Películas en blanco y negro para niños

Películas en blanco y negro para niños

Por qué ver cine clásico con niños en un mundo acelerado

En un mundo dominado por el ritmo rápido, los colores saturados y el consumo fugaz de contenidos, hacer una pausa para ver películas en blanco y negro con nuestros hijos puede parecer, cuanto menos, extraño. Sin embargo, te aseguro que es una de las experiencias más enriquecedoras, relajantes y memorables que puedes compartir en familia.

Ver cine clásico no solo nos ofrece historias atemporales, sino también la oportunidad de hablar sobre valores, empatía, humor, historia y arte. Y sí, ¡también nos reímos mucho y lo pasamos genial!

En esta guía encontrarás una selección de películas en blanco y negro que, a pesar de su antigüedad, tienen mucho que ofrecer a los niños de hoy. 

Están ordenadas cronológicamente y cada una incluye información práctica y educativa: desde la edad recomendada, hasta qué aprenderán con ella tus hijos o alguna escena memorable a la que debéis prestar atención. También te digo dónde podéis verlas.

Películas en blanco y negro para niños

El chico | The Kid | 1921

Edad recomendada: A partir de 7 años

Un vagabundo (Chaplin) encuentra a un bebé abandonado y decide criarlo. Años después, deben enfrentarse a la amenaza de que les separen.

Entrañable cuando el niño (Jackie Coogan) ayuda a su «padre» rompiendo ventanas para que él las repare. ¡Un tierno plan con un toque cómico!:

¿Qué pueden aprender los niños? | El significado de la familia más allá de los lazos de sangre, y la importancia de cuidar a los demás. Películas en blanco y negro

Podéis ver completa la película aquí.

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El mimado de la abuelita | Grandma’s Boy | 1922

Edad recomendada: A partir de 8 años

Un joven tímido y sin confianza encuentra el valor para enfrentarse a sus miedos cuando su abuelita le da una «piedra mágica»… que en realidad no tiene ningún poder. ¡Todo estaba dentro de él!

A destacar la escena en que el protagonista se arma de valor para atrapar a un ladrón con ayuda del objeto mágico… y lo consigue solo por creer en sí mismo. Aquí podéis ver la película completa:

¿Qué pueden aprender los niños? | Confianza, superación personal y cómo la seguridad interior es más poderosa que cualquier «magia».

El hombre mosca | Safety Last! | 1923

Edad recomendada: A partir de 9 años

Harold Lloyd interpreta a un joven que intenta triunfar en la ciudad para impresionar a su novia. En su intento por ascender (literal y figuradamente), acaba trepando por la fachada de un rascacielos en una de las escenas más famosas del cine mudo.

La famosísima secuencia del genial cómico escalando un edificio mientras el tráfico fluye debajo supone uno de los momentos más grandes del cine mudo, y su clímax (Harold colgado de las manillas del reloj) sigue siendo una de las escenas estelares de la historia del séptimo arte:

¿Qué pueden aprender los niños? | El esfuerzo por cumplir objetivos, la creatividad para resolver problemas, y una aproximación lúdica a los retos.

Podéis ver esta película completa aquí.

Películas en blanco y negro para niños

El navegante | The Navigator | 1924

Edad recomendada: A partir de 7 años

Una comedia muda protagonizada por Buster Keaton, en la que un joven millonario y una heredera se quedan atrapados en un enorme barco a la deriva. Juntos tendrán que aprender a valerse por sí mismos en un entorno que no comprenden. Películas en blanco y negro

Una escena hilarante, que refleja el humor físico y la capacidad de improvisación, es el momento en el que el protagonista intenta preparar café usando todos los aparatos de la cocina del barco sin tener ni idea de cómo funcionan. Aquí podéis ver la película completa:

¿Qué pueden aprender los niños? | Creatividad, autosuficiencia y cooperación en situaciones difíciles.

La quimera del oro | The Gold Rush | 1925

Edad recomendada: A partir de 8 años

Chaplin interpreta a un buscador de oro que sobrevive en la dura Alaska. Con su ingenio, ternura y torpeza, se enfrenta al hambre, el frío y la soledad.

Uno de los momentos más memorables, la danza de los panecillos:

Y qué decir de la famosa escena en la que cocina y come una bota como si fuera un manjar, ¡incluyendo los cordones como si fueran espaguetis!:

¿Qué pueden aprender los niños? | Resiliencia, creatividad ante la adversidad y el valor de la esperanza.

Podéis ver la película completa aquí.

El circo | The Circus | 1928

Edad recomendada: A partir de 7 años

Charlot se convierte, sin quererlo, en la estrella cómica de un circo ambulante. Nadie sabe que su torpeza es natural y no parte del espectáculo… lo que lo convierte en aún más gracioso.

Una escena clásica de tensión cómica y gran expresividad es cuando Chaplin entra sin querer en la jaula del león… ¡y no puede salir!:

¿Qué pueden aprender los niños? | El valor de ser uno mismo, cómo los errores pueden convertirse en virtudes, y la ternura de los personajes marginados.

La película completa la podéis ver aquí.

Películas en blanco y negro para niños

El maquinista de La General | The General | 1926

Edad recomendada: A partir de 8 años

Ambientada durante la Guerra de Secesión estadounidense, esta película cuenta la historia de un conductor de tren que lucha por recuperar su locomotora (La General) y rescatar a su amada Anabelle . Un clásico del cine en blanco y negro lleno de acción y humor visual.

¿Qué pueden aprender los niños? | Perseverancia, valentía y la importancia de luchar por lo que uno quiere. También puede servir para introducir temas históricos de manera ligera.

Una escena técnicamente impresionante, incluso hoy en día, es la persecución con la locomotora cruzando un puente que se derrumba. Mira la película completa aquí: 

Sopa de ganso | Duck Soup | 1933

Edad recomendada: A partir de 10 años

La sátira política por excelencia de los Hermanos Marx. Groucho interpreta a Rufus T. Firefly, el nuevo líder de Freedonia, que lleva al país al borde de la guerra con sus absurdas decisiones. El humor surrealista y la crítica social se mezclan en un ritmo vertiginoso.

Seguro que recuerdas la escena del espejo, donde Harpo imita todos los movimientos de Groucho como si fuera su reflejo, ¡sin haber un espejo en realidad! Una de las escenas más legendarias del cine cómico:

¿Qué pueden aprender los niños? | La fuerza del humor absurdo, el arte del juego físico, y también una crítica divertida a los egos políticos y a lo que ocurre cuando se gobierna sin sentido común.

Aquí podéis verla completa.

Películas en blanco y negro para niños

Había una vez dos héroes | Babes in Toyland | 1934

Edad recomendada: A partir de 6 años

En Toyland vive la pareja formada por Stannie Dum y Ollie Dee. Los dos se encuentran hospedados en la casa de Madre Peep y trabajan en una fábrica de juguetes. 

En dicho fantástico país el malvado y siniestro Silas Barnaby corteja a la hija de la anciana señora Peep, aunque ella se niega a acceder a sus deseos de matrimonio, puesto que su corazón está entregado a un joven de su entorno. Debido a esta negativa, Barnaby pone en práctica un método de presión… Películas en blanco y negro

A destacar cuando los protagonistas intentan fabricar soldados de juguete gigantes para defender Toyland, con resultados impredecibles y muy cómicos.Podéis ver la película completa aquí:

¿Qué pueden aprender los niños? | El valor de la amistad, el trabajo en equipo y la imaginación sin límites. Ideal para alimentar el pensamiento creativo.

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Tiempos modernos | Modern Times | 1936

Edad recomendada: A partir de 7 años

Charlot, el icónico personaje de Charles Chaplin, trabaja en una fábrica donde las máquinas dictan el ritmo del trabajo. Tras varios enredos, conoce a una joven huérfana y juntos intentan sobrevivir en una sociedad industrializada y deshumanizada.

La secuencia en la que Chaplin queda atrapado entre los engranajes de la maquinaria es tan icónica como divertida. Representa, con humor, la alienación del trabajador moderno, pero también su capacidad de adaptación.

Puedes ver la película completa aquí.

Te doy 5 razones por las que ‘Tiempos Modernos’ de Chaplin sigue siendo tan actual:

El paso del tiempo, un enemigo eterno | Nada une más el presente y el pasado que las dos manecillas que de forma metódica y regular siguen ordenando nuestros días. La película comienza así, con un enorme reloj que recuerda al espectador el paso del tiempo, obstinado y perseverante en su medición.

Aquella «modernidad» que reflejaba Chaplin y también la que vivimos hoy día no dista mucho en este sentido. Quizá hemos cambiado manecillas por números digitales, pero el reloj sigue siendo el instrumento que marca el latido de nuestra sociedad (capitalista y occidental) y el que con puntualidad impone las tareas y el trabajo.

¿Comes mientras trabajas o trabajas mientras comes? | El personaje de Charlot aprieta tuercas en la cadena de montaje casi sin respirar, a un ritmo frenético. No hay tiempo para nada más, o ¿puede que sí? 

En pos de la producción, la ocurrencia de los jefes de la fábrica es “permitir” a los obreros seguir trabajando mientras comen. Charlot es el escogido para probar la nueva máquina que alimentará a los trabajadores. 

Una tortura grotesca que está más cerca del modelo de trabajo actual que del que se estilaba en 1936. ¿Ya visualizaba Chaplin el futuro de muchas personas, comiendo frente a sus ordenadores, en el metro o incluso sobre una bici en marcha?

La telepantalla | Mucho antes de Zoom o Skype Charles Chaplin ya vislumbró las videoconferencias. Incluso se adelantó al Gran Hermano orwelliano. 

La telepantalla ya estaba en aquella fábrica de producción febril, la descubrimos en uno de los pocos respiros que consigue Charlot para fumarse un cigarro en el baño. Sorprendido por una cámara oculta, Chaplin es amonestado por el jefe. ¡Le estaban vigilando!

Un trabajo por el que perder la cabeza | Estrés, ansiedad y agotamiento, son los tres principales impactos que provoca el teletrabajo. Hoy el debate sobre los límites entre nuestra conciliación y la dedicación laboral está a la orden del día. 

La escena en que Chaplin, fuera de sí, acude al médico y este le dice amablemente: “tómeselo con calma y evite estresarse”. Esta es la gran paradoja de los tiempos modernos (y de los nuestros también): El protagonista tendrá que elegir entre perder la cabeza y deshumanizarse dentro del sistema o mantener la cordura y la dignidad al margen de él.

Lo que necesitas es amor | Amor, pero no amor romántico. Mucho antes de que el feminismo revisara de forma crítica este concepto y reivindicase en su lugar la gestión de los cuidados, Chaplin ya hablaba de ello en esta película. 

El amor ofrece la salvación frente a la alienación del servilismo capitalista. Pero el cineasta habla en realidad del amor que tiene que ver con la solidaridad y la ayuda mutua. Un amor que se ve reflejado en el personaje de Paulette Goddard. Las relaciones humanas como herramienta de dignificación del ser humano, frente a la cosificación del sistema.

¿Qué pueden aprender los niños? | Viendo esta película tus hijos sentirán empatía hacia las personas que luchan por salir adelante, aprenderán el valor del compañerismo, y para ellos será una introducción ligera a los efectos del progreso tecnológico en la vida cotidiana. Películas en blanco y negro

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Capitanes intrépidos | Captains Courageous | 1937

Edad recomendada: A partir de 10 años

Harvey, un caprichoso y malcriado niño rico que está haciendo un crucero con su padre, inesperadamente cae por la borda del barco. Es rescatado por unos pescadores que lo obligan a trabajar a bordo. A lo largo del viaje, el niño transforma su carácter y aprende valiosas lecciones de vida gracias a su íntima relación con Manuel, un bondadoso marinero portugués que ejercerá sobre el menor una benéfica influencia.

Una escena sencilla pero poderosa, que simboliza el crecimiento personal de Harvey, es el momento en que el pequeño, por  primera vez, logra levantar una red llena de peces por sí mismo.

¿Qué pueden aprender los niños? | Humildad, responsabilidad, empatía y respeto por quienes tienen una vida diferente a la suya. Una película educativa en blanco y negro cargada de valores.

Podéis ver  aquí completa esta película entrañable.

Películas en blanco y negro para niños

El mago de Oz | The Wizard of Oz | 1939

Edad recomendada: A partir de 6 años

(Aunque gran parte de la película es en color, su inicio y final son en blanco y negro, lo cual tiene un valor narrativo muy potente.)

Dorothy, una niña de Kansas, es arrastrada por un tornado a un mundo mágico. Allí conocerá amigos y enfrentará desafíos para poder regresar a casa.

Es memorable la escena cuando Dorothy canta «Over the Rainbow» mientras sueña con un mundo más allá del arcoíris. Un momento emocionalmente poderoso y universal.

¿Qué pueden aprender los niños? | El poder de la imaginación, la importancia del hogar, la amistad y la valentía. También se puede reflexionar sobre cómo los colores y el blanco y negro pueden expresar distintos estados emocionales.

Aquí podéis ver la película completa.

Películas en blanco y negro para niños

Los hermanos Marx en el Oeste | Go West | 1940

Edad recomendada: A partir de 9 años

Los hermanos Marx viajan al salvaje oeste en una hilarante historia llena de enredos, trampas y juegos de palabras.

A destacar la escena de la persecución final en tren, donde todo parece salirse de control pero ellos logran salir airosos con su humor absurdo.

¿Qué pueden aprender los niños? | Una lección indirecta sobre la importancia de la agilidad mental, el humor como herramienta para resolver problemas y el valor del ingenio.

Podéis ver la película completa aquí.

Películas en blanco y negro para niños

¡Qué bello es vivir! | It’s a Wonderful Life | 1946

Edad recomendada: A partir de 9 años

Una historia emotiva sobre un hombre que, en un momento de desesperación, recibe la visita de un ángel que le muestra cómo habría sido el mundo sin él. Un relato conmovedor sobre el impacto de nuestras acciones.

Imposible no emocionarse con la secuencia final en la que todo el pueblo se une para ayudar al protagonista, recordándole lo querido que es. Puedes ver la película completa en esta publicación de mi blog.

¿Qué pueden aprender los niños? | Empatía, gratitud, y la importancia de las pequeñas acciones cotidianas. Ideal para trabajar emociones profundas y valores familiares.

De ilusión también se vive | Miracle on 34th Street | 1947

Edad recomendada: A partir de 6 años

Un hombre mayor asegura ser Santa Claus y consigue un trabajo en unos grandes almacenes. Una niña escéptica, educada sin fantasías, aprenderá a abrir su corazón a la magia de la Navidad.

Un momento tierno es cuando el «Santa» del centro comercial habla con una niña holandesa en su idioma. Ahí muestra su conexión sincera con los niños: 

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En esta película George Seaton consiguió que una película navideña cuestionase el propio espíritu comercial de las fiestas. En plena posguerra, cuando el consumismo empezaba a definir la Navidad, la película se atrevió a mirarlo todo con ojo crítico.

Edmund Gwenn construye un Santa Claus diferente, alejado de los clichés. Su Kris Kringle desafía el cinismo moderno desde la más absoluta sinceridad. El Oscar que ganó por este papel fue de los más merecidos. Maureen O’Hara y Natalie Wood interpretan a madre e hija, representando ese Nueva York pragmático de la posguerra. La evolución de sus personajes evita caer en sentimentalismos fáciles.

La película brilla especialmente en el juicio. ¿Cómo probar la existencia de Santa Claus en un tribunal? La solución es tan ingeniosa como satisfactoria. De ilusión también se vive nos habla, en el fondo, de cómo el escepticismo de la vida moderna necesita un toque de magia para ser soportable.  Por algo sigue siendo, casi 80 años después, una de las grandes películas navideñas.

¿Qué pueden aprender los niños? | El valor de la imaginación, la fe en lo que no se ve, y una crítica amable al consumismo navideño.

Podéis ver aquí la película completa.

Películas en blanco y negro para niños

Abbott y Costello contra los fantasmas | Abbott and Costello Meet Frankenstein | 1948

Edad recomendada: A partir de 8 años

Una divertida mezcla entre comedia y terror, donde el famoso dúo cómico se enfrenta a Drácula, el Hombre Lobo y Frankenstein. Perfecta para introducir a los niños en el género de forma ligera.

¡Tensión y carcajadas garantizadas! Por ejemplo cuando Costello intenta mantener la calma mientras el monstruo de Frankenstein se le acerca por detrás. 

¿Qué pueden aprender los niños? | Que el miedo puede ser afrontado con humor, y que incluso los monstruos más temibles pueden ser vistos desde otra perspectiva.

Aquí puedes verla completa.

Las vacaciones del señor Hulot | Les vacances de M. Hulot | 1953

Edad recomendada: A partir de 7 años

El señor Hulot se va de vacaciones a la playa y provoca, sin querer, un sinfín de situaciones cómicas y absurdas. Una joya del humor visual francés.

Tiene momentos como cuando intenta jugar al tenis sin tener ni idea y termina desatando una cadena de errores cómicos entre todos los veraneantes. 

¿Qué pueden aprender los niños? | A reírse de los errores, a observar los detalles cotidianos y a disfrutar del silencio y el ritmo pausado. Ideal para desarrollar la atención y el gusto por el humor sutil.

Aquí podéis verla completa (en francés con subtítulos en castellano).

12 hombres sin piedad | 12 Angry Men | 1957

Edad recomendada: A partir de 12 años

Los doce miembros de un jurado deben decidir si un joven acusado de asesinato es culpable de haber matado a su padre. Uno de ellos empieza a cuestionar la evidencia, desencadenando un intenso debate moral.

El que disiente intenta con sus razonamientos introducir en el debate una duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien el sentido de su voto.

En la escena que te dejo a continuación, sobre los prejuicios, el miembro del jurado número 10 (espléndidamente interpretado por Ed Begley) es un pájaro de cuenta. Durante toda la película hace gala de su aporofobia, racismo y xenofobia, sin molestarse en disimularlo, con lindezas como: «Conozco muy bien a los de su calaña», «Todos ellos son unos embusteros» o «Los chicos de los suburbios no son más que basura». 

Hasta llegar a la diatriba final en esta escena, lo que colma la paciencia del resto de jurados que le acaban pagando con su misma moneda:

Aunque el personaje que interpreta Begley es muy arquetípico o estereotipado, como el resto de personajes, eso no quita que haya gente como él

Lo que sí chirría es que un sujeto así sea elegido jurado, cuando se supone que se hace una preselección antes de comenzar el juicio para determinar la imparcialidad de los miembros del mismo y que éstos analizaran las pruebas presentadas con total objetividad, dejando prejuicios aparte y siendo fieles a la presunción de inocencia. O el hecho de que todos sean hombres blancos de clase media e incluso el rimbombante título de la película (12 Angry Men). 

Sea como fuere, no dejan de ser detalles menores, licencias que se permite el guionista en pos del resultado final y no afecta a una película que, sin ningún género de dudas, es una obra maestra.

¿Qué pueden aprender los niños? | Pensamiento crítico, justicia, escucha activa y la importancia de no dejarse llevar por prejuicios.

Podéis ver aquí la película completa.

El jovencito Frankenstein | Young Frankenstein | 1974

Edad recomendada: A partir de 11 años

Una parodia genial del cine de terror clásico, rodada en blanco y negro para homenajear a las películas originales de Frankenstein. Llena de juegos de palabras, guiños y humor inteligente.

El joven doctor Frederick Frankenstein, un neurocirujano norteamericano, trata de escapar del estigma legado por su abuelo, quien creó años atrás una horrible criatura. Pero, cuando hereda el castillo de Frankenstein y descubre un extraño manual científico en el que se explica paso a paso cómo devolverle la vida a un cadáver, comienza a crear su propio monstruo. 

El número musical «Puttin’ On the Ritz», donde el monstruo y el científico bailan en el escenario, es inesperado, divertido y surrealista. 

¿Qué pueden aprender los niños? | La importancia de aceptar a los demás tal y como son, reírse de los miedos y reconocer la belleza en lo diferente. Además, es una puerta de entrada al mundo del cine clásico desde una mirada moderna.

Podéis ver la película completa aquí.

Películas en blanco y negro para niños

Preguntas frecuentes

Películas en blanco y negr

¿Por qué ver películas en blanco y negro con niños?

Porque ayudan a desarrollar la atención, la imaginación y la sensibilidad estética. Son historias menos “ruidosas”, con mensajes más profundos y ritmos narrativos que permiten la reflexión.

¿A qué edad pueden empezar a disfrutar del cine clásico?

Depende de la película, pero desde los 4 o 5 años ya pueden disfrutar muchas historias, siempre que se acompañe con una breve contextualización y la presencia de un adulto.

¿Dónde se pueden encontrar estas películas legalmente?

Te he ido dejando los enlaces, pero la mayoría están disponibles en plataformas como Filmin, Disney+, HBO Max o incluso YouTube Movies. También puedes buscar en bibliotecas, filmotecas o comprar en DVD.

¿Son todas aptas para ver en el colegio o en clase?

Algunas sí, especialmente las que tocan temas de valores, convivencia o historia. Pueden ser una excelente herramienta para trabajar competencias emocionales y sociales.

Conclusión

Dedicar una tarde a ver una película en blanco y negro con nuestros hijos no es solo una actividad cultural: es un pequeño acto de resistencia ante el ritmo veloz de lo digital. Es mirar juntos sin prisa, reírse sin distracciones, y emocionarse con historias que han trascendido generaciones.

Estas películas no solo nos enseñan a valorar el cine, sino también a mirar el mundo con más calma, empatía y curiosidad. Y quizás, al apagar la televisión, el cine siga dentro de ellos, transformando la forma en la que entienden la vida. Películas en blanco y negro

Qué son los alimentos ultraprocesados

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En la actualidad, la alimentación ha evolucionado hacia la comodidad y la rapidez, dando paso a productos que, aunque prácticos, pueden ser perjudiciales para nuestra salud. Los alimentos ultraprocesados se han convertido en una presencia habitual en nuestras despensas y, lamentablemente, en las fiambreras de nuestros hijos. 

Comprender qué son, cómo identificarlos y qué alternativas saludables existen es esencial para promover una alimentación consciente y beneficiosa para toda la familia.

Procesar alimentos es un comportamiento evolutivo natural

¡Llevamos siglos haciéndolo! Cocinar, ahumar, secar, salar, encurtir… 

Pero los alimentos ultraprocesados son muy distintos. Están hechos a partir de una serie de aditivos irreconocibles. Los aditivos de nuestra dieta pueden influir en la salud independientemente del contenido en nutrientes. 

Cuando consumes más comida ultraprocesada consumes más emulsionantes, edulcorantes artificiales, colorantes, aromatizantes… Son diferentes componentes químicos que no pertenecen al alimento. ¡Nuestros órganos no están preparados para metabolizar estos compuestos químicos!

Parece comida y sabe a comida. ¿Pero de qué están hechos realmente los ultraprocesados? ¿Y por qué llevan tantos aditivos?

¿Cómo se clasifican los alimentos según su grado de procesamiento?

El sistema de clasificación NOVA de alimentos fue desarrollado en 2010 por investigadores de la Universidad de São Paulo (Brasil). Este sistema reparte los alimentos según su grado de procesamiento, separándolos en cuatro grupos: 

  • no o poco procesados, 
  • ingredientes culinarios, 
  • alimentos procesados 
  • y alimentos ultraprocesados.

¿Qué entendemos por alimentos ultraprocesados?

Los alimentos ultraprocesados son productos industriales comestibles en los que no podemos identificar ningún alimento fresco.

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Están elaborados a partir de ingredientes refinados y aditivos, y diseñados para ser listos para consumir (por lo general) y con una larga vida útil. Según la clasificación NOVA, estos alimentos incluyen formulaciones que, además de sal, azúcar, aceites y grasas, contienen sustancias no utilizadas en preparaciones culinarias tradicionales, como saborizantes, colorantes, edulcorantes y emulsionantes, entre otros.

Para la industria alimentaria son muy rentables, ya que suelen tener un coste de fabricación bajo, se conservan fácilmente durante mucho tiempo y están muy ricos. Con todo esto consiguen una gran aceptación entre los consumidores.

Características principales:

  • Alta palatabilidad: Diseñados para ser extremadamente sabrosos y adictivos.
  • Bajo valor nutricional: Ricos en calorías vacías, pobres en fibra, vitaminas y minerales.
  • Presencia de aditivos: Contienen conservantes, colorantes y potenciadores del sabor.
  • Procesamiento industrial: Han perdido la mayoría de las características del alimento original.

Ejemplos comunes de alimentos ultraprocesados

Es fundamental saber identificar estos productos para poder evitarlos o reducir su consumo.

Algunos ejemplos son:

  • Bebidas azucaradas: Refrescos, bebidas energéticas y zumos envasados.
  • Snacks salados: Patatas fritas, galletas saladas y palomitas de microondas.
  • Dulces y bollería industrial: Galletas, pasteles, donuts y cereales azucarados.
  • Comidas preparadas: Pizzas congeladas, sopas instantáneas y platos listos para calentar.
  • Carnes procesadas: Salchichas, nuggets, embutidos y hamburguesas industriales.
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Alternativas saludables a los ultraprocesados

Adoptar una alimentación basada en productos frescos y mínimamente procesados es clave para mejorar la salud familiar.

Recomendaciones:

  • Frutas y verduras frescas: Ricas en vitaminas, minerales y fibra.
  • Legumbres y cereales integrales: Fuente de proteínas vegetales y carbohidratos complejos.
  • Frutos secos y semillas: Aportan grasas saludables y micronutrientes.
  • Lácteos naturales: Como yogur natural sin azúcares añadidos.
  • Preparaciones caseras: Cocinar en casa permite controlar los ingredientes y evitar aditivos innecesarios.

¿Por qué la comida ultraprocesada es perjudicial para la salud?

El consumo habitual de alimentos ultraprocesados se ha asociado con diversos problemas de salud, tanto en adultos como en niños.

Los niños son especialmente vulnerables a los efectos negativos de los alimentos ultraprocesados. Su consumo en edades tempranas puede establecer patrones alimentarios poco saludables que perduren en la adultez.

Riesgos asociados:

  • Obesidad y sobrepeso: Debido a su alta densidad calórica y bajo poder saciante.
  • Diabetes tipo 2: Por su elevado contenido en azúcares añadidos.
  • Enfermedades cardiovasculares: Relacionadas con grasas trans y sal en exceso.
  • Problemas digestivos: Por la falta de fibra y presencia de aditivos.
  • Alteraciones en el comportamiento infantil: Se ha observado una asociación con problemas de concentración e hiperactividad.
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El santo grial de la industria alimentaria es reducir costes y mejorar los márgenes

Para los desarrolladores de alimentos el coste es de gran importancia a la hora de ofrecer productos. Productores, fabricantes, transportistas, distribuidores… Todos quieren su margen y obtener beneficios.

Se sustituyen productos caros por otros más baratos, manteniendo un producto comercializable. En definitiva, rellenar productos con alternativas baratas que imiten a las auténticas.

Si tenemos ingredientes reales ¿por qué buscar imitaciones?

En la industria alimentaria se trabaja mucho, por ejemplo, con almidones modificados. Son muy útiles a la hora de mejorar la textura en boca de un producto alimenticio.

La textura en boca son las sensaciones experimentadas en la boca mientras comemos o bebemos.

Los almidones modificados pueden hacer que los aperitivos sean crujientes, los yogures cremosos y los batidos deliciosos.

Cuando ingerimos el almidón de un alimento este se digiere lentamente. Pero si el almidón está procesado, el cuerpo lo descompone rápidamente aumentando el nivel de azúcar en sangre. Eso da lugar a una serie de problemas de salud y a que nuestro cuerpo almacene grasa.

Es habitual usar almidones baratos y modificados para reemplazar alimentos caros y ricos en nutrientes como la fruta

La fruta es costosa

  • es difícil de manipular, 
  • se estropea rápidamente 
  • y su transporte es caro. 

Por eso la industria alimentaria utiliza sustitutivos. Por ejemplo, si se añade uno de esos almidones modificados a una mermelada se consigue que el producto nos de la misma experiencia sensorial que si tuviera fresa, sin que lleve ninguna pieza de fruta.

Comparemos, por ejemplo, una tarta de limón casera con una del supermercado

Estos son los ingredientes necesarios para hacer una tarta de limón casera:

  • Limones
  • Harina
  • Azúcar
  • Mantequilla
  • Huevos
  • Bicarbonato sódico
  • Sal

Pero si esa tarta de limón se elabora en una fábrica, hay varias cosas a considerar. Nos encontraremos con una lista bastante más larga de ingredientes (el doble o más) de la de una tarta casera.

Una de las primeras cosas a tener en cuenta es el tiempo de conservación

Nuestra deliciosa tarta casera durará unos días, hasta que empiece a salirle moho y a ponerse rancia. Mientras que algo comprado en el supermercado puede tener semanas o meses de vida útil.

Vemos que uno de los ingredientes de la tarta procesada es sorbato potásico, uno de los conservantes que inhibe el crecimiento de moho y levadura y que hace que dure más. 

El sorbato potásico es amargo (es como masticar un paracetamol). Una manera de enmascarar estos sabores amargos sería con aromatizantes y sal.

Otro aspecto a valorar es el coste

Algo que no podemos ignorar en la lista de ingredientes de la tarta del supermercado es lo barata que saldría. El coste de producción de ambas tartas sería algo muy similar a esto:

  • Tarta industrial: 28 céntimos (duración de la tarta 30 días)
  • Tarta casera: 5,86 euros (duración de la tarta 4 días)

De forma generalizada la industria sustituye ingredientes caros (como los huevos y la mantequilla) por otros más baratos. Pero también algunos de los estabilizantes y almidones les permiten usar ingredientes más baratos.

El secretismo de la industria alimentaria

Las industrias alimentarias buscan obtener beneficios. ¡Necesitan hacerlo para pagar dividendos a los accionistas!

Pero resulta que los accionistas de las empresas de alimentación, como los de las empresas públicas, somos todos nosotros. Los fondos de pensiones son los mayores accionistas de muchas empresas de alimentación.

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Intentar desvelar cómo y qué se añade a los alimentos ultraprocesados no es fácil. ¡Es difícil penetrar en la industria alimentaria!

Joanna Blythman es periodista e investiga los alimentos ultraprocesados. Reconoce que, al principio, era bastante ingenua. Iba a las oficinas de prensa de las empresas alimentarias y les daba una lista de preguntas. Pronto le quedó claro que, en el procesamiento de alimentos, todo está cubierto por la confidencialidad comercial.

Se dió cuenta de que la única forma de conseguir respuestas sobre cómo hacían los productos y en qué consistían era ir a una feria de la industria. Decidió hacerlo de incógnito. No fue nada fácil conseguir una acreditación para Food Ingredients International.

«Food Ingredients International» (o Fi Europe) es una feria comercial internacional líder que se enfoca en la industria de ingredientes alimenticios. Es un espacio donde proveedores de ingredientes, fabricantes de alimentos y profesionales del sector se reúnen para exhibir, intercambiar ideas y realizar negocios. La feria es una plataforma clave para el desarrollo de productos, la innovación y el networking dentro de la industria alimentaria.

Ella explica que se quedó de piedra. Entró en el centro de exposiciones y allí estaban aquellas empresas químicas y grandes proveedores de ingredientes. Son las que suministran a las empresas que hacen nuestra comida.

Muchos productos empiezan con sacos llenos de polvo sin sabor. Ingredientes que dan forma a algo que se parece a lo que queremos comer, ¡pero con un coste mucho menor!

Etiquetas

Los consumidores exigen cada vez más que los productos se etiqueten como naturales, pero los fabricantes tienen la necesidad de que sus productos sean baratos y apetecibles. Las empresas se enfrentan al reto de enumerar todos los ingredientes en el envase, incluidos los aditivos.

La gente empieza a examinar las etiquetas: «¿hidroxipropilmetilcelulosa? ¿qué diablos es eso?»

Ocurre que la industria alimentaria va siempre un paso por delante, e introdujo un enfoque llamado «etiqueta limpia». El esfuerzo se reduce a limpiar la etiqueta para que se lea mejor.

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El etiquetado limpio consiste en cambiar el nombre de los ingredientes que puedan ser percibidos como indeseables por los consumidores.

Los aditivos que tenían la peor reputación fueron retirados gradualmente, colocando sustitutos igual de malos pero que no sonaran tan mal.

Por ejemplo, en lugar de poner algo llamado aromatizante, ponen algo llamado extracto de limón. Un extracto de limón que ha sido alterado por procesos químicos y físicos, de modo que no se parece en nada al limón o al zumo de limón que encontramos en la cocina.

Otro ejemplo es el extracto de romero. ¡Suena romántico! ¡Un jardín inglés en verano! pero en realidad es una formulación química extraída del romero. Ni siquiera huele a romero, pero actúa como conservante en los alimentos.

Otro ejemplo es el polvo de espinacas. Pensamos: «¡espinacas! ¡estupendo! seguro que me viene bien». ¡Pero no es así! Seguramente sea un colorante verde.

¿En qué te tienes que fijar al leer una etiqueta?

Fíjate en el orden de los ingredientes

Cuanto más arriba en la lista está un ingrediente, más cantidad lleva el producto que estás mirando (los ingredientes se listan de mayor a menor contenido).

Si entre los primeros ingredientes de la lista encuentras azúcar, harinas refinadas o grasas de mala calidad, ya sabes que es un producto insano.

Fíjate en la cantidad de azúcar que lleva

Cuando un producto lleva azúcar añadido, lo mejor que puedes hacer es no comprarlo.

Puedes saber que un producto lleva azúcar añadido porque aparecerá en la lista de ingredientes con alguno de sus nombres más habituales:

  • azúcar,
  • sacarosa,
  • glucosa,
  • dextrosa,
  • jarabe de (lo que sea),
  • sirope de (lo que sea), 
  • melaza de (lo que sea),
  • sacarosa,
  • maltosa,

Hay productos (como por ejemplo algunos encurtidos o algunos tomates en conserva) que pueden llevar cantidades mínimas de azúcar como ayudante tecnológico. En esos casos, el azúcar aparecerá en la etiqueta al final de la lista de ingredientes y, en la tabla de información nutricional, el contenido en azúcares por cada 100 g será muy bajo y no representará un problema.

Fíjate en el tipo de grasa que lleva el producto

La cantidad de grasas que lleve un producto NO es tan importante como su calidad. Cuando leas la etiqueta, ten clara esta jerarquía:

Mejor opción: No comprar alimentos ultraprocesados.

Segunda mejor opción: Que solo sea aceite de oliva virgen extra la grasa que contenga. Que esto suceda es raro, y, aunque en el paquete se indique «con aceite de oliva virgen extra», probablemente al leer los ingredientes de la etiqueta encuentres un aceite o grasa vegetal cualquiera entre los primeros ingredientes y un mísero 0,5% de AOVE al final de la lista.

Tercera mejor opción: Conformarse con aceite de oliva a secas o con aceite de girasol alto oleico.

Cuarta mejor opción: Descartar el producto porque lleve grasas refinadas de semillas, aceite de coco o de palma. La grasa de coco solo es saludable si no es refinada (en un producto ultraprocesado no la vas a encontrar virgen).

Quinta mejor opción: Descartar totalmente un producto que lleve grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas.

Fíjate en el contenido en sal

En el etiquetado a veces, en vez de sal, nos indican el sodio. Si es así, multiplica la cantidad de sodio por 2,5 (eso te dará la cantidad de sal del producto).

Estos son los intervalos que deberías tener en cuenta como referencia:

Mucha sal: 1,25 g de sal o más por cada 100 g.

Contenido medio de sal: Entre 0,26 g y 1,24 g por cada 100 g.

Poca sal: 0,25 g de sal o menos por cada 100 g.

Estas son otras leyendas que los productos pueden llevar respecto a la sal:

Contenido reducido en sal: llevará un 25% en comparación con otro producto similar. Dependiendo de cuánta sal lleve el original, puede seguir siendo un producto rico en sal. Por ejemplo, si hablamos de patatas de bolsa, un «contenido reducido en sal» seguirá siendo mucha sal.

Bajo contenido en sal: no más de 0,12 g por cada 100 g.

Muy bajo contenido en sal: no más de 0,04 g por cada 100 g o ml de producto.

Sin sal: no más de 0,005 g por cada 100 g.

¿Cuán seguros son los aditivos alimentarios?

Afortunadamente la mayoría de los aditivos que hay en el mercado son seguros, ya que han sido autorizados y evaluados por la autoridad europea de seguridad alimentaria.

Pero esa evaluación y autorización se ha hecho basándose en la literatura científica disponible en ese momento. Por eso se tienen que volver a evaluar los peligros potenciales de ciertos aditivos a la luz de las nuevas evidencias científicas. 

La doctora Mathilde Touvier dirige el equipo de investigación sobre epidemiología nutricional del INSERM (Institut national de la santé et de la recherche médicale).

Ella y su equipo comenzaron el estudio NutriNet-Santé en 2009, por lo que llevan ya varios años de seguimiento.

El estudio NutriNet-Santé cuenta ya con más de 176.000 participantes

Esos participantes rellenan periódicamente cuestionarios sobre su alimentación. Algunos de ellos desarrollan patologías. Eso permite a los investigadores estudiar la relación entre las exposiciones a los aditivos, su mezcla y el riesgo a desarrollar cáncer, enfermedades cardiovasculares, obesidad o diabetes tipo 2.

Los investigadores conservan también muestras de orina y de plasma de esas personas. Gracias a esas muestras se pueden evaluar determinados biomarcadores para presentar pruebas que relacionan los aditivos alimentarios procesados con un mayor riesgo de enfermedades.

Por definición, los alimentos ultraprocesados suelen contener aditivos alimentarios. En Europa hay unos 335 autorizados. En el estudio Nutrinet-Santé han descubierto que cada persona ingiere unos 4 kilos al año de esos aditivos.

Emulgentes | Un grupo de aditivos a reevaluar

Los emulgentes son un grupo de aditivos de uso común. Se encuentran en el pan de los supermercados, en las salsas y en casi todos los condimentos.

Se utilizan en la industria alimentaria para  unir ingredientes (suelen ser agua, grasas o compuestos a base de agua). Si se mezclan dos de esos ingredientes, aunque se agiten, acaban separados. Pero, usando un emulgente, se consigue una mezcla homogénea y permanente.

Los investigadores se preguntan si algunos emulgentes podrían actuar como detergentes en el intestino, eliminando la mucosa protectora. Esto podría interferir en la microbiota, un conjunto de bacterias saludables que actúan en la digestión, con consecuencias potencialmente graves.

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Se denomina microbiota intestinal, flora bacteriana o flora intestinal (prefiriendo el uso del término microbiota) al conjunto de microorganismos (bacterias, virus y hongos) que viven en el intestino, en una relación de simbiosis tanto de tipo comensal como de mutualismo.

En cuanto a los emulgentes, según la doctora Mathilde Touvier cada vez hay más pruebas de estudios experimentales que demuestran que afectan a la microbiota intestinal. Provocan inflamación crónica, y en estudios con animales han provocado cáncer colorrectal.

Aún no se está del todo seguro de los efectos nocivos de los emulgentes para la salud, pero cada vez hay más pruebas científicas que sugieren que podrían causar problemas.

Cuando se autorizaron por primera vez estos aditivos no disponíamos de estos estudios sobre la microbiota intestinal, el impacto en el metabolismo o estudios de cohorte (como el Nutrinet-Santé) que proporcionan información sobre la salud a largo plazo.

Ahora hay que tener en cuenta toda esta información para reevaluar estos aditivos.

¿Por qué generan adicción los alimentos ultraprocesados?

Los alimentos ultraprocesados presentan ventajas: son baratos, prácticos y sabrosos. No necesitan un gran equipo ni habilidad para prepararlos y, además, duran mucho tiempo sin estropearse.

La pregunta que debemos hacernos es qué tienen esos alimentos y si hay categorías de esos alimentos que sean especialmente peligrosas. ¡Y por ahora no tenemos respuestas a esas preguntas!

La explotación del sistema de recompensas del cerebro (que garantiza el punto de felicidad para cada producto), y un sofisticado marketing multimillonario, ha hecho que aumente la investigación en un nuevo ámbito de preocupación: la adicción.

La doctora Ashley Gearhardt es profesora de psicología en la Universidad de Michigan, y directora del laboratorio de ciencia y tratamiento de la alimentación y la adicción. Ha investigado sobre los paralelismos entre las sustancias adictivas y los alimentos ultraprocesados.

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El «punto de felicidad» o «bliss point» en alimentos se refiere a la combinación óptima de ingredientes (sal, azúcar y grasa) que produce una experiencia sensorial deliciosa e irresistible, creando una sensación de satisfacción y bienestar. Esta combinación, descubierta por el psicofísico Howard Moskowitz, genera una necesidad de seguir consumiendo el alimento.

Tanto la grasa como el azúcar convergen en el mismo centro neuronal de recompensa

Parece que los productos alimenticios hiperpalatables imitan el perfil de recompensa que vemos con las drogas adictivas.

Al fijarnos en qué tipo de alimentos son los que desencadenan los indicadores de diagnóstico clave de la adicción, vemos claramente que no son los que están mínimamente procesados como las frutas, verduras, alubias o carnes magras como la pechuga de pollo.

Los que desencadenan esos indicadores son los alimentos muy procesados, que aportan altas dosis de carbohidratos refinados (como azúcares y almidones) normalmente asociados a altos niveles de grasas.

La potencia y el poder de recompensa de estos alimentos ultraprocesados pueden desencadenar una respuesta adictiva que lleva a consumirlos de una forma tan compulsiva que, aunque la gente quiera reducir su consumo y sepan que les está matando, no pueden dejarlos.

¿Sabías que hay vínculos entre la industria alimentaria y la del tabaco?

Sabemos que las empresas alimentarias sometían a las personas a un escáner cerebral para observar lo que pasaba en el cerebro cuando se exponía a los productos alimentarios que desarrollaban. Desconocemos si era con la intención de hacer adictivos estos alimentos. 

Pero lo que podemos decir es que, si comes algo de una marca que perteneció en su día al sector del tabaco, hay una mayor probabilidad de que lo hayan desarrollado para hacernos querer más.

Existen vínculos comerciales entre la industria alimentaria y la del tabaco. Pero ¿cómo responderán los grandes fabricantes de alimentos a estas afirmaciones de que los alimentos ultraprocesados generan adicción?

Durante décadas la industria tabaquera fue muy hábil negando que sus productos fueran adictivos

Steve Parrish se jubiló en 2008 de Altria Group Inc., antes conocida como la tabacalera Philip Morris. Allí era vicepresidente de relaciones corporativas. Él mismo declaró, en una intervención televisiva: 

«Los cigarrillos no alteran el ánimo de una persona ni merman sus capacidades. Las personas que hablan de tabaquismo y adicción lo hacen por razones políticas e ideológicas, no científicas.»

A principios de la década de 1990 se produjo un cambio radical en las actitudes sobre la industria tabacalera en Estados Unidos. 

La tormenta perfecta llegó en 1994, con las audiencias en el congreso

Los congresistas preguntaron a los directores de las diversas compañías tabacaleras si creían que fumar cigarrillos creaba adicción. 

Todos los representantes de la industria tabacalera (que declaraban bajo juramento) coincidían en su respuesta a la pregunta que se les hacía de si creían que la nicotina NO era adictiva:

  • «Creo que la nicotina no es adictiva».
  • «Está claro que los cigarrillos y la nicotina no se ajustan a las definiciones clásicas de adicción».
  • «No creo que la nicotina de nuestros productos sea adictiva».
  • «Creo que la nicotina no es adictiva».

Y en esa línea todas las respuestas, una detrás de otra. Al término de esta audiencia (que duró dos días) el comité de expertos decidió que fumar cigarrillos era adictivo, y que no podían determinar si había un nivel por debajo del cual no lo fuera.

Unos años más tarde Philip Morris decidió cambiar de enfoque

Reconoció entonces que fumar cigarrillos crea adicción, y que es la causa de una serie de enfermedades muy graves y mortales.

Las demás empresas se opusieron rotundamente a la regulación de la industria, y esa fue una de las razones por las que la legislación tardó tanto en elaborarse, en ser aprobada por el congreso y en ser convertida en ley.

Dice Steve Parrish que no se trata solo de ser un ciudadano corporativo, sino de tener un comportamiento adecuado, de tener una relación de colaboración con la sociedad. Cree que eso también ha contribuido al cambio de actitud sobre la responsabilidad individual frente a la responsabilidad corporativa.

Cuando preguntan a Steve Parrish sobre su opinión acerca de que hay quien afirma que los alimentos ultraprocesados pueden ser adictivos, su respuesta es que no sabe si alguna empresa admitirá la adicción de un producto alimenticio concreto. Dice también que espera que escuchen a los científicos y hagan lo correcto.

El dilema de las empresas alimentarias

Algunas empresas alimentarias se enfrentan a un dilema. Si la investigación implica que su producto puede causar daños, se arriesgan a acciones legales y pérdidas económicas.

Dana Small es neurocientífica, y es profesora de psiquiatría en la Universidad de Yale. A la doctora Small le interesa saber cómo trabajan juntos cerebro y cuerpo para optimizar el comportamiento.

Explica que PepsiCo acudió a ellos con el interés de saber si era posible reducir la cantidad de azúcar en las bebidas (para hacerlas más saludables). Para mantener bajas las calorías de un producto se pueden añadir edulcorantes artificiales, para aumentar el dulzor sin tomar calorías.

El estudio que se hizo consistió en que una persona recibía dosis pequeñas de varios sabores mientras se le estaba haciendo al mismo tiempo un escáner cerebral. La persona objeto de estudio tragaba un sabor,  y esperaba a que se le diera a ingerir el siguiente.

Al observar las respuestas cerebrales a los diferentes sabores los investigadores pudieron observar la dopamina y los sistemas de recompensa, ¡y descubrieron algo inesperado!

No vieron el impacto negativo en el consumo de una bebida dietética. Pero si nos tomamos una bebida dietética y le añadimos calorías, si se aprecian cambios.

Por ejemplo, no pasa nada por tomar un refresco dietético solo. Pero al tomarlo con patatas fritas unimos edulcorantes artificiales y carbohidratos. ¡Y ahí es cuando surge el problema!

Aunque la investigación de la doctora Small solo indicaba un problema potencial, el riesgo de que las bebidas gaseosas dietéticas pudieran provocar un aumento de peso en lugar de su pérdida, alarmó a PepsiCo.

Los investigadores habían descubierto algo importante, pero, en lugar de continuar con ellos, PepsiCo les abandonó

La doctora Small y su equipo estaban experimentando, intentando descubrir cosas, pero durante el proceso descubrieron algo perjudicial. ¡Eso dejaba a PepsiCo vulnerable a demandas! ¡Lo mismo que sucedió en la industria del tabaco!

Siguen apareciendo investigaciones sobre los riesgos para la salud asociados a los edulcorantes artificiales. En este momento es difícil saber si son más peligrosas las bebidas azucaradas o las bebidas o productos edulcorados artificialmente. 

Respecto a los edulcorantes, en el estudio Nutrinet-Santé pudieron cuantificar por primera vez la exposición a esas sustancias. Así pusieron de manifiesto la relación entre una mayor exposición a estos edulcorantes con un mayor riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.

El porcentaje de adultos con diabetes está creciendo en todo el mundo

A pesar de la relación entre los alimentos ultraprocesados y esta epidemia mundial de diabetes, la mayoría de las grandes empresas alimentarias pagan investigaciones científicas para minimizar riesgos y desacreditar a los críticos.

Son empresas enormes, con laboratorios y muchos fondos para investigación. Y no solo para investigación de mercado, sino que también para su defensa. 

Si soy una gran empresa alimentaria que estoy vendiendo un producto a una gran cantidad de personas y las estoy enfermando, podría ser demandada. Es lo que pasó con las compañías tabacaleras. ¡Más me vale tener a un montón de científicos trabajando para mí ante posibles demandas!

Por eso, tanto la industria alimentaria como las tabacaleras, saben mucho antes que nadie lo perjudiciales que son estos productos. Así se cubren las espaldas y saben dónde está el límite.

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¡La autorregulación no existe!

Dice Chris van Tulleken, doctor y autor de ‘La epidemia de los ultraprocesados‘, que la estrategia más eficaz de la industria alimentaria es financiar a investigadores que parezcan creíbles, que creen confusión. Es lo que hicieron de forma espléndida las tabacaleras. ¡La duda era su producto!

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Si no tenemos a una tabacalera redactando una política sobre aire limpio y espacios libres de humo, no deberíamos tener a una compañía de comida basura sentada a la mesa a la hora de redactar una política nutricional. ¡No puedes resolver un problema del que te beneficias creándolo!

¡No hay ninguna industria en la historia que haya sido capaz de autorregularse nunca! Ni la del petróleo, ni la de la automoción, ni la de la aviación, ni la farmacéutica… Ninguna puede autorregularse. ¡No existe ningún caso en la historia! 

¡El gobierno tiene que actuar!

El motivo por el que ya no hay gasolina con plomo, que la gente ya no salga fumando en un programa de televisión o que los coches tengan cinturones de seguridad es porque el gobierno lo exigió. Y eso ha supuesto una mejoría. 

Ahora necesitamos que el gobierno empiece a crear una regulación que haga que a la gente le resulte más fácil comer bien y más difícil comer mal.

La industria quiere menos regulación para sus productos

Los grupos de presión son muy agresivos en todos los países. La doctora Melissa Mialon trabajaba como ingeniera alimentaria, pero no estaba de acuerdo con ciertas cosas. No estaba conforme con los ingredientes que añadían a los alimentos. 

La doctora Mialon ahora es investigadora en Inserm y su objetivo es revelar la verdad, explicar lo que hace la industria y por qué lo hace. Sus investigaciones han demostrado que la industria rechaza el concepto de que lo ultraprocesado perjudica a la salud. Además, intentan desarrollar estudios científicos propios y crear un mundo paralelo de publicaciones.

Su estudio demuestra que, de las 38 publicaciones que investigaban los alimentos ultraprocesados, 33 tenían vínculos con la industria alimentaria.

Cada vez es más difícil saber qué es verdad cuando nos presentan pruebas científicas, porque estas publicaciones están financiadas por la industria. ¡Ahora fabrican dudas!

Tuvieron que pasar años para que las grandes tabacaleras se sometieran a regulaciones y controles. Ahora, hay gobiernos en Sudamerica y Centroamerica que están introduciendo políticas alimentarias que suponen un cambio.

¿Es posible reconducir la situación?

Las empresas alimentarias han gastado miles de millones de euros en conseguir un sabor y un aspecto perfectos. Y el márketing que rodea a esos productos cuenta. Pero eso no significa que las empresas no deban intentar hacer productos más sanos, con un buen sabor pero con menos azúcar, sal y grasas.

Greg S. Garrett es el director ejecutivo de ATNi (Access to Nutrition initiative). El objetivo actual de esta iniciativa es mejorar el acceso a alimentos saludables. Para ello trabajan con inversores, con los mayores accionistas de las empresas alimentarias de todo el mundo, con las grandes firmas que todos conocemos:

  • Nestle
  • Danone
  • FrieslandCampina
  • Unilever
  • Kellogs
  • Coca Cola

Presionan a los consejos de administración y a los directores ejecutivos para que empiecen a hacer cambios reales

El objetivo es que en cinco años sus carteras de productos estén mucho más centradas en prevenir la obesidad, las deficiencias nutricionales y los problemas de salud que vemos y que están siendo impulsados por la industria alimentaria.

Están pidiendo a las empresas que tomen decisiones ahora, para reformular, deshacer o llegar a nuevos productos más saludables, de modo que el 50% de la producción total de su cartera de productos sea saludable como punto de partida.

Creen que eso tendrá un gran efecto en los alimentos disponibles en el entorno minorista.

¿Cómo se puede colaborar con los que tienen la capacidad monetaria y el I+D (Investigación y Desarrollo) para lograr un cambio real si no se trabaja mano a mano con ellos?

Derek Yach fue ejecutivo de PepsiCo. Desarrolló su trabajo en medicina y epidemiología inicialmente en Sudáfrica. Fue el primer sudafricano invitado a volver a la Organización Mundial de la Salud tras el fin del apartheid. Fue allí para un año y se quedó diez.

Uno de sus trabajos más relevantes fue dirigir el trabajo sobre enfermedades crónicas. PepsiCo contactó con él cuando Indra Nooyi iba a convertirse en la nueva directora general y su discurso fue: 

«Aunque critique lo que hacemos, queremos hacer lo correcto. ¡Únase a nosotros! llegamos a 2.000 millones de consumidores cada día. Imagine poder reducir la sal, el azúcar, la grasa y las grasas trans en esos 2.000 millones de personas.»

¡Eso sí que tendría un impacto en la salud! Fue lo que atrajo a Derek Yach a unirse a PepsiCo. Algunos colegas suyos de la salud pública le dijeron que había comenzado su transición al lado oscuro.

Durante el tiempo que él estuvo en PepsiCo, se hicieron esfuerzos para que muchos de los productos básicos fueran más sanos

Uno de los compromisos fue reducir el nivel de azúcar en las bebidas azucaradas. El jefe de márketing de la época dijo que si se hacía eso sería un suicidio comercial, y que Coca Cola ganaría cuota de mercado.

Y luego están esas figuras molestas llamadas accionistas. Indra era objeto de una gran presión de inversores activistas cuyo argumento básico era el de «zapatero a tus zapatos».

Si somos una empresa que vende refrescos, dejemos a un lado esos temas ambientales y saludables, que costarán una fortuna y que tendremos que pagar con más inversión en I+D.

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El precio que tenemos que pagar por muchos productos básicos, que entran en nuestro suministro de alimentos saludables, es mucho más caro que el que pagamos por el arroz, el trigo, el maíz y la soja (todos fuertemente subvencionados).

Por eso no extraña que las empresas alimentarias opten por la opción más barata. Añadir frutas, verduras, frutos secos y cereales cuesta mucho más. No hay subvenciones. 

Es algo de lo que no se habla lo suficiente, y es un gran factor que obstaculiza la transición a una gama más amplia de verduras y alimentos más saludables.

Documental ‘La verdad sobre la comida procesada’ | 2024

Título original: ‘Irresistible: Why We Can’t Stop Eating

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¿Cómo se inventó la comida ultraprocesada? ¿Cómo las grandes compañías alimentarias la diseñaron para ser irresistible? Este documental responde a estas preguntas y nos revela el daño que los alimentos ultraprocesados provocan a nuestra salud

En el mundo actual, la comida procesada se ha convertido en un elemento básico en muchas dietas. En este documental se exploran los efectos que estos alimentos pueden tener en nuestra salud y bienestar. A través de investigaciones exhaustivas y entrevistas con expertos en nutrición, se revela cómo la industria alimentaria utiliza aditivos, conservantes y azúcares ocultos para mejorar el sabor y la vida útil de los productos. Pero, ¿a qué costo?

Este tipo de comida a menudo carece de los nutrientes esenciales que nuestro cuerpo necesita y puede contribuir a enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y problemas cardiovasculares. 

A lo largo del documental se aborda la importancia de leer las etiquetas de los alimentos y tomar decisiones informadas al hacer compras. Además, se ofrecen consejos prácticos sobre cómo incorporar más alimentos frescos y mínimamente procesados en nuestra dieta diaria.

Al final de este viaje informativo, no solo entenderás mejor lo que realmente estás consumiendo, sino que también estarás mejor equipado para hacer elecciones alimenticias más saludables. La comida procesada no tiene que ser el enemigo; con la información adecuada, puedes disfrutar de una vida más sana y equilibrada.

Consejos para reducir el consumo de ultraprocesados en familia

  • Planificación de menús: Organizar las comidas semanales ayuda a evitar recurrir a opciones rápidas y poco saludables.
  • Lectura de etiquetas: Identificar ingredientes poco comunes o listas extensas puede indicar un alto grado de procesamiento.
  • Involucrar a los niños en la cocina: Fomentar su participación en la preparación de alimentos puede aumentar su interés por opciones saludables.
  • Evitar tener ultraprocesados en casa: Si no están disponibles, es menos probable que se consuman.
  • Educación alimentaria: Enseñar a los niños sobre los beneficios de una alimentación saludable desde temprana edad.

Conclusión

La industria quiere seguir creciendo. El crecimiento es importante, y por ese motivo fomentará comer con frecuencia, a todas horas, o querrá introducirse en países donde la gente aún no consume mucho y empujarla a consumir cada vez más alimentos ultraprocesados porque es muy rentable.

Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados es una decisión clave para mejorar la salud de toda la familia. Optar por alimentos frescos, cocinar en casa y educar a los más pequeños sobre la importancia de una alimentación equilibrada son pasos fundamentales hacia un estilo de vida más saludable y consciente.

En los años 80 nadie predijo que tendríamos menos salud en los 2020. Los productos ultraprocesados están asociados con la diabetes tipo dos, las enfermedades inflamatorias y cardiovasculares, demencia, ansiedad, depresión, cáncer, muertes prematuras  y, por supuesto, el aumento de peso y la obesidad.

Al final no hay un beneficio real para los consumidores, solo riesgos para la salud. Por lo tanto las preguntas son: ¿deberíamos asumir esos riesgos? ¿Merece la pena?

Qué indica la clasificación NOVA de los alimentos

que indica la clasificación nova de los alimentos

El sistema de clasificación NOVA fue introducido por el epidemiólogo brasileño Carlos Augusto Monteiro, que en sus estudios vinculó la comida industrial con la obesidad. Fue él quien acuñó el término ‘alimento ultraprocesado‘.

Este sistema, en vez de catalogar los alimentos según el contenido en nutrientes (fuentes de proteínas, de vitaminas o de carbohidratos), los califica según el grado y la finalidad del procesado alimentario.

¿Cuándo surgió el sistema de clasificación NOVA?

El dominio de los alimentos procesados industrialmente ocurrió de forma gradual. Tanto que, durante mucho tiempo, nadie pareció encontrar nada preocupante en ello. Pero en Brasil, en 2009, un científico lo vio.

Fue Carlos Monteiro, profesor de nutrición y salud pública de la Universidad de São Paulo. Su primera motivación fue estudiar las causas del aumento de las tasas de obesidad en Brasil.

Qué indica la clasificación NOVA de los alimentos

Él y su equipo empezaron estudiando los cambios en las dietas, y luego advirtieron que el principal cambio en la comida comprada en Brasil fue un enorme descenso en aceites de cocina, azúcar y sal. Fue toda una sorpresa, porque normalmente estos alimentos son considerados poco saludables y causan aumento de peso y de la grasa corporal. 

Según la ciencia de la nutrición los aceites de cocina serían horribles, porque el aceite de cocina es 100% grasa. Pero nadie consume ese aceite solo, sino que la gente lo usa en casa para cocinar. 

De lo que se dieron cuenta es de que esos productos estaban siendo sustituidos por fideos instantáneos, comidas congeladas, galletas o postres. La gente empezaba a comer más comida industrial que comida casera. ¡Ese fue el principal cambio!

El profesor Monteiro define una nueva clasificación de alimentos: productos fabricados listos para comer o para calentar, llamados comida ultraprocesada.

Qué indica la clasificación NOVA de los alimentos
Los alimentos ultraprocesados son alimentos hechos en fábricas a partir de ingredientes no encontrados normalmente en la cocina casera.

Clasificación de los alimentos según el grado y finalidad del procesado alimentario

La clasificación NOVA, en vez de catalogar los alimentos según el contenido en nutrientes (fuentes de proteínas, de vitaminas o de carbohidratos), los califica según el grado y la finalidad del procesado alimentario. El sistema de clasificación NOVA organiza los alimentos en cuatro grupos:

Primer grupo

Alimentos frescos y escasamente procesados. Incluímos aquí frutas, verduras, cereales, legumbres, carnes.

Segundo grupo

Lo componen básicamente ingredientes usados para cocinar los alimentos del primer grupo. Por ejemplo la sal (necesitamos sal para hacer más sabrosos el arroz y las verduras). Pero también tenemos el aceite y el azúcar, que son ingredientes usados para cocinar en casa.

Tercer grupo

Este grupo de alimentos es una combinación de los dos primeros: pan, queso, verduras encurtidas y mermeladas.

Estos tres primeros grupos de la clasificación NOVA pueden formar parte de un patrón de alimentación sana.

Cuarto grupo

Este grupo es completamente distinto. Los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales hechas a partir de sustancias extraídas de alimentos combinadas con aditivos alimentarios para hacerlos más atractivos y más adictivos.

El profesor Monteiro y su equipo confirmaron que, cuanto más gente toma comida preparada industrialmente (en vez de comida casera) mayor es el riesgo de obesidad

La ciencia de la nutrición establecida afirma que aunque la grasa, el azúcar y la sal son esenciales, en grandes cantidades son la principal causa de mala salud a largo plazo. Pero el profesor Monteiro cree que procesar los alimentos es más importante que los nutrientes como causante de enfermedades crónicas.

Para él está claro que los alimentos ultraprocesados están relacionados con la sobrealimentación. Están diseñados para ser apetecibles y que el consumidor desee ingerirlos cada vez  más. 

Otra característica de los productos ultraprocesados es su textura

Están hechos para ser muy blandos y poder ser consumidos a gran velocidad. Piensa por ejemplo en una bolsa de los típicos ganchitos, que tanto gustan a los niños. 

Al principio no crees que un ganchito sea blando, porque es crujiente. Pero justo después del primer bocado notas que puedes aplastarlo con la lengua, no ofrece resistencia. En cambio, las calorías que tiene por gramo son superiores a las de una hamburguesa grasienta.

Gracias a que es un producto blando y a su densidad energética es posible consumirlo increíblemente rápido. Existe un término en la industria alimentaria para estos alimentos ligeros y esponjosos que se derriten en la boca: densidad calórica que desaparece.

El alto número de calorías por bocado es un factor clave a la hora de apoyar la investigación de que los alimentos ultraprocesados hacen que la gente coma de más.

El término densidad calórica que desaparece hace referencia a los alimentos que se derriten en la boca y le indican a tu cerebro que no estás comiendo lo suficiente.

¿Qué consecuencias tiene que un producto pueda ser consumido tan rápidamente porque requiere poca masticación?

Cuando comes tan rápido, tu cuerpo no tiene tiempo suficiente para darse cuenta de lo que ya has comido. Los alimentos ultraprocesados se fabrican esencialmente para superar nuestra capacidad de regular el equilibrio de energía. Son productos que nos inducen a comer en exceso.

La percepción de la textura es una parte interesante de la conducta alimentaria

La comida en la que tienes que esforzarte en masticar tiene ciertos beneficios, porque tardas más en tragarla. Con los alimentos blandos no pasa eso.

El hambre y la saciedad (la sensación de estar llenos) son regulados por complejos mecanismos de respuesta del cuerpo. Receptores nerviosos de la pared gástrica envían señales al cerebro de que se está expandiendo. Y los niveles de la hormona del hambre, la grelina, caen cuando el estómago se llena. ¡Pero esto requiere tiempo!

Son necesarios unos 20 minutos para que los impulsos lleguen al cerebro y le digan que ya no tiene hambre.

Qué indica la clasificación NOVA de los alimentos
La Grelina es una hormona gástrica que regula el apetito y la homeostasis nutricional. Los niveles circulantes de esta hormona aumentan durante el ayuno e inducen hambre. Además, la grelina modula procesos fisiológicos aparentemente tan dispares como la secreción de insulina o la memoria.

Un experimento

Pensemos en dos platos, uno con comida ultraprocesada y otro compuesto de alimentos no procesados, para ver cuán rápido podría una persona comerse cada uno.

En este experimento el perfil de macronutrientes de las grasas, proteínas y carbohidratos de ambos platos es igual. También coinciden las calorías: cada uno tiene 500 calorías.

Plato número 1:

Tenemos una empanada de producción industrial (una versión ultraprocesada de una tradicional empanada de carne). Es una mezcla de carbohidratos, grasas y proteínas, pero por la manera en que ha sido procesada es energéticamente densa. 

La empanada es densa en calorías porque es muy alta en grasas. Esa grasa permite productos blandos y húmedos.
Plato número 2:

Tenemos un plato con ingredientes simples: pollo con arroz integral y ensalada (aguacate, tomates cherry y hojas de espinaca).

A la vez dos personas empiezan a comer. Una consume el plato número 1 y la otra empieza a dar cuenta del plato número 2:

  • La persona que consume el plato número 1 lo acaba relativamente rápido (la empanada es muy fácil de ingerir. No hay que masticar mucho). 
  • A la persona que come del plato número 2 le cuesta más masticar el arroz integral. Tarda bastante más en acabar su plato.

Ingerir comida ultraprocesada es como pasar por alto algunos de los límites naturales que de otra manera limitarían la cantidad de calorías que podríamos consumir en un breve periodo de tiempo (en unas horas, que es cuando vuelves a tener hambre). 

En este experimento, la persona que ha tomado la ensalada, que lleva fibra, se sentirá saciada durante más tiempo.

Comprobación científica del sistema de clasificación NOVA

En 2019, diez años después de que se creara  la clasificación NOVA, científicos estadounidenses escépticos decidieron poner a prueba la hipótesis de Monteiro.

Kevin Hall, investigador del Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos, conocía la teoría de la comida ultraprocesada propuesta en la clasificación NOVA, que básicamente afirma que los nutrientes no son en absoluto importantes y que se trata más del grado y la finalidad del procesado.

Al doctor Kevin Hall esto le parecía una locura, porque la ciencia de la nutrición tiene una larga historia centrada en los nutrientes. ¡Y llega Carlos Monteiro diciendo que llevamos décadas centrados en ideas erróneas!… por lo que era un tanto escéptico. ¡Se dispuso a comprobarlo usando el método científico!

A la hora de demostrar esta idea, de que la comida ultraprocesada causa obesidad, él y su equipo pidieron ayuda a los dietistas del centro clínico del Instituto. Les pidieron lo que al doctor Hall le parecía una tarea imposible, que diseñaran dos dietas con unos determinados requisitos:

  • En una dieta toda  la comida debía provenir de alimentos mínimamente procesados. 
  • La otra tenía que ser una dieta ultraprocesada, que coincidiera con los valores de azúcar, sal y grasa, fibra y calorías de la dieta con alimentos mínimamente procesados.
Este fue el primer ensayo aleatorio controlado sobre alimentos ultraprocesados

Veinte personas vivieron en el centro clínico durante un mes.

Los investigadores podían tener un control completo sobre el entorno alimentario de los participantes en el estudio, y presentarles las comidas con instrucciones muy sencillas: «come tanto o tan poco como quieras».

Lo que las personas objeto de estudio no sabían es que, al final de cada comida, los investigadores medían las sobras. Los dietistas lo pesaban todo, y anotaban la cantidad exacta de la comida que había sobrado.

También pesaban a las personas a diario, y medían la cantidad de calorías que quemaba su cuerpo. Se hacían medidas muy detalladas de su fisiología.

La hipótesis de inicio del doctor Kevin Hall era que, dado que estas dietas de partida tenían los mismos nutrientes importantes, se vería muy poca diferencia en el número de calorías que ingeriría la gente. ¡Pero se equivocó!

Calorías y nutrientes eran idénticos en ambas dietas, pero los sujetos engordaban como había observado el profesor Monteiro en Brasil. 

Cuando la gente seguía la dieta ultraprocesada ingería calorías de forma espontánea (unas 500 al día más que cuando seguían una dieta con alimentos mínimamente procesados). Eso causaba aumento de peso y de grasa corporal. 

Los investigadores descubrieron que los alimentos ultraprocesados, a pesar de la semejanza en su composición nutricional, tendían a tener muchas más calorías por bocado, algo llamado densidad de la energía.

En la dieta ultraprocesada prepararon y presentaron a los participantes en el estudio alimentos con niveles altos de azúcar y grasa, algo raro de ver en alimentos de la naturaleza, son los llamados alimentos hiperpalatables. Esta combinación de factores podría explicar muchas de sus consecuencias.

Los alimentos hiperpalatables son alimentos con altos contenidos de grasa y azúcar que desencadenan el sistema de recompensa del cerebro, animando a comer en exceso.

Conclusión

La comida industrial envasada no es nueva. Lleva con nosotros desde los años 50, pero se generalizó en los 70 y la obesidad empezó a aumentar.

La principal recomendación basada en la clasificación NOVA es que una dieta sana se basa en comida real, en productos frescos cocinados y no en alimentos ultraprocesados.

La respuesta es relativamente sencilla: cocinar tanto como sea posible a partir de ingredientes saludables. ¡Esa es la pura verdad!

Qué indica la clasificación NOVA de los alimentos