área de un gran desafío en el que el porcentaje de pacientes que se quedaban sin diagnósticos era enorme y no teníamos otras herramientas. Gracias a esta actitud y actividad colaboradora y al desarrollo tecnológico ahora sí que tenemos herramientas para poder diagnosticar muchas.

El consorcio internacional cree que probablemente se podrán diagnosticar la casi totalidad de enfermedades raras en menos de un año desde que empiezan con esta odisea diagnóstica. Eso es un objetivo racional. Es menos racional, o es más difícil, pensar en que va a haber una oferta de tratamiento adecuada para todas ellas.»

Aurora Pujol Onofre | «Todo lo que aprendemos de esas enfermedades raras, que son un grandísimo y maravilloso modelo para entender el funcionamiento del cerebro, luego, en muchos casos, lo podemos aplicar o a alzhéimer o a párkinson o a otras enfermedades neurodegenerativas, que vienen por otras vías pero que beben de la misma fuente porque son los mismos genes.»

Fátima Bosch | «Soy optimista. Veo que desde que empezamos nosotros a trabajar en terapia génica en el año 90 ha avanzado muchísimo.»

Seguro que dentro de unos años habrá todavía enfermedades que llamaremos raras o infrecuentes, pero ya no olvidadas ni sin diagnóstico ni tratamiento. Es lento, pero constante y exitoso y esperanzador el progreso de la ciencia.

Fuente: Episodio ‘No es raro tener una enfermedad rara’ del programa ‘El cazador de cerebros’, dirigido y presentado por Pere Estupinyà.

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Libros sobre el universo

En esta publicación se incluye una amplia selección de libros sobre el universo que harán las delicias de todos los niños apasionados de los planetas, los meteoritos y los viajes espaciales.⁠

Esa atracción natural que algunos niños sienten hacia la astronomía puede ser un buen punto de partida para que los más pequeños se acerquen al mundo de la ciencia y para que la integren en su vida… Porque que más niños y niñas se interesen por la ciencia es algo que también nos ayudaría a mejorar como sociedad.⁠

Después de los libros encontrarás una selección con los mejores juguetes de astronomía para niños, además de otros artículos relacionados. Los telescopios y los prismáticos son una opción estupenda para los aficionados a este tema, pero no es la única.

Los mejores libros sobre el universo para niños

¿Qué es la astronomía?

La astronomía está considerada la ciencia natural más antigua que existe ya que, prácticamente, nació al mismo tiempo que el ser humano. Desde entonces, esta disciplina ha hecho multitud de descubrimientos revolucionarios, que han influido considerablemente en el devenir de nuestras civilizaciones.

Conocer el significado de astronomía es el primer paso para introducirse en esta ciencia asombrosa y fascinante. Dicho significado puede deducirse de la etimología de este término, formado por dos partículas: astron + nomos.

  • Astron, ἄστρον en griego antiguo, quiere decir estrella.
  • Nomos, νόμος en griego, significa ley.

Así, el diccionario de la Real Academia Española nos dice que el significado de astronomía es: «Ciencia que trata de los astros, de su movimiento y de las leyes que lo rigen«.

En otras palabras, la astronomía es la ciencia natural que se encarga del estudio de toda la materia y los objetos que se encuentran en el espacio exterior, así como de sus movimientos, los fenómenos que se les asocian y todo aquello que los rodea.

Por qué a los niños les fascina la astronomía

¿Cuántas veces soñaste de pequeño con ir al espacio mirando las estrellas y pensando en lo que se sentiría siendo un astronauta?

Eso no ha cambiado, una de las cosas que más maravillan a los peques es el firmamento. Muchos niños se han preguntado qué hay más allá de las estrellas o han soñado con ser astronautas para llegar a la Luna. Algunos de ellos incluso se apasionan tanto con este tema que dan verdaderas lecciones a los adultos sobre nebulosas o agujeros negros.

La fascinación que muchos adultos y un gran número de niños sienten por estos temas se evidencia con la expectación que se crea ante ciertos fenómenos astronómicos. Pensemos por ejemplo en el interés que despierta un eclipse o en la curiosidad que se genera ante algún descubrimiento (como cuando se descubrió agua líquida en Marte); o en la atención que se presta cada verano a la lluvia de estrellas de las Perseidas.

Esa atracción natural que muchos sentimos quizá proviene de la fascinación que nos produce lo desconocido: el tamaño del universo es tan enorme, que siempre podemos seguir encontrando misterios que resolver.

Gracias a la Astronomía sabemos que nuestro planeta es único, y que pueden ser catastróficas las consecuencias de no cuidarlo. Al menos, de momento, desconocemos otro lugar donde vivir. ¿Cuál puede ser nuestro futuro? ¿Cómo podría ser la vida en otros mundos? ¿Estamos solos en el Universo?

Puedes acompañar esta fascinación de tus hijos con libros interactivos, fantásticos, sorprendentes, donde lo que se lee es tan importante como la forma de hacerlo. Los libros son diversión, emoción, momentos compartidos, aprendizaje… son un derecho del que no podemos privar a nadie.

¿Por qué elegir estos libros? Porque son una forma excepcional para aprender. Porque son muy divertidos, entretenidos y sorprendentes, y permiten el aprendizaje transversal y compartido en familia. Porque invitan a los niños a hacerse preguntas y buscar respuestas.

Te propongo una idea  para ir mucho más allá de estas lecturas y tener una experiencia en familia. ¿Qué os parece si os vais un día de acampada y os tumbáis a ver el cielo estrellado? Entre todos podéis buscar las constelaciones y adivinar sus nombres. ¡Seguro que será un momento memorable!

Libros sobre el universo para niños de 2 y 3 años

Peque Exploradores. El espacio | A partir de 2 años | 10 páginas | El libro ideal para que los pequeños exploradores disfruten de una aventura entre las estrellas mientras adquieren sus primeros conocimientos del apasionante mundo espacial. ¡Con lengüetas y piezas móviles!

¡Todos a la luna! (Pegatinas) | A partir de 3 años | 24 páginas | ¡No te pierdas esta fantástica misión espacial! Los jóvenes astronautas, su mascota y su robot te invitan a explorar y conocer las maravillas del sistema solar y del universo. ¡Con más de 500 pegatinas!

¿Qué es la Luna? | A partir de 3 años | 12 páginas | Este libro responde con ingenio y humor a las preguntas que pueden plantearse los niños sobre la Luna. Bajo sus solapas resistentes y fáciles de levantar, descubrirán por qué la Luna cambia de forma, por qué brilla, cómo aterrizaron en ella los astronautas y qué encontraron en su superficie.

Otros títulos de esta popular colección de referencia para los pequeños de la casa son:

Adivina, adivina, el universo | A partir de 3 años | 28 páginas | A través de las pistas que se dan en el texto y en los troqueles, los más pequeños descubrirán qué hay en el universo. ¿Qué puedes ver con un telescopio? ¿Qué brilla en el cielo? Aquí encontrarás muchas pistas para adivinarlo, descubre en cada página una sorpresa. Despacio, lee las pistas, piensa y ¡adivina! ¿Qué se esconde detrás de cada solapa?

Astronauta | A partir de 3 años | 32 páginas | Cinco… Cuatro… Tres… Dos… Uno… El astronauta despega y explora el espacio en su nave. Viaja por el espacio y hace todo tipo de pruebas que envía a la Tierra. Esta profesión es el sueño de millones de niños y niñas.

Baby Enciclopedia Larousse. El Universo | A partir de 3 años | 28 páginas | Un libro que descubrirá a los pequeñines de casa por qué hay día y noche, cuáles son las fases de la Luna, qué planetas nos acompañan en nuestro sistema solar, cómo se suceden las estaciones o qué se puede ver en el cielo estrellado.

El Universo (Colección Mini Larousse) | A partir de 3 años | 38 páginas | Con este libro los más pequeños aprenderán cómo es el mundo que les rodea. La Tierra, los planetas, los eclipses, el día, la noche, las fases de la Luna, el sol, los mares y océanos, los meteoritos, las estrellas, las galaxias. ¡Todo el Universo a su alcance!

La colección MINI LAROUSSE, la más conocida de las enciclopedias infantiles, está dirigida a niños y niñas a partir de 3 años y se presenta en volúmenes temáticos que recogen tanto temas habituales en el colegio como otros que ocupan el tiempo de ocio. Esta colección es la combinación perfecta entre los contenidos referenciales y un enfoque lúdico de los mismos, para incentivar las ganas de aprender.

El Universo. Cuento para leer a oscuras | A partir de 3 años | 24 páginas | Este libro presenta una característica muy especial: se puede leer a oscuras. Si pones el libro abierto bajo un foco de luz y después te quedas a oscuras, las páginas se iluminarán de forma misteriosa.

El Universo es un mundo misterioso e infinito, lleno de grandes sorpresas que te dejarán con la boca abierta. Este título de la colección «Cuentos para leer a oscuras» te acerca, de manera poética y sencilla, a los secretos del Universo, desde las nebulosas y galaxias hasta los planetas de nuestro sistema solar. Al apagar la luz, podrás ver cómo se iluminan de forma mágica. Este libro, además, incluye en su interior una hoja con pegatinas luminiscentes.

La Tierra y el cielo | A partir de 3 años | 32 páginas | Libro interactivo sobre el espacio con animaciones, solapas, lengüetas y transparencias para descubrir los misterios de la Tierra, el cielo y sistema solar. Una buena manera de estimular la imaginación y, al mismo tiempo, aprender sobre la galaxia.

Mi primer libro de ciencia. El espacio | A partir de 3 años | 12 páginas | Un apasionante libro, con solapas y piezas móviles, con el que los niños podrán despegar hacia el espacio y vivir una emocionante aventura junto a los astronautas más importantes de la historia. Con una rueda para girar y un desplegable final.

Qué hay en el universo | A partir de 3 años | 32 páginas | Versos sencillos y ocurrentes nos desvelan curiosidades del universo. Atrévete a saber más con estas rimas llenas de humor.

El universo es tan grande…, ¡resulta descomunal! Nadie sabe cuánto mide y se extiende más y más. Nuestro planeta es la Tierra, gira alrededor del Sol. Él es nuestra buena estrella y nos da luz y calor. En el enorme universo hay satélites, cometas, galaxias llenas de estrellas y, por supuesto, planetas… ¿Es fácil ser astronauta? ¿Te animas a investigar? Pues no te lo pienses tanto… Abre el libro y… ¡ya verás!

Libros sobre el universo para niños de 4 y 5 años

101 preguntas y respuestas del espacio | A partir de 4 años | 72 páginas | ¿Por qué la Luna nos muestra siempre la misma cara? ¿Cuál es la velocidad de la luz? ¿Dónde termina el Sistema Solar? ¿Cuál es la galaxia más cercana? ¿Por qué los planetas son redondos? ¿Viajaremos algún día a Marte?

La pequeña Valentina nos trae las respuestas a estas y otras preguntas increíbles sobre el ESPACIO. Este es un libro ideal para niñas y niños curiosos, que nos transporta en un viaje desde la Tierra hasta los confines de la galaxia. Por el camino, aprendemos muchísimas cosas nuevas, curiosas y muy interesantes.

Astronáutica | A partir de 4 años | 24 páginas | ¿Cómo se propulsan los cohetes? ¿Qué es la gravedad? ¿Qué objetos se envían al espacio? Acompaña a Valentina en este increíble viaje a Marte ¡y conviértete en un genio de la Astronáutica!

Este título pertenece a la colección «Futuros Genios», pensada para compartir un momento de lectura y aprendizaje en familia. A través de ilustraciones sencillas y divertidas, Carlos Pazos, divulgador científico conocido por su blog ‘Mola Saber’, explica las nociones básicas de conceptos científicos generales y da respuestas -comprensibles para grandes y pequeños- a preguntas que todos nos hemos planteado alguna vez.

El cielo y las estrellas | A partir de 4 años | 14 páginas | Este libro es una opción fantástica para los más pequeños porque está repleto de solapas y lengüetas. Con él los niños y niñas descubrirán por qué hay día y noche; qué es una estrella y por qué solo se ven por la noche; cómo es nuestro sistema solar, qué es una galaxia, y nuestro lugar en el universo. Las ilustraciones son muy sencillas pero tienen muchísima información.

El gran libro de las estrellas y los planetas | A partir de 4 años | 16 páginas | Un libro con fantásticas ilustraciones y enormes páginas desplegables para descubrir las maravillas del espacio y satisfacer la curiosidad de todos los pequeños aficionados a la astronomía. Desde el Sol y los planetas de nuestro sistema solar a enormes estrellas y galaxias, hay todo un universo que explorar.

Además de instruir sobre un tema fascinante, las páginas de este libro permiten a los niños imaginar cómo es estar en el espacio en compañía de astronautas profesionales. Un estupendo regalo tan educativo como entretenido.

El gran libro del ESPACIO | A partir de 4 años | 25 páginas | Un libro sobre el espacio con más de 40 animaciones para descubrir cómo es el equipo de un astronauta y cómo despegan los cohetes, explorar la Estación Espacial Internacional y el planeta Marte, admirar la Tierra en 3D, ver girar nuestras galaxia… En definitiva, una completa guía con solapas, ruedas y elementos móviles para comprender bien todos los secretos de la Tierra y el universo.

Para crear este libro, la autora se ha entrevistado con astronautas y expertos en astronomía y luego ha compartido toda esa información con el ilustrador para que las ilustraciones sean precisas y realistas.

El libro de los astronautas | A partir de 4 años | 14 páginas | Este es un libro que nos cuenta un montón de detalles sobre cómo sería la vida en una estación espacial. Con solapas, lengüetas, ruedas y pop-ups para descubrir la vida de los astronautas en la Estación Espacio Internacional. Y además información sobre las cápsulas espaciales, las naves, etc.

El zorro curioso y el universo. Una historia sobre el Big Bang | A partir de 4 años | 48 páginas | Una bonita historia contada con un leguaje muy accesible por dos zorros, padre e hijo, con la que los más pequeños descubrirán las maravillas y los misterios del universo.

¿Sabes cuántos millones de galaxias hay en el universo? ¿Tienes idea de a qué velocidad gira el Sol? ¿Conoces la teoría del Big Bang? Papá Zorro responde a las preguntas de su hijo y le explica todos los secretos sobre el universo, mientras los dos contemplan las estrellas desde la Tierra.

Un libro emotivo y familiar, con el que los más pequeños aprenderán nociones de astrofísica. Los datos y los conceptos más técnicos están explicados de una manera muy sencilla. Para todos los niños a los que les encanta el espacio y quieren saber de dónde vienen.

En el siguiente vídeo puedes ver qué fue lo que motivó a Róbert Farkas a escribir ‘El zorro curioso y el universo: una historia sobre el Big Bang’:

El zorro curioso y las estrellas. Una historia sobre la luz y la gravedad | A partir de 4 años | 48 páginas | Esta segunda parte ocurre en el sistema solar, y habla sobre la fusión, la gravedad, el vacío y lo que se esconde en el interior de un agujero negro.

Mi primer libro del espacio | A partir de 4 años | 48 páginas | Este libro está pensado para que los más pequeños empiecen a descubrir todo lo que el espacio esconde de una manera divertida y muy visual. Emprende una fascinante aventura a través del espacio, conoce los planetas de nuestro sistema solar, averigua de qué están formados los cometas, vive una misión en Marte y descubre cómo viven los astronautas.

Gracias a las atractivas y divertidas ilustraciones, un texto simple y ameno y las actividades prácticas que hay en cada sección, los más pequeños aprenderán muchos datos curiosos sobre el espacio y nuestro sistema solar. ¡Con un póster gigante del sistema solar!

Mirando el Universo | A partir de 4 años | 32 páginas | Pedrito se pasa el día mirando el cielo. Disfruta de la naturaleza, de las nubes y de los fenómenos meteorológicos. En esta ocasión, y en compañía de su prima y sus amigas, irá más allá: ¡dormirán en el centro astronómico para descubrir los secretos que esconde el Universo!

National Geographic Kids Super Space Sticker Activity Book. Over 1000 Stickers! | A partir de 4 años | 56 páginas | Un libro muy completo repleto de actividades entretenidas para los más pequeños. Laberintos, buscar la imagen diferente, puzles con pegatinas… y las 1000 pegatinas.

Peppa viaja a la luna (Un cuento de Peppa Pig) | A partir de 4 años | 48 páginas | Peppa, George y sus amigos están muy emocionados porque Madame Gazelle los lleva al museo espacial para aprender a ser verdaderos astronautas. ¡A Peppa le encanta saltar arriba y abajo en la luna! Un libro con el que los más pequeños disfrutarán de un divertido y alucinante viaje a la luna, a la vez que aprenden nociones básicas sobre el universo.

¡Qué lio cósmico! | A partir de 5 años | 36 páginas | Estelarius, el gran astrónomo e inventor del patinete estelar, observa un buen día un gran desorden en el cosmos: ¡planetas y astros se han cambiado de posición y rumbo! El astrónomo realizará un viaje sideral para descubrir qué pasa y cómo puede arreglar este gran lío cósmico.

Este título pertenece a una colección de cuentos infantiles especial, la colección «Carambuco». En ella encontramos:

  • Que el texto original va acompañado de una adaptación al sistema bimodal. Este sistema de comunicación utiliza conjuntamente los signos de la Lengua de Signos Española (LSE) y la estructura de la lengua oral. Consiste en utilizar un signo por cada palabra, haciendo el aprendizaje de la lengua oral más fácil.
  • DVD incluidos dentro de los cuentos, elaborados y signados por lingüistas y especialista sordos de la Fundación CNSE para la Supresión de las Barreras de la Comunicación.

Atlas del espacio | A partir de 5 años | 40 páginas | ¡Dentro de este libro hay todo un universo por descubrir! Viaja por el espacio con la ayuda de este espectacular libro que contiene: un Sistema Solar en tres dimensiones; mapas del espacio que muestran dónde está cada planeta, con muchos datos sobre cada uno de ellos; páginas deslizables y mucha información sobre cada planeta del Sistema Solar, la Luna, el Sol, la Vía Láctea y el universo…

Cuando papá me enseñó el universo | A partir de 5 años | 32 páginas | Si bien es cierto que este es un libro ideal para prelectores, para leer en voz alta, y primeros lectores, por su texto ágil y breve, los adultos también lo disfrutarán por su mensaje: la lectura de esta historia resulta una cura de humildad para los padres y una llamada de atención para no subestimar a los niños.

A los pequeños que piden cada noche una historia para irse a dormir les atrapará este relato nocturno entre un padre y su hijo. En el caso de los amantes de las estrellas y el cosmos seguro que les enganchará con su temática. A los que les gustan las obras divertidas pero profundas les encantará.

Esta noche papá va a mostrarle a su hijo algo realmente especial: el universo. Por supuesto, antes de lanzarse a la aventura ultiman los preparativos, de modo que se abrigan bien y preparan sus provisiones. Tras un largo paseo llegan al lugar perfecto para contemplar el cielo estrellado pero ¿saldrá todo tal y como papá había imaginado?

A veces los adultos olvidamos la capacidad de los niños de disfrutar de las pequeñas cosas, de admirar su belleza. No nos damos cuenta de que en ocasiones el viaje es más importante que el destino, y de que las grandes lecciones aguardan en lugares inesperados. A menudo lo que realmente les importa a los pequeños es compartir momentos con sus padres. La mayoría de sus mejores recuerdos se construirán a partir de las vivencias cotidianas, de su particular mirada del mundo; de su curiosidad y de su asombro.

De esto y mucho más nos habla ‘Cuando papá me enseñó el universo’, gracias al lirismo y humor de su texto y a sus bellas y cálidas ilustraciones.

El espacio (Mundo animado) | A partir de 5 años | 20 páginas | Un libro sobre el espacio con muchas solapas y ruedas con el que aprenderás a distinguir las estrellas de los planetas, descubrirás las constelaciones, los planetas del sistema solar, y por qué en la Tierra hay día y noche. Aprenderás también sobre las distintas misiones espaciales, la vida de los astronautas en el espacio, la llegada del hombre a la Luna y las posibles expediciones futuras.

El espacio | A partir de 5 años | 14 páginas | Los jóvenes lectores se sentirán como auténticos astronautas descubriendo las maravillas del universo a través de las páginas desplegables y bajo las solapas de este libro. Una iniciación fabulosa al tema del espacio que presenta a los niños un sinfín de cosas que admirar y comentar, como el interior de una estación espacial o un recorrido por el sistema solar.

El Sol y los planetas | A partir de 5 años | 14 páginas | Un libro pop-up para los amantes del espacio con información actualizada en sorprendentes solapas sobre los cuerpos celestes para entender, de manera muy práctica y experimental, cómo funciona el sistema solar y cómo recibimos sus efectos en nuestra vida cotidiana en la Tierra.

Los Superpreguntones. La Tierra y el Universo | A partir de 5/6 años | 96 páginas | Todos empezamos a temblar cuando un Superpreguntón nos mira directamente a los ojos y abre la boca para decir ¿POR QUÉ? ¿Por qué el espacio es negro? ¿Y por qué sale el arco iris? ¿Por qué sopla el viento? ¿Qué pasaría si metiéramos a Saturno en una piscina? ¿Por qué los marcianos tienen la piel verde? ¡Con este libro él mismo podrá encontrar la respuesta!

A nuestros niños y niñas ningún tema les es ajeno y sus interrogantes pueden ser tan ingeniosos como difíciles de contestar. Para ayudar a los mayores y entretener a los pequeños, VOX tiene su colección infantil: «LOS SUPERPREGUNTONES», libros dedicados al cuerpo humano, los animales y la Tierra y el Universo.

En esta combinación de imaginación, surrealismo y curiosidades, acompañadas de unos dibujos tan delirantes como ilustrativos, las preguntas aparecen en una tipografía muy divertida y las respuestas se muestran con un tamaño adecuado a la edad en que los niños comienzan a leer. Su formato, a prueba de niños, consiste en una encuadernación en espiral, páginas plastificadas y un cierre imantado que los convierten en unos libros tan singulares como robustos.

Mi primer Larousse del universo | A partir de 5 años | 160 páginas | Un libro ilustrado que ofrece respuestas a las muchas inquietudes que genera a los más pequeños mirar al cielo. En pocas palabras y de un modo muy ameno se explica qué es un planeta, en qué se diferencian las estrellas, las galaxias y los cometas, se hace un recorrido por la historia de la astronomía, desde Babilonia a las últimas sondas que surcan el Universo y hasta se habla del turismo en el espacio.

Todas las dobles páginas muestran varias ilustraciones, de diferentes dibujantes, que añaden atractivo a la consulta y complementan la información textual.

Una colección especialmente concebida para acompañar a los más pequeños en la edad en la que empiezan a descubrir el mundo y a plantearse numerosas preguntas. De manera sencilla y divertida, encontrarán respuesta a todas sus dudas para que aprender se convierta en un juego realmente apasionante.

Vamos al espacio | A partir de 5 años | 24 páginas | ¡Un libro perfecto para descubrir el espacio! Contiene un montón de información específica, rica, variada y explicada de manera irreverente, perfecta para astronautas en potencia interesados en los planetas, las galaxias y las estrellas.

¡Explora las distintas capas del espacio en este libro interactivo! Un libro de conocimientos de cartón resistente y gran formato. Cada doble página incluye un divertido juego de busca y encuentra, y al final del libro encontrarás más de 50 palabras de vocabulario.

Acompaña a Marta, a Mateo y a su perro, Pelusín, en este viaje espacial. Podrás contemplar las constelaciones, pasearte por la Luna, descubrir cómo son los planetas y qué sucede realmente en el espacio. ¿Qué constelación se parece a un perro? ¿Por qué Marte es rojo? ¿Qué planeta tiene más de 62 lunas? Vamos a descubrirlo: ¡empieza el viaje interestelar!

Libros sobre el universo para niños de 6 y 7 años

Construyo el sistema solar | A partir de 6 años | 64 páginas | Un libro y una maqueta para aprender con las manos cómo es el sistema solar. ¡Sin tijeras ni pegamento!

Esta obra repasa todos los astros que hay en nuestro sistema solar, desde el sol, los planetas y los satélites hasta los cometas, los asteroides y los objetos más alejados. Explica de manera fácil y comprensible cómo se formaron el Sol y el conjunto de planetas, la exploración del espacio con todo tipo de naves y sondas y qué hay más allá del sistema solar. Destacan, entre otras temáticas:

  • La observación del cielo nocturno, desde la antigüedad hasta los actuales telescopios
  • La llegada del ser humano a la Luna
  • Los robots que exploran la superficie de Marte
  • Las lunas de Júpiter
  • Los anillos de Saturno

Desde el universo hasta la Tierra | A partir de 6 años | 40 páginas | Antes del Big Bang no existía nada. Ni galaxias ni estrellas ni planetas… ni vida. Tampoco había tiempo ni espacio ni luz ni sonido. Y entonces, de repente, hace 13.800 millones de años… fue cuando empezó todo. Un primer libro sobre la historia del universo con brillantes explicaciones y magníficas ilustraciones para niños.

El cielo y el espacio | A partir de 6 años | 80 páginas | Esta pequeña enciclopedia temática, además de aportar un extenso vocabulario visual, permite descubrir cómo se forma el arco iris, de qué se compone una estrella fugaz, cómo se come en el espacio o quién fue el primer hombre que pisó la luna.

Libros sobre el universo para niños

El espacio | A partir de 6 años | 24 páginas | Este título pertenece a la colección  ‘Pequeños & Grandes cuadernos de adhesivos’ de la editorial Combel. Los más pequeños resolverán todas las dudas que nos podamos imaginar. Cuestionarios, actividades e incluso algún chiste nos llevarán a conocer datos sorprendentes.

Libros sobre el universo para niños

El gran libro del espacio | A partir de 6 años | 96 páginas | En este libro encontrarás muchos conocimientos sobre los planetas, las estrellas, los vehículos espaciales y todo lo que pasa en el universo. Impactante, delirante e increíble, con imágenes que te dejarán la boca abierta y textos muy divertidos.

Con unos títulos de capítulos que despiertan inmediatamente la curiosidad (El espacio, manual de uso; Aventureros del espacio; Retrato robot del universo…), en este libro apasionante encontrarás toda clase de cohetes y satélites artificiales, los héroes de la aventura espacial, todo tipo de animales que han viajado al espacio, la llegada del hombre a la Luna, las máquinas que exploran Marte, magníficas fotos de Saturno o Urano, de nebulosas y galaxias o de la Tierra vista desde el espacio e informaciones sobre los observatorios astronómicos, desde las antiguas civilizaciones hasta los más modernos… También encontrarás indicaciones prácticas para comenzar a observar el cielo de noche.

Con este volumen maravilloso descubrirás muchas cosas pero también te dejará muy claro que todavía hay muchas más por aprender del inmenso universo.

Libros sobre el universo para niños

El universo (Mi mundo) | A partir de 6 años | 32 páginas | Gira las ruedas, abre las ventanas y despliega las solapas para averiguar muchas cosas sobre el universo. ¿Quieres calcular cuánto pesas en el espacio? ¿Sabes para qué sirve un telescopio? ¿Hay vida en las estrellas? ¿Y en otros planetas?

Libros sobre el universo para niños

Geronimo Stilton. El gran libro del espacio. ¡Una aventura galáctica! | A partir de 6 años | 80 páginas | El Profesor Voltio ha reunido con urgencia a Geronimo y a todos sus compañeros porque tiene para ellos un encargo… ¡muy espacial! Sí, sí, lo habéis leído bien: espacial.

De la mano de nuestros ratones favoritos conoceréis todas las curiosidades que encierra el universo: los planetas más parecidos a la Tierra, las estrellas y los agujeros negros, los distintos tipos de galaxias, las naves espaciales, el día a día de los astronautas… ¡Una aventura superratónica!

Libros sobre el universo para niños

Guía para observar el firmamento | A partir de 6 años | 72 páginas | Este es un libro no sólo para los peques sino para toda la familia. En su interior tiene un montón de información sobre constelaciones, planetas, las fases de la luna… y es una herramienta fantástica para tumbarnos un día a mirar las estrellas y saber identificarlas. Si miras al firmamento, te darás cuenta de que allí arriba hay un mundo por descubrir.

En este libro descubrirás las maravillas que se pueden ver en el cielo nocturno, aprenderás a distinguir las estrellas de los planetas, a ver y reconocer las constelaciones y a saber a qué mitos griegos deben sus nombres. Tras leerlo, sabrás qué constelaciones se ven en el firmamento desde el hemisferio norte a lo largo de las estaciones, qué es una nebulosa, un meteorito, un cúmulo estelar, un eclipse o una lluvia de estrellas. Un introducción a la astronomía con la que aprenderás a mirar el firmamento como nunca antes lo habías hecho.

Libros sobre el universo para niños

Mi primer gran libro del espacio | A partir de 6 años | 128 páginas | Una alucinante guía que nos lleva de viaje por nuestro sistema solar. Veremos de cerca el Sol y la Luna, planetas, y galaxias lejanas…

Un libro con más de 100 ilustraciones y fotografías espectaculares, en el que encontraremos los más recientes descubrimientos sobre el universo, muchos datos y curiosidades y todo tipo de actividades que despertarán el interés y curiosidad de nuestros pequeños exploradores.

Esta colección tiene un texto muy accesible y adecuado para primeros lectores o para compartir en voz alta, sorprendentes datos y curiosidades.

Libros sobre el universo para niños

Un viaje por el espacio | A partir de 6 años | 24 páginas | ¿Quieres saberlo casi todo sobre la Tierra y los astros que la rodean? ¡Pues lee este libro! Está lleno de datos interesantes e ilustraciones tan vivas ¡que parecen saltar de la página!

Libros sobre el universo para niños

Un viaje por el espacio | A partir de 6 años | 30 páginas | Acompaña a nuestra intrépida astronauta y su perro espacial en un paseo por nuestro sistema solar. Viaja del Sol a los planetas pasando asteroides y el cinturón de Kuiper, hasta llegar al póster que brilla en la oscuridad. ¡Solo apaga la luz y verás como el sistema solar cobra vida!

Libros sobre el universo para niños

¡Mira al cielo! | A partir de 7 años | 40 páginas | ¿Cuántas estrellas hay en el universo? ¿Quién inventó el primer telescopio? ¿Qué animales han viajado al espacio? ¿De qué color es el cielo de Neptuno? ¿Cuántas lunas tiene Saturno? ¿Quién no ha soñado con ser astronauta? ¡Mira al cielo y viaja a las estrellas!

En este álbum, con divertidas y didácticas ilustraciones, hallarás las respuestas a estas preguntas y a muchas otras sobre el fascinante mundo de la exploración espacial. Una primera aproximación al estudio del universo.

Libros sobre el universo para niños

¿Dónde está Wally? Viaje por el espacio. Libro de actividades | A partir de 7 años | 26 páginas | Vive con Wally una aventura increíble en el espacio ¡y no olvides tener a mano un lápiz o un boli! ¡Pásatelo en grande con sus actividades estelares! ¿Has encontrado una estrella especial? ¡Busca cientos de cosas más y diviértete también con las alocadas pegatinas! ¡Genial!

Libros sobre el universo para niños

Astromitos | A partir de 7 años | 72 páginas | ¿Por qué los planetas y otros astros tienen nombres de dioses y personajes mitológicos? ¿Siempre hemos llamado al Sol así? ¿Qué temperatura hace en Venus? ¿Y qué hay más allá de Plutón? Encuentra las respuestas a todas estas preguntas en ‘Astromitos’ y… nunca volverás a ver el Sistema Solar de la misma manera.

Libros sobre el universo para niños

Atlas del espacio con mapas animados | A partir de 7 años | 30 páginas | Este atlas interactivo lleva al lector en un viaje por el sistema solar y el espacio exterior a través de sus páginas llenas de desplegables, fotografías y datos curiosos. Una guía animada para conocer los cuerpos celestes más importantes, las misiones y las sondas espaciales, y las diferentes formas de explorar el universo.

Libros sobre el universo para niños

Cómo descubrió el hombre a qué se parece el Universo | A partir de 7 años | 64 páginas | ¿A qué se parece el Universo? A lo largo del tiempo esta pregunta ha dado lugar a las más diversas y contradictorias respuestas. El Universo fue redondo, luego plano, cortado en dos, luego vuelto a pegar. Tuvo un centro, luego varios, y al final ninguno; fue infinito, finito, e infinito de nuevo…

Libros sobre el universo para niños

Descubro el universo (Pegatinas espaciales) | A partir de 7 años | 32 páginas | Descubre en este libro todo lo que puedas imaginar sobre el universo: cómo se formó, qué son las estrellas y los planetas, las galaxias y las nebulosas, el sistema solar, la Tierra y sus planetas… ¡y mucho más! Aprende y diviértete colocando las pegatinas en el lugar correspondiente.

Libros sobre el universo para niños

El primer hipopótamo en la luna | A partir de 7 años | 32 páginas | 3… 2… 1… ¡HIPODESPEGUE! Esta es la historia de dos hipopótamos que compartían el mismo sueño: ser el primer hipopótamo en llegar a la luna. Para ello, Hércules erigió su propio Centro Espacial mientras que Sheila fabricó su nave con los materiales que encontró en la selva… ¿Cuál de ellos llegará primero?  Libros sobre el universo para niños

Enciclopedia Britannica para niños. El espacio | A partir de 7 años | 60 páginas | Un libro espectacular para los amantes del espacio. Curiosidades, datos interesantísimos, imágenes impactantes, ilustraciones descriptivas y declaraciones de los expertos más famosos del mundo. Les encantará y os durará muchos años ya que a medida que crezcan podrán ir profundizando más. ¡Muy recomendable!

Libros sobre el universo para niños

Explora el universo | A partir de 7 años | 48 páginas | ¿Cómo es de grande el universo?, ¿cuántas estrellas contiene?, ¿siempre ha sido así?, ¿por qué el cielo es negro de noche y azul de día?…

Esas mismas preguntas y otras muchas se las ha hecho el hombre desde la más remota antigüedad y en este libro encontrarás de forma sencilla las respuestas que el ser humano ha obtenido en su estudio del universo. ¡Con un gran desplegable del sistema solar!

Libros sobre el universo para niños

Misterios del universo | A partir de 7 años | 224 páginas | Cada página de este impresionante libro revela los secretos que hay detrás de más de 100 cuerpos celestes, como planetas, asteroides, satélites, estrellas… ¡Prepárate para conocer datos curiosos y emocionantes descubrimientos científicos!

Durante siglos, los misterios del universo han intrigado al ser humano. Este libro ilustrado despertará la imaginación y las mentes curiosas para explorar la inmensidad del espacio. ¡Lleva a tu pequeño astronauta desde nuestro planeta hasta los confines del universo! Con magníficas ilustraciones y fotografías increíbles, los jóvenes lectores quedarán fascinados ante los misterios del universo.

Las atractivas descripciones al estilo de un libro de cuentos y los textos sencillos arrojan luz sobre hechos, mitos y descubrimientos clave sobre el universo. Explora las maravillas de nuestro sistema solar y más allá. Este libro educativo también incluye un glosario con información fascinante.

Libros sobre el universo para niños

Libros sobre el universo para niños de 8 y 9 años

Academia de ingeniería: EL ESPACIO | A partir de 8 años | 64 páginas | Libro interactivo sobre ingeniería espacial. Libro caja que contiene piezas extraíbles, tuercas y tornillos de plástico para crear una nave espacial, un visor de constelaciones, y otras herramientas para conocer  a fondo el mundo espacial.

El libro expone de forma clara, visual y muy lúdica conceptos relacionados con el mundo de la ingeniería espacial: gravedad, velocidad orbital, etc. Explica además todos los avances que existen hoy en día sobre el tema. Al final, un vocabulario con los términos más técnicos utilizados en el libro.

Libros sobre el universo para niños

Allá arriba. Guía del universo | A partir de 8 años | 224 páginas | Una guía ilustrada del universo pensada para todos los públicos  (la disfrutarán tanto niños como adultos).

Este libro, que consigue explicar con rigor científico los fenómenos del universo de manera que resulten comprensibles para todos, está concebido y realizado íntegramente por mujeres; adopta un enfoque marcadamente feminista e incluye homenajes a algunas de las científicas más importantes en el campo de la astrofísica.

Los textos, amenos y rigurosos, corren a cargo de seis prestigiosas astrofísicas: Edwige Pezzulli, Maria C. Orofino, Raffaella Schneider, Rosa Valiante, Simona Gallerani y Tullia Sbarrato. Con ilustraciones de Alice Beniero y poesías de Silvia Vecchini. Incluye actividades prácticas para aprender y disfrutar de la observación del cielo estrellado.

Libros sobre el universo para niños

Cazadores de estrellas | A partir de 8 años | 120 páginas | Si quieres aprender qué es una aurora polar, cómo localizar las constelaciones, cuándo ver un cometa o una lluvia de estrellas y cuál es el mejor momento para observar los planetas, prepara el telescopio, los prismáticos… ¡o simplemente tus ojos! Esta completa guía, repleta de fotografías e informaciones increíbles, hará que te sientas como un verdadero cazador de estrellas. ¿Estás listo para explorar el universo?

Libros sobre el universo para niños

El profesor Astro Cat y las fronteras del espacio | A partir de 8 años | 64 páginas | Este libro, que integra la aventura y la divulgación científica, se nos presenta con un  formato y encuadernación de alta calidad. Obtuvo el ‘Premio al Libro Mejor Editado’ en la categoría de Libros Infantiles y Juveniles, cosa que no es de extrañar.

No es un libro para leer una única vez sino para conservar en un sitio privilegiado de nuestra biblioteca y volver a él cada vez que tengamos alguna duda relativa al espacio. Los niños y niñas lo disfrutarán durante horas.

Aún tratándose de una enciclopedia ilustrada, no deja de ser un libro con mucho texto que además ofrece cientos de datos sobre un tema realmente complejo como es el espacio, su lenguaje es sencillo y muchos de los datos que aporta resultarán curiosos a los más pequeños, invitándoles a querer descubrir más. ‘El profesor Astro Cat y las fronteras del espacio’ fascinará a niños y niñas a partir de 8 ó 9 años que sientan inquietud por el universo.

El Profesor Astro es el gato callejero más inteligente que podamos conocer. Un verdadero aventurero a través del cual viviremos una gran aventura al tiempo que comprendemos los secretos del espacio. Cuenta, además, con un compañero: Astro Ratón, con el que también descubriremos muchísimos datos interesantes a lo largo del libro. De su mano, los niños pueden adentrarse en el fascinante mundo de la ciencia, de un modo realmente atractivo, muy visual, con un cierto toque vintage que enamorará también a los padres. No hay más que tocar la lujosa portada y empezar a pasar las páginas, de alto gramaje, para ver que estamos ante un libro cuidadísimo tanto en contenido como en formato.

En las páginas finales podemos encontrar un glosario, que puede servir para comprender mejor la lectura o simplemente hacer un repaso o consulta rápido cuando tengamos alguna duda. Como veis, el libro no deja un cabo suelto, resultando realmente completo.

Libros sobre el universo para niños

El Profesor Astrocat y el Sistema Solar | A partir de 8 años | 32 páginas | Al igual que ‘El profesor Astro Cat y las fronteras del espacio’, este libro puede leerse como una historia, de un tirón, o poquito a poco.

Estamos ante un libro infantil que tiene menos páginas que el anterior y que está organizado en dobles páginas (tiene también menos texto y un lenguaje y contenidos más sencillos, y un tamaño más pequeño y más manejable para los niños y niñas). Cada una de esas dobles páginas trata de un tema que puede leerse individualmente: cada uno de los planetas que componen el Sistema Solar, los asteroides y los cometas, o la formación del mismo.

Libros sobre el universo para niños

El Sistema Solar | A partir de 8 años | 48 páginas | El Sol es la estrella más cercana que tenemos. Alrededor de ella gira nuestro planeta Tierra, junto a otros planetas, millones de asteroides y cometas y otros muchos planetas enanos. Juntos formamos el sistema solar. ¿Quieres descubrir cómo es?

Libros sobre el universo para niños

El sistema solar para niños | A partir de 8 años | 128 páginas | ¿Te gustaría mirar al cielo y contar estrellas? ¿Sabes cómo se llaman los planetas del sistema solar o por qué nuestra galaxia se conoce como la Vía Láctea? ¿Y qué relación tienen los planetas con los dioses del Olimpo? Abre las páginas de este libro y descubre los datos y curiosidades más increíbles de nuestro sistema solar. ¡Conviértete en un gran explorador y conquista todos los rincones del espacio!

Libros sobre el universo para niños

El Universo en tus manos | A partir de 8 años | 96 páginas | Este es un libro que estimula las ganas de aprender de los más pequeños, respondiendo a muchas de sus preguntas y haciendo que se planteen muchas más.

Cuando Eva sube al desván donde trabaja el abuelo Leonardo, no hay rastro de él. El abuelo es un inventor muy inteligente y siempre explica cosas de ciencia a su nieta. Quizá esta vez ha realizado un experimento peligroso. Quizá esta especie de nave espacial con la puerta abierta tiene alguna cosa que ver.

Eva decide entrar en la cápsula sin saber que comenzará la aventura más importante de su vida: rescatar al abuelo mientras aprende cosas increíbles del lugar donde vivimos: el Universo. Acompaña a Eva en un viaje por la ciencia y la historia hasta el origen mismo del cosmos.

En este vídeo su autora, Sonia Fernández-Vidal, habla sobre el libro y nos da algunas claves para responder a las preguntas más difíciles de los niños: Si la Luna da vueltas alrededor de la Tierra y la Tierra lo hace alrededor del Sol. Entonces, ¿alrededor de qué da vueltas el Sol?

Libros sobre el universo para niños

Exploradores del espacio. ¡Los secretos del universo a tu alcance! | A partir de 8 años | 72 páginas | Este libro reúne los datos científicos más interesantes sobre el universo, junto con divertidas curiosidades e ilustraciones reveladoras.

Libros sobre el universo para niños

Preguntas y respuestas curiosas sobre… El sistema solar | A partir de 8 años | 32 páginas | Desde cómo se formó el sistema solar hasta el número de astronautas que han caminado por la Luna o las expediciones realizadas a Marte, pasando por las estaciones, el paso del tiempo o las características del resto de planetas y satélites de nuestro sistema solar.

Un libro alucinante para todos aquellos jóvenes lectores que sueñan mirando a las estrellas. Esta entretenida colección ofrece respuestas a las típicas preguntas que hacen los niños. ¿Cómo se forma un arcoíris? ¿Por qué flotan los barcos? ¿Para qué sirven los bigotes de un gato? Estas y cientos de preguntas más, con sus respuestas, aparecen en las coloridas páginas de estos libros, que examinan de forma amena el mundo a nuestro alrededor. Sus divertidas ilustraciones y asombrosos datos exploran todo lo que tiene de magnífico, maravilloso y misterioso el mundo de las ciencias, los animales, el sistema solar y nuestro planeta.

Libros sobre el universo para niños

Un universo a capas | A partir de 8 años | 30 páginas | ¿Te imaginas cómo será recorrer el espacio? Gracias a los troqueles y solapas de esta guía, verás planetas de vivos colores, estrellas a punto de estallar y enormes galaxias en movimiento. Un viaje único e irrepetible que te llevará, capa a capa, hasta los confines del universo.

Libros sobre el universo para niños

Universo. De los cosmos griegos al multiverso | A partir de 8 años | 40 páginas | Durante miles de años, la humanidad ha observado el cielo tratando de explicar el universo. Los filósofos lo han imaginado de mil formas. Físicos y matemáticos han desarrollado teorías y los astrónomos han inventado herramientas para observarlo.

Guillaume Duprat nos lleva de viaje por el Universo de ayer, de hoy y del mañana. Durante 15 años como cosmógrafo ha recogido descripciones y concepciones del mundo (en texto y en imagen) a lo largo la historia de la ciencia y de la religión. Todo este trabajo lo ha puesto en imágenes, artículos, documentales, exposiciones en museos y en libros infantiles como ‘Zooptica’, ‘El libro de las tierras imaginadas’ o ‘Universo’.

Libros sobre el universo para niños

COPÉRNICO y el centro del Universo | A partir de 9 años | 128 páginas | Nicolás empezaba a sospechar que el Universo no era tal como le habían contado. ¿Y si el centro de todo fuera el Sol y no la Tierra, como decía todo el mundo? Aquéllos no eran años en los que ser original se valorara mucho, y él había perdido ya la cuenta de todos los cabezas cuadradas con los que se había encontrado en su camino, pero eso no lo desanimó, y decidió dedicarse a estudiar los movimientos de los planetas, aunque para ello tuviera que vivir en su propia galaxia.

Libros sobre el universo para niños

El increíble universo | A partir de 9 años | 152 páginas | Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha intentado descubrir todos los secretos de la Tierra. Sin embargo, nuestro planeta se le quedó pequeño en cuanto observó el cielo a través de un telescopio. ¿Y tú? ¿Eres de los que piden un deseo al ver una estrella fugaz? Pues prepárate para conquistar el universo en un viaje espacial que jamás olvidarás.

Libros sobre el universo para niños

GALILEO el astrónomo | A partir de 9 años | 144 páginas | Cualquiera diría que Galileo no tenía abuela: según él, dibujaba y cantaba de maravilla, era un matemático estupendo y un inventor asombroso. Claro que… a ver qué abuela puede presumir de un nieto capaz de detectar que el Sol está lleno de manchas, de descubrir que Saturno es el verdadero señor de los anillos o de multiplicar por mil el número de estrellas que hasta entonces admiraban los hombres.

Libros sobre el universo para niños

KEPLER y los planetas | A partir de 9 años | 128 páginas | Vivía en Alemania un matemático y astrónomo llamado Johannes Kepler. Era pequeño y miope pero poseía una gran imaginación. Observaba las estrellas del cielo y se hacía un montón de preguntas. ¿Se mueve la Tierra? ¿Cómo son las órbitas de los planetas? ¿A qué velocidad viajan por el Universo? Pronto comprendió que los libros estaban llenos de respuestas incorrectas y que el misterio de los planetas seguía sin resolver. Pero para saber la verdad necesitaba la ayuda de Tycho Brahe, el astrónomo con nariz de oro y vista de lince…

Libros sobre el universo para niños

La astronomía con Montessori. Todo lo que sabemos y cómo lo sabemos | A partir de 9 años | 168 páginas | La astronomía ocupa una parte importante en la pedagogía Montessori como elemento esencial de la «educación cósmica» para niños desde 6 años, que empieza con las Grandes Historias. Ofrece un corpus científico completo y claro, una suma de conocimientos rica, actualizada, fiable y de fácil acceso, para satisfacer todas sus ganas de aprender.

El libro da respuestas precisas a la pregunta: «¿cómo lo sabemos?», porque a los niños y a los adolescentes no les gustan las afirmaciones tajantes. Quieren entender y quieren pruebas. Les gusta saber lo que ocurre «entre bastidores». El libro cuenta por qué vía, gracias a qué científicos, investigadores, entusiastas, hombres y mujeres, se han hecho todos los descubrimientos e invenciones que han conducido a la humanidad hasta este estadio de conocimientos.

María Montessori insistió particularmente en el interés de brindar al niño o la niña acceso a la historia de la humanidad, para que se sientan conectados a las generaciones que los han precedido y a las que continuarán después de ellos. Este sentimiento de pertenencia los anima a devenir activos y le infunde confianza en la capacidad que ellos tienen también de aportar su piedra al edificio.

Libros sobre el universo para niños

La imprescindible guía sobre el espacio | A partir de 9 años | 64 páginas | ¿Todo lo que tiene que ver con el espacio te suena a marciano? ¡Tranquilo! A partir de ahora, entender el universo será pan comido. Con este libro, pronto sabrás la diferencia entre un cometa y un asteroide, comprenderás por qué Plutón no es un planeta… ¡y te darás cuenta de lo divertida que puede ser la astronomía!

Libros sobre el universo para niños

LAS ASTRÓNOMAS, chicas estrella | A partir de 9 años | 112 páginas | ¿Cómo funciona el Universo? Ésta es la historia de muchas chicas que se preguntaron eso mismo y se propusieron lograr una respuesta. Entre ellas están: Hipatia, la gran sabia de la Antigüedad, Caroline Herschel, la cazadora de cometas, Maria Mitchell, la astrónoma maestra, Cecilia Payne, que descubrió lo que había dentro del Sol, Margaret Burbidge, la del telescopio espacial, Vera Rubin, la de la misteriosa materia oscura, Jocelyn Bell, la de los «marcianos», y Sally Ride, la astronauta. ¿Quieres conocerlas?

Libros sobre el universo para niños

Superespacio | A partir de 9 años | 208 páginas | Repleto de hechos fascinantes y las últimas imágenes jamás vistas, este título nos acerca las maravillas del Sistema Solar como nunca antes. Descubre las tormentas interminables en Júpiter, aprende sobre los imponentes volcanes de Venus y observa los Valles Marineris en Marte. Descubre muchos más datos superfascinantes sobre el cosmos con este libro.

Basado en investigaciones y descubrimientos recientes, este libro muestra todo lo que necesitas saber sobre el Universo, desde el Big Bang hasta la formación de galaxias y planetas, así como la tecnología utilizada para explorar profundidades inimaginables.

Las fabulosas imágenes de corte transversal nos ayudan a ver el funcionamiento interno del Sol, los planetas y las naves espaciales. ‘Superespacio’ da vida al cosmos de una manera visual e informativa, convirtiéndolo en un libro imprescindible para todos los entusiastas del espacio.

Libros sobre el universo para niños

Libros sobre el universo para niños a partir de 10 años

¿Quién es mayor la Luna o el Sol? Juegos y actividades para divertirse | A partir de 10 años | 128 páginas | Un libro sobre el Universo lleno de páginas y más páginas de diversión, con juegos que estimulan la creatividad, la imaginación y desarrollan las capacidades. Podrás calcular cuántos años tendrías si vivieras en Mercurio, enviar mensajes cifrados a través de un radiotelescopio, rediseñar una estación espacial o descubrir cómo duermen los astronautas.

Libros sobre el universo para niños

El Sistema Solar. Un libro que brilla en la oscuridad | A partir de 10 años | 44 páginas | Si alguna vez te has preguntado cuál es el planeta más grande o cuál está más lejano del Sol o por qué Marte es rojo, éste es el libro que necesitas leer. Con ilustraciones del sistema solar, estas páginas revelarán todos los secretos que se esconden en el corazón de nuestra casa estelar. Descubre el origen de los anillos de Saturno, conoce cuál es la temperatura ardiente de Venus y lee la explicación del cinturón de asteroides.

Libros sobre el universo para niños

La clave secreta del universo | A partir de 10 años | 232 páginas | Un libro inspirador que anima a los niños a querer conocer más cosas sobre ciencia y astronomía. Lo escribieron Lucy Hawking y su padre Stephen Hawking, el gran astrofísico. En este video han resumido de manera maravillosa su propia historia y la historia de George (el protagonista del libro).

Se trata de una novela con un relato muy cuidado, una trama llena de aventuras en la que sus protagonistas irán descubriendo los secretos del universo. Las explicaciones científicas están contadas de forma sencilla, la ciencia puesta al servicio de la imaginación.

En esta historia también tiene un papel importante la ecología. Stephen Hawking estaba muy preocupado por la salud de la Tierra y en este libro eso se nota (sobre todo en la figura de los padres del protagonista).

Libros sobre el universo para niños

Universo | A partir de 14 años | 208 páginas | Este fascinante libro hace que aprender en casa sea divertido. Deja volar tu imaginación con magníficas imágenes, desde la profunda oscuridad de los agujeros negros hasta el espectacular brillo de las supernovas. Los increíbles misterios del Universo se exploran con un detalle impresionante, incluidas secciones transversales en profundidad para mostrar los planetas, las estrellas, las lunas y las estaciones espaciales.

Este extraordinario libro de referencia ilustrado es la ventana perfecta hacia el espacio. El Sistema Solar, las estrellas y las galaxias como nunca antes las habías visto fascinará e informará a los lectores de todas las edades.

Libros sobre el universo para niños

Planetas. La guía definitiva del Sistema Solar | Adultos | 256 páginas | Adéntrate y explora todos los planetas del Sistema Solar, sus características y su composición, junto con una gran variedad de datos fascinantes. Explora el paisaje volcánico de Venus, las dunas del planeta Marte, las insondables profundidades de Júpiter y todas las maravillas que esconde el Sistema Solar.

Las imágenes artísticas y los mapas en alta definición muestran detalladamente cada planeta, desde la atmósfera hasta el núcleo y sus satélites principales. Basado en los descubrimientos más recientes de la NASA, ‘Planetas: La guía visual del Sistema Solar’ te invita a un apasionante viaje por mundos que desafían la imaginación.

Acércate al Sol que observamos cada día con el conocimiento que han compartido los investigadores a lo largo de los años desde antes del viaje a la Luna. Nuestro Sol es una de los cerca de 200.000 millones de estrellas que forman la Vía Láctea, la vasta galaxia espiral donde habitamos. El Sol se encuentra a medio camino entre el extremo y el centro de la galaxia, y completa una órbita alrededor del centro cada 200 millones de años. ¿Sabes a qué velocidad lo hace? Se ha comprobado que viaja a 200 km por segundo. Éste está rodeado de planetas atrapados por su gravedad. Este libro de gran formato nos lo ilustra al detalle.

Emprende un viaje por el espacio para conocer todo lo que se sabe en la actualidad sobre el Sistema Solar, desde planetas enanos como Plutón hasta cometas y asteroides, o restos de la nube primordial de materia de la cual se forman los planetas. Este libro del Sistema solar te lo muestra a través de los siguientes capítulos:

  • La familia del Sol
  • Nuestra estrella
  • Mundos rocosos
  • Gigantes gaseosos
  • Límites exteriores

Libros sobre el universo para niños

Juguetes de astronomía… y otras ideas para regalar

Los telescopios y los prismáticos son una opción fantástica para los niños y niñas a los que les apasiona la astronomía, pero no es la única. Esta selección incluye también planetarios de alta definición o kits de Lego con los que los más pequeños sentirán que conquistan la Luna.

Planetario de alta definición | Para proyectar el cielo estrellado en el techo de la habitación. Puedes elegir ver únicamente estrellas o estrellas con constelaciones. Incluye también una función que permite presenciar una lluvia de estrellas. ¡No solo los niños disfrutarán del espectáculo! Con temporizador (15, 30 y 60 minutos).

Libros sobre el universo para niños

Esta otra opción, bastante más económica, no proyecta el cielo con el mismo realismo pero a los niños y niñas más pequeños les encantará:

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Cohete con plataforma de lanzamiento de Playmobil | Recomendado para mayores de 6 años | Este estupendo kit fomenta el juego simbólico, la creatividad y la imaginación de los niños. ¡Si decidís montarlo juntos pasaréis un rato increíble! El resultado, una vez ensambladas las piezas, os sorprenderá. Se trata de un diseño realista con sonidos y luces que a los niños les encanta. ¡Seguro que tendréis la sensación de que puede despegar en cualquier momento! Puedes completar este regalo con la con estación para la exploración de Marte.

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LEGO Creator 3 en 1: Lanzadera espacial + Estación espacial futurista + Rover con cabina abierta y brazo perforador | Recomendado para mayores de 7 años | Este kit permite construir una increíble lanzadera espacial con grandes motores y cabina para una figura que despega hacia la Luna.

Cuando llegues a tu destino podrás transformar la lanzadera en un Rover con cabina y brazo perforador, explorar el terreno y decidir dónde fijar el campamento base. Después, podrás transformar tu Rover en una fantástica estación espacial futurista, donde podrás experimentar con el cultivo de los alimentos que te permitirán permanecer en la Luna hasta que puedas regresar a la Tierra.

Los pequeños se sentirán como auténticos astronautas, exploradores del espacio exterior. Para ellos será fácil ponerse en situación. Incluye una figura de un astronauta con mochila propulsora.

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Globo terráqueo con las constelaciones | Recomendado para mayores de 8 años | Los globos terráqueos son un clásico. Pero, ¿y si además de la Tierra pudieses observar también las constelaciones?

Con este juguete los niños no solamente aprenderán geografía, sino que descubrirán las formas y nombres de las constelaciones. Luego, con su telescopio infantil, disfrutarán jugando a encontrarlas en el cielo nocturno. Un regalo que asegura la diversión y el aprendizaje, al tiempo que es muy decorativo: un globo terráqueo de día y un globo celeste de noche.

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Sistema solar motorizado | Recomendado para mayores de 8 años | Con esta representación realista y motorizada, en la que cada planeta tiene un tamaño a escala y se mueve a la velocidad correspondiente para dar una vuelta completa alrededor del Sol, los niños descubrirán el sistema solar. Podrán comparar la velocidad de todos los planetas con la de la Tierra y descubrirán que Mercurio es el más rápido. Libros sobre el universo para niños

Luna y estrellas luminosas para la pared | Estas estrellas que brillan en la oscuridad son un regalo económico y original. Cuando los niños apaguen las luces de su habitación las estrellas permanecerán iluminadas durante toda la noche. Les encantará observarlas hasta quedarse dormidos.

Libros sobre el universo para niños

Y si quieres que el cielo de su habitación se parezca más al de verdad, dale un vistazo a este kit con 270 estrellas fluorescentes de diferentes tamaños con las que podréis formar 31 constelaciones. Se pueden distinguir las estrellas y las constelaciones más famosas: Osa Mayor, Casiopea, Sirio, Leo, Arturo… El kit incluye una plantilla para colocar las estrellas fácilmente en el techo de la habitación y que queden igual que se ven en el cielo. El resultado final es espectacular, y permitirá a los niños aprender a reconocer las estrellas y las constelaciones cada noche antes de ir a dormir.

Libros sobre el universo para niños

Sábanas espaciales | Ilumina el dormitorio de tus hijos con divertida ropa de cama de temática espacial. ¡Seguro que les encantará!

Libros sobre el universo para niños

Mochilas para astronautas | Encontrarás modelos para todas las edades, para niños que empiezan el cole y para los más mayores.

Libros sobre el universo para niños

Pijamas para soñar | ¡Los más pequeños estarán deseando que llegue la hora de dormir para enfundarse su pijama espacial!

Libros sobre el universo para niños

Zapatillas de astronauta | Zapatillas para los más pequeños. Son de buena calidad y con un diseño muy divertido. Ligeras y flexibles sin ser endebles, y con suela antideslizante que evita que los niños resbalen.

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